Partida Rol por web

[Only War] Una vez más a la brecha I

V: Jungla de Rococemento

Cargando editor
01/02/2022, 21:58
Narrador

Los días parecieron meses, pero finalmente, al tercer día del ataque nocturno del enemigo y de la llegada del Lord Comisario Holt al Puesto 42, llegó por fin el esperado anuncio. Tras una semana entera detenidas por la misteriosa tormenta, las operaciones de asedio iban a reanudarse. Las órdenes no tardaron en repartirse por todas las líneas imperiales: se iba a lanzar un nuevo ataque, esta vez, directamente sobre la Ciudadela de Acero.

Aprovechando la toma de la fortaleza exterior que cubría el flanco izquierdo de la Ciudadela, apodada el Dique, y del puente que conectaba una y otra, unidades de todos los regimientos participarían en la primera incursión en el corazón del territorio enemigo. De todos los regimientos, salvo de uno, pues para la 11ª Compañía de Asalto se reservó, de nuevo, un cometido especial, no compartido con nadie que no fuera un Doblesueldo.

El resto de fuerzas del 9º Grupo de Batalla cruzaría el puente y se adentraría en la Ciudadela de Acero. Del interior del complejo no se disponía mapa alguno, ni demasiada información sobre la disposición del enemigo, ni siquiera sobre lo que podrían encontrar. Pero algo sí podían tener bien claro: el enemigo iba a estar esperándolos, y el combate iba a ser cercano y duro. Era más que probable que los herejes hubieran fortificado las calles de la fortaleza y preparado trampas de a saber qué tipo.

En todo caso, antes de llegar a la Ciudadela propiamente dicha, iban a tener que atravesar el puente, cuyo otro extremo todavía controlaban los defensores. En aquél cuello de botella, única vía de entrada que no supusiera enfrentarse a los formidables muros de la fortaleza, se producirían numerosas bajas, pero debían atravesarlo, y seguir adelante. El objetivo de aquél ataque era penetrar todo lo posible en territorio enemigo y averiguar todo lo que se pudiera sobre su número, posiciones, estado y planes, si era posible.

El apoyo aéreo no estaría disponible en el interior de la Ciudadela debido a las defensas antiaéres de la misma, y casi lo mismo sucedía con la artillería. Mientras los macrocañones no fueran inutilizados o capturados, tan solo los cañones Estremecedores de los Basilisk de los regimientos de Krieg tendrían el suficiente alcance como para proporcionar algo de ayuda, aunque dada la distancia y la estrechez entre edificios, no se esperaba una precisión muy alta. No podrían confiar en ellos como una forma fiable de soporte.

El Lord Comisario Holt les acompañaría y lideraría la incursión en persona, lo que levantó algo la moral. Su reputación de implacable entre los aliados no era ni una décima parte de la que lo era con los enemigos. También contarían con blindados, tanto los más ligeros de los drafelivanos, como los pesados Leman Russ del 6º Acorazado de Tyvia. Saber que aquellos mastodontes de metal les acompañarían con su potencia de fuego y su impenetrable armadura causó numerosas exclamaciones de alegría.

Unas horas antes de que se diera la orden de formar y marchar hacia la inminente batalla, los soldados dispusieron de unos últimos momentos para tratar de conseguir algo de equipo adicional que les diera algo de ventaja en la misión encomendada. Tratar con el Munitorum, sobretodo con un Munitorum con prisas, a veces era incluso más arriesgado que el propio combate, pero pocos no aprovechaban la oportunidad de hacerse con aquello que, quizás, supusiera la diferencia entre la vida y la muerte al servicio del Emperador.

Notas de juego

Bien, damos inicio al V acto. Tenéis derecho a una tirada de Logística de Misión. Aunque funciona como la habitual, esta es diferente. En vez de elegir un objeto cada uno y tirar por vuestro Grado de Logística, se eligen los objetos (en plural si queréis) que creéis que os serán útiles en la siguiente misión, y el que mayor Grado de Logística tenga, hace una tirada por todos los personajes del Regimiento. Ojo, el equipo conseguido de esta forma se devuelve al acabar la misión.

La dificultad de la tirada de Logística de Misión es vuestro Grado de Logística +10, modificada además por las condiciones de la misión. En este caso, la situación del frente es Punto Muerto Violento, que da un -10, y la importancia de la misión es Menor, que da un +0. De modo que tiráis a vuestro Grado de Logística +10. Recordad que tenéis también un +5 adicional por haber salvado al personal del Munitorum del incendio de la cantina.

