Partida Rol por web

Mes 3. Día 14. Hora 09.00 a.m. Protect. Domo 19

Había pasado siete días desde la llegada de Min al Domo 19. Las jornadas discurrían intensas, pues en aquella base de reclutamiento el entrenamiento era diario y dirigido por el sargento, el cual sin piedad, les hacía correr dos horas diarias, en ocasiones incluso con el equipo de combate a cuesta. A esto había que sumarle la formación en cartografía y estrategia militar, las charlas sobre supervivencia y el cuidado de las armas.

Para Thompson nada de lo explicado era nuevo, puesto que él se había formado en varias academias militares para adolescentes. Seok destacaba en todo lo que tendía a ser de inteligencia y Althais, mostraba mediocridad en casi todo lo que hacía, a excepción de las relaciones sociales, eso se le daba espectacularmente bien, hablando con unos y otros casi de manera habitual, posiblemente, tanteando a las personas que le rodeaban. Podía ser una gran embaucadora.

William no podía discernir si su compañera de infiltración era sumamente torpe, o al contrario, hacía genial su labor. El sargento la había tomado con ella por su ineptitud, apenas hacía de forma correcta ejercicio alguno. Se cansaba la primera, se equivocaba en cuestiones básicas de topografía, pedía perdón casi a todas horas, y lo único que hacía de manera adecuada era el mantenimiento de su arma, acabando la actividad en tiempo récord.

Suky se mantenía muy seria delante de los demás cadetes, pero se estaba acostumbrando a sonreír cuando Thompson se encontraba cerca, haciendo alguna que otra caída de pestaña. Era tan diferente su actitud con unos y otros que hasta Seok se había dado cuenta de aquel detalle.

- La tienes en el bote... - Le dijo el oriental de manera confidente cuando Min, un poco más atrevida de lo normal, se quedó mirando el trasero de William en los aseos. Aunque él, que estaba de espaldas, no pudo ver el rostro de la muchacha, pero desde luego, hacía un buen trabajo - Por cierto, Billy... ¿Tienes novia?... - Seok comentó divertido - Porque Min me preguntó que si la tenías, y ya me da hasta curiosidad... ¿La tienes?... O casi mejor... ¿Te gusta?...

Seok parecía disfrutar de aquello, como si la situación fuera tremendamente divertida y sin comprender que Min le estaba usando, le hacía confidencias como si fuera un buen amigo suyo y así mantener en vilo la posibilidad de acercamiento.

- ¡EQUIPO COMPLETO Y ARMAMENTO! ¡NOS VAMOS DE SUPERVIVENCIA! - La voz del sargento resonó en el Domo, debían prepararse para otra salida al exterior - ¡QUIERO GRUPOS DE SEIS! - Y así debían organizarse

Mes 3. Día 4. Hora 13.45 p.m. Alaska. Laboratorio de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

Las informaciones que Dunne Grey le había confiado a Andersen eran muy reveladoras, así como preocupantes. Si realmente Teller y Kepborn estaban con los asterianos, el problema ascendía a una escala ante la cual, ellos no podían acceder. Y lo peor, allí se encontraban con el fin de destruir la base de investigación de la Comandancia. Años de estudios que se perderían al compás de una explosión.

El rubio piloto se fijó en la hora. Debía llegar al hangar a las 14.15 horas*, pues en ese instante la sargento debería interceptarle y buscar una manera conjunta de abandonar el lugar.

Y allí estaba Einar, en un laboratorio donde había una de esas maravillosas bombas, la cual, inteligentemente, no había tocado, todo fuera a ser que desplegase los fuegos artificiales antes de tiempo.

En ese instante la mujer que había conocido en la base, Tessa Bintel, hizo su aparición en el laboratorio, entrando en el lugar con la gracilidad que le caracterizaba, sin intuir de que el piloto la miraba con cierto halo de sospecha. La actitud de la fémina podía provocar cierto recelo, pues ella se movía por el lugar con total libertad, pero no parecía tener una actitud hostil y de alguna manera, le había buscado, llegando a encontrarle.

- ¿Un rastreador? Claro, todos lo llevamos en nuestras tarjetas identificativas y en las llaves de las habitaciones asignadas - Dijo la mujer respondiendo la primera de sus preguntas -  En la BICOM está prohibido usar la megafonía para llamar a unos y otros, y a veces los comunicadores se desconectan por fallos de cobertura. Si alguien necesita localizar a un compañero lo tiene sencillo yendo a la sala de telecomunicaciones, o preguntando a las asistentas. Yo soy una de ellas... - Le indicó, algo que ella pensaba, había quedado claro desde el principio, pues fue como le presentaron - Ha sido difícil llegar hasta a ti porque estabas en los conductos de ventilación - No era un secreto por lo visto, lo sorprendente es que no hubieran soldados deteniéndole.

La mujer inclinó la cabeza levemente cuando le hombre reconoció que estaba improvisando, fijándose en la seriedad de su rostro, a pesar de que intentaba sonreír, resultándole ese gesto un tanto confuso - ¿Improvisar? Pero eso no es bueno, tendrás que crear un plan para salir de aquí, o al menos intentarlo... - Se vio interrumpida por el hombre, el cual le indicó lo obvio, que no era una investigadora del BICOM - No, no lo soy, soy solo una asistenta - Se sorprendió por la siguiente aseveración - ¿Por qué iba a dar la alarma sobre usted? Me han dado órdenes de ponerle a salvo - Comentó la mujer pestañeando sin comprender hasta que el hombre tuvo a bien hacer algo muy lícito, pedir permiso para preguntar y así poder salir de aquel océano de dudas donde se encontraba.

- Señor Andersen, soy la asistenta de la BICOM, y estoy bajo las órdenes de Judith Deuch - Viendo que el hombre parecía no encajar el nombre, le explicó quien era - Cuando usted y el doctor McCarthy llegaron, la directora de esta base salió a recibirles, y tras llevarles a cada uno al lugar donde comenzarían sus labores, me asignaron ayudarle a usted en temas tecnológicos. Pues bien, debido al ataque inminente, la directora me ha pedido que le localice y ponga a salvo. Para eso he venido... Espero no haberle preocupado o dado otra impresión - Dijo la mujer mirando hacia arriba - Los conductos de ventilación sigue siendo la ruta más segura. A mí no van a detenerme porque saben lo que soy y creen que no tengo órdenes asignadas. Lo recomendable sería subir por ahí arriba de nuevo, e ir hacia el hangar... ¿Puede subir sólo o necesita que le impulse?...- Le miró y creyó ver dudas en su mirada - ¿Quiere preguntar algo más?...

Mes 3. Día 4. Hora 13.45 p.m. Alaska. Laboratorio de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

El doctor Teller parecía muy interesado en la nueva historia que McCarthy le iba contando conforme hablaba, detallando que Grey ganaría si a él le pasaba algo. No parecía tener más aprecio a la mujer que lo evidente, el hecho de haber tenido tratos con ella en el pasado, seguramente para que consiguiera las sustancias que por otro lado, tenía difícil acceso - No fue complicado que alguien con su perfil psicológico se enganchase a las drogas - Dijo el hombre con cierta diversión, como si él fuera el culpable de ese hecho - Lo raro es que aún no se haya suicidado. Estuvo a punto un par de veces. Pero supongo que ha ayudado más así que quitándose de en medio. Al menos a mí.

Por otro lado, el ataque que Duncan decidió hacer fue atacar la vanidad del hombre y esto, de alguna manera provocó que el médico se cerrase en banda para dar nuevas informaciones - Es como regalarle perlas a los cerdos. No sólo no estáis cualificados para saber más del universo, sino que os reís de vuestra propia ignorancia - Mirada de desprecio - Y eso que dentro de tu especie se supone que tú eres de los inteligentes...

La indignación le duró un buen rato, pero hubo algo que rompió esa tónica, y fueron las palabras que dijo Duncan lo que provocó una risa profunda en Teller, hasta el punto que los ojos le llegaron a lagrimear - ¡Tessa Bintel!.... JAJAAJAJAJAJAJAJAA... - Hasta en un club de la comedia el público se reía menos - ¡Claro que no es humana! De verdad, ¿no podía haberlo intuido antes? A veces me planteo llevarme alguno de ustedes a Áster, si no me valen para mis experimentos al menos podrán servir como divertimento - Miró a Heather y a Duncan, como si estuviera calibrando cuál sería su mejor opción.

Las conclusiones a las que llegaba McCarthy eran finalmente la verdad. Él no era mal médico, tan solo que no tenía medios para determinar que existían proteínas extrañas en las muestras recogidas, cuerpos que no podían detectarse porque las pruebas eran específicas para cada una de esas sustancias y, más allá de eso, la ingeniería genética dificultaba la posibilidad de que esas proteínas surgiesen para ser detectadas. Jamás el ordenador de McCarthy fue hackeado, pero las muestras nunca fueron precisamente puras.

- No eres un inútil a nivel humano. A nivel asteriano serías la vergüenza hasta como estudiante de medicina... - Se regodeó, devolviéndole el golpe por el ataque sufrido a su orgullo, ya herido, y que como consecuencia tuvo aquellas palabras que intentaban en cualquier caso, dañarle.

La información sobre la copia de seguridad que Duncan tenía, supuestamente, en servidores ajenos a la BICOM, provocó que el asteriano asintiera levemente - Pues tendremos que irnos y acceder a esos datos desde otra ubicación, esto todo va a reventar en no mucho tiempo. No quiero estar dentro para cuando suceda... - Determinó el doctor. Posiblemente por estas palabras, la sargento Grey hizo una aparición estelar que no iba para nada con su carácter, pues ella incluso en sus peores momentos tendía a ser mucho más sutil. Quizás Duncan comprendiera algo, se había expuesto de manera suicida para darles una oportunidad de escape, apostando por no ser ella quien saliera de allí en esta ocasión.

