Partida Rol por web

Tormak entró en esa habitación junto con Carr y Gorek con un semblante de tranquilidad. Las emociones se habían estado arremolinando alrededor del maestro desde que llegaron a Garos... la sensación de sentir el éter, el conocimiento de los Ancestros, la muerte de Gorek y su viaje por los senderos de la fuerza... Un jedi, según la tradición, había de controlar sus sentimientos y no dejarse llevar por ellos, pero en los últimos tiempos, había experimentado situaciones muy fuera de lo imaginable.
El maestro había estado atento, alerta y había mantenido la compostura durante todo el viaje, pero eso no significara que tuviera dudas, sobre todo lo que había sucedido. A medida que pasaba el tiempo, todas las experiencias pesaban como una losa en el corazón del jedi, especialmente el momento de la muerte de Gorek. Pero ahora, alguna cosa había cambiado. Las dudas ya no estaban allí, la misión era cada vez más delicada, pero cada vez estaba más clara.
La larga meditación en la nave no sólo había servido para entender el pasado de Dante, le había servido para evadir su mente de la situación actual. Podía comprender mejor a Dante, aunque no compartía su forma de aceptar los hechos, podía entender sus reacciones. Y ahora podía ver el destino de Dante en esta misión, el destino de todos...

El saludo del lord oscuro distrajo a Tormak de sus pensamientos. Le devolvió el saludo y luego se situó al lado del comunicador.

Creo que tienen trabajo por delante... Me pondré en contacto con Elianne para ver donde están y para comunicarles que estamos bien.

- Algunos conocimientos deberían quedarse olvidados antes de terminar en las manos que no deben.

No creo que pueda contactar con su amiga, Maestro Jedi, hasta salir del hiperespacio las comunicaciones no funcionaran, pero por como habla de ella se que aun está viva.

Bien, caballeros este viaje no solo tiene una parte mística y otra histórica, como toda travesía también consta de una parte científica bastante molesta que se entrelaza con las dos anteriores.

Las ecuaciones de salto y distancia se salen de cualquier escala conocida, incluso la imaginación se queda corta a la hora de representar la enorme distancia que habremos de recorrer. Una trillonésima de error en cualquier cálculo tendría resultados mortales.

A pesar de tener localizado el emplazamiento de la puerta estelar nunca encontré nada, ningún examen minucioso de las proximidades reveló su emplazamiento, sospecho que la tecnología empleada por los Ancestros las vuelven prácticamente invisibles, incluso a la más sofisticada tecnología.

Hace 217 años un arqueólogo zabrak Blug Gesh encontró los restos de una puerta estelar en un cúmulo de asteroides no muy alejado de la ruta Coreliana. Pero me temo que no fue capaz de compartir su descubrimiento con muchos, estoy seguro que ha escuchado hablar de él Sr. Junn, desapareció a los pocos años en una expedición a los bordes exteriores.

Al menos esa es la historia oficial, la realidad fue bastante distinta, Gesh fue asesinado por Xabremil Skeith, un asesino Sith conocido Darth Fang. Se ensañó cobardemente con el arqueólogo para darse luego a la fuga.

Se tomó demasiadas molestias para borrar todo el trabajo del arqueólogo, doy fe que su trabajo fue casi perfecto, pero aunque el zabrak no podía superarle en combate si lo hizo en ingenio, logró camuflar un manuscrito de increíble antigüedad en un doble fondo de su modesto carguero.

Maté al sith y aunque les cueste creerlo le di una sepultura digna a aquel científico zabrak, vendí el carguero transfiriendo anónimamente el dinero a su familia, me habría gustado devolverlo a su mundo natal y a su gente, pero habrían seguido el rastro y habrían muerto quienes no tienen nada que ver con esto.

Recuperé el libro, pero nunca rompí el sello que lo mantiene cerrado, un tomó de semejante antigüedad debería ser polvo, pero no es el caso. Fue creado por alguien en armonía con el lado luminoso de la fuerza, pero de algún modo debió terminar en manos de un sith o de alguien totalmente contaminado.

Antes de que formule una hipótesis le diré que el artefacto ya estaba contaminado antes de estar en mi poder, y todos estos años no ha aumentado esa corrupción, solo soy rabia pura mi propósito en la vida no es contaminar ni manchar nada.

El libro tenía restos que corresponden con los sedimentos donde supuestamente Blug Gesh descubrió la puerta estelar, pero una estrella cercana detonó en supernova asolando esa porción del espacio. Imagino que al igual que yo no creen que fuera natural, sino inducida.

