Partida Rol por web

Mes 2. Día 1. Exterior del domo. 12:00 del mediodía
Con Narel Dotter

Las aglomeraciones sociales siempre solían tener el mismo efecto en René: le terminaban confundiendo. En Natgrew, con su gente, las toleraba bastante bien e incluso era capaz de disfrutarlas de vez en cuando. Pero allí, con ese grupo de gente reunido de forma tan artificial, a los cuales consideraba en su mayoría desconocidos a pesar del mes transcurrido, y además encerrados bajo techo, la confusión se amplificaba en su interior como si fuera una caja de resonancia. Sabía que tenía que ganarse la confianza de veinte de sus compañeros para continuar su entrenamiento pasado un año, pero él no podía interactuar con los demás en grandes grupos; para él aquello era como pedirle nadar en un mar tormentoso, en el cual inevitablemente se ahogaría. Él necesitaba aguas calmadas, la serenidad de la soledad y el silencio para acercarse a alguien. No lograba entender cómo hacía esa gente que estaba todo el rato hablando con diez personas a la vez para lograr entenderse mutuamente y para lograr entender lo que llevaban en su interior, una tarea que para él requería de paciencia, atención y calma; de silencio interior y exterior, de palabras pausadas y escucha atenta.

Por eso, cuando Narel Dotter se le acercó fuera del domo, no le resultó en absoluto molesta, sino que agradeció la serenidad con que se le aproximó; la había visto mantenerse a distancia durante un rato, no había sido invasiva. Cuando le habló, levantó la mirada de la pequeña talla que estaba haciendo y la miró:

—Hola, Narel. No, claro que no me molestas. En absoluto —le dijo devolviéndole la sonrisa—. Es la silueta de un centinela de la mañana —le dijo mientras le tendía la pequeña talla para que la viera—, pero todavía me falta pulirlo un poco para que esté terminado. El centinela de la mañana es un pájaro de Natgrew —le dijo tras darse cuenta de que la muchacha no debía saber de qué le hablaba—: se llama así porque canta justo momentos antes de que la noche termine y comience a alumbrar el día. En Natgrew es un pájaro al que tenemos mucho aprecio, es uno de nuestros símbolos, porque refleja la pronta esperanza de que la noche va a terminar. Hay un código moral del cazador: es un grave pecado matar un centinela de la mañana. Nadie lo haría… o, al menos, nadie de Natgrew.

Mientras Narel miraba la talla a medio terminar, René se preguntó de qué mercado le hablaba y, entonces, en su cabeza se conectaron rápidamente varios puntos sueltos. Recordó que William Thompson había hablado de una zona de contrabando al este del domo, recordó que todavía no había recibido su cuchillo y el diente de minotauro, pero que Zvetan Procjacka debía ser alguna suerte de contrabandista… y ahora Narel le hablaba de algún mercado en el cual se podrían vender artesanías. ¿En Protect? ¿Sería el mismo lugar?

—Pero has dicho… ¿colocarlo en el mercado? —le preguntó con mucha curiosidad—. ¿Conoces algún lugar de Protect en el cual pudiéramos colocar artesanías a cambio de numerarios o… quizá a cambio de otros bienes? Me interesa mucho tu propuesta y me encantaría contar con tu ayuda para eso. Me gustaría ir a ese lugar en el que se pueden vender cosas. Aunque, bueno, no sé si mis tallas son realmente hermosas… en mi planeta yo se las daba a mi madre y ella las vendía en el mercado del lugar a los turistas, pero todos sabemos que los turistas son idiotas que compran cualquier cosa —le dijo sonriendo burlonamente, aunque con algo de timidez.

Mes 2. Día 1. Gimnasio. 11.15 a.m

Al oír a Anne expresar sus quejas, respecto a la idea de volver a la calle, el ruso ladeó la cabeza hacia un costado, antes de enarcar una ceja. Estaba claro que la chica tenía mucho sobre su espalda. En parte, la respetaba, principalmente porque sabía que era una guerrera, incluso si parecía que había subestimado a Evan, o no había controlado su ira lo suficiente como para pelear como debería haberlo hecho. – No todos son unos malditos gusanos come libros, Anne. – Le dijo en un tono frío, carente de emoción, aunque aparentemente buscando mejorarle el humor. – Todavía quedan otros exámenes, y debería de irte mejor en ellos. Si fracasas en el de armamento, entonces no serás más que una vergüenza. Y no creo que lo hagas. – Afirmó con total confianza, o al menos eso esperaba, o de lo contrario, la chica habría demostrado que era una maldita inútil que sólo hablaba demasiado. – Tan sólo centra tu cabeza en la meta. No te desesperes como una puta debilucha. No eres eso, ¿verdad? – Le preguntó, a medida que le dedicaba una mirada afilada, si bien estaba claro que buscaba animarla a su manera, reforzando su espíritu con palabras que sabía que la chica detestaría.

No obstante, al escuchar la pregunta sobre su padre, Mikhail se la quedó mirando por un instante, antes de negar con la cabeza. – Tal vez. Pero es un sargento. El padre de Lizza es un teniente, y ya ves. – Volvió a encogerse de hombros. – Además, conozco a mi padre. Espera mucho de mí, y sería una vergüenza que buscara su ayuda para aprobar. Espera que lo logre por mi cuenta. – Le explicó con total seriedad, a medida que desviaba la mirada por un instante hacia el techo, reflexionando. – Y para mí sería una puta vergüenza pedirle ayuda. – No pensaba hacerlo, no deseaba que le mirara como uno de los gusanos que se encontraban en aquel sitio. Antes muerto. Sea lo que fuera, la sonrisa de Grey llamó su atención, provocando que el ruso asintiera en silencio, mostrándose ciertamente complacido. Parecía que había temido por nada. Luego tendría que hablar con ella. – Si tanto miedo tienes, tal vez deberías hablar con Grey. Ella podría ayudarte. – No dijo nada más, no sería bueno dar más información al respecto, y sería mejor que la ex sargento decidiera si ayudaba o no a Anne.

 – De cualquier modo, Anne, tienes espíritu. Eres una guerrera, incluso si te falta técnica. Todavía no puedo creer que perdieras contra ese pedazo de mierda. – Se expresó con cierto fastidio. – Prefiero que sigas en este sitio si es posible. Mereces tu lugar más que la basura que hay aquí. – Afirmó con total honestidad. Si alguien merecía convertirse en un soldado, esa era Anne, junto con un par más de excepciones. El resto no eran más que debiluchos que se orinarían en los pantalones si debían de luchar contra un Skullrep. – Vamos. Golpear los sacos te ayudará a sacarte un poco esa mierda de la cabeza. – Le aseguró con confianza, ahora un poco más tranquilo, luego de ver la sonrisa de Grey. Sin embargo, la pregunta de Stealer hizo que el ruso le mirara extrañado. ¿Acaso le estaba preguntando sobre su puta vida amorosa? Había pensado que era algo con Anne, pero parecía que se había equivocado, o bien no habían llegado a comprenderse lo suficiente. – No me ato con facilidad, John. – Declaró con total indiferencia. – Noor es atractiva, y no me importaría divertirme con ella, pero todavía no conocí a nadie que realmente me haga pensar en eso. – Se encogió de hombros, restándole importancia. - ¿Tú también te quedas a entrenar? – Le preguntó al chico, suponiendo que bien podrían entrenar los tres juntos si querían.

Duncan puso cara de inocencia. Emborrachar a Daya?, él? Imposible, más que nada porque el alcohol le subía enseguida y acabaría ella tumbándole a él. Negó con una sonrisa y le escribió

- Igual después de esto si que necesitarás un trago, aunque, podemos compartir, yo no tengo manías.... La verdad es que, venía a disculparme... es que, en la elección del líder, voté por ti, así que, estoy contento en parte porque no hayas salido, a no ser que tu no estés contenta por haber salido. Ya me entiendes...En cuanto a la enfermería, había pensado dar formación extra a un par de personas para que fueran un poco más allá...no será como una carrera de enfermería pero bueno, si te interesa te vas a tener que aplicar... Esto? Bueno.... - sonrió con picardía y cuando le dijo que si no le dejaban dormir le tendría que hacer café le guiñó un ojo divertido - Café y tostadas, huevos revueltos y tortitas.... eso está hecho, pero no te enfades.... Había que repartirlas en algún momento, y el ambiente ya se estaba poniendo muy trágico después del examen, así hablaran de esto y de tonterías en vez de estar sufriendo por el examen.... - Se tocó la cabeza con una sonrisa, diciendo que todo eso había sido un plan inteligente por su parte, pero realmente tenía cierto temor de que las cosas se fueran de madre en algún momento y que alguien cometiera la estupidez. Ya estaban protegidos, a partir de ahí que cada uno se buscara la vida que él era médico y no padre....hizo un gesto de escribir en un papel y le escribió - Hecho, en el grupo de las 6 de la mañana, justo lo que necesito para practicar mis habilidades con el café.

