Partida Rol por web

Cuando la oscuridad desaparece y podemos ver la posición que ocupan nuestros compañeros, un aleteo incesante se hace notar, y es Fonkin quien del peligro nos hace darnos cuenta.

- Ya estamos otra vez

El comisario se moría de ganas de ir a ayudar a su subordinado pero la negrura y sobretodo el muro ilusorio le impedían ver qué había más allá. Sólo podía rezar para que estuviera bien. 

Por otro lado, ahora tenían más problemas. En concreto problemas voladores gigantes (para lo que eran).

-¡Maldita sea! ¿Es que no pararán de venir bichos raros? -dijo exaltado.

Atrus estaba impaciente con aquella espera.

-Alfonso, la próxima vez espera que avance yo- dijo apoyado contra la pared norte, con los brazos cruzados.

Pero tanta espera, le habían abotargado los sentidos, porque no escuchó los bichos hasta que estuvieron casi encima de ellos. Se intentó parapetar contra el muro, sin llamar la atención, para poder flanquear a las criaturas.

Braedam se dispuso a recibir el ataque de las stirges. Invocando su asecendia draconica lanzó un chorro de ácido donde creyó que podría hacer más daño. Tomaddd perras! Esto es lo que recibireis de nosotros!

Preparo mi ballesta pesada colocándole una saeta mientras se acercan las criaturas voladoras - " Estamos en mala posición, la mitad aquí arriba y la otra mitad 30 pies más abajo, esas criaturas traspasaran el muro sin problemas así que preparad armas a distancia y en cuanto traspasen el parapeto de piedras que les separan de nosotros atacad antes de que se lancen tras nosotros " - Observo con temor a nuestro alrededor, nos hemos confiado y nos atacan cuando estamos muy dispersos, espero que esas criaturas sean débiles y no causen daños - " ¿ alguien sabe que es eso ? " -

Los insectos voldores sobrepasan el muro dando la opción de usar las armas a distancia de nuestros héroes al estar preparadas con antelación, tras ello se lanzan en picado contra los guardias e inquisidores.

Asalto 1

Stirges 21

Gardian 20

Fulgur 15

Atrus 13

Fonkin y Bráedam 9

Ashrac 7

Darck 4

Llegar hasta allí ya les había supuesto un gran esfuerzo, y con los tesoros sagrados encontrados en la tumba del paladín tenían un poco más de esperanza en poder acabar su misión con éxito. Avanzaron de nuevo por el volcán, ahora con el Comisario-Capitán más decidido que nunca ha llegar al fondo del asunto, encaminando al grupo en dirección directa hacia abajo, cuando una aparición que paralizó a Doflar por completo se mostró delante de ellos. Era la Diosa Loviatar, Diosa de los Inquisidores del Mal que viajaban a nuestro lado, apoyándonos en ésta misión.

No era la Diosa de Doflar, pero por respeto, pues al fin y al cabo (¡y nada menos!) era una Diosa, el pequeño mediano hizo una reverencia y mantuvo la cabeza gacha, esperando que terminara de hablar. Al irse, pudo dejar de temblar y recuperar el resuello. Había sentido el odio y el mal impregnando cada fibra de la cueva a su alrededor, tal era la presencia de aquel ser poderoso donde los hubiera, y tenía el estómago revuelto.

Poco a poco las palabras de la Diosa entraron en su cabeza y el jolgorio general le afectó, sonriendo como un estúpido casi sin terminar de comprender o de creer lo que estaba sucediendo. - ¿He...hemos conseguido derrotar al Caos? - se preguntó a sí mismo mientras escuchaba a los demás hablar, refunfuñar e incluso confundirse.

No quiso entrar a discutir nada con nadie, simplemente se alegró de escuchar esa noticia y suspiró por no haber llegado tarde, como pensaba que iban a llegar. Pero todo ésto no quitaba que siguieran en mitad de un volcán, con múltiples trampas, criaturas y no-muertos alrededor que querían acabar con ellos. Puede que el Caos estuviera derrotado, pero no vencido, y mucho menos expulsado de allí.