Ahora mismo el libro está en sus camarotes para que mi presencia no les incomode, es la única pista acerca de las puertas estelares y es menester de un investigador desentrañar los secretos.

Su cierre reconoce si el lector está en paz o sumido en las tinieblas, no logré abrirlo por ello y no contemplé la posibilidad de forzarlo pues habría mucho más que perder a beneficios por ganar.

Esa es su batalla Sr. Junn, si tienen más preguntas este es el momento de formularlas. -

El zabrak se encogió de hombros.

- Lo cierto es que no me sorprende que actuara como lo hizo con los restos del explorador y su familia...lo que me pregunto es el por qué... - el caballero jedi no añadió que empezaba a considerar que comprendía a Dante, a pesar de todo. Una pauta dentro del Caos. Quizá hasta la entropía del universo podría legislarse...o quizá no, pero las variables son matemática también.

- En todo caso, lo que importa ahora es ese libro. Me gustaría quedarme a preguntarle por qué, si lleva tanto tiempo esperando a que esto suceda, dice que 217 años al menos, ha esperado hasta ahora, cuando la amenaza es más difícil de erradicar, para tomar cartas...pero quizá también tenga mis propias teorías, y no estén muy desencaminadas. También me quedaría a preguntar qué lugar tiene su aprendiz en esto, porque alguno tendrá, sin duda, y de eso aún no sabemos nada. Seguro que no tengo que recordarle el objetivo principal de todo buen aprendiz del sith.

Pero ahora importa el libro. El tiempo es importante y mi tarea está clara. Voy a ver qué puedo hacer.

Sus preguntas eran pura curiosidad, más que preocupaciones, por eso no esperó respuesta. El zabrak se marchó para descubrir si verdaderamente estaba en paz según los preceptos de una época convulsa, si su mente, en rigor, había alcanzado el equilibrio entre su naturaleza investigadora y su función de guardián de la paz.

La figura de Carr Junn desapareció por uno de los corredores, el zabrak marchaba sin prisa pero sin pausa, sumido en sus propias teorías y trazando sus propias lineas de investigación.

Gorek miraba con curiosidad los cálculos que se sucedían sin cesar en los monitores, las computadoras estaban saturadas extrayendo datos con una precisión enfermiza, se necesitarían cientos de papeles para poder apuntar cualquiera de las cantidades que figuraban.

A pesar de los intentos de Tormak la comunicación con Erianne no fue posible, el hiperespacio causaba una interferencia imposible de superar, habrían de esperar a la perdida de velocidad para poder emitir sin percances.

- Maestro Jedi, este viaje nos llevará más allá de los límites del espacio tiempo, tanto usted como yo sabemos que retornar puede ser un lujo que no podamos permitirnos.

Cuando salgamos del hiperespacio tal vez quiera dar a conocer su viaje a su Orden, tal vez sus palabras terminen siendo sus epitafios, pero al menos ocuparán su lugar en la historia.

Esperemos que cuando viajemos por el otro borde del universo esta pequeña porción del espacio pueda defenderse unida contra estos malditos vampiros estelares. -

Tormak tendría sus propias dudas y sus propias conclusiones. Carr sabía que el Maestro Jedi podía hablar de igual a igual a Dante, como dos polos opuestos o las dos partes de una moneda. Hombres tan distintos, tan singulares, tan opuestos y unidos por un mismo y aparente propósito.

Muchos dirían que la voluntad de la fuerza es caótica y caprichosa, o tal vez dispusiera de un plan preestablecido para cada curso de acción. Fuera cual fuera la verdad no la sabía y era probable que muriera sin averiguarlo.

Pero la atención del zabrak estaba puesta en un objeto, al que le basto solo con una mirada para comprender que no encontraría ningún otro libro que compartiera las características del que reposaba en la mesa.

El primer examen visual le devolvía datos claros, sin duda era pesado, su tamaño contribuía a ello. Tal vez llegará al metro de largo en la cubierta, mientras que la anchura oscilaría entre los 65-75 cm facilmente. El espesor no se quedaba atrás, decenas, cientos o puede que miles de hojas incrustadas en ese volumen.

Su estado de conservación era perfecto, pero había algo, un aura, una presencia en ese objeto que desvelaba su antigüedad, incluso más anciano que el Tarsoniano que acompañaban.

La cubierta del libro estaba exquisitamente adornada con bordados en oro y puede que plata, e incluso platino. El material de los forros era extraño, tenía cierta similitud con el cuero, pero estaba curtido hasta límites insospechados, cierta manera había algún secreto en su construcción que lograba preservarlo de los estragos del tiempo.

