Partida Rol por web

Prosigue el duelo: Total 3 éxitos.

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ROSCH EL DEVORADOR:

- Los arqueros ya han disparado y te han ordenado atacar a la infantería.

- Tus fuerzas, sin embargo, menguan por momentos.

- TIRADA: 4 dados de 10 a dificultad 6 para ver a cuantos soldados logras matar antes de que tu energía se desvanezca.

RESULTADOS DE LA BATALLA:

- Tras una larga y encarnizada lucha, los nobles Dogadar Krevcheski y Prato Szantovich se dan muerte mutuamente.

- Los arqueros al servicio del Caballero Durius de Slobozia disparan dos salvas de flechas, acabando con dos arqueros enemigos (quedan 6).

- Exortado por el poder brujeril de Vlava, el espíritu maligno Rosch el Devorador ataca a la infantería de Dogadar Krevcheski, matando a dos soldados (quedan 8), antes de ser atravesado por las lanzas del resto de soldados. Rosch se transforma en sombras dispersas, que viajan a gran velocidad para entrar en el cuerpo de Vlava Szantovich a través de sus fosas nasales.

- Los dos Cancerberos y los dos Szlachta se lanzan a la carga seguidos por su señor Durius. Logran acabar con los arqueros enemigos y poner en fuga a la infantería.

- La batalla ha sido ganada, pero Durius se topa cara a cara con un monje (el Hermano Daniel) y la noble Seveta Basarab y su séquito de guardias armados. Ambos observan con horror la naturaleza vampírica de Durius, pues en la lucha se perciben sus ojos amarillos, su rostro blanco como la leche y sus colmillos afilados, así como sus siseos bestiales.

SEQUITO DE SVETA BASARAB EN SU VIAJE POR TRANSILVANIA:

-        Sargento Dominik.

-        Guardias feudales medios: 4.

-        Guardias feudales novatos: 4.

-        Arqueros novatos: 2.

-        Matones corrientes con maza: 2.

-        Lacayos: 4 (Cocinera Anna, Pinche, Cochero, Mozo de Cuadra).

-        Doncellas del servicio: 3.

-        Mozos: 2.

-        Criadas: 2.

-        Carruajes nobles: 2.

-        Carromatos: 2.

POSICIONES:

- Las fuerzas de Durius de Slobozia ocupan el Centro (el pueblo de Pitesti) tras su victoria en la reciente batalla.

- Al Norte se encuentra la Fortaleza Krevcheski, donde aguardan Gorodru Krevcheski y sus seguidores.

- Por el Este han llegado las fuerzas del Séquito de Sveta Basarab, acompañadas por el Hermano Daniel.

- Las tropas derrotadas de Dogadar Krevcheski huyen hacia el Oeste.

- Por el Sur llega la Comitiva de Slobozia, compuesta por: Bigun Tarigen de Tytalus y Gorax Suylas de Tytalus, acompañados por Dariu el Mensajero, quien porta una carta para Durius que le fue entregada en Bucarest.

- Rezagada al Sur se ha quedado Vlava Szantovich, diez arqueros ex-Krevcheski, seis máquinas de asedio y sus operarios.

- Rosch el Devorador no es visible en parte alguna.

Oscuridad.

De nuevo sumido en ella, Rosch descansaba. Había sido una excelente jornada. La joven Vlava lo había llamado por segunda vez en poco tiempo para que pudiera juguetear con sus víctimas, a pesar de que Rosch ya se encontraba herido por la batalla previa en el pueblo. Pero aquello carecía de importancia. ¿Cómo iba a tenerla para un ser inmortal?

Rosch surgió de las sombras tras los parapetos enemigos, justo cuando la última de las flechas amigas caían sobre los humanos, que escondidos creían estar a salvo.

La criatura, que ya había sido vista por aquellas pobres almas un día antes, surgió cual guadaña letal, segando sus almas con eficacia. El primero de los arqueros ni siquiera lo vio venir, hasta que fue demasiado tarde. Rosch lo agarró por detrás, y lo izó en el aire, dando la vuelta al cuerpo con extrema facilidad y violencia.

