Partida Rol por web

Nyx como de costumbre se levantaba temprano para entrenar a primera hora, para despues ayudar a su familia, pese a que era bastante fria la relación familiar, Nyx intentaba tener una buena relación, tenia un hermano mayor que a final de año cumpliria los 18 y su nombre estaba mas veces que ella en las urnas...

Su entrenamiento consistia en pruebas de equilibrio, resistencia y rapidez, era buena corriendo y esquivando obstaculos, en ocaciones solian entrenar junto a Eric quien le proponia desafios mas fisicos, siendo un buen contrincante para desarrollar su fuerza y ataque, con él habia formado una buena amistad, pero Nyx mantenia sus afectos distantes, puesto que antes de los 18 su vida perfectamente podria cambiar si su nombre salia en la urna...aunque este año manejaba la idea de ser voluntaria...y para eso entrenaba dia a dia...

El día ha llegado. Te aproximas hacia el lugar donde se realiza la Cosecha. Por el camino te cruzas a conocidos, amigos, enemigos... Muchos recuerdos invaden tu mente, pero sólo el presente no se va de tus pensamientos.

Tienes probabilidades de que te toque, lo sabes. No te sientes con fuerza para ello, pero no es algo que puedas elegir. Sólo esa mujer desagradable, Hide Evanete, es la que tiene tu suerte en sus manos. Y seguramente preferirías que no tuviera manos.

La gente que no entra en la Cosecha se aparta mientras te unes a los demás posibles tributos. Chicas por un lado, chicos por otro. Allí, en una tarima, está el alcalde del Distrito, preparado, con el micrófono en mano y una gran pantalla tras él, donde podréis ver perfectamente la cara de los tributos elegidos. El alcalde comienza con unas palabras, las mismas de todos los años, así que no le escuchas.

Pero llega ella. Hide Evanete se sube por las escaleras con un vestido tutú dando pequeños saltitos hasta llegar al alcalde. Le da un beso en los labios y os mira.

¡Hola mis polluelos! dice mientras saca una gran lista. Comienza a citar el nombre de todos aquellos que tienen que estar presentes en la plaza. Al terminar, la deja a un lado.

¡Vamos, traigan las urnas! comenta dando unas palmaditas. Dos agentes de la paz se acercan, cada uno con una urna transparente donde podéis ver la cantidad de votos que hay dentro.

¡Felices Juegos del Hambre! ¡Y que la suerte esté siempre, siempre de vuestra parte! grita con los ojos brillantes de la emoción.

Se acerca a la primera urna, siendo ésta la de las chicas. Mete la mano y empieza a dar vueltas con gran velocidad, hasta que se hace con un papel.

Y nuestra tributo femenino de este año será... ¡Nyx Dorian!

Al escuchar mi nombre rei, mi risa se escucho en todo el lugar claramente, con la frente en alto subi al escenario...Mirada estoica y desafiante, no dije nada Hide Evanete, pues no queria interrumpir su dulce y melodiosa voz...espere a ver quien era el tributo masculino o a que preguntara algun estupidez la pelirosa...

Orgullosa Nyx....siempre orgullosa...los Dorian siempre van con la frente en alto...

Desde la tarima podia ver a mi padres, con rostros inexpresivos, aunque seguramente su madre estaba preocupada y su padre se sentia orgulloso, su hermano estaba sorprendido...Si salia su nombre de la urna veriamos a nuestra madre perder su compostura....Los Dorian siempre frios y orgullosos, pero solo era la careta para no demostrar la preocupación y el temor de perder a sus hijos....

Has entrenado para esto Nyx...saldras vencedora...sonrei

¡Oh, querida, que risa taaaaan divina tienes! ¡Me alegro de que estés contenta de participar en estos juegos! dijo Hide tras darte un par de besos.

¡Señores y señoras, aquí tenemos a la tributo femenina de este distrito! ¡Un fuerte aplauso! pidió la mujer. El público aplaudió con fiereza.

Muy bien, querida, entra por esa puerta te señaló una Allí podrás encontrarte con tus padres y hablar con ellos para despedirte. ¡Sólo por si las moscas! ¡Jajajaja!