En la mitad del libro justo hacia la parte derecha estaba el cierre, una figura hexagonal metálica y en relieve, sellando las páginas del volumen. No tenía síntomas de haber sido forzada, pero tampoco presentaba abertura ni oquedad para introducir cualquier llave o dispositivo, solo había un pequeño relieve irregular, no más grande que la yema de un dedo humano.

Sentía la mancha inconfundible del lado oscuro, pero no se trataba de la presencia de Dante, el poder que percibía distaba mucho de ser la rabía concentrada de ese hombre. Este era mucho más insidioso, mucho más sútil, cargado de desprecio, odio y sobretodo desesperanza.

Pero por debajo de aquella tormenta negra de emociones brillaba una minúscula luz inconfundible, quien hubiera creado originalmente ese volumen estaba en paz y armonía, virtudes que habían quedado plasmadas de algún modo en el tomo que habían logrado sobrevivir a aquel poder corruptor.

Así es señor Dante, no sé si nuestros compañeros querrán acompañarnos cuando sepan mejor a lo que se enfrentan, una decisión como esta no puede tomarse a la ligera, hay que ser muy decidido para emprender este viaje o -hace una pausa- haberse preparado durante mucho tiempo para él, esperando que llegue el momento para abandonar este rincón del espacio, dejarlo atrás y encontrar lo que uno busca en lo más remoto del universo.

Tormak sabía que Dante entendería que se refería a él, hacía tiempo que Tormak no había conocido un hombre tan perspicaz como Dante. No sabía como respondería a sus palabras, pero sabía que la conversación merecía la pena...

El zabrak se concentró en el foco de luz que aún no había sido mancillado. Una herramienta de la luz que la oscuridad había utilizado...¿hasta qué punto? Estaba a punto de averiguarlo. Sin duda, encontraba la paz en el corazón luminoso del volumen, pero de nuevo tocaba usar el cerebro. Lejos de enseñanzas futiles, la reflexión personal hacía tanto bien como la mayor de las lecciones.

Si otro ha buscado esas coordenadas, ha sido un sith, un ser oscuro que quería dar con ese portal de salto...o quizá otro jedi...de modo que debería buscar los picos mayores de luz y de oscuridad para dar con esa información, como un índice que indicara qué es lo que más se ha consultado.

Carr abrió el libro preparando su mente para un asalto, y devolviendo la calma a su corazón emocionado. La curiosidad y la impaciencia, el punto débil de todo zabrak, una vez más puesto a prueba. Debía moverse con cautela y rebuscar cuidadosamente, para saber por dónde se había movido esa oscuridad sutil que rezumaba el volumen...cuáles fueron las búsquedas antiguas...entonces podría saber quién...y dónde.

- Nadie esta preparado Maestro Jedi.

Tal vez concienciados, mentalizados e incluso decididos, pero nunca se está preparado del todo, menos cuando se tratan de decisiones que suponen un antes y un después, tanto en la historia misma como en la del propio individuo.

Los Jedi son entrenados y educados, saben que puede llegar el momento del sacrificio, por los demás, por aquellos que han jurado defender. Cualquier caballero que se precie lo hará gustoso y sin dudar.

Pero incluso ese mismo noble caballero le gustaría en su fuero interno que los acontecimientos no fueran así, a nadie le gusta morirse, o al menos a nadie que yo conozca, la consciencia de nuestra propia fragilidad, de nuestra propia mortandad tal vez sea la carga más pesada para todas las especies inteligentes.

Tal vez el ejemplo más visible y doloroso, discúlpeme por recordarlo haya sido la muerte del muchacho, en cuanto sufrieron la técnica asesina de Anoster usted ya sabía que el muchacho no podría resistirla hasta el final, aun no estaba preparado, luchó hasta el final, como un guerrero, con honor, gustosamente repetiría eso con tal de darles a ustedes unos segundos, y se que usted y Carr se habrían cambiado por él.

Ninguno estaba preparado, ni el muchacho para morir, ni ustedes para verle en esa agonía, lo sabían, a ciencia cierta, pero aun así no estaban completamente preparados, nadie lo está, ni siquiera yo que llevo burlando a la muerte demasiado tiempo.

¿El propósito de la vida? Alcanzar las metas y objetivos que nos hayamos planteado, ¿qué sentido tendría sino el existir? Es por eso que Gorek está de nuevo entre los nuestros. ¿Su propósito en la vida Maestro Jedi? La mitad ya se ha cumplido, yo no veo un muchacho viajando con nosotros, para mi en lo sucesivo es un Caballero Jedi. Le ha enseñado bien, ambos tienen motivos para con modestia sentirse orgullosos.