Los tres médicos que estaban en el laboratorio comenzaron entonces una lucha nada esperada. Mosley y McCarthey fueron más rápidos. Duncan cogió la mano del doctor Teller para desviar la proyección del arma, iba a atacarle con la otra mano y golpearle, pero si hubiera hecho eso, habría posibilidades de que el médico, el cual forcejeaba, le hubiese podido meter un tiro a cualquiera de los presentes.

Mosley no se había quedado quieta, la recluta se dirigió hasta la mesa donde previamente Duncan había dejado el escalpelo, con el firme propósito de armarse. El siguiente en actuar era Teller, el médico le opuso resistencia a McCarthy, intentando liberar su mano de la pistola, y quizás lo hubiera logrado si no fuera por Dunne, pues la mujer, sin dudar un ápice ni temblarle el pulso, disparó contra el teniente, provocando que éste cayese al suelo, desangrándose.

- Subid hasta el conducto de ventilación. Debemos salir de aquí, están poniendo explosivos por todas partes - Indicó la sargento a los dos cadetes médicos - He quedado con Einar en el hangar, os acompañaré hasta allí, luego debéis acceder a una nave y salir de aquí... - Dijo de inmediato. ¿Acaso ella no iba a acompañarles? ¿Pensaba quedarse allí? Era una locura - Hay muchos rehenes en la zona del comedor. Pero vosotros debéis salir de este lugar cuanto antes... - Y así era Dunne Grey, una Soldado Espacial a quien sí le importaban las personas y, posiblemente, pereciese si permanecía en la base de la BICOM, pero aún faltaba tiempo para eso, inicialmente iría con Duncan y Mosley hasta el hangar, buscando su evacuación. - No hagáis ruido. Nadie puede saber que estamos aquí arriba...

Mes 3. Día 4. Hora 13.45 p.m. Alaska. Laboratorio de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

No sabía cuantas más mentiras se iba a tragar Teller. No es que fuera muy bueno mintiendo, más bien al contrario, pero parecía que todo lo que tuviera relación con reconocer la inferioridad humana le iba bien. Sonrió sintiendo como sus tripas se retorcían, había alimentado la adicción de Grey, no la estaba ayudando, la estaba hundiendo, aun así tenía que sonreír para que no se le notara demasiado

- Oh, eso es rastrero doctor, no creo que Grey necesite drogas para ser una bola de demolición.... - Aquello le encajaba, el índice de suicidios, el primer día, tenía que ver con ella. No la iba a dejar caer, si salía de aquella la iba a cuidar, la iba a limpiar, era una mujer increíble y no merecía aquello, no merecía un cabrón que la envenenara. Tal vez por el enfado no estuvo tan hábil tirándole de la lengua, pero es que su tono de superioridad le irritaba. Se encogió de hombros y le dijo - Tengo curiosidades médicas doctor, las lecciones de geografía espacial no me son interesantes, menos cuando voy a morir y no se crea, no soy tan inteligente, si lo hubiera sido no habría salido con Jim.

Pero la indignación se le pasó pronto, era una diversión para él, confirmándose lo que esperaba que la perfectísima Tessa fuera una de ellos. Duncan se rascó la cabeza antes de escribir - La verdad es que hasta que vi como sacaba la pistola no llegué a imaginar hasta que punto estaba extendida la infiltración. Creí que solo un pequeño grupo de rebeldes se habían infiltrado en un domo, pero ya veo que eso es solo la punta del iceberg, y ni siquiera llevar ¿Cuantos? ¿20 años? Al servicio de la space force es indicativo de que esa persona es humana - Las risas se le clavaban, tenía ganas de taparle la cara a puñetazos pero él tenía un arma. Había pensado en pequeño, como una persona sin dobleces, y así no había podido ver el tamaño del problema. La jefatura de la space force podía estar comprometida, todos, cualquiera podía ser uno de ellos. No solo eso, se había jugado la vida por un comunicador que no tenía nada, simplemente no había imaginado que esas terapias genéticas existieran, simplemente creía conocer como funcionaban las cosas en el universo, en su universo, y no sabía una mierda, no sabía una mierda. Miró a Teller y dijo - oushé

Era un fraude, una mierda, lo había retrasado un poco pero iban a vola el bicom y probablemente a ellos con él, a Heather. Tenía que actuar, pero antes de que hiciera nada Grey hizo su aparición estelar. Reaccionó y le cogió el brazo del arma a Teller, quería golpearle, pero no le pilló tan por sorpresa y se tuvo que concentrar en forcejear con el arma, manteniéndola lejos de su cuerpo y de la linea de tiro de los demás. Aquello le dio la oportunidad a Grey de matarlo, o al menos dejarlo herido de muerte. Duncan pateó el arma de la mano de Teller y se agachó junto a él, tapándole la boca y taponando su herida con su bata, se acercó al oído para susurrarle

- Es Usé un io e ua eo eno e á as asias (Es usted un hijo de puta pero tengo que darle las gracias) - Sonrió - Asias o a inoasión y o a áne, sea uy úi (Gracias por la información y por la sangre, será muy útil). La sangre se estaba empapando en la bata de Duncan y cuando estuvo satisfecho con la cantidad le dijo - Aoa uee oíse en as (Ahora puede morirse en paz)

Le giró el cuello tal y como le habían enseñado sin sentir piedad mientras decía

- ea auae (Heat ayúdame) - Señalándola para que fuera al estante de muestras. Abrió una mochila, metió el material clonado de los asterianos y la sangre de todo el domo 12. Afortunadamente era muy metódico y todo estaba en sus cajitas. No tardó más de un minuto para estar listo y lo hizo mientras escuchaba las órdenes, se llevó la mano al comunicador y suspiró al saber a Einar vivo, miró a Grey y le dijo

- No me iré de aquí sin ti, eres mi amiga, y te puedes meter por culo el grado y las órdenes, ya me someterás a consejo de guerra si quieres luego. No te dejaré, de ninguna manera, Heather puede llevar a cabo la investigación, cualquier médico puede. Es una mierda, pero.... no podemos fiarnos de los rehenes Dunne, pueden ser de ellos, no podemos fiarnos de nadie pero ya sé como podemos encontrarlos, con un analizador de sustancias, como se usa para determinar la contaminación en una sangre en caso de envenenamiento. No necesitamos saber que proteinas son, ni su cantidad, simplemente detectará cosas anómalas, cosas que no son conocidas, y la máquina lo dirá...Hasta ese momento no podemos fiarnos de nadie. Yo asumo el mando, esta es mi investigación...... no podemos llevar a nadie que no sea de fiar, tenemos que avisar al quince.... tenemos que obtener esa lista antes de que la borren....... Pero si aun así quieres ir a por los rehenes, no lo harás sola. Entendido?

Y aunque no pudiera hablar no quería decir que su "voz" no fuera firme, ni su mirada decidida. Reforzó ese mensaje con una sonrisa afectuosa y miró de reojo a Heather. Dio un salto, se agarró al borde de los conductos y subió a pulso con facilidad. De haberle visto Noor habría estado orgullosa de él. Al final si que había resultado ser un león, uno pequeño y asustado, pero león al fin y al cabo. Extendió la mano para ayudar a subir a Heather y Dunne y se deslizó por el conducto en silencio, llegarían al hangar y discutirían seguramente, pero no iba a dejar a Dunne sola, ni aunque le costara el pelotón de fusilamiento.

Mes 3. Día 4. Hora 13.45 p.m. Alaska. Laboratorio de la Base de Investigación de la Comandancia (BICOM)

El desconcierto inicial del muchacho empezó a transmutar en interes hacia Tessa a medida que parecía ir atando cabos en su cabeza.

Cierto era que se había presentado desde el principio como "asistente". Su actitud había sido siempre idéntica, sin variar un ápice y parecía denotar cierta falta de capacidad empática. Si a eso le sumaba su belleza desproporcionada, su capacidad fuera de lo común a pesar de su aparente juventud... todo apuntaba hacia un mismo lugar, si bien le parecía hasta cierto  punto increible.

-Señorita Bintel, ¿acaso eres una Interfaz de Inteligencia Artificial introducida en un cuerpo... orgánico?

En Gun-P había tratado con Inteligencias artificiales experimentales con procedimientos neuronales procedimentales a nivel cuántico. Uno podía conversar con ellas como si una persona se encontrase al otro lado e incluso había podido ver prototipos físicos de androides portadores de estos programas, pero jamás algo que se pudiese acercar a lo que tenía delante. ¿Sería esa la auténtica diferencia que había entre el nivel de las investigaciones a nivel civil y militar?

-¿Estoy en lo cierto...?-preguntó aún algo incrédulo, temeroso de estar preguntando una auténtica estupidez.

El tiempo apremiaba para gastarlo en interrogatorios. Si de veras estaba allí para ayudarle lo iba a agradecer y a aprovechar. Si en cambio, estaba allí para acabar con él o entregarlo a los asterianos, entonces cuanto antes pasara el trámite mejor.

-Bueno, como dices, nuestra mejor opción son los conductos, así que  iremos por allí. No diré que no a esa ayuda. Yo te ayudaré a subir una vez arriba.

Fuese realmente una inteligencia artificial o no, cualquier ayuda debía ser tomada cual oro en paño dadas las circunstancias. Tener a la Señorita Bintel cerca, dadas sus demostradas capacidades lógicas y técnicas podía suponer una ventaja realmente importante de cara a la supervivencia en aquela situación

-Porque entiendo que nuestra capacidad para contactar con el exterior es ahora inexistente, ¿cierto?

Escuchaba el razonamiento de Min con calma. Estaba claro que tenía razón... contaba con poder pasar por una pareja de acaramelados tortolitos, siempre y cuando no debieran pasar a mayores. A fin de cuentas, con lo mucho que echaba de menos a Milena, podría imaginar que los gestos que tuviera para con su compañera actual de aventuras los tuviera con Lena. Sólo así podría funcionar. Esperaba que ella lo entendiera, cuando se lo contara. Le suponía un mal trago, aunque aceptó finalmente con un firme gesto de asentimiento antes de la llegada de Seok y Althais. 

