Partida Rol por web

La voz de Burgomaestre parece salir de la sombra. Zort no se había percatado de que había mas gente en aquella osucura sala. Pero pronto, las palabras del Señor, y de Haekor hacen que sus ojos se iluminen.

La imagen de su Vladimir paraliza por un instante al viejo Zort. Después de tanto temer lo peor, allí estaba su hijo pequeño, su propia sangre que creía podía haber muerto. Cuando logró volver en si se acercó a su hijo enérgicamente.

Valdimir! Lo abrazó fuertemente. Pensé que no nos volveríamos a ver... Unos segundos de pausa, besó a su hijo en la mejilla.

Vladimir se deja abrazar por su padre sin mostrar emoción alguna, sin siquiera mostrar que reconoce al anciano Zort Dravescu.

Su mirada está fija en el Burgomaestre, una mirada de ojos amarillos que refulge llena de odio y rabia.

Zort nota el cuerpo de su hijo frío y duro como el de un cadáver y se aparta espantado.

- "¡Aliados!" - Señala con un dedo que casi parece una garra inhumana al Burgomaestre: - "¡Yo no soy tu aliado! ¡Tú transformaste a mi primo Tiberiu en un monstruo! ¡Por tu culpa le mataron y a mí me transformaron en un condenado sediento de sangre! ¡No pienso participar de esta charada ni un segundo más!" -

Vladimir vuelca la silla con violencia y se dirige a la salida.

Su hermano mayor Zuyla intenta interponerse, pero Vladimir le ruge mostrando sus colmillos afilados, ante lo cual Zuyla se queda consternado e incapaz de reaccionar.

Vladimir abandona la estancia dando un tremendo portazo. Ni Valdis ni Haekor alcanzan a reaccionar antes de que se vaya.

Zort se paraliza. Aquello era imposible. Su hijo, su pequeño Vladimir. Aquel por el hacía meses rogaba ver, era ahora un monstruo. Tiberiu, su sobrino, aquel caudillo de una fuerza impresionante, aquel que era como su tercer hijo, muerto. Su mundo se desmoronó. Su corazón no quería seguir adelante. Cayó sentado en una silla, con la mirada perdida en la oscuridad. Solo llegó a balbucear:

V... Vladana? Al menos ella vive...?

Ante la reaccion de su hermano Zuyla no sabe como reaccionar, recuerda esos colmillos, identicos a los seres que le atacaron tiempo atras. Su hermano ahora es uno de esos viles demonios, todo se estaba volviendo cada vez mas loco, todo era a cada paso mas caotico, de la aturdida mente de Zuyla solo asomaron unas simples preguntas.

Dumastru que esta ocurriendo aqui? De que habla mi hermano?- La mirada del caballero era fija y profunda, este queria una explicacion y la queria ya.

- "Por lo que yo sé, Caballero, Vos matásteis a algunas de esas criaturas salvajes en las Colinas de Maramunes. Vampyr de un linaje que rechaza abiertamente la civilización y odia a la nobleza.

En venganza por aquello, esos seres mataron al Conde de Satu Mare y convirtieron a Vladimir en uno de ellos.

Lo que habéis presenciado es a Vladimir abrazando la naturaleza salvaje de su línea de sangre vampyr. Es poco probable que ninguno volvamos a verlo en mucho tiempo.

Con respecto a Cluj-Napoca y los magiares... La mayoría de familias que querían huir ya lo han hecho, pero las gentes de mi ciudad son especialmente odiadas por los nobles de otras regiones debido a su fama de libertarios. Es poco probable que los refugiados hayan sido bien acogidos en Balgrad o en Bistrita.

Los nobles transilvanos me odian por ser el único plebeyo del país que gobierna una región del país. Lo que ninguno sabe es que el Voivoda me aceptó a su servicio porque yo ya era viejo cuando la loba amamantó a Rómulo y Remo.

De todos modos, estoy cansado de huir y este es mi hogar, aunque probablemente también será mi tumba.

No deseo para vosotros el mismo destino, por lo que os recomiendo que huyáis a Balgrad y de allí hacia el Sur y al Este, a Bucarest. Debe ser la ciudad más segura del Voivodato." -

Heakor, cercano a las conversaciones, no pocía creer lo que estaba ocurriendo. Por un lado Vladimir, el que siempre había creido justo y temperamental, lo había descubierto hecho una furia CONTRA SU PROPIO PADRE. Luego oir que el burgomaestre era más viejo que la creación de Roma ¿Será otra criatura parecida a Vladimir? Qué más da. Penso el explorador.