Había que repartir, pero realmente lo había hecho por Sue. Su amiga parecía abatida, y sacarle esa risotada había sido reconfortante. Se llevaban bien desde el tema de la vacuna y le tenía paciencia en el tema del tiro, así que era lo menos que podía hacer, aunque no esperaba que su acción fuera a dañar a Evan. Torció el labio cuando Evan habló sobre su falta de experiencia y fulminó con la mirada a Brinston, que se ve que tenía la empatía en el culo. Tenía que ir a disculparse, no quería hacer daño a nadie, ni que nadie fuera humillado...solo quería relajar el ambiente. Iba a marcharse cuando Kalina le dijo que contara con ella, asintió con una sonrisa. Ella le había asistido en el starliner y la verdad es que llevaba días pensando en ella. Tendría que esperar a una de las clases para preguntarle que tal se le daba la química para resolver un problema de una vez por todas. Le escribió

- Mismo grupo que Daya, mañanas. Será un placer Kalina.

Iba a ir detrás de Evan cuando escuchó lo que Sue tenía que decir. Sonrió. No sabía si iba en serio o no, pero nadie mejor que una persona como Sue, sin pelos en la lengua y con poca vergüenza para animar a Evan, y si iba en serio y le quitaba las telarañas pues mejor que mejor. Aprovechando el desconcierto intentó volver a la enfermería con parte del cargamento, para que nadie más se sintiera mal cuando fue interceptado por Noor camino de la puerta.

Duke sonrió y asintió. Era un uso como otro cualquiera, y si los quería usar así a él le parecía bien aunque siendo tan atractiva estaba seguro que demanda no le iba a faltar. Se encogió de hombros y le escribió con una sonrisa

- Si quieres hacer guerra de globos de agua avísame. - Apretó los labios. Parecía que las preguntas iban con bala, pero prefirió no tomarlo a mal. Negó con la cabeza  y sonrió con amabilidad antes de decirle - No tiene que ver con la Space Force, tiene que ver conmigo. Llevamos aquí un mes, nos vemos desnudos todos los días y aquí hay gente muy atractiva, así que es inevitable que tarde o temprano salte la chispa y no estamos en el siglo XXI. Mi función aquí es que ningún hombre o mujer del domo quede fuera de servicio por causas médicas, así que he puesto remedio. Ahora es más fácil?, sí, pero seguro que alguien habría recorrido el camino difícil en poco tiempo, al final somos animales... - Sonrió. Tampoco tenía que ir mucho más allá, quien más quien menos sabía de que iba aquello, que los niños no venían de París y que la gente joven y guapa tiende a hacer tonterías.

Sonrió con inocencia. Sí, había sitios si se era listo, que se lo dijeran a él, pero no hacía falta revelar sus escondites a todo el mundo. La vio coger una cerveza y el le dio un sorbo, cortito, y se ofreció a brindar con ella. Negó con un chasquido de cuerdas vocales y negó. No había ETSs, al menos en las pruebas que había efectuado. Por eso había tomado muestras de sangre a todos los primeros días, para hacerse una idea de con que se enfrentaba. Nada, estaban sanos, sino estaba seguro que no estarían allí. Empezó a escribir y dijo

- Los baños puede ser que si tengan que limpiarse algo más a fondo pero no hay ETS entre los reclutas. En cuanto a si es legal....bueno.... los médicos somos como los magos, nunca revelamos nuestros secretos. - Se quedó mirándola con una sonrisa pícara y una mirada profunda antes de chasquear las cuerdas vocales y volver a escribir - Es broma. Solo los pedí, los colé entre el pedido de material para operaciones, y es posible que eso sea....como decirlo, poco regular, pero es legal, un pedido, firmado por mi y todo en regla. Aunque, por si acaso, guardadlos bien, puede ser que la próxima vez el mismo truco no funcione....Tal vez habrá que pedirlo por favor, o usar a alguna chica guapa para hacer el pedido, voluntaria? - Se encogió de hombros y sonrió admitiendo - Soy cirujano, no llevo planificación familiar. Tal vez me he excedido...pero prefiero prevenir que lamentar y también prefiero que el teniente no me pille con las manos en la masa, por si acaso.

Tenía unos ojazos verdes preciosos. No había tenido mucho tiempo para charlar con ella, pero es que estaba siempre liado entre la enfermería, la legislación, conocer a Jim, mantener las amistades.... además, parecía estar más apegada al grupo de Kurik y los matones, pero parecía maja, muy maja.

Billy se sentía satisfecho pues en general la mayoría habían aceptado lo de relajarse y excepto algunos casos aislados que eran de esperar la mayoría participaron animados. 

—Bueno, supongo que ahora no tendré excusa para no saberme todos los reglamentos del código militar —

- Siempre hay excusa para eso... por ejemplo... - dijo abriendo los ojos como si fuera algo evidente - Tienes a Einar para que te los recuerde - afirmó medio riendo ante la broma. A fin de cuentas era un momento para relajarse y evadir preocupaciones, incluso las recién adquiridas. Luego llegó Duncan obsequiando con preservativos a la mayoría y generando bastante revuelo, esto último fue un alivio para William, ya que no se acercó a coger ninguno (En caso de que se lo ofrecieran, lo cogería con una sonrisa bastante forzada y lo escondería rápidamente) y casi se había atragantado con la cerveza al ver lo que era. Sus mejillas se enrojecieron ligeramente al tiempo que disimulaba mirando para otro lado... la actitud habitualmente descarada y en cierto grado confiada se había esfumado momentáneamente. Evan empezó a hablar sobre que sólo lo había hecho una vez lo cual seguro que llamaba lo suficiente la atención como para que Thompson pasara desapercibido ante el tema si seguía con la boca cerrada. 

Por suerte el tema sexual se fue diluyendo y William aprovechó para desaparecer del lugar con gran disimulo y sin llamar la atención. Iría a su rincón secreto a rebajar su sentimiento de vergüenza pasando desapercibido en el sitio al que iba cuando necesitaba intimidad... Al menos había conseguido que la gente estuviera un poco más relajada, lo que menos falta hacía en ese momento era más tensión. 

Billy hizo un gesto de la mano para desechar el comentario de Grey - No te preocupes, lo he pensado pero no tenía intención de hacerlo... aunque si no hubiera sido un intento y hubiera sido algo más posiblemente mi decisión hubiera ido por otro lado. Y no creo que me arrepintiera. Si no estamos aquí para proteger a nuestros compañeros y a la humanidad, tendrán que explicarme de nuevo la razón de ser de la Space Force - Escuchaba a Grey, no podía negar que la ex sargento tenía mucha más experiencia, pero para él Kurik no dejaba de ser un psicópata y un matón - Cuenta con ello, lo dejaré en tus manos... ojalá no tengas que arrepentirte - No era un comentario como poniéndola a prueba o como una amenaza velada, era un comentario sincero. 

- No busco nada de eso, supongo que si no hubiera sido un cobarde que ha negado y tratado de amedrentar para que no se le acuse todo sería más fácil - dijo sintiendo como la rabia volvía a apoderarse de él, tomando la decisión de parar dos segundos y calmarse, estaba claro que le importaban las personas, sobre todo a quienes consideraba que debían ser protegidas - Mira... - empezó con convicción - Lo que querría, es que se arrepintiera de lo que hizo, me da igual que no lo diga a nadie, eso al final se nota... lo que quisiera es que se diera cuenta de cuan inhumano es lo que trató de hacer, que comprenda que aquí todos son importantes y que no todo se mide por la dureza con la que se puede golpear. Pero me conformaría con que nadie se sienta inseguro estando cerca de él... - Lo que el buscaba era algo profundo, algo complicado para alguien como Mikhail, pero era algo que consideraba tan básico que era imprescindible - Jugaré a tu juego, te dejaré hacer... a fin de cuentas, tu experiencia es un grado... cuenta conmigo, sólo quiero mostrar mi disconformidad, pero eso no quiere decir que no colabore... - Desde luego que era un joven extraño, era más que capaz de ayudar a un compañero aunque fuera con un plan con el que no comulgaba, pero él estaba para sumar... 

