Partida Rol por web

Reign: El Fuego Interior

6 - Guerra en la Sombra

Cargando editor
18/03/2014, 22:10
Merak

Alzas el vuelo, y ves cómo el asesino se funde entre las sombras. El hombrecillo es hábil, pues no tardas en perderle completamente de vista. Sin embargo, no muy lejos del sitio en el que se ha escabullido, una joven parece dedicarse a dar órdenes al resto de sus hombres.

No tardas en ver los primeros destellos de luz cuando los asesinos empiezan a encender sus antorchas. Sin embargo, aún no han iniciado sus movimientos ofensivos contra la posada cuando escuchas un aleteo por encima de ti. Te vuelves esperando ver a Biza, pero tu sorpresa es bastante más desagradable.

- ¡Vaya, vaya! - ¿Qué demonios está haciendo Merak aquí? - Una aspirante al Consejo volando en medio de la noche mientras en los Barrios Medios se masca una tragedia... ¿En qué líos estás metida, Ilsa?

Con la tenue iluminación de la ciudad nocturna, a penas puedes distinguir la sonrisa sarcástica de tu antiguo amante, pero le conoces lo suficientemente bien como para adivinar perfectamente su expresión.

- Tiradas (1)
Cargando editor
18/03/2014, 22:51
Oligis Ledoma

Una gota de sudor helado recorre mi espalda, es imposible que me haya sorprendido de esta manera, que me tenga a su merced de este modo, no a un profesional como yo. Me niego a creerlo...

Por un instante, el pánico está a punto de dominarme. La creencia de que sus habilidades son superiores a las mías, que he encontrado la horma de mi zapato. Pero entonces la luz de la razón se abre paso en mi mente.

¿Y si no está realmente aquí? ¿Tal vez sea todo una ilusión?

Me concentro en detectar la magia y protegerme contra ella, anular sus efectos...

Notas de juego

Dejo las tiradas en tus manos cuando las consideres pertinentes...

Cargando editor
18/03/2014, 23:35
Ilsa Svletana

Ilsa observa a Merak con extrema desconfianza y una sensación de angustia que jamás había sentido. O bien ha venido enviado por el gremio de asesinos o bien aparece por Asceltis. En cualquier caso, esa idea que había depositado a la espera de una oportunidad con esa hechicera se desvanece. La posibilidad de ofrecerle el acceso al Consejo a cambio de su ayuda contra esa bruja era una opción que Ilsa había estado dispuesta a contemplar. No obstante, ahora, no tenía sentido. Merak había estado detrás de ella todo el tiempo. Todo el tiempo.

No obstante, contra todas sus precauciones, Ilsa no se atrevía a pensar en la segunda posibilidad. Así que lanzando con desgana el dado, con muchas más emociones de las que estaba dispuesta a reconocerse, dijo:

-¿Desde cuándo los sabes? ¿Desde cuándo trabajas con ellos?, Merak -Dice su nombre al final tragando saliva, junto con una mezcla pastosa de odio, memoria, culpa y tristeza.

Cargando editor
04/04/2014, 22:50
Ilsa Svletana

Notas de juego

Una pregunta Oligis... ¿cuál es la estrategia?

BBB: pongo esto en notas. De todas formas, por lo que habéis hablado, parece que la idea es incendiar el local y esperar a ver quién aparece...

Por cierto, temporalmente cambio también los destinatarios por defecto, para que nadie llegue a leer lo que no debe.

Cargando editor
06/04/2014, 11:32
Asceltis

Intentas sentir la distorsión de la realidad que produce la magia a tu alrededor, pero el ligero escalofrío en tu espalda que normalmente acompaña la presencia de magia no aparece esta vez. Cuando vuelves a mirar a Asceltis ves que te observa con una sonrisa.

- Vamos, maestro Ledoma... ¿De verdad piensas que utilizaría algo de magia para acercarme a un asesino experto en cazar hechiceros? - Pregunta. - Sin duda eso me habría delatado antes de haberme acercado tanto...

Niega con la cabeza, sin perderte de vista ni un solo momento. Sabes que la mujer es peligrosa, pero casi te resulta alagador fijarte en cómo su postura relajada podría convertirse rápidamente en una posición de ataque si se dispusiese a reaccionar a un movimiento tuyo. Frunces el ceño, sabiendo que si Asceltis es la mitad de buena de lo que has oído, no tendrías tiempo ni de desenfundar tus dagas antes de recibir un ataque de la mujer.

