Partida Rol por web

En los alrededores no había nada que pudieras usar de escudo. Hojas caídas, arbustos y alguna piedra, pero nada más. Podías intentar arrancar parte de la corteza de un árbol para usarla de defensa, pero eso generaría demasiado ruido quizá.

Savera quería estar segura de qué era lo que la acechaba, así que, apenas logró encontrar un rastro, trató de prestar más atención. No podía actuar con rapidez, ya que nada le aseguraba que Mark y Marcus no la atacaran. A la final, Marcus estaba fingiendo su propia incapacidad y esperaba que Mark ganara esa batalla, de darse.

Con atención, se fija en su entorno para dar con aquello que parecía seguirla. De ser un tributo o una criatura debía pelear, pero no quería correr riesgos innecesarios.

En un acto reflejo, toca sus bolsillos, donde están las hojas venenosas que recogió anteriormente.

Algo viste que te recordó a uno de tus dos compañeros. Parecía que te seguían, al menos uno de los dos. ¿Se habrían vuelto a aliar, pero esta vez para acabar contigo? Tenías dos peligros, la muchacha que había hablado y la persona que te seguía.

Con un gruñido de molestia salgo de entre la maleza con gesto cauto.

-Ya va, ya va... Que agonías...- Comento molesto mientras emerjo de entre los arbustos. 

Aquello parecía el juego de quién tenía más paciencia y de momento estaba claro que perdía. Simplemente la eterna espera era casi peor que la muerte segura porque no sabía cuándo sucedería. Era esperar por esperar. Los nervios empezaron a darle frío, con los escalofríos recorriendo su cuerpo sin control mientras la palma de su mano, sudada y sucia, se volvía a acomodar al palo de la lanza.

- ¡Os veo a los tres! - gritó en tono cansino. Aquello era una estúpida pérdida de tiempo, insufrible.

Iba a salir cuando veo salir a Mark.

- Veamos que pasa. - pienso manteniendo la posición.

Te alejaste de la zona de los árboles y te acercaste a la Cornucopia. La gran mesa llena de comida estaba muy cerca, y te llamaba mucho. Sin beber y sin comer tu estómago no dejaba de pedirte que fueras hacia la mesa, incluso tus piernas parecían debilitadas, como si te faltaran energías.
 

Sin saber qué hacer, antes de tomar una decisión, pudiste ver cómo Mark salía de entre los arbustos y se dejaba ver en la Cornucopia. Quien quiera que fuera la muchacha que os llamaba, podía tenderle una emboscada en ese mismo momento

Antes de salir, pudiste ver cómo Mark salía de entre los arbustos y se dejaba ver en la Cornucopia. Quien quiera que fuera la muchacha que os llamaba, podía tenderle una emboscada en ese mismo momento

Según salía Mark de su escondite, la voz de la muchacha llegó otra vez a vuestros oídos.

¡Os veo a los tres!

Según soltaste tu grito, los arbustos se movieron. Mark, el del distrito 3, salía hacia la Cornucopia, diciendo en voz alta:

Ya va, ya va... Que agonías...

Savera no quería exponerse y menos con Marcus cerca, así que vio a Mark salir y pensó que sería una situación terrible. Ella decidió desplazarse un poco y sin revelar su escondite, salir un poco al borde pero tratando de no hacer ruido. Esperaba que la chica se revelara a sí misma. Ella era mejor atacando por la espalda que de frente, así que debía aprovechar sus pocas ventajas.

Observó a Mark con curiosidad y se preguntaba qué estaba pasando por la mente del joven en ese momento.

- Si ella me ve tengo que poder localizarla. - pienso mientras trato de vislumbrar donde está y quién es.

Ni Mark ni Marcus parecían haberse dado cuenta de tus movimientos, que poco a poco te ibas acercando al límite de la Cornucopia. Todo estaba demasiado tranquilo y seguías sin ver a la que os estaba provocando para salir.

Al único al que consegúias ver era a Mark, que estaba en esos momentos inmóviles. De hecho, por no ver ya no veías ni a Savera...

Le tenía a tiro de lanza pero aún así decidió esperar. Sólo era uno y había otros dos a la espera de encontrar su oportunidad para atacarles, y un gran momento sería mientras ambos estaban enzarzados en una bonita lucha. Todo cambiaría si chafaba su cuchillo, por supuesto, esa sería una ocasión que valdría la pena aprovechar. Pero como no era el caso estaba aparentemente tranquila, con la lanza sujeta, aunque preparada para esquivar el ataque rival si este se producía.

Sus ojos continuaron barriendo la escena, pendiente de los movimientos de los otros dos tributos.

- ¡Y tenemos a un valiente! - su forma de hablar le resultaba vomitiva a sí misma. Cualquiera diría que aquello no le importaba a pesar de que empezaba a tener la frente cubierta de sudor frío. Pero en lugar de hacer evidente todo aquello alzó un dedo en su dirección mientras le hacía señas para que se acercara.

La verdad es que estaba famélico y harto de amenazas e intentos de homicidios varios, me encogi de hombros ante la ultima amenaza y les guiñé un ojo a los otros dos que habian aparecido.

-¿Vosotros venís por la comida gratis, eh pareja?

Finalmente decido arrancar una rama de unos cinco centímetros de grosor para partirla en trozos más pequeños de forma que pudiera ponerlos ocupando el antebrazo derecho sujetándolos a la cazadora con la cinta americana.

En el lado interior del brazo decido sujetar el shuriken así como el cuchillo de forma que sean rápido y fácil el sacarlos.

- Veamos que pasa ahí. - musito una vez tengo todo preparado.