Recordad también que aquellos que hayáis alcanzado los 2500px, subís un escalafón de Logística (Un soldado raso pasa a ser un soldado veterano, por ejemplo).

Cargando editor
04/02/2022, 14:56
Nereida Kriemhild

El día había llegado, y Nereida lo agradeció en su fuero interno. Estaba harta de tener que lidiar con esos patanes que, a cada día que pasaba de inactividad, más bullían en su nerviosismo y criminalidad. Había organizado entrenamientos, ejercicios y demás para mantenerlos ocupados y que desfogaran energías, los quería durmiendo a las pocas horas, pero no siempre lograba su cometido, es más, conforme se acercaba la fecha, tuvo que reducir la intensidad de los ejercicios para que estuvieran en buena forma y no destrozados. 

La noticia de que el comisario Holt lideraría el asalto le provocó una serie de sentimientos encontrados. Por una parte, comprendía que así fuera, ese era el papel de un comisario, estar en el frente, vigilar la flaqueza de las tropas y empujarlos para erradicar al enemigo; por otra parte, era el líder del puesto, debería comandar el asalto desde otro punto y no la primera línea. Le preocupó que así fuera, la idea era arriesgada, la moral podría haber subido por ello, pero ¿y si era abatido en mitad del asalto? Para ella estaba claro, era un error.

Se acercó a las posiciones de vanguardia, donde deberían estar las Hienas Tóxicas, siempre en primera fila listos para morir. No estaba de humor, no tenía ganas de dar discursos motivadores, le dolía la cabeza después de haber cumplimentado las peticiones, por triplicado, del equipo que creyó necesario para el ataque. Esos cabrones del munitorum la habían exasperado a unos niveles tal, que acabó por desear no haberlos salvado, los tendría que haber dejado cocinarse a fuego vivo. 

Se cuadró, empezó la inspección visual que acostumbraba - vamos, firmes, se viene un día glorioso - dijo al fín. 

- Tiradas (1)
Cargando editor
05/02/2022, 04:44
Waldemar Ásgeirr

Waldemar había descansado y hecho sus deberes una vez se había recuperado. Su cabeza tenía un gran pelón donde había recibido el escopetazo, pero más allá de eso, se encontraba bien. Llevaba sus armas bien afianzabas, e iba preparado para el asalto de la ciudadela. Tenía su escopeta con mucha confianza, puesto que sabía bien que en un combate como el que lucharían, la necesitaría. Estaba impaciente por ingresar a la ciudadela de acero y purgar a aquellos traidores. Tenía la determinación en su mirada.

El nuevo comisario lideraría el ataque. Creía que sería una buena oportunidad para ver de que era capaz de hacer. Como varangiano, tenía que demostrar de lo que era capaz, y no dudaría en usar todas las armas que llevaba consigo para hacer cumplir la palabra del Emperador. Solamente rezaba a este para salir vivo del combate y seguir luchando contra aquellos herejes.

Cargando editor
06/02/2022, 20:03
[Muerto] Andre de la Estocada

Ya íbamos al siguiente asalto, como los anteriores, era una misión suicida, y mas pues no teníamos apoyo de fuerza aerea ni artilleria, pero teníamos tanques y un comisario para darnos apoyo, la verdad es que estaba muy negro, pero teníamos al emperador con nosotros, y tras haber tenido aquella conversación, habiendo sobrevivido a hablar con el comisario y a sus preguntas, sabía que el emperador estaba conmigo, así que cojo mi equipamiento para marchar a la batalla.

Cargando editor
07/02/2022, 00:34
Heredia de Ursua

Con la requisición de material por parte del monitorum, y viendo como se me solicitaba parte de la munición que yo mismo había portado hacia el campamento, la verdad era que la nueva misión a la que nos enviaban pintaba mal. Apenas sin granadas y misiles, poca cobertura podría dar a mis compañeros, solo tenía la fe en el Sagrado Emperador y el Sargento para que este problema se solucionase. - La verdad es que podría ser peor, podría estar lloviendo. Digo mientras recojo el resto de mi equipo y sigo al resto de escuadras al combate. 

