Partida Rol por web

Nothgoth - Memento Mori

Intermedio: Jarad Al'dier

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23/10/2015, 21:22
Director

Para Gustav el tiempo se había detenido. 

Podía ver cómo los días pasaban debido a que se hacía de noche y de día, pero sentía el ciclo se repetía sin ningún cambio. Tenía provisiones, tenía un lugar en el que dormir y nadie le molestaba... Pero lo que para algunos hubieran resultado unas relajantes vacaciones para él era agobiante. Acostumbrado a moverse de un lado para otro, la espera lo estaba matando... Aunque irónicamente para muchos zwergs estaba ya muerto. 

Antes de partir, Heath le había recomendado a Gustav que no se moviera del castillo. Besen era un paranoico de la seguridad, y lo había demostrado cuando había guíado a Heath hasta el lugar dónde trabajaba Maverick. Vigilado con guardias y en el sótano de una casa derruida, nadie miraría en un lugar cómo aquel. Estaba claro que si para alguien cómo Maverick había establecido esa seguridad, para Gustav cómo mínimo habría establecido vigías. Lo cuál era lógico, desde el punto de vista de Besen, de la existencia de Gustav dependía la lealtad de una gran parte de su banda. 

La teoría de los vigías se había confirmado cuando Gustav había ido a dar un paseo, harto de estar quieto. Llevaba varias horas caminando rumbo a Golzwall cuando unos jinetes salieron de la nada. Eran enviados de Besen y habían interrogado brevemente a Gustav sobre sus intenciones. Da igual lo que Gustav dijero, los zwergs lo "instaban" a dar media vuelta, y necesita provisiones o hacerle llegar un mensaje a Besen ellos se encargarían.

Lo último que necesitaba Gustav era que Besen comenzará a sospechar de él... Por lo que tuvo que obedecer. Volvió, mientras se preguntaba cuál tenía que ser su siguiente movimiento. Necesitaba localizar a Hannah, para que ella se encargara de avisar a los hombres de las fortaleza... ¿Pero cómo iba a hacerlo? Sólo podía rezar que Hannah volviera, pero si ella estaba enterada también de la presencia de los vigías de Besen las cosas iban a ser complicadas. 

Al cabo de una semana de soledad, sus plegarias fueron escuchadas, aunque no de la forma que él esperaba. Un golpe en el pie lo despertó de su profundo sueño. Frente a él había una figura alta y gruesa, era una mujer. Por su tamaño, Gustav hubiera jurado que se trataba de un Dyr... Pero no, sabía que las mujeres Dyr no eran así, así que debía de tratarse de una humana.  

Levanta, Araña, vienes conmigo. - Dice con una voz fría, totalmente desconocida para Gustav. 

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23/10/2015, 22:06
Gustav Andersen

Miro hacía arriba observando con más detenimiento a la figura. 

- No parece que tenga alternativas pero preguntaré ¿A donde? - 

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23/10/2015, 23:03
Deborah

La mujer frente a Gustav parecía que se estuviera controlando para no hacer algo de lo que se pudiera arrepentir. 

Tsk... Así que Hannah tenía razón, eres de los preguntones. - Dice asqueada. - Te voy a dar un consejo que te servirá para sobrevivir al resto de la noche, Araña. Nunca hagas preguntas a no ser que se te de permiso para ello. ¿Entendido? - Y dicho esto comienza a caminar, para girarse a los pocos pasos, exasperada. - ¿A que esperas? No tenemos mucho tiempo.

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24/10/2015, 00:02
Gustav Andersen

Me encojo de hombros y me pongo el equipo de combate, el bastón que aún no he tenido la oportunidad de usar. 

Lo hago rápido para seguir a la mujer, estoy ataviado con ropas que harían dificil reconocerme aunque se me tuviera delante. Tampoco es que haga mucha falta pero no me gustaría que algún granjero viera un no muerto. 

Cuando estoy a su lado le respondo. - ¿Sabes algo bueno de caminar en el abismo? Cuando la oscuridad más absoluta te arropa, tus ojos se acostumbran a ver los detalles más insignificantes. - Digo esto me pongo la capucha y me dispongo a seguirla. 

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26/10/2015, 00:34
Deborah

Deborah levanta una ceja, excéptica, pero termina por encogerse de hombros y seguir andando, sin añadir nada más. En el exterior les esperaba un caballo. Deborah se sube con facilidad y parece que espera a que Gustav se suba. Pero Gustav no podía evitar recordar que los vigías de Besen tenían que seguir por allí... Era de noche, pero también había intentado salir de noche y también lo habían parado entonces. 

