Partida Rol por web

Los Dhaeva de Transilvania.

TERRITORIO 3: Baja Mare.

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20/08/2008, 14:29
Caballero Vladimir Dravescu

Vladimir estaba contento de estar bajo techo. Recordaba la ultima vez que estuvo allí, con su prima, estuvo increíble dominando a Sibui, ahora le parecía raro tenerlo en su lado.

-Hemos sido enviados por el Conde de Satu Mare, nombrado por el mismísimo Vaivoda protector del norte. Siento tener que soltar toda esa lista de nombres importantes, pero con ella quiero decir que el encargo que tenemos es oficial y nuestras intenciones las mejores. Estamos aquí para ayudar a Baja Mare, tanto en su desarrollo como en su defensa. Mi Knezi me ha nombrado protector de Baja Mare, para crear unas correctas defensas para este territorio y como el propio cargo indica proteger a las gentes de Baja Mare, para que puedan vivir y trabajar con seguridad. Y el gobernador Sibiu ha sido enviado como administrador civil, conoce bien las tierras sus gentes y sus recursos. -Hizo una pausa para tomar aire, a el mismo le costaba entender porque su primo le había dado tanta responsabilidad a alguien que la gentes de Baja Mare no terminaban de apreciar.

-Se que no es alguien muy querido, pero por eso mismo no ha vuelto solo. -Esperaba que su presencia le diera algo de tranquilidad al fraile. -Y en cuanto antes nos gustaría saber cual es la situación en Baja Mare. Me figuro que habrá mucho que hacer.

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20/08/2008, 15:23
Director II

Haced una pequeña modificación en vuestros post, puesto que Fray Blois está instalado en la casa de Sibiu y es la casa más lujosa de Baja Mare.
Ok Vladimir, en cuanto entre Fray Blois modificará el suyo, no me dió tiempo a decirselo antes.

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20/08/2008, 19:40
Fray Blois de Ruan.

Notas de juego

Aclaración: no los recibí en la antigua casa de Sibiu, sino en una especie de "salón comunal"(taberna+hotel+ayuntamiento+etc). La casa de la que hablan es ahora mi vivienda particular+oratorio+capilla.

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20/08/2008, 22:23
Fray Blois de Ruan.

- Hermosas palabras, amigo. Sabias y justas. De donde vengo, te harían digno representante de la clase gobernante. Pero aquí, son solo eso: palabras.
- He pasado el suficiente tiempo en la región como para saber una cosa: esta es una tierra salvaje, inclemente y cruel, donde solo puede sobrevivirse a base de sacrificio y poder. Si pretendes hacer cumplir la voluntad de tu Señor, asegúrate de tener algo más que papeles y promesas vacías. Créeme, no te servirán para alimentar a tus hombres y menos para defenderlos.
- Vamos, reconozco gran capacidad en ti, pero actuando de esa forma solo insultas a tu Señor…y también a mí…

Se mantuvo unos segundos mirando fijamente al joven caballero, con un gesto indeterminable. Después prosiguió:
- Tengo todos los elementos, tanto legales como morales, para demostrar la legitimidad de mi reclamo. Obviamente, y puesto que estamos entre caballeros, ni siquiera incluiré el hecho de que soy el único con los recursos necesarios para proteger las vidas y las almas de todos los que viven aquí. Puedo asegurarles que la solución a la que arribaremos será puramente racional y consensuada.
- Estoy dispuesto a discutir sobre todo esto, pero creo que han tenido un viaje largo. Sería impropio de mi parte aprovecharme de su actual condición. Retírense a descansar, mañana habrá tiempo de dialogar.

Hizo señas a los monjes para que acompañaran a la pareja a sus habitaciones. Sin embargo, de pronto, pareció recordar algo y agregó:
- Lo olvidaba. “Gobernador Sibiu”, dado lo apremiante de la situación, consideré que su vivienda personal era demasiado útil para la comunidad como para limitar su función a un mero artículo de lujo. Pueden pernoctar ahí, pero les advierto que a las 4:30 tocamos a maitines y el lugar puede volverse algo…concurrido. Espero que sepan disculpar.

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24/08/2008, 23:34
Fray Blois de Ruan.