Cargando editor
07/02/2022, 19:10
[Muerto] Hamza Burakgazi

Entonces el Emperador había dispuesto que su primera misión en aquel planeta fuera una de gran dificultad, aunque eso sólo servía para reafirmar su fe y determinación, pues estaba seguro de que sus habilidades como Medicae serían puestas a buen recaudo en la encarnizada batalla que estaba por tener lugar en aquel puente.

De momento no había coincidido con el Lord Comisario Holt, pero definitivamente le pareció un hombre sumamente valiente y ejemplar al comandar aquel grupo de ataque desde el frente, no como, había escuchado, hacían algunos otros.

Hamza estaba poniendo a punto su equipo, en especial todo el material médico, pues algo le decía que no tendría ni un momento para detenerse una vez el láser y el plasma empezaran a volar de un lado a otro. Por último, pero no menos importante, se aseguró que su M36 también estuviera en perfectas condiciones, así como su uniforme pulcro, digno de un tabrisiano.

Cargando editor
07/02/2022, 21:47
Einar Sigurdsson

Tras haber conocido brevemente a sus nuevo compañeros y haberse presentado ante Emil, Einar había dejado parte de su equipo en el lugar que le habían dicho junto a la tienda habitada por los varangianos. No quería cargar con todo lo que se había traído desde su anterior destino, demasiado peso para un asalto como el que se avecinaba.

Apenas acabo de llegar a un campamento asolado por un ataque y voy directo a la boca del lobo. Ahora entiendo por qué tantos camiones de refuerzo, aunque bien podían ser más, en fin...el emperador proveera.

Ajustó su hacha sierra al cinturón, engrasó y revisó que la escopeta funcionase perfectamente, y cargó cuantos cargadores y granadas consiguió para dirigirse a su puesto, no sin antes echar una mirada desconsolada ante la escaseza de munición. Quizá alguno de los otros varangianos supieran como y a quien pedirsela con más probabilidad de éxito que a un recién llegado.

Los busco por el campamento en el caos preparatorio que estaba teniendo lugar, hasta que dio con ellos.

 

-Parece que se nos presenta un día movido. Jarl, Waldemar, quizá conseguir algo de munición extra nos vendría bien. Vosotros lleváis más tiempo aquí. ¿Cómo lo veis?

Cargando editor
07/02/2022, 23:57
Jarl Brotinn

Jarl se había encontrado ya con Waldemar cuando Einar se les unió. Se apoyaba en un reluciente bastón terminado en un dragón que agarraba un cristal de resonancia en forma de orbe. En su cabeza lucía un extraño artefacto semicircular, que cubría la parte posterior de su cráneo y era visible aún bajo a raída capucha de la túnica del psíquico.

-Bienvenido, ungtblod. ¿Listo para tu bautismo de fuego en este frente? Parece que has llegado justo en el momento adecuado para enseñarles a esos undermennesker una lección que no olvidarán fácilmente, ¿ja?- saludó al recién llegado mostrando una sonrisa lobuna. -No soy precisamente popular con el Monitorum desde que intenté arreglar la radio de Vardis con mis poderes telequinéticos- respondió a Sigurdsson- el caso es que se produjeron ciertas... manifestaciones disformes incontroladas, por así decirlo. ¿Quién iba a pensar que la taza favorita del oficial de intendencia iba a explotar de aquella forma? Pero no desesperéis, debemos confiar en que el Emperador proveerá. Siempre lo hace.

Su ayudante, Snarl, no parecía de la misma opinión y se le podía oír musitar por detrás de Brotinn, por lo bajo -nos mandan a lo más crudo del combate esperan que luchemos sin munición. Vamos a morir todos.

-¿Qué dices, Snarl? No te he escuchado.

-Quería decir que he preparado la hoguera para el ritual de adivinación, mi psíquico primaris, señor.

-Eso creí escuchar. Y sigue llamándome Jarl. En la manada todos los lobos cazan juntos y entre los varangianos no existen los rangos.

-Sí, mi primaris, esto... de acuerdo, Jarl.