Llegaron a un terraplén que había que subir, varios de sus compañeros lo hicieron con soltura, otros con mayor esfuerzo, incluso Darck demostró sus habilidades mágicas de nuevo invocando a un esqueleto que se plegó cual escalón y le permitió alcanzar la parte superior con mayor facilidad. Doflar estaba pensando en usar el mismo apoyo para subir cuando una explosión lo sacó de su ensimismamiento. Tras el follón inicial, las voces de sus compañeros, unos metros más arriba, le indicaron que Alfonso había pisado una trampa de bola de fuego y otra de oscuridad. Le pedían que subiera para ayudar y eso hizo*. Con cuidado y esmero, fijándose muy bien donde ponía los pies, a pesar de su pequeño tamaño y constitución, Doflar subió lentamente hasta llegar arriba, donde resopló un par de veces por el enorme esfuerzo...y eso que tenía una cuerda. El guardia que su Capitán le había asignado, el paladín Joseph, subió tan lento como él, y así los dos consiguieron llegar arriba no sin esfuerzo. - Ya voy Capitán..un segu..un segundo... arf...arf... - respondió Doflar.

Pero la sorpresa les esperaba aún. No se había acabado el peligro y Doflar maldijo su mala suerte. Al llegar arriba y echar un vistazo** hacia la pared que decían que era ilusoria y que desapareció rápidamente ante sus ojos confirmando que lo era, pudo escuchar también unos zumbidos amenazadores y frenéticos. Unos monstruos como mosquitos gigantes aparecieron en escena, con ganas de comer, y esos no tenían nada de ilusorios. 

Aquellos bichos no parecían excesivamente peligrosos, pero comparados con Doflar, eran lo suficientemente grandes como para comérselo enterito. Con rapidez, invocó las energías mágicas que atesoraba y con firme propósito, esperó a que uno de los bichos se le acercara para lanzarle su fiel pájaro envuelto en electricidad mortal.***

- ¡Capitán, si me permite el atrevimiento, yo no me separaría, no con esas criaturas muertas vivientes esperando para quitarnos la vida, igual que han hecho con Fray Hostia! - dijo, mientras la energía le recorría los dedos.

Al pasar por el muro la primera criatura disparo mi saeta. Antes de ver si acierto, tiro el arma y desenfundo mi espada para iniciar los ataques cuerpo a cuerpo.

mañana sigo, id posteando ataques a distancia y pasremos a iniciativas.

Cuando las criaturas voladoras cubren el techo apunto de lanzarse sobre nuestros compañeros para hacerles trizas, saetas y hechizos a distancia caen sobre ellas. Rezo una rápida plegaria a mi dios para que me conceda un hechizo que podría servir para derribarlas*.

Al atravesar el muro artificial, una de las stirges ve su cuerpo atravesado por una saeta, haciendo que sus alas apenas puedan mantenerla en vuelo, así que junto a las demás stirges se lanzan sobre vosotros con sus puntiagudos apéndices nasales apuntando en vuestra dirección.

Uno de los stirges toca el cuerpo de Atrus con su probóscide clavándolo en su cuerpo con facilidad ( se considera ataque de toque ), en ese momento su cuerpo se agarra con fuerza al inquisidor, ya que sus patas terminan en pequeñas pinzas, las cuales se cierran sobre cualquier cosa que porte el agarrado. Para librarse del agarre Atrus tiene que sacar 26 o más para librarse o el siguiente asalto la criatura comenzará a succionar sangre.

Doflar sigue la misma suerte que Atrus, siendo la dificultad para enfrentarse a la sujeción de la stirge 18

Ashrac igual dificultad presa 15

Darck igual dificultad presa 18

Gardian igual dificultad presa 21

Fulgur igual dificultad presa 31

En menos de seis segundos, 6 de nuestros héroes tienen a una de esas criaturas pegadas a su cuerpo con la punta de su probóscide clavada en su cuerpo como si de una aguja se tratase. Si se supera la dificultad de la presa, soltáis a la criatura de vuestro cuerpo, si falláis esta sigue pegada y sufrís el estado de apresados:

Apresado: Un personaje apresado no puede moverse, lanzar un conjuro, disparar un proyectil o emprender cualquier acción más compleja que atacar desarmado, con un arma ligera o intentar liberarse del oponente. Además los personajes apresados no amenazan área alguna ni gozan de bonificadores a la CA por Destreza ante los contrincantes que no están en supresa.