Pero lo que le remató, furon las últimas palabras de Burgomaestre: huir. De nuevo huir. Tener que escapar de nuevo. De nuevo al camino, destierro forzoso ante el enemigo en ciernes. Haekor miró la comida y la aprtó de sí sin ganas. Se mesó los cabellos con ambas manos a la vez que agachaba su rostro para que no vieran como maldecía aquella situación y, así, se quequedó un rato meditando. Al poco rato se levantó y pregunto.- Disculpad mi interrupción, pero  ¿no hay nada que podamos hacer contra el avance magiar? ¿No podemos detenerlos de ninguna forma? ¿La única solución es huir?.- Haekor no podía creerlo. No quería creerlo. Huir. Miró fijamente al burgomaestre, se puso delante de este y, poniendo una rodilla en el suelo, le dijo con voz profunda y sincera.- Mi señor acaba de abandonar la sala y hasta que vuelva seré su leal sirviente, mano armada y aliado ante el enemigo que nos está diezmando. Aceptadme os lo ruego.- Y esperó la respuesta de él.

En medio de la cena comenzaron a llegar más hombres. Eran los familiares de Vladimir. La familia Dravescu. Valdis sonrió. Esta llegada significaba un aumento de sus aliados. La familia se ayudaría entre si y las cosas irían a mejor. O al menos eso es lo que se pensaba. Ni por asomo podía esperarse la caótica situación que estaba a punto de suceder.

La reacción de Vladimir fue la más sorprendente de todas. Antes de poder intervenir de alguna manera su señor ya había dicho todo lo que tenía que decir y había abandonado la sala. De repente la situación había empeorado significativamente. Aún así Valdis conocía a su señor Vladimir. Lo había escuchado hablar, lo había visto actuar. Él sabía que era un buen hombre, aunque ahora fuera mitad hombre y mitad monstruo en su interio se hallaba un caballero sabio, con honor y espíritu. Así que Valdis, el portador del miedo, se levantó de la mesa lentamente.

- Señores, van a tener que disculparme. Tengo que hablar con mi señor Vladimir. Deben comprender que nuestras últimas vivencias han sido algo traumáticas. Gracias por la cena y su hospitalidad Burgomaestre- dice con voz calmada pero firme terminando con una reverencia. Su lealtad no iba a verse alterada por nimiedades. Sin embargo antes de marcharse se dirigió hacia Zort, el padre de Vladimir.- Señor, permítdme que me presente. Soy Valdis el protector fiel servidor de su hijo Vladimir. Antes de que él llegara a Satu Mare servía con orgullo y lealtad a la señorita Vladana. Iba a venir con nosotros en esta huida pero...Es mi deber decirle que Vladana murió en un incendio provocado por una de las avanzadillas magiares. Fue el último mazazo que recibió Satu Mare antes de ser arrasada. Lamento su pérdida señor. Vladana fue una gran gobernadora.- una vez ha terminado de decir esto lanza una última mirada a Haekor y añade con voz neutra.- Deberías venir conmigo Haekor.- una vez dicho esto abandona la sala en pos de Vladimir.

- "Haekor, varias ciudades han intentado negociar con los magiares, de momento nadie ha tenido éxito. Quedarse es un suicidio. Cuando los magiares lleguen mi pequeña tropa no muerta no supondrá ninguna diferencia. Sin mencionar el hecho de que no puedo hacerles luchar junto a los milicianos mortales sin que su moral caiga por los suelos.

Pienso que si vuestro señor os ha dejado, lo lógico es que ahora sirvas a su padre o a su hermano mayor." -

Tantos años viviendo en Transilvania, tantas historias oídas de boca de bardos y campesinos, tantas caras de desaprobación ante aquellas locas leyendas. Y de repente, en los últimos dias de su largo viaje, todas ellas aparecieron juntas. Brujas, Trolls, Vampiros. Parecía que en aquellas tierras se había abierto una puerta hacia el mismísimo Averno. Las hordas magiares eran tal vez lo mas inofensivo entre toda esa locura. Todo parecía irreal, sacado de algun oscuro grimorio. Pero era real. Allí estaban, los tuvo a su lado, corrió con ellos, incluso estaba a la mesa de alguno de aquellos extraños seres.

Las palabras de Vladis confirmaron dolorosamente su última sospecha. Aquella perla, aquella altiva jovén de su sangre, había caído también. Quedó paralizado algunos segundos. Dejó escapar unas pocas lágrimas, queriendo morir en aquel instante también. Estaba cansado, tanto su cuerpo, como su espíritu.

