Partida Rol por web

Sonreí para acompañar a su risa tan divertida, aunque casi toda mi atención estaba puesta al frente de vez en cuando le miraba de reojo para mostrar que escuchaba sus palabras. Así que el aire en realidad solo era el medio por el que se movía aquello que ahora cortaba... el sonido, por eso aquel silbido y por eso también no hacia falta tocar el objeto en si. Lo que aún no entendía del todo como funcionaba el hecho de que al cortar su sonido también cortara el objeto emisor, pero eso era darle demasiadas vueltas para mi, me bastaba con conocer su funcionamiento básico. Casi como si fuera un reto comencé a buscar el "ruido" de sus palabras o mejor dicho el momento en el que cortarlas, era mas que nada un pequeño juego personal en lo que esperaba la ola.

Para ser un espadachín de verdad sentía que debía dominar este estilo, solo entonces podría plantearme luchar por no solo mis sueños si no por los de absolutamente todos los demás que navegaban en este barco junto a mi. Y para ello necesitaba fuerza, experiencia, técnica y precisión... decenas... cientos de horas de entrenamiento me separaban de mi objetivo pero no pensaba flaquear ni por un instante. Sentí la siguiente ola, Cokket me aviso de ella a la vez, aún quedaba tiempo...

Invertí mi agarre para apuntar con la hoja hacia delante mía en lugar de hacia detrás, tome aire cuando faltaban unos pocos segundos, tensé todo mi cuerpo y en el momento preciso cargué con todo... la hoja de la Yondai se deslizo hacia delante en línea recta cortando el aire y el sonido, con ese silbido... Una estocada directa que haría a la ola ser destrozada por la mitad, en lugar de cortarla buscaba separar las aguas creando una especie de túnel en medio que la desestabilizara por completo.

- Se que puedo cortar el sonido pero... ¿que me dices de perforar? ¿y desviar? -ya estaba viendo posibles usos diferentes para el Torikaminaryu, en ese momento las gotas de la ola que acaba de detener empezaron a caer sobre ambos

.-Yo hice una promesa a una amiga de ayudarla para encontrar su destino y ahora que la Capitana ha aceptado puedo hacerlo.-dije mientras me dirigía al timón del Sakakku:-Rumbo a Salty Mine, capitana.-dije repitiendo la última orden de Shire. Me despedí de Elisea y de Cokett y empecé a gritar las órdenes al resto para que desplegarán el velamen y el barco empezara a moverse para salir del puerto de Loguetown con rumbo a la Base de la Marina, donde nos espera Sadler. 

     E..elisea...- musitaba con cierto rostro de preocupación, me había preparado para un escenario de preocupación, pero el que ella misma se viera en la obligación de coger un arma, por lo que cuando comienzo a notar aquel temblor en sus manos ponía las mias a su alrededor para ayudarle a calmar - Haz sido valiente y se nota en su mirada... el aprecio que tiene por el señor Cokett... p..pero... mantengamos este asunto en secreto ¿ vale ?, que lo que menos necesitamos es que al bueno de Cokett se le suba la presión - bromeaba mientras sonreía levemente, se que era un tema serio... pero quitarle algo de peso a la señorita le permitiría sobrellevarlo con mas .

   Sobre el resto... la verdad no sabia bien ni como siquiera reaccionar..

   ¿ V..via..viajar j..juntos ? - mirando con cierto sonrisa embobada, pues luego de que me digiera tan abiertamente que me tenia en alta estima me era complicado ocultarlo, pero antes de siquiera articular una buena respuesta.. una segunda oleada emocional me invadía por el resto de su discurso y lo peor... ciertas palabras hicieron hasta despertar de aquel letargo abdominal que llevaba de hace un rato.

   P...padre...- con cierto terror miraba hacia el frente, tal que aunque mi vista seguía mirando a los ojos de mi afable amiga, ella no necesitaría ser una experta para percibir mi ansiedad general que recorrían mi cuerpo, tal que hasta mi cabello había vuelto a su castaño natural. 

  N..nuestro viaje... d...de Ko-ko y el mio.... la motivación... t..todo... e...esta allí... p..pero...- levantando y agitando mis brazos a medida que exponia mis puntos, para luego girarme y quedarme viendo hacia mi emplumado compañero - ¿ q...que pasara cuando lo sepamos...? ¿ q...que vamos a hacer con esa verdad... ?

