Partida Rol por web

       Antes de bajar al sótano Simone trató de buscar algo para iluminarse cuando bajaran, pero no quiso subir sola a la oficina o aotro lugar así que siguió a los chicos

       - Si quieren podemos mejor regresar por una lámpara, tal vez haya alguna en la oficina que estaba arriba, no creen chicos? -     Dijo evidentemente asustada Simone, a pesar de tratar de no demostrarlo frente a su hermanita

Aterrada como estaba tampoco estaba dispuesta a descender a la oscuridad.

Me quede con Simone y su hermana en la entrada hasta encontrar alguna luz o que algo pasara, pero estaba convencida de que abajo seria mucho peor que arriba. 

Aunque tal vez no hubiese alternativa, decidi esperar.

Cuando Marcos abrió del todo la puerta para ir a buscar los cables, la escasa luz penetro por completo en la habitacion y entonces el horror asalto las retinas de todos los allí presentes.

Sí, estaba Fernando muerto allí, junto con muchos otros cadáveres, todos de niños, desparramados sobre el suelo sucio. Uno de ellos sostenía una llave. Era la llave del patio.

Marcos apretó los dientes al ver esa macabra escena. Cuando peleó con Fernando, ambos habían sangrado y se lastimaron mucho mutuamente, pero eso estaba a otro nivel. Su cabeza parecía estar deformada y algo que se parecía a la cascara del huevo pero más gruesa se adivinaba entre la sangre y la piel. El chico no podía dejar de mirar la pila de cadáveres, como si hubiera sido atrapado por un embrujo. Pero fue el olor lo que le volvió a la realidad, ese olor tan peculiar y familiar de los cuerpos descomponiéndose. Apartó la mirada de los cadáveres para posarla en la llave que sostenía uno de los niños muertos.

-Prepárense- dijo sobre su hombro a quien le oyera. Ya había visto lo que una montaña de pupitres escondía, no quería imaginar lo que les acecharía en una montaña de cadáveres. Con cautela intentó tomar la llave, mirando todo como una posible amenaza.

Rompiéndose...

Mi ilusión se acababa de romper, pense que habría un montón de niños aquí esperándonos, y los había, sólo que sin vida. La maraña de cuerpos me produjo arcadas, me trague mi vomito antes de que saliese por mi boca, odiaba vomitar. La mano de un niño tenía dentro una llave, y antes de que pudiera darme cuenta Marcos se acercaba a ella. Me paralice por unos segundos antes de decidir si ir o no, aunque no conociera a Marco, no era justo que fuera sólo. Tome una gran bocanada de aire por la boca y me adentre a la sala siguiéndole los pies a Marco.

          - Por favor niñas esperen nos un momento aquí, que nadie entre ni salga por es puerta, voy a bajar para ayudar a los chicos si es necesario -    Susurra Simeone tras tardarse en vencer el miedo que le provocaba la dantesca escena bajo sus pies con el cuchillo que recogió antes por delante para ayudar a los chicos por si algo salta mientras que toman la llave que necesitan

Ante la escena de mirar como se acercaba a tomar la llave lo unico que se me ocurrio fue proteger a la hermana de Simone como si fuese mi muñeca.

- No te pasara nada. Susurre para calmarle. 

Aunque realmente queria era calmarme yo misma.

Al bajar al sótano, no pude evitar sentirme impresionado al ver aquella montaña de cadáveres de niños, entre los que se encontraba Fernando, y sentí un escalofrío recorriendo mi espalda. En esos instantes, sólo quería salir corriendo y escapar de aquella escuela, pero sabía que eso no podría suceder si no trabajábamos en equipo.

Por ello, decidí bajar por las escaleras detrás de Marcos, Darrow y una de las niñas negras, que llevaba a mano las tijeras que había encontrado en la primera de las aulas. Mis ojos estaban puestos en la montaña de cadáveres, atento por si algo salía de ella.
 

Cuando creyeron que el susto había pasado, de entre los cuerpos surgió una figura, atravesándolos como si no estuvieran allí. Primero pensaron que se trataba de otro maniquí. Pero entonces la vieron mejor. Era un cadáver que se movía, mientras de su abierto abdomen brotaban sus vísceras como una asquerosa cascada. Intentaba hablar, pero algo obstruía su boca. Carlos David lo reconoció de inmediato. Parecía increíble, pero se veía justo como su padre en el momento en que murió.

Con gran esfuerzo, el hombre escupió lo que tenía en la boca. Entonces vieron un trozo de carne ensangrentado caer al suelo.

-Lo siento, hijo -le dijo a Carlos David- tu madre me lo cortó y me obligó a comérmelo. Al parecer no le gustó que me fuera con putas en vez de dejarla cuando el culo se le puso flácido. ¡Y no contenta con eso la muy perra me destripó! -dijo mientras intentaba inútilmente meterse las tripas adentro denuevo.

