Partida Rol por web

- Por el mismo motivo que no has sido ejecutada, Uriel. Todo el mundo busca información para sus propios fines. Si no refuerzas tus escudos acabaras revelando algo que no quieras, por lo que te recomiendo centrarte en responder mi pregunta.

Vuestra compañera fantasma aún no había revelado su nombre, aquel que guarda celosamente como todos habéis comprobado en el tiempo que lleváis juntos y que Kerrigan ha utilizado para referirse a ella sin conocerla de antemano. Os lleva a pensar si no habrá leído vuestras mentes también en este mismo instante.

- En lo referente a los Zerg y a la Confederación pueden acabar unos con otros hasta el último. Pero Arcturus al parecer tiene otros planes, por lo que si hay que salvar a ese bastardo confederado de Duke lo haremos, por descabellado que resulte.- Camina alrededor vuestro con la gracia de un depredador que estudia su presa- Y ahora volvamos a centrarnos. Vuestra huida del puesto avanzado parece un tanto... chapucera; Lo que implica que tal vez no seáis vosotros los que activarais la baliza. Al fin y al cabo, solo conocen su frecuencia los agentes especializados de los hijos de Khoral. ¿había alguien más en la nave?¿dónde la encontrásteis?¿que tenía de especial ese prototipo para que os decidierais a salvar la vida en él?

Las preguntas os son formuladas con exigencia militar. Algo en su forma de expresarse, tal vez simplemente una sensación incómoda en la espalda o la necesidad de mantenerla dentro de vuestro campo visual, hace tangible la sensación de amenaza reinante. Recuerda con mucho al comportamiento de Uriel, tal vez más... próximo.

Marrón miró con cierta exclamación a Uriel pero, esta vez, omitió el comentario. Las palabras de Kerrigan habían empezado antes de que pudiera elaborar una respuesta.

Coloco las palmas hacia abajó y movió las manos arriba y abajo instando a la calma.

—Eh, eh, eh, tranquila muñeca. Hay varias preguntas que todavía no nos has contestado. Aún así voy a responder a tus preguntas, aunque creo que ya te las has respondido tu misma. La nave la encontramos en el hangar del centro de mando DN-II y, como ya has podido ver, no tienen nada de especial. Es un simple prototipo que elegimos simplemente por ser la que quedaba más cerca, así de sencillo.

Dio un par de pasos hacia la fantasma mientras se retiraba las gafas. El semblante se había vuelto serio.

—¿Nos vas a contar que coño es esa baliza o tenemos que seguir aquí dorándote la píldora? Seguramente ya has decidido que vas a hacer con nosotros así que, ¿por qué no pasamos a esa fase y no se dejamos de preguntas incómodas?

Los ojos verdes relampaguean salvajemente un instante, pero resplandece con la misma brevedad que lo haría un rayo en una tormenta. La lentitud que imprime a las primeras palabras de su discurso deja entrever que Jonas no se encuentra muy lejos en su afirmación:

- Las preguntas incómodas determinan si vuelves a desplegar las alas, piloto. Os guste o no esta conversación, responderéis a mis preguntas. La alternativa para vuestra gente es muy simple en tiempos de guerra, y aunque en los Hijos de Khoral nos regimos por otras costumbres, siempre puedo encargarme de que os sintáis como en casa. Ahora contestadme, ¿había alguien más con vosotros en la nave?

El piloto empezó a zapatear contra el suelo visiblemente impaciente.

—¡Qué absurdo! En fin, como quieras. Ya te dicho quienes son los que venían conmigo en esa nave, si había alguien más no era un invitado. Comprenderás que cuando robas una nave y te persiguen para meterte un Wraith por el culo, no te paras a comprobar si en tu nave se han colado polizones.

Sonrió y se llevó las manos a la cintura. Un instante después comenzó a señalar a todos y cada uno de los presentes mientras decía sus nombres.

—La fantasmita que nunca nos dijo su nombre, cagafuego, Connor y el tullido que llevasteis a la enfermería. Bueno, también venía con nosotros un rebelde pero nos abandonó en el aterrizaje... una pena. ¿Cómo se llamaba? ¿Coogar?

Cita:

Si las miradas matasen ahora mismo un hongo nuclear se alzaría donde se encontraba Kerrigan. Pero guardó silencio a pesar que era mas que evidente su furia.