La reacción de Billy ante los comentarios que había hecho su padre no fue de sorpresa para nada, estaba acostumbrado a que su padre le denigre y alabe a su hermano, aunque eso nunca había sido óbice para que entre ellos se llevaran excelentemente. - Supongo que nunca he alcanzado las expectativas que tenía en mi... aunque debo admitir que tampoco lo intenté nunca - dijo con una sonrisa cargada de un ligero tono de tristeza, pero sin el menor atisbo de sorpresa. Se acercó y trató de animarle con una bravata interesante aunque en su caso menos motivadora de lo que cabría esperar - Seguiré siendo sincero... No me preocupa la opinión de mi padre - Algo que realmente creía, aunque cualquiera profundamente conocedor de la condición humana podría llegar a dudar, pues algo hay siempre en lo más profundo de cada uno - Estoy aquí más por mi hermano que por él. Y no te confundas en algo, no estoy aquí para alistarme en la Space Force. Estoy porque mi hermano me hizo replantearme las ideas que tenía y estoy para juzgar si quiero estar o no - Podía ser un comentario duro, pero William no era un chaval sencillo a pesar de su edad, en muchos aspectos había tenido que madurar deprisa aunque en otros pudiera ser extraordinariamente inmaduro - Quiero ver lo que representa la Space Force en realidad y si me convence de su servicio profundo hacía la sociedad daré mi vida si es necesario, pero no lo haré por mi padre. Lo haré por las personas, lo haré por las personas, lo haré... porque ningún niño merece crecer sin una madre y ninguna familia merece crecer con temor - Posiblemente estas aseveraciones era la primera vez que las hacía en su vida, casi eran una sorpresa hasta para él, sus motivaciones, sus verdaderas motivaciones... tener algo por lo que luchar, gente a la que proteger... 

Mes 2. Día 1. Aula de esparcimiento. 11.35 a.m

- No te preocupes la tranquilizó - Estar a punto de infringir una gran cantidad de normas, parecía tranquilizarlo... desde luego era alguien extraño el joven Thompson. Momentos antes de iniciar un acto por el que podrían expulsarle e incluso iniciar procedimientos legales, la tranquilidad que tenía era absoluta, incluso se mostraba confiado y ufano. - Si no te quitan ojo, un cinco no llamará la atención. ¿Estás segura? - Preguntó una última vez antes de dirigirse al Starliner. 

Los pasos de Billy eran calmados y sobre todo, silenciosos... Cuando quería parecía casi ser capaz de convertirse en una sombra que pasara desapercibida. Se quedó observando oculto con sumo cuidado esperando a que los mandos se hubieran alejado al interior del Domo. Una vez que entraron, se acercó a la puerta del edificio para comprobar que se habían alejado sus pasos y así luego dirigirse al Starliner pero manteniendo sumo cuidado en su acercamiento, si algo había aprendido en su corta vida, es que siempre que tratara de actuar con subterfugio la precaución nunca era excesiva. Iba pendiente de escuchar cualquier indicación de que hubiera alguien más o que hubieran dejado algún dispositivo que les avisara acerca de cualquier posible invasión. 

Comprobar que el estado del Starliner era impecable provocó una sonrisa en el joven, la mayoría de la gente que carecía del conocimiento necesario para forzar cerraduras jamás podría imaginarse que una cerradura en perfecto estado era mucho más fácil de forzar que una que estuviera descuidada. Aunque parecía que por suerte no iba a necesitar recurrir a esas habilidades. Con paso lento, pausado y silencioso se movía por la nave. Finalmente accedió a los exámenes, dispuesto a modificar de la manera adecuada, buscando en primer lugar el de Mott para usarlo como base para el resto. Se mantenía atento a cualquier posible ruido y había cerrado la puerta del dormitorio por si acaso el piloto bajaba... 

Miró a Duncan, extrañada-¿Disculparte? ¿Por?-Escuchó las razones del doctor y no pudo evitar sentirse halagada porque él hubiera pensado en ella para esa responsabilidad. Nunca hubiera pensado siquiera que alguno de sus compañeros pensara escribir su nombre en el papel que les habían entregado en el examen-Gracias por pensar en mi… No tienes que disculparte por eso, Duncan. Aunque si hubiera salido quizás te hubiera retirado la palabra -bromeó con él a la vez que lanzaba una mirada a Eylo- El lo hará bien, tiene madera para el puesto y las cartas suficientes para que la gente lo respete-le susurró, evitando que Eylo la escuchara pues no estaban muy retirados de él.

Esa fue la primera sorpresa que le tenía reservada Duncan, pero no la única. Su rostro se iluminó con su propuesta-Sabes que es un sí. A esa propuesta sí que no me puedo negar, sabes que me atrae y que me aplicaré, le dedicaré todo el tiempo que pueda. ¿A las seis? -levantó una ceja y sonrió. Aquello cambiaba sus horarios pero sabía, después de lo que había aprendido tras las clases de legislación y viendo cuales eran los siguientes retos, que tendría que cambiar mucho su rutina para poder abarcar todo lo que los próximos dos meses le iban a exigir. Así que no lo dudó, estaría a las seis a disposición de Duncan, era una oportunidad que no podía perder, aunque tenía que hablar con él sobre un detalle a ver cómo podían organizarlo-Aceptado turno de las seis. Y el café, por supuesto-confirmó su asistencia con un enérgico gesto mientras seguía la mirada de Duncan al resto del grupo-Una gran jugada de sicología, creo que lo has conseguido. La mayoría están bromeando con sus cajitas y riendo, así que creo que el examen de legislación ha pasado a mejor vida-Daya se quedó un instante en silencio, pensativa, quizás pensando en cómo lo había hecho en el examen. Pareció un poco preocupada por un instante, pero enseguida se centró en lo que estaba hablando con su compañero-No me puedo enfadar con algo que se hace con buena fe y con buenos resultados. Ha sido una jugada brillante-sacó su caja del bolsillo de su pantalón y la miró con ojos críticos-Ya sabemos otro uso para esto, ¿no?-rio divertida y dejó la cajita de nuevo en la caja de Duncan-Creo que es mejor que la guardes tú, nunca sabemos a quien le hará falta y es mejor que tengas tu el control de las existencias. Por ahora me conformo con que… -miró sorprendida la reacción de Evan y la posterior reacción de Sue a la que siguió con la mirada abandonando la habitación tras el mecánico-…esos dos me dejen dormir esta noche. No se si sorprenderme o… no -Le dio un codazo a Duncan para que dejara de mirar a los dos que abandonaban la habitación con cara de satisfacción-Enhorabuena, celestino. Creo que es posible que alguien sí que se olvide de la Legislación esta noche. Ve preparando el café y las tortitas.

Kalina se acercó a ellos y aceptó igualmente la propuesta de Duncan. Daya se la quedó mirando un instante, pensativa de nuevo y, antes de que la muchacha se separase de ellos, la llamó-Kalina, llevo varios días detrás de consultarte algo. Quiero enseñarte algo que tenemos en el hangar y que creo que te puede gustar y, con suerte, me podrás explicar qué es. Podríamos ir mañana después de la clase de Duncan. Si te apetece y no tienes otro compromiso para esa hora, podemos aprovechar. No hace falta que me contestes ahora. Yo de todas formas iré allí después, así que después de la clase hablamos-dejó que ella no tuviera que contestarle sobre la marcha, ya que acababa de emprender la marcha fuera de la sala con paso decidido, lo que indicaba que tenía algo que hacer y Daya no quería entretenerla. Pero era de las pocas ocasiones que había tenido de dirigirse a ella, así que la había aprovechado.

Se despidió de Duncan y volvió a incorporarse al grupo con el que estaba hablando antes, no sin buscar con la mirada a Vera y a Yum a ver si ellas también se estaban tomando ya de otra forma el resultado del examen.