Acciones Estratégicas.

1.- Consolidar Poder
A partir de su llegada, los miembros de la “Compañía de Buscadores del Camino de San Petronio”, dirigida por el fraile Blois de Ruan, comenzaron a organizar diligentemente el territorio de Baja Mare. La primer medida fue lograr que cada habitante de la región tuviera un trato directo con algún referente de la Compañía. De esta forma, cada uno de los monjes tenía a su cargo aproximadamente a 10 familias, con las cuales debía generar un fuerte lazo de unión. Los números no eran exactos, pues dependían de la distribución geográfica de las personas. Los hermanos encomendados al poblado podían tener contacto con más familias de las prescriptas, mientras que aquellos que debían recorrer las zonas más despobladas se ocupaban de menos personas. La regla era terminante en este sentido: ningún habitante del territorio de Baja Mare permanecería aislado del resto de la comunidad.
En principio, las tareas de los hermanos consistían en prestar cualquier tipo de ayuda que fuera necesaria, o en su defecto, comunicarse con algún hermano que estuviera más capacitado para la tarea en cuestión. Los que conocieran algún oficio o actividad, podían transmitir esos conocimientos y profundizarlos. Por otro lado, y más específicamente, los religiosos debían entablar buenas relaciones con los lugareños, manteniéndose al tanto de sus necesidades, anhelos y esperanzas, así también como de las habilidades y deseos de éstos. De esta forma, trabajando codo a codo con los lugareños, la Compañía en su conjunto podía tener cabal idea de las penurias que afectaban a la comunidad, y los elementos humanos de los que disponía para remediarlas. Por otro lado, los hermanos tenían permitido prestar un apoyo espiritual a las gentes del lugar, aunque era preferible que relegaran esas tareas en la persona de Fray Blois, quien siempre estaba dispuesto a componer las aflicciones del alma.
Por otro lado, se inició un “Libro de Censos”, donde se consignaba a cada uno de los habitantes de la región, registrándose también casamientos, defunciones y bautismos. Fray Blois tuvo un especial cuidado en regularizar la situación de aquellas uniones no sacramentadas y, particularmente, en lo referente a nacimientos. En este sentido, se priorizó siempre la intención de las personas de acercarse a Jesucristo, por sobre las posibilidades económicas que tuvieran.

2.- Adiestrar Tropas
Puesto que ninguno de los hermanos tenía una gran experiencia marcial, era imposible iniciar una instrucción militar propiamente dicha. Además, entre los pobladores tampoco podía encontrarse hombres de armas, más allá de algún cazador o explorador ocasional. Sin embargo, la necesidad de defensa era urgente. Al llegar a la región, la Compañía no encontró un solo poblador capaz de alzar las armas para defender a sus semejantes. La solución encontrada fue sin duda insuficiente, pero al menos permitió movilizar a la población y crear conciencia sobre la urgencia de contar con fuerzas propias.
Principalmente, se trabajó en dos aspectos. Por un lado, se organizó un sistema que permitiera una rápida respuesta frente a los posibles conflictos. Así, a través de una “cadena de postas”, algunos pobladores fueron seleccionados, por su velocidad y conocimiento de la región, para advertir y convocar a los demás, de tal modo que en poco tiempo pudiera reunirse a la totalidad de los lugareños en el poblado. Además, para caso de emergencias, se mantuvo una pira de madera que permitiera generar grandes cortinas de humo, capaces de convocar a los habitantes más alejados, y que funcionaba también como cobertura para casos de huida (cuyo punto de reunión estaba previamente designado). De esa forma, tratarían de compensar las escasas habilidades marciales de la improvisada tropa con una abrumadora superioridad numérica.
Finalmente, un día a la semana (generalmente los sábados) los miembros de la Compañía, junto a todos los habitantes que se pudiera convocar, dejaban sus labores cotidianas para asistir a un “acercamiento a las armas”. Una serie de ejercicios que pretendían enseñar los más elementales y rudimentarios movimientos de combate, principalmente orientados al manejo de picas, tanto en solitario como en pequeños grupos. La ejercitación también estaba destinada a incrementar las destrezas físicas.