Pasaron los días mientras Min y William mantenían su papel. William mostrándose interesado en ella, con alguna mirada cruzada, aunque se mantenía cerca de Seok y Althais, así como alejado del resto. Sabía que no le tragaban y no le iba mal, por muy difícil que se le hiciera eso. Durante los entrenamientos físicos, ciertamente Thompson lo pasaba mal. Nunca había sido su fuerte, aunque por suerte, en las clases de cartografía, táctica, supervivencia y entrenamiento con armas se podía distraer más y dejarse llevar la cabeza, ignorando deliberadamente gran parte de las clases, aunque tratando de ser sutil ante la vigilancia de quien las impartía para evitar un nuevo castigo. 

Le resultaba muy preocupante las cualidades que mostraba Althais, manteniéndole alerta en todo momento, pues le preocupaba la habilidad que mostraba en sus relaciones sociales. Eso le incitaba a esconder aún más su verdad dentro de si mismo y acostumbrarse a vivir 24h al día con la mascara que había creado para si mismo en esta misión. Era consciente que no podía haber ninguna grieta en su mascara, por mucho que le encajara como un guante y que estuviera cargada de verdades, la soltura social de la mayor de las Townhall le mantenía alerta. En ocasiones le seguía el juego a Min, una mirada traviesa, un seguimiento con la vista de su trasero. Algo que bien pudiera ser interpretado como un interés claro, aunque pudiera ser interpretado como intento de hacerlo sutil. Aunque en un principio había pensado usar el recuerdo de Milena finalmente había desechado esa opción. Lo que sentía por Lena no era algo que surgiera en pocos días, además que debía mostrarse dominante en la "supuesta" relación, así que no valdría. 

En los aseos, ante el comentario de Seok, mostró una sonrisa pícara - ¿Tu crees? - Se encogió de hombros ante la pregunta - Algo he tenido, aunque terminó... casi parece una eternidad - dijo con una leve sonrisa traviesa - Bueno... - Dijo ante la última pregunta, tratando de mostrarse interesante - Podría decir que me resulta interesante - afirmó con una sonrisa cómplice y un guiño divertido. No tenía claro cuantas confidencias podría tener con Althais, sin embargo sospechaba que todas. Y estaría bien darle pie a que a él le gustara, pero no tanto como para temer usar el interés de ella en su beneficio. Una vez terminada la conversación, manteniendo en todo momento la fachada que con tanto esfuerzo había creado, buscó un buen sitio donde esconderse, a oscuras, alejado de todo, de las cámaras y de cualquiera... Odiaba el papel que tenía que interpretar, no le gustaba el tipo de gente que hacía lo que el representaba en este acto de la gran mascarada que estaban creando, pero era necesario y si de algo estaba convencido, es que no podía fallar... había demasiado en juego, aunque no podía evitar pensar que esta misión era para un recluta... que pasaría si acababa destinado a misiones de este tipo, cuantas veces tendría que inventar una vida tan lejana de la suya... Al menos, mantenía la esperanza de que funcionara... 

Mes 3. Día 18. Lanzadera

-Gracias, soldado Lomber. Permanecemos a la escucha.

Lyra era una delicia, era tal y cómo esperaba a ese dron. Además, era el último modelo de la serie y tenía cosas con las que ella no había contado inicialmente, como la funcionalidad de manejo por voz que le daría mucha independencia de movimientos.

Vio en pantalla como ambos drones se separaban de la lanzadera y se volvió a escuchar las indicaciones de Eylo antes de empezar la misión. Escuchar sus siguientes indicaciones la descolocaron en la parte que le correspondían. Tuvo que coger aire y soltarlo lentamente, digiriendo la noticia de que él no contaba con ella en la incursión al interior del PEC sino que prefería que se mantuviera en la lanzadera llevando desde allí a Lyra, aún cuando sabía que podría manejarla sin problemas desde el panel de mandos que ya tenía asegurado en su brazo. Tuvo que coger aire un par de veces más e intentar pensar en los pros y los contras de aquella decisión que le había pillado de improviso, ya que, aunque inicialmente pensó que su lugar era permanecer en la lanzadera, después creyó que estando tan pocos todas las manos serían de utilidad en el PEC y se había hecho a la idea de que iría con los demás. Pero había que reconocer que desde allí sería mucho más cómodo manejar a Lyra y, si tenía que mover la lanzadera por alguna razón urgente, sería algo inmediato de realizar. Así que, finalmente, guardó silencio, acatando la decisión del que seguía considerando su líder y que estaba organizando la misión, un tipo de misión de la que él sabía mucho más que el resto por experiencia propia, y al que asintió conforme también con la idea de que bajaran armados aún a pesar del riesgo que supondría una infiltración asteriana entre ellos.

Daya quería estar tranquila en ese último aspecto. Si tenían a un infiltrado entre ellos y quería matarles, durante los diecisiete días de travesía habían bajado la guardia lo suficiente como para que a aquellas alturas ya ninguno de ellos estuviera vivo, así que ya casi no pensaba en aquel tema, sus miedos iban por otro sitio-Piratas y asterianos en el PEC o buscando supervivientes como nosotros… recordadlo… pero sobre todo no os olvidéis a los skulls, si hay atmósfera en algún lugar dentro del PEC han podido sobrevivir igualmente-le aclaró a Eylo mientras miraba la pistola que acababa de dejarle sobre la consola-Estaré bien aquí, no te preocupes por mí-le agradeció al tiempo que devolvía la mirada a Frank que opinó lo mismo que ella. ¿Qué iba a sucederle allí sola si todos bajaban? El peligro estaba fuera de la lanzadera-Tu eres el que más sabe de lo que vais a hacer ahí abajo y el que más experiencia tiene en gravedad cero. Desde aquí controlaré las constantes de todos, si alguien se agobia más de lo normal te lo indicaré y lo mandas de vuelta a la lanzadera. No sé la experiencia que tienen ellos en este tema…-le comentó en voz baja, mirando a Donner y a Alvin, para que los dos aludidos no se percataran. Se encogió de hombros y lo miró largamente mientras el resto se dirigían a la exclusa de salida-Ten mucho cuidado-le deseó con su mejor sonrisa-Cuida de todos y tráelos de vuelta. Avísame con lo que necesites.

Lo dejó ir siguiendo al resto y se dirigió al lado de Fran, arrodillándose a su lado para ayudarle a cerrar la mochila con el equipo que llevaría.

-Pensé que bajaría con vosotros…-le comentó en voz baja, sin ocultar su desilusión-…pero aquí también puedo ser útil. Os daré apoyo con Lyra, os estaré vigilando en todo momento… Ten mucho cuidado ahí abajo, hazle caso a Eugene, nada de heroicidades, te quiero de vuelta entero. ¿De acuerdo?-le sonrió tiernamente, sumergiéndose en sus ojos azules-Si encontráis a alguien con vida que necesite ayuda, súbelo aquí rápido, sabes que puedes contar también conmigo para tapar alguna herida que otra…aunque creo que, de encontrar, encontraréis otro tipo de cosas. Nada de vida o muerte. Han pasado muchos días para eso. Quien tuviera una herida importante…ya no necesitará de tu ayuda-estaba siendo objetiva. Había pensado en eso y no esperaba grandes heridas, amputaciones o traumatismos, sino infecciones, fiebre, deshidratación, hambre. Incluso cosas peores provocadas por tantos días vagando en el espacio sin recibir noticias del exterior, cuadros mentales que necesitarían de psicólogos durante un buen tiempo-Pensándolo detenidamente, no creo realmente que sea necesario que bajes con ellos pero no soy quien para decirlo. Hay algo bueno de que me quede aquí, no interferiré con Eugene, así estarás más tranquilo… Cuídate y cuídalos-le pidió, mirando al resto que se encaminaban ya hacia la exclusa para salir al exterior-Venga o te quedarás el último-le instó a seguir al resto, terminando de colocarle correctamente la mochila a sus espaldas y volviéndose a situar delante de él, no lo iba a dejar ir sin más. Lo miró a los ojos un instante y desvió entonces su mirada a sus labios, acercando los suyos y besándolo con pasión ahora que estaban solos-Haz tu trabajo bien y rápido. Si vuelves sin un rasguño-le susurró al oído con una sonrisa pícara-…dormirás poco esta noche.

Una vez que todos hubieron desaparecido de su vista, cerró la puerta de la cabina y volvió a su asiento. Se tomó unos instantes para mentalizarse de que se quedaba allí sola y de que eso era la mejor opción para la misión. Hasta ahora había confiado en el buen criterio del eridiano, así que ahora no sería diferente, además, sabía que justo en eso había consistido su trabajo antes de la Space Force, así que si tenían que confiar en alguien ahora, era en Eylo. Decidió no darle más vueltas a aquel tema y centrarse en su trabajo. Desplegó un holograma de la exclusa y, a los pocos segundos, comenzó a verlos llegar, a terminar de prepararse poniéndose los cascos y los guantes, tomando aire para tranquilizarse, intranquila por ellos porque, al fin y al cabo, solo con salir al exterior ya estaban corriendo riesgos considerables. Observó con detenimiento a sus compañeros y para ella fue evidente que todos estaban tensos, incluido Eylo, intentando averiguar qué podía pasar por sus cabezas en aquel instante. Mientras que ellos terminaban, lanzó a Lyra al interior del disco a través de la brecha de su caso.

-Lyra accediendo al disco-le dio impulsó al dron para introducirlo en el espacio que había al otro lado. El potente foco de luz iluminó su interior, reconociéndolo la innumita de inmediato. Era la cafetería. Una idéntica a la que había sido su casa los días que tardó su disco en llegar a la comandancia en la Tierra-La brecha se abrió en la cafetería. Hay objetos en suspensión, cuidado con ellos…-disminuyó la velocidad del dron hasta detenerlo más o menos en mitad de la sala y entonces lo hizo girar para hacer un lento barrido de trescientos sesenta grados alrededor. Se mordió la lengua para no proferir ninguna exclamación al ver cuerpos allí dentro, flotando congelados-…incluidos cuerpos, no va a ser agradable. Las cinco puertas que dan a esta zona permanecen cerradas, no detecto brecha en ninguna… Activando sensores de Lyra. Desplegando escalera de comunicación de la lanzadera. Tres, dos, uno…lista. Cuando queráis-los miró a todos en su holoproyección, listos para abrir la exclusa y salir al espacio en gravedad cero-Mucha suerte a todos.

