Partida Rol por web

Iovanna asintió conforme con una graciosa inclinación de cabeza.

-Estoy de acuerdo contigo, Garlu y sólo espero que el mensajero logre contactar por fin con tus informadores...-la mujer suspiró meneando la cabeza.-Por lo que parece nuestro señor no quiere que en el exterior se sepa que el castillo está volviendo a la vida...-entrecerró los ojos pensativa-pero eso no es razón para que no nos enteremos de nada. Es frustrante tener que ir persiguiendo a los criados y escuchando a hurtadillas las conversaciones de los plebeyos en un intento de averiguar algo-chasqueó la lengua disgustada.-Lo que me recuerda que estoy haciendo notables progresos entre los campesinos...He entablado relación con una mujer bastante inteligente y que parece tener bastante ascendencia sobre los colonos...espero estrechar lazos con el tiempo y que se convierta en una buena informante-le informó sonriendo ligeramente orgullosa de sus logros.

- ¡Excelente!- felicitó Garlu -¿Cuál es su nombre y su ocupación?-

-Bueno-Iovanna dudó unos instantes-se llama Valentina...y es conocida en la región sobre sus conocimientos de hierbas...lo cual puede ser muý útil si alguien enferma-se apresuró a añadir para ocultar su incomodidad, sabía muy bien que Garlu encontraba divertido su repentina aficción por las plantas y no quería que se centrase mucho en ello.-Tiene una hija que recientemente ha sido madre...un bebé precioso-comentó con voz ligera. Luego meneando la cabeza para alejar cualquier sentimiento tierno cambió de tema-Tenemos que intensificar las partidas de caza y la recoleccion de frutos silvestres para crear reservas para el invierno. Con la llegada de estas últimas familias campesinas me preocupa que podamos pasar hambre.

Guardándose mucho de exteriorizar nada sobre la afición de su esposa por los vegetales, Garlu se limitó a sonreír y a estrecharla de nuevo al tiempo que reanudaban el paseo. Tras hacer un par de consideraciones mentales le ofreció: - Bien, toma a dos de mis guardias para que te ayuden con la caza. Yo me quedaré tan sólo con uno. -

- ¿Se acostumbran nuestros criados al Knezi y sus particularidades tras...? - dejó la pregunta en el aire intencionadamente.

Iovanna se encogió de hombros...

-Bueno...creo que jamás se acostumbrarán del todo, pero por lo menos ya han dejado de hablar de lo de mi criada...-esbozó una leve sonrisa.-En cuanto a lo de tus soldados...no te preocupes, creo que de momento podré prescindir de ellos, si es necesario tomaré alguno de los que servían a Iakov, son hombres aguerridos, acostumbrados a buscarse la vida.-la mujer abanzó unos pasos y se acodó en el muro contemplando el castillo dormido allí abajo.-Por cierto, se me olvidaba tuvimos visita este último mes...y fue una visita muy especial la verdad-guardó silencio unos instantes dándole emoción al asunto y cuando habló lo hizo en voz tan baja que Garlu tuvo que inclinarse para escucharlar- Resulta que un...ser como nuestro señor se presentó de repente en el castillo. Así sin más...era muy distinto, incluso diría que estaba loco...no dejaba de hablar de algo parecido al apocalipsis y de demonios y no sé qué más. La mayoría del tiempo era muy difícil seguirle en sus delirios..-Iovanna frunció el ceño intentando recordar y meneó la cabeza-Por lo demás era bastante inofensivo...nuestro señor me mandó buscar un criado que le sirviese y del cual pudiese...bueno...en fin servirse por así decir y le asigné a Ramesh. Era el que le había recibido cuando llegó y es un hombre bastante discreto-miró a su marido buscando su aprobación-pero la verdad es que no hizo falta porque Octavian, que así se llamaba, o bien se alimentaba de ratas-hizo una mueca de disgusto-o bien de los campesinos que apenas notaron nada y poco más hizo salvo deambular delirando-se acercó a su marido hasta que estuvieron muy cerca y esbozó una sonrisa traviesa-Necesitaba saber qué hacía así que le seguí durante unos días...fue emocionante-confesó con los ojos chispeantes. A la escasa luz de la luna que suavizaba sus arrugas, Iovanna de pronto pareció de nuevo la jovencita con la que Garlu se había casado.

