Partida Rol por web

Por el peso, el viento y la noche, no habían logrado llegar a puerto pero aún así estaban a salvo y podrían atender a los heridos, revisar la mercancía y claro, vender todo, pero luego de haber hecho los cálculos, la verdad es que el asalto había sido más costoso, lo que había desalentado mucho a Charlie que seguía sentada en el mástil haciendo anotaciones en su libreta, una de la que nunca se despegaba, y que las demás libretas llenas con sus anotaciones, estaban guardadas en algún lugar del barco, junto con su parte del botín, el que nunca gastaba ni en alcohol, ni en mujeres (obviamente todos la consideraban chico, por lo mismo, se podría esperar que la gastara en prostitutas). Ya al terminar de hacer esas anotaciones, se puso de pie, sin enterarse mucho de lo que habían conversado todos, pero sólo notando que la pasajera salía de su letargo y quería saber en donde estaba. Charlie la miró con los ojos entrecerrados, en realidad la detestaba. 

— vaya pensando en cómo pagará el ser traiga hasta aquí — exclama el pirata, desde donde estaba, mientras el capitán paseaba con la chica, bajó hasta cubierta, moviéndose con esa liviandad hasta quedar cerca de Nikholas y del Rojo y se puso en medio de ellos, colgándose de sus brazos, se veía divertida entre esos dos enormes hombres, y ella siendo tan pequeña y enclenque.

 — ya par de zánganos mal olientes, vayan e intenten no hacer destrozos, no hay dinero para pagar por sus idioteces, yo bajaré a supervisar al chico nuevo, capitán — se despegó de los hombres y se fue detrás de Bernard, había hecho un buen trabajo sin lugar a dudas, ella no era tan buena con la tasación, y por lo mismo quería aprender, además, el nuevo no le producía buena espina. Charlie desconfiaba de todos aunque no se notara necesariamente. 

Yo dependiendo de lo que haga Hannah Smith y Marie Delacroix, en principio bajo para buscar información sobre el barco "Zazpi itsaso gaiztoa".

Es capitaneado por "El vasco" y ese cabrón tiene una de las partes del mapa del tesoro que busco.

-El como pague es solo asunto de Morgan criatura -dice con veneno la mujer al navegante, un ton que los hombres no aprecian pero que es un destilado de frialdad y desprecio, casi como si intuyera que es una mujer y que le envidia el poder que ejerce sobre los hombres.

A la mañana siguiente y a la espera de que les toque el turno de bajar a tierra, Charlie y Bernardo se dedican a inventariar y catalogar con calma el cargamento, y resulta que se puede sacar el triple de lo esperado, quizás hasta cuatro veces si se es paciente y se busca un buen comprador. 

Os pasáis las horas con aburrimiento hasta que por la tarde del segundo día llegan todos los que habían bajado la primera noche, George y los heridos. 

Todos bien mi capitán, el que más tardará en estar como antes solo necesitará una semana. Si le parece bien, nosotros podemos hacer la guardia a partir de ahora.

Al bajar a la noche siguiente con tu amigo red dog escucháis noticias de un barco que viaja escoltado a la Florida desde una isla cercana. Aunque otro afirma que esa ruta es falsa y se ha hecho pública para enviar tras una pista vacía a todos los cabrones y dejar limpio el camino.

El caso es que la casa social más grande de la zona es una choza enorme llena de mujeres y ron. No te cuesta encontrar alguien con quien jugarte las monedas 

-Y tu ¿De qué barco eres? pareces un pavo famélico, seguro que eres de esos brabucones que dice haber matado a muchos y luego solo sabe tocarse a sí mismo porque no tiene ni para pagar a una mujer -dice un hombre que apenas puede mantenerse en pie y a quien le toma un rato articular las frases. Pero que no dejas de observar que tiene los bolsillos pesados.

-Menudo capullo, voy a partirle la cara -dice Red Dog pero no se mueve del sitio, recordando que Morgan pidió discreción.

-¿Unos dados? te lo veo en la mirada, quieres apostar la mierda de botín que tienes.