- Lo siento Edward, sé que no es lo que esperabas, si quieres dejarnos en este momento lo entendería perfectamente.- Por suerte el chico parecía dispuesto a seguir con nosotros a pesar de este repentino cambio de planes. No fue hasta que Ladovia señaló al gran ave que recordó que seguía atado en el mástil. - Me había olvidado del pajarraco, nos atacó de camino y pensamos que podíamos sacar algo de él. Supongo que ya podemos soltarlo.

Todos parecían más que decididos a participar el asalto, fue un alivio saber que yo era la única que no estaba convencida, aunque tal vez Helena tenía demasiado ímpetu. - Helena, no nos iremos de Salty Mine sin la información que buscas, así que no te lances al peligro, si necesitas ayuda pídela.- Sabía que no me tenía en gran estima e iba a hacer la guerra por su cuenta, dudaba que cualquier cosa que dijera pudiese convencerla de lo contrario así que le ofrecí mi sincero apoyo y el de toda la tripulación.

- Bien Lux, en cuanto dejemos a Elisea y compañía a toda vela hacia Salty Mine.- Me acerqué a su posición y posé mi mano en su hombro como muestra de apoyo, Ladovia no exageraba cuando decía que teníamos a la mejor navegante de todo el East. Tras eso y comprobar como Ryuta estaba centrado en apurar su entrenamiento entré al barco. - Si me disculpáis voy a ayudar a Elisea a prepararse.

Elisea me esperaba y tras confirmar que todo estaba en orden fuera fui con ella. - ¿Querías algo? Parece que nuestros caminos se separan aquí.

Una mirada triste hacia el samurai fue mas que suficiente para contestarle, me arrepentía de esos sentimientos y quería desterrarlos a lo mas profundo de mi ser donde no pudieran tomar el control de mis acciones.

- Solo trato de no caer en el camino del odio y la venganza... pese a que todo a mi alrededor me lleve hacía el. Es una lucha interna que llevo desde hace ya muchos días -y es que ser precisamente yo quien le había pedido a los demás que no se entregaran a la venganza era irónico

No quería decir mucho mas del tema ya que prefería mantenerlo para mi, ya que al menos esa lucha me servía como incentivo para entrenar mas y mas duramente. Ante la siguiente petición de Cokket asentí mientras sacaba de su funda mi otra espada, tome algo de espacio con todo el mundo. Mi postura se volvió mas baja, una espada delante y otra detrás, respire hondo y como un resorte me erguí nuevamente lanzando tajos en todas direcciones casi sin puntos flacos, lo curioso es que todos esos cortes no parecían buscar cortar si no mas bien desviar, hacía difícil pensar que alguien pudiera colar una ataque entre todos esos movimientos, una defensa ofensiva en todas direcciones.

No hay problema, aunque no se muy bien de que va todo esto, os debo el que me sacarais de aquella isla casino, así que os ayudaré en lo que pueda- Respondió Edward a las palabras de Shire.

Aunque no sabía en donde se estaba metiendo o la historia de los allí presentes, con el poco tiempo que había pasado con ellos podía saber que no eran mala gente, solo que los problemas parecían seguirles a todas partes. 

Sin mucho más que decir Edward se dedicó a ordenar y organizar todos los materiales recién obtenidos y al mantenimiento del barco, si se iban a meter en problemas sería mejor tener el barco en las mejores condiciones posibles, no quería sorpresas no deseadas.

Con determinación y una idea clara en tu mente, sostuviste a la Yondai frente a ti. Y justo en el momento indicado, en el que la ola creo su propio mar de sonido, cortaste el viento de manera tajante un ligero silbido resonando en el viento. Sin embargo, contrario a lo que tenías planeado, la ola solo se partió por la mitad como la última vez. En una secuencia casi idéntica.
Curiosamente, una mirada hacia Cokett develó que había subido una ceja después de ver tu técnica, las gotas de la ola todavía cayendo como si fuera una lluvia ligera.