3.- Predicar
Esta labor recaía exclusivamente en la persona de Fray Blois. Por ningún motivo estaba permitido a los otros hermanos interferir con su actividad. La razón era simple: se requería no solo gran preparación en la materia y magnetismo personal, sino también (y sobre todo) mucha sutileza. La población de Baja Mare estaba constituida principalmente por cristianos ortodoxos. Sin embargo, dada la escasa presencia de personal eclesiástico en la región (de hecho, no había registros de oficios religiosos en el lugar hasta la llegada de la Compañía), el conocimiento del verdadero cuerpo doctrinal era bastante precario. En rigor, las costumbres del pueblo comprendían una variada mezcla de distintas herejías, encuadradas difusamente dentro de la doctrina ortodoxa. Fray Blois, en sus sermones dominicales (a los que acudía gran parte de la población, sobretodo aquellos que veían en ellos un pretexto para recuperarse del extenuante esfuerzo físico del sábado de prácticas), así también como en cada oportunidad que se le presentaba, intentaba, lenta y progresivamente, despejar aquellas prácticas más ofensivas para la doctrina católica, a la vez que insistía prudentemente en la implantación de otras, a sus ojos más virtuosas. En ningún caso imponía las modificaciones, tolerando incluso (por el momento), aquellas que veía más arraigadas. Los principios rectores de esta tarea eran el convencimiento progresivo del sujeto, conducido con un alto grado de inteligencia y prudencia, todo ello transmitido a través del ejemplo, tanto del fraile como de sus hermanos. En cuanto a estos últimos, también ellos profundizaban día a día su devoción por Cristo. Como debían predicar con el ejemplo, Fray Blois destinaba sus mayores esfuerzos hacia ellos, y se les aplicaba una regla mucho más estricta. Ellos también eran pastores y no podían albergar dudas en su corazón.

Notas de juego

En principio, estas son mis acciones. Si debo modificar algo, no hay problema, la verdad es que recién estoy viendo como es todo esto. Por otro lado, quisiera saber si puedo tener una idea de lo que tendré que pagar a fin de año (teniendo en cuenta el mantenimiento del personaje y de los seguidores, etc). Recuerda que todos han hecho votos de Pobreza, Castidad y Obediencia. Además, quisiera saber cuanto me costaría transformar la casa del antiguo gobernante en una pequeña parroquia o capilla.

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26/08/2008, 18:38
Fray Blois de Ruan.

Normalmente, Fray Blois pasaba su día en la antigua casa de Sibiu, recibiendo a todos los que buscaran su consejo o guía. Siempre estaba dispuesto a consolar las almas de los pobladores, esa era su prioridad. Si alguien buscaba consuelo o guía espiritual (sobre todo si pretendía confesarse), siempre encontraría disponible a Fray Blois. Incluso cuando este recorría la zona, siempre tenía tiempo para atender a aquellos que se acercaran a él.
Por otro lado, todos los días al caer la tarde (aproximadamente entre las 6 y las 7 horas), oficiaba una breve misa para todos los hermanos de la congregación. Los pobladores también podían asistir, aunque se dejaba a conciencia de cada uno. Luego de estas misas, los hermanos comentaban a Fray Blois los sucesos del día y se discutían algunos cursos de acción, en una especie de improvisada asamblea. Los lugareños tampoco estaban excluidos de ellas, aunque, dado lo avanzado del día, era improbable que asistieran demasiados.
Por último, tanto los sábados como los domingos por la mañana, se oficiaba una prolongada misa para todo el pueblo. En estos días, si se impulsaba la asistencia de los lugareños, tratando de que sirvieran como nexo de unión entre todos los habitantes de Baja Mare. Principalmente el domingo, la misa precedía a un día de paz y alegría, casi como una festividad.
Entre tantas actividades, el joven fraile no tenía demasiado tiempo para otras ocupaciones, sin embargo, atendía principalmente a algunos sucesos que le interesaban. En las continuas charlas que mantenía, tanto con lugareños como con sus hermanos, siempre indagaba sobre ciertos hechos que habían llamado su atención.

