Partida Rol por web

Te levantas, al hacerlo no sabes cuanto tiempo ha pasado. Sales de la cama y procedes a asegurarte tus pertenencias y coger el escudo. Quitas cualquier obstaculo que haya en la puerta y sales. Desde la parte de arriba no parece haber nadie en la taberna.

La comida sigue alli, en menos cantidad, como antes dije.

"¿Hay alguien ahí...?" - grito con fuerza ayudándome de las manos.

Escuchas una puerta abriendose y de ahí sale Melzir, parece como si te hubiera escuchado.

Alza la cabeza hacia arriba y te mira.

"Saludos Bensvelk, ¿Te sientes revigorizado? Aún sigue habiendo comida por aquí, si quieres saciar tu hambre."

Coge una manzana y se sienta en la mesa.

"Tengo algunas preguntas, si no te importa hablar mientras desayunamos..."

Con calma, me acerco a la mesa. 

Busco en la mesa lo que más me apetezca en ese momento y siguiendo los requisitos de mi estómago.

"Buenos días, Melzir...aún estoy algo herido...a pesar de haberme intentado curar, pero mis heridas han sido algo más graves de lo que pensé...¿aún disponemos de tu ayuda...? Me gustaría reponer mis vendas."

Me llevo algo de comida a la boca y bebo. 

"Además buscaba mejorar algo mi escudo, ya que creo que Okri se dedicaba a ese tipo de cosas... pero no quiero interrumpirte, ¿qué querías preguntarme?"

Al hablarle sobre tus heridas se lleva una mano a la bolsa y saca un pequeño frasco amarillo.

"Sin problema, estoy aqui para ayudaros en todo lo que pueda. Con unas pocas gotas de esta pócima tus heridas sanarán, si no te importa, permiteme que te lo aplique, un sobreuso podria ser fatal..."

Mientras se va levantando poco a poco, le vas contando el resto, a lo que responde:

"Si, sobre tu escudo, Okri no debería de tardar mucho en venir, podrás pedirle que te haga alguna pieza o modificación."

"Te quería preguntar sobre lo ocurrido en Castamir, algunos detalles, pero sobretodo, ¿Qué ha pasado con Egelvild, Merebor y Enly?"

"Nos separamos en el camino de huida. Enly estaba sangrando por que se separó de nosotros...ese goblin; Grisn, se fue huyendo." - miro a Melzir con cierta cautela cuando se ofrece a rociarme la pócima y pongo mis ropajes de forma que no se me vea la piel pero que pueda administrarme el potingue.

"Debido a su huida nos separamos...fui el primero para recibir los impactos pero ellos fueron los que decidió uno de los drows atacar...y por algún motivo no siguieron corriendo."

Hago una pausa mientras veo, imagen a imagen, lo que sucedió en esas calles.

"Llegué para hacerles paso a la puerta y, cuando llegó Merebor intenté ayudarle a pasar...pero luego vino Egelvild y me lanzó fuego...fue una traición imperdonable" - comento, enfadándome al recordar lo ocurrido - "...estuve luchando con un hombre bestia...y conseguí deshacerme de él...pero para cuando acabé, mis 'compañeros' se habían ido corriendo...dejándome ahí con ese animal".

Como un poco más y comento "Les vi que se iban a otra zona...cuando me encontré con fuerzas aliadas que vinieron a socorrer la ciudad al ver la almenara encendida...y me confundieron con uno de los atacantes...tras ello supe que estaban atendiendo sus heridas" - bebo un poco - "Sin mucho ánimo de que los demás pudieran atacarme o que Egelvild pudiera cumplir con su traición, decidí irme usando el dibujo que nos enseñaste."

Al ver que cuando se acerca a ti, tu te cubres todo lo posible, Melzir dice:

"No temas, vástago de dragones, estás entre aliados aquí..." - dice mientras aparta el ropaje para poder echar unas gotas en la herida de tu espalda.

Sientes como algo te quema en la espalda pero pasados unos segundos no sientes nada, estás perfecto.