La mayor verdad que ambos sabemos Maestro Tormak, es que nunca se sabe lo suficiente.

¿Qué papel desempeña Gorek en todo esto? Difícil de saber, puede que su destino sea regresar para relatar e inmortalizar lo que estamos dispuestos a emprender. Es el futuro, la nueva generación.

Su papel y el mío aun están por desvelarse. –

El cierre del tomo era muy sencillo, bastaba con una simple presión con el dedo índice. Pero al parecer esa simplicidad había detenido a Dante y a otros frustrados lectores del pasado. Por qué cedía ante la suave presión del Zabrak era otro misterio añadido en la concepción del libro.

No pudo evitar una sonrisa al reconocer la escritura, la caligrafía zabrak era clara, pero aun así arcaica, coincidía con la edad estimada al volumen.

Apenas había tocado la primera página cuando fue invadido por un torrente de recuerdos, las imágenes pasaron fugazmente por su mente, inconexas, pero era su tarea buscarles un orden que no tardo en desvelarse.

Solo contemplaba un viejísimo escritorio, y la espalda de un autor anónimo, escribiendo a mano las páginas que englobaban el tomo, la figura estaba cubierta con un sayo sucio, pero sus manos eran sin duda de un zabrak. A su diestra había una luz enorme y solemne, pura como un bebe, guiando y aconsejando su relato. Solo había una raza capaz de desprender semejante poder y a su vez semejante sensación, un Ancestro.

El tomo fue pasando de muchas manos a otras, fue escondido, perseguido, olvidado, enterrado, robado, sellado, pero de algún modo, siempre lograba volver a la realidad, lograba superar el peso del olvido.

Fue ese mismo Ancestro quien lo devolvió de nuevo a la cultura zabrak, para luego ser asesinado por una oscuridad totalmente opuesta, una entidad devoradora e imposible de saciar, una manifestación de la maldad, un Verdadero Sith..

Pero es solo frustración y desengaños lo que encuentra el asesino en el libro, incapaz de abrirlo siquiera, demasiado cobarde para destruirlo, demasiado codicioso para olvidarlo, pero no lo bastante inocente como para no pagar por su crimén.

Es la historia de la galaxia la que da muerte a ese ser, el Imperio, las guerras, desastres naturales, saqueadores de tumbas, contrabandistas, reformas del terreno. Cientos de caminos que el tomo recorre hasta enterrarse en la tierra de un destartalado satélite, que no tardo en destruirse pasando a formar parte de un cúmulo de asteroides.

La búsqueda de conocimiento lleva al arqueólogo zabrak Blug Gesh a desenterrar esa joya arcaica. Su mente fue sacudida en el acto por la importancia del hallazgo, prueba es que nunca se atrevió a abrirlo y que destino muchísimo tiempo a cuidar y preservar en perfecto estado el volumen.

Blug Gesh fue asesinado, su defensa heroica y desesperada no podía nada ante las técnicas de Darth Fang. No bastándole su crimen gastó varios años mancillando, borrando y confundiendo el recuerdo del arqueólogo.

De poco le sirvió al asesino pedir clemencia cuando fue encontrado por una oscuridad aun mayor que carece de compasión, Alexander Dante lo mató con frialdad en un combate rápido e inmisericorde.

Un simple toque reveló al misterioso Lord la singularidad de su hallazgo, sus manos giraron el volumen sin dificultad parándose a leer unas extrañas runas inscritas en el canto del libro.

El tomo fue preservado y cuidado con celo, nunca más fue objeto de estudio por parte del tarsoniano, cuya última imagen es si mismo depositando el volumen en el camarote de los Jedi.

Puede ser que nadie esté preparado para la muerte, o más bien, que nadie esté preparado para una muerte que no ha estado preparada.
En todo caso, muchas veces es más dolorosa la muerte de los demás, de los seres queridos que la propia. Cuando Gorek sufrió la técnica de Anoster entendí esto mejor que nunca... -el maestro jedi hizo una pausa, rememorando esos momentos, eran tristes, pero el regreso del muchacho había aligerado el pesar-.
Las corrientes de la fuerza son canviantes, nunca podremos prever el destino con seguridad, ni por lo que respecta al futuro de la galaxia ni por lo que respecta a nosotros mismos.
No hay que perder la noción de la fuerza viva por el futuro, no tiene sentido...