El hombre gritó al ver los rojizos ojos del averno, los amarillentos colmillos del depredador final. En su honor cabría decir que no se desmayó mientras el demonio, sonriendo con aspecto maquiavélico, extraía el corazón aún latente de su pecho. Quizá hubiera sido mejor que se desmayara.

Los demás arqueros ya reaccionaban, y Rosch tiró contra ellos el cadaver de su camarada, mientras saltaba a por su siguiente presa, a la que procuró rebanar el cuello sin complicaciones. Sin embargo, toda una andanada de flechas alfileteó su torso desnudo. Algo no iba bien. Aquellos ataques no deberían poder herirle, y sin embargo, su sangre, descomponiéndose en oscuras partículas de sombra, no quería enterarse.

Rosch dejó caer el segundo cuerpo y se llevó la mano al costado, con una mueca de incredulidad

Rosch está herido

¿como puede ser?

el Devorador ha comido

¿y aún así va a caer?

Los arqueros, estupefactos tanto por el hecho de que la criatura hablara con una voz rasposa pero cantarina, como por que se estuviera desangrando, contemplaron cómo gradualmente el cuerpo del devorador se transformaba en una oscura nube de gas que se dirigía a toda velocidad hacia algún punto en el centro del poblado. La desagradable tonada quedaría grabada para siempre en sus oídos...

Rocordad bien este día

arqueros de la compañía

Rosch no deja pieza sin cobrar.

Algún día, sin dudar

el Devorador os hallará...

Prato ha caído. Bajo el peso de la espada de Dogadar, su pecho se abre como una flor roja y la vida escapa. La incredulidad deja paso a la furia, a la sed de venganza, al odio, pero no hay opciones a la vendetta. Dogadar también ha caído. Un grito de rabia pugna por salir de mi boca.

Un rápido vistazo basta para comprobar que la victoria es nuestra. Hemos cumplido con las órdenes del Voivoda. A un precio muy alto. Los arqueros de Dpgadar han muerto, al igual que su infantería se ha disgregado y huye sin concierto. Mis queridas bestias, sin embargo, siguen en pie. Pero Prato... ¿Cómo reaccionará Vlava al saber de la muerte de su hermano?

- Venid, bestias mías. Aquí ha acabado ya todo - digo llamando a mis cancerberos y Slatzcha y haciendo dar una media vuelta a mi caballo -. Regresemos.

Veo entonces al pequeño grupo que ha alcanzado nuestra posición. Una fuerza de trece hombres acompañando a una noble y un religioso, amén de su séquito de criados. Mi espada sale con un leve siseo de su vaina.

Rezagada al sur, acompañada de un pequeño número de tropas, Vlava no podía imaginarse el desenlace de la batalla.

Al ver aparecer a Rosch, como brumas negras sobre el suelo, pensó que le traería noticias, pero al contrario, entró en su cuerpo. La sensación la asfixiaba y era harto desagradable, lo que hizo que la joven echase la cabeza hacia atrás, como queriendo evitarlo. Al terminar de pasar, se apoyó en sus rodillas jadeando.

"¿Y esta entrada, Rosch? ¿Ha ocurrido algo que tenéis que poseer mi cuerpo de esta manera?" Dijo entre pensamientos, sabiendo que el devorador podía escucharla.

Mientras se recomponía ve llegar a tres personas. Hace una seña a algunos de los arqueros, para que se preparen, por si acaso hiciese falta. alza la voz en pos de los desconocidos

- ¿Quién va? Los aullidos de las bestias de Durius se escuchan, celebrando la victoria. Vlava sonríe en un gesto frío, que desaparece al instante Identifiquense

Sveta habla primero con voz temblorosa, que se vuelve firme instantes después, dirigiéndose a Durius (quien ya está controlando su furia y adoptando su semblante normal).