Cómo si pudiera leer sus pensamientos, Deborah dice. 

Todos los hombres de Besen están en una reunión. Tenemos un par de horas, así que no me hagas repetirte las cosas. - Y añade, bastante impaciente. - Vamos.

Gustav se sube al caballo cómo acompañante y Deborah lo pone a correr tan pronto cómo Gustav estaba acomodado. El caballo era veloz y fuerte, parecía que estaba acostumbrado a que lo pusieran al máximo en viajes cortos. Iban hacía a Golzwall, pero para sorpresa de Gustav junto cuando podía comenzar a divisar la tenue silueta de sus muros, Deborah se desvía de la trayectoria.

Cerca de Golzwall nacían las montañas, imponentes picos agujereados en su falda dónde en el pasado había minas. A los pies de una subida es dónde para el caballo Deborah y, casi cómo si estuviera fundido con la sombras, un hombre enmascarado aparece y se lo lleva. Deborah no hace ningún comentario al respecto, sólo rebusca algo en el interior de su capa. Al poco rato, saca una máscara, totalmente blanca y sin un sólo agujero por el que ver. 

Pontela. - Dice mientras se la ofrece a Gustav. 

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26/10/2015, 08:57
Gustav Andersen

Me pongo la mascara, no es que vea mucho peor que estando ataviado con todos los ropajes. 

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26/10/2015, 21:19
Director

La oscuridad se cierne sobre Gustav, que ahora solo puede oír y sentir. 

Una mano fuerte le agarra del brazo y lo impulsa a caminar. Durante un tiempo se a paso ligero pero la cuesta no tarda en empinarse, cada vez más, y acaban frenando la marcha. Durante el recorrido pasan por zonas cubiertas, seguramente grutas construidas por el hombre cuando aquel lugar estaba repleto de minas. Giran y vuelven a girar... Y Gustav no tarda en desorientarse. Si bien su cabeza estaba funcionando para memorizar el recorrido, también le decía que por las direcciones que estaban siguiendo estaban pasando varias veces por el mismo punto (Seguramente para desorientarlo más). Deborah se mantiene totalmente en silencio, sólo guía a Gustav dándole tirones y de vez en cuando da un breve aviso de escalón.

Al final, tras una caminata de un cuarto de hora, Deborah acaba frenando de pronto, con lo que Gustav casi se choca contra ella. Estaban en el exterior en ese momento, y Deborah dice: 

- Traigo a la Araña. 

Tras eso, Gustav puede oír las visagras de una puerta al abrirse y Deborah tira de Gustav para que entre. Al lado de la puerta había otra persona, y Gustav podía saberlo debido a que al pasar por su lado había sentido el calor de una antorcha. Por los movimientos de Deborah parece que coge otra antorcha y prosigue.  

El camino continua, ahora por suelo firme, pero en un recorrido tan laberíntico cómo en el exterior. Gustav puede sentir a veces murmullos o voces en la lejanía pero por lo general todo está rodeado de silencio, lo que acentúa sólo el sonido de sus respiraciones y los pasos. 

Deborah vuelve a parar, y suelta a Gustav.

Ya puedes quitarte la máscara. 

Gustav lo hace, y se encuentra que la oscuridad sigue a su alrededor, sólo puede ver a Debora y el área que rodea la luz de la antorcha que lleva en su mano. Dentro de ese área, Gustav puede ver lo que parece ser un banco y también se fija en que el techo está sorprendentemente cerca de sus cabezas. 

Espera aquí. 

Gustav se sienta y Deborah da media vuelta y se marcha dejando a Gustav completamente a oscuras, en la negrura absoluta. Y cuando los pasos de Deborah se alejan, el silencio es absoluto. Gustav no puede evitar pensar lo fácil que sería para ellos el dejarlo allí, abandonado... Y comenzaba a temer que no hubiera entrado en el interior de la fauces de un depredador mucho más peligroso que Besen. 

El sonido de unos pasos lo relaja un poco. Acompañados por ellos vienen tres luces, cuyos portadores eran Hannah, Deborah y un hombre al Gustav no conocía, bastante mayor y con pinta de gruñón. El hombre se para a unos metros de Gustav y hace un gesto con la mano con lo que Hannah y Deborah se pasean por la sala y comienzan a encender antorchas de la pared. Gustav puede entonces mirar, para su sorpresa, la amplitud de la sala, que debía tratarse de un antiguo comedor, no lo suficientemente grande cómo para una gran cena, pero si uno de uso para bastante gente. Había varios bancos distribuidos por el lugar, pero no había ni rastro de mesas aunque era evidente dónde estaban en el pasado.

