Partida Rol por web

Tyler ignora las protestas, aunque pone cara diplomática, no es la primera situación semejante que a tenido.

- Bien caballero, le ruego acepte mis disculpas, tan solo velo por la seguridad de los invitados, por favor, unase a la fiesta y disfrute de la velada. Gracias por su cooperación.

Bueno, piensa, ahora tengo una escusa para abordar a Ms. Carlyle si no lo han hecho mis compañeros... doy unos segundos al vicepresidente ejecutivo de la radio WJZ y vuelvo a la fiesta.

Y aprovechando ese instante en que ella está sola y aliviada de verse libre del pesado de turno, cogo a Paul del brazo y nos acercamos antes de que venga otro. Sonriéndole afablemente y, haciendo una mirada significativa indicando al pesado, inicio la conversa:

Vaya! Realmente hay gente que no sabe cuando molesta. Espero que no utilice esta misma frase para echarnos...

¿Es usted la srta. Carlye, verdad? Muchísimo gusto en conocerla. Conozco a su abogado, el señor Bradley Grey. Me entrevisté con él hace unos pocos días en su despacho de Manhattan. De hecho iba a concertarme una entrevista con usted acerca de una investigación. Oh! Discúlpeme! Aún no me he presentado como es debido. Soy Lindsey Marrow, escritora y psicóloga, y éste es mi compañero Paul Bauberg, anticuario.

Le acerco mi mano para estrechar la suya, a no ser que estén ocupadas con la copa de champán y algún canapé - ¿Le importa que le robemos unos minutos? No sé hasta que punto el señor Grey le habló de nosotros y de la investigación que llevamos a cabo, referente a la expedición Carlye.

Ante todo queremos dejar claro que no queremos en absoluto remover viejas heridas, la pérdida de un hermano ya es suficiente desgracia. Ella tendría que deshacer muchos de sus entuertos, disculparlo cuando en algún consejo de administración no aparecía, darle sabios consejos que no eran escuchados o puestos en práctica. Ir personalmente a Kenia para averiguar qué había ocurrido y regresar con un ataúd vacío y el dolor en el corazón. Luego admitir su pérdida y ponerse al frente de los negocios. Lo decía claramente con el ánimo de que ella se diera cuenta que entendía el dolor por el que había pasado, que no era una charlatana con ánimos de buscar sensacionalismo, quién sabe cuánta gente desconocida le había hablado de la expedición, de su hermano, de las deudas de éste o de sus líos...

Pero necesitamos su ayuda.

Un amigo nuestro, el señor Jackson Elias, murió en extrañas circunstancias mientras investigaba la expedición Carlye. Mi editor, de Prospero Press, me ha autorizado a continuar sus investigaciones donde las dejó. En sus notas, de las cuales su abogado posee una copia, se habla de que tenía indicios de que algunos miembros de la expedición es posible que sobrevivieran. Al menos Jack Brady.

Digo esto último con toda la cautela del mundo y esperando y analizando su reacción a estas palabras: si si echa hacia atrás, si se protege con los brazos cruzándolos y manteniéndonos a distancia y cerrándose en sí misma, la mirada que nos dedica, si denota desconfianza o si por el contrario hemos despertado su curiosidad o su interés personal.

La srta. Carlyle sonríe con frialdad. no es una sonrisa sincera, sino uno más de los muchos gestos casi automáticos que esta mujer se ve obligada a hacer a diario en miles de entrevistas y reuniones con los peces gordos de este país. Mira a su alrededor y dice con una voz suave y calmada, con un elegante acento:

No esperaba encontrarles aquí. La verdad es que mi hermano no es uno de mis temas favoritos de conversación. Pero no conozco a su amigo ni creo que les pueda ayudar, lo siento. Discretamente mira su reloj. Podría haberlo hecho incluso mas discretamente, pero quería asegurarse de que su gesto era entendido.

Y menos ahora, que el concierto debe estar a punto de comenzar. dice mientras mira algo nerviosa a su alrededor. No parece sentirse muy cómoda.