Tras recibir el aplauso de todos los presentes, me guiaron tras el escenario, no quise decir nada a Hide, el realidad no me agradaba esa mujer, su risa sinica y su falsa preocupación la comence a detestar desde la segunda vez que mi nombre estuvo en la tombola...

En un cuarto con decoración modesta me dejaron sola unos momentos, minutos mas tarde mis padres y mi hermano entraron, todos en silencio, mi madre me abrazo...No llores!...Le adverti seria, pese a que eramos frios con las demostraciones de aprecio, el vernos en esta situación era algo que concientes de que podria pasar, en realidad no lo deseabamos; mi padre me abrazo y me toco la cabeza...No se preocupen, he entrenado casi toda mi vida para esto, regresare a casa, sientanse orgullosos de que los representare en estos juegos...

Mi hermano me miraba algo confundido...Se que quisieras acompañanarme, pero hemos hablado este tema, no dejaras a mis padres solos, es tu ultimo año...Despues mire a mi madre...No quiero que nadie le muestren un apice de preocupación o tristeza a Hide, eso le fomenta su ego...los quiero fuertes y orgullosos, ire, competire y regresare a casa con la victoria os prometo...

Nyx era fuerte, pero solo en intimidad mostraba sus verdaderos sentimientos...y eso, ocurria en pocas ocaciones...Espero que el chico que me acompañe sea bueno, no quisiera estorbos...dijo con fribolidad...

Dos mensajeros irrumpieron en la habitación y se quedaron apostados en la puerta. Unas últimas palabras surgieron de vuestras bocas, abrazos, besos y alguna lágrima rebelde se asomó a los ojos de vuestras familias. Tras una mirada de despedida, esos hombres te escoltan hasta la entrada del tren. Allí puedes ver doce vagones, sin contar el del maquinista. Uno por distrito. Allí estarán tus futuros compañeros y rivales.

Al entrar en vuestro vagón, veis a una mujer haciendo ejercicicio. Sus tensos músculos parecen palpitar cuando os mira y os sonríe.

¡Bien! ¡Carne fresca! Poneos cómodos, tenemos un trayecto hasta el Capitolio. Soy Lilith Pintashe, ganadora de los Juegos del Hambre hace ya unos años.

Max se levantó con energía de la cama y se puso a hacer su tanda de flexiones y abdominales de costumbre. Desayunó la escasa comida que había en su plato y observó a su familia con cierta nostalgia. Hoy es el día. Era su última oportunidad para ser elegido y una extraña sensación invadía su mente. Tal vez debería presentarse voluntario, tiene la capacidad y podría darle a su familia todo lo que pudiera desear si ganaba.

Entre pensamientos contradictorios se encaminó a la plaza, no podía evitar pensar en su futuro y no dejaba de darle vueltas. Tenía hambre, le dolían las manos de tallar y no sabría si su familia podría aguantar otro invierno.

Max observó como elegían al tributo femenino, una chica guapa y esbelta. Era el momento, podía esperar a que dijeran cualquier nombre o presentarse e intentar mejorar su vida.

¡Me presento voluntario!-  gritó antes de que esa mujer dijera el tributo masculino. Un silencio sepulcral invadió la escena.Dos guardias le escoltaron hasta la la tarima donde tras un leve saludo la presentadora le ignoró y prefirió parlotear al micrófono sobre lo emocionada que estaba de que volvieran los tributos voluntarios.

Desde lo alto de la tarima observó a sus compañeros, amigos y familiares que lo contemplaban con asombró y admiración. Trató de no pensar en lo que acababa de hacer y tan sólo se mantuvo en silencio hasta que la presentadora le invitó a marcharse por la otra puerta para reunirse con sus padres.

Entró en la habitación con temblores en las manos, se las metió en los bolsillos y abrazó a sus padres y ha su hermano mayor.

Su padre fue el que más tiempo le abrazó, habían pasado años desde que no le abrazaba así. Fuerza y perseverancia.-dijo, repitiendo el juramento que llevaba oyendo desde que empezó a prepararse para este día.- Recuerda, con los distritos 11 y 12 lo tienes fácil, son unos muertos de hambre, los que más deben preocuparte son los 1,2 y 3.- le dijo mirándole a los ojos y sujetándole la cabeza entre sus manos.

Su madre le dio un segundo abrazó intentando mantener la compostura.- Mátales hijo, mátales a todos.- dijo con ira en la mirada.

