Partida Rol por web

     -- Disculpenme señores, solo queria llegar hasta el palacio ya que traigo un mensaje para su señor.

     -- Si fuesen tan amables de indicarme como llegar hasta alli.

El joven Dimitri mira al recien llegado, luego mira a Cosimo y le sonrie.

- No tiene perdida, esta en el centro de la ciudad. Solo siga en esa direccion.

Mira por un momento al posadero y la mesa que comparte con el pequeño cosimo.

- Pero sientese un momento con nosotros a compartir la cmida y en un momento le acompañaremos. Verdad?

Le pregunta al pequeño que le acompaña, al que sonrie de nuevo.

- Si quiere mi pequeño amigo, Cosimo, le hara de guia para lo que necesite por un modico precio, conoce muy bien la ciudad. A que si!

     -- Muy amables por su parte pero con la indicacion que me han hecho ya es suficiente y por ahora no necesito un guia pues debo completar mi tarea lo antes posible, si me disculpan, muchas gracias de nuevo.

- No tiene perdida! Suerte!

Se despide Dimitri, viendo que el extraño individuo parecia tener mucha prisa.

Lastima que no tenga ningun mensaje que entregar... podria haberle pedido a este hombre que lo entregara. Yo necesito hablar con alguien de palacio...bueno, ire mas tarde a ver si consigo hablar con alguien.

Mira de nuevo a Cosimo.

- Bueno, yo lo intente! A lo mejor podrias haber sacado para comer por un tiempo. Este parecia un poco mas afortunado que yo!

- Voy a hablar con el posadero y luego me llevas hasta palacio, de acuedo?

Tras pagar la comida le pregunto al posadero.

- Estoy buscando algo que hacer, para ganarme un poco de comida y cobijo, quizas vos necesiteis ayuda para llevar la posada y os vendria bien un joven con fuerzas para ayudaros!

     -- Me encamino hacia el palacio

Tras charlar un momento con el posadero me disculpo, pues tendo cosas que hacer.

- Vamos Cosimo! iremos un momento al palacio, a ver si consigo hablar con alguien.

Y me encamino, con las indicaciones de cosimo, hacia el palacio, a ver si puedo encontrar a alguien que quiera escuchar mi ruego.

Si ese extraño individuo deseava ver al Voivoda me parece que aun estara por ahi esperando... si es que es cierto que el Voivoda solo "recibe" de noche, claro...

Todos os dirigís hacia el Palacio del Voivoda.
Dariu llega antes hasta el puente que da acceso a la isla donde se encuentra situado el palacio del Voivoda, dándose cuenta que es el mismo lugar por donde ha intentado pasar antes y el único acceso hacia palacio. Dos guardias lo esperan con las alabardas cerrando el paso.
Dimitri, acompañado por su guía Cosimo, ha ido por un camino más directo, así que aunque ha salido más tarde ha llegado casi al mismo tiempo y solamente se encuentra unos metros por detrás de Dariu.

Los guardias ven acercarse a Dariu el mensajero de nuevo.

-¿TU OTRA VEZ POR AQUI?!! dice uno de ellos de muy mal talante. Ya te hemos dicho que al Voivoda solo pueden pasar a verlo las personas importantes, no colmes nuestra paciencia o te patearemos el culo. Como vuelvas a insistir te meteremos en la cárcel para que aprendas.

El otro guardia repara en Dimitri y Cosimo y les grita también.

-Y vosotros donde pensáis que vais miserables!! Mas os vale marcharos con vuestro amigo si no quereis compartir su misma suerte.

Cosimo sale corriendo en cuanto el guardia os dirige la palabra, parece que tiene un miedo atroz a los hombres del Voivoda.

El aprendiz Gorax Syulas de Tytalus y Bigun Tarigen de Tytalus llegan a Bucarest desde el norte.

A medida que os acercáis a Bucarest el pequeño punto en el horizonte se va haciendo cada vez más grande. Pronto divisáis una enorme ciudad, completamente rodeada por un gran muro de piedra, salpicado cada cierta distancia por unas torres de madera que se levantan amenazadoras contra cualquier enemigo. Mientras os acercáis algunos pájaros curiosos se acercan volando por el cielo, son cuervos negros como el azabache que van y vienen sobrevolando la ciudad y sus alrededores. La ciudad de la alegría, ese era uno de los nombres con el que se conocía a Bucarest, pero cada paso que dais hacia adelante ese nombre queda en entredicho. Ahora podéis divisar bien las negras murallas y sus torres de guardia, también el castillo que se alza en medio, asentado en un islote del río Dambovita que recorre la ciudad.
El espectáculo a las afueras de Bucarest parece sacado de una pesadilla, veis un gran número de gente empalada o encerrada en estrechas jaulas a los lados del camino y colgando de las murallas. Algunos son esqueletos que llevan tiempo reclamando la libertad, pero otros son más recientes y todavía no se han descompuesto del todo. Así imparte justicia el Voivoda, implacable con los delincuentes ha conseguido que Bucarest sea una ciudad con muy poca criminalidad, pero la escena sobrecoge a cualquiera.
Cruzáis el puente levadizo sobre el río y os adentráis en la población, una de las más grandes de Transilvania. La ciudad está llena de mercaderes, comerciantes, campesinos, que van de allá para acá vendiendo y comprando, pero lo que en otros sitios significa bullicio, prosperidad y vida para una ciudad aquí está cubierto por un extraño halo siniestro.