El frío exterior contrastaba fuertemente con el fuego que ardía en las venas de Garlu mientras contemplaba a su radiante esposa.
-Inquietante...-
Meditó un rato lo que tan extraña visita podría significar, pero pronto lo dejó por imposible, quién sabe qué podía pasar por la mente de seres como el Knezi.

- Ahora me toca a mi sugerirte que tengas cuidado con tus andanzas. Si a mi me descubre el Boyardo será una situación embarazosa... pero si a ti te descubre un señor de la noche espiándolo, me temo que la situación será mortal de necesidad. - y añadió con una sonrisa - ¿Pero qué sería la vida sin emociones? -

Se acercó un poco más a su esposa, pero se obligó a detenerse, aun tenía cosas que tratar:

- ¿Han llegado hasta aquí los rumores sobre Slatina? -

Iovanna le observó con expresión divertida luego centró su atención en la pregunta.

-¿Slatina?-meditó unos instantes y negó con la cabeza-¿Qué es lo que supuestamente ha pasado?-preguntó frunciendo el ceño.

Garlu le relató lo que había oído: - El Boyardo de Slatina y señor de la Casa Dravescu murió al partirse el cuello cuando su caballo lo tiró. Parece ser que las circunstancias de su muerte no están del todo claras. Pero eso es algo que a nosotros no nos incumbe... por ahora. Lo importante es que es una oportunidad perfecta para poder situar a alguien favorable a nuestra causa al mando de Slatina, ya que el Knezi tiene la potestad para decidir quién ocupa el lugar del difunto Boyardo.- y recordando los deseos del Knezi de permanecer de incógnito añadió - Aunque si no dice nada, será el hijo mayor del difunto quien ocupe el puesto. Creo que deberíamos hablar con el Knezi de inmediato.-

Iovanna asintió ante las sabias palabras de su marido.

-Muy bien...quizás podríamos hablar mañana con él. Además tenemos otros asuntos que tratar con él, como lo de la recaudación de impuestos...Gorgo se pondrá contento cuando por fin sea relevado de la tarea de atraer campesinos al castillo-concluyó arrebujándose en la capa. Ladeó la cabeza mirándole inquisitiva-¿Tienes algo más que comentarme, querido? Empieza a hacer frío...

Garlu levantó la cabeza un poco para dejar que el aire le diera en el rostro unos instantes.

- Nada que no pueda esperar hasta mañana querida. - dijo al fin mientras le ofrecía un brazo con ademanes galantes - Y ahora, si no es atrevimiento, ¿podrían usted y su deslumbrante belleza acompañarme hasta mis habitaciones? Allí hay dos fuegos esperando para hacerla entrar en calor, el de la chimenea... y el de mi corazón. -

Iovanna sonrió las mejillas ligeramente ruborizadas y miró a su marido con ternura. Sus ojos se oscurecieron mientras le observaba atentamente. Riendo enlazó su brazo con el suyo.

-¡Ay, querido! Nos hacemos mayores...sin duda tu te estás volviendo ciego sino ves como el tiempo ha dejado marcas en mí y yo estoy volviendo a la adolescencia si comentarios tan galantes me hacen enrojecer...-comentó mientras volvían hacia la entrada al castillo. Las sombras pronto engulleron a las dos figuras que estrechamente unidas se susurraban palabras de amor en voz baja ajenas a lo que les rodeaba.

