Partida Rol por web

Actualización del asalto hasta ahora:

Cuando parece que la bola de fuego va a hacer mucho daño al grupo, Bráedam lanza un hechizo instantáneo, protegiéndose el de la mayor parte del daño, haciendo que su familiar no sufra daño alguno, además protege al cuervo de Doflar el cual no recibe daño y aunque intenta proteger a Doflar, la tirada de salvación de este no es suficiente y recibe el máximo daño cayendo al suelo moribundo. Fonkin usa su varita de vigor menor para curar a Doflar, haciendo que en su primer efecto se estabilice. Ashrac invoca un martillo espiritual que ataca al enemigo fallando por muy poco.

Os recuerdo por la descripción de Gardian que el enemigo está volando a 15 pies de altura sobre el suelo de la caverna y a no ser que saltéis o voléis no llegáis al cuerpo a cuerpo. Espero el post de los que faltan y vamos al asalto 2

Asalto 1

Sumonstruos, Bráedam y Atrus 22

Balcoth 20

Gerald 19

Fulgur 18

Darck 17

Doflar 16 (suelo e inconsciente)

Damrod y Alfonso 15

Gardian 14

Fonkin y Keth 8 (keth moribundo suelo e inconsciente)

Ashrac 6

Harold 4

Pasado el sobresalto pude ver un poco mejor al enemigo. Entonces reparé en el hecho de que estaba volando. Mi espada no serviría en esta ocasión. Utilicé mi varita para sanar a Doflar que estaba muy mal herido. Luego tendría que ocuparme de Keth, que aún no se había recuperado del todo.

-Aguanta, soldado. En un momento iré a ayudarte.

En un abrir y cerrar de ojos medio grupo estaba por los suelos y debatiéndose entre la vida y la muerte. Tocaba actuar pero las circunstancias apuntaban que era mejor no acercarse demasiado a aquél...ser, que al parecer los tres renegados conocían.

-¡Eh, vosotros tres! -dijo dirigiéndose a Damrod, Gerald y Harold-. ¿Sabéis algo de ese tipo por vuestras andadas a las profundidades? ¡Nos iría bien cualquier información ahora mismo!

Sin esperar una respuesta conjuró una de sus fieles armas espirituales. Al menos, si quería lanzar otro conjuro, antes se tendría que quitar el arma de encima.

—Es un servidores del Caos, como podrás imaginar —respondió a Fulgur, cortante, molesto por el tono. Siguió tensando la cuerda del arco de Gerald, para lo cual necesitaba toda su fuerza, y tras unos momentos continuó hablando más sosegado, aunque con cierto malestar que dio forma en simple sarcasma.—. Es un incorpóreo, pero seguro que lo has visto. Y también arcano, aunque eso si que lo has tenido que notar tu solo. —Carraspeó y entrecerró los ojos, alzando la mirada al fin. Esta vez habló con calma—. Si supiéramos algo más que lo que hemos dicho, ya lo sabríais, Capitán.

Aprovechando los rescoldos de las llamas y antes de que se apaguen y nos quedemos sin luz, mis viejos ojos enfocan a la criatura y aunque apenas la veo bien, concentro mis energías y convoco una flecha ácida mágica, seguro que si acierto debido al daño prolongado que provoca impediré que pueda lanzar fácilmente sus dañinos hechizos - " Kaderin saeta asit ve saun olarak kalbine girsin " -. Una flecha con un aura verdosa aparece frente a mí y con mi mano apunto al ser, proyectando la energía mágica hacia su objetivo. La verdosa saeta cruza el espacio entre nosotros y el tal Balcoth hasta llegar a el e impactar con un siseo ácido. 

Fonkin en el segundo asalto cura con su varita a Keth, así que Keth y Doflar recuperan 1 pv pero siguen inconscientes en el suelo. Balcoth sufre el segundo daño por ácido en cuanto le toque.

Asalto 2

Sumonstruos, Bráedam y Atrus 22

Balcoth 20

Gerald 19

Fulgur 18

Darck 17

Doflar 16 (suelo e inconsciente)

Damrod y Alfonso 15

Gardian 14

Fonkin y Keth 8 (keth inconsciente)

Ashrac 6

Harold 4

Las ascuas provocadas por la bola de fuego se han apagado dejando que la oscuridad penetre de nuevo en este nivel, ahora es cuando Balcoth asciende cinco pies hasta desaparecer a través del rocoso techo, de repente donde había un terrible enemigo solo queda un negro vacío.

