Partida Rol por web

Niella suspiró aliviada cuando comprobó que el corazón del diabal comenzó a latir de nuevo. Apenas era un murmullo bajo la palma de su mano, pero era algo. Los dioses habían sido bondadosos. Si no hubiese encontrado esa planta, aquella misma mañana ahora Ratko...

—Se recuperará —Niella abrazó a Shany, que parecía estar al borde del llanto— Tranquila... Se recuperará... Solo necesita descansar.

La dibumae se pasó la mano para quitarse el sudor de la frente y miró a la siguiente puerta. Algo le decía que la perra estaba cerca, quizás a una prueba más de de distancia. Se acercaba el peligro real. La muchacha miró a Shany, insegura sobre lo que debían hacer. Tenían que acabar con aquella mujer cuanto antes, pero no podían dejar a Ratko tirado... y no sabía si serían capaces de enfrentarse a ella sin él.

—Creo... que será mejor que nos quedemos con él, hasta que se recupere, ¿no? No podemos dejarlo solo aquí

Una vez más, gracias a Niella Ratko se recuperaba de puro milagro a sus heridas. No lo suficiente para reaccionar, pero si para arrancar su alma de las garras de la muerte. Sintió el cálido abrazo de su compañera, aceptándolo como un abrigo. No era alguien que llorara, forjando su carácter con cada nueva batalla.

-En mi tierra a veces se debe abandonar a los caídos- dijo acomodando la ropa del diabal-. Pero no estamos en mi tierra- sacó de sus alforjas una tela, para envolverla y apoyar la cabeza del mago ahí-. Necesitamos su mente para seguir adelante- se justificó por alguna razón, alzando el mentón y mirando la siguiente puerta con desafío-. La próxima puerta va a ser peor. Debemos estar preparados.

No tenía idea cuantas plantas quedaban, cuando llegarían hasta esa condenada perra, pero cada paso que daban parecía ser el último. Si fuera por ella, continuaría hasta el final, pero ahora había otras cosas que le anclaban a la tierra y le daban más frialdad de pensamiento. Niella era una de ellas, siendo apenas una joven en su primera misión, teniendo que cargarse todo en sus hombros. Era digna de elogio y debía dejar de verla como “la novata”. Era una guerrera hecha y derecha.

—En la mía, como en la mayoría, depende de quien sea el caído —respondió la joven encogiéndose de hombros— Si deciden que eres importante para la comunidad, te ayudarán. Si no, puedes olvidarte. Por mi parte... no es cuestión de necesidad sino de... justicia cósmica. Se merece ver lo que le va a pasar a esa perra.

Niella miró a su inconsciente colega y resopló, más aliviada.

—Aunque parece que es un imán para los golpes ¿Le pasa a menudo? Dicen que la gente tiene manía a los... de su clase. Pero aquí parece que el que le ha cogido manía es algún dios.

Lo que ella contaba era bastante lógico, al menos para ella, aunque siempre le inculcaron que a veces uno debía hacer esos sacrificios si quería sobrevivir. Cargar con alguien en un desierto, compartiendo tu agua y comida con alguien que podría morir, era lo mismo que caer sobre una espada de punta. Pero no dijo nada, solo asintió comprensiva, preguntándose en que grupo pertenecía Niella. Era útil, pero seguramente por algo no estaba con su gente y apareció hambrienta ante el gremio. La siguiente pregunta le hizo sonreír.

-Creo que el ser líder le trajo mala suerte- luego arrugó la boca-. Aunque esta esa vez donde un moco negro casi se lo come… Por suerte logré arrancárselo y sobrevivió para seguir molestando- ella tampoco podía decir mucho-. Pero estuvo a mi lado cuando luché en mi tierra, casi perdiendo mi vida. Él me dio ánimos.

Carraspeó algo incomoda, pues comenzó a sentirse un poco nostálgica al recordar una época tan lejana, donde todo parecía ir bien.

-¿Por qué te fuiste de tu tierra?- preguntó para cambiar de tema, dejando su arma al lado y mirando de vez en cuando los alrededores.

—Buenooooo, quizás me pillaron mirando cosas que no debía ¡ejem! —Niella apretó los labios con picardía, intentando no reírse,—. Digamos que en mi ciudad la gente está demasiado obsesionada con la posición social y las apariencias y si te marcan como paria no te dejan hacer nada divertido, como estudiar magia, hacer artesanía o simplemente pasear sin que te miren mal. Ni siquiera les gusta que seas tú mismo.

Niella paró un momento, Ratko respiraba con normalidad, de modo que siguió con la historia.