Acciones Normales: Investigar Rumores

- Cierto caballero noble que debió enfrentar a unos monstruos en las colinas del norte. Estos engendros debía morir hasta tres veces y, para salir airoso, el noble caballero tubo que vender su alma al demonio.
- Un hombre, tal vez habitante de Baja Mare, fue atacado por lobos en las inmediaciones de Klausenburg. El hombre, que se dirigía a Balgrad, aparentemente fue devorado.
- Olas de calor, plagas, incendios y otros desastres han arrasado la población durante el verano, junto con intensas lluvias. Es necesario saber que regiones se vieron más afectadas.
- En un feudo ubicado al sur, el señor de la casa Dravescu ha muerto en un accidente, al caerse de su caballo. Se rumorea que sus descendientes, ahora los nuevos señores de Slatina, viven cerca de la región de Baja Mare. El conde de Valcea y un extraño juglar pueden estar vinculados a estos hechos.

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27/08/2008, 13:34
Caballero Vladimir Dravescu

Vladimir se levantó.

-Aceptaremos tu hospitalidad. Y con suerte mañana algún relato sobre esa tierra tuya en la que parezco encajar tan bien. Siguió hacía dónde le conducían los monjes, sin querer como siempre la mano izquierda se apoyó en el pomo de la espada. Aunque era un movimiento tan natural que no parecía nada agresivo.

-Buenas noches, Fray Blois de Ruan.

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27/08/2008, 17:36
Fray Blois de Ruan.

Cuando los sujetos abandonaron la habitación, uno de los monjes permaneció en su lugar. Luego, fue a sentarse en el banco ubicado justo en frente de Fray Blois y lo observó con calma, expectante. El fraile se mantuvo unos minutos en silencio, como sopesando distintas opciones. Después, tomó el vino sobrante de los cuencos y lo devolvió a la jarra.

- Mantengan vigilados a esos dos. Quiero saber con quien hablan y, si es posible, que dicen. Aunque la prioridad es la discreción. Lo último que necesito ahora es que los pobladores piensen que espío sus actos. Si en algún momento se separan, aprovechen para acercarse con cuidado al caballero. Quiero verlo en privado.- su rostro permanecía inexpresivo, inescrutable.
- Otra cosa: nadie abandona la aldea. Digan que hay lobos, o cosas por el estilo.

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27/08/2008, 23:48
Fray Blois de Ruan.

Luego de unos momentos de soledad, Fray Blois abandonó el improvisado salón comunal. Apenas respiró el frío aire de la oscura tarde, algo llamó su atención. Uno de los monjes que había encomendado al seguimiento de los extranjeros estaba sobre el techo de una rústica cabaña, intentando ayudar a uno de los pobladores a afirmar uno de los pilares de la endeble construcción. El otro monje tenía a un pequeño niño en brazos, mientras escuchaba pacientemente los ruegos de una mujer. No había rastros de los visitantes.
Era evidente que no podía delegar mucho en ellos. Simplemente, había demasiado por hacer. Por otro lado, algunas cosas era mejor que las hiciera él mismo.

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27/08/2008, 23:58
Fray Blois de Ruan.

A primeras horas de la mañana, cuando la oscuridad de la noche aún cubría todo, unos golpes sonaron en la puerta de la habitación del caballero Dravescu. Después de unos momentos los golpes se repitieron. Finalmente, una voz suave y fría, fácilmente reconocible como la de Fray Blois, traspasó la madera:

- Caballero, trasladamos la misa de maitines a otro lugar, para no perturbar el sueño de nuestro “gobernador”. Sin embargo, me gustaría hablar con usted en privado. Lo espero en el salón comunal.

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28/08/2008, 12:57
Caballero Vladimir Dravescu

Vladimir se vistió tan rápido como pudo. De la armadura solo se puso el Gambax, el pesado abrigo de algodón que amortiguaba los golpes, y era buenísimo contra el frío. Al ir bajo la cota de mallas tenía un aspecto extraño al estar siempre manchado por los aceites y grasas que se usaban en la cota para que no se oxidara. Se colgó la espada al cinturón, y fue hacía donde le esperaba el fraile.

Entró en la estancia y por su cara era evidente que tenía sueño.

