Partida Rol por web

Parecía que Alfonso estaba teniendo los mismos problemas que él mismo en cruzar aquella condenada pared.

Por más que tratase de cruzarla, no dejaba de ser una sólida pared de piedra. La podía palpar perfectamente con sus manos y pese a que cerraba los ojos seguía estando allí, no se correspondía con una simple ilusión.

Fonkin, según las reglas ni con los ojos tapados. El problema no está en la lógica, sino en el reglamento. Sea una ilusión sólida, sensorial, mental, o psicosomática, las reglas te dicen que si fallas la TS, crees que no es una ilusión, sino algo real, y que debes actuar en consecuencia. Si ves a alguien interactuar con la ilusión, o tienes pistas de que podrías serlo, otra tirada de salvación sería lo adecuado, pero mientras falles, has de asumir las consecuencias.

Vas directo contra la pared ilusoria y cuando llegas a ella chocas como si estuviera porque tu mente reacciona como si estuviera. Incluso si alguien te empujara y te obligara a atravesarla, solo tendrías derecho a otra TS. Y si las fallas otra vez tu mente racionaliza el suceso con la firme convicción de que la pared esta ahí.

Alfonso, Garidan, Fonkin, Pepus, Joseph y los dos guardias de Alfonso son incapaces de atravesar el muro. ( os recuerdo que han traspasado el muro 6 compañeros, por lo que tenéis que realizar 6 tiradas en total, restando las ya realizadas ).

En el interior, un estrecho pasillo se interna hacia el oeste.

El veterano soldado empezaba a perder la paciencia y precisamente cuando fue consciente de ello, decidió que necesitaba tomarse unos momentos para tranquilizarse.

Dejando de prestar atención al resto de los que trataban de pasar, tomó unos pasos de distancia, relajó sus músculos, cerró los ojos  e inspiró profundamente una gran bocanada de aire.

Gardian había entrenado su cuerpo por encima de su mente, sobre eso no había discusión posible. No disponía de habilidades arcanas ni tan siquiera de talento para poseerlas y era por eso mismo que se había dedicado a perfeccionar su plano físico tanto como le fue posible a lo largo de su carrera como hombre e armas y parecía que eso le estaba penalizando en aquel momento.

-No hay pared alguna, Gardian... que tus ojos no decidan por encima de tus piernas...-se susurró en tono tranquilizador.

tras unos segundos, empezó a caminar con paso decidido hacia la pared, con la mente tan en blanco como pudo. En un abrir y cerrar de ojos se encontró al otro lado.

El que no pase se va a llevar un buen coscorron!

Para agilizar he realizado las tiradas de ts descreer en vuestros post. Ahora ya estáis todos al otro lado.

Casi un minuto después de recorrer un estrecho pasillo y tras ascender por unas escaleras, el túnel termina de golpe en una pequeña cámara de 20 pies de ancho, miráis extrañados el lugar porque nada hace sospechar que en esta cueva haya una tumba. 

Ahora, al lado de Alfonso una figura espectral surge de la nada señalando la pared oeste

- " Tras la última defensa mágica, encontraréis los cuerpos de mis 16 compañeros de armas que cayeron ante la llegada del Caos, resistí con graves heridas hasta que pude reunir los cuerpos y esconderlos en este lugar,  sacralizé el lugar, lo protegí con magia y morí esperando que tarde o temprano alguien viniese a recuperar los sagrados objetos que pude salvar del templo principal, el cáliz y la piedra de Tircople. Usadlas con sabiduría y en tiempos de paz devolverlas a algún templo del bien, ahora ya puedo descansar en paz. Alfonso haz buen uso de mi armadura y de mi espada, en vida me ayudaron a eliminar a las viles criaturas del Caos malvadas, espero que sigan haciendo aquello para lo que fueron creadas, recordad mi nombre Alaric el Paladín. Id con la bendición de los dioses " - Tras ello desaparece, al parecer para siempre.

Lo mismo ts voluntad dif 16

El mago se encontraba taciturno, sin emitir palabra, sus ojos se movían pesadamente y poco, haciendo el sueco se daba por aludido al hecho de que no podía distinguir la segunda ilusión de cualquier otro muro o pared.

El espíritu del paladín por fin se manifestó ante todos nosotros y nos comunicó su última voluntad.

-Cantaré odas en tu honor, valiente Alaric, para que todo el mundo te recuerde.

Ahora, teníamos que traspasar otro muro ilusorio. Intenté hacer lo mismo de antes, pero esta vez parecía no funcionar.

-Este se ve un poco mas real...

DM: Chicos, como sois muchos y alguno ya lo ha conseguido ( Casiopea ), haced directamente 11 tiradas, raro será que no paséis una de las 11. Así no alargamos el resultado.