En el holopanel de Lyra comenzaron a visualizarse las diferentes lecturas que iba haciendo. Temperatura, movimiento, posibles ruidos, indicadores de energía, y la dejó escaneando sabiendo que avisaría de cualquier cosa que se saliera de la normalidad. En otra pantalla desplegó un mapa del disco, lo centró en la zona de la cafetería y estudió a donde iban cada uno de esos pasillos.

-Tengo en pantalla un mapa del disco centrado en la cafetería, estoy viendo a donde dan cada uno de esos pasillos. Aunque el capitán y la cabo seguro que lo conocen bien ya que todos los discos tienen la misma distribución interior, los demás no estamos tan habituados a ellos-les informó mirando el mapa y desplegando otro panel correspondiente a las constantes de cada uno de sus compañeros. Algunos indicadores mostraban valores ligeramente altos, como el de las pulsaciones por minuto, pero era algo normal en aquel momento. Activó la opción de seguimiento unida al mapa del disco y, en seguida, cinco puntos azules aparecieron en el mapa en la zona de la cafetería. Ya tenía a todos localizados en el mapa. Le envió a Lyra la información de cada uno de ellos, identificándolos en su sistema. De esa forma, si había que abrir fuego, serían evitados por el propio dron sin indicación adicional por su parte a partir de aquel momento.

Daya revisó el mapa de la distribución del disco buscando algo en concreto, algo que no tardó en localizar-Vale, las cinco puertas están selladas, así que en vista de que tendremos que empezar por una, recomendaría la de más a la derecha. Por lo que veo es la que tiene una conexión más directa con la cabina de pilotaje. Si llegamos a esa zona podríamos intentar levantar todo el sistema del disco. Creo que sería fundamental empezar por ese punto, corrígeme si me equivoco, Eylo.

Aunque Lomber se había quedado en la Nightingale y había demostrado ser totalmente cuidadoso y capaz, Daya no estaba tranquila del todo pues era ella la piloto de la nave, así que abrió otro holopanel en el que visualizó los parámetros principales de la nave y lo completó con una triangulación con la Rust. Así tenía a las dos naves monitorizadas. Cualquier cambio en los parámetros de la Nightingale saltarían en su pantalla y la Rust siempre estaría localizada en su ir y venir en busca de la caja negra-naranja como la llamaba Diana. Pensar en ella la hizo sonreír. Le recordaba a ella misma cuando pilotaba su nave en Innum. En la Space Force no podía permitirse ciertos lujos y, tener que estar siempre pendiente de la jerarquía, había hecho que aprendiera a medir sus palabras para no meter la pata a la primera de cambio de nuevo.

Activó los escudos protectores de todos los flancos excepto por el que había desplegado la escalera que ahora se mantenía unida al disco y se acomodó en el sillón. Estaba tensa, imaginaba que menos que sus compañeros, pero estar viendo todo aquello desde la distancia tampoco era sencillo. Centró su atención en el panel principal, viendo como los círculos azules que marcaban a cada uno de sus compañeros se movían por el mapa y comparándolo con la visual de Lyra que ahora mostraba a todos detenidos delante de una de las puertas y estudiando las formas de abrirla sin riesgo para los que pudieran estar detrás. Sus ojos buscaban una y otra vez al capitán Kepborn y no lo perdían de vista.

Mientras que su equipo se introducía en el disco y se hacían a la situación allí dentro, seleccionó los parámetros de la Rust y abrió un canal solo de texto para no molestar a los demás que se visualizaría en el panel de la cabina de pilotaje solamente. Tecleó rápido.

Hola, Diana.

No quiero molestar al resto, esto es solo para nosotras, me he quedado en la lanzadera. ¿Tienes más chistes como el de la caja negra? Tengo otro compañero piloto al que voy a intentar hacer reír con tus chistes cuando lo vea. Si lo consigo, te debo una cena. Haz recopilación de un par de ellos más y me los cuentas antes de separarnos. Sigue en pie que visitéis la Nightingale cuando terminemos la misión, ese puede ser un buen momento, ahora tenemos trabajo. ¿Hecho? :)

Envió el mensaje y devolvió la atención a todo sus paneles de control, atenta a cualquier cambio importante tanto en Lyra, como en la misma Nightingale y, sobre todo, en lo que hacían sus compañeros ahí abajo.

Escuchó la pregunta de Eugene y se quedó pensativa mirando la puerta. ¿Podía hacer ella algo desde allí? Sus dedos tamborileaban en el reposa brazos del asiento mientras evaluaba la situación.

-Si encontramos un panel de control en la cafetería, puedo intentar a través de Lyra acceder al sistema del disco e intentar restablecer la energía. Creo que podríamos saber qué compuertas están selladas al otro lado de esas cinco que tenéis ahí. Jugaríamos a abrir la puerta que tenéis delante, entrar en el pasillo o sala al otro lado, sellar de nuevo la puerta e intentar recuperar atmósfera en ese lugar. Así podríais abrir la siguiente puerta sin peligro para nadie. Pero esto depende de encontrar ese panel de control en la cafetería y de que el sistema no esté tan muerto como para que Lyra no tenga opción. ¿Alguna otra idea más segura y rápida sobre el terreno?

Mes 3. Día 18. Hora 07.45 a.m. Acme. Casa de Margaret

Ya había comentado mi plan, es cierto que no había nada seguro pero esperaba que seguir sus huellas por un lado, mientras que la sargento se iba con el 4x4 hasta la población de Red Deer donde había una estación de servicio. Quizás Yum se dirigiera a ese lugar para tratar de robar un vehículo y de ahí dirigirse hasta Edmonton. Era una posibilidad, tampoco había muchas más.

- Bueno, venga, que el tiempo es oro! - cuanto antes empezáramos la búsqueda, antes saldríamos de dudas sobre si mi plan era acertado o no. Mientras Margaret le daba el arma a Vera, comprobé que Becky había puesto todo lo necesario en las mochilas, que no fueran demasiado pesadas y también que los walkie funcionaran - ¡Estamos!

Si Yum había desertado o se trataba de una exploradora asteriana lo íbamos a saber muy pronto, si aquellas huellas nos llevaban a los skulls o si por el contrario la alcanzábamos en su huida al norte - ha podido matarnos mientras dormíamos y no lo ha hecho, sin embargo ha emprendido la huida y nuestro deber es atraparla - ya luego una vez capturada, la interrogaríamos para saber el porqué.

Armadas de una linterna y los enseres que habíamos recogido en la casa de Margaret (y las armas) nos dirigimos hacia el bosque, aprovechando que el rastro era fresco - mira, se puede ver bien por donde ha pisado - a esas horas de la mañana, nadie había pasado por allí salvo la china, así que, en principio no debería de comportar mucho problema el seguirla, además según fuera clareciendo el día, su rastro se haría más evidente, o eso esperaba yo.

Íbamos a buen paso, sin duda Vera no había perdido el tiempo en los ejercicios matutinos que todos los días hacíamos y es que aparte de las prisas por atrapar a Yum, existía cierta intranquilidad en cuanto que su rastro nos llevase a la zona prohibida por donde estaban los monstruos y que, nos habíamos dado sólo 3 horas antes de dar la alarma y avisar a las patrullas. 

- Espero haber acertado con la planificación - me roía la cabeza pensar que Yum hubiera escogido ir al sur, un lugar al que sólo habíamos mandado a Johnny, el sobrino de Margaret, que para colmo tenía pinta de ser bastante corto, no sabría distinguir a un chino rodeado de negros, aunque igual al ser Yum una chica, igual era capaz de fijarse en ella, otra cosa es que la reconociese - Si por un casual no damos con ella, no me lo reproches, no soy experta en este tipo de tareas, aunque no sé porqué me da que... igual tenemos suerte - el rastro seguía siendo bastante nítido, al menos a mis ojos, ya que había visto que Vera no era muy precisa en el rastreo.

Seguimos tras aquellas huellas, además facilitaba un montón que hubiera pisado una zona de musgo, dejando claramente su huella a la vista - Seguro que cree que hemos ido al sur, no me puedo creer que sea tan tonta como para dejar este rastro - aunque claro, luego lo pensé mejor, Yum había salido de noche, era casi imposible que se percatara de que estaba dejando un rastro. 

En un momento dado, hasta me incliné sobre la hierba, como los indios tratando de escuchar algo. Fue un acto más de cara a la galería, de autobombo, para que Vera me reconociera mis dotes de exploración. Lo cierto es que no oí absolutamente nada fuera de lo normal, pero pensé que igual estábamos haciendo ruido y se nos podría oír, así que, a partir de ese momento siempre que volvimos a hablar lo hicimos en un tono de voz mucho más bajo, más ajustado a la tarea que estábamos llevando a cabo: Cazar a Yum.

El bosque era sobretodo de coníferas, como habían dicho en la casa, habría sido una mala idea tratar de atravesar aquel lugar bien a caballo o con el 4x4. Como seguíamos un rastro, no hubo forma de escoger otro camino que no fuera necesariamente seguir aquellas huellas, pero el hecho de que me acompañase Vera, también facilitaba para que se adelantara a las zonas más elevadas para ver si veía algo.