Asalto 1

Stirges 21

Gardian 20

Fulgur 15

Atrus 13

Fonkin y Bráedam 9

Ashrac 7

Darck 4

El insecto clava su apéndice sobre mi, mientras sus patas como si se tratase de férreas pinzas agarran con tanta fuerza que no puedo quitármela de encima. Así que golpeo con mi puño el cuerpo de la criatura, el movimiento casi hace que me caiga al suelo y durante unos segundos quedo atontado al no saber que coño está pasando.

El inquisidor se sorprendió ante la rapidez de la criatura, y más aún cuando se prendió a su cuerpo como el parásito que parecía ser. Sin perder tiempo, desenvainó sorpresiva y rápidamente sus dos dagas, clavando una de ellas en el cuerpo aún no del todo rechoncho de la stirge.

La sangre lo salpicó y el bicho comenzó a perder la fuerza para sostenerse. Intentando aprovechar el tiempo para poder liberar a otro de sus compañeros, intentó lanzar una daga, pero una de las patas de la criatura, justo antes de poder lanzarla, se enganchó y no pudo extender su brazo para hacerlo. En cambio, cortó la pata y cayó finalmente.

En menos tiempo del que tuvo Fulgur para reaccionar, el enjambre de insectos se lanzó en picado hacia el grupo, muchos de ellos teniendo éxito en quedarse clavados a los cuerpos de sus víctimas. Fulgur se vio apresado por el cuerpo asqueroso del insecto y se debatía con fuerzas para escapar.

Se movió y movió pero el cuerpo del insecto estaba bien pegado bajo su armadura. Al menos sí que se llevaría un buen puñetazo. Pero el propio movimiento del insecto hacía muy difícil de acertar y los dedos del comisario pasaron fregando a escasos milímetros la piel seca de su enemigo.

Al pasar el muro una explosión de sonido se produce entre las stirges, dañando a cuatro de ellas, otra es herida por la saeta de Gardian y otra cae al suelo al verse disueltas sus alas por el ácido de Bráedam. 5 de ellas permanecen agarradas a los cuerpos de sus víctimas.

Faltan por actuar en el asalto 1: Fonkin, Bráedam, Ashrac y Darck, después pasaremos al siguiente asalto. 

Doflar dificultad para enfrentarse a la sujeción de la stirge 18

Ashrac igual dificultad presa 15

Darck igual dificultad presa 18

Gardian igual dificultad presa 21

Fulgur igual dificultad presa 31

En menos de seis segundos, 6 de nuestros héroes tienen a una de esas criaturas pegadas a su cuerpo con la punta de su probóscide clavada en su cuerpo como si de una aguja se tratase. Si se supera la dificultad de la presa, soltáis a la criatura de vuestro cuerpo, si falláis esta sigue pegada y sufrís el estado de apresados:

Apresados: Un personaje apresado no puede moverse, lanzar un conjuro, disparar un proyectil o emprender cualquier acción más compleja que atacar desarmado, con un arma ligera o intentar liberarse del oponente. Además los personajes apresados no amenazan área alguna ni gozan de bonificadores a la CA por Destreza ante los contrincantes que no están en supresa.

Asalto 2

Alfonso 22

Stirges 21

Gardian 20

Fulgur 15

Atrus 13

Fonkin y Bráedam 9

Ashrac 7

Darck 4

Antes de que tuviéramos tiempo de reaccionar, varios de esos bichos se habían adherido a los cuerpos de mis camaradas. Sólo atiné a desenvainar mi espada y prestar apoyo a los que tenía más cerca, empezando por nuestro líder.

-¡Comisario, aguante, voy a ayudarlo! -le dije a Fulgur mientras descargaba un golpe contra su captor-¡Toma ésto, bicho asqueroso!