- ¿Y bien? No dices nada. -  susurra bajo su embozo. - Tal vez te he sobreestimado, después de todo. Había escuchado que eres una persona ambiciosa, pero si no estás dispuesto a que hablemos de negocios...

No termina la frase, pero tampoco te da ninguna pista de qué puede ocurrir si no hablas con ella. ¿Se irá, dejándote con lo que antes llamó "tu espectáculo de esta noche"? ¿Se decidirá finalmente a acabar contigo?

Cargando editor
06/04/2014, 11:33
Merak

El hechicero sonríe y no puedes evitar notar el sarcasmo en su gesto.

- ¿Con ellos? - repite. - Ahí abajo sólo veo maleantes con antorchas dispuestos a incendiar una posada... Es evidente que eres tú la que trabaja con ellos. - La evasiva es evidente, lo cual te resulta casi insultante, pero Merak siempre supo cómo tocar tu fibra sensible y sospechas que sólo pretende hacerte enfadar.

Aletea un par de veces, recuperando algo de altura. No es cómodo para ninguno de vosotros mantener una conversación en el aire, pero tampoco parece razonable descender a ningún sitio ahora mismo.

- ¿Has pensado en los problemas que podría tener un incendio en medio de la ciudad? ¡Quién se lo iba a imaginar! La maestra Svetlana, siempre dispuesta a preocuparse por la política de su nación, involucrada en el asalto nocturno a una posada en medio de la capital pocos días antes de la votación para su elección como consejera... Si esto se supiese en el Gremio, tu carrera estaría completamente arruinada.

Frunces el ceño, sabiendo que es verdad. Por un momento te planteas si tu anterior suposición sobre para quién trabaja Merak es errónea. Tal vez sólo haya estado siguiéndote para poder encontrar una ventaja en las votaciones... Pero no. Si eso fuera cierto nunca se habría acercado en persona, situándose en la misma escena comprometedora en la que tú misma te encuentras.

Cargando editor
06/04/2014, 12:52
Oligis Ledoma

Recobrando la compostura, el Rey Sombra se sonríe con ese aire ladino tan característico:

- Como señal de respeto hacia tu inteligencia – escupe entre dientes – daré por supuesto que eres perfectamente consciente que el único objetivo de lo que tú has llamado “mi sesión de esta noche” era provocar tu aparición, atraerte hacia mí…

La posición de mi cuerpo se modifica sutilmente a una elusiva defensa, pero presta a cambiar a un ataque en cualquier instante, tengo un par de sorpresas preparadas específicamente para Asceltis y este momento es tan bueno como cualquier otro para recurrir a ellas.

- Así pues, debería felicitarme por haber alcanzado mi verdadero objetivo incluso antes de empezar los fuegos… ¿no lo crees así? – la provoco para mermar su seguridad en sí misma, consciente de que el preámbulo a cualquier combate físico es siempre uno de voluntades – Viniendo a mí en el escenario que yo mismo he escogido, rodeado de mi gente, contando con todos los aliados que he movilizado para enfrentarme a ti y los tuyos… desde luego estás demostrando ser muy valiente acudiendo aquí en persona para suplicar que parlamentemos… sí, desde luego, muy audaz… o muy temeraria…

Un brillo refulge en el diente de oro que revela mi mejor sonrisa de tiburón al concluir:

- En reconocimiento a ese valor… te concedo unos segundos para hacer tu propuesta…

- Tiradas (2)

Notas de juego

Intento hacer uso de la disciplina esotérica Mando del Tirano

Y después de la ventaja Afortunado cuando sale un "jardin"

Pero ni por esas... ;(

Cargando editor
07/04/2014, 20:03
Ilsa Svletana

Curiosamente algunas de las conversaciones más esenciales de su vida desde que pasó las pruebas se han producido en las alturas, así que de algún modo se siente segura en esa aérea liviandad incluso conversando...

-Ah, Merak, eres ladino como una serpiente. -Ilsa respondió impetuosamente, sin pensar demasiado las palabras, lanzándolas como saetas, una tras otra, hacia su pretencioso ex-amante- La misma maestra que cuya casa fue atacada, cuya protegida fue asesinada en público, cuya compañera fue raptada con nocturnidad, cuyo maestro todavía enfría su cuerpo en un ataúd marmóleo... la misma maestra cuyos compañeros de gremio permanecen impasibles ante los evidentes síntomas de podredumbre en su ciudad, cuya guardia, que debiera proteger a los ciudadanos, ignora los acontecimientos y se dedica a formalismos legales, cuyo Consejo prefiere mandar soldados a las fronteras mientras el enemigo interior se hace cada día más fuerte. -La hechicera respiró un momento, antes de continuar, alzando las alas, tal vez como primitiva señal inconsciente de amenaza o cortejo.