Comuniqué con Becky, aunque no sé si le llegó el mensaje, apuntando la posición en la que nos encontrábamos y la dirección que seguíamos. Esperaba que la sargento hubiera llegado ya a la estación de servicio y así poder cerrarle el paso a Yum, aunque esperaba poder atraparla antes. Aunque no era mala idea cazarla justo cuando comprobase que la sargento la estaba esperando, seguro que desanimada ante la sorpresa, se rendiría fácilmente. No esperaba que hubiera que emplear la fuerza, ni dispararle, aún así ir con Vera era como tener un seguro de vida. Las dos íbamos armadas y teníamos buena puntería - espero que Yum no cometa ninguna tontería si la alcanzamos.

Decidí implementar mi ritmo, dado que el tiempo pasaba y ahora se veía mucho mejor todo. Si seguíamos a paso ligero, estaba segura que podríamos atraparla y esa motivación me hacía ir cada vez más rápido. 

Mes 3. Día 18. Interior del PEC

Eylo acompañó la marcha dejando que los armados la dirigieran, había preferido llevar todo el equipo técnico posible para abordar obstáculos que no iban a poder solventados por la fuerza.

—Cogeréis el ritmo enseguida —aseguró el eridiano manteniendo un ritmo de paso constante con las botas imantadas a quienes no estaban acostumbrados a la gravedad cero —. Paso a paso, sin apresurarse.

La mirada de Eylo iba analizando con detalle lo que se iba encontrando. Mentiría si dijera que no se había encontrado con escenarios así antes, pero también sería mentira si dijera que estaba acostumbrado. Aquel vaivén siniestramente estático, de cuerpos y restos, no inspiraban la más mínima de las esperanzas.

—Para eso traemos la red —respondió Eylo a Eugene mientras ponía sobre el piso la mochila técnica y extrayendo lo que parecía una especie de sábana obsesivamente doblada —. Alvin, Donner, ayudadme a extenderla.

La red era una estructura de un nanomaterial flexible hermético, esta tela aparentemente frágil era, en realidad, una aleación de grafeno y cobre capaz de ganar rigidez al recibir el estímulo eléctrico adecuado y aislarse del implacable vacío espacial. Eylo eligió el lugar óptimo para desplegar la red, creando un ambiente cerrado junto a la pasarela de la lanzadera y poder presurizar el área para poder trabajar en las compuertas cerradas. Una vez hecho, activó el procedimiento y la red se hinchó abarcando toda la zona expuesta al vacío y separándola del interior del PEC.

—Cuando una estación tiene una brecha, los sistemas de seguridad enseguida activan el aislamiento. Las compuertas se sellan automáticamente para evitar la despresurización masiva —empezó a explicar mientras desplegaba un aparato junto a un panel sin energía de la compuerta señalada por Daya —. Si están cerradas, significa que el sistema de seguridad funcionó. Lo que no sabemos si dentro sigue habiendo atmósfera, por lo que voy a intentar avivar el sistema de diagnóstico local con energía de emergencia y saber cuál es el estado del nivel.. hasta donde me deje ver.

Eylo no esperaba tener un resumen completo del estado del nivel, la energía de emergencia aportada por la fuente de energía portátil tenía una vida útil limitada, pero seria suficiente para hacer comprobaciones generales y activar los sistemas informatizados del PEC. Si, por contra, los sistemas estaban fritos, habría que abrirse paso por la fuerza, lo que les iba a llevar más tiempo.

—Daya, comprueba los niveles de presurización de la zona con el dron. No creo que tengamos un cien por cien, basta que esté al sesenta por ciento. También confirma que el área esté completamente sellada —dijo mientras esperaba que los sistemas electrónicos cobrasen vida, sin perder el control de lo que estaba haciendo, echó mano de la mochila y le lanzó a Donner una cinta americana —. Espera que el dron acabe el análisis, si hay alguna microbrecha, usa la cinta americana para tapar los huecos.

El plan de Eylo se basaba en aislar la zona con la red, presurizarla con los sistemas de la lanzadera, que estaba adherida al casco, y tapar cualquier desagradable, y diminuta, sorpresa que pudiera encontrar el dron con cinta americana. Una vez logrado esto, y con algo de suerte, la fuente de energía lograría reavivar los sistemas electrónicos del nivel y poder recibir un diagnóstico de la situación. A Eylo le bastaba con saber si había atmósfera al otro lado o si se mantenía la integridad del casco, o poder abrir la compuerta sin tener que recurrir a usar sopletes. También había la posibilidad de que todo el sistema electrónico estuviera frito y tuvieran avanzar a ciegas, pero si ese era el caso, significaba que poco importaba abrir por las bravas la compuerta, ya que si realmente había alguien vivo al otro lado.. estaría dentro de un traje de vacío.

—Veamos..

Mes 3. Día 18. Interior del PEC

A la piloto no le había pasado desapercibido el rostro de alivio de Frank al pensar que ella iba a permanecer en la nave, prometiendo que se cuidaría allí abajo, por la cuenta que le traía, y que todos volverían sanos y salvos a bordo de la lanzadera. La seguridad de sus palabras era muy marcada, como quien hacía una solemne promesa. Imposible dudar de su convicción, y menos tras las palabras de la innumita sobre el no dormir nocturno que sugería, si todo salía bien. Hubo intercambio de miradas, tan significativas que incluso los besos sobraban.

Daya dirigía a Lyra con el rigor y la delicadeza que le caracterizaba. La muchacha no había dejado de recordarle a Yilmaz algunas cuestiones, tales como la presencia de asterianos, piratas y skulls en la zona. Debían tener cuidado una vez accedieran al interior del PEC, mientras ella mantenía bajo estudio las constantes de los compañeros que, hasta el momento, se estaban manteniendo de manera óptima.

La muchacha informó sobre el estado de la cafetería, los objetos en suspensión y las puertas selladas. Dispuso una explicación detallada sobre lo encontrado, imágenes que pudo ir visualizando y transmitiendo a sus compañeros por medio de los comunicadores. A la par, intentó ser útil desde el lugar en el que se encontraba, la lanzadera, buscando información para el grupo que trabajaba en el exterior.

Había cinco puertas que describían destinos variados como bien pudo comprobar en el mapa holográfico que tenía sobre el disco. La primera puerta la conocía muy bien, pues desembocaba en la cabina de pilotaje, una estancia cerrada y desde la cual se podía dirigir todo el control tecnológico de la nave. La segunda y cuarta puerta conducían a corredores con dormitorios a modo de nichos y aseos, una zona donde múltiples camarotes de emergencia se situaban alineados a lo largo de amplios pasillos. La tercera puerta daba lugar a la región de mantenimiento, y descendía hasta el núcleo energético de la nave. La última quinta puerta conectaba con las salas de conferencia, biblioteca y zona de toma de decisiones, el sitio donde estuvieron con la abogada hacía ya...¿Un siglo atrás?

Las sugerencias de Daya estaban siendo acertadas, la innumita consideró adecuado que era mejor trabajar yendo hacia la primera puerta, que estaba más a la derecha, pues una vez tuvieran controlado todo el sistema tecnológico del disco, no tendrían que destruir cada una de las compuertas para acceder a sus interiores. Ahorraban tiempo, recursos y trabajo. Eylo no podía dudar, debido a su experiencia, de que esta era la mejor opción

La mirada de Banerjee no se separaba de los puntos azules que simbolizaban asus compañeros, al menos hasta que decidió mandar un mensaje de texto a Diana, haciéndole una particular petición, no tardando en recibir una respuesta.

¡Daya!

Tocas una de mis debilidades, las gilipolleces... jajajaja.... Me sé algún chiste más, si consigues hacerle reír me dejo invitar, aunque te advierto que te puedo salir muy cara, me gusta pedir marisco cuando no soy yo la que pago....XD... Ahí va uno de pilotos:

Buenos días señores pasajeros les habla su comandante, en este exacto momento estamos a 9000 metros de altura y sobrevolando la ciudad de... OOOHHH DIOS MIOO!!!
Los pasajeros escuchan un grito pavoroso, seguido de un ruido infernal...
- ¡¡¡NOOOOOO!!!
- ¡¡¡Ostia, mierdaaaa, flackk, bruuuuummmmmm crackkkkkkk!!!
Y luego un silencio que se hace eterno....
Segundos después, el comandante vuelve a tomar el micrófono y riendo se disculpa:
Disculpen, señores pasajeros, tiré mi bandeja y mi taza de café se me cayó encima. No quieran saber cómo quedó la parte de adelante de mis pantalones...
Y uno de los pasajeros grita:
- ¡¡¡Maldito... Tendrías que ver cómo quedó la parte de atrás de los míos!!!...

Diana parecía ser capaz de trabajar y contar chistes a la par, manteniendo su desenfado característico. Aceptó con Daya el visualizar la cabina de la Nightingale antes de que se separasen, aunque aún faltaba tiempo para eso. Por ahora Banerjee debía prestar atención a Lyra y pensar cómo ayudar a sus compañeros que estaban dentro de la gran brecha.

Eylo iba dando indicaciones de cómo proceder ante sus compañeros, pues bien era cierto que, de los presentes, era quien más veces se había enfrentado a situaciones como aquella. Alvin y Donner no parecían muy cómodos en esa misión, a ellos se les podía pedir puntería y movimiento en zonas planetarias, pero desenvoltura en una nave espacial era ir mucho más allá de sus propias habilidades. Sin embargo, demostraron saber cumplir órdenes con complacencia, extendiendo la red que usarían para poder acceder al interior de las estancias cerradas con seguridad.

La red fue situada de manera estratégica, creando un ambiente cerrado al hincharse, de manera que la sala abierta del PEC, aquella que en el pasado era una cafetería, quedó aislada del espacio exterior, a pesar de la presencia de la gran grieta que fue el motivo de muerte de varios soldados que ya lucían como cadáveres, abandonados a su destino.

- Si hay atmósfera en el otro lado quizás hayan personas vivas - Comentó Brezos basándose en el razonamiento que Yilmaz había efectuado - ¿Esto tardará mucho?... - Al cabo del tiempo obtuvo su respuesta, ya que el aparato que Eylo había dispuesto en el panel sin energía de la compuerta, le indicó que seguía existiendo atmósfera al otro lado, y que los sistemas seguían funcionando. Quizás aquello no debiera extrañarle demasiado, puesto que los discos eran unidades independientes del PEC que se utilizaban para evacuar a los soldados en caso de gran desgracia. Lo curioso era que algo de todo lo comprobado hasta el momento, funcionara bien.