-Mi maestro solía decir: Las flechas se disparan y en las camas se duerme. No puedes disparar una cama ni dormir en las flechas -dijo el samurai una expresión dura en su cara-. El sonido se puede interrumpir, se puede volver más fuerte y hasta puede hacer eco, pero, ¿cuándo has sabido que el sonido ha sido atravesado o que cambia de dirección? -Sentencio de manera cruda, para luego esbozar una media sonrisa-. Pero yo no soy mi maestro. En mis años de experiencia con este arte de la espada, nunca he visto nada como lo que preguntas, pero en este mundo he visto muchas cosas -Miró al oscuro horizonte de fuertes corrientes-. Si el día de mañana alguien me dijera que vio hojas hundirse y rocas flotar, estaría dispuesto a creerles.

El agua en la costa empezó a recogerse dentro del mar a un ritmo acelerado, y en segundos una enorme ola, una más grande que cualquiera que se presentara empezó a formarse amenazando con volcar al Sakkaku. Cokett incluso llevó su mano al mango de su arma, sin embargo, te volteó a ver y soltó su espada. Tras lo cual se dio la vuelta, dando la espalda hacia la inmensa corriente de agua.
-¿Listo para una verdadera prueba? 

Notaste algo muy curioso, casi imperceptible, pero pudiste identificar que justo después de que en cuanto Shire mencionó a Elisea, los ojos de Ladovia se abrieron bastante, pero enseguida lo cubrió bajando la cabeza, como si nunca hubiera pasado.

Elisea te esperaba en la consulta, guardando las últimas cosas antes de cerrar su maleta. -Así es. Yo tengo que avanzar al Grand Line. El ojo es la única pista sólida que tengo de mi padre, y tengo que seguir el rastro lo antes posible -La chica cerró la maleta y la puso en el suelo, junto a la espada en su funda de nubes recargada en la cama, para después voltearse hacia ti y hacer una pequeña reverencia-. No puedo dejar de agradecerte por todo lo que has hecho por Cokett, y po mí. En el Bon Voyarti pensé que había perdido toda oportunidad de encontrar a mi padre, pero ahora por fin tengo un lugar en el cual buscar. Y todo gracias a ti y a tu tripulación. Así que te doy mis más sinceros agradecimientos -Hizo una reverencia más pronunciada, y tras esto, se acercó a ti sonriendo bastante-. También quería agradecerte por tu compañía, me ayudó mucho en estos días, y si te soy sincera, esa vez que estudiamos el ojo las dos, es lo más que me he divertido desde que estaba al lado de mi padre -Sus ojos empezaron a ponerse vidriosos, cosa que notó enseguida y sacó un pañuelo como previsión, limpiando de manera apurada la poca humedad en sus ojos-. Tal vez suene tonto, más aún cuando siempre he sido yo sola, así que no lo sabría con certeza, pero esa vez, es así como siempre me he imaginado que se siente tener una hermana -Sacó una hoja de papel, de la cual partió un trozo rectangular del tamaño de tu palma-. Estoy segura que Cokett desaprobaría esto, así que tengo que pedirte que guardes el secreto -Elisea escribió su nombre en el papel y te lo entregó-. Quiero que tengas esto. Esto hará posible que podamos volver a vernos algún día. Con suerte, un día en el que yo haya encontrado a mi padre, y tú hayas resuelto el misterio de Pandora -Elisea extendió su mano hacia ti sonriente, aunque su expresión parecía algo melancólica.

... p..pero... mantengamos este asunto en secreto ¿ vale ?, que lo que menos necesitamos es que al bueno de Cokett se le suba la presión 

Por un momento volvió la sonrisa natural de la chica, aunque pronto volvió a ensombrecerse entre sus problemas e incertidumbres.

---

-¿Alvert? -Fue lo único que atinó a decir Elisea al ver creciente terror que surgía dentro de ti. Abrió la boca para intentar hablar, pero parecía como si no supiera que decir, por que pronto llevó la mano a su boca con angustia.

Tu amigo pollo tampoco ofrecía muchas respuestas, aunque podías notar que estaba algo más incómodo que antes. Lo conocías lo suficiente como para ver que también se sentía alterado mientras te observaba moverte de manera tan agitada.