Lindsey y Paul han conseguido abordar a Ms. Carlyle, quién no aparenta estar mucho mas cómoda con los de Massachussetts que con Mr. Roschmann.

Mr. Roschmann se ha ido enfurecido y mosconea cerca de Ms. Carlyle aunque sin atreverse a interrumpir la conversación, así que finge centrar su interés en un cuadro.

Un par de instantáneas de la sala para fingir que estáis trabajando después podéis vr finalmente a vuestros compañeros.

El detective Tyler parece estar hablando con uno de los muchísimos tipos vestidos de pinguinos, solo que este quizás está mas engominado de lo normal.

Lindsey y Paul están hablando con una mujer rubia. Ms. carlyle, parece que han conseguido abordarla, aunque ella parece estar un poco a la defensiva y algo nerviosa al juzgar por su huidiza mirada que no para de buscar a alguien por el hall de recepción

Paul interviene con voz grave, cargada de seriedad y sinceridad.

Disculpe señorita pero no somos curiosos ni metomentodos, nos vimos involucrados en esto sin saber muy bien como, sólo por ayudar a un viejo amigo, a un inocente. Y es ahora, cuando solo vemos la punta del iceberg, cuando estamos a punto de perder nuestra cordura y nuestras vidas, que necesitamos su ayuda. Señorita, hemos visto muertos levantarse y atacarnos, extraños objetos africanos con poderes místicos y un sin fin de locuras más.

El anticuario alarga una mano hacia la Srta Carlyle, sin llegar a tocarla.

POdemos ayudarla, podemos llegar a donde no llegaron otros y desvelar esos misterios que tantas vidas han costado, no permita que sean en vano.

Carlyle mira discretamente el vaso de Bauberg y al descubrir que la ley seca también sigue vigente en esta fiesta abre los ojos como platos.

¿Qué han visto qué...? miren, no creo que tenga tiempo para sus historias. De hecho sospecho que no deberían siquiera estar en esta fiesta, pero tanta insistencia por parte de su compañera me resulta abrumadora.

¿Y dice que pueden ayudarme? ¿a qué? creo que el 80% de las personas que dicen querer ayudarme solo quieren ayudar su propia cuenta corriente.
Y el otro 20% desea principalmente meterse en mi cama sin descartar motivaciones secundarias similares a las del otro 80%

Carlyle niega con la cabeza. Resopla y suspira.

Mire, no se por qué pero algo me dice que usted no es como ese 80% Aunque creo que no haría ascos al objetivo primario del otro 20% No creo que pueda servirles de mucha ayuda, aunque me agradaría bastante si Jack Brady siguiera vivo. Era un hombre de fiar, y muy fiel y leal. No obstante preferiría que me trajeran en lo sucesivo algo mas tangible que una nota manuscrita.

Continuando hablando ahora que por fin Erica nos hace algo más de caso y no nos echa a la calle:

Seguramente muchísima gente, más de la que desearía, se acerca a usted con muchos motivos relacionados con cuentas corrientes. No es nuestro caso: nuestras cuentas corrientes están bien saneadas. Ejem, esto es un punto discutible...

En cuanto a las notas, una copia de algunas las tiene su abogado y otras están a buen recaudo en la oficina de Prospero Press, bajo la dirección de mi editor, Jonas Kensington. Podría decirle que puede comprobarlo pero creo que ya lo han hecho, no es cierto? No se preocupe, yo haría exactamente lo mismo. Me jugaría un libro de Jung que el tipo que preguntó por mí en la oficina lo envió ella o el hueso de su abogado...

