Partida Rol por web

Las primeras pruebas que hace Gustav no son especialmente fructuosas. Cómo en otras ocasiones, cuando la espada cortaba la plantas en crecimiento, estás dejaban de crecer y se pudrían a los pocos segundos. Y daba igual cuantas veces repitiera este proceso, Gustav no notaba ningún cambio en la espada, ni visual, ni físico y ni a nivel del calor que desprendía. 

Cansado ya de malgastar bolas Gnagerit, Gustav decide que había llegado el turno de probar el filo de la espada contra el metal. A pesar de que la espada se sentía mucho más ligera que de costumbre, al tocar el metal Gustav no notaba ningún cambio respecto a experimentos anteriores. Seguía cortándolo con facilidad cómo quién corta una hoja de papel. 

Y entonces llegó el último experimento, dónde Gustav decidió dedicarse mayormente a practicar tajos con la espada. Al ser tan ligera, casi la sentía cómo una extensión de su brazo y se movía con agilidad al tiempo que la blandía. Y en medio de las maniobras, de pronto, Gustav decide dar un tajo con todas sus fuerzas, cómo si intentase liberar toda su frustración con el mismo. 

Lo primero que sintió Gustav fue una onda de calor tan poderosa que incluso le hizo retroceder. Cegado por unas llamas transparentes que se estaban liberando rápidamente a través del filo de la espada, Gustav no pudo evitar cerrar los ojos mientras que escuchaba algo parecido a un estallido. Al cabo de pocos segundos, aún con los ojos cerrados, escuchó árboles crujir y romperse en pedazos y comenzó a sentir el calor de las llamas a su alrededor. 

Cuando Gustav abrió los ojos de nuevo pudo ver que en un arco alrededor de su posición, abarcando una distancia de al menos 10 metros, parte del bosque había desaparecido. En su lugar, estaban los restos de los árboles y arbustos que allí había, y se estaban iniciando incendios bastante alarmantes en diferentes puntos. No pasó mucho tiempo hasta que Gustav pudo sentir voces alarmadas que provenían de la base. 

Aún algo aturdido, Gustav miró la espada, temeroso de que pudiera haber desatado una destrucción así. Pero no tardó mucho en percibir que la espada había perdido todo calor y que ya no se sentía tan ligera cómo hacía sólo unos momentos. 

Guardo la espada y vuelvo rapidamente a la base avisando de que hay fuego. Si preguntan comento que estaba haciendo pruebas con un nuevo tipo de arma y que me ha explotado en la cara. Mi prioridad es apagar el fuego. 

Mucho antes de que Gustav llegara a la base ya vio a varios de sus hombres correr en la dirección contraria, algunos haciendo rodar barriles repletos de agua mientras que otros sólo iban cargados con cubos. Después de los daños que había causado en su viejo guarida el anterior incendio, era natural que tuvieran ya medidas preparadas para solventar un segundo en la nueva. Claro que también era irónico pensar que Gustav iba a ser quien lo provocara... A algunos les tocaría ese día trabajar hasta tarde para volver a llenar esos barriles, y no les iba a hacer especial gracia.

A la entrada de la zona de tiendas, Gustav se encuentra con Hector. El mismo parecía más molesto que preocupado. Cuando Gustav le explica lo que había originado el incendio, Hector niega con la cabeza.

- Suena a que es un arma que vas a tener que usar con más preocupación. - Casi sonaba cómo una reprimenda a un niño, cosa que molestó un poco a Gustav, pero se lo dejó pasar a Hector por esta vez dado a que realmente se sentía culpable de aquello. - Pero lo que de verdad me preocupa es eso. - Hector señala al cielo y cuando Gustav mira hacía arriba un escalofrío le recorre el cuerpo. Una columna de humo se comenzaba a elevar hacía arriba. - Estamos lo bastante lejos de la ciudad y los caminos para que nadie la vea pero... La suerte no es algo que nos haya sobrado últimamente. 

Le dicto a Smith las cartas de nuevo, y en algún punto le pido que me relea las cartas anteriores para que copie trozos enteros.

Al final, el único cambio sustancial es el lugar donde pido que nos reunamos, e indico que yo mismo les recibiré.

- Eso es todo. ¿Tendré que firmar otras 4 veces?

- No se que hablas. - Le suelta Smith mientras que comienza a recoger los papeles. Se notaba que pretendía sonar frío, pero había cierta indignación en su tono. 

Erik iba a abrir la boca para replicar cuando de pronto un grito en el exterior lo pilló por sorpresa. 

- ¡Fuego! ¡El bosque se está quemando! ¡Que alguien saque los barriles! - Desconocía de quién era la voz, pero sin duda parecía alarmada. 

Lo siguiente que escucha Erik es cómo Smith sale corriendo de la tienda. En el exterior se comienza a sentir ajetreo. 

Un ciego en un bosque ardiendo. Magnífico.

A tientas y lo más rápido que puedo, casi en pánico, intento al menos salir de la tienda. Cuando noto que he pasado a través de la puerta de lona de la tienda, estiro un brazo mientras palpo con el otro, mientras digo al aire:

- ¡Ayuda! ¡Que alguien me guíe!

Erik sale al exterior totalmente desorientado avanzando a ciegas cuando de pronto sus manos tocan un muro. Al cabo de unos segundos de palparlo se da cuenta que aquello no era un muro, era una persona. 

- ¿A dónde crees que vas? - Dice de pronto la voz de Deborah desde arriba al tiempo que le da un empujón a Erik que casi le hace caer. - Tú no te mueves de aquí, el fuego estará controlado en un rato. 