El hombre, aún silencioso, se sienta en uno de los bancos y se encara hacía Gustav, Deborah y Hannah se mantienen alejadas. 

- Así que tú eres la polémica Araña. - Dice el hombre, analizando a Gustav con la mirada. - Con todo lo que se cuenta de ti imaginaba por lo menos a un temible Dyr. 

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26/10/2015, 23:13
Gustav Andersen

Mis ojos que estaban analizando la sala rapidez se clavan en el anciano para observar sus reacciones.

Me aparto un poco las vendas de la boca para mostrar una sonrisa sin labios antes de comenzar a hablar. - Al igual que una araña, mi fuerza reside en la tela de araña que creado. -

Hago una pequeña pausa en la cual miro de nuevo la sala y digo. - En cambio, he de admitir que vuestra dedicación al secreto es incluso mayor de lo que imaginaba. -

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26/10/2015, 23:27
Weise

Cualquiera con dos dedos de frente debería saber cuál es el poder que esconden los secretos y el porque es mejor alejarse de aquellos que se dedican a recolectarlos y ocultarlos. Y se alejan por el simple hecho de que los seres humanos tenemos miedo por naturaleza a aquello que no conocemos, cada uno actúa de una forma distinta pero... El miedo existe. - Pequeña pausa. - Sin embargo, Araña, has demostrado no ser un "cualquiera". Tu curiosidad te matará algún día, pero quizás no sea hoy. - Pequeña pausa. - Puedes llamarme Weise, y quizás hayas conseguido convencer a Hannah pero te aseguro que conmigo no será tan sencillo. Pero hacerte preguntas sería demasiado sencillo... Y quizás podría hacernos parecer débiles a tus ojos. Por lo que voy a tomar un enfoque diferente. - Sonríe. - Quizás mi memoria ya no es lo que era, por lo que puedes corregirme si me equivoco. 

Para Weise se prepara mentalmente para algo. 

Tu verdadero nombre es Gustav Andersen. Formabas parte del ejército de Helltia y fuiste un miembro ejemplar y envidiado dentro del mismo. Pero acabaste harto de obedecer ciegamente a aquellos con oscuridad en sus corazones, mataste a tu comandante y te convertiste en un prófugo de la justicia junto a varios de tus compañeros. Formasteis los "Azote del Infierno" y ganasteis la suficiente influencia cómo para convertiros en el objetivo de la Marioneta. - Parece algo confuso. - Esta parte es algo confusa aún... La Marioneta prendió fuego a los bosques dónde os escondíais, y eso cabreó a los Gnagerit. Y de alguna forma te ganaste su favor, o al menos esa es la explicación que le da Hannah a tu misteriosa arma. - Entonces prosigue, al parecer con menos ganas. - La cuestión es que parece evidente que el final de los "Azote del Infierno" se avecinaba, por lo que tan pronto cómo te recuperaste de tus quemaduras te pusiste de nuevo en marcha. Forjaste una alianza con los "Escudo de la Justicia" y viniste aquí con la intención de recobrar las fuerzas que necesitas para acabar con Helltia. 

Se acomoda en su asiento. 

¿Me olvido de algo? 

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27/10/2015, 00:06
Gustav Andersen

Sonrio, como si me sintiera halagado. - Veo que nada escapa a vuestro escrutinio. Solo un detalle ¿Por qué quiero acabar con Helltia? - Durante un momento se me escapa la mirada hacia Hannah. La centro en Weise casi al instante.

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27/10/2015, 00:13
Weise

Weise frunce el ceño. Hannah hace caso omiso a la mirada de Gustav, cómo si no lo hubiera visto. 

- Si te soy sincero parecía la conclusión más lógica. ¿Vas a sorprendernos con una revelación de última hora, Araña? Aunque depende de tu respuesta cambiaría en gran manera mi opinión de ti. 

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27/10/2015, 23:29
Gustav Andersen

- En el ejercito juré lealtad a Helltia, mi honor y mi sangre perderian su razón de existir si distruyera esa tierra. Deserté del ejercito al darme cuenta que estaba comandado por parasitos que se alimentaba de las almas y los cansados cuerpos de los habitantes de Helltia. -

Mientras sigo me saco con cuidado las vendas de la cara. Apenas tengo piel y los musculos se pueden ver como se mueven mientras hablo.