 Fue volver la mirada hacia el grupo y vio el gesto de Eylo para con Grey. Arrugó levemente el ceño y se acercó rápidamente.

-Duncan no ha escuchado nada, así que seguimos solo los que estamos aquí en esto… Grey, antes no te pude responder pero lo hago ahora, aunque ... creo que me he perdido algo...-miró la mano de Eylo sobre la muñeca de Grey y dejó su mirada ahí durante unos segundos mientras escuchaba a Eylo hablar. No tuvo que pensar mucho para deducir lo que había pasado mientras hablaba con Duncan. Miró a Grey un instante, pero el tono de Eylo hizo que se volviera hacia él y le pusiera una mano sobre su brazo, tranquilizándolo pero entendiendo algo más al ver la mirada que estaba cruzando y manteniendo con la ex sargento. Asintió lentamente, comprendiendo, y después más enérgicamente al plan final que estaba trazando él-Me parece buena idea, hablaremos con Townhall de las Eagles. Intentaré hacerlo en conjunto con Einar y Yum, pero no creo que pueda meter en la conversación a Evan…lo mismo está ocupado por un buen rato.

Miró a Grey, a Jim, a Martin y a Eylo, antes de terminar de nuevo en Grey-Seguiremos el plan, estoy segura de que puede salir bien. El objetivo es ganar tiempo para William. Solo quedaría saber cómo sabremos que él ha terminado-apuntó a Eylo antes de hablar de nuevo para él y para Grey en especial-No es la primera vez que nos vemos en una de estas desde que nos conocemos, intuyes como soy, ya lo hiciste al subir a la Starliner... por eso has confiando en mi para esto. No me voy a echar atrás, Eylo, ya te he dicho al darte la enhorabuena por el cargo, que puedes contar conmigo, y lo decía en serio. Empecemos a funcionar como equipo, aunque seamos nosotros cuatro ahora mismo. No, ni se te ocurra, Jim… que mi trabajo me está costando con Vera-le indicó a su compañera con una pequeña sonrisa de disculpa- ¿Daya la seria?-la miró con sorpresa, pensando en la imagen que podía estar dando en el domo para que ese fuera su apodo-No tenía ni idea de que me habíais puesto ese mote…pero bueno, no te diré que no-se encogió de hombros, tampoco era la alegría de la huerta, así que lo aceptó sin problemas.

Miró un segundo la mano de Jim, colocada para que todos los que allí estaban hablando sellaran el pacto de trabajo conjunto contra los mandos, antes de poner la suya sobre la de la muchacha y poner los ojos en blanco ante su comentario al mismo tiempo, esperando ya escuchar la respuesta de Martin a aquella puya directa que había recibido su entrepierna.

Mes 2. Día 1. Aula de esparcimiento. 11.30 a.m.

Eylo asintió lentamente, con cierto alivio, al ver que todo iba encajando. Iba mirando a según quien hablaba, confiando que el plan saldría bien, tenía que creerlo. Aunque la sombra de la preocupación no le iba a abandonar fácilmente, espero que Grey aceptara la nueva situación. Entonces vio como Jim ponía la mano para chocarla, al principio alzó la ceja, pero cedió al gesto, aunque sin mucho brío.

—Sin aspavientos.. que aun nos van a mirar de más —dijo con un suspiro, a lo que añadió —. Antes de dispersarnos. Tened en cuenta que alguno puede echar en falta a William, quizá pregunte. Necesitará una coartada —comentó mirándoles unos instantes —. Con un poco de suerte nadie será tan "genio" para preguntar en voz alta donde está, pero si lo hace.. bueno.. —miró a Grey —. Cuando le cuentes el plan. Fingid que bebéis, al menos él, que aparente que se está pasando con la cerveza. Si alguien pregunta.. está vomitando en el baño porque no sabe beber —sugirió para fortalecer la coartada de William frente al resto de compañeros.

Dicho todo, despidió el grupo con un asentimiento. Miró a Grey, de quien se había apartado cuando Martín se acercó a ella, miró la interacción con cierta reserva, pero no dijo nada.

—Podemos hacerlo —dijo finalmente.

Mes 2. Día 1. Aula de esparcimiento. 11.30 a.m.

Tras separarse del corrillo formado por él, Grey, Jim, Martín y Daya, Eylo retomó el hilo de lo que estaba sucediendo y, habiendo escuchado a Duncan anunciar las clases, el eridiano se acercó a él.

—Déjate de señor —movió la mano quitándole hierro al nombramiento —. Mientras las lleves como hasta ahora, yo no tengo que ordenar nada. Salvo que cures más deprisa —bromeó con una sonrisa leve.

Eylo iba con agua en la mano, aunque se atrevió a probar un poco de cerveza. La cara del eridiano fue antológica, no le había gustado nada e hizo esfuerzos por acabarse el líquido que ya tenía en la boca. Se ahorró el comentario de lo asqueroso que lo sentía, y volvió rápidamente al agua. Viendo cómo repartían los preservativos, Eylo se abstuvo, aunque se extraño un tanto de aquel binomio de alcohol y condones.

—Cuando los grupos estén formados, ya veré dónde me apunto —dijo con calma a Duncan —. Me tendré que coordinar con Ben y Harold con las guardias en telecomunicaciones, pero algo se podrá apañar. Pero hoy.. a beber —quedó un poco cutre bebiendo agua, pero el agua purificada era un manjar para él.

Viendo cómo se retiraba Kalina para llamar a los suyos, sintió la llamada del deber, valga la redundancia, y se despidió de los presentes en dirección a telecomunicaciones. Miró a Benedict y Harold haciéndoles un gesto con la cabeza.

—Ya me ocupo —liberándoles del trabajo, aunque intuía que Ben se iba a unir rápidamente en la sala con ellos —. ¡Espera, Kalina! Voy contigo.

Mes 2. Día 1. Sala de telecomunicaciones. 12.00 p.m.

La sala de telecomunicaciones era un pequeño caos ordenado. Había numerosas pantallas en funcionamiento, cotejando datos y sondeando frecuencias. En el centro había una isla de equipo que parecía estar siendo reparado o mejorado, y en un lateral una mesa bastante larga con numerosos aparatos dispersos en distintos estados de despiece.

—Por aquí —dijo Eylo dirigiendo a Kalina a uno de los laterales —. Como debemos estar en la sala.. bueno.. intentamos elegir uno de los equipos apartados para dar un poco de intimidad. Ya sabes —puso cara de circunstancias, la llevó al monitor más apartado. Eylo se inclinó sobre el teclado, introdujo con código despertando la pantalla y se apartó —. Todo tuyo. Introduce tu nombre y el número a marcar. Quizá tarda un poco para los satélites de alineen, habrá un poco de retraso, pero nada importante. Si necesitas algo estaré al otro lado, comprobando las novedades de los sensores.

Con una sonrisa leve, se dirigió adónde había dicho y se puso a trabajar dándole a Kalina la intimidad prometida.

Reí divertido ante el sobrenombre que me puso Jim, y cuando puso las manos al frente hice lo mismo, sonriendo ampliamente. -Todos para uno, y uno para todos.- Respondí más callado y sin levantar mucho la mano cuando nos separamos, más que todo para no llamar la atención. Pero lo siguiente que dijo Jim me tomó demasiado desprevenido, algo muy fuera de lugar luego del buen rollo que había, pero me limité a verla con una ceja levantada y con una mirada de "¿Como?". 

Levanté luego ambas cejas completamente incrédulo, negando con la cabeza mientras bufaba un poco. -Bufff... No sé que te hice o de donde viene esa agresividad, pero fue algo muy gratuito.- Mi mirada estaba en el suelo mientras negaba, pero entonces volteé a verla cruzándome de brazos con un claro desenfado, mientras que con el dedo índice de mi mano derecha rascaba detrás de la misma oreja de ese lado. -No sé si te diste cuenta Jim, pero he sido bajito de nacimiento, y lo último que me molestarían son comentarios de mi físico.- Aplané los labios y abrí un poco más mis ojos, con una clara expresión como de incomodidad/rareza sarcástica antes de seguir. -Y la verdad, de todas las cosas con la que podrías meterte conmigo, te quedaste un poco corta.- Y a esto último sonreí de manera burlona, humedeciendo mis labios como conteniendo una risa ante la clara referencia por mi baja estatura. -En fin, podría hacer un "chiste" burdo y para nada gracioso como "¿Acaso te interesa verlo?" o "Joder, si paso media hora acomodándolo pa' que no se note"... Pero ya que tocaste el tema pues solo diré que, soy más un grower que un shower*. Y por tu segundo comentario esa respuesta es más corta: Quien come callado, come el doble.- Y así, con una sonrisa pícara, le guiñé el ojo a Jim de manera coqueta, antes de ver al grupo de nuevo.