Nuestra investigación podría ir mucho más allá de lo que el teniente Mark Selkirk pudo ir en Kenia. De momento sabemos que hubo una secta relacionada con la desaparición. Y algunos miembros de esta secta estaban en Nueva York, aunque ya no representan un problema. No es la primera vez que nos hacemos cargo de una investigación de este tipo y en cualquier caso tanto usted como el señor Grey pueden estar al corriente de como se desarrolla la misma. De momento sabemos que Nails Nelson afirma que vio y habló con Jack Brady en Hong Kong en marzo del 23. No tiene nada que perder y podría ganar el conocimiento de lo que pasó exactamente en Egipto y en Kenia. y quizá dormir tranquila...

Cambio el registro de la voz y la paso a ser más suave y acariciadora, cálida como la de una amiga, que supongo no debe tener muchas,

Por lo que sabemos su hermano era, digamos, algo alegre y excéntrico.  Pero la expedición a Egipto no cree que fuera uno más de sus caprichos, verdad? Había algo más. Esos sueños aterradores que tenía, la compañía de esa mujer, M'Weru, y su creciente fascinación por ella, libros raros que leía a escondidas... ¿Fue ella la que le dijo que era una sacerdotisa y que debía ir a Egipto?

Tyler se mantiene alejado aunque pendiente de si la conversación decae, o si se la ve realmente molesta para intervenir.

Con una sonrisilla que trata de disimular al ver a Mr. Roschmann, se lleva un pitillo a los labios y caza con la mano una de las copas que llevan los camareros en bandejas, se la lleva a los labios y al notar el alcohol recuerda que está de servicio y la deja despreocupadamente la mesa más cercana.

¿la negra esa? si, creo que fue ella la que motivó la obsesión de Roger. Y Roger decía que era sacerdotisa de un importante culto africano, posiblemente engañado por la palabrería de la mujer dice friamente. Llegó a tener sueños extraños de los que no quería ni hablar y a veces desaparecía durante días para regresar desencajado y taciturno, con la mirada perdida y solo llegó a admitir que había ido a Harlem. Fue por aquel entonces cuando le recomendé a mi psicoanalista. Luego comenzó a leer espantosos libroa antiguos que a saber de dónde los habría sacado y planeó su viaje a Egipto. En principio me pareció bien incluso, porque imaginé que allí se daría cuenta de que la negra le estaba manipulando, y allí la abandonaría. Incluso se llevó a mi psicoanalista para continuar su tratamiento... No hay atisbo alguno de pena en su voz. Suena neutra, como si estuviera comentando el balance de una de sus empresas a sus inversores. Sin embargo es también notorio que no está cómoda. No es en definitivamente su tema favorito de conversación y menos con un par de personas que acaba de conocer hoy.

De momento la mujer parece responder. No parece amigable, pero si comunicativa. Tampoco parece estar muy contenta. Ves también a Jean Philippe y a Tomas en las cercanías. Han conseguido colarse y de vez en cuando sacan alguna instantánea del lugar. Parece también haberte visto.

Bauberg se encuentra más confiado, aunque la ricachona no esta precisamente cómoda, muestra una predisposición colaboradora que es muchísimo más de lo que cabría esperar.

Srta Carlyle, creemos que a su hermano le inducieron a tener esos sueños, mediante magia negra, o si no quiere creer en eso piense en una poderosa sugestión. Pero por alguna razón le eligieron a él y era algo completamente premeditado. Tal vez por lo que usted dijo, por su cuenta corriente y por que tenía la influencia suficiente para montar esa expedición maldita.

El anticuario deja pasar unos segundos para que le dramatismoi de sus palabras haga mella en Erica, mirándola a los ojos le dice.

Si usted cree que tiene algo de información que pueda hacernos avanzar en esta trama, por favor le pido que nos lo comunique.

Ms. Carlyle parece poner una cara de decepción cuando le hablas de magia negra. te mira como si estuvieras completamente loco y parece poco a poco perder la paciencia. Su tono de voz se hace mas duro y frio aunque no mas fuerte.
Si, si. magia negra. Roger estaba con sobredosis de opiáceos y hachís.
Mire, señor, usted está equivocado. Aquí no hay ni magia negra ni nada que se le parezca. Seamos serios: mi hermano se volvió loco por culpa de esa africana. Decía que era sacerdotisa y noble y que poseía secretos que debían ser suyos. Se obsesionó, comenzó a leer libros extraños y enloqueció. Y montó una expedición, por iniciativa propia o porque le convenció la negra, que le llevó a él y a los que le acompañaban a la muerte.