- Estas quemaduras fueron por salvar a un Gnanerit del fuego. Por eso ellos me han dado el esta magia. Con esto en mis manos tengo el deber de proteger el bosque y con lo que me queda de ser. Luchar por Helltia. Planeo una guerra que hará que Helltia renazca como una nación del pueblo, una nación unida bajo un gobierno que sirva a sus gentes. No al contrario -

- Tiradas (1)
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28/10/2015, 01:22
Weise

Un digno final para una de esas viejas historias de héroes, aunque lamentablemente no creo que sea algo posible en la actualidad. - Medita unos segundos. - ¿Por dónde empiezo? Quizás sería conveniente ponerte al corriente de la situación, aquello que está pasando y aquello que pasará y supondrá el inevitable final de no sólo Helltia, si no incluso de la Alianza. Pero me temo que eso es demasiada información para empezar... - Sigue meditando. - Si, creo que antes de abrirte las puertas a la verdad, tenemos otros temas que zanjar. - Weise se pone más serio de lo que estaba. - Un cargamento ha atravesado hoy la frontera de Goldort con el bosque de Alterlith, y los esbirros de Besen lo han interceptado tan pronto cómo ha estado cerca de Golzwell. - Weise se levanta y pasea por la sala. - Tú vida pende de un hilo, y ese cargamento está atado con él. Dime, Araña, ¿Tomaste la decisión correcta? 

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28/10/2015, 02:45
Gustav Andersen

- Solo falta una parte del plan. Avisar del dia del ataque a las tropas de la fortaleza. La batalla se basara en la sorpresa, sin el secreto y mi estratega jugando en su contra preveo una masacre del martillo de sangre.

Aunque, quiero empezar a saber. Cada trozo de información la puedo convertir en una arma en mi guerra. Os ofrezco una alianza, estoy seguro que podemos sernos de utilidad mutuamente. -

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29/10/2015, 21:41
Weise

Weise se vuelve a sentar mientras escucha a Gustav. Parece que asiente satisfecho cuando Gustav anuncia la última parte de sus planes. Pero al final parece algo sorprendido. 

¿Tú guerra? - Dice Weise con tono divertido. Hannah mira hacía otro lado, y Deborah parece que también se divierte. - Araña, la guerra que está por venir está muy lejos de ser la tuya, ni tampoco es la nuestra. Sólo somos títeres movidos por los sucesos que nos rodean, inconscientes de lo que están pensando aquellos que sostienen los hilos. Aunque si bien no podemos cambiar el curso de está guerra, si que tenemos la capacidad de decidir de que lado estaremos y quizás... De allanar el camino a nuestros nuevos amos.  

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29/10/2015, 22:12
Gustav Andersen

Un poco mosqueado me siento en uno de los bancos.

- Bueno, avisad a la ciudad a cambio quiero información. Hay mucho que sabéis que yo desconozco. Quiero saber aquello que guardáis con recelo de mi pero va a arrasar todos mis planes como unas hojas en el viento.

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29/10/2015, 22:21
Weise

Weise frunce el ceño. 

Quieres saber, Araña, pero no quieres comprender. Deberías haberte dado cuenta a estás alturas que no cedemos lo que sabemos tan a la ligera. No estamos aquí para comerciar con información, si eso es lo que piensas, usamos dicha información en nuestra ventaja. - Mira a Gustav con una mirada implacable. - Seré claro, Araña. Si quieres saber lo que sabemos necesitas ser parte de nosotros. Pero para unirte a nosotros hay una serie de restricciones que debes cumplir, y te aseguro que no te van a gustar.  

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29/10/2015, 22:26
Gustav Andersen

- Te escucho. La última condición extraña que cumplí fue morir.

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29/10/2015, 22:30
Weise

Weise es pura seriedad. 

Si quieres ser parte de nosotros debes abandonar todo deseo o ambición propia. Nos vemos cómo una única fuerza a pesar de estar desperdigados y nuestro único objetivo es seguir órdenes. Si demuestras ser un miembro de valor podrías llegar a ser escuchado, pero jamás deberás tomar una decisión por ti mismo que no nos beneficie. 

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29/10/2015, 22:34
Gustav Andersen

- Vamos a ver hasta que punto habeis hecho bien vuestra investigación. - Me llevo las manos a los bolsillos y digo. - ¿Que esperas que responda?