-En fin, tengo algo más que agregar al plan: Si Jim ya se acercará a Quest y Joe, sería sospechoso si hago lo mismo cuando alguno se pare, y siendo que la misma Grey piensa que le tendrán un ojo encima... ¿Por que no aprovecharlo? Grey, serás una "Decoy"**, con esto me refiero a que si de por si estarán al pendiente de ti, nunca estará de más que llames la atención, que actúes de manera sospechosa lo suficiente para que se fijen en tí, pero no tanto como para que se levanten y te confronten, ¿Me explico? Simplemente muestrate nerviosa como ahora, mueve el pie de arriba abajo como impaciente, y ya luego Jim llama la atención de Quest y Joe, y si alguno se le escapa trataré de acercarme de manera más disimulada para llamar su atención.-

Entonces me dejé de cruzar de brazos y mi mirada pasó por sobre todos. -¿Que tal? ¿Es una buena o mala idea? Es algo riesgosa, eso sí, pero si se hace bien y Grey llama su atención levantándose y yendo a otra parte del domo, con suerte muerden el anzuelo y la seguirán, en lugar de pensar en el Hangar o el Starliner...-

Matasiete era predecible, se había picado por mi comentario - mira, niño... te tengo calado - para nada estaba molesta ni me sentía especialmente ofensiva por los comentarios anteriores sobre los condones - tú funcionas mejor cuando estás en tensión, cuando te encabronas... respondes; pero en frío, la cagas - en la aeronave, en frío, no había sido capaz de dirigir a la gente, sin embargo cuando se le puso todo en contra, en la carrera... despertó y ganó, incluso se jactó ante el ruso - necesitas gasolina, un estímulo, un raquetazo en el culo - esperaba que aún con todo no me lo tuviera en cuenta - vale lo retiro, no esperaba molestarte.

¿Grower... shower? Vamos que, la tenía retráctil. Me resultó simpático su comentario - tienes mucha poesía, suerte trovador.

- Martin tiene razón, si le caes mal a Quest y Townhall está pendiente de ti... sería bueno que te sumaras al resto en cuanto a lo de las distracciones - la ex-sargento seguramente atraería todas las miradas y sería un refuerzo de lujo para "la gran distracción" en cuanto que podía ocultar huecos no cubiertos o incluso podría generar un teatro mayor, enredando aún más el plan - se me ocurre que me eches en cara algo, Grey... una pelea, un cruce de palabras... nos interesa calentar el comedor, tú y yo, a ver qué se te ocurre, que haya tensión... podría ser el golpe de gracia - si se agitaba el comedor seguramente todas las miradas se centrarían en nosotras - tampoco tiene porqué haber sangre, así que, no me pinches el ojo con un tenedor eh.

Pero tendría que estar orquestado para que aquel conflicto se diera y no fuera interrumpido - Eylo tienes que permitir que el enfrentamiento entre Grey y yo continúe, se supone que no es muy violento, para que no haya sanciones - estaba pensando más en una discusión verbal que en otra a golpes - Si todo ha ido bien, Martin puede venir a tratar de separarnos, esa podía ser la señal de que Billy lo ha hecho bien.

El funesto humor reinante en la sala pareció ir diluyéndose con el paso de los minutos y el desarrollar de los acontecimientos.

La expedición a discreción de profilácticos por parte del médico pareció ser la puntilla para que todo el mundo olvidase el examen de legislación y pese a que aquel tenía muchas probabilidades de ser el único en el que él iba a poder brillar, realmente le alegró puesto que, en parte, se sentía responsable del fracaso que se pudiese haber dado entre sus "alumnos", pese a haber hecho todo lo posible por ellos. Einar fue a rechazar el regalo, pero dudó y acabó aceptándolo. No es que tuviese intención de estrenarlos a corto plazo, pero era alguien precavido y, a parte, siempre podría haber alguien que los necesitase.

Al ver la expresión de Yum para con su cerveza, no pudo evitar sonreír negando con la cabeza. Era sorprendente que alguien de su edad no estuviese habituada a la bebida fermentada pero lo que no le sorprendía en absoluto, llegados a ese punto, era que la muchacha aceptase el ofrecimiento a disgusto y sin rechistar lo más mínimo. Le daba la impresión de que si alguien le pedía  por favor que saltase a un pozo, la mecánico lo haría sin preguntar ni tan si quiera el porqué para no molestar a nadie.

Apenas tras dos sorbos que demostraron lo evidente, el piloto le arrebató el botellín de la mano, para hacérsela suya, dejando la que había cogido para él, aún sin abrir, sobre la mesa.

-Suficiente cerveza para la señorita Ziam por hoy, me temo. Paso a paso.-Dijo en tono amable, tratando de dedicarle una sonrisa y un guiño tan reconfortante como le fuese posible, puesto que saltaba a la vista que la muchacha se sentía avergonzada y responsable de su fracaso con el examen, y quería tratar de demostrarle que, al menos por su parte, no había nada que reprochar.

La propuesta de Duncan borró de golpe el gesto desenfadado del piloto, devolviéndole su ceño fruncido y serio, para luego levantarse levantando la mano, para llamar su atención.

-¡Duncan! Me gustaría formar parte de esas clases. En el turno que te sea mejor. Simplemente dímelo y adaptaré mi agenda- comentó entrando ya en el modo estudiante, tratando de empezar a pensar un nuevo planning para afrontar unos futuros exámenes que le iban a costar muchísimo más que aquel primero.

Ahora necesitaba un profesor de armamento. Escudriñando a los presentes, acabó por fijarse en Sue, la cual abandonaba la sala siguiendo a Evan, justo delante de Yum. Tenía entendido que la pelirroja era toda una experta en esos temas y por lo que a él respectaba, cuanto antes pudiese concertar prácticas de tiro asistido con ella, antes podría cerrar su horario.

Tras apurar la media cerveza que tenía en la mano, se despidió de quien se cruzase con él en su camino hacia el taller.

Einar y Keira

En su camino hacia el taller el piloto fue abordado por la simpática chica rubia, quien quería comentarle el examen, lo que resultó un alivio para Einar, puesto que parecía que no a todos les había ido tan rematadamente mal.

-No sabes cuanto me alegro de eso-reconoció con sinceridad.-Pero no te quites mérito. Si te ha ido bien es porque has puesto mucho de tu parte. ¡Te felicito!-dijo dedicándole un guiño y dándole una palmada sobre el hombro

La propuesta del charlar un poco dando un paseo alegró aún más al muchacho, quien a penas había tenido tiempo para socializar y empezaba a sentir cierto rechazo por gran parte de sus compañeros, por lo que la posibilidad de estrechar lazos le pareció fabulosa.

-¡Claro! Justo ahora iba de camino al taller para hablar con Sue, por si tiene a bien entrenarme, acompáñame si te parece-dijo con un gesto de cabeza indicándole que caminase con él.

-Es cierto que la instrucción es bastante exigente y a penas nos deja tiempo para conocernos los unos a los otros, pero es normal que la Space Force sea tan rigurosa en la formación. Cualquier otra cosa me habría decepcionado. Pero dime, ¿Que hay de ti? ¿Quién es Keira Lartrem?-preguntó entrecerrando los ojos mientras la señalaba con la barbilla, mientras seguian caminando.

Mes 2. Día 1. Taller. 11.30 a.m

Lo sucedido en la sala de esparcimiento había dejado un poco hundido a Evan.

