Partida Rol por web

Varuska asiente... necesitaban consejo de alguien externo a todo aquel problema.

Partid enseguida. Yo me ocuparé de tratar al abad con la mejor atención... a ver si conseguimos que no sospeche más de lo que ya debe hacerlo. Intentaré retenerlo hasta que volváis con una solución, si os parece bien.

Ha añadido las últimas palabras a última hora, pues sabía que no tenían mucha más salida que aquella. Mientras tanto, la media sonrisa cínica que lucía antes de empezar a hablar, vuelve a su rostro, complementándose por completo con la siempre fría mirada... siempre que Vitaly no estaba cerca.

Asiento con la cabeza...

 - Está bien, prepararé las cosas para el viaje, estoy seguro que sabrás como proceder... - Hago una pequeña pausa pues no estaba seguro si decir las palabras que iba a formular...  - Aunque hemos tenido nuestras diferencias, se de tus capacidades y buen proceder, espero que el gran sacerdote Balau nos atienda y nos ayude con este inconveniente...

Con una pequeña inclinación de cabeza me doy media vuelta y me marcho en busca de algún sirviente para que me haga los encargos previstos.....

Varuska asiente a las palabras de Vilyesky y vuelve a reunirse con el Abad y el par de soldados que había con él, custodiándolo.

Os ruego perdonéis la rudeza de mi compañero... Hace una leve inclinación de cabeza a modo de disculpa. Pero seguro entenderéis que son tiempos difíciles y uno no sabe de quién fiarse.

Ofrece asiento al Abad mientras ella misma lo hace, enviando una mirada severa a los soldados para que no se alejen. Su mirada sigue siendo fría e imperturbable, pero una sonrisa amable aparece en sus labios. ¿Sincera o fingida? Nadie podría llegar a descubrirlo.

He de comunicaros que os ofreceremos cobijo, alimento y todo lo que necesitéis el tiempo que dure vuestra estancia aquí... que espero sea largo, pues llevo tanto tiempo dedicada a mis quehaceres que apenas he tenido tiempo de disfrutar de buena compañía.

Sigue sonriendo mientras entrelaza los dedos de ambas manos delante de su esbelta cintura.

Pero por otro lado, nunca jamás estaréis solo. Como ya os habrán informado, nuestro capitán está ausente y nos gustaría que lo conociérais a su regreso, pero como también os he dicho antes, son tiempos difíciles y no podemos fiarnos de la palabra de alguien que acaba de llegar a estas tierras. Por ello, estos dos soldados os acompañarán día y noche... y yo pasaré gran parte de mi tiempo con vos también.

Ahora decidme, ¿Necesitáis algo urgentemente? Debéis estar hambriento y sediento, ¿no es así?

Por primera vez desde que partí de Braila temo por mi vida. La premura de mi partida y el origen de la misma me hicieron decantarme por viajar en solitario pero, retenido contra mi voluntad por herejes, dudo de si mi decisión fué la correcta.

Sabed joven dama, que soy Severus Sempronius, Abad del Monasterio de Braila y Prohombre de la Iglesia Ortodoxa.

Me encuentro de viaje hacia Suceava requerido por el Patriarca Teoctist. La crudeza del invierno me ha obligado a retrasar mi viaje y no dudo que manden a buscarme de nuevo por mi tardanza.

No dudo de vuestra buena fé ni de que todo esto se debe a un triste mal entendido y al exceso de celo de vuestro amigo más en modo alguno podré demorarme en vuestras tierras más allá de unos pocos días, debido a la importancia de mi viaje.

Espero entendais esto y me permitais continuar viaje.

En cuanto a mis necesidades, pan y un catre donde reposar mi viejo cuerpo serán más que suficiente, gracias.

Mi tono es pausado pero severo. El cansancio del viaje está haciendo mella en mi humor casi tanto como en mi cuerpo y este contratiempo me turba. Espero sepais disculpar mi falta de tacto.

SUCESOS DE VERANO: PIATRA NEAMT:

- Con la excepción de la visita del Abad de Braila, segunda autoridad cristiana del país, todo permanece bastante tranquilo este verano en Piatra Neamt.

El Anciano Constantin sigue a la Sacerdotisa Varuska de Veles al Fuerte mercenario.

- "Mi señora, no podemos permitir que este clérigo del Dios Crucificado nos delate. Tal vez podríamos sacrificarlo a los dioses, aunque, por otra parte, puede ser un valioso rehén si en un futuro las tropas cristianas nos asedian." -

Un mozo campesino pega al Abad con un palo.

- "¿Por qué no te callas?" -

Varuska mira con frialdad e indiferencia al anciano mientras dirige estas palabras hacia él.

No nos corresponde ni a vos ni a mi tomar esa decisión. El abad se quedará como está hasta que vuelva el capitán o en su defecto, el hermano Vilyesky con un buen consejo.

Luego vuelve a mirar hacia la ventana, frotándose suavemente un brazo con una de sus manos.

Espero que vuelvan antes de que vengan a buscarlo... Susurra más para si misma que para nadie más.

Cuando el anciano se ha retirado de la habitación, Varuska levanta una mano, acariciando la ventana con la yema de los dedos  y fijando la vista en el horizonte.

¿Dónde estaréis ahora, mi capitán...?

Después de un momento, vuelve junto al Abad, vigilándolo e intentando que su "visita" sea lo menos hostil posible. Siempre dentro de sus posibilidades y sus distantes maneras. Como siempre, estudiando algún que otro nuevo pergamino para seguir desarrollando su habilidad en medicina.

Eso sí... después de escribir una carta al capitán Vitaly, informándole de la situación y pidiendo consejo o su vuelta...

Varuska asiente a las palabras del Abad y envía a un sirviente a por comida para el anciano.

Ya habéis oído. Traedle comida y algo de vino. No duda en dar órdenes, aún sabiendo que como mujer, su autoridad se ve menguada.

Luego vuelve a mirar al Abad, con una sonrisa bastante inexpresiva... y una mirada tan dura como lo ha sido siempre.

Entiendo vuestra postura, pero os ruego entendáis la mía. No creo que tarden demasiado en llegar las noticias que espero, y entonces, quedaréis libre. Lamento que vuestro viaje haya tenido que sufrir éste altercado, pero yo misma intentaré que vuestra estancia aquí sea agradable, dentro de las posibilidades de la situación.

Tomad asiento y descansad. Ofrece, señalando una silla con la mano, mientras ella misma se sienta en otra, a releer un pergamino.

El mozo deja el palo y va a por comida y vino para el Abad.