-Antes de que te lo gastes todo encanto -te dice una mujer vestida con algo menos que una bata -dime que vas a beber o comer y paga. Luego puedes hacer lo que quieras.

Al final habían bajado los tres del barco, quedando en él, el resto de la tripulación. La chica estaba detrás de los tres hombres, con sus manos en su espalda y caminando con un aire muy distraído, observando a todos lados, buscando en donde encontrar algo interesante que hacer o mejor, la taberna en donde darse un baño y sacarse las vendas que cubren su busto, estaban apretando mucho y comenzaban a molestar y a escosar, quizás tendría su piel roja por todos los días que ha tenido ceñida la venda.

— en fin chicos, creo que ahí se ven, intenten no pegarse la sífilis, por favor — mueve su mano, cambiando sus pasos hacia la taberna que había visto cerca, traía el dinero suficiente para una habitación y un baño, sólo eso quería y en sólo eso pensaba, aunque unas manzanas se le antojaban demasiado. 

¿Sífilis? Digo mirando a Charlie con cara de no entender a lo que se refiere.

¿Se puede saber cuándo me has visto con una mujer de pago? Entorno los ojos con suspicacia. Yo no pago por dar placer a las mujeres, de hecho si alguien debería pagar son ellas por tenerme una noche dentro de ellas.

Además, siempre hay mujeres casadas que pretenden algo de aventura fuera de sus insulsos matrimonios. Mujeres que pretenden escapar de tierra y se embarcan en un barco con dirección incierta y a cambio no pueden pagar más que con sus cuerpos... Jamás gastaría una moneda en algo tan vulgar como un lupanar.

Voy hacia el perista que creo que sabe algo del "Zazpi itsaso gaiztoa" y "el vasco".

Luego me dirijo a la taberna para beber una pinta de cerveza negra y luego subo a una habitación a que dos mujeres me bañen a conciencia, un mes sin agua dulce se nota en la piel.

-Si me permite comentar, capitán... Eso podría ser considerado insubordinación en otras tripulaciones- Traté de hacerme el graciosillo, pero antes de esperar a reacción alguna reacción del Capitán tomé rumbo al mercado, quería saber qué se vendía en el sector para buscar alguna bodega interesante. La verdad es que no tenía ni idea de la relación de esos dos, pero mejor ni meterme.

Había que sacar datos de convoyes que estuvieran por irse, un trabajo para buena parte del día. Ya veré si acabo en una taberna después de eso.

Charlie se despide de su capitán y del contable para llegar a la gran mesa a los pies de las escaleras donde un viejo manco le dice -¿Qué puedo hacer por ti muchacho?

Mientras que en esa misma sala Morgan se apoya con desparpajo en la barra. Y la mujer mestiza que está detrás le dice -Vaya aspecto más bravío, seguro que eres de la misma tripulación que el pelirrojo y el alto que vinieron antes, me atrevería a decir que un oficial o el propio capitán, es eso, eres el capitán -la mujer va cambiando el tono y las palabras observando tus reacciones a sus frases -¿Qué te sirvo príncipe? 

Bernardo por su parte no llega a entrar en la casa común, en su lugar se pasea por las arenas, ahora rojizas a la luz del atardecer en busca de los almacenes y quienes los llevan.

-Entonces una habitación con bañera. -la última palabra la arrastra un poco, con un carraspeo. -Lamento decirte que solo tenemos dos así y están ocupadas, pero tenemos una tina en la parte de atrás, si te parece bien, y una habitación fresca y sin pulpas. 

Es difícil no fijarse en el muñón derecho del hombre que se mueve como si tuviera la mano con la que gesticula. 

-¿Qué me dices chaval? ¿la tina y la cama? serían dos centavos por la cama y uno por la tina, dos si la quieres con agua caliente y jabón, y por las molestias por solo cinco más te envío a una chica a que te ayude a relajarte.

La estancia está a media capacidad, de las cinco mesas solo hay dos vacías y en la barra además del capitán hay otros tres tipos, pero ni rastro de Red Dog y Nikholas. Las paredes están forradas con telas verdes y beige en un increible buen estado, lo que da al lugar una sensación de nuevo muy poco habitual en ese tipo de ubicaciones.