-Alvert -Murmuró con cautela Elisea, para después pisar con fuerza el suelo-. ¡Alvert! Escucha. Hay cosas difíciles, cosas que no sabemos y -Bajó la mirada con cierto aire de tristeza-... mi padre. Sé perfectamente que hay una posibilidad de... de que no esté... no soy una ingenua. Sé que mi padre podría estar muerto -Levantó la mirada, sus ojos cerrados con fuerza-. Sé que es posible, pero aún así quiero buscarlo. Prefiero que mi búsqueda termine con ver su cuerpo, que nunca saber si sigue ahí -Abrió los ojos, una lágrima solitaria escapándose de su ojo-. Yo no soy la mitad de fuerte que tú, pero si yo puedo estar lista para enfrentar la verdad, estoy más que segura que tú también puedes -dijo Elisea con coraje, para después colocar su mano sobre tu hombro.

Ko-ko fue hacia ti, y recargó su cabeza sobre tu otro hombro, como si fuera una especie de abrazo.

-Y si aún así crees que es muy difícil, quiero que sepas que hay quienes creen en ti. Tu madre, tus hermanas, Koko -Apoyó más la mano sobre tu hombro-. Yo creo en ti, Alvert Cooper. Creo en que cuando encuentres la verdad. Sabrás qué hacer.

Mis ojos mostraron como por un momento no entendía del todo lo que había pasado e incluso busque rápido con esos mismos ojos para ver si él me podía explicar que había salido mal. Solo para escuchar las palabras de su maestro, ¿así que era algo imposible hacer lo que tenía en mente? Desde luego habría sido algo tremendamente útil en combate, poder desviar decenas de proyectiles con un solo movimiento de espada habría sido algo sumamente impresionante. Aún pensaba en ello... ¿de verdad era algo imposible? Pero entonces vino la siguiente ola, la había percibido mucho más débil por estar sumido en mis pensamientos así que cuando Cokket hablo de ella reaccione, la busque y pude sentir como algo mucho mas grande y amenazante se venía... Puede que solo fuera una ola y esto solo fuera un entrenamiento pero podía sentir a la perfección como esa ola amenazaba nuestro barco. Mi mirada volvió a ponerse seria y sin dudarlo agarre la empuñadura de mi otra espada, iba a usar ambas en esta ocasión.

- Entonces solo tengo que hacer posible aquello que se considera imposible ¿cierto? -guarde la Yondai en su funda, ambas espadas se encontraban guardadas y solo se podían ver apenas dos centímetros de su filo salir de estas- No podría intentar convertirme en una leyenda y dominar el Torikaminaryu si me limito a ser alguien ordinario... debo superarlo y convertirme en un hombre extra ordinario.

La ola ya casi había llegado mientras hablaba, dos aves silbaron mientras su vuelo se cruzaba y se perdían el sonido de su canto en el cielo. Tras eso solo un sonido perturbo la monotonía de este mar en tormenta, una hoja siendo enfundada.

      P..Pe..ro...- no solo era mi indecisión de siempre, ese miedo que recorría mis poros y ese temor por estar incomodando  la señorita se juntaban todos en un solo momento ... mas sumando que mi cuerpo no estaba reaccionando del todo como quisiera... por lo que de la única forma que yo mismo entendía que podía salir de este bucle emocional, era el morderme fuerte el labio hasta que un hilillo de sangre comenzara a correr.

  S..s...sigo siendo un inútil snifff...snifff... ni siquiera puedo pasar dos minutos sin preocupar a nadie a mi alrededor... - mientras miraba al techo de madera, con los ojos lloroso y el tinte rojizo bajando lentamente  - t..tengo miedo... mucho miedo... e..ese silencio v..vuelve a mi...p...pero ellas me..- con firmeza me tomaba mi propio ante brazos para aguantar el pavor - merecen...saberlo... O..ondori... _y...yo... -  p..para abrir lentamente mis ojos y encontrar una vez mas con la mirada de ambos, tanto de la señorita como la de Ko-ko, no pudiendo evitarlo y abrazando a ambos - E..elisea K..Koko... gracias - mirando un segundo a ambos - n..no me siento listo... p..pero u..uno nunca esta listo, s..si no vamos ahora... no se cuando p..podré.

Me acerco a Elisea para despedirme de ella ya que iba a abandonar el barco y le había cogido algo de afecto a la jovencita:-Me sabe mal que tengas que marcharte, aunque pensando donde nos vamos a meter es una buena idea, sobretodo ten mucho cuidado y haz caso de lo que te diga Cokett.-le digo a la pequeña de pelo azul, le doy un abrazo y le dedico una sonrisa antes de volver al timón.