-Aquí me tiene, me disculpo por adelantado si tardo un poco en reaccionar, el viaje debe haberme cansado más de lo que creía. Así que toda la atención que pueda reunir es tuya. -Lo dijo con una leve sonrisa en la cara, parecía querer despertarse a base de buen humor. Siempre intentaba tener buena actitud el mundo ya era suficientemente duro, y Baja Mare seguro que iba a ponerle a prueba.

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28/08/2008, 19:42
Fray Blois de Ruan.

Fray Blois se encontraba solo en el pequeño cobertizo que había servido para su reunión anterior. Pero esta vez, el denso humo que lo cubría casi todo, estaba impregnado de un olor particular. En un rincón, sobre la improvisada fogata, un pequeño caldero permanecía recostado sobre el fuego, mientras que una gran hogaza de pan estaba depositada sobre las brasas menos candentes. Cuando el caballero ingresó al salón, el religioso tomó un cuenco y lo sumergió en el caldero, llenándolo hasta rebosar de un espumoso líquido blanco y humeante. Después de depositar el cuenco en frente del joven, procedió a cortar algunas rodajas del tostado pan y las untó con una pastosa crema que guardaba en una vasija. Dejó tres lonjas del tamaño de una escudilla en las narices del joven noble. Casi en tono de disculpa, se dirigió a su único interlocutor:

- Una costumbre que adquirí de un viejo monje franciscano. Siempre la consideré un pequeño lujo, pero en esta región es casi una necesidad.

- Antes que nada, quiero dejar algo en claro. No soy afecto a las conjuras ni a los acuerdos entre penumbras. No tengo intenciones de discutir los asuntos de Baja Mare sin la presencia de Sibiu. No puedo decir que ese capataz me caiga bien, pero no creo que sea un hombre malvado. Te he convocado en privado, joven caballero, pues los asuntos que quiero discutir solo incumben a los que estamos aquí presentes.- el monje hizo una pausa, invitando a comprobar a Vladimir la soledad de la estancia.

- Hace tiempo que estoy trabajando en un proyecto personal. He hecho algunos progresos, pero no soy un necio, debo reconocer mis propias limitaciones. Cuando llegaste aquí y manifestaste la tarea que tu señor Knezi te había encomendado, realmente te tomé como un enviado del Señor. Una respuesta a todas mis plegarias que, sin duda, traerá beneficios para todos. Incluido, tal vez, tu estimado conde Bratovich.

- Sin embargo, me estoy adelantando. Antes de abordar este tema, quisiera que me despejaras algunas dudas. No pretendo inmiscuirme en asuntos que no me conciernen, así que no temas amonestarme si prefieres mantener ciertas cosas en privado. El hecho es que hace algún tiempo, cuando recorría la región con mis hermanos, llegó a mis oídos un rumor. Hablaba sobre la muerte del señor de unos territorios ubicados al sur, el cual no había dejado descendencia. En su momento, me llamó la atención por las circunstancias de esa muerte. Al parecer había tenido un accidente con su caballo, nada extraño. Pero, aparentemente, un extraño juglar estaba vinculado al asunto y, por un momento, me pareció sentir la presencia del Maligno en todo ello. Luego, tareas más urgentes requirieron mi atención y confieso que olvidé el tema. Hasta el día que llegaste a esta comunidad. El noble en cuestión era el señor de Slatina, y pertenecía a la casa Dravescu. Si no me equivoco, sus familiares son los nuevos señores de la región…

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28/08/2008, 22:33
Caballero Vladimir Dravescu

Vladimir aceptó el caldo, casi cualquier cosa caliente era buena en una fría mañana. Dio las gracias levantándolo ligeramente.

-No voy a mentirte mi padre me lo dijo y debido a lo ocurrido, tanto él como mi hermano mayor han ido a ver que ocurre realmente. Metió un largo sorbo, diría que era repugnante, pero totalmente insípido era más correcto. -Cuando mi padre me lo contó casi ya tenía la orden de partir a Baja Mare. Todos los Dravescu dejamos Satu Mare el mismo día. Todos mis pensamientos estaban en Baja Mare, nos habíamos ido hacía demasiado por la cuarentena de la plaga. Tenía miedo de que cuando llegara solo quedara un resquicio humeante. Así que hasta ahora no había pensado en de lo que tenían que ocuparse mi padre y hermano. Aunque no temo por ellos, una buena hoja firmemente empuñada, y un lengua aun más peligrosa. -Sonreía recordando como su padre le consideraba un gran espadachín y el era más una mezcla entre su hermano y su padre. No era tan bueno como ninguno de los dos en sus respectivos campos.