-Cómo me gustaría, Merak, regodearme en el cinismo como tú mientras disfruto de las llamas del mundo. No obstante, no puedo permanecer impasible y, cuando las circunstancias lo exigen, hasta una Maestra del Gremio como yo siente la obligación de intervenir para salvaguardar la ciudad. Sé que es difícil de entender para una rata rastrera que tiene como único propósito en la vida la hedónica felicidad del alegre imbécil, -Esa combinación de palabras le genera instantáneamente cierto regocijo: al fin ha dicho lo que quería decir- pero en efecto, querido Merak, estoy dispuesta a pagar el precio por conservar el poco honor que queda en esta ciudad, en este país por el que lucho.

Depués de este breve e incendiado discurso (más originario de las entrañas que del cerebro), Ilsa no puede pasar por alto la evidencia.

-Pero, queridísimo Merak, la cuestión es que la Maestra no estaba sola, sino que tú, TÚ, el otro candidato, estabas aquí con ella. ¿O tal vez en su contra? No eludas la cuestión, o asume las consecuencias: ¿eres amigo o enemigo?

Desgraciadamente la única opción que su amante le daba en esos momentos pasaba por inflamar su mano con la magia, en señal clara de amenaza. El maldito Merak no le daba otra alternativa. Si era enemigo debía alertar a los que estaban debajo, pues es posible que no estuviera solo, y si era aliado debía reconocerlo al fin. La angustia que ese acto le supuso a la maga se le concentró en la boca del estómago, como nunca antes había sentido. Ilsa no quería imaginar las consecuencias de ninguna de las dos opciones... si conocía el gremio de asesinos también... entonces uno de los dos estaba perdido... y para Ilsa era evidente que él estaba aquí por ellos. Por alguna razón lo había sabido desde hacía tiempo, aunque no quisiera reconocerlo, ni tan siquiera ahora... Pero por otra, Él pudo ser el asesino de Rowan. Una posiblidad que desoló su corazón.

Notas de juego

Preparo un Golpe de rayo. Sé que no todos los datos son exactamente ciertos, pero me ha salido así...

[...] parece que la idea es incendiar el local y esperar a ver quién aparece...

Elaborada estrategia, ¡voto a bríos!

Cargando editor
16/04/2014, 12:55
Asceltis

La mujer ahoga una risita en respuesta a tu intento de intimidación.

- Siempre es divertido tratar contigo, Rey Sombra. Por supuesto que tu objetivo era atraerme hasta aquí, pero no creo que estemos en las condiciones que habías imaginado... Rodeado de mi gente y con tus aliados demasiado preocupados por sus propios problemas como para intervenir.

Notas una oleada de magia sobre tu cabeza y no puedes evitar desviar la mirada hacia el cielo. La silueta de la maestra Svletana está acompañada por otra figura alada, algo más corpulenta. Pensarías que es la persona a la que mandó avisar de no ser porque la mujer está preparando un hechizo ofensivo en este mismo momento.

- De todas formas ciertamente debes felicitarte por haber llegado hasta este punto. Si no hubieses sido tan imaginativo ya estarías muerto y ni siquiera tus armas envenenadas habrían podido hacer nada para salvarte... - La mujer parece estar perfectamente informada sobre las sorpresas que podías tener preparadas en su contra. - Sin embargo, aquí estoy, dispuesta a ofrecerte un trato acorde a tus condiciones. Digamos que en reconocimiento a tu valor - dice parafraseando tus propias palabras.

- El Gremio de Asesinos parece muy preocupado por la muerte del Consejero Rowan. Demasiado, ¿no crees? Conociéndote, estoy bastante segura de que cuando te uniste a ellos no esperabas un gremio tan politizado por el Consejo. ¡Incluso uno de los Grandes Maestros acude constantemente a sus sesiones! - Novak. Su puesto como chambelán del Consejo le permite estar presente y, aunque en teoría no tiene voz allí, sus susurros en la sombra os dan la influencia que el gremio necesita en las altas esferas. - ¿¡Quién sabe si el Sin Rostro es un miembro del mismísimo Senado!? - Esas palabras te dejan congelado y tu interlocutora se da perfecta cuenta. El hecho de que Asceltis conozca la misma existencia del Sin Rostro deja muy claro que su información es de primera o segunda mano, pues nadie que no pertenzca al Gremio ha oído jamás hablar de él.