"Sobre la traición de Egelvild... ¿Crees que había algun motivo para que lo hiciese? Me resulta muy extraño, ¿No descartas que podría ser un error?" - dice Melzir preocupado.

"Medítalo, tendre que buscarlos además de preparar ciertas cosas para lo que queda...".

Melzir sale por una puerta que no estaba antes ahí.

Pasan 10 minutos, donde comes y bebes a placer hasta que Okri aparece.

Ves como Okri sale de una puerta más pequeña. Va vestido con más artilugios de herrero y con un cinturón de herramientas.

"Entonces, ¿Eras tu el que necesitaba alguna pieza?" "Ven por aquí - inmediatamente abre la puerta por la que ha entrado y la deja abierta.

Al escuchar a Okri, cojo rápidamente un montón de los bocaditos que estaba comiendo y me los llevo para seguir comiendo de la que sigo al enano por el sitio por dónde ha salido.

Paso primero los brazos para que no se caigan mis alimentos y luego paso yo, con cuidado.

"¡Espera...! ¡Voy...!"

Pones el escudo en el suelo y empiezas a empujarlo a la puerta mientras vas comiendo. Una vez el escudo atraviesa la puerta te arrastras por la puerta y acompañas a Okri por el pasillo.

Cuando subis las escaleras te encuentras en el pie de una montaña, detrás tuya hay una tundra y delante un elevador, al que Okri se sube y te anima a ello.

El mecanismo del ascensor es accionado y vais subiendo lentamente la montaña. El frio aumenta pero no te molesta en absoluto.

Sigo masticando los bocaditos que me he llevado y comento al tragar uno de ellos.

"¿Entonces vas a hacerme el favor de mejorar nuestras armas...? Muy amable por tu parte, Okri" - le ofrezco un bocadito que no haya masticado aún.

Okri coge el bocadito y te lo agradece, se lo mete en la boca y parece que lo engulle.

"Si, ahora mismo estamos subiendo al techo del mundo, hasta donde esta la forja donde yo y los demás herreros fabricamos todo tipo de artefactos, ya sea armaduras, herramientas, armas... realmente cualquier encargo, por complicado que sea."

"Te recomiendo no acercarte mucho a mis compañeros, cuando están enfrascados en algún trabajo les molestan mucho los curiosos."

12 herreros que puede haber salio 1 en el dado.

Sigo a Okri fijándome por donde anda y sin molestar a los demás, teniendo especial cuidado de no molestar con mi cuerpo o mi escudo.

Al ver que sólo hay un compañero de Okri en ese momento, dejo uno de mis mejores bocaditos en una de las mesas a su alcance para que se lo coma cuando le apetezca, sin molestar.

Cuando estemos en una zona en la que no pueda molestar a nadie ni con mi voz, comento:

"Necesitaría algo para mejorar mi escudo...o quizás algún tipo de guantelete, si es posible." - comento mirando a todos lados las cosas curiosas que veo - "Me vendrían bien algunas flechas con punta de metal, para un arco largo..."

Le miro, sabiendo que estoy pidiendo sin reparos - "En cualquier caso, sé que pido mucho, solo quería comentar las cosas en las que estoy interesado".

Por cada cosa que vas diciendo asiente muy seguro, como si le pidieses lo más sencillo del mundo. Cuando terminas, te responde:

"¿Qué tenias pensado para el escudo? Según tengo entendido, querias ponerle pinchos al escudo, pero estoy abierto a sugerencias tuyas, es tu escudo, por encima de todo."

"No pides mucho, realmente tenemos en el almacén mucho material en desuso y aquí nadie pregunta, lo que si es cierto es que cosas mas grandes tardaría mucho más tiempo, pero lo que me pides puedo hacerlo en cuestion de horas."

Asombrado por la tenacidad de Okri y su seguridad, comenta que puede hacerlo sin problemas. 

"Entonces...¿podríamos añadir armaduras completas para todos...? La mía creo que sería la que más prisa tendría, pues soy quien recibe los golpes...y tengo tallas especiales." - Levanto los brazos para mostrar que soy robusto y grande - "Además, mi cabeza es de..." - miro los cascos y miro uno que sepa con total seguridad que me quepa - "...este tamaño".