Estoy de acuerdo con vos acerca del muchacho, este viaje le ha marcado sobremanera y ha desarrolado una gran capacidad para entender los entresijos de la fuerza viva y, lo que es más importante aún, ha entendido el significado de ser un jedi, algo que usted entiende bien, aún estando tan alejado de su filosofía...
Conozco la filosofía de los caballeros grises, obcecados por su libertad, que la mayoría acaban confundiendo con libertinaje y son seducidos por el reverso tenebroso de la fuerza...
Lo que me lleva a preguntarme lo siguiente... puedo comprender el odio que le acecha, pero también sé que comprende que puede deshacerse de él, que existe la posibilidad y, aún así, se niega a dar ese paso, sin embargo tampoco está dispuesto a sucumbir al odio, está viviendo una especie de purgatorio, incapaz de avanzar hacia una u otra dirección... -consciente que el maestro estaba entrando en un terreno pantanoso, decidió hacer una pausa, esperar la intervención de Dante, para evitar ofenderlo con sus palabras-.

El zabrak enarcó una ceja cuando el libro respondió a su índice. ¿Su lado luminoso? ¿Una premonición? ¿O quizá algo más prosaico? Una idea se instaló en su mente...Las profecías se cargaban de realidad, la manejaban y la remodelaban hasta que encajaba en los términos que le convenían...Dante había vivido lo suficiente como para creer en las leyendas hasta convertirse él mismo en una de ellas.

Sonrió. ¿Y si hubiera seguido la línea familiar de ese zabrak hasta él? Las huellas dactilares fueron de las primeras formas de identificación hace ya muchos siglos...¿y si Carr Junn, caballero jedi, fue familia de Blug Gesh? Volvió a sonreír y se encogió de hombros. No podría probarlo, en todo caso.

Ya que había abierto el libro, tocaba encontrar en él las respuestas...y dónde estaría aquel portal de salto. No dejó de sentir el pinchazo de desconfianza...al fin y al cabo, estaban acercando información a un ser oscuro que él posiblemente sería incapaz de conseguir por sus propios medios.

- La senda del caballero gris es la más complicada de todas, el delicado equilibrio en la moderación es solo una fina linea que puede ser traspasada en cualquier momento. Siempre ha sido más sencillo asirse a un extremo que buscar el punto medio entre ambos.

Mi oscuridad ya se ha extendido Maestro Jedi, no puedo librarme de ella y tampoco es mi deseo. Hace demasiados años con la edad de Gorek tuve que elegir, fue la venganza lo que marco mi decisión y como siempre ocurre con el lado oscuro me fue negada.

He cometido muchos errores, el fallo no deja de ser humano, mis manos no están precisamente limpias, he vertido demasiada sangre, suficiente para horrorizar a la persona con más aplomo.

Ya conoce mi mayor error, y por ello trato de enmendarlo, pero ya conoce tal vez la premisa que marca mis actos, cada uno es libre de elegir su camino, sea para bien o para mal.

No se me concedió esa libertad, mi necedad a puesto en peligro la Galaxia, tal vez este suceso ocurriría igual aunque yo nunca hubiese existido, pero no puedo saberlo. Mi maestra fue una verdadera sith y en ella empezó todo este cáncer que se ha extendido.

Por favor no se sienta incómodo, la verdad es dolorosa, pero no ofende a nadie. Solo le pido que no tenga en consideración quien fui o que he sido, sino lo que soy ahora, ya que es lo único que importa.

Con usted solo puedo compartir una briza de sabiduría ya que no puedo enseñarle nada más, tenga presente en todo momento y vos también joven Gorek, que el hombre se define por sus actos y aprende de sus recuerdos. El pasado pasado está, no puede cambiarse, pero si enmendarse. -

La premonición no fue la última sorpresa del libro. Su origen arcaico quedaba constatado, pero su contenido se volvía si cabe aun más singular.

En estos momentos el zabrak solo podía armarse de algo que no solía tener en abundancia, paciencia y algo para escribir. Sin duda lo necesitaría. En otras circunstancias le habría gustado acompañarse de algo de té para beber y alguna fruta o alimento rico en azúcares, sin duda le esperaba una larga y compleja lectura.

Cada dato del autor anónimo aludían a viejas teorías desechadas por la química moderna acerca del oro. Viejas civilizaciones sostenían la creencia de que todo lo conocido estaba formado por una combinación de los llamados "4 Elementos Primarios", el agua, el fuego, la tierra y el aire. Posteriormente se añadió un elemento más a esa premisa, el Éter ¿coincidencia?. A estas alturas costaba creerlo, la vieja creencia afirmaba que el Éter era el material que conformaba la quintaesencia, la misma materia y esencia del cosmos.

El autor defiende con vehemencia como a partir del Éter derivaron cada uno de los 4 elementos primarios, de como a partir de esa sustancia estelar se formaron todos los planetas y cuerpos celestes, así como la vida misma.