Y bueno... había un chico que mandaron a la escuela de hechicería que me gustaba un poco. Y quizás, solo quizás, me colé para aprender algún hechizo para impresionarle y el tema llamó tanto mi atención que volví a colarme. Y bueno... quizás pillaron a alguien que se parecía mucho a mí rondando por la torre. Y eso no gustó nada a los líderes del gremio... ni a los de la ciudad. Ni a nadie en realidad.  Así que decidí irme. No quería acabar en una jaula. Ni literal ni metafórica.

Lo que Niella se calló era que había vuelto a meter la nariz donde no debía, concretamente entre los papeles del ahora inconsciente Ratko. Gracias a eso había conseguido aprender a materializar un doble.

Mientras la pequeña joven hablaba, Shany la oyó con suma atención, asintiendo a algunas cosas y arrugando el ceño confusa en otras. La guerrera siempre estaba preguntando algo, intentando saber más de ese extenso mundo que les rodeaba. Al único al que no atosigaba con muchas preguntas era a Ratko, quizás porque notaba lo reservado que era con su pasado.

-Eso es raro, siempre se debería fomentar aquello en la que uno es bueno- dijo para a continuación flexionar uno de sus brazos-. Mi madre supo que sería una buena guerrera desde pequeña y me ayudó con el entrenamiento- en cambio su hermana salió a su padre, más diplomática-. ¿Y que pasó con el chico?

El que no se hubiera ido con Niella era bastante decepcionante, pero la valentía no era una virtud en todas las personas. A veces había que ser directa y tomar lo que una quería. No indagó mucho más sobre lo que tuvo que sufrir Niella hasta llegar a ellos, eso era evidente, demostrando que prefería vivir en las calles a estar siendo juzgada por su propia gente.

Ratko movió la cabeza hacia un lado y después hacia otro mientras volvía poco a poco a la consciencia, al abrir los ojos sintió nuevamente a sus compañeras hablando... ¿aquello era un deja vu? no lo sabía pero lo que si era cierto es que seguía vivo y... había sido nuevamente gracias a sus compañeras.

- Me... menudo jefe... estoy hecho- dijo con la voz débil al tiempo que trataba de incorporarse, Shany iba a perder el interés en él de seguir así- me llevo todas... las... hostias- tosió- ¿Seguimos?- todo su afán era levantarse y ponerse en marcha

—Pues en realidad es gracioso: ni siquiera llegó a enterarse de nada —Niella se echó a reír al recordar aquel chasco— Al pobre lo tenían sin levantar la cabeza del libro todo el día y no llegué a hacer nada delante de él. Supongo que ahora o sea un buen mago perfectamente integrado o esté hasta las narices de todo. 

En aquel momento Ratko empezó a moverse.

—De eso nada —Niella le dio un suave empujón para impedir que se levantase— hasta que no seas capaz de levantarte sin parecer una ancianita, te quedas descansando. Si al final esa zorra resulta ser maga te necesitaremos entero, nada de en cachitos... Pero me alegra que despiertes.

-¿Sabías que hay muchas formas de impresionar a un chico y no tienen nada que ver con asaltar una torre?- en realidad el método de Niella le parecía ideal, como cuando ella le apostó a cierto capitán que podría matar más enemigos que él, para impresionarle. Al final el capitán no sobrevivió pero tuvo la misma idea que la joven. Luego la vida le enseñó a ser más directa-. Luego te cuento mis experiencias.

Asintió con una sonrisa, recordando cierta fiesta luego de cierta misión y cierta bodega. Para los que digan que los magos no tienen aguante, deberían tener de ejemplo a Ratko… Y hablando del diablo.

-Hazle caso- le dijo dándole unas suaves palmadas en el hombro-. Ya no nos quedan más recursos, así que mejor retomar fuerzas antes de seguir.

La próxima vez, podrían no contar con la misma suerte, estaban heridos y sin medios para sanarse. Nunca se había preocupado por estas cosas, siendo siempre la que generaba las heridas, siendo otros los encargados de las sanaciones.

Después de que todos los miembros consiguiesen atravesar aquel pasillo "electrizante", las escaleras marcaban el rumbo a seguir para continuar ascendiendo en aquella torre.

Ratko había sido quien más había sufrido las consecuencias pero aquello no impidió que se continuase una vez que reposó lo suficiente como para mantenerse en pie.

Avanzando tan rápido como se pudo, llegasteis a lo que sería la tercera sala de aquella condenada torre. ¿Qué macabra prueba os encontraríais ahora?

En esta ocasión, la sala era circular y de pequeñas dimensiones. No parecía haber rayos por los alrededores, tan solo una pequeña mesa de madera envejecida donde sobre ella reposaban dos copas que contenían un líquido transparente. A simple vista parecía agua.

Allí no parecía haber nada ni nadie más. ¿En qué consistiría el desafío? ¿Qué o cómo se provocaría que apareciesen las siguientes escaleras que marcasen vuestro rumbo?