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03/09/2008, 04:27
Fray Blois de Ruan.

- Me parece extraño que no hayas viajado con ellos. En un territorio desconocido, nunca dispones de suficientes personas en las que confiar. Créeme, se de lo que hablo. Además, después de todo, tú también eres parte de la familia, tienes un interés legítimo en el asunto. – el fraile se quedó en silencio, mirando al caballero dar cuenta de su desayuno. Tenía una expresión pensativa y preocupada.
- En fin, no quiero meterme en cuestiones que desconozco y que, por otro lado, no me conciernen. Sencillamente, creo que eres de las personas que uno preferiría a su lado.- hizo una breve pausa y una sonrisa se dibujó en su rostro. –Bueno, tal vez llevaron algo más que promesas y papeles…sin ofender.

- Pero basta ya de cháchara inútil. Te he convocado en privado para comentarte algunas cosas, que no tienen que ver necesariamente con la conducción de Baja Mare. En cuanto a eso, quiero que tengas bien en claro algo: no tengo interés en el poder temporal. No me interesan las tierras, el dinero o los placeres de este mundo. Como podrás averiguar fácilmente, mis hermanos y yo hemos hecho un estricto voto de pobreza. Mi objetivo es otro. Debo velar por las almas de estos pobres seres, que actualmente se encuentran algo alejados del auxilio divino. Sin embargo, no soy un necio y no toleraré que alguien venga a destruir todo por lo que he trabajado durante tanto tiempo.- había comenzado a elevar el tono de voz, por lo que hizo otra pausa, esta vez para componerse.

- Volviendo al tema puntual de tu presencia. Solo he intercambiado algunas palabras contigo, pero me bastan para saber que tienes grandes virtudes. Eres inteligente y perceptivo, y además posees un gran coraje, cualquiera reconocería eso. Pero yo puedo sentir algo más en ti: un corazón justo y noble. No acostumbro a repartir elogios gratuitamente, habrás visto mi trato para con Sibiu. Créeme, si soy respetuoso contigo, es precisamente porque constituyes una rareza en este medio. Como dije ayer, esta región es brutal y salvaje, y aquellos que la gobiernan comparten ese carácter. Y no me refiero solo a señores crueles y despóticos, estoy hablando de cosas aún peores…
- el monje observó directamente a los ojos al caballero y su mirada, ahora sí, traslucía una profunda preocupación.

- Desde que llegué a esta región, he oído demasiados rumores sobre seres demoníacos como para mirar hacia otro lado. Es verdad que no puedes creer todo lo que oyes, pero aún así…he oído demasiado. Sé que, en gran medida, la maldad está en el corazón de los hombres. Pero también sé que el Maligno existe. Y tiene servidores muy poderosos.

- Además, no deja de llamarme la atención que las fuerzas del bien y el orden se encuentren tan debilitadas y dispersas. Los Señores del lugar pierden su tiempo en luchas internas y mezquinas, derramando la sangre de generaciones de hombres virtuosos. Pelean por migajas… por caprichos…quizá por los dictados de algún oscuro corazón. Permanecen ignorantes del peligro que los acecha. Tal vez tu Cnezi sea una excepción, siempre atento a los invasores del norte. Siempre alerta ante el peligro real.

- Por su parte, es claro que la Iglesia ha abandonado la región. La mayoría se encierran en sus monasterios, ignorando las penurias de sus feligreses. Solo algunos religiosos muy devotos deambulan en solitario por la zona, intentando devolver algo de Fe a este lugar. Pero sus esfuerzos son en vano. Están demasiado dispersos y sus escasos logros son aislados y efímeros. Una abrupta oleada de furiosa violencia puede derrumbar fácilmente años de sacrificio y esfuerzo en una comunidad.
- Desgraciadamente, éstas son demasiado frecuentes, pues compañías de mercenarios de dudosa reputación recorren el territorio a placer, causando destrucción y caos a su paso. Existen algunas que parecen traer alivio a las gentes, al menos por un tiempo. Pero frecuentemente descubrimos con dolor que se han pasado al Enemigo. Esto es inevitable, pues está en la esencia misma de estos individuos. Aquellos que levantan su espada por causas que no son nobles, pronto se ven atrapados por las redes del Maligno.