-Sois libres de uniros a mi si lo deseáis- le dijo al resto

El psíquico se retiró a una pequeña cueva situada en lo más apartado de la parcela de los varangianos. Tras despojarse de su túnica y tras 30 minutos de cánticos escudriñando el fuego, suspiró frustrado. -¡Nada! Mi visión está bloqueada. El plan del Archienemigo es invisible para mi- musitó, tirándose de los cabellos para a continuación quebrar unos huesecillos de ave y lanzarlos al fuego, mientras hacía el signo del Aquila. -Esto no me gusta. Es un mal presagio.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Intento usar la Mirada del Vidente pero los dados no acompañan en esta ocasión. Lástima.

Si no he entendido mal, la tirada de logística sería 30 (especialista de apoyo veterano) +10 +5 por el bono de salvar el almacén (+10 para granadas y explosivos por vikingos espaciales). Que el Emperador esté con nosotros ;P

Cargando editor
08/02/2022, 20:17
Desastre McKnife

Con su traje de supervivencia sellado bajo su armadura, Desastre se acomodó en su puesto en la fila. Lo que tenían tendría que valer para la misión, a menos que la comisaria hubiera conseguido algo para ellos, cosa que prefería tomarse como una sorpresa positiva en vez de contar con ello. Se giró hacia Gabarri que parecía aun más maltrecho que antes si cabe y le tendió sus guantes de retroceso. Con el brazo curado ya no lo necesitaba y quizá al pobre diablo le hicieran falta.

Cargando editor
09/02/2022, 00:21
[Muerta] Rabiah Topal

Rabiah había pasado gran parte de la semana enterrando a los suyos. Habia enterrado tambien a oficiales de los Tyvianos, a comisarios de las hienas... En ese momento, estaba agotada, fisica y mentalmente. Pero la guerra no esperaba, ni tenía piedad. Ejercitando la pierna, ya recuperada gracias a la labor de Burakgazi, caminaba por el campamento, levantando la voz y lanzando plegarias al sol pidiendo protección en la batalla que se avecinaba. 

- Tiradas (3)
Cargando editor
09/02/2022, 01:12
Vardis Lorr

Sabiendo como se las gastaban sus buenos amigos de Intendencia, los Hienas Tóxicas se prepararon para recibir la noticia, conocida con anterioridad, de que no había nada de equipo disponible para ellos para la siguiente misión. Muchos ya se veían teniendo que saquear los cuerpos de amigos y enemigos por igual para poder seguir siendo una fuerza operativa en combate, sobretodo después de haber tenido que entregar parte de la munición para que fuera enviada a otras unidades.

De ahí la sorpresa cuando, gracias a la influencia de la comisaria Kriemhild, varios adeptos se dejaran caer por su campamento trayendo varias cajas consigo. La primera contenía un estuche metálico en cuyo interior descubrieron un auspex todavía por usar. En la segunda les esperaba un medikit estándar, nada inusual. La tercera guardaba las suficientes granadas incendiarias como para que la escuadra entera pudiera equiparse con varias de ellas.

Habían recibido cuanto habían pedido, pero además, había otras cajas todavía por abrir. Presa de la curiosidad y las gana de ver si había algo valioso en ellas, no tardaron en ser abiertas. Una contenía un juego de diez Herramientas de Atrincheramiento 9-70, y cuatro decenas de sacos de arena todavía por rellenar. Ideales para una operación ofensiva como la que iban a llevar a cabo.

La otra fue mucho más provechosa. Un flamante medikit de último modelo* era suyo por el momento, pero además, contaba con equipo avanzado para tratar quemaduras. Al medikit lo acompañaba un libro de instrucciones sobre como curar heridas por arma de plasma, sobre todo aquellas autoinfligidas.

Notas de juego

*Calidad Óptima

Cargando editor
09/02/2022, 01:12
Vardis Lorr

Sabiendo como se las gastaban sus buenos amigos de Intendencia, los Zapadores Vrangianos se prepararon para recibir la noticia, conocida con anterioridad, de que no había nada de equipo disponible para ellos para la siguiente misión. Aquello de normal no dolería a un regimiento como los Zapadores, habituado a llevar cuanto necesitaba a cuestas, pero la reciente pérdida de munición, entregada para ser enviada a otras unidades, suponía una merma considerable.

De ahí la sorpresa cuando, quizás debido a la presencia del ahora Psíquico Primaris Brotinn, varios adeptos se dejaran caer por su campamento trayendo varias cajas consigo. La primera contenía un estuche metálico en cuyo interior descubrieron un auspex todavía por usar. En la segunda les esperaban cargadores para sus escopetas de combate, saliendo a dos más por cabeza, nada inusual. La tercera guardaba las suficientes granadas krak como para que la escuadra entera pudiera equiparse con otro par de ellas.