 - Sí, había un rebelde,  mi prisionero. Se llamaba Coogar. - Dice tras el piloto, sin mirarle pero asintiendo a sus palabras. - Capturado al infiltrarse en DN-II. - Pero no puede mas y la furia toma el control. - Ahí tienes tu puñetera respuesta. Si alguien lo hizo debió ser Coogar. Pero si tanto sabes de los Zerg, espero que hayas combatido ya contra ellos y que tus puñeteros alardes encubiertos de tu capacidad psiónica sirvan de algo. Porque si no sentirás como una agradable lengua viscosa se da un festín con tu cerebro si alguno de esos zerg voladores está cerca. Soy la única superviviente de una unidad KAPPA, los otros dos acabaron convertidos en bombas vivientes, así que menos lecciones sobre psiónica y hablar con libertad sobre cosas que no conoces.

Arrogante y furiosa, aunque agotada, la fantasma no había logrado contenerse. La tensión pugnaba con reabrir la enorme herida del abdomen y su sudor se entremezclaba con sangre.

Su mente estaba completamente nublada, en una brutal lucha entre la furia, su despreciado orgullo, el dolor, el caos de su condicionamiento fantasma e ignorada por todos, la voz de la razón que luchaba por imponer orden y hacer ver que su vida dependía de la decisión de Kerrigan.

- ¿Coogar muerto? ¿Qué hacía allí? Debería...- Uriel en su arrebato de furia interrumpe a Kerrigan de malas maneras. Su informe se degrada de la marcial objetividad al burdo lenguaje con que se dirigen los fantasmas a los operativos menos dotados de las tropas terranas. La actitud de Kerrigan, visiblemente hostil desde que entrara en la enfermería a pedir cuentas a Raynor, en lugar de retomar su hostil ataque verbal se transforma en sorpresa.

- ¿Una unidad KAPPA? ¿Procedente de la Academia Fantasma con ordenes de incorporarse a una misión especial bajo el mando del Coronel Huge?- la comprensión va tomando forma lentamente en la teniente. Alzando despacio una ceja examina en silencio a Uriel con renovado interés, obviando en apariencia los comentarios añadidos de ésta.- ¿Cuanto hace que llegó a Antiga Prime, operativo fantasma?

Marron movió la mano llamando la atención de Kerrigan.

—Bueno, parece que esto a pasado a ser cosa de fantasmas. Cuando te quieras dignar a revelarnos que vas a hacer con nosotros, avísame.

El piloto se giró de súbito visiblemente enfadado y se alejó de la escena unos pasos para acabar sentándose en el suelo a la espera de una decisión. Desde la nueva posición observaba con atención cada movimiento de los cuerpos de ambas fantasmas. Centró la vista unos instantes sobre Uriel.

—Me encanta cuando se pone así... —pensó.

Las partes del puzzle parecía que iban tomando forma y nuestra misteriosa acompañante fantasma poco a poco nos iba desvelando datos de su identidad qe desconocíamos hasta ahora, pero que yo personalmente no me había preocupado en descubrir. Es una buena combatiente, lo demás me daba igual, aunque ahora me estaba dando cuenta de que quizás estaba subestimando toda esta información.

Interesado en la conversación de las dos fantasmas, no les quitaba el ojo de encima, todo eso de la unidad KAPPA, Coogar... por fin iba a conocer la verdad sobre el hombre que había visto morir en mis brazos, hasta que nuestra compañera, Uriel, corta secamente a Kerrigan y la deja con la palabra en esos preciosos labios.

Se me escapa un sonoro puntapie contra el suelo y un gruñido entre dientes -ggggrrrrfffff, ¡joder!- y girandome para contener el gesto desairado, vuelvo otra a escuchar la conversación.

- Vamos, teniente... Revelando sorpresa en su rostro, quién lo diría. - Lanza la pulla pero luego suspira y baja los hombros, cansada. Ahora no tiene sentido continuar esta estúpida lucha. Parecemos simples gallos de pelea. ¿Tanto he perdido? ¿Tanto he tenido que rebajarme? - ¿Aún sigue sin quedar claro porqué antes mostré un cuchillo? Mi objetivo son dos traidores de la Confederación, acusados de sabotajes, destrucción de propiedad confederada, sedición y alzamiento insurgente militarizado. - Hizo unos rápidos cálculos para confirmar su hora de llegada. - 8 horas, 21 minutos, 42 segundos...

Dejó pasar unos segundos de silencio, sentándose debilitada, en una banqueta. A pesar de ello mantenía el rostro alzado y arrogante.

-

- De continuar subestimando a sus oponentes, no tendrá mucho más que subestimar Uriel. Si no diera por hecho que no pretende emplear el cuchillo esta conversación no tendría lugar.

Dejándoos de lado a todos se aproxima a la consola de comunicaciones activándola. Una rápida digitación de números con su mano derecha muestra en pantalla unas letras verdes enmarcadas en fondo negro: DESPACHO DR. R. KNIGHTLEY

Un hombre maduro de cabello canoso saluda a Kerrigan desde una amplia sala bien iluminada, que por el mobiliario da la impresión de servir a los mismos fines quirúrgicos que la sala en que os halláis.