-Aquí tienes la cerveza -te pone una copa de madera labrada -A cambio de tu nombre y del de tu barco te digo como consigo que esté así de fresca. -te sorprende lo fresca que está, no se puede decir que esté fría, pero desde luego su temperatura es mucho menor de lo esperada. Una vez más te ha leído la cara. Lo cual indica que una mujer inteligente, y por tanto peligrosa.

No caminas mucho antes de alcanzar un edificio muy bien construido y separado del suelo con una tarima doble, desde luego es un almacén, y uno de calidad. Un muchacho negro te dice al verte acercarte -¿En qué le ayudo señor? el amo no está ahora.

Ves que el chico no está solo y que tanto él como el otro que está al otro lado de la fachada van armados con pistola y espada. Pero no hace ningún ademán de llevar las manos a las armas, sino que las extiende hacía ti en señal de bienvenida. 

Le hago una seña con el dedo para que se acerque, cuando la tengo a unos centímetros de la cara, me acerco a su oreja derecha. 

Me llamo "Nataniel Drake" y mi barco es "el dragón del mar". Pero si no te abres de piernas para mi no te diré nada más. Si quieres más información has de pagarla encanto.

Antes de separarme de nuevo huelo su pelo y mordisqueo su lóbulo de la oreja.

Al separarme y levantarme del asiento se puede ver el bulto de mi entrepierna, si no se ha fijado en él me lo agarro a la vez que digo susurrando:

veinte centímetros de sable Toledano señorita, piénselo y me dice luego.

No tengo nada que pensarme, para esos menesteres hay otras mujeres. Además el Dragón es un navío de dos cubiertas artilladas, y no he visto fondeado nada así estos días capitán Drake -hace una inflexión en la última palabra, dando a entender que sabe que mientes, pero no parece enfadada.

-Estimado, me gustaría saber cuando llegará el amo. Quería ofrecer los servicios de mi barco para llevar cargamento a donde se requiera- En ese minuto estaba pensando que ésta era la mía, un pequeño muchacho como él podría darme toda la información que necesitara, aunque claro había que tantear primero al crío para ver cuanto me daría, finalmente esta armado, pero con la palabra podría darme lo que quisiera -¿O acaso ya tiene barco que le pertenezca? Porque el mío podría enriquecerlo, e imagino no quisieras que él perdiese la oportunidad de su vida- Gesticulaba con mis manos indicando lo grande del barco y apuntando a la bahía, si tenía que mostrarle alguno ya vería el más grande que estuviera allí.

Ojalá se le venda el cuento.

Las historias y los rumores circulan. Van y vienen y si la mitad de lo que se cuenta es cierto, yo optaria porque se la estan jugando a alguien para dejar un paso franco. La informacion no cae del cielo y si muchos la saben, mala cosa. Muchos pescadores para poco pescado como diria mi abuelo... lleva a sangre derramada y rencillas eternas ante los ojos de los Dioses.

Aun asi me intereso por lo que dicen y como lo dicen, para ver si a base de oir lo mismo varias veces consigo sacar algo en claro de todo ello.

No mucho mas tarde acabamos en la parte divertida de la ciudad. Una bonita casa del placer, donde no falta de nada... aunque nuestro oro sea escaso. Una mujer llega y hago un gesto a Red Dog de que le pague a la señorita, mi oro va a ir a otro sitio.  Aun asi no dudo en recorrer las curvas de la mujer con la mirada y acercar mi mano solo para apartar levemente la misma, aunque todo este a la vista. Estare raudo para apartar mi mano por si acaso, con una sonrisa seductora y una cara de diversion. Rara vez pago por sexo, incluso entre ellas... uno a de saber como hacerlo... y de una u otra forma todas caen.

Un toque en el hombro es suficiente para que mi buen Jottun no le arranque la cabeza al comevergas.