Posteriormente el autor cita que el oro era la sustancia más pura que se conocía, supuestamente contenía una concentración perfecta de los 5 elementos descritos previamente. La teoría afirma que todos las demás sustancias, en especial los metales intentan parecerse al oro para obtener la perfección.

En pocas páginas el anónimo escritor cita un mal que estuvo presente en varias culturas, la alquimia, con su obsesión de convertir el plomo en oro, vil metal, y la obtención de una piedra mágica conocida como "La Piedra Filosofal", capaz de transformar con su mero toque el metal en oro puro sin igual.

Varias páginas posteriores muestran complejos cálculos matemáticos teniendo en cuenta variables ficticias y estados ambientales. Pero los resultados son demasiado precisos, aunque la precisión se podría cambiar por perfectos.

El autor plasma el pesó atómico con insólita precisión, 196,96655 pero en vez de utilizar la unidad de masa atómica emplea otro criterio de valoración al que denomina "concentración de pureza", lo que el autor cree que corresponde a la distribución más óptima de los 5 elementos fundamentales.

Los cálculos no cesan en la masa, de por si precisa, además presentan el punto de fusión 1064,33°C y el punto de ebullición 2856°C. Cita varios datos acerca de la tremenda resistencia de ese metal a la corrosión y agentes agresivos, junto con su gran capacidad para la conducción de la electricidad.

Relatan un experimento en el que lograron crear una lámina de 26 m2 a partir de aproximadamente 34 gramos de oro. Un logro sin precedentes, ya que la tecnología actual permite que una onza de oro se estire en una lámina de 28 m2.

La fascinación sobre su ductilidad y maleabilidad ocupan decenas de páginas del volumen, muchísimas acompañadas de diseños, imágenes, ilustraciones e ideas sobre las aplicaciones que ese metal podría tener en construcciones más avanzadas.

Una pequeña sección rinde un homenaje menos entusiasta, pero igualmente ilustrativo a su denominada "hermana pequeña", la plata. De nuevo presentan su masa atómica, punto de fusión y de ebullición con una precisión sin error. Algo difícil de creer para un libro tan sumamente vetusto que debería corresponder a una época previa de la colonización espacial y el auge de la tecnología.

Posteriormente el libro hace referencia a varias gemas conocidas, detalla una amplia lista de propiedades de ella, en especial los efectos ópticos provocados por la reflexión y dispersión de la luz al impactar contra ellas. Cita que su escasez se debe a que son concentraciones casi puras de algún elemento, el autor cree que por ejemplo los rubís están formados por fuego debido a su color, así como los azabache y esmeraldas estarían compuestos mayormente de tierra pura.

Las partes finales del libro relatan como la cantidad suficiente de gemas situadas en un punto preciso serían capaces de reflejar la luz solar en un rayo de pura energía. El cual abrasaría con seguridad cualquier cuerpo al que impactara exceptuando otras estrellas. Ensalza la labor de una nación olvidaba en construir "El Espejo de Dios", un inmenso artefacto para el cual se requerían todas las gemas de un planeta, su finalidad sería salvar el propio globo terrestre del impacto de un meteorito, pero su construcción acarrearía tremendos problemas de estructura que incluso la arquitectura e ingeniería moderna no lograrían solucionar.

El autor alude que solo Moandor el dios de las estrellas podría salvarlos en sus últimas horas. Solo el poder ilimitado del dios puede detener el impacto final del meteoro que supone el fin del mundo para esa civilización irónicamente extinta. Las ecuaciones finales muestran la energía desmesurada que liberará el meteoro con el impacto, así como la fuerza que haría falta para atenuar, desviar o destruir el enorme cuerpo celeste al penetrar la atmósfera.

Calcula una vez más con asombrosa precisión el punto exacto de la órbita en la cual el planeta se fragmentará en millones de pedazos que vagarán por el cosmos. El autor se lamenta de haber pasado años de su vida buscando la "Madre de Oro", otro de los muchos nombres de la piedra filosofal en vez de haber intentando evitar la catástrofe.

Pero la firma final es el detalle que arranca la sonrisa al Zabrak, tras varios días de ávida lectura.

Urath Junn. Matemático Alquimista. 1352 dd. Moandor

Una sonrisa sincera es un alimento para la Fuerza, le recordaba en ocasiones su maestro. Él lo entendía en lo que significaba, un claro esfuerzo por simplificar un hecho complejo.

Carr Junn era el último eslabón de una cadena bien forjada, al menos a ese lado de las cosas. El entramado del señor Dante se parecería más a una red, o a una malla. Un instrumento que atraparía la verdad para lograr su objetivo.