Cargando editor
16/04/2014, 12:56
Merak

El hechicero sonríe ante tu insulto y espera que termines tus palabras sin interrumpirte.

- ¡Ah! Ilsa... Siempre tan extremista. ¿Estás conmigo o contra mí? - dice con cierto tono de burla. - Aún no has aprendido que el mundo no es blanco o negro, sino que está lleno de grises. Me llamas rata y serpiente mientras enumeras detalles por los que piensas que el universo está en deuda contigo... Prefieres ignorar que la guardia sigue unas reglas porque si no lo hicieran nada nos distinguiría de los salvajes Truil. Olvidas que nuestras tropas van a la frontera porque esos mismos salvajes han descubierto una forma de anular nuestra magia. Y, por supuesto, eludes tu responsabilidad en los hechos que ocurren a tu alrededor: Tu "protegida" fue asesinada porque le retiraste tu protección y dejaste que tus amigos la usasen como cebo. Y nuestro - remarca el posesivo con su entonación - maestro fue asesinado por un grupo clandestino con el que ahora colaboras sólo porque no supiste guardar el secreto que te confesó.

Aletea para mantener su altura y mira tu puño cargado de magia negando con la cabeza.

- Quieres saber si soy amigo o enemigo, - dice con la voz cargada de rencor - pero tú misma tomaste esa decisión cuando me abandonaste en Rulfhoun hace años. La Ilsa que vivió entonces decidió cargarse el destino del mundo sobre sus alas en vez de seguir disfrutando de la absenta. ¡Lástima que tu inteligencia no esté a la altura de tan noble propósito! - Niega con la cabeza. - Pero si trabajas con el gremio de asesinos que asesinó a Rowan, evidentemente soy tu enemigo.

Cargando editor
16/04/2014, 15:40
Oligis Ledoma

Frustrado por el humillante fracaso en la tentativa de intimidar a su enemiga, Oligis Ledoma se encoge casi imperceptiblemente, tal vez apabullado por los constantes y rapidísimos giros que presentan los acontecimientos. Inquietante, pasar de cazador a presa en apenas unos instantes, de tender una emboscada para hacer salir a sus rivales... a víctima de las maquinaciones de una diabólica mujer que parece saberlo todo. Una mujer admirable, mal que le pese, que demuestra una y otra vez una profesionalidad inaudita en nuestro siniestro oficio de asesinos. A la altura de una Gran Maestra del Gremio. Alguien que lo conoce todo, que tiene oídos en todas partes…

Los engranajes en la retorcida mente del Rey Sombra giran a toda velocidad, pugnando por acompasarse al ritmo de estas continuas sorpresas. Al vértigo que provocan las revelaciones apenas insinuadas…. porque es obvio que Asceltis le está tentando con una propuesta muy personal, de lo contrario ya le habría despachado hace mucho. Sin embargo insiste en jugar con él, con su ambición, proponiendo sin palabras una oscura alianza. Una traición.

Pues bien, ha escogido la alimaña adecuada. Si lo que está en marcha es una revolución dentro del Gremio de Asesinos, puede que convenga cambiar de bando ahora que aún está a tiempo. Mucho que perder, pero mucho más aún que ganar. El tipo de apuestas más apropiado para este siniestro personajillo…

Así que sonríe a la seductora y terrible mujer y acepta la muda propuesta, que nunca se ha pronunciado en voz alta pero ha quedado tan clara como el agua. Las aguas pútridas y cenagosas de una ciénaga en la que proliferan las serpientes como el Maestro Ledoma:

- La agudeza de vuestros oídos supera la de cualquier otro, mi señora – susurra con un mezquino tono halagador y zalamero – Decidme… ¿Rallick os sigue en esta aventura, Gran Maestra Henders? Me cae bien, es muy diligente, lamentaría tener que despacharlo...

No podía ser de otra forma, sólo una guerra interna en el propio corazón del Decimosexto Gremio de Uldholm sería capaz de alcanzar la sofisticación que está demostrando el desconocido núcleo de Asceltis. Por eso siempre están un paso por delante. Tenía que ser uno de los Cuatro, a espaldas de los demás, a espaldas del Sin Rostro. A espaldas de Novak. Precisamente por eso convenía eliminar al Consejero Rowan, no estaba en el bando adecuado.