Su hermano le abrazó con orgullo, Max había hecho lo que él no se había atrevido a hacer- Recuerda el entrenamiento. Aprovecha la cornucopia y alíate con los fuertes.- dijo con tono protector.

Les miró por última vez y salió de la sala de camino al tren.

Trató de disimular lo que sintió al estar en un tren tan lujoso, se contuvo de acercarse a tocar las cortinas que parecían de seda natural. Empezaba a asimilar dónde estaba y trataba de no marearse. Observó a la mujer que les iba a entrenar y esperó a que ella se presentara.

Mi nombre es Max Anderson, es un honor- dijo estrechándole la mano a la señora.- Estamos aquí para ganar, no escatime detalles ni entrenamiento, estamos listos para empezar. Por cierto, no nos hemos presentado- le dijo con tono conciliador a la chica- Encantado.- dijo educadamente y le ofreció la mano al tributo femenino.

Dí que sí, macho. La clave está en el entrenamiento dijo Lilith mientras apretaba la mano de Max. Pero hay que ser un poco inteligente. Tenéis que conseguir que unas cuantas moscas cojoneras os sigan para acabar con ellos con mayor facilidad. ¡Así lo hice yo y me funcionó!

Max paseó por el vagón pensativo, dándole vueltas a lo que había hecho y a lo que tendría que hacer. No le gustaba la idea pero tendría que ensuciarse las manos si quería tener alguna posibilidad. Decidió empezar a planear una estrategia con los patrocinadores, les necesitaba, y se planteó hacer un pacto con su compañera de distrito, juntos tendrían más posibilidades de aguantar. Al fin y al cabo, el resto de los tributos solo eran la mitad de sus problemas.

¿Cuál será el lugar este año? ¿Frío, calor, húmedo, seco...?

Tenía muchas cosas que pensar y poco tiempo para ello. Acabó por sentarse en un asiento junto a la ventana, y contempló como poco a poco se empezaba a vislumbrar el Capitolio, hasta que pudo contemplarlo con total claridad.

Las horas habían transcurrido y vuestra mentora se había quedado dormida después de intentar hacer que hablarais. Roncaba sonoramente cuando un pequeño timbre sonó en vuestro vagón. Eso hizo que Lilith se despertara de golpe.

¡Ya está! dijo asustada antes de recomponerse y sonreír. Hemos llegado. Mirad fuera y ver el Capitolio.

Con la gran cantidad de luz que desprendía, en el Capitolio parecía que era de día. Edificios enormes y brillantes rodeaban el paso del ferrocarril que os transportaba hasta la puerta del hotel. El edificio era muy alto, mucho más de lo que os podíais haber imaginado nunca. Quizá era más que suficiente para albergar a los ciudadanos de varios distritos.

Según paró el tren, os abrieron la entrada. Allí no había nadie para recibiros, aunque tampoco lo esperabais. Os abrieron las puertas un par de chicas jóvenes con la cabeza agachada y visteis el ascensor delante de vosotros. Lilith apretó un número.

Cada distrito tiene su planta, así no os veréis hasta el entrenamiento os dijo.

El ascensor parecía volar porque no tardasteis en llegar a vuestra planta. Un chico de unos 25 años estaba esperando. Sin miraros a la cara, empezó a andar y Lilith os empujó para que le siguierais. Llegó ante un par de puertas de madera. Al abrirlas, os encontrasteis con una sala más grande que vuestra casa, con varios sofás, mesas, sillas, una pantalla enorme de televisión.

Allí tienes tu habitación le dijo a Nyx. Y la puerta de enfrente es la tuya, Max añadió.

Cada uno tiene su propio baño, y aquí os reuniréis conmigo mañana, después de que os aseen y os limpien y os quiten toda la mugre del cuerpo. ¿Alguna pregunta? Si no, os podéis ir a la cama.

Nyx continuaba silenciosa despues de la despedida con su familia, era posible que no los volviera a ver, pero pensar en eso solo la inquietaria aun mas, su compañero era guapo, parecia estar a la altura, al menos no habia sido un nene de 10 años...Asi que Max...recordo que lo vio por las calles del pueblo pero jamas intercambiaron palabra, mas alla de su entrenamiento era poco el roce que tenia con otros chicos...Quizas por ser menor me vea como una inferior, le demostraras lo buena que eres...sonrie Nyx, sonrie...