Habían logrado lo justo y necesario que se habían propuesto, y ya no tendrían que preocuparse por la falta de munición, seguramente. Teniendo en cuenta lo caprichosas que podían ser las líneas de suministros, en las que no era raro que se perdieran cosas, muchas veces simplemente no perder nada podía considerarse como una primera victoria.

Cargando editor
09/02/2022, 01:12
Vardis Lorr

Empezando a conocer como se las gastaban sus buenos amigos de Intendencia, los Devotos de Tabris se prepararon para recibir la noticia de que esta vez no habría nada de equipo disponible para ellos para la siguiente misión. Aquello de normal no dolería a unos regimientos como los de Devotos, recién reclutados y todavía con buenas reservas de hombres y material, pero la reciente pérdida de munición, entregada para ser enviada a otras unidades, suponía una merma considerable.

De ahí la sorpresa cuando, quizás debido a la presencia de la sacerdotisa Rabiah Topal, varios adeptos se dejaran caer por su campamento trayendo varias cajas consigo. Las primeras, grandes y pesadas, contenían varios juegos completos de armadura de caparazón, pintadas de forma recinete con los colores de 18º de Devotos. Suficientes para equipar a puñado de buenos hombres y mujeres. En las segundas, con forma de estuche, esperaba una sorpresa aún mayor. Rifles de láser largo, con estructura de madera totalmente ocupada por oraciones grabadas y símbolos de la Fe Imperial. Aquellas armas provenían de casa, de Esperanza de San Tabris. Verse portadores de aquellas reliquias de su mundo natal sin duda les infundría coraje en la batalla venidera.*

Habían recibido cuanto habían pedido, pero además, había otras cajas todavía por abrir. Presa de la curiosidad, no tardaron en ser abiertas. Una contenía un set de cuatro paracaídas gravíticos, mientras que las otras, de gran tamaño, revelaron en su interior el equipo de combate completo de una escuadra entera de jinetes Rough Riders, así como comida para dos semanas para las monturas de los jinetes, que debía de tratarse de caballos. Lo único que faltaba para completar aquél equipo, eran las armas de los Rough Riders, y las propias monturas.

A pesar de que aquello seguramente no les fuera a ser muy útil en la incursión en la Ciudadela, habían logrado lo justo y necesario que se habían propuesto. Teniendo en cuenta lo caprichosas que podían ser las líneas de suministros, en las que no era raro que se perdieran cosas, muchas veces simplemente no perder nada podía considerarse como una primera victoria.

Notas de juego

Se trata de rifles de laser lárgo con la modificiación "Materiales de mundo de origen", que da +5 a resistir Miedo.

Cargando editor
09/02/2022, 01:12
Narrador

Últimados los detalles del equipo, los soldados de los diversos regimientos se aprestaron a marchar a la batalla. En columnas, las formaciones de infantes y vehículos partieron de los Puestos en dirección al Dique. Las tropas del Puesto 42, lideradas por el Lord Comisario Holt, liderarían el ataque, por lo que encabezaban la columna, a la que se unieron unidades de otros Puestos y regimientos, incluyendo tanques Hellhound del 91º Ligero de Drafeliv y Leman Russ del 6º Acorazado Tyviano.

Pronto alcanzaron la familiar silueta de la fortaleza exterior que vigilaba el flanco izquierdo de la Ciudadela, y que habían tomado hacía apenas una semana atrás. En ese tiempo, incluso con la pausa provocada por la tormenta psíquica, los ingenieros del Munitorum habian convertido la brecha abierta por los explosivos de los Zapadores, en una inmensa rampa por la que ascendieron soldados y vehículos a buen paso, alcanzando rápidamente la cima del Dique, justo frente al puente que debían cruzar al precio que fuera.

Encaramado a un Leman con el gris y rojo de los regimientos tyvianos, el Lord Comisario Holt avistó el horizonte mientras las tropas terminaban de subir y posicionarse en el bastión central del Dique. Más allá del puente, las almenas y torres de la Ciudadela de Acero les esperaban, en completo silencio, como si no hubiera nadie guardándolas.