Espero ser capaz de enmendar ese lamentable error en lo que respecta a mi persona…

Cargando editor
18/04/2014, 13:41
Ilsa Svletana

Ilsa incrementa el deseo de lanzarle el rayo a medida que Merak le escupe palabra tras palabra, como cuchillos de metal frío. No obstante, no le hacen tanto daño como esperaba. Una inmensa tristeza se apodera de ella, al final.

-Merak, esto no se resolverá nunca así. -Dice, disipando la magia de su mano, que se pierde con un humo azulado en la noche.- No eludo mi responsabilidad. Por eso estoy aquí, para pagar mi culpa. Pero ¿cómo sabes tanto Merak? ¿Cómo lo sabes todo? Y cómo, a pesar de todo, no ves que no trabajo con esa gente, que hay enemigos aquí, en la ciudad, que por nada del mundo deseas reconocer. Que ni tan siquiera te atreves a nombrar. ¿Qué me dices de Asceltis y Adler?, ¿son una ilusión de ésos de abajo? ¿Qué tienes que ver con ellos? -Inquiere, o más bien ruega, a Merak.

Ilsa es perfectamente consciente de que un combate con él excede sus posibilidades. Esa anguila voladora es demasiado peligrosa. Merak también lo sabía, pero ya era tarde para tomar precauciones. Sólo hay tres cosas que no regresan Merak: la flecha lanzada, la palabra dicha y la oportunidad perdida. Todo eso -los tres- había sacado a relucir el hechicero en esas últimas palabras. -¿Cómo te atreves a decir que yo te abandoné? ¡Jamás has creído en mí! -Le espeta- ¿Y ahora piensas que trabajo con ellos?

Cargando editor
24/04/2014, 10:03
Asceltis

La mujer se queda en silencio un momento.

- Henders... - susurra sin dejar de observarte atentamente. - Cada vez estoy más convencida de que ha sido un acierto tratar contigo, Maestro Ledoma. Desde luego, tu gremio necesita un cambio drástico si no ha sabido reconocer tu talento en su medida.

La mujer se mueve ligeramente, de forma casi imperceptible bajo sus amplios ropajes.

- Si de mí dependiese, alguien como tú debería pertenecer a las más altas esferas del gremio. Pero para que se nombre  un Gran Maestro, otro debe caer antes. Y alguien con tus habilidades sería un gran candidato para convertirse en la nueva Mano...

Las palabras si algo le sucediese a la actual resuenan en tu cabeza, a pesar de que jurarías que nunca las ha dicho explícitamente. Observas a la mujer y, a pesar de que no puedes ver su rostro, un brillo delata su mirada mientras espera tu reacción con interés.

Cargando editor
24/04/2014, 10:03
Merak

El hechicero mira cómo disipas tu magia casi con desilusión.

- ¿Creer en ti? - pregunta con sarcasmo. - ¿Seguirte en tu absurdo afán de cargar el peso de la nación sobre los hombros? Siempre te importó más la política que nuestra relación... - Paradójicas palabras en alguien que se presenta al cargo de Consejero del Gremio de Hechiceros, pero nunca habías dudado de que Merak espera obtener ese puesto más por satisfacción personal que por la responsabilidad que conlleva.

- Fue una pena que estuvieras sobria el día que Rowan te pidió que te unieses a su grupo. Tal vez así no habría podido apelar tu estúpido sentido del deber. Pero sí, fuiste tú quien dejó Rulfoun, y a mí, para venir a la capital...

Su expresión cambia notablemente cuando mencionas a Asceltis.

- ¡Asceltis! ¿Qué sabes de ella, Ilsa? No mucho a juzgar por tus preguntas y tus insinuaciones. Pero de todas formas, siempre has buscado enemigos donde no los hay.

Cargando editor
25/04/2014, 20:22
Ilsa Svletana
Sólo para el director

-No, Merak, ¿qué sabes TÚ, que revoloteas por aquí, de ella? ¿Cómo te atreves a decir que no es enemiga? A ver, Merak, cuenta a tu discípula eso que tu tanto pareces saber.