     -- Bien señores entiendo que ustedes cumplen sus ordenes, pero como ustedes yo tengo las mias, y estas son entregar unos mensajes al voidova, si fuesen tan amables de decirme a donde o a quien me tengo que dirigir para poder ser recibido por él, ya que aunque fisicamente me ven a mi deben de entender que represento a mi señor el Burgomaestre Dumastru.

Dimitri observa como el joven Cosimo sale por patas y se encoje de hombros ante la situacion.

Parado a solo un paso del extranjero observa la situacion.

No se por que, pero ya me lo esperaba... y si el tiene problemas no se que es lo que tendre yo.

Y espera a que la situacion se aclare, pero sin intervenir, presto a salir detras de Cosimo si las cosas se empiezan a poner feas.

Tengo que hablar con este hombre mas detenidamente... parece que el si puede llegar a tener alguna posibilidad... noh!!! no llegara a ver al Voivoda, pero puede que llegue a ver a alguien.

Pienso para mi mismo mientras observo como se desarolla la situacion.

-¿Así que su eminencia viene a traernos un importante mensaje de su señor? dice uno de los soldados con sorna a Dariu, para luego mirar a su compañero y añadir. ¡Y nada menos que de todo un Burgomaestre!

El otro soldado suelta un gran carcajada.

-Mira muchacho, no se quien eres, ni tampoco se quien es tu burgomaestre, pero te advierto que aquí solo se recibe a los nobles y si tú o tu señor pensabais obtener la atención del Voivoda estáis muy equivocados. ¿Acaso no sabes que el Voivoda odia tratar con los plebeyos? Ni siquiera creo que alguno de sus dedos les presten atención. Vuelve a tu casa y díselo a tu burgomaestre. No vuelvas por aquí a importunar.

     -- Bien pues a ver como hago para conseguir una de esas audiencias, pienso, mientras me giro buscando a Dimitri, al que hago una seña para que se acerque a mi.

     -- Hasta pronto, señores. Digo antes de alejarme.

No hablamos mucho durante el viaje. Caminábamos rápido, mirando atrás con recelo. Pero cuando parábamos a descansar, sólo si un refugio lo permitía, charlábamos un poco. Yo le contaba alguna cosa del pasado y le preguntaba por su magia. Así hasta llegar a Bucarest.

- Hay algo en esta ciudad que no me gusta, Bigun. ¿Tú lo notas? Quizá deberíamos buscar una posada y enterarnos de si debemos presentarnos a alguien en esta ciudad. - "Los Szantovich... me habrían encerrado de cualquier forma, ¿verdad?"

MAGI BIGUN TARIGEN DE TYTALUS Y GORAX SUYLAS DE TYTALUS:

- Ambos sois capaces de sentirlo. Es una horrible sensación opresiva que emana de esta ciudad. Cuando más tiempo pasáis en ella se vuelve más intensa.

La ciudad alberga una maldad sobrecogedora de origen sobrenatural, especialmente durante la noche.

Es como una mano gélida que agarra vuestros corazones, casi hasta el punto de hacer que se detengan.

Las pesadillas se vuelven frecuentes, junto a un funesto y difuso presentimiento.

Pesadillas en las que vislumbráis lóbregas mazmorras de donde proceden angustiados gritos de horror por el dolor de las mayores torturas concebibles...

Y esos gritos... se parecen sospechosamente a vuestras voces.

Me acerco hacia el extranjero pensando.

Vaya! Sera dificl la cosa... pero espero que haya otras maneras...debe de haberlas.

Al llegar cerca del mensajero le hablo, procurando que nadie mas nos oiga.

- Es dificil ver al Voivoda! No es algo al alcance de cualquiera....

- Pero debe de existir alguien al que poder dirijirse... la cuestion es aberiguar a quien.

Miro por un momento el palacio y luego me dirijo de nuevo al mensajero.

- Vas a quedarte por la ciudad? Te puedo acompañar hasta la posada, pues la que viste me parece que es la unica que hay.

Y haciendo un gesto le invito a que me acompañe mientras me alejo del lugar a paso pausado.

- Asi que trayendo un mensaje al Voivoda!!! Me parece que tendras que dejar que algun otro se lo lleve... ademas!

Miro hacia los lados, comprovando que efectivamente nadie nos oye ya.

- He oido que el Voivoda solo recibe de noche!!