Pero nadie se confió. En cuanto estuvieran a medio cruzar, los herejes saldrían en tropel para darles en su momento más vulnerable. Ellos lo sabían. El enemigo lo sabía. Pero no quedaba otra que avanzar, costase lo que costase, y tomar el otro extremo del puente. Las bajas serían horribles, pero así era la guerra en nombre del Emperador.

— Adelante — ordenó el Lord Comisario, aferrado a uno de los agarres del blindado.

Los Hienas fueron los primeros en moverse, la carne de cañón de la carne de cañón. El enemigo no gastaría balas en ellos por el momento, esperarían al premio gordo. Los penales avanzaron sin oposición, y detrás de ellos, lo hicieron el resto de fuerzas. La sensación de nerviosismo aumentaba entre los soldados. En cualquier momento, podía desatarse el caos, los proyectiles podían empezar a volar buscando sus cuerpos, y las almenas y torres podían verse repletas de enemigos mientras una horda de monstruosidades cargaba hacia ellos a a través del puente.

Solo que, nada de eso estaba ocurriendo. Y los penales habían pasado ya de la mitad del puente. Entonces la pasaron los primeros blindados, junto con las primeras tropas valiosas de verdad. Y siguió sin ocurrir nada. El nerviosismo fue sustituido por la inquietud y la incertidumbre.

Holt frunció el ceño. Aquello no tenía sentido. Aquél puente era una posición defensiva soñada, un perfecto cuello de botella. Perderían diez hombres por cada uno del enemigo, y solo lograrían abrirse paso a base de empujar y empujar sin que importasen las pérdidas.

Y en lugar de aprovechar aquella magnífica ventaja, el enemigo les estaba dejando penetrar de lleno en la Ciudadela.

Los Hienas llegaron al final del puente. Confirmaron. Allí no había nadie. Los muros, torres y emplazamientos defensivos estaban abandonados. Ni siquiera había indicios de una retirada a toda prisa. Aquello llevaba días desierto.

Pronto se estableció una posición fuerte al otro lado del puente. Era imposible que aquello fuera mera necedad, pero si el enemigo estaba preparando algo, los encontrarían bien atrincherados en aquella zona. Un lugar desde el que lanzar más ataques de forma segura, un lugar al que retirarse si las cosas iban mal. ¿Y una vez hecho aquello, con posiciones preparadas, armas pesadas apuntando al interior, tanques colocados en lugares estratégicos para la defensa de aquél punto? La orden era clara. Avanzar, y seguir avanzando. Explorar la Ciudadela y entrar en contacto con el enemigo, donde quiera que estuviese.

El grupo de ataque volvió a moverse. Dejando atrás una guarnición, pero reforzado por todas las tropas que seguían ascendiendo la rampa y llegando desde el Dique, las fuerzas imperiales se adentraron en la Ciudadela de Acero. Pronto, los espacios abiertos se fueron haciendo cada vez más raros, a medida que iban pentrando en las calles de la fortaleza. Los edificios se erguían altos a su alrededor, lugares ideales para tiradores escondidos. Se designaron unidades para que los fueran despejando, una ardua tarea dado su tamaño, pero con cada piso que se peinaba, la respuesta era siempre la misma.

Despejado.

¿Dónde demonios estaba el enemigo?

La intranquilidad entre los imperiales aumentaba a cada paso. No podían haberse desvanecido sin más, ¿No? Debían de estar ocultos en algun lado, esperándoles, pero, ¿Dónde? ¿Hasta dónde les iban a permitir el paso? ¿Cuando llegaría el inevitable golpe? El absoluto silencio en el que estaba sumida la Ciudadela, tan solo roto por el sonido de los pasos, las orugas al moverse, el ruido de los motores y las conversaciones en voz baja, tan solo hacía que acrecentar aquella sensación de que el problema era poco más que inminente.

Y entonces, algo más empezó a romper el silencio.

— ¿Eh? ¿Qué?

— ¿Oís eso?

— Yo no oigo nad... ¡Espera, sí! Pero, ¿Qué és?

— Ni idea, maldita sea... ¡Pero haced que pare, joder!