Los Basarab, padre, madre e hijo, abandonaron el comedor donde ahora los criados se afanaban en recogerlo todo tras el desayuno. Antes de que Gorgo tuviera tiempo de separarse de ellos para dedicarse a sus quehaceres, Garlu le puso una mano en el hombro y le dijo:

- Hijo mío, ¿te importaría dar un paseo por el campo con nosotros? Querríamos hablar contigo. -

- ¿Un paseo por el campo? - respondo a mi padre, pensando en su oferta - Acepto gustoso; hace mucho tiempo que no gozo de un rato de paz con vosotros dos. Caminar a la luz de sol siempre viene bien.

Girandome hacia él y sonriéndole levemente continúo hablando:

- Sin embargo, me gustaría que ese paseo fuera a pie, así nos lo vamos a poder tomar todo con más calma. Hablar montado en un caballo con el sol dándote en plena cara nunca me ha gustado. Podemos dar una vuelta al castillo y, de paso, vemos como va quedando.

... además, me preocupa el dominio de Iovanna del caballo.

Salieron del castillo y comenzaron a pasear alrededor. Tras unos comentarios más o menos triviales respecto al estado de la edificación, Garlu le preguntó a Iovanna:

- Querida, creo que dijiste que querías comentar algo con Gorgo ¿qué era? Mi memoria ya no es la de antaño. -

Iovanna enarcó una ceja y miró de reojo a su marido Será mentiroso.... Meditó unos instantes para reordenar sus ideas y se volvió a Gargo que aguardaba expectante.

-Bueno, hijo mío...en primer lugar tu padre y yo queríamos felicitarte por la magnífica labor que has hecho atrayendo campesinos...-hizo una mueca mientras con elegancia esquivaba una piedra-ambos sabemos que nos algo que te haya entusiasmado pero me llena de dicha que, tras nuestra última conversación, pusieses más...interés en el asunto-hablaba con su característica voz suave e impersonal. Alzó la mirada y clavó en él sus ojos duros y serios-Debido a ello me atrevería a decir que en los próximos meses la labor que realizarás será bien distinta, y, aunque no digna de tu maestría guerrera, sí igualmente necesaria para el futuro de nuestra familia.-Iovanna miró a su hijo dándole tiempo a que respondiese

- Tienes razón, madre. Atraer campesinos no es lo que más me guste... me siento como desaprovechado, pero la voluntad del Knezi no será desatendida por mi parte.

Al escuchar la opinión de mi madre acerca del posible futuro que me espera, arqueo las cejas y, con escepticismo, continuo hablando.

- ¿A qué te refieres? - le respondo, con otra pregunta - ¿Te ha comentado, os ha comentado, algo el Knezi acerca de esto? Porque a mi, desde luego, no me parece que se me necesite en ningún otro sitio que no sea el pueblo. Hubo la posibilidad de ir en busca de Sveta, pero te impusiste tú - mirando, sin malas intenciones, a Garlu - Además, creo que ciertamente es más acertado que vayas tú, padre. Lo que yo quiero y ansío es sangre, matar a tantos búlgaros como se me presenten!

SUCESOS DE OTOÑO:

- Las gentes de la Tirsa de Valcea comienzan la cosecha. Todo parece tranquilo en los campos.

- En los campos cercanos al castillo las familias atraídas por los nobles Basarab están trabajando en despejar el terreno de malas hierbas, aunque no podrán sembrar hasta la primavera del año próximo.

SUCESOS:

- Las gentes de la Tirsa de Valcea comienzan la cosecha. Todo parece tranquilo en los campos.

- En los campos cercanos al castillo las familias atraídas por los nobles Basarab están trabajando en despejar el terreno de malas hierbas, aunque no podrán sembrar hasta la primavera del año próximo.

Cita:

Le devolvió una mirada pícara a su hijo.

Luego, Garlu respondió - Hablamos con el Knezi sobre tu inquietud y evidente malestar. Le dijimos que se estaba desaprovechando un gran guerrero. Pero no te emociones hijo mío. - dijo Garlu frenando con un gesto el entusiasmo que Gorgo empezaba a mostrar - No te va a mandar a la guerra contra los búlgaros. - y se calló esperando a que Iovanna continuara explicando los designios del Knezi, después de todo ella era la que mejor lo conocía.