-¿Papá? No... no puede ser... tú... estabas muerto... -el niño se sentó en el piso abrazando sus rodillas- los muertos no vuelven... no es justo... no es justo...

Y siguió repitiendo "no es justo" durante un rato más. Luego, se hundió en un estado catatónico mientras se balanceaba hacia adelante y hacia atrás.

-Oh, pobrecito mi niño. No te preocupes. En el mundo de Carlota seremos felices otra vez. Ya lo verás -dijo mientras introducía su mano en el pecho de su hijo, de la misma forma que atravesó los cadáveres- Tendrás un nuevo cuerpo y no será de débil carne. No será pequeño, no. Tu nuevo cuerpo será grande y estará hecho del fuerte plástico. Con él podrás recorrer las calles de este hermoso pueblo para siempre. Será genial.

Entonces retiró su mano, esta vez sosteniendo un objeto que no pudieron ver, pero que emitía un fuerte resplandor que iluminaba la estancia como si fuera de día. En ese momento, el chico cayó muerto.

Marcos tenía los ojos fijos en la montaña de cadáveres, esperando que alguno se moviera para retroceder a toda velocidad. Pero no esperaba que algo surgiera de ellos como si fuera una simple sombra. Desde el punto de vista del chico, eso era un fantasma con todas las letras. La impresión le hizo caer de culo al piso, sin poder apartar la mirada de esa cosa. Por suerte no fue hacia él, sino hacia otro niño. No se le ocurrió ayudarle, pues el miedo le había fijado el suelo. Solo la sensación desagradable de los fluidos que emitía la cantidad de cuerpos le devolvió a la realidad. Tenía la llave, aun había niños que salvar. No podía quedarse quieto.

Se levantó sintiendo en cada musculo es esfuerzo de sobreponerse a su miedo. Esa cosa tenía en su mano algo brillante, pero no pudo ver que era. Tampoco se iba a quedar allí a averiguarlo.

-¡Muevanse!- dijo con lo que pretendio fuera una orden pero le salió una voz debil y apenas audible.

Seguí caminando con paso cuidadoso hasta que Marcos cayó a mis pies. Di un pequeño salto hacia atrás y mirando hacia delante note como uno de los cadáveres se levantaba y pasaba de nosotros, fue hacia Carlos David, la escena me pareció tan surrealista que no pude pensar en nada hasta que mencionaron a Carlota.

Carlota... susurré para mi.

El cadáver sacó del pecho de Carlos amgo brillante. Mire hacia delante, la llave se encontraba a solo un par de metros, quería correr de ahí. Pero sabía que sin la llave no podrían escapar de ahí. Me quede paralizado por unos segundos sin hacer nada, al final me decidi por tomar la llave y salir corriendo de allí, de regreso tome a Marco del brazo y jale de su brazo esperando que al igual que yo corriera de aquí.

Me he quedado paralizada mirando la escena mientras veo a la criatura escupir y hablar con David. Se que la hermana de Simone esta a mi lado y me enfoco por tenerla cerca para cuidarla lo mejor que pueda. 

El miedo recorre mi cuerpo pero logro controlarlo.

Cuando veo la aparición del padre de Carlos David con aquellas repugnantes entrañas brotándole del vientre, siento un irrefrenable deseo de ponerme a vomitar allí mismo. Me llevo una mano a la boca y la otra al estómago para intentar reprimir aquel impulso por echar hasta el desayuno.

Estaba aterrorizado. ¿Es que íbamos a morir todos en aquel horrible colegio? La voz de Marcos indicando que era el momento oportuno para marcharnos de allí me ayudó a sobreponerme, y eché a correr escaleras arriba para escapar del sótano.

-¡Hay que irse! ¡Rápido! -grité a las niñas, que aún no se habían puesto en movimiento.

      - Dios mío!   Esto es el infierno!!  Pero que demonios pasa aquí ... -     Gritó Simone después de susurrar lo primero, mientras lloriqueo realmente asustada y cuando pudo reaccionar exhibió el cuchillo al muerto solo para cubrir a Darrow y Marcos y salir corriendo con ellos sin dar nunca la espalda a esa cosa, guardo el cuchillo, cuando paso junto a Maggie y Brianna las tomó de la mano y corrió con ellas el resto de las escaleras hasta salir de ese lugar y fuera del sótano buscó rápido cualquier cosa con la cual poder atorar esa puerta y recordó que tenía una llave, así que dijo a los demás cuando estuvieran fuera mientras que asustada se recargó en la puerta para que no se abriera:

      - Quien tenga la llave de esta puerta que la use pronto para mantener la cerrada