Al principio apenas fueron audibles y parecían lejanos, pero poco a poco, a medida que recorrían un metro más en las siniestras calles de rococemento, empezaron a escucharse por todas partes, a un volumen cada vez mayor. Voces. Voces entonando graves cánticos en una lengua desconocida, pero que a todos les supo a algo antiguo y maligno. Algo antiguo y maligno que poco a poco iba penetrando en sus oídos, en sus cabezas. Voces que no podían entender, que susurraban promesas imposibles y castigos inenarrables, que alababan a cosas que no deberían existir, pero que habían poblado las pesadillas de los hombres desde que se tenía memoria.

El volumen de las voces seguía en aumento. La intranquilidad no se convirtió en pánico debido al trabajo de oficiales y comisarios, y al hecho de que nadie estaba atacándoles aún. Pero la sensación de indenfensión y de inseguridad empezó a extenderse como una plaga entre los soldados imperiales, una que podía llegar a hacer más daño que cualquier arma que pudieran tenerles reservada los herejes.

Notas de juego

Todos, tirada de Voluntad +0. Los Granaderos Tyvianos tienen un +20 a la tirada por contar con protectores auditivos en su equipo. Si se falla, se tiene un -10 a todo, debido a la inquietante sensación que producen los cánticos.

Quien quiera, tirada de Perspicacia -20 para encontrar el origen de los cánticos. Si se acierta, o si alguien acierta y avisa a algún tirador, se permite una tirada de Disparo -20 (con todos los bonos pertinentes excepto el de Distancia Corta)

Cargando editor
09/02/2022, 17:31
Nereida Kriemhild

El momento había llegado, y Nereida estaba preparada, junto a las Hienas, apostada tras ellos, teniendo cerca a Desastre y Gabarri. Llevaba el campo de fuerza activado, previendo lo que todos se imaginaban, que sería pisar el puente y una tormenta de fuego y furia hereje se desataría sobre ellos, sin embargo, cuando atravesaron el puente sin oposición alguna, compartió la intranquilidad con Holt, aunque no la expresó con palabras. Puño de combate en la izquierda y la otra mano libre, Nereida se dedicó a dar rápidos vistazos sin ser capaz de ver nada, hasta que le llegaron las voces de alarma. 

Al principio no escuchaba nada en absoluto, pero conforme pasaban los segundos, le empezó a llegar ese cántico que le atenazó los nervios, haciendo que apretara los dientes, visiblemente irritada y molesta. Creyó ver algo en la distancia, pero solo fue una sombra. No le estaba gustando esa situación - ¡ENCONTRAD AL CORO Y ELIMINADLO! - vociferó para luego acercarse a Gabarri - recluso Gabarri - le entregó el auspex - haga lo que mejor sabe hacer y encuentre a esos malnacidos, Desastre, atento, prepara tu rifle - les ordenó a ambos confiando en que serían capaces de cumplir con el cometido. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

si alguien tirara inspirar pasaría la tirada :3 xD que cabrones los dados xD

Cargando editor
09/02/2022, 23:36
Einar Sigurdsson

Einar entró en un estado de falsa calma, como siempre antes de cualquier batalla. Normalmente con los primeros disparos la adrenalina sale completamente a flote y se mete de lleno en su trabajo, pero en esta ocasión, eso no llegaba.

Aquello nunca le había pasado, acceder a una posición complicada y con elementos de defensa sin resistencia por parte del enemigo. Aquello le inquietaba. No le tenía miedo al enemigo, pero sin duda no ver al enemigo si que le inquietaba.

Miró a sus compañeros varangianos primero, y al resto de los presentes después en todo el camino del puente, como buscando confirmar su impresión. Nadie hablaba, pero todos los ojos decían lo mismo "qué coño está pasando".

Poco a poco fueron avanzando hasta que de repente, unos extraños cánticos empezaron a sonar en la lejanía. Cánticos que erizaban la piel. Una extraña sensación le recorría el cuerpo, como si la muerte ya estuviera dentro de su cuerpo, o incluso algo peor. No le gustaba. Miró a su alrrededor buscando el origen del sonido, pero parecía venir de todas partes y de ninguna. Miró a Jarl:

-¿Acaso tu puedes hacer algo por saber de donde viene eso?. Quiero dispararle ya.

Revisó mecánicamente que su escopeta estuviera cargada, las granadas a mano y el hachasierra en su sitio, como intentado tranquilizarse con el hecho de estar bien armado. Y rezó para si, era lo único que, desgraciadamente, podía hacer a tal momento.