El dron manejado por la piloto seguía haciendo su función, intentando localizar microbrechas, algo que no parecía existir o no estaban siendo localizadas. La presión atmosférica de la zona iba elevándose de manera continuada, de forma que el porcentaje comenzó a pasar del nivel amarillo al verde, alcanzando los mínimos de habitabilidad.

- Habría que esperar más... - Eugene, a pesar de ser alguien que disfrutase actuando rápido, proponía tomar con calma aquello, puesto que conforme más atmósfera se crease en la burbuja recién formada con la malla de grafeno, más posibilidades tendrían de no matar a quienes estuvieran dentro de la zona interna del disco - ¿Por dónde comenzaremos a actuar?... - Preguntó la fémina con su seco tono de voz habitual.

- Iremos a la puerta de la derecha, donde Daya ha dicho - El comentario de Kepborn sonó tajante, casi como una orden.

- No le preguntaba a usted capitán, sino al recluta Yilmaz. Me quedó claro que es quien toma las decisiones durante el salvamento. Si tiene alguna queja al respecto, hágalo tras la misión y por escrito - Una sutil manera de decir que se lo pasaría posteriormente por el trasero - ¿Y bien, Eylo?

Yilmaz tras observar la situación comprendió que debía abrir la compuerta de la cabina de pilotaje a las bravas, pero si conseguía hacerlo, desde el mismo disco podría tener acceso al resto de las estancias de la nave con solo apretar un botón. No iba a resultar aquello tan complicado, a no ser que lo que estuviera tras las puertas fuera considerablemente mortal. Y es que no podían fiarse de lo que los asterianos les hubieran dejado como regalo navideño.

En ese momento saltó el comunicador de la Nightingale con Lomber al habla, haciendo referencia a unas palabras que en cierta medida, parecía extrañarle.

Lomber al habla desde Nightingale, 

señorita Makri, se está desviando de ruta. La Rust Walker está saliendo de la zona verde donde debe encontrarse la caja negra del PEC. Informe de los motivos por los que asumen nuevas coordenadas.

Hubo un silencio marcado hasta que se escuchó la voz de Diana por medio del altavoz.

¿Desviándonos?... Maldita sea.... Me dispongo a corregir la ubicación... Me hago cargo, gracias por avisar, Nightingale....

O quizás Diana no fuera tan profesional como anteriormente aparentaba o estaba en otras cuestiones que no era estar centrada en su trabajo.

Los sensores de las naves principales indicaban que en aquel punto del espacio, todo estaba tranquilo, como una cáscara de nuez flotando en un océano nocturno donde la brisa había dejado de soplar.

Mes 3. Día 4. Hora 14.00 p.m. Alaska. Conductos de ventilación (BICOM)

Duncan había captado la psicología de Teller a leguas. El teniente, un claro Asteriano, se creía muy por encima de la condición humana, y todo lo que era un desprestigio hacia lo diferente, parecía agradarle. ¿Serían así todos los de su especie? Hasta la fecha así lo parecía, no comportándose mejor ni Buck, ni Zach, ni tampoco Harold, quizás Benedict hubiera sido el más suave de todos ellos.

Lo que McCarthy no esperaba es que parte de los problemas de Grey se debieran a un mal asesoramiento médico. Teller había instado a la mujer a tomar drogas, y probablemente, las charlas en el interior de la consulta hubieran estado cargadas de sugerencias dirigidas, para que la fémina actuase de manera precipitada y, en ocasiones, actuando contra su propia integridad física.

Zachary Teller mantuvo su diversión durante bastante tiempo, indicando que la infiltración estaba tan extendida que incluso el trabajo de cuarenta años de algunos de sus compatriotas podría verse en entredicho si un mentecato como Duncan encontraba la fórmula para diferenciar humanos de Asterianos, algo que no iba a permitir bajo ningún concepto.

El disparo de Grey había sido bastante certero, pero Teller no se marcharía de ese mundo sin unas palabras dedicadas de McCarthy, el cual le agradecía al teniente no sólo la información que le había dado, sino también la sangre que iría impregnada en su propia bata. Zachary abrió mucho los ojos, quizás por percatarse de su error, pues todo lo dicho podría ir en contra de la estrategia asteriana, así como que se analizaran sus propias muestras biológicas, para un fanático extremista no había nada peor que ser la causa de la gran caída que pudiera sufrir el movimiento que él mismo apoyaba.

Iba a hablar Teller, pero Duncan hizo algo que hasta el momento nadie creería, giró el cuello de su enemigo hasta partirlo, con un movimiento fluido que le reventó las vértebras cervicales. El teniente asteriano ya no volvería a ser un problema para la humanidad nunca más.

Era momento de tomar determinaciones. El escocés mandó a su amiga el recoger las muestras y meterlas en una mochila, la mujer no tardó casi nada en hacer lo propio, introducir toda muestra valiosa a buen recaudo para poder analizarlas posteriormente, en algún lugar más seguro.

Las siguientes palabras irían dedicadas a Dunne, haciendo una declaración Duncan que daría mucho que pensar a la fémina, la cual se planteaba ir a salvar al resto de los rehenes, gentes que trabajaban para la Space Force, realizando experimentos muy variados - Yo jamás te sometería a un consejo de guerra - Fueron las primeras palabras de Grey hacia el doctor, y dicha información la dejaba ya desarmada frente a su recluta amigo - Sé que no podemos fiarnos de nadie... Lo sé... - Aunque sí entre ellos, los tres congregados en aquel lugar, puesto que habían tenido un enemigo común bastante poderoso, Zachary Teller - ¿Sólo con un analizador podríamos saber que son distintos? - Aquella información la dejó de piedra, la respuesta estaba delante de sus propias narices, aunque claro, para eso debían asegurar que los asterianos no hubieran estado sometidos previamente a terapia génica, de lo contrario, seguirían pasando por humanos. Lo bueno era que Teller les había dado un truco, conforme pasaba el tiempo la terapia revertía a lo que naturalmente eran.

Duncan asumía el mando y comprobaría, por primera vez desde que la conocía, que Dunne aceptaba obedecer al doctor, siendo esto un hito histórico - Vamos juntos y cuanto antes al hangar - Aceptó ella, dejando espacio para que McCarthy subiera hasta los conductos de ventilación, dando muestras de que el ejercicio físico le había venido bien, no precisando apoyo para lograr su ascenso hasta subir por aquellas vías de escape. A Heather le costó más dar el salto y tuvo mucho menos glamour en el intento, pero la realidad es que la joven estaba en forma, así que los tres, con mochila de muestras en mano, se deslizaron hasta el hangar.

Una vez en el hangar, el médico observó las naves enemigas. Eran dos, de tamaño medio y por su aspecto podía deducir que estaban preparadas para combate espacial, pero no tenía demasiado espacio para albergar en su interior demasiados soldados, quizás quince o veinte, un posible escuadrón. Poca gente para dominar un PEC, los suficientes para arrasar contra un Domo o una BICOM. Se podía calcular entre treinta o cuarenta efectivos.

El hangar no parecía estar muy bien aprovisionado. Por un lado, estaban las dos naves que tenían insignias de la Space Force y que a pesar de estar abiertas, había dos soldados custodiando cada una de ellas, y quizás en su interior hubiese más gente como el piloto, copiloto o algún mando. Por otra parte, había tres avionetas pequeñas donde podía caber un máximo de cuatro personas pero claro, acceder a ellas requería ser sigiloso y más aún de eso, precisaba las llaves del transporte, a no ser que el piloto con sus habilidades mecánicas pudiese hacerle un puente.

- Tengo el sistema de comunicación abierto con Einar. Debemos hablar sobre cómo proceder para salir de aquí y cuanto antes. Perder un minuto de tiempo puede implicar que no veamos el día de mañana... - Advirtió Grey abriendo un mensaje conjunto entre los presentes.

Einar, aquí estamos Duncan, Heather Mosley y yo. ¿Estás en el hangar? Nos encontramos en los conductos que dan al oeste. ¿En qué posición te encuentras tú?... Debemos hacernos con una nave y hemos de decidir cuál. Argumentad plan de actuación para proceder en conjunto. ¿Les intento despistar?... - Dunne se posicionaba como un cebo, dispuesta a sacrificarse por los compañeros, algo que a lo mejor, a Duncan no le agradase pues ya habían hablado sobre eso.

Mes 3. Día 4. Hora 14.00 p.m. Alaska. Conductos de ventilación (BICOM)

La mente de Andersen cavilaba sobre Bintel, forjando una hipótesis que en cierta medida, parecía tener sentido. La única manera de poder solventar aquella cuestión era realizando una pregunta abierta a la bonita mujer, de manera que ésta respondiese y tirase del halo de incertidumbre que rodeaba su presencia.

- Sí, recluta Andersen. Mi nombre es Tessa Bintel y soy un cyborg orgánico, modelo Bintel 003. He sido creada para satisfacer las necesidades de las personas que trabajan en la base de la BICOM, de manera que pueda favorecer las investigaciones que aquí se desarrollen... - Indicó sonriendo con suavidad - Pero he recibido nuevas instrucciones, debía localizarle a usted y al doctor McCarthy y ponerles a salvo. Así me lo ha hecho saber Judith Deuch - Indicó sin dejarse un ápice de información en el camino, explicando con naturalidad su funcionalidad

Cuando el tema de la identidad de Tessa estuvo resuelto, la mujer asintió ante los deseos de Einar, poniendo sus dos manos entrelazadas, con idea de que éste se apoyara en ellas - Ponga su pie entre las dos manos, yo le impulsaré para que pueda ascender por el conducto - Otra sonrisa, realmente la cyborg era una muñequita - No necesito ayuda que pueda proporcionarme. Puedo ascender por mis propios medios, mi capacidad de salto está por encima de la media humana, así como mi resistencia y velocidad - Y eso sin contar con sus conocimientos, los cuáles había compartido abiertamente - Tan solo necesitaré espacio para poder hacerlo rápida y sigilosamente - Indicó la fémina con un leve pestañeo.