Aunque a priori cualquiera podría pensar que se sentiría mal por las burlas de Carl Brimston, cuando le escuchó decir en voz alta que solo lo había hecho una sola vez en su vida, la realidad era que Smart no se había sentido mal por el comentario del recluta, si no que estaba contrariado y molesto consigo mismo por haber revelado un secreto como aquel frente al resto. Temía que nuevamente se pudiese abrir la veda contra él como en tiempos pasados, tomándolo como objetivo de bullying al considerarle una anomalía de la sociedad, y en su interior solo encontró como vía de escape huir de la sala común hacia el taller sin mirar atrás, donde poder refugiarse en sus herramientas y pensamientos, en soledad, ajustando algunos mecanismos de las aeronaves. No obstante, si hubo algunos detalles que a Evan no se le pasarían desapercibidos y que probablemente hiciesen más llevadera la situación... A diferencia de otras veces en su vida anterior en la que todo debió pasar por el joven, en esta ocasión dos personas acudirían prestas a preocuparse por su estado anímico, Yum y Sue. Tampoco se le pasó por alto observar que a diferencia de otros, en esta ocasión Anne no había hecho burla alguna del ingeniero, lo cual lo dejó pensativo... ¿Había mejorado entre ellos la relación?

- No te preocupes, Yum. Estoy bien... - mintió Evan, quién en realidad se le veía un tanto deprimido - Supongo que tarde o temprano algo así iba a salir a la luz, pero estoy decepcionado conmigo mismo por no haber sabido mantener la boca cerrada durante más tiempo... Creí que con esfuerzo y dedicación, podría demostrarle al resto que soy un chico capaz, trabajador y confiable, que merezco estar en el domo... - y hubo un amago de querer desahogarse y llorar, pero se contuvo - pero parece que solo he logrado ser el foco de Kurik y Anne, y que mis esfuerzos por mostrarme como un tipo más duro de lo que en verdad soy, solo han sido para mal... - expresó con total sinceridad, sintiendo que haber ganado a Kurik en carrera o haber "vencido" a Anne en el ring de poco o nada habían servido. 

Las palabras de Sue le dejaron descolocado, no pudiendo creer que fuese en serio. ¿De veras había anunciado al resto de los reclutas que iban a hacerlo? Smart le dedicó una sonrisa, creyendo entender las razones por las que Sue había hecho aquello.

- Sue, te agradezco el gesto, de verdad, pero no es necesario que mintamos y hagamos creer al resto que lo vamos a hacer, cuando es comprensible y ya doy por hecho que eso no va a suceder, ni en mis mejores sueños... - comentó convencido de que era una estrategia de la amable pelirroja para hacer creer al resto de que Evan lo había hecho, aunque no fuese cierto. La baja autoestima de Evan empezaba a reflejarse en su totalidad, pudiendo ser visto sin filtro alguno que Smart había tenido una vida francamente desdichada y dura, con abusos y vejaciones por ser como era, un friki - ¿Daisy? Ella fue mi ex novia... En verdad se equivocó conmigo y creyó que era quién no soy en realidad... Verás, antes de empezar la universidad, ofrecí una ponencia durante las vacaciones de verano para jóvenes emprendedores, explicando mis proyectos e investigaciones en ingeniería mecánica, respondiendo preguntas sobre como se me habían ocurrido semejantes ideas... Ella fue una de las personas que acudió a esa ponencia y pensó que debía ser un chico rico, inteligente y con gran status social, del que todos en la universidad tendrían en buena imagen y ella podría lucirse. La verdad es que supo como camelarme y seducirme, lo cual no fue muy difícil en un friki como yo... y solo una vez lo hicimos en un sofá de un reservado, aunque no negaré que iba bastante bebida. - confesó encogiéndose de hombros, y no queriendo revelar que Daisy se durmió en pleno acto a los cinco minutos - Lo cierto es que a raíz de aquello empezamos a salir, y yo tenía la especial convicción de que todo estaba perfecto entre nosotros dos. Siempre he sido reservado y tímido, y que me diese algún beso o abrazo francamente me reconfortaba... Le di dinero cuando me lo pedía, la invitaba las veces que salimos juntos, le hice regalos costosos... pero a la postre me enteré que a las dos semanas de salir ya estaba saliendo con otro tipo, el capitán del equipo de béisbol, Kurt McEnroe, y que los dos estuvieron conformes en manipularme y engañarme para sonsacarme dinero todo el tiempo que ella y yo fuimos novios... Me extrañó pasado un año que nunca más lo hubiésemos vuelto a hacer siendo novios, pero claro, ¿no tenía a Kurt para satisfacerla sexualmente?

La historia era francamente triste, de las más humillantes que quizá nadie hubiese oído jamás. Si Evan lo había hecho por primera vez a los 18 y ahora estaba en sus 37, significaba que llevaba 19 años sin hacerlo. ¿Por qué no contratar alguna prostituta? Evan nunca se vio capaz de pagar por sexo, y sus aptitudes sociales para empatizar y conseguir otra novia siempre habían brillado por su ausencia. 

- Bueno, no pretendo deprimiros... Estaré bien, de verdad. Solo necesito distraerme con algo y dejar de pensar en lo triste que es mi vida, jaja. - bromeó el ingeniero, tratando de quitarle hierro al asunto. Trabajar y enfocarse en otras cosas era su forma de salir de la espiral negativa... lo otro lo abocaría al suicidio, o a volverse un psicópata.

Kalina se rió con suavidad al escuchar el comentario de René respecto a la próxima pelea mientras negaba con la cabeza. Dudaba mucho que ella fuera capaz de derrotarlo pero una pelea entre los dos seguramente serviría para medir sus fuerzas. Y hasta el momento la croata solo había peleado con Sarah.

Enarcó una ceja cuando William se acercó ofreciendo cervezas a sus dos compañeros, quedándose ella con los brazos cruzados pensando en qué podía haber hecho o dicho al joven para que no la hubiera incluido en el reparto. Aún así, poco tardó en prestar atención a otras cosas ya que de todas formas hubiera rehusado coger la botella.

Pero la sorpresa del día la estaba dando no solo el doctor con aquel descarado reparto de preservativos sino el desparpajo que mostraba Sue. La croata ya estaba acostumbrada a la franqueza de la que hacía gala la joven, así que simplemente disimuló una sonrisa mientras se guardaba uno de los paquetes que Duncan le había dado en el bolsillo del pantalón.

Una vez más Kalina fue testigo de la timidez de Carracci, al comprobar su sonrojo mientras se escabullía de la sala con una extraña respuesta a su pregunta como despedida.

—Por supuesto… En la comida —contestó simplemente frunciendo el ceño al ver cómo se alejaba. Aquella contestación no había convencido a la joven que estaba dispuesta a sonsacarle la verdad aunque fuera a golpes.

Se despidió de Sarah dispuesta a ir al aula de comunicaciones. Era demasiado tiempo el que había pasado sin dar señales de vida a su familia, aunque sabía que ellos no estarían demasiado preocupados a pesar de los antecedentes. Demasiado centrados en el trabajo, quizás para olvidar lo sucedido o simplemente porque siempre habían sido así.

Pero apenas dio dos pasos cuando se detuvo, primero para hablar con Duncan, al cual agradeció el que la incluyera en uno de los grupos a pesar del madrugón que suponía y otra por la persona más inesperada y con la cual apenas había cruzado cuatro palabras en todo este tiempo.

Una inesperada y espontanea sonrisa apareció en los labios de Kalina al escuchar a Daya. No era porque lo que dijera la piloto resultara gracioso, simplemente se imaginó de qué podría tratarse.

—Si te refieres a vuestro pequeño descubrimiento… —dijo, guiñándole un ojo a la joven con complicidad—. Evan me ha contado lo que encontrasteis en una de las naves y he quedado con él para verlo. Puedes unirte a nosotros si quieres…

Tras escuchar la contestación de Daya, Kalina fue abordada en esa ocasión por Harold, al cual le tocaba el turno en el aula de telcomunicaciones.

—Gracias Harold, eres un encanto —dijo, sorprendiendo a cualquiera que la escuchara pues todos parecían tener una imagen de la croata de alguien distante y bastante borde.

Escuchó las explicaciones que el joven le daba hasta perderse de la vista del resto.

—Tranquilo, no es la primera vez que utilizo uno de estos así que no te preocupes, no voy a tirarme a abrazar a nadie —dijo mientras una triste sonrisa aparecía en su boca al pensar que tampoco sus padres, a pesar de saber que la querían mucho, eran muy dados a esas muestras de afecto.