Ratko, viendo que estaba en inferioridad numérica y física, pues realmente no tenía energía para seguir, tuvo que descansar hasta que se recuperó, su debilidad era grande pero al menos era capaz de mantenerse erguido y caminar por sí mismo, lo que peor le sentaba de todo era tener que mostrarse tan flojo delante de Niella y Shany... sobre todo de esta última, y más aún no haber llegado lo suficientemente entero al desafio final, deseaba hacer pagar a la arpía todo el daño que había hecho al mundo mágico... pero como apareciese un remedio milagroso lo único que podría hacer sería coger un por de pañuelos y ponerse a dar ánimos mientros los agitaba, a las chicas...

Una vez que se pusieron en marcha y se toparon con las copas, el demonio se quedó pensativo, aquello le olía muy mal... dependiendo de como interacturan con aquello obtendría un resultado, el problema es que ni siquiera sabían el resultado.

- Parece agua... y tengo muy mala experiencia con los líquidos misteriosos- comentó mientras fisgaba las copas sin llegar a tocarlas- parecen iguales... pero es muy posible que al tocarlas o beberlas ocurra algo, ya no si incluso podrían actuar como trasladores... significa objetos que te llevan de un lugar a otro de manera instantánea.

Parecía que Ratko era capaz de mantenerse en pie, pero aún así, no se fiaba demasiado de la apariencia estable del mago. Más tarde, cuando se parasen a descansar, le revisaría las heridas.

—Es extraño que haya dos y seamos tres. Si hubiese que beberlo para pasar uno de nosotros debería quedarse. Y no creo que sea lo que esa bruja quiera

Niella se acercó pensativa a los vasos y, sacando su daga se llevó la mano a la cabeza para cortar un mechón largo. El pelo era más parecido a la carne humana que el acero, y además, su daga era bastante buena, no quería perderla si había algo malo en el agua. Con cuidado, metió el mechón en el primer vaso y lo dejó gotear en la mesa, para luego hacer lo mismo con el otro.

—Ratko, a los tuyos os enseñan alquimia desde niños, ¿no?¿Lo estoy haciendo bien? ¿No se te ocurre nada de que puede ser?

—Ratko, a los tuyos os enseñan alquimia desde niños, ¿no?¿Lo estoy haciendo bien? ¿No se te ocurre nada de que puede ser?

- Cierto... nos enseñan alquimia desde el principio, estoy tratando de averiguar el componente principal de ambos líquidos... quizás sabiendo la base pueda saber de que se trata- dijo el nigromante examinando ambos líquidos sin tocarlos... tarea arduo difícil pero quizás con el olfato... pensó mientras los olisqueba a distancia prudencial.

Continuaron adelante, con terquedad y tenacidad, con toda la intención de terminar con aquella locura cuanto antes. La siguiente habitación se le antojó muy confusa a la guerrera, pues su sencillez le parecía una trampa en sí. Mientras los demás daban ideas, ella observaba el agua con atención. En su tierra ese líquido era más preciado que el oro, pero ahora podría ser la causa de su muerte.

-No hace falta beber ambas, quizás solo una. Pero en una debería haber veneno o algo similar- dijo con una mueca de disgusto. No se le ocurría otra razón por la que dejara ambas copas ahí y dudaba que fuera para que solo dos pudieran pasar. Las pruebas anteriores podrían haberles dejado con un solo miembro.

El cabello no se había desecho, ni parecía haberle afectado de forma alguna. Niella arrugó la nariz y, finalmente decidió tomar una copa con las manos. Solo veía dos opciones. Un experimento en tres pasos. Primero volcaría algo de agua en la otra copa. Luego, derramaría un poco sobre el suelo, para ver si corría hacia alguna trampilla y, después.

—Si no te arriesgas, no ganas...— murmuró antes de alzar la copa para dar un sorbo— ¡Salud!

-Esta chica- gruñó al ver como bebía un sorbo de una de las copas, demostrando que seguía siendo tan osada como la guerrera y quizás igual de loca. No sabía si su teoría de que una de las copas tuviera veneno era correcta, pero por si acaso se acercó a ella para atraparla en caso de que algo saliera mal. No importaba si bebía un sorbo, si tenía un determinado veneno una simple gota sería suficiente para matarla-. La próxima vez deja que beba yo, soy más resistente.

Era la única cosa que podía hacer, ya que no se le ocurría ninguna otra forma de averiguar que había que hacer, al menos resultaría útil. No quería que Ratko lo intentara, pues su vida estaba pendiendo de un hilo por mucho que fingiera estar bien. Niella era lista, así que tampoco quería arriesgarla. Creía tercamente que ella debía arriesgarse por los demás.