Se decía que los hechiceros obtenían su magia de tener una gota de sangre de dragón en las venas, de que alguno de sus antepasados lejanos había sido un dragón y aún conservaban en su interior ese poder arcano de la mismísima Raíz de la magia. Aquello no estaba probado, pero en situaciones como aquella, Harold se lo creía. De la espalda de Braédam habían salido unas alas hechas de pura fuerza, que habían detenido el fuego del incorpóreo y habían salvado a los compañeros y a la propia hechicera. 

La pregunta del capitán resultaba un poco extraña: Harold ya había dicho lo único valioso que sabía, que era que solo podía atacársele con magia, y además, todos parecían muy competentes en la lucha contra él. Conjuraron armas espirituales, que al estar hechas de fuerza eran muy efectivas contra él, y Dark lanzó lo que sin duda era una flecha ácida de Melf, que le impediría lanzar más conjuros. Harold alzó la mano vacía, pues no había desenvainado la espada por estar Balcoth fuera de su alcance, y se disponía a conjurar el también cuando el incorporal desapareció por el techo. 

Harold se acercó al punto donde había desaparecido, y miró el techo con preocupación. 

-Esto es malo-dijo frunciendo el ceño-No podemos dejar que ataque y desaparezca mientras nos desgasta. La próxima vez deberíamos atacarle con todo en cuanto le veamos, los conjuros más poderosos que tengamos. Ya nos hizo lo mismo a nosotros la primera vez que le atacamos, desapareció en cuanto la cosa se puso mala para él. 

Curemos a los heridos y continuemos, no podemos hacer nada para seguirle. Si vuelve a aparecer... esperemos poder derrotarle antes de que huya. 

Con mi varita logré sanar un poco a Keth. Pensaba que no estaríamos listos para el siguiente ataque del enemigo cuando de pronto, la criatura comenzó a alejarse.

-¡Intentemos retirar a los heridos mientras podamos!

—Tened cuidado, recordad que sigue habiendo enemigos por aquí. —Atrus había dado la alarma antes incluso de que Balcoth apareciera, por lo que era probable que siguieran en peligro.

De hecho, era seguro: el incorpóreo podría aparecer de nuevo en cualquier momento, listo para terminar el trabajo. Si le dejaban a sus anchas, aparecería una y otra vez, preparado para atacar y desaparecer, causando graves daños y más muertos, sin que pudieran hacer nada por evitarlo. Tal vez, incluso, era el momento de regresar, pues sin duda no estaban listos para semejante amenaza.

—Deberíamos retroceder con los que peor están, y separarnos mientras tanto para cubrir el máximos terreno sin dar opciones a que otra explosión como esa nos mate a todos —propuso, observando alrededor una vez avanzó hasta el pasillo y tensó el arco, listo para disparar si veía al enemigo.

Keth y Doflar recuperan 1 pv, aún no es suficiente para que despierten. Al mismo tiempo Balcoth recibe su último daño ácido este asalto. Por ahora ni rastro de los Su-monstruos, ni del mago incorpóreo Balcoth.

Asalto 3

Sumonstruos, Bráedam y Atrus 22

Balcoth 20

Gerald 19

Fulgur 18

Darck 17

Doflar 16 (suelo e inconsciente)

Damrod y Alfonso 15

Gardian 14

Fonkin y Keth 8 (keth inconsciente)

Ashrac 6

Harold 4

Atrus vio cómo sus enemigos retrocedían... y escuchó claramente la explosión a su espalda. Retrocedió y se encontró con un incorpóreo frente a él. No podía hacerle nada, por lo que se dispuso a ayudar.

-¿Alguno con algún arma ligera mágica?- preguntó mientras se acercaba al resto y ayudaba con los heridos.

Lamentaba sinceramente la pérdida de sus hojas mágicas. Nunca las había necesitado tanto como ahora.

Viendo que Keth y Doflar se estaban recuperando de a poco, decidí usar la varita en mí mismo para sanar las quemaduras que me había dejado el enemigo.