Ahora entendía mucho más, quién dijo que la lectura era un hábito en decadencia. Pensaba más bien el zabrak que la decadencia llegaba cuando se perdía el hábito de leer. Una ironía de letras y órdenes...como ocurría dentro del libro, de la mente de su antepasado. Carr Junn pensó durante un momento si ese buen zabrak de antaño no estaba tocado también por el éter, por la Fuerza, y su visión preclara de las cosas era debida a su don. Pero importaba ahora más lo que había descubierto, el hecho en sí que revelaba el libro, junto con tantas otras cosas...el punto exacto de la órbita de colisión del meteorito con el planeta. Tenía la fecha, 1352 dd. de ese Dios que decidió no intervenir en aquel momento...o que tenía planes diferentes, ¿quién entiende a los dioses? Con la fecha y el punto exacto, ¿podría volver atrás y deducir una ubicación concreta?

No era mala forma de comenzar, alguien pensaría que en ese punto se podría haber creado un portal. Una intuición, más que otra cosa, un portal de oro bien trenzado, como el sueño de un visionario. De momento, fueron las primeras ideas que escaparon de la mente del descendiente del matemático alquimista.

El maestro jedi hacía rato que mantenía esa conversación con el lord oscuro, parecería algo banal a ojos de muchos, incluso el joven Gorek se inquiría sobre la necesidad de ello, aunque se mantenía entretenido observando la consola de mando, mientras prestaba atención...
Lord Dante era a los ojos de cualquier jedi un sith, una expresión del mal puro y desbocado que debería ser erradicado de la galaxia. Sin embargo, Tormak, aunque fiel a la vieja tradición jedi, nunca se había precipitado en tomar una decisión, especialmente en cuestiones complejas, donde el uso del blanco y el negro era generalmente desaconsejable. Había hablado con respeto a Dante en todo momento y el jedi había recibido el mismo trato por respuesta. A ojos de cualquiera eran enemigos que se respetaban mutuamente, aunque el maestro jedi no utilizaría ese término para desciribir a lord Dante.

Es cierto que los caballeros grises caminan por una fina línea, de trazo desdibujado. Nuestro sino es actuar, tomar parte en las decisiones del universo y estas acciones y decisiones marcan nuestro camino. Nuestra vida no es una simple suma de acciones buenas o malas, desinteresadas o egoístas, de tal forma que el resultado sea siempre zero en pos de mantener la estricta neutralidad. Respeto su decisión, pero los caballeros grises creen que pueden seguir la línea neutra hasta el fin de sus días, pero al final, sin remedio, se abre la encrucijada y todos, sin excepción debemos escoger qué camino seguir.
Pero esto es algo que vos conocéis tan bien o mejor que yo. Tampoco puedo enseñarle nada acerca de la fuerza, maestro Dante, probablemente no sería adversario para vos -era la primera vez que Tormak utilizaba este apelativo para Dante-. Como bien dice, el pasado no puede cambiarse, forma parte de la historia y así debe continuar, sin embargo coincidimos en un punto, el pasado puede emmendarse.
No me cabe la menor duda que así tratamos de hacerlo, la gran cuestión es, cómo lo hacemos. Todos hemos cometido errores en el pasado, algunos pesan más que otros sobre nuestra consciencia. Sé que habéis cometido grandes errores maestro Dante. Por lo que se refiere a la causa de los verdaderos sith, creo que era inebitable que esta situación se desatara, pronto o tarde, pero inebitable.
Vuestros ojos han visto mucha sangre, vuestras manos están manchadas con ella, sin embargo ahora compartís viaje con sith y jedi. La pregunta que uno debe hacerse no es si se debe enmendar el futuro sino como debe hacerse.

El jedi observaba fijamente los ojos de Dante, pensaba que podría ver un atisbo de respuesta en ellos.

La duda que se esconde en mi corazón, maestro Dante, es, qué camino escogeréis cuando llegue el momento de vuestra encrucijada

- ¿Rival? En eso estoy en desacuerdo Maestro Jedi, físicamente en un combate dispongo de cierta ventaja dada mi condición, en mero poder bruto tal vez, pero no hay nada más, no soy... nada más.

Entiéndalo Tormak, usted me venció incluso antes de conocerme, Carr Junn también, Erianne, Gorek, la mayor parte de la Galaxia. Todos.

Para bien o para mal Maestro Jedi, en ocasiones nos vemos obligados a tomar decisiones, decisiones que pueden cambiar el curso de nuestras vidas y de las de otros, a una escala mucho mayor de la que la propia imaginación es capaz de percibir.