.-Edward! En cuanto lleguemos a Salty Mine intentaremos hacernos con material y tal vez algunos cañones nuevos estás de acuerdo?-le dije al carpintero para fuera haciendo una lista de lo que pudiéramos necesitar en los almacenes de allí. 

Asintó lentamente ante las palabras de Shire. Le costaba todavía un poco confiar en ella, aunque el cambio de rumbo le había desconcertado. Tenía que prepararse para lo que fuese y planear sin contar con nadie, aunque toda ayuda sería bien recibida.

Miró a Ryuta, sin saber si sus palabras se referían a ella. No le importaba, no iba a cambiar de opinión. Vio como se despedían de Elisea, pero apenas había cruzado palabras ni con ella ni con su acompañante, por lo que no se molestó en despedirse. 

Se apartó y empezó a pensar cómo aprovecharía los días de viaje. Quizás le pediría ayuda a Drake, siendo médico era muy posible que tuviese alguna idea sobre cómo convertir su nueva creación en algo que entrase por las vías respiratorias. Sin embargo, no había podido cumplir sus objetivos de reunir materiales en Loguetown al haberse quedado otra vez en el barco. Tendría que ir a la bodega o preguntar a Shire si había algo con lo que pudiese trabajar.

Edward pudo darse cuenta de que Ladovia parecía conocer a la niña, si bien había sido casi imperceptible, se pudo dar cuenta de la cara de sorpresa echa por Ladovia, se quedó unos segundos mirándola, pero parecía no querer decir nada, así que Edward no indagó más en ello, cada una tenía su historia y secretos que no querían que se supiera, y él no quería ser un entrometido.

Cuando escucho a Lux decir lo de los materiales, todo rostro de seriedad se esfumó tan rápido como vino, se giró hacía Lux con los ojos iluminados cual estrella y frotándose las manos, y dijo- Me parece perfecto, la marina siempre ha tenido fama de tener muy buenos materiales, así que no creo que tomar algunos prestados les moleste mucho y si es así, mala suerte, el primero que llega se sirve primero- Edward no podía dejar de frotarse las manos, no veía la hora de poner sus manos en esos materiales y hacer algún que otro arreglo al barco y por que no, alguna modificación que facilite la navegación y durabilidad del navío.

Se mostró comprensiva ante las intención de proseguir su camino de Elisea, de hecho no la hubiera dejado acompañarles durante más tiempo poniéndola en peligro. - Te he dicho ya muchas veces que no tienes que agradecernos, somos piratas y no hacemos nada gratis, yo también me llevo muy buenos momentos.- Las palabras de la chica estaban logrando emocionarme, y ahora que no había nadie más delante podía permitirme ablandarme un poco. Las lágrimas casi comenzaron a formarse en mis ojos al ver que ella necesitó un pañuelo para no romper a llorar. Hacía mucho tiempo que no tomaba tanto cariño a alguien, si es que alguna vez lo había hecho. Tanto que no me salían las palabras y dejaba a Elisea llevar el peso de la conversación.

- No te preocupes, ahora es nuestro secreto.- Dije guardándome el trozo de papel. - No tengo ninguna duda de que con ese trozo de papel o sin él volveremos a vernos. Tendré que avisar a mi compañera del misterio que comenzamos a resolver al fin y al cabo.- Fui a llevar mi mano a su hombro, como solía hacer, pero esta vez tuve un impulso y al momento estaba dándole un cálido abrazo a mi amiga tratando una vez más de contener las lágrimas que ya amenazaban con caer de mis ojos.

Pensando un poco en su futuro...

      Quizás fuese por que por los nervios de lo que se aproximaba no saliera muy seguido estos dias de la sala de enfermería o por que aun quisiera estar del todo seguro de lo que iba a ocurrir con los ya no tan heridos circense y la ladrona, fuese como fuese una cosa estaba siendo clara... al menos estaba aprendiendo el como cambiar una simple gasa del joven medico de cabecera.

    Hmmmm... ¿ y esto debe ser cambiada cada cinco~seis horas.... ? - le iba preguntando a Drake a la vez que practicaba con el y al no tan herido Buruzame ... aunque sigue necesitando de cuidados... a si que me sirve... - pero... ¿ y como saber que a quedado bien... o si ya no necesita mas... ? - un tanto perdido apretando de mas sin querer el brazo del gyojin, tal que hasta yo sentía su dolor - L..lo siento...