Mientras otros ayudaban a los heridos, ya fuera haciendo que se recuperasen o llevándoselos hacia el nivel anterior, a salvo, siguió camnando y vigilando alrededor, pendiente de si Balcoth volvía a aparecer.

—Daos prisa. Lo mejor será replegarnos y volver preparados.

Harold tenía claro que aquello era un problema. La mayor parte de la guardia estaba herida o casi muerta, y un conjuro más como ese podía acabar con casi todos. Observó con preocupación el fragmento de techo por le que había desaparecido su enemigo, y finalmente se volvió hacia sus compañeros. Solo había una cosa que se pudiera hacer. 

-Escuchadme, esta situación no es buena. Si puede estar apareciendo y desapareciendo, puede matar a la mayoría antes de que podamos hacerle nada. Tenemos que estar preparados. Subamos a la superficie, descansemos, curemos a los heridos y preparemos conjuros adecuados para enfrentarnos a este ser. 

Los incorpóreos no pueden salir a la luz del día, así que mientras descansamos estaremos a salvo. Como dice mi compañero Damrod, hay que replegarse. Luego, ya curados y preparados, volveremos a bajar, y si vuelve a aparecer le curaremos de su miseria de una vez por todas. 

- " Tenéis razón maese Harold y Damrod ¡ A mí la Guardia ! ¡ Nos replegamos en cuanto los caídos se recuperen y puedan andar ! ¡ no quiero más sorpresas iré delante, en fila india a 10 pies cada uno dejando separación quiero a Doflar, Bráedam y Fonkin, cerrando la fila Alfonso ! ¡ Señor comisario usted en el centro no podemos perder la cabeza de la guardia con un ataque sorpresa ! ¡ Prepárense todos marchamos en medio minuto ! " - Grito intentando jalear a la guardia, debemos prepararnos mejor ante esta gran amenaza e intentar que no se repita el ataque sorpresa.

Doflar se había preparado para atacar a cualquier enemigo que apareciera, su pájaro revoloteaba a su alrededor concentrando el poder de la sangre del mediano en sus patas, dónde relámpagos chisporroteantes chasqueaban produciendo restallidos de luz blanquiazul que iluminaban ligeramente los cabellos del pequeño hechicero, dándole un aspecto mucho más terrible de lo normal, cuando era un simpático y charlatán compañero. Una sombra se separó de las demás y de repente todo el mundo alrededor de Doflar se convirtió en fuego. El insoportable dolor le hizo gritar de pavor, un pavor que se extendió alrededor suyo mientras más y más guardias eran alcanzados por ése poder maligno. El miedo invadió el corazón del joven guardia, miedo a morir allí, en las profundidades de una cueva desconocida sin poder volver a su casa a demostrar a los suyos cuánto había cambiado. ¿Realmente lo había hecho? Su último pensamiento mientras el dolor era tan insoportable fue para su madre, quién había confiado en él y le había alentado a recorrer mundo y crecer como persona. - Mamá... - Cayó en una oscuridad de la que no supo si iba a poder salir o no...mientras, una luz se iba acercando a él poco a poco.

Cuando la criatura desaparece, aun mantengo la concentración sobre el arma espiritual, bajo ningún concepto dejaría que el arma se disipase hasta terminado su cometido o hasta que saliésemos del volcán. Un leve vistazo, me indica que Doflar el único de los guardias de la población que se ha mostrado cauto en sus acciones ante nuestros dioses ha caído, niego con la cabeza mientras me aproximo para curar al pequeño ... y sacando la varita de curación toco su cuerpo inerte. 

- Pequeño amigo, aun no es tiempo de que te reunas con los dioses. 

Y tal como hizo anterior mente atacó y se largo, ese enemigo iba a ser un gran problema y sentía que era mucho más peligroso que el demonio stirge, al menos a este último podía alcanzarlo con su espada. Las llamas se extinguieron dejando la cruda oscuridad que cubre los cuerpos de los caídos y en la situación tan crítica que se encontraban la retirada era su mejor y única opción, Gerald ayuda a movilizar tanto a los heridos como a los caídos y empiezan su peregrinación hacia la salida.