Y así fue como procedieron. La mujer impulsó a Einar hasta los conductos superiores, denotando que no le resultaba agotador aquel esfuerzo físico, a pesar de que la mujer estaba tan lograda que incluso podía llegar a sudar. Era un cuerpo orgánico tan real que daba miedo comprobar hasta dónde había llegado la tecnología. Tras poner a buen recaudo al piloto, Tessa dio un salto y se enganchó en el conducto, subiéndose con facilidad hasta el techo.

- Pues ya estamos aquí... Sígueme y llegaremos pronto al hangar, concretamente al ala este del mismo... - Explicó la rubia muchacha mientras Andersen le formulaba una pregunta - Las comunicaciones exteriores están siendo inhibidas. No es un hecho casual, los enemigos de la Space Force se han tomado muchas molestias en impedir que haya filtración de informaciones... Lo bueno es que dentro de la BICOM, puedo estar en contacto con la señora Deuch y también con el doctor McCarthy, al cual debo escribir para comprobar su situación dentro de la base y poder llevarle al hangar, para poder salir de aquí... - Dijo Tessa mientras se movía ágilmente por los conductos, dejando que el piloto disfrutase de las vistas, un muy bien contorneado trasero.

Continuaron por aquel circuito cerrado hasta que la mujer se paró y señaló por medio de una rejilla, a través de la cual se veían las dos astronaves enemigas y las tres avionetas de la base, llegando finalmente al hangar.

- Estoy a sus órdenes, recluta Andersen. Si no tiene indicaciones para mí, tendré que ir a por el doctor McCarthy para ponerle a salvo. Esas fueron mis indicaciones iniciales y debo cumplirlas... - Indicó ella justo cuando el comunicador del piloto se iluminó, pues había recibido un mensaje.

Einar, aquí estamos Duncan, Heather Mosley y yo. ¿Estás en el hangar? Nos encontramos en los conductos que dan al oeste. ¿En qué posición te encuentras tú?... Debemos hacernos con una nave y hemos de decidir cuál. Argumentad plan de actuación para proceder en conjunto. ¿Les intento despistar?... - Dunne se posicionaba como un cebo, dispuesta a sacrificarse por los compañeros, algo que a lo mejor, a Duncan no le agradase pues ya habían hablado sobre eso.

Mes 3. Día 18. Hora 07.45 a.m. Acme. Casa de Margaret

Las decisiones ya habían sido tomadas. La sargento Corlett se marcharía hacia el pueblo de Red Deer con un vehículo facilitado por los vecinos, ya que el Jeep en el que vinieron había sido saboteado por la propia Yum, siendo Margaret una joya disponiendo de los bienes materiales de los vecinos. Foster comprobó la mochila que Baker había preparado, y estaba en perfecto estado de revista, así como Vera, ya armada con la antigualla del rifle de Margaret, esperaba en la puerta para ponerse en marcha.

Jim quizás dudase de si Ziam era una exploradora asteriana, al menos hasta que comenzó a ver las señales que había dejado en medio de la naturaleza. Ramas rotas, piedras movidas de sitio, huellas y un sinfín de evidencias de por donde había pasado, supuestamente, la oriental. Si realmente Yum fuese experta en el movimiento campestre, implicaría que la mujer no andaba muy lejos, pues hacer señales falsas y eliminar las auténticas conllevaba mucho tiempo, y eso provocaría que la joven no se hubiera alejado apenas del hogar de la anciana. Si así era, las gentes del pueblo la atraparían. Tan solo había que rezar para que los Skulls no estuvieran compinchados con ella.

- Tienes razón en que podía habernos matado de noche, pero no lo ha hecho. Aunque tampoco tiene sentido esta huida. En cualquier caso ya tengo ganas de atraparla para que me saque de dudas sobre el porqué - Indicó Vera con seriedad, y es que comprendía que dejarla escapar podría tener consecuencias negativas para todo el grupo femenino que habían formado.

Las señales del bosque eran claras, había que estar muy ciego como para no tener presente que la suela de las botas de la oriental enmarcaba la ruta a seguir, hasta Vera, la cual no era tan perceptiva como Foster, señalaba con el dedo, muy segura de sí misma, el camino tomado, al menos inicialmente.

- A estas alturas no debes castigarte pensando que quizás haya ido por otro lado. Las huellas nos mandan hacia allí, pues allí vamos... - Zumbert no era de las que se comían mucho la cabeza, complicando su existencia lo mínimo posible - ¿Realmente piensas que voy a reprocharte que te equivocaras? - Vera sonrió ampliamente - Tú no eres mando, la culpa será de Corlett, y así se lo haré ver a nuestros superiores. Ella debía controlar y vigilar, tú eres conductora, que no te pidan cosas que no son de tu especialidad - Se encogió de hombros, por Foster estaba dispuesta a todo, podría pelear incluso con la capitán Thyndall con tal de defenderla -  Bastante haces tomándote todas estas molestias... - La lealtad de Zumbert era algo muy a tener en cuenta.

Mientras avanzaba la caza, Jim ponía mucho empeño en mostrarse como una experta exploradora, y Vera, confiaba en que así era, pues al inicio vio las marcas en el suelo muy nítidas, pero conforme hacían kilómetros, la desesperación de la combatiente se hizo notoria, pues no era de captar tanto del terreno como aparentaba.

Pasó una hora, habían recorrido algo menos de una decena de kilómetros y ambas mujeres tuvieron claro que lo ideal para ese terreno era ir a pie. Un caballo no podría haber transitado entre las raíces de los árboles, bajo pena de romperse una pata y, por supuesto, un jeep no hubiera podido atravesar los pequeños y tortuosos espacios que las elevadas coníferas dejaban de distancia.

La comunicación con Becky ya no era efectiva a tanta distancia puesto que el radio de acción de los walkies no cubría tanto kilometraje. Pero aquello no parecía ser algo muy negativo pues, tras haber pasado cinco horas de caminata, delante de sí y a cierta distancia, vio a Ziam moviéndose entre los árboles, despacio y completamente agotada, cojeando incluso. Vera le hizo una señal a su pareja, sin decir absolutamente nada. Tenían una posibilidad, o acercarse a ella sigilosamente y cercarla, o pegarle un tiro desde donde estaban.

- Si le doy en la pierna no correrá más.... - Indicó Vera, y es que la sutileza. No iba con ella.

Mes 3. Día 14. Hora 09.10 a.m. Protect. Biblioteca. Domo 19

Durante todos aquellos días las miradas entre Min y Billy se intensificaban, hasta el punto de que varios de los reclutas se quitaban de en medio cuando estaban ambos en la misma estancia. Ese hecho podía ser interpretado de dos formas, la primera porque nadie quería estar con Thompson por su rebeldía antisistema, pero tampoco con Suky por la inutilidad evidenciada hasta el momento en todos los campos de maestría donde se estaban probando. La otra posibilidad era que quisieran darle espacio a los tortolitos para que se dejaran de juegos y diesen pasos adelante.

Lo más complicado para William era mantener aquella máscara delante de Althais. Era una chica perceptiva y con don de gentes. El más mínimo error le llevaría a que descubriese su realidad, que estaba allí para vigilarla y que no tenía el más mínimo interés en Suk-Choi. Aquella misión era más difícil de lo que jamás se habría podido plantear, pues tenía conciencia y Milena en ocasiones, aparecía furtiva en su mente, siempre presente, al igual que sus propios sentimientos.

Seok sonreía cuando planteaba que a Min le gustaba él, y Thompson, a pesar de hacerse el dubitativo, no le cupo la menor duda al oriental de que así era - Te mira a todas horas y siempre está pendiente de ti. Si no le gustas entonces es que plantea destruirte - Dijo de broma, animándole a dar un siguiente paso - Pues si no tienes a nadie y eso acabó, a ella la tienes a punto. No sé yo si acabará dando el paso, ya que tú no lo haces... - ¿Todo eso había visto el tecnólogo? ¿Compartiría su opinión todos los demás? Si así era, los problemas se incrementaban porque su compañera estaba haciendo bien su trabajo y él a pesar de mirarla en ocasiones, generaba dudas con respecto a Suky, no llegando por tanto a los mínimos - ¿Te resulta interesante?... Buena forma de decir que te gusta... - Le guiñó el ojo antes de retirarse, y es que tenían una misión por delante, pero de las poco satisfactorias, porque debían armarse para hacer pruebas de supervivencia y les obligaban a agruparse en grupos de a seis.

William optó por ir a la biblioteca durante unos instantes. Era el lugar menos concurrido del Domo, y más en ese momento en el que los reclutas estaban vistiéndose para salir a los exteriores de Protect. El joven necesitaba desconectar y buscarle sentido a todo, por eso se apartó de sus compañeros y buscó la paz interior entre los manuales que allí descansaban. Una sala de lectura recogía la tranquilidad que en ese instante, necesitaba.

- Hola... - Dijo la voz de su compañera, la cual había entrado cargada hasta dentro de la biblioteca con dos trajes de combate completos - Te he traído esto. No te vi fuera y supuse que estabas o en el baño o... Buscando algo en particular... - Dejó las armaduras sobre la mesa y se aproximó a Billy, le acarició la mejilla - ¿Estás bien?... Tengo la sensación de que no te encuentras cómodo... Supongo que el problema está en la parte personal... - Comentó la mujer mirándole a los ojos - No veo en ti dominación, tal y como habíamos comentado inicialmente. Te diría que abortásemos el plan, pero tras el juego de miradas y el tonteo que he tenido contigo, no tendría sentido ahora mismo que Althais nos llevase juntos a Natgrew si no tenemos algún tipo de feeling o relación, tampoco si discutimos. Una posibilidad es que vayas tú solo a la misión, pero es un riesgo no ir en binomio... - Le tanteaba, no quería ser invasiva, pero por el bien de ambos debía conocer sus pensamientos - O a lo mejor debiera ir yo sola... - Sugirió dándole alternativas.