- "¿Quién sois vos...? ¿Acaso sois uno de los Guardianes de la Noche? Mi séquito y yo tan sólo deseamos proseguir viaje hasta Bucarest, para informar al Voivoda del fallecimiento de su fiel vasallo, el Conde de Valcea y solicitar refugio contra la horda magiar que avanza contra nuestro país." -

Desde nuestro lugar rodeados de guardias contemplamos los últimos asaltos de la batalla por el control de Pitesti.

Pero algo no iba bien.

En latín avisé a mi compañero, cada vez más nervioso...

- Pálidos... Aquí hay pálidos...

     -- En mi inocencia miro hacia todos los lados intentando descubrir que pasa alli, ya que estoy viendo criaturas que para mi solo existian en las leyendas.

- La noble Vlava Szantovich se queda mirando a los tres recién llegados a su posición: Bigun, Gorax y Dariu. Les acaba de exigir que se identifiquen, pero aún no le han respondido.

- Los arqueros que acompañan a la noble observan desconcertados a los tres recién llegados, aunque alguno es lo bastante avispado como para apuntarles con su arco, a la espera de órdenes.

Veo el escudo de armas de quien me habla y en mi mente resuena mil veces "Malditos Szantovich". Pero no era éste el momento de resarcirse de viejos rencores...

Adelantándome a mis compañeros explico nuestra presencia allí.

- Venimos de Slobozia buscando a Durius. Le traemos un mensaje.

Si entendí bien lo que ocurría, ahora eran aliados, por lo que no debería haber ningún problema.

Pero por otro lado, y advertido por Bigun, cada vez tenía más dudas de si era conveniente quedarnos aquí y cada vez tenía más curiosidad por saber el contenido de ese mensaje que llevábamos.

Miro a Bigun, preparado por si decide hacer algo...

     -- Con bastante nerviosismo, y sin dejar de mirar a los arqueros, comienzo a buscar entre mis pertenecias, hasta encontrar el dichoso mensaje y entregarselo al hombre.

     -- Aqui esta el mensaje, alargo mi brazo con el mensaje en la mano.

Vlava mira al extraño trío

- Durius está ahora en combate, al norte, lejos de aquí, yo daré el mensaje personalmente. El mensajero decide adelantarse. ¿A quién le entrega el mensaje? Sea como fuera, ella decide cogerlo. Decidme vuestros nombres y yo se los daré cuando haga entrega de esto.

La mujer vuelve a refugiarse entre sus arqueros, aunque está un poco adelantada a estos, guardando el mensaje. Les hace un gesto, para que se espabilen.

Se queda mirando a los tres viajantes para que les respondan antes de que se marchen de allí.

- En ese caso, no seré yo quien se interponga en vuestro camino. Si lo deseáis podéis continuar con vuestro itinerario. Si deseáis descansar, cerca hay un pequeño fuerte bajo nuestro control donde podriais hacer noche. Vuestra es la decisión - digo antes de espolear mi caballo en dirección hacia Vlava, acompañado de mis fieles Slatzcha y cancerberos.

Al llegar a su altura, ve a un joven entregando un sobre a la mujer. Asimismo hay otros dos hombres. El rostro de uno de ellos le es bien conocido.

- Bigun - murmura al tiempo que descabalga junto a Vlava -. ¡Vlava! Me temo que porto malas nuevas para ti. Prato, tu hermano, ha fallecido en el campo de batalla - digo poniendo un brazo sobre su hombros de modo protector -. Y vosotros, ¿qué extraña razón os ha traído a este infierno? Bigun, ¿qué haces tan lejos de Slobozia?

Escucha los cascos de un caballo, y al girarse ve a Durius, más ¿y su hermano? Se habrá entretenido. Se gira hacia el hombre en pos de darle el mensaje

- Traían este mensaje para vos... Recibe la noticia sobre la muerte de su hermano. Es una mujer fuerte, fría, pero no puede evitar una mueca de dolor...es su hermano, al fin y al cabo. Luego...luego me contaréis que ha ocurrido... Se refugia bajo el brazo que Durius le ha echado encima, rozando con su mano la de él y observa en silencio el resto de la escena.

Lancean al Devorador hasta casi extinguirlo, matan a su hermano...cara ha salido la victoria....