- Tiradas (2)

Notas de juego

A la hora de hacer la tirada de percepción, no he contado el malus de -10 de haber fallado la de voluntad, que imagino que ya se aplica, así que, pese a marcar éxito, en realidad, sería un fracaso.

Cargando editor
10/02/2022, 19:36
[Muerto] José Gabarri

¡Están ahí comisaria!  

- Tiradas (4)
Cargando editor
14/02/2022, 22:17
Siu "Clank" Hui Ying

El ligero traqueteo del chimera y la tenue de luz del interior mantenía a la tecnosacerdote en un estado de sopor mecánico, como un motor en ralentí esperando a que alguien pisase el acelerador.

Todos en el interior del chimera estaban en silencio, todos excepto su nuevo servidor. Por alguna razón desconocida para ella llevaba días emitiendo sin parar un gorjeo constante, suponía se pasaría con el tiempo al igual que el babeo intermitente. No esperaba que una quimera con las partes de Kiki y el Comandante Chang Pu pudiese estar funcionando tan rápido.

Cuando llegaron a la zona de combate, se dió la circunstancia de que el enemigo no estaba donde se le esperaba si no en el interior de la ciudadela. Habían dejado atrás un punto estrategico vital en la defensa. Sólo podían estar tramando algo.

Los penales tomaron posiciones y luego lo hicieron el resto de ellos.

Algo, un cantico desconocido, comenzó a interferir en sus cogitadores. Necesitaba acallarlos, la turbaban, impedían su buen funcionamiento.

Usó su matriz augur para mapear la zona, en busca de trampas, posibles emboscadas y la procedencia del maldito cantico.

- Tiradas (2)
Cargando editor
15/02/2022, 00:19
Jarl Brotinn

Jarl avanzaba junto a sus compañeros varangianos. Los presagios funestos del inicio de la misión se vieron confirmados poco después cuando unos ominosos cantos blasfemos inundaron los corredores de rococemento de la Ciudadela.

Sin amedrentarse y escupiendo al suelo para conjurar el mal de ojo, Jarl echó mano del auspex que tan amablemente les había facilitado el Monitorum. Pero la arcana tecnología se le escapaba y, por qué no decirlo, los aparatos electrónicos no se llevaban bien últimamente con Brotinn. El psíquico trasteó inútilmente con el escáner antes de tendérselo a uno de sus compañeros -mejor encárgate tú, a mi estos cacharros no se me dan bien. Pero sí puedo hacer algo al respecto: voy a freír al responsable, en cuanto lo vea- respondió a Einar.

- Tiradas (5)

Notas de juego

* Se lo tiendo a Waldemar o a Einar. Cualquiera de los 2 que lo quiera y tenga un Comp-Tech decente, para que lo use a partir de ahora.


Dejo un montón de tiradas y que el director aplique lo que sea necesario:

  • Voluntad: 47 + 10 por Nervios de acero. Éxito.
  • Comp-tech. Fracaso.
  • Perspicacia: Percepción 39 -20 perspicacia no entrenada -20 dificultad +10 sentidos aguzados (oído). Fracaso.
  • Si escucho/ veo a donde señala Gabarri, lanzo Combustión Espontánea contra cualquier objetivo visible. Voluntad 47 +10 (tirada dificultad ordinaria) +10 (foco psy) +10 (nivel de poder fettered) + 5 (capucha psíquica) = 92. 8 grados de éxito. Daño 14 con penetración 0 y la cualidad llamas.
Cargando editor
15/02/2022, 00:43
Heredia de Ursua

Gritos, disparos láser cortando el aire a tu alrededor, el rebote de algún proyectil sólido sobre el suelo, maldiciones y lamentos, arengas a la carga, todo eso me lo esperaba al empezar el asalto a la fortaleza enemiga ... pero cuando esto no llegó, estaba claro que el enemigo tramaba mucho mas de lo que los mandos habían pensado. El sonido de los cánticos resonó por todo el campo de batalla y esa insidiosa cacofonía no hacía mas que inmiscuirse en nuestros pensamientos y acciones. - Sagrado Emperador, si en tu benevolencia está que alguien calle a esos herejes.

Seguía avanzando, pero ahora mismo no era mas que uno de esos autómatas que había visto en las fábricas de los factorums, el sonido lo llenaba todo y parecía que me impedía realizar mi trabajo de la manera mas adecuada.  

- Tiradas (2)