Al llegar al Capitolio miro sorprendida, pero mas rabia sintio, mientras mi familia vive con lo justo estos imbesiles se gastan una fortuna en mantener sus lujos...Mire de reojo a Max...si, es guapo...

Cuano descendimos del tren y subimos a nuestro piso, el lugar estaba lleno de lujos, comodidades con las que nisiquiera habia soñado, pero eso no me distraeria debia mantenerme fria y continuar entrenando...

Mire la puerta de mi habitación, luego a Max y despues a Lilith...Por mi parte nada mas, ire a al cuarto, buenas noches...Camine en dirección a la habitación...volvi a mirar de reojo a Max...Cuando se vaya Lilith podre hablar a solas con  él....

Max se despidió con la cabeza de las dos mujeres y entró en su habitación.

Madre mía, menuda televisión.- no podía disimular, aquello era enorme. dio un par de vueltas por la habitación, ojeando cada pequeño detalle que le resultaba extraño o lujoso.- Vaya.- Esto es lo que le depara a mi familia y a mí si gano, pensó con ilusión. Otra razón más para tomárselo en serio. Volvió a repasar su tabla de entrenamiento y se fue al baño.

Lleno la bañera y se metió tras echar algunas sustancias aromáticas masculinas. Se frotó bien, no quería que le llamaran sucio. Cuando acabó se puso un pijama que había dentro del armario, un poco hortera en su opinión, sse planteó salir y hablar un poco más ocn su compañera.

Se decidió y salió, con el pelo aún mojado, de su habitación para dar al pasillo. Se aclaró la garganta y llamó a la puerta.

Buenas noches, soy Max, querría hablar contigo un momento.- dijo elevando un poco la voz. En ese momento se dio cuenta de que no tenía ni idea de qué hablar.

Entre al cuarto y me di una ducha...¿Mugre?...que se cree, que por que no vivimos aqui somos unos pordioseros...frege mi piel bajo el agua, en casa me bañaba a diario, no con los lujos que tienen aqui, pero lo hacia...despues de calmar mi mente bajo el agua tibia, sali del baño y me puse uno de los pijamas, algo sencillo, seque mi cabello y me sente en la cama...Espero que Max no se haya quedado dormmido...

Cuando me disponia a salir del cuarto, Max llamo a la puerta...arquee una ceja y fui a abrir...Buenas noches...mire afuera para ver si habia alguien...yo tambien queria hablar contigo, pero prefiero que sea en privado, entra...Le invite a pasar al cuarto...Cierra la puerta por favor...Camine hacia la cama y me sente mientras continuaba secando mi cabello...Ya que has venido tu, empieza, te escucho...

Max no se esperaba esa reacción, así que entró un poco confundido y cerró la puerta con delicadeza tras de sí.

Bueno, yo... el caso es que he pensado que...-se decidió a soltarlo de sopetón.- Que tenemos más posibilidades de ganar si luchamos juntos. Ya sé que sólo puede ganar uno pero había pensado en algo así como un pacto de no agresión hasta que seamos los 2 últimos concursantes. Es bastante útil tener un compañero en algo así y si nos ayudamos es posible que uno de nosotros pueda ser el ganador.- dijo con sinceridad.

Se quedó mirándola esperando una respuesta. No estaba permitido que se vieran así que tampoco tenía mucho tiempo, no podía andarse con rodeos.

Estoy de acuerdo, pero agregare algo...llegamos al final los dos, el que quede con vida se encargara del bienestar de la familia del otro, se que no contara con los mismos lujos que la familia del ganador, pero podrias darle un mejor vivir...

La mirada de Nyx era fria, no estaba ahi para hacer amigos, pero al ser del mismo distrito era el unico en quien podria confiar...Nos ayudaremos mutuamente hasta que tengamos que enfrentarnos y si ganas protegeras y ayudaras a mi familia y si gano yo, hare lo mismo con la tuya...

El nombre de su hermano ya no estaria en la urna de sorteo, por lo que la tranquilidad de su familia estaba garantizada, pero no asi el bienestar y para ella era lo mas importante...