El monje crecía en excitación, su pasión podía palparse en toda la sala, traspasaba al caballero hasta lo más hondo de su alma. Sin embargo, la única manifestación de todo ello era el brillo fanático de sus ojos, pues su voz permanecía serena y profunda.

- Mi objetivo, noble caballero, es crear algo nunca visto: presentar batalla al Diablo, pero no solo con la firmeza de la Fe. Me refiero a crear una milicia. Una milicia que luche sin descanso en un doble frente. Contra los hombres de carne y hueso que injurian a nuestro Señor, y también contra las fuerzas espirituales del Mal. Que una misma persona se ciña valiente la espada, y que sobresalga por la nobleza de su lucha espiritual. Un soldado que revista su cuerpo con la armadura de acero y su espíritu con la coraza de la Fe. Este soldado no temerá ni a hombres ni a demonios, pues nada puede intimidar a quien lucha y muere por Cristo.- su voz se hacía cada vez más grave y las sombras que formaba la pequeña fogata daban al monje una apariencia imponente.

- Un Soldado de Cristo, que mate con seguridad de consciencia y que muera con mayor seguridad aún. El agente de Dios, el ejecutor de su reprobación contra el delincuente. El “Defensor de los Cristianos”. El “Vengador Sagrado”…

Notas de juego

Perdon por la parrafada, tomate tu tiempo.
Por cierto, el desayuno era leche caliente y unas tostadas con manteca.

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05/09/2008, 19:24
Caballero Vladimir Dravescu

Al oír las ultimas frases le costó tragar. Aunque era cristiano era ortodoxo e incluso le interesaban muchas costumbres paganas.

-Yo no esperaba, que alguien esperara tanto de mí. Que estúpida ha sonado esa frase, ve aun no estoy despierto. Solo intentaré hacer bien mi trabajo. Que es proteger como se debe a esta gente. Que tengan un futuro mejor, que no tengan miedo de que pueda venir alguien a matarlos para robarles todo lo que tienen.

Le metió un largo sorbo al tazón quería sentir calor y darse algo de tiempo para poder ser lo más diplomático posible.

-Si estas buscando, un protector para Baja Mare ese soy yo. Y rezaré al señor para que me de fuerzas para hacerlo bien. Quizás el que buscas sea mi Knezi, no he visto a nadie con tanta voluntad. Arriesgó su propia vida para buscar una cura para Satu Mare, no envió nadie, no tenía ayuda pero lo hizo, lo consiguió.

Sostenía el tazón en sus manos para calentarlas. Esperaba que no se lo tomara mal, esperaba no romper sus ilusiones. No quería problemas no aquel hombre no parecía mala persona, y en aquellas tierras había cosas mucho peores a las que enfrentarse. Iba a pedirle que le dejara ver Baja Mare, pero debía hacerlo por si mismo.

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06/09/2008, 17:38
Fray Blois de Ruan.

- JA!!! – la sonora carcajada del fraile, acompañada de una fuerte palmada sobre la mesa de madera, disipó la tensión que había comenzado a formarse en la sala.

- Vamos, deberías tener un poco más de Fe en tus habilidades. Tienes un gran potencial… Sin embargo, tienes razón…no eres tú el “Soldado de Cristo” que busco. Pero tampoco creo que sea tu Cnezi el indicado... aunque debería conocerlo. – aquí, el monje hizo una pausa y se perdió en uno de sus acostumbrados silencios meditabundos.

- Aunque no debes sentirte ofendido, no me malinterpretes. Este “Vengador Sagrado” del que hablo… sencillamente… aún no existe. Así de simple. Ni siquiera yo mismo puedo serlo. Por eso es mi misión crearlo. – una sonrisa confiada se habría paso en el rostro de Fray Blois, a la vez que su mirada se volvía a iluminar con un brillo esperanzado.