Pero no eran los únicos que habían llegado al aula ya que Eylo, el recién nombrado líder del domo 12, se había acercado hasta allí también.

—Enhorabuena Eylo por tu nombramiento —dijo, alegrándose de que hubiera sido él precisamente quien hubiera salido ganador en la votación. Ella había apostado por él ya que, de todo el grupo, le parecía el más sensato y el que había intentado cohesionar a todos.

Una vez todo preparado y comprobando que ambos jóvenes le habían dejado la intimidad necesaria para su conversación, Kalina esperó con paciencia que se estableciera la comunicación. Pero nada sucedió.

Según le había explicado Harold contactar con la Tierra no resultaba difícil así que la croata no entendía qué podía estar pasando. Volvió a intentarlo y de nuevo el silencio. Kalina empezaba a preocuparse hasta que un sonido comenzó a escucharse. Un sonido que parecía mostrar interferencias en la comunicación.

Pero la imagen que apareció en el holograma no era de sus padres. Aquella imagen la dejó paralizada y lo único que pudo hacer fue llevarse una mano a la boca para ahogar el grito que a punto estuvo de escapar de su garganta mientras miraba con los ojos cargados de asombro y dolor la imagen que aparecía.

—¡Yevhen! —exclamó confundida, emocionada, aterrada, sin importarle que Eylo, del cual no sabía si seguía por allí o ya se había ido, la escuchara—. ¡Yevhen!  —volvió a gritar—. ¿Eres tú? ¿Dónde estás?

Kalina miraba con angustia el miedo reflejado en los ojos de su hermano. No entendía qué estaba pasando, no comprendía cómo era posible que su imagen se hubiera colado en las comunicaciones. Pero era él, tenía que ser él. A pesar de que quizás todo estuviera en su cabeza, que fuera tal las ansias que tenía por encontrarlo, Kalina sabía que aquella imagen, que aquella llamada era de su hermano.

Ella tenía razón; siempre la había tenido. Su hermano estaba con vida; seguía vivo y perdido en algún lugar y ella iba a dar con él fuera como fuera.

—Yevhen —repitió una vez más, pero en esa ocasión sin gritar mientras sentía la humedad de las lágrimas rodar por sus mejillas— Gdje si? Molim te Yevhen ... Pomozi mi da te pronađem... —susurró en su idioma con desesperación, alargando su brazo hacia aquella imagen como si quisiera rozar el rostro de su hermano antes de que desapareciera.

Cuando vi las bebidas espiritosas allí, se me borró que veníamos de un examen - mira por donde hacía tiempo que no bebía una de estas - agarré una de ellas y brindé con las chicas y los demás del domo - cuando se brinda, hay que mirar a los ojos, es la tradición sino da mala suerte - comprobé que no todos tenían un buen paladar para las cervezas, vamos que, quizás porque venían del culo de la galaxia no sabían apreciar aquella bebida.

- Zack deberías de inventar una bebida mezcla de birra y whisky o con un ingrediente secreto, eso te podría convertir en alguien famoso y rico - me gustaba animar a la gente a ser creativa y Zack era un especialista de los sabores, seguramente con un buen aliciente era capaz de elevar su talento.

Vi que algunos se arremolinaban alrededor de Duke, quizás por apuntarse a las clases de primeros auxilios. Había que verlos para creerlo, al final habían sido los exámenes la forma de unir a la gente conforme a un objetivo común: aprobar. Todos los demás intentos para generalizar una convivencia satisfactoria habían caído en el olvido.

Busqué a Eylo para que como "jefe del domo 12" dijera algunas palabras a la gente, para motivarla y se lanzase con un brindis, pero por más que lo busqué no lo hallé, así que, me animé a sustituirlo - vamos a brindar, todos, venga... por el domo 12 - todos los que estábamos allí, quien no, pues nada.

Me acerqué al médico, tampoco quería ser la única que se quedara sin apuntarse a las clases - apúntame a última hora - pasaba de madrugar, aparte que necesitaba descansar de tantos días perdiendo el tiempo estudiando legislación. Lo último que pretendía era sustituir un estudio por otro, tenía que modificar horarios para quitarme de encima esa sensación odiosa llamada "rutina"

Hablé con Keira para darle ánimos con respecto al piloto, es más le infundí con energías positivas (motivación) al fijarme que Einar había recogido una de las cajitas de condones - ¿Has visto lo mismo que yo? Ya lo tienes en el bote, está a punto... Suerte - dejé a la rubia super centrada en su conquista y fui a ver qué tal estaban Buck y Vera.

Mes 2. Día 1. Aula de esparcimiento. 11.30 a.m.

Grey entrecerró los ojos cuando la mirada de Eylo fue tan clara. Los ojos verdes del eridiano venían a expresarle que, en caso de problemas, no iba a dejarle tirada. No, aquello no era lo que buscaba, Dunne tendía siempre a la autodestrucción por tender la mano a otros, y buscaría la forma de evitar cualquier tipo de consecuencias sobre sus compañeros, fuera cual fuese el precio. Aunque estaba comenzando a conocer muy bien a Yilmaz. ¿O acaso no se conocían ya de otra vida? Estaba convencida que podía llegar a adelantársele en actuaciones y eso no era lo habitual, lo que le descolocaba completamente. Todo él era un misterio para la fémina.

Dunne intentaba abortar misión, pero esta vez fue el eridiano quien la llamó a la calma, cogiéndole la muñeca, un gesto que a la muchacha no pareció molestarle, atendiendo sus palabras con atención, su opinión era importante para ella, a pesar de que evitaría reconocer ese hecho delante de nadie. No estaba preparada aún a aceptar la pérdida de rango, pero era consciente que los comentarios de Yilmaz solían ser muy equilibrados, planteando que probablemente si seguía su formación como soldado, no le costaría demasiado ascender.

- No me preocupa el rechazo ni lo mal que podáis pensar de mí, sino el hecho de que una vez que estéis involucrados ya no habrá retorno - Dijo la mujer con seriedad - Y si pasa algo os habré arrastrado fuera del ejército, porque esas son las consecuencias - Les miró - ¿Lo sabéis? ¿Lo asumís?... Jugaros TODO por unos compañeros a los que apenas conocéis. ¿Os merece la pena? - La joven cuestionaba, pero ella no había negado seguir adelante, aunque fuera sola.

A Grey no le había pasado desapercibida la mirada de Daya cuando Eylo le cogió de la mano para retenerla, la piloto estaba atenta a las reacciones que surgían entre ambos y por un instante Dunne miró con cierta intriga hacia Banerjee, como si quisiera leer a través de sus ojos el porqué se fijaba tanto en ellos, aunque tras un suspiro pudo intuir algunas cuestiones y es que al final las reacciones humanas solían ser siempre similares.

Eylo expresaba su sentir, por su parte estaba claro que iba a seguir recibiendo ayuda y eso no parecía calmar más a Dunne, la preocupación ahora se amplificaba entre los presentes y se hacía más notoria en ella misma. La mujer miró los ojos de Yimaz y asintió lentamente, había confiado en él, ahora solo podía luchar porque no cayera, hacer las cosas bien para conseguir el objetivo.

- William no irá al comedor y eso facilita todo - Miró al líder del domo y asintió ante su razonamiento, estaba claro que debían darle tiempo, el proceso de encontrar el examen de Mott y usarlo de plantilla para corregir las notas de todos le podía llevar casi más de tres horas si tardaba algo más de 5 minutos por examen. Era una auténtica locura entretener durante tanto tiempo a tres mandos distintos, los cuáles no conocían siquiera en gustos - A Joe le gusta apostar, podría ser una buena forma de quitarle de en medio... - Sugirió mirando a todos en conjunto.

Daya apoyaba el plan, estaba segura de que podía salir bien y que podían conseguir más tiempo para William - Billy vendrá a buscarme cuando haya terminado el trabajo y yo os lo haré saber de alguna manera, probablemente me acerque a hablar con los mandos. Cuando esto suceda, todo estará arreglado -  Indicó mientras seguía escuchando a la bonita Banerjee - Daya, lo del Starliner fue suerte - La miró a los ojos, manteniendo su mirada durante unos instantes - Con  que uno de vosotros hubiese emitido una queja en Comandancia, ahora mismo tendría un consejo de guerra abierto y un futuro no muy prometedor. Me la jugué a lo grande y me salió bien... Esto es distinto, tras lo del Starliner sí confío en ti, plenamente, y sé que eres alguien a quien la gente le preocupa. Me gusta que así sea, pero aún así no te culparía de que no quisieras participar. Aunque me alegro de que lo hagas... - Le dedicó una sonrisa amplia, sincera y con cierta afectividad. No se lo diría abiertamente pero, ya le debía dos.