Pero no podía abandonar allí. Respiró hondo, y se puso en pie con firmeza. La mitad de su familia había muerto, pero aún quedaba la otra mitad. Y era su deber encargarse de ellos. Antes que Valdis saliera se dirije a él.

Caballero! Agradezco vuestras palabras. Prefiero el dolor de la verdad a la impotencia de la duda. Parte de mi familia ha muerto, ya tendré de tiempo de llorarlos. Pero antes de ello tenemos mucho que hacer. Por favor, buscad a mi hijo Vladimir, tengo que hablar con él, lo espero afuera.

Se giró hacia Zuyla, que perecía que pronto se lanzaría sobre el Burgomaestre. Zuyla, hijo, tranquilo. Ya tendremos nuestra explicación. Por lo pronto vamos con Andrei afuera. Debemos tomar una desición entre todos. Haekor, te ruego te unas a nosotros también.

Burgomaestre. Gracias por su hospitalidad. En breve volveré para hablar con usted.

 Cuando escucho lo que le habia ocurrido ha Vladana su mano se coloco instintivamente en la empuñadura de su espada, ahora mas que nunca queria respuestas, pero las palabras de su padre calmaron a Zuyla, como siempre habia ocurrido. Lentamente aflojo la presion en su espada y se tranquilizo un poco. Aun mantenia su cuerpo en tension, y su mirada fija. Pero primero hablaria con su hermano, o con lo que quedara de el.

Vamos Andrei, salgamos de aqui- Le apremio, saliendo de la estancia junto a su padre y a los aliados de su hermano.

Ya no quedaba un hogar al que regresar, ya no tenia a nadie mas que a su padre y a su hermano. Y Vladimir estaba irreconocible, ya nada le importaba, el no iba a huir. Si tenia que morir que fuese lo mas cerca de casa.

Andrei, si mi padre decidiera por todos los medios ir a Bucarest. Quiero que le acompañes, tu le protegeras.- Durante un segundo el caballero dudo, su voz se apago, pero tenia que decirlo- Y Andrei, siento que estes tan lejos de tu casa, se lo que es. Espero que todos esten bien y que con suerte los vuelvas a ver.

El caballero se quito un peso al decirle esto a Andrei, entre tanto agetreo habia olvidado la situacion de su primo.

FINALES DE LA PRIMERA. AÑO 952.

EN MITAD DE LA NOCHE.

- Shigraat, Malgorzata y Mihail arriban a la región de Cluj-Napoca.

- Ven la ciudad a poca distancia, pueden dirigirse a ella o evitarla y seguir camino, ahora hacia el Oeste.

Haekor escucha las palabras de los presentes y se pone de pie. No le gustaba la idea de volver a partir, abandonar a la gente, huir. Pero según se ve, no había opción. Asintiendo, se acercó a Zort y le dijo.- Le sigo entonces. Busquemos a su hijo y decidamos que hacer.- Dicho esto salió con los demás al patio.

- Tengo que decirle que hemos venido aquí con gran parte de los refugiados de Satu Mare.- dijo Haekor a Zort mientras salian.- Se lo digo por que, aunque vivamos tiempos fatales, aun se ven rayos de luz en el cielo. Esperemosque algún día se vea todo claro y azul.- Termionó diciendo Haekor.

- Transcurren varios días en los que los Dravescu buscan sin ningún éxito al Caballero Vladimir. Tan sólo encuentran su armadura, abandonada cerca del pueblo. Tampoco se llevó su caballo.

- Entregado a sus instintos salvajes de vampyr, Vladimir podría estar a estas alturas en cualquier rincón ignoto de Transilvania.

- El Burgomaestre ayuda a los Dravescu y sus aliados en todo lo que le piden, aunque parece más concentrado en organizar una defensa imposible contra la horda magiar que está al caer.

- Los exploradores del Alguacil Miroslav informan de que los magiares llegarán en cuestión de días, procedentes de Zalau. Los que quieran continuar viaje hacia el sur (hacia Balgrad) deberían de partir cuanto antes si no quieren verse atrapados en un asedio.

- Durante una de sus búsquedas infructuosas de Vladimir, Zort y Zuyla Dravescu se encuentran con Mihail, Shigraat y Malgorzata, que han llegado del sur, procedentes de Balgrad.