- Verás, puedo infundir Fe en las almas de los hombres, créeme. Y es un arma terrible contra las huestes del Demonio. En algunos casos, indispensable. Pero no estoy calificado para convertir a un grupo de granjeros en una milicia que pueda enfrentarse a las criaturas más horrorosas del Maligno. Necesito la ayuda de un guerrero, que pueda adiestrar el brazo, mientras yo me ocupo de inflamar los corazones. Y necesito que ese caballero sea virtuoso. Valeroso, pero noble. De otra forma, sería otra compañía más de mercenarios. Debe estar convencido de abrazar él también la causa de la Cristiandad.

La sonrisa de Blois se ensanchó en una franca mueca de diversión.
- Veo tu rostro y sé lo que preguntarás. ¿Cuál Cristiandad? Pues te contaré un secreto, que solo lo conocemos los religiosos muy devotos. Las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo son muy simples de asimilar. En esencia, católicos y ortodoxos no difieren demasiado en su cuerpo de valores. Las diferencias, en el mayor de los casos, son solo discusiones vanas entre hombres con mucho tiempo libre… y desmedido afán de poder. Es solo política, y no me interesa.

- Incluso los paganos pueden acercarse fácilmente al redil. No pretendo iniciar una campaña de exterminio. Con una guía apropiada, la mayoría puede reconocer fácilmente a Cristo, debajo de todo su caótico cúmulo de creencias. Pero ten por seguro que hay otros seres ahí fuera. Y no tienen el menor respeto por Dios, por ninguno de ellos…- cuando agregó esta última frase, el talante alegre del monje parecía haberse disipado un poco.

Uno de los hermanos entró respetuosamente en el salón y golpeó con sus nudillos la madera de la puerta para manifestar su presencia. Al verlo, Fray Blois lo observó un momento y luego asintió con su cabeza un par de veces. Acto seguido, el recién llegado abandonó el lugar.

- Pero bueno, basta ya de tantas palabras. Has venido a ayudar a Baja Mare. Pues bien, hay mucho por hacer, es hora de ponerse a trabajar. Ven, te mostraré la situación del poblado. El hermano Bernard ha ido a despertar a Sibiu. Nos alcanzará en cuanto esté listo.

Fray Blois se levantó de su silla y se dirigió hacia el exterior, haciendo señas al caballero para que lo siguiera.

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06/09/2008, 17:45
Fray Blois de Ruan.

Unos leves golpes sonaron a la puerta del dormitorio de Sibiu. Los ruidos se repitieron un par de veces, ganando en intensidad. Finalmente, pudo escucharse una voz del otro lado de la puerta.
- Señor Sibiu, vengo a dejarle un cuenco con leche caliente y algo de pan. En cuanto esté listo, el fraile Blois lo espera en las afueras del poblado, junto con el caballero Dravescu.

Lo único que siguió fue el sonido de unos pasos alejándose en dirección al exterior.

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06/09/2008, 20:23
Capataz Sibiu. - Gobernador de Baja Mare.

Sibiu que había estado en su habitación comiendose la cabeza y dando vueltas por la habitación olle a Fray Blouis de Ruan

Uhm...se ha molestado...pega un suspiro Saldré de una maldita vez.

Sibiu abre la puerta y se dirige hacia las afueras del poblado.

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07/09/2008, 16:35
TEMPUS FUGIT

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y UNO. 

 

[ESTACION DE PRIMAVERA.]

 

MESES DE ABRIL, MAYO Y JUNIO.

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08/09/2008, 00:40
Caballero Vladimir Dravescu

Vladimir se levantó tras él, pero no siguió sus pasos.

-No quiero robarle más tiempo Fray Blois. Sibiu conoce bien la zona iré con él, aun bajo estando ligado por vasallaje a nuestro Knezi, la mayor parte de estas tierras son de su propiedad y las conoce bien. Además he de terminar de vestirme, ir solo con el gambax no es adecuado.

Se dió media vuelta y se encaminó hacía la puerta que conducía a sus habitaciones.