Los dados. Poderosos y sobretodo con un alto nivel de suerte. No es mala cosa. Mentir es lo mio, hacer que la gente se trague lo que digo, no solo con mis palabras me resulta sencillo e intuir lo que dice el otro, aun sin decirlo tambien. El gesto del ojo, el rascarse la barbilla, todo tiene su punto y yo soy experto en eso. Puede que falle, pero si le pillo el truco este bocazas de mierda, acabara perdiendo peso y nosotros ganandolo... y joder que si tengo ganas de reventar al mamon. Sonrio mientras me paso la lengua por los dientes. 

Cuando quieras comearena. Veamos a quien sonrien los Dioses. - Eso si me fijo en los dados y de donde provienen. Hay demasiado listo por aqui y no me la van a dar con dados trucados... o mejor dicho, no me la daran, porque no quiero que Red mate a nadie. Discreccion Nikho.

-Dígame su nombre buen señor, y le transmitiré al amo su solicitud, seguro que está encantado con ella, por lo que sé si le interesaría ampliar su sociedad. -te dice con mucha educación -Pero no se equivoque con el amo, es un hombre bueno, me dio educación a mi y ami familia, nos cuida, pero al hacer negocios es implacable, si viene vendiendo humo, le recomiendo que se marche.

Después dice en un tono más cómplice -Y no diga que viene a darle la oportunidad de su vida, tiene casi cincuenta y es más sabio que cualquiera de los pobres desgraciados de esta isla.

-Siéntate y lo veremos- la primera ronda tienes que jugarla para descubrir el engaño, si es que lo hay. 

El hombre saca los dados y vosotros dos os sentáis en la mesa, donde hay otros tres hombres.

-El juego es simple, el que tira los dados dice un valor, el resto decimos si va a quedar por arriba o por debajo, los que fallan dejan la apuesta pero no continuan. Los que quedan repiten proceso hasta que uno se lleve el bote, ¿Fácil verdad? En cada ronda dos monedas de cobre.

-Lanza los cuatro dados, los recoge y dice -Van a sumar diez. -tras escuchar vuestras respuestas lanza los dados.

Mantuve la compostura con total naturalidad, pero Ay de mi que este crío me tocó una fibra sensible, lo miré de pies a cabeza, suspiré; realmente no sabía si creerle la parte de los negocios implacables pero si le había dado educación quizá no sería justo aprovecharse del tipo. Pero hay que hacer negocios, quizá...

-Hmm... Si ese es el caso muchacho, tengo otra propuesta que si podría rentarle algo a tu amo. Tenemos alrededor de 30 sacos de café de buena cosecha, otro de mis camaradas también los está comerciando pero quizá podría ofreceros unos 10 a cambio de metal, a menos que tengan algún producto interesante- Ahora, bien preciaba mi cabeza, pero no iba a darle mi verdadero nombre, no creía posible que llegaran las noticias de mi persecución hasta acá todavía, pero ¿para qué arriesgarse? -Me dicen El Sevillano, estoy con el capitán del Lucero del Alba. Podríamos arreglar un encuentro para más tarde si tu amo se desocupa- Ya seguiría buscando otra bodega, por ahora mejor vender lo que hay.

La pirata mira al hombre con un gesto de hastío, torciendo el gesto pues sus servicios no le agradaban para nada, esa bañera en la parte de atrás la ponía en peligro de que se supiera su secreto, pero realmente necesitaba un baño, así que resolvió algo.

— bien, sólo la bañera, nada más, y la mujer que mandes, hazlo, pero que se quede afuera vigilando que nadie entre...—  no le gustaba para nada el trato, absolutamente para nada, necesitaba algo de privacidad más con Morgan dando vueltas por ahí, pero con esas dos mujeres de seguro se entretendría por bastante tiempo. Resopló un poco más, y apretó contra sí el morral donde tenía algo de ropa limpia, eso debería hacer, comprarse algo, quizás un vestido... extrañaba usar vestidos y arreglar su cabello, pero que lástima no poder hacerlo, le temía a los hombres después de lo que su prometido le había hecho y el comportarse como Charlie le ayudaba a relacionarse con ellos. 

—  toma —  le dio las dos monedas por el agua caliente y el jabón y las otras cinco por la mujer, y se fue a la parte de atrás, en busca de la bañera.