Mihail saludó con la mano desde su montura a aquel grupo y una leve sonrisa se dibujó en su rostro. Se alegraba de verlos bien. Aún así no dijo nada, cuando encontró al grupo estos ya estaban hablando así que dejaría que los jefes de ambos grupos fueran quienes dialogaran. Aún así se alegraba de ver caras humanas, aunque no sabia como se tomarían lo que habían visto la última vez. No toda la gente era tan abierta a la hora de tratar con seres que no eran humanos aunque lo pareciesen.

Los días pasaban y Vladimir no aparecía. Parecía que se hubiera esfumado. Solo les quedaba su armadura... Y la amenaza magiar. Debían tomar una desición sin perder mas tiempo. Zort mandó a un criado a llamar a Haekor, Vladis, Andrei.

Mientras esperaba, junto a Zuyla, se encontró con viejos conocidos. Primero se paralizó un poco, no sabía como raeccionar, pero pronto rompió esa barrera de temor, y se acercó a ellos con una sonrisa en la cara.

Mis señores de los bosques! Me alegro esten sanos y salvos. Vaya susto me han hecho pegar!!Han llegado en un momento oportuno. El Burgomaestre nos ha acogido a todos en sus territorios. Todos... Sin importar cuestiones de... eh... ustedes entenderan. El mismo es... especial.

Sonrió un poco incómodo. Aquello, si bien estaba aceptado, no dejaba de ser raro.

Han llegado en un momento oportuno. Estamos por tomar una importante desición. Esperaremos la llegada de algunos caballeros que he mandado a llamar. Les ruego participen con nosotros de esta reunión.

Llegando a aquel territorio nuevo junto con Sheil y con nuestro nuevo compañero Mihail, nos encontramos con los Dravescu. Sin saber como nos recibiran despues de la expresion de nuestras verdaderas formas, me acerco a ellos y les saludo como si nada hubiese sucedido. Despues de las palabras de Zort, le respondo de forma amigable:

 - "Saludos miembros de la Casa Dravescu. Espero que nuestras relaciones sigan siendo buenas despues de nuestra ... exposicion. Le aseguro que para nosotros fue aun mas desagradable que para ustedes, y sin la ayuda de nuestro amigo Mihail, jamas habriamos logrado salir de ahi."

Luego pienso en las palabras de Zort y le respondo:

 - "Perdone mi ignorancia, Señor Dravescu, pero no sé quien es el Burgomaestre, ni que significa aquel titulo. Aun asi, estaré encantado de participar en cualquier decision que me asegure una posibilidad a mi y a los mios, que como puede ver, es un numero mucho mas disminuido que la ultima vez que nos vimos."

Espero sus palabras y estoy dispuesto a colaborar por el bien comun.

"¿A que se referirá con que aquel tipo es especial como nosotros?"

El joven escudero llega con su caballo y todo su equipo.

- "Listo para viajar a donde tú digas, tío Zort." -

SHIGRAAT:

- Percibes cerca la esencia de tu antiguo compañero Valdis el Portador del Miedo, quien, según se mire, es un traidor.

Zort estaba impaciente por comenzar, pero debía esperar la llagada de Valdis y Haekor. Apenas llegaron comenzó a hablar.

Caballeros, les presento a Shigraat, la Señora Malgorzata, y el buen Mihail. Son valientes guerreros que hemos conocido en nuestro último viaje. Valdis, Haekor, son guerreros al servicio de mi hijo Vladimir... Sus ojos se entristecieron un poco al nombralo, pero pronto intentó tapar aquel sentimiento. Lamentablemente él no ha podido estar aquí, pero estoy seguro que apoyaría está reunión.

Señores, la Horda está casi a las puertas de la ciudad, a pocos dias de marcha. Tal vez mi título me daría el tonto "privilegio" de tomar una desición por algunos de los rpesentes, pero sinceramente prefiero saber cual es la opinión de cada uno. Si partimos mañana aún tenemos la posibilidad de poder de escapar hacia el sur, y salir de Transilvania, con la mayoría de nosotros vivos.

Ahora bien, si nos quedamos existe la mínima posibilidad de montar una defensa dentro de los muros de la ciudad. El asedio magiar nos atraparía aquí dentro, ogligándonos a luchar o morir... Y morir es lo mas probable.

Reflexionó unos instantes antes de hablar nuevamente.

Antes que tomemos una desición quisiera saber Valdis y Haekor, con cuantas personas han vuelto de Satu Mare, y por otro lado... Miró al rededor un poco incómodo, como observando si alguien mas oía. Hasta que punto podemos confiar en el Burgomaestre...