Min parecía ser alguien bastante empática y cariñosa con Thompson, o quizás fuera una máscara, una de tantas otras, como la que mostró en su primer día de Domo, dando sensación a su compañero de seguridad y capacidad, o como la de ser alguien inútil e inválida para el ejército, lo que los demás pensaban de ella. Ahora se mostraba dulce y cercana, como solía actuar alguien enamorada. Milena, ¿cuántas veces habría visto ese brillo tan similar al que Suky evidenciaba en ese instante?

- No te sientes cómodo con este juego y lo sé, pero debemos ser persuasivos ante los demás. Te invito a que no pienses, simplemente déjate llevar. Cierra los ojos y vive el momento - Sugirió mientras se acercaba despacio al joven, rompiendo las distancias como para posar con suavidad sus labios contra los suyos - Cierra los ojos y no pienses en mi rostro, solo siente mi contacto, mi calidez, mi aroma... - Le volvió a acariciar la mejilla, despacio, bajando la yema de sus dedos por el cuello del joven - Se te acelera el corazón, ¿verdad?.... - Su tono de voz era un susurro, como si quisiera hipnotizarle para que disfrutara de cada segundo de su compañía - Me gustan las caricias, dicen mucho de las personas... Quiero que me toques... - Le cogió la mano y la llevó a su propio rostro, guiando el recorrido hasta su cuello, Billy notaba que se le erizaba la piel a Min, le gustaba aquello, y seguidamente la bajó hasta que el muchacho pudo tocar el pecho desnudo de la mujer, la cual había abierto la camisola para tentarle - Déjame enseñarte cómo tienes que hacerlo para que lo disfrutes. Para que sea real... - Le invitó, pero para eso, él debía dar su consentimiento y poner de su parte, de lo contrario, nada avanzarían.

Mes 3. Día 4. Hora 14.00 p.m. Alaska. Conductos de ventilación (BICOM)

Iba a hablar y él no podía dudar. Jamás había matado a un hombre, aunque Teller no lo era, no del todo, aunque parecía uno. Era el enemigo, un grito suyo y estaban todos muertos. Él no habría dudado, los habría matado a todos, a Heather, a Dunne... Sus manos actuaron, la formación que había recibido en combate a cuerpo a cuerpo, su inconsciente actuó lo que su mente consciente no se atrevería a hacer. Ahora tenía que ser el soldado, el médico debía dormir, el destino de la humanidad dependía de ello.

El crujido del cuello debería haberle regocijado, pero no sintió nada más que asco. Se miró las manos, temblorosas, cuando al girarle el cuello habían sido decididas. Había matado a alguien, un asteriano, uno de los que habían matado a Noor y en cambio no sentía nada que no fuera la tensión del momento, el deseo irrefrenable de huir y poner a salvo a Heather, a Dunne, a su investigación. Se iba con más de lo que llegó, muchas información, la sangre de un asteriano reconocido y con su mejor amiga, pero dejaba mucho, su conciencia, las vidas de muchos inocentes, unas vidas que le iban a perseguir de por vida. Era el tipo de decisiones que había que tomar en su trabajo a veces, salvar a alguien y no salvar a otro, trasplantar el corazón a alguien y ver como se apagaba la luz de otra persona. Había que moverse, había cogido la responsabilidad como jefe de la investigación, y que San Jorge le perdonara. Pidió a Heather que recuperara las muestras mientras trataba de convencer a Dunne. Asintió cuando dijo que no la sometería a un consejo de guerra. Sonrió y le escribió

- Gracias.... por.... por todo. - Se encogió de hombros - Debería funcionar, pero hasta que no lo probemos no lo sabremos. De todos modos deberías llamar a todos los amigos hackers que tengas, el ordenador del teniente Teller y el capitán Kepborn tienen una lista con los asterianos. Si no habrá que probar, seguramente Teller no se haya sometido a la terapia genética, era un arrogante y seguro que se creía por encima... ¿Lo has grabado todo, verdad? - Sonrió - Ya no sabía que decirle para que siguiera hablando... Solo.... si salimos de esta, tenemos que hablar, te ayudaré a salir, no sé que te dijo.... pero déjame ayudarte... En marcha

Dunne le siguió, tal vez porque ella necesitaba también en quien descansar la conciencia, o porque el plan era el único razonable. Trepó a los conductos con facilidad y cuando vio que a Heather le costaba mal sonrió, al final Noor había tenido razón, había sacado a un león de él, y bueno, siempre estaba bien que Heather no fuera perfecta en todo, ganarle aunque fuera a subirse a un conducto de ventilación. Cuando todos hubieron subido volvió a colocar la rejilla en su sitio para que fuera más difícil localizarles.

Se arrastraron en dirección al hangar y allí Dunne estableció comunicación con Einar. Seguía vivo, el muy hijoputa seguía vivo, solo esperaba que no estuviera con él la cartógrafa.

La situación era complicada, dos naves enemigas, probablemente artilladas que debían haber llevado los dos pelotones que había dicho el cabrón egocéntrico. 32 si le habían dicho la verdad, aunque 20, 32 o 50 daba igual, la superioridad numérica era aplastante, así que no había mucho más que pudieran hacer, huir de la manera más discreta posible.

Las naves estaban guardadas por dos centinelas, más lo que pudiera haber dentro, si no pedían refuerzos, eso hacía una cuenta de 4 contra ¿cuantos? ¿diez? ¿doce? Y ellos eran reclutas y los que estaban allí eran soldados espaciales, asterianos pero formados, así que las posibilidades de éxito eran minúsculas. Negó con la cabeza. Estaba muy feo, muy muy feo. Dunne les informó que tenía canal abierto con Einar y le dijo que debían ser decididos, porque el tiempo corría en su contra. Duke asintió y escuchó a Dunne coger la iniciativa aunque cuando volvió a decir lo que sacrificarse la miró enfadado y bufó. Se llevó la mano al comunicador y empezó a escribir

- Einar, ¿Cual es tu situación? ¿Estás armado? ¿Alguien te acompaña? Nosotros tenemos dos armas láser, pero eso es poco en comparación a luchar contra no menos de cuatro soldados, aunque tengamos el factor sorpresa. Debemos huir con una de las avionetas, pero no podemos solamente huir, tenemos que inutilizar las naves o vendrán tras nosotros y nos borrarán del mapa. Voy a ver si hay alguna manera de hacerlas explotar, bidones de queroseno o similares. Otra alternativa sería volar la puerta del hangar para que no puedan salir tras nosotros... Y no Sargento, nada de inmolarse. Tiene un teléfono satélite, pase la grabación si la ha hecho a tres de sus contactos de mayor confianza, si son poderosos físicamente mejor, y nada más. Ya no necesitamos la sangre, si caen las listas caen los asterianos, así que salimos todos o morimos todos, somos soldados espaciales, somos humanos.

Y fue en ese momento en que Duncan entendió. Daba igual las diferencias, daba igual que el cuerpo fuera corrupto o no. Eran el escudo ante el enemigo, aunque fuera un escudo agrietado, eran lo único que separaba a su mundo de las amenazas exteriores.

De: Einar Andersen

Para: Doctor Duncan MacCarthy-Sargento Dunne Grey

Me alegra saber que os encontrais bien.

Por mi parte me encuentro junto a Tessa Bintel, quien ha resultado ser un ciborg biológico de última generación con capacidades aumentadas, algo que deberíamos tener en cuenta en el desarrollo de nuestro plan. Tambien es remarcable señalar que ella dispone de las capacidades necesarias para pilotar, por lo que dejo de ser imprescindible, otro dato que debe ser tomado en cuenta a la hora de preparar el plan de evacuación.- Einar se paró un momento antes de continuar escribiendo. Era plénamente consciente de lo que significba lo que acababa de escribir, pero lo había hecho repleto de determinación y con conocimiento de causa. Que únicamente hubiese un piloto disponible limitaba muchísimo las opciones a la hora de tratar de tejer un plan lo suficientemente audaz como para que resultase, pero en ese campo, los recursos se acababan de doblar y eso era bueno para el éxito de la misión.

Nosotros nos encontramos en los conductos del Hangar, en el ala Este del mismo. Estamos desarmados, pero hemos logrado pasar inadvertidos hasta ahora.
Intenté hacerme con una de las bombas precísamente para cubrir nuestra huida o tratar de inutilizar los transportes militares, pero al ya estar armadas resultaba imposible desplazarlas con garantía suficiente de que no detonarían.

Había pensado que una de las posibilidades sería la de que yo hiciese de cebo en una de las avionetas y tratase de despegar. Cabrían dos posibilidades, o bien que los soldados que se encuentran en el hangar me saliesen al paso e intentasen derribarme con sus armas, lo que os dejaría el pasofranco a una de las naves artilladas, donde únicamente tendríais que lidiar con su tripualción, o bien las naves despegarían para darme caza, dejándoos vía libre para poder salir con la segunda avioneta. Ambas son dos opciones que se basan demasiado en factores condicionales, por lo que estoy abierto a cualquier alternativa.

 Einar, Bintel es asteriana, es una de ellos. No sé si es un cyborg o no pero no podemos fiarnos de ella. Corta el rollo con lo de ser imprescindible, vas a venir con nosotros, aunque tenga que llevarte a punta de pistola. Nos vamos todos o nos quedamos todos.

Utilizaremos el queroseno para hacer una mecha que lleve a una de las bombas, o dispararemos a la distancia para acertar en una de las bombas. No te vas a sacrificar, ni Dunne, ya llevo demasiadas muertes en mi conciencia. No podemos luchar, son más, están mejor armados, debemos tratar de escabullirnos, y si nos toca morir nos llevaremos a los que podamos con nosotros.