Suspiro profundamente. Como para calmarme, después de unos instantes sentencio. - El incidente es posible que atraiga a curiosos enviados por Kihn. - Con una mirada sombria concluyo. - Pero el bosque es un lugar traicionero, este es el territorio de bandidos, Solo tenemos que aguantar un poco más. No hay muchos caminos que puedan llevar a la base, mandemos hombres a cada uno de ellos para bloquear el camino y preparar trampas. Kihn no tiene hombres suficientes para atravesar el bosque lleno de trampas. -

Después de un momento añado. - Pondremos alertas para que el que entre en el bosque tenga claro que solo hay peligro en su camino. Deberíamos tener nuestros hombres vigilando, para avisarnos si los hombres de Kihn se acercan y para avisar a nuestros aliados del camino seguro. - 

Asiento sin decir nada.
No terminaba de creer que estuviera controlado, pero no tenia más opciones. Solo puedo esperar...

Hector asiente y sale corriendo para comenzar a repartir órdenes. Gustav tenía en mente hacer lo mismo cuando de pronto ve algo por el rabillo del ojo. Erik había salido de la tienda y parecía bastante nervioso. Deborah le estaba barriendo el paso en esos momentos. 

Le hago una señal a Deborah para que lo vuelva a meter en la tienda y voy rápidamente allí [A la tienda de Erik].

Cuando llegue afirmo. - No te preocupes por el ruido, se trata de un pequeño contratiempo provocado por una prueba de una arma. 

- Pues... parece que funciona. ¿No es así?

- Funciona, exacto. El contratiempo es debido a que funciona demasiado. Lo que iban a ser unas pequeñas pruebas ha acabado calcinando el area de una casa. - Parece que me paro un momento para hacer unos movimientos y concluyo. - La base se ha movilizado para apagar el fuego y yo voy a marchar para vigilar las entradas al bosque, no vaya a ser que aparezca algún curioso. Tu quedate en la tienda, ni se te ocurra intentar marcharte. Muchos de mis hombres no saben que estás aquí, si se cruzaran contigo la situación se podría complicar muy rápido. Todo está yendo muy rápido, aprovecha para descansar. Los próximos días serán suficientemente complicados. - 

- De acuerdo. No saldré de aquí.

A veces se me olvida mi situación actual. Con los planes de Gustav siento que soy parte del cambio de Helltia, pero otras veces, como ahora... recuerdo que lo que realmente soy es un prisionero.

Soy un prisionero. Me dan agua, comida y un trato decente para un prisionero, pero mis movimientos son limitados. Solo puedo enviar las cartas que me digan y hablar con quien venga a traerme la comida. Y seguramente cuando no me necesiten me matarán.

Pero si pretendo hacer las cosas bien por una vez... no debería importarme. No debería importarme mientras yo haga lo correcto.

Pero aún así... no estoy seguro de qué pensar.

- Perfecto. - Digo. Salgo de la habitación y se me escucha dar ordenes a mis hombres ir a asegurar los caminos aún llevan a la base.

De nuevo a solas, Erik no puede hacer otra cosa que sentarse, con la lentitud que le era ya característica, y esperar en silencio. En el exterior, el sonido de voces y movimiento aún prosiguió durante por los menos varias horas, durante las cuáles se fue atenuando poco a poco. Finalmente, el silencio invadió la oscuridad que rodeaba su mundo. 

Gustav sale al exterior, dispuesto a salir corriendo al origen del incendio para comprobar que tal lo estaban controlando. Pero cuando estaba a medio camino, se sorprende a ver que Kayden se interpone. Parecía bastante alterado. 

- Gustav, se que no es el mejor momento pero esto podría ser mucho más urgente que el incendio. David Hollster ha desaparecido. - Deja que Gustav asimile la noticia durante unos segundos. - Luke abandonó su puesto al enterarse del incendio y... Parece que David encontró una forma de abrir la puerta desde dentro. Ya he mandado a varios hombres a registrar el campamento, pero hay demasiados que están ocupados reduciendo las llamas. 

Me detengo un momento, parece que el destino no me iba  a dejar un día de descanso. 

"¿Por qué no dejo que huya? " Este pensamiento pasa por mi cabeza mientras digo. - Voy a ir a buscarlo entonces, cuando el fuego esté controlado que la prioridad sea reforzar los controles en los caminos. - 

"Le dije que le daría una segunda oportunidad pero no le culpo por no fiarse. Los bandidos le han engañado demasiadas veces." Pienso mientras me despido de Kayden y cojo un arco con flechas y la katana. "Tiene que haber huido en dirección contraria al campamento y al fuego. Sin conocer el bosque va a avanzar muy lentamente. No debería ser complicado buscarlo si uso atajos para alejarme más rápido de la base"

Justo cuando voy a salir al bosque, me viene a la mente la conversación con Hollster. Quería ver a la marioneta. Es una locura pero antes de marcharme echaré un vistazo por esa zona y alertaré a Deborah que esté especialmente vigilante. Tengo que evitar a toda costa un encuentro, complicaría demasiado la situación y suficientes problemas me persiguen hasta ahora. 

Gustav retrocede y corre hacía la zona cercana a la tienda de Erik, sin perder de vista los alrededores. Tras un registro preliminar, no encuentra nada sospechoso, y hace que Deborah se acerque para informarle sobre las nuevas noticias y de que debía estar atenta ante cualquier movimiento extraño que detectara en los alrededores.