Saco mi cuchillo lentamente y de forma no agresiva.

"Este cuchillo ha visto mejores días...¿algún material que se le pueda poner en la hoja para que sea más afilado...hierro o algo incluso mejor...?"

Levanto un poco mi escudo y comento - "Mi escudo está hecho con materiales muy resistentes al fuego...me dijeron que no podría fundirse con facilidad...y que las mejoras deberían de ir acopladas ¿podrías ponerle pinchos por la parte delantera? ...que fuese enganchado al escudo. De manera que encajase bien, sin moverse, pero que pueda sujetar con fuerza desde el mismo asa...ya se me han partido varios" - comento apenado.

"Y...ya que sois tan diestros en este arte de la herrería y podéis completar el encargo en pocas horas...la prioridad, si es posible, es que las cosas más rápidas sean las que antes se hagan...por favor" - bajo la cabeza con respeto. - "no quisiera salir de aquí sin las mejoras que podéis ofrecer".

Un trabajador del hospicio se acerca a vosotros y os levanta, seguido de esto, varios guardias de la ciudad os sacan del edificio. Es por la mañana, estais muy doloridos pero podeis andar.

Egelvild es el que esta peor, sus heridas parecen estar sanando pero el virote sigue ahí incrustado y cualquier movimiento que mueva el virote le provoca mucho dolor.

No habeis podido comer, debido a las prisas de los guardias solo habeis bebido agua y acompañado a los hombres.

Marvalar es una ciudad gigantesca, hay guardias por todos lados, todo tipo de razas van de un lado a otro, sin mirar a su alrededor. Hay tiendas de todo tipo y las personas entran y salen de ellas con productos de forma frenetica.

Al fin llegais al cuartel de la guardia, donde todos los que miran a Egelvild reaccionan con una mueca de asco al verle por primera vez, después evitan mirarlo.

Os sientan en unas sillas, en una habitacion apartada, suponeis que es la sala de "interrogatorios".

La conversación avanza con normalidad, el hombre que os pregunta solo mira a Merebor y no dirige su palabra a Egelvild. A su lado un escriba va apuntando todo lo que decís.

Una vez acaban de preguntaros detalles sobre Castamir, os dejan ir. No sin antes dar 7 monedas de plata a Merebor por vuestro servicio.

Avanzais por Marvalar y despues de resguardaros en un sitio para comer, os levantais.

Coge tu cuchillo y lo examina.

"Si, este cuchillo ha visto mejores días, tiene melladuras por todo el filo. Guardaré el mango y desecharé la parte metálica, la hoja será de acero."

"Sobre las armaduras, eso tomaría mucho tiempo, sobretodo la tuya, pero estaré encantado de hacerlo. Para el escudo puedo idear alguna sujección en el asa que soporte los pinchos, pero lo preocupante es ese material del que dices que está hecho el escudo..." - dice mientras se acaricia la barba.

"¿Me permites verlo...?".

Con cierto reparo cojo mi escudo y lo acerco...lo pienso bastante.

"Es...muy importante para mi, por favor, no lo dañes..." - digo suavemente, apenado de alejarme incluso unos segundos de mi preciado compañero. - "Es un regalo de...tiempos pasados".

Le paso de forma solemne mi escudo, casi ceremonialmente (pero sin intención de que se lo quede, claro).

Lo agarra con soltura y lo pone cuidadosamente en su mesa de trabajo. Ves como repara en las inscripciones y simbolos, mirandolas fijamente. Poco después le da un pequeño golpe con el dedo y asiente.

"Si, se trata de un metal muy especial, muy duro y resistente contra el fuego, pero tengo la solución al problema de los pinchos."

Ves como se dirige al almacén que mencionó antes y vuelve con una especie de material textil y un tarro.

"Cualquiera diría que esto es simple tela, pero aplicándole unos químicos, puedo conseguir que sea flexible como una goma y duro como un metal, solo tendría que usar un pegamento fuerte para anclarlo al escudo y que nunca se suelte."

"¿Entonces, te parece bien?" - te dice, ansioso por empezar a trabajar con el escudo.