Miro hacia arriba, nada, miro hacia los lados, ahí. Para los que la vieron, para los que no, Darck se acerco a la ilusión y atravesó una punta de su bastón. -Aquí esta. ¿Gustan pasar?-

Tanto pasar los compañeros, al final puedo hacerlo yo aunque me cuesta reponerme del muro tan real para mi mente, poco a poco logro centrarme y pasar los pies muy despacio para luego seguir con el resto del cuerpo. Por fin había conseguido cruzar la ilusión y poco a poco nos reuníamos todos en este otro lado. Vuelve a aparecer el espectro del paladín, ahora parece que todos pueden verlo a juzgar las caras que ponen cuando comienza a hablar. Alaric, por fin conozco su nombre, es alentador pensar que puede considerarnos dignos de su esfuerzo, a la vez que me preocupa el pensar que junto con 16 guerreros más llego a sucumbir ante las ordas del caos. Esperaba no defraudarlo porque eso significaría que el resto de la isla también caería.

Siguieron el estrecho camino hasta llegar a una estancia pequeña pero reconfortante, comparada con lo que habían dejado atrás. Una figura se manifestó, era Alaric, el Paladín. Les contó un resumen de sus momentos finales y señaló una pared, donde dijo qu estarían los tesoros que había podido salvar, tesoros que deberían de devolver a un templo del bien una vez hubieran acabado con el Caos en la Isla. - Así se hará, Paladín Alaric. - murmuró Doflar. 

Con decisión, se dirigió hacia la pared y la atravesó, pudiendo por fin ver los tesoros que les ayudarían a derrotar a los malvados.

Luego de estudiar la pared con un poco más de detalle, comencé a notar pequeños poros. Al principio, casi imperceptibles, luego comenzó a parecerse más a una asquerosa colmena.

-Sí, ahora lo entiendo. No es real. Voy a pasar.

Darck, Doflar, Alfonso y Fonkin atraviesan el muro ilusorio. Al otro lado se encuentran con una gran cambio, lo que era hasta ahora túneles naturales producidos por el antiguo paso de la lava del volcán, es ahora una zona construida por la mano de alguien, ya sea artificial o mágicamente. La sala en la que ahora os encontráis está hecha de piedra blanca, cuatro pilares blancos sujetan el techo y están grabados con runas consagradas al bien. En el muro más al norte hay un cuenco de plata, sorprendentemente está lleno de agua limpia y transparente. Dos salas continúan a esta antesala, una hacia el oeste y otra hacia el sur.

Atrus ya había visto que era un muro ilusorio, por lo que sonrió ante el accionar de Darck. El inquisidor apoyó la espalda contra la pared (real). No cruzaría esa ilusión, no quería arriesgarse innecesariamente. Vigilaría, que no estaba seguro de qué tan tranquilos podían estar allí.

-Muy bien, Alfonso, esto nos servirá mucho- dijo Atrus con una sonrisa sincera.

Cualquier ayuda era bienvenida, aunque fuesen cosas sagradas para el bien, ya que tenían una lucha cruenta por delante.

¿Dónde estará el equipo mágico de los inquisidores del mal? pensó mientras observaba cómo pasaban a través de la pared.

Bráedam paso junto a sus compañeros a través del muro ilusorio tras el encuentro místico con el paladín Alaric, prometiendo cumplir sus deseos.  La sala hecha de piedra blanca y sus cuatro pilares blancos grabados con runas consagradas al bien que sujetaban el techo dejo conmocionada a la hechicera.  Acercándose al cuenco de plata que sorprendentemente estaba lleno de agua limpia y transparente, acercando su mano se atrevió a mojar dos de sus dedos y ungirse con el agua bendita dando gracias a los dioses de la Ley. Tras esto exploro el resto de las salas. 

Tras las palabras del paladín, este espíritu aquí atado es liberado, en principio con el mandato de usar los artefactos dejados en esta sala para el bien, aunque haríamos lo que pudiésemos ... mi objetivo era hacer lo que estuviese en mi mano para expulsar al caos. - Bueno, cojamos lo que nos han legado y continuemos. Aun tenemos que acabar con el pensante.

No sabía para que podían valer estos objetos sagrados, solo el buen ojo mágico de Dark podrían darnos las respuestas que necesitábamos. - ¿Alguien sabe para que sirven esos objetos?.

Doflar entró a la sala y sonrió levemente al verse rodeado por un aura de paz y tranquilidad. Podía sentir que el bien impregnaba aquel lugar y eso era bueno, teniendo en cuenta donde estaban. Un pequeño remanso de paz en medio de tanto Caos era bueno, indudablemente. Aquel era un lugar al que se podrían retirar a descansar si permanecían más tiempo allí dentro. 

Vio a Braedam ungirse con el agua, y la imitó tímidamente, rezando a los Dioses de la Ley mientras lo hacía, así como a los del Bien, esperando recibir su protección y ayuda ante la tarea que tenían delante. Prometió en su fuero interno preocuparse de devolver los objetos sagrados a su lugar cuando terminaran su tarea y acto seguido, se interesó por intentar descubrir la función de los mismos para ayudar en lo que pudiera. 

Una vez que atravesé la pared, me encontré con una hermosa sala blanca. Las columnas se erguían orgullosas hasta tocar el techo. La luz de las antorchas producía brillos que parecían estrellas sobre la superficie cristalina del agua que contenía el cuenco ubicado en aquella estancia. Algunos de mis compañeros se ungieron con aquella agua, pero yo no me atreví. No sabía con exactitud qué efecto tendría. Otras dos puertas nos permitirían seguir nuestro camino.

-¿Y ahora por donde?