Eylo propuso que Jim interceptara a Quest para charlas con ella, mientras que Daya podría entretener a Townhall y, si contaba con Einar, Yum y Evan, probablemente las conversaciones fluyesen de manera más natural. Yilmaz por su parte se encargaría del discurso, podía hacerlo largo para seguir rascando los minutos que necesitaban. Martín por su parte sería el elemento comodín, estaba demostrado que tenía buenas salidas comunicativas y si alguno de los presentes precisara ayuda, Ruiz estaría atento para darle su apoyo y retener al mando adecuado.

La charla final de ánimo que les regaló Yilmaz provocó que Dunne le mirase con intensidad. No estaba confundida respecto a su persona, ya actuaba como líder, y le gustaba lo que decía, también cómo se comportaba y la facilidad para mover a la gente sin imponerse. La suma de todos era la fuerza del conjunto y sí, los ojos verdes de la fémina ya habían mostrado a Eylo que ella le seguiría. Las personas como él le gustaban, acababa de conseguir una fuerte aliada a su lado. El eridiano solo debía organizar qué hacer y Grey haría lo que mejor hacía, moverse entre las sombras siguiendo sus indicaciones.

A Martín le gustaba actuar de comodín y Dunne no dudaba que ese rol al joven le iba como anillo al dedo - Eres espontáneo y simpático, encajarías bien en cualquiera de las conversaciones - Era un halago de la mujer, aunque no lo decía para aumentar el ego de Ruiz, claramente lo pensaba sobre él. Grey no parecía ser la típica que bailase el agua de las personas sin necesidad, tan solo emitía un juicio de valoración que bien podía ahorrarse.

El igniano tomó la palabra, demostrando que tenía salidas para todo y temas de conversación para entretener a cuantos tuvieran delante. Grey sonrió, pues Ruiz remarcaba sus palabras.

- Si logras seducir a Quest te doy un premio - Afirmó la recluta riendo con diversión - Es la reina del hielo, vas a necesitar más fuego que el del Sol de tu propio planeta para poder fundirla. Pero, suerte... Creo que voy a pedirle a Narel palomitas de maíz, esto va a ser divertido... - Afirmó Dunne guiñando el ojo a su compañero

Ruiz se disculpó con ella y cogió la mano de la muchacha con suavidad - Descuida, no te lo tomo en cuenta, y sé que Kurik ahora mismo es la persona más odiada del Domo, hay motivos, no lo dudo... Pero no es una guerra de Domo 12 contra compañeros, lo es de los humanos contra los alienígenas, y la gente como él debe estar. Aunque eso sí, controlado - La joven sonrió ante el gesto cariñoso del igniano, y sobre todo, por sus palabras, en las que se entregaba sin dilación - Martín, de verdad... -  Le estaba dejando sin palabras, el joven le había abierto su corazón en un momento, calificándole de amiga y ofreciéndole su apoyo -... Gracias... Muchas gracias... - Sus palabras eran suaves, medidas y sentidas, casi temiendo que quebraran su autocontrol. La fémina se acercó a él y le abrazó, un gesto natural que hasta el momento, nadie había observado en la exsargento, mostrando un rasgo más de su carácter, tendía a ser emotiva y cercana.

Cuando se separó de Ruiz el muchacho siguió la coña, ahora sí que le debía una, y bien gorda - Sí que te la debo, ahora sí... Ya llegará el día en que pueda devolverte el favor... Y por cierto, espero que los condones no sean para usarlos con Dally Quest... ¿O es que tienes planes, recluta? 

Jim Foster estudió de cerca solo uno de los problemas de Grey, ya que cuando la conociera bien, comprobaría que la mujer estaba cargada de múltiples defectos.

- ¿Me expreso como el culo? - Sonrió abiertamente, era posible que aceptase la crítica de manera deportiva - Vale no te lo niego, cuando miento mido mis palabras, cuando no lo hago doy excesivas explicaciones - Dijo remarcando algo más de sí misma, un secreto que si quería ocultar bien fácil lo tenía - Normalmente suele suceder al revés, la gente que miente disfruta dando explicaciones inverosímiles y por ahí se les pilla... Es algo que me enseñaron en inteligencia militar, psicología inversa se llama. Pero asumo lo que dices Foster... Sé que me queréis ayudar pero os reconozco que me da miedo que lo hagáis, no deseo haceros caer, no es pesimismo, ya he hecho bastante daño a otras personas por mis ideas, hay bucles que no me gusta repetir.

Jim no le escuchaba, ella estaba encantadísima con el plan sin temor alguno a las consecuencias, tan solo veía el beneficio, el aprobado general de todos sus compañeros y el suyo propio. Fue así como explicó el porqué la charla con Quest le venía genial, comenzando a llamar a sus compañeros por distintos apodos, haciendo que Grey enarcase una ceja.

- ¿Matasietes? ¿Tran-Yilmaz-in? ¿La seria? ¿Seisdedos?... Sin duda tú serás "Deslenguada" - También había ganado su apodo para pertenecer al grupo de los indestructibles - Grandes gestas... Madre mía... Solo intentad que no nos echen a todos... - No obstante, no puedo evitar sonreír. Foster le daba mucha vida al grupo, a Grey se le hacía insoportable en ocasiones, como el momento del ascensor, la exsargento no llevaba bien algunas cuestiones de riesgo, pero debía reconocerle que se entusiasmaba con facilidad, era colaborativa e incluso solidaria con el resto de los reclutas y que, con ella en el Domo, el aburrimiento no era una opción

Jim comenzó a meterse con Ruiz con respecto al tema de la altura, algo que hizo reaccionar al muchacho, provocando unas frases sarcásticas que estaban divirtiendo a Grey, la cual adoraba el estilo de Ruiz, sabía tener respuestas ingeniosas para todo, aunque la exsargento no iba a quedarse callada, deseando en cierta medida meterse en medio de esa conversación - Bajo las sábanas el tamaño no importa, solo la lengua...- Sonrisa picaresca - Y sobre con quién podría estar Ruiz, estoy segura que más de una querría desear tener a alguien así al lado. En el PEC 12 tengo en mente a varias soldados que muy probablemente querrían conocerle - Guiñó un ojo a Martín - Si te las presento me deberás un gran favor... Lo sabes, ¿verdad?

Las nuevas ideas de Martín tuvieron un asentimiento de cabeza por parte de Grey, ella sería el señuelo del grupo, atraparía las miradas de los mandos durante el almuerzo, así todos los demás pasarían desapercibidos en sus actuaciones. Era una muy buena idea y Jim la secundaba.

- No te preocupes Jim, la improvisación se me da muy bien... Y ya tengo una idea en mente, pero no te diré de qué va, o no parecerás sorprendida - Le guiñó el ojo a la conductora, aquello iba a ser muy divertido.

Grey puso su mano para unirse al friki equipo que se estaba formando, depositándola finalmente sobre sus compañeros, animada finalmente de la seguridad que todos parecían mostrar tener, a pesar de sus propias dudas al respecto.

- No te preocupes Eylo, pondré a William a beber algunos vasos con agua, pero será mejor que no parodie mucho una borrachera, si no más de uno esperará ver luego como se encuentra, entre ellos precisamente Duncan... - Indicó la mujer con miedo a involucrar al doctor, queriendo respetar los deseos de Banerjee de dejarle aparte - Si preguntan por él, ya le digo yo a quien sea lo que ha sucedido. Aunque simplificaría las cosas que nadie se percatase... Yo creo que esto puede salir bien...

Cuando todos se dirigían hacia el resto de los reclutas, Dunne se aproximó de nuevo hacia donde estaba Eylo y tras ponerse a su lado le dijo un sencillo - Nos vemos luego - Acariciando el dorso de su mano a modo de despedida. Se dirigió hacia donde William estaba.