Disculpen, tengo que ir al lavabo.

dice algo enfadada y disponiéndose a darse la vuelta dejandoos con las palabras en la boca.

Erica parece haberse molestado por algo que ha dicho Mr. Bauberg. Su rostro se ha vuelto mas agresivo y aunque no levanta demasiado la voz parece algo enfadada o indignada. Está a punto de largarse dejándoles con la palabra en la boca.

Avanzo unos cuantos pasos y dirigiendome a Lindsey y Paul - Disculpen la interrupción - inmediatamente me vuelvo hacia Ms Carlyle - Srta Carlyle, soy el detective Tyler. No puedo evitar robarle unos minutos de su tiempo para darle las gracias por su siempre generosa colaboración con el NYPD. Espero que esté disfrutando de la velada y...

En voz baja - confio que Mr. Roschmann - le señalo con la cabeza discretamente - no se la haya echado a perder.

- Si precisa de algún otro servicio, ya sabe estaría encantado en colaborar en aquello que entre dentro de mis posibilidades.

Haciendo una foto del momento, me giro hacia el resto Debemos de hacer algo o se marchará.

Tyler reaccionó rápidamente y se acercó hacia Bauberg y Marrow y dirigió unas palabras a ms. Carlyle.

Gracias pero se cuidarme sola. Lo llevo haciendo toda la vida y lo seguiré haciendo responde algo cortante y dejando claro que es una mujer independiente y acostumbrada a luchar por si misma. Mientras se dispone a alejarse.

Hasta ahora todo lo que había dicho Erica sólo me confirmaba que su visión de la parapsicología, del mundo de las sectas, la magia y los rituales era la más extendida. Para su propia salud mental era necesario que lo consideraran una cháchara de locos o de personas no civilizadas, como se consideraba a las de raza negra.

Pero por desgracia el hablar tan abiertamente de estos temas hacía que se cerrara en banda. Perderíamos la oportunidad de leer u hojear esos libros. Haciendo un ademán a los chicos para que no sigan por ese camino de las sectas y la magia, que el resto del mundo no es como nosotros, continuo hablándola con toda la etiqueta, modales y el aplomo del que soy capaz si las piernas me dejan...

Disculpe, no queríamos incomodarla. Nuestras investigaciones a veces no llevan hasta caminos insospechados y no siempre a la inmensa mayoría de la gente le parece una idea muy cuerda. Comprendo que le debe parecer que hablamos en chino, al igual que si usted nos hablara de las cuentas de perdidas y beneficios de sus empresas.

Pero estamos interesados en esos libros que leía su hermano. ¿Seria posible que nos los dejara leer antes que nos marchemos a Londres a continuar las pesquisas? Es nuestra próxima parada, no nos apetece estar en Nueva York con los recuerdos de la pérdida de nuestro amigo y por lo que parece, su hermano guardaba en alguna caja fuerte esos libros que usted menciona. ¿Es demasiado pedirle que que nos deje echarle un simple vistazo? Evidentemente usted podría estar presente, si sus obligaciones se lo permiten.

Carlyle observa con curiosidad a Ms. Marrow y seguidamente a Mr. Bauberg, como sondeando su mente, intentando entrever vuestros pensamientos. Parece tardar, solo un poco, pero se retrasa al responder, como si buscara un buen argumento.

Alcancé a hojear alguno de esos libros. Y narraba enfermizas locuras que no puedo recordar bien. Traga saliva y sus claros ojos se clavan en los de Bauberg primero y en los de Marrow después antes de responder:

Pero ya no hay tales libros. Creo que mi hermano se los debió llevar a Egipto o a Kenia.