Llegados a ciertos puntos, un hombre tiene que hacer lo que tiene hacer, usted tendrá que hacer lo que tenga que hacer, y yo también.

Cuando llegue el momento haré lo que deba, y será con honor, el honor es lo único que me queda, el último axioma que sostiene mi existencia.

Usted lo entiende, pero para que el muchacho lo comprenda responderé mas prosaicamente, no derramaré más sangre inocente para salvar inocentes, no traicionaré a los que me acompañan. Pues la traición es arma Sith y yo soy un Maestro Tenebroso, no un Lord Sith. -

Compartir sus descubrimientos era el paso obvio a seguir, sin duda alguna Tormak y Gorek estaban en su derecho de enterarse de las nuevas. Incluso el propio Dante, si este no las sabía ya indudablemente tendría sus propias teorías que no dejaban de ser puntos para constatar.

No obstante aunque Carr Junn había olvidado ciertas necesidades más mundanas su cuerpo no, su estómago rugía con exigencias, las piernas estaba dolidas y cansadas, pero sobretodo sus ojos y su mente. ¿Cuanto le había llevado la lectura? Horas mínimo, incluso más, días. No le habían molestado, juicioso... aunque tal vez en cierto modo arriesgado.

Sonrió solo de pensar en el aspecto que tendría, un buen descanso acompañado de una copiosa comida no le vendría nada mal, había mucha energía por recuperar y aun más misterios por descubrir.

Carr se sorprendió al ser consciente del tiempo transcurrido. Se había enterrado en aquel conocimiento pasado como lo hacía en sus meditaciones y en su busca más o menos espiritual o racional de la verdad y de la Fuerza.

Su cuerpo le pedía que se detuviera, y tras años de entrenamiento para controlarlo completamente, tal llamada indicaba sin duda que se trataba de una situación de urgencia.

Salió entonces de su reclusión y buscó a sus compañeros...a todos, por más que "compañero" fuera una palabra que atribuía a quienes le eran más bien simpáticos.

Cuando llegó al puente, reunió a todos, y habló.

- He estado ocupado con ese libro, pero creo que algo he podido desentrañar. En su base habla de estudios alquímicos basados en la civilización de los ancestros, o tan antigua como ella. Habla del oro y otros metales como orden de la Fuerza. Según esto, varias gemas y metales se corresponden a un orden de pureza que puede acercarlos al equilibrio entre tierra, fuego, aire, agua y lo que se ha venido a llamar "quinto elemento", o éter...o Fuerza. El oro es, por lo visto, el más puro de todos...

Esta idea se concreta en un artefacto quizá ya construido, en el que una cantidad extraordinaria de gemas se alinean de tal manera que pueden dirigir la energía de un haz de luz para destruir cualquier cosa. Y esa cosa era un enorme meteorito que se acercaba al mundo donde residía el autor de ese libro...un zabrak que...curiosamente, comparte bastante parentesco conmigo...algo que evidentemente sabía ya desde un principio, señor Dante.

Ahora bien, queda por saber si ese meteorito destruyó efectivamente el mundo, y dónde impactó, para lo cual hay un cálculo muy exacto. Ayudaría también saber de qué mundo se trataba, porque no lo indican. La información que hay contenida da a entender que al final los esfuerzos no sirvieron de nada...y ahora, por favor, quisiera comer algo y descansar.

El maestro jedi asintió ante las palabras de Dante, era todo cuanto quería oir. Si esas palabras eran ciertas o no, el tiempo lo revelaría pero, el maestro jedi no detectó mentira en él, aunque su aura del reverso tenebroso era tan fuerte que costaba diferenciar entre sentimientos o sensaciones en su ser.

El honor ha salvado su alma de ser devorada por el reverso tenebroso Maestro Dante, de eso no cabe ninguna duda. Alguna vez, puede que no vea la galaxia como una comunión de vencedores y vencidos, tomar una decisión equivocada no nos arruinda inexorablemente, pero eso es otro debate que quizás debamos dejar para otro momento, que estoy seguro que surgirá, a su debido tiempo...

En verdad no era aun el momento de más preguntas. Tormak tenía sus propios deberes y era necesario que continuara instruyendo a Gorek, pasará lo que pasará su tarea no podía permitirse pausas innecesarias.

Se había preocupado por la ausencia de Carr, pero Tormak conocía bien a su compañero, sin duda estaría enfrascado descifrando los secretos del libro, prefería no molestar a Carr en su tarea, por ello espero pacientemente hasta que al cuarto día su compañero abandonó su camarote reuniéndose con los demás en el puente.