- Buenas tardes doctor Knighley. Tengo más trabajo para usted, referente a las balizas.

- Bien- responde sucintamente- Enviaré un segundo informe al terminar el análisis. Podrá leer el primero en su despacho, le he enviado una copia del que Mengsk debe haber recibido ya.

La transmisión termina sin siquiera una despedida protocolaria. Kerrigan se vuelve hacia vosotros pidiéndoos que la acompañéis al tiempo que se encamina a la puerta.

¡¿Cómo?! ¿Papá?

Reconoces instantáneamente el rostro, asociando el severo semblante al ser querido del que te separaron para convertirte en Fantasma. No se ha fijado en vuestro grupo, pero con el paso de los años has crecido hasta dejar de ser la niña indefensa de tus gélidos recuerdos. ¿Te reconocerá cuando estés junto a él? ¿Qué pensará de ti? Una intranquila sensación de urgencia se apodera de ti, emocionada por volver a ver a tu padre.

La transmisión es nítida y breve. La conversación no resulta muy reveladora, dando a entender poco más que os van a llevar con el individuo de cabello cano y mirada pensativa. Más interesante sin embargo es un último detalle que captas antes del fin de la comunicación: al fondo, un individuo vestido con ropas oscuras cruza la estancia en pantalla; en su costado un cuchillo clavado estimula tu memoria. El jefe del equipo Kappa al que pertenece Uriel sigue vivo.

La transmisión es nítida y breve. La conversación no resulta muy reveladora, dando a entender poco más que os van a llevar con el individuo de cabello cano y mirada pensativa. Más interesante sin embargo es un último detalle que captas antes del fin de la comunicación: al fondo, un individuo vestido con ropas oscuras cruza la estancia en pantalla; en su costado un cuchillo clavado estimula tu memoria. El jefe del equipo Kappa al que pertenece Uriel sigue vivo.

Estudiando el perfecto físico de Uriel desde su trasero hasta su pecho, te trae sin cuidado la conversación que se trae con la tal Kerrigan. Sigues a lo tuyo mientras se dedica a hacer llamaditas a otro amigo suyo. Incluso ese gesto torcido que tiene la costumbre de poner hace jugosos sus labios carnosos. Divertido ves como se entreabre su boca, accionando resortes en tu imaginación. Si no fuera tan sexy dirías que por un instante se ha dedicado a provocarte, o que algo le ha dejado completamente sorprendida.

Marron se puso en pie de un salto. Una vez más había utilizado esa técnica ágil apoyando las manos para tomar impulso mientras lanza las piernas al aire.

Una vez en pie caminó hacia la fantasma rubia y se paró a su lado.

—¿Qué pasa nena has visto un fantasma? —dijo enfatizando la palabra con toda la intención—. ¿Conoces a ese tipo, verdad?

Por una vez Marron no parecía el fanfarrón insoportable que había acompañado a tan extraña tripulación.

Al escuchar a Marron no puedo evitar acercarme a Uriel y esperar una respuesta. Estaba seguro de que Coogar era un rebelde, pero qué era aquello de la unidad KAPPA ? Mi antigua compañía de la base DN-II no tenía información al respecto. Secreto de sumario, pienso suspirando.

- Ese hombre aún sigue vivo. Quizá debiéramos interrogarle. - digo mirando a Kerrigan - Qué información es esa de las balizas, teniente ?

La Fantasma boqueaba, como un pez fuera del agua. Si antes estaba pálida, ahora tiene el tono de un cadáver.

- Pa... - Una palabra temblorosa intenta formarse en sus labios, acompañada de un estremecimiento. - Pa... Parece. - Guarda silencio. La conversación se ha cortado, pero el nombre sigue ahí, brillando profúndamente en sus pupilas. Por un momento la fantasma parecía dispuesta a hablar, pero cuando Kerrigan vuelve a hablar, reacciona de forma hostil, cerrando la boca y, en su interior, volviendo a alzar la fría muralla de distanciamiento.

El piloto palmeó un par de veces al lado de la fantasma para instarla a la reacción.

—Pa...pa... —inició en tono burlesco—. Joder nena, parecieras un bebé llamando a su papá.

Acto seguido miró a los ojos a la fantasma y por un instante se compadeció de ella. Esta vez el rostro de Uriel si transmitía algo durante un cortísimo espacio de tiempo antes de recuperar el neutral gesto tan habitual en la fantasma.

Colocó una mano sobre el hombro de la fantasma.

—¿Estás bien nena?