Ilsa estaba frenética. Merak parecía saberlo todo, absolutamente todo, pero no había hecho nada por salvar a Jezzabel, o por localizar a Alex antes de su muerte, ni por Rowan, ni por nadie en absoluto. Nadie salvo él mismo. Ése era el estilo de Merak, que tanto la sacaba de quicio.

-¡A ver con qué me sorprendes! Si mis intenciones están tan claras, díme cuáles son las tuyas, ¡o lárgate de una vez! -Grita Ilsa haciendo aspavientos, desesperada.

Cargando editor
29/04/2014, 08:54
Merak

Merak niega con la cabeza al escuchar tu sarcasmo.

- ¿Discípula? Ni siquiera desde tu orgullo herido escoges bien las palabras, querida. Tu maestro está muerto. Si no hubieras hablado alegremente del Gremio de Asesinos en la azotea del hospital, tal vez seguiría con nosotros, pero una vez más no supiste controlar tus palabras...

Sabes que lo dice para herirte, pero aún así obtiene el resultado que buscaba. Sin embargo, ¿cómo está al corriente de tu conversación con la voz oculta en el hospital?

- Los asesinos mataron a Rowan por tu culpa, y con su acción desestabilizaron aún más el poder en el Consejo. ¿No era la misión que te encomendó tu maestro controlar los nuevos poderes en Uldholm? ¿Mantener su estabilidad? No parece que lo estés haciendo muy bien, aliándote con tus enemigos y persiguiendo a los únicos que, después de todo, parecen tener tus mismos objetivos.

Cargando editor
29/04/2014, 23:08
Ilsa Svletana
Sólo para el director

¡Ah, Merak, eres un imbécil!

Ilsa los pensó, pero no lo llegó a decir. Había pasado por demasiados salones como para caer en ello. Aunque las palabras estuvieron a punto de emerger de sus boca, se quedaron muertas en los labios, para una ocasión mejor, y ojalá la hubiera en el futuro. Esta era una de esas extrañas situaciones en las que, como en un sueño que acaba, todo parecía aproximarse hacia un fin incierto.

-Merak, ¿nos vamos a lanzar acusaciones mutuamente mucho rato más? -Comenta señalando a los sombríos movimientos del suelo bajo, muy abajo, de sus pies.

-Eres increíble. Después de todo este tiempo te dignas a decir que los objetivos de ese grupo coinciden con los míos. Y si consideras tú enemigos al gremio de asesinos, a los que acusas de matar a Rowan, y de conocer mi grado de culpabilidad en ello, sin aportar más prueba que tu palabra, entonces te adscribes a su causa. Además de forma vehemente y, si me permites, pertinaz. No obstante, por todos los Antepasados, ¿no ves que compartimos el mismo propósito? ¿No ves que juntos, desde ambos bandos, podríamos conseguir nuestro objetivo común? Dime, ¿qué seguridad tienes en en que se puede confiar en un grupo de parias proscritos que se ocultan en los barrios bajos? ¿Qué te hace pensar que son mejores que los asesinos? ¿Acaso no han cometido ellos también actos viles? Y por los dioses, en virtud de qué crees que yo soy aliada de ésos, ¿me tomas por estúpida? ¿Crees que no sé que mataron a Rowan? En fin...

Había tantas cosas que preguntar, que pensar y que decir, que ni en toda la noche hubieran resuelto el asunto. Ilsa era consciente de ello. Llevaba mucho tiempo en el aire, aunque por suerte los acontecimiento no se había precipitado en el Cuenco de Oro. No obstante, no tardaría en ocurrir. Así que Ilsa solo dijo lo que era evidente para ambos:

-Así que, querido Merak, debes decidir hacia quién diriges tu lealtad. Yo no me voy a ir de aquí, pienso hacer todo lo necesario para atrapar a Asceltis y a Alder y, si es posible, interrogarlos. Y después iré a por los responsables de la muerte de Rowan. Y bien, ¿qué vas a hacer tú? Ayudarás a ese grupúsculo de fanáticos -Ilsa tragó saliva al pensar en las consecuencias de esa decisión- ¿o prefieres tratar de terminar con esta locura, con este maldito fraude?

Iba a terminar ahí y dejarlo estar. Sin embargo aquel fuego inicial quemó sus entrañas. A las puertas de una muerte más que probable no pensaba quedarse con un reproche en su espíritu, así que agregó un pensamiento que, aunque recubierto de política, no dejaba de ser un asunto muy personal:

-Y por cierto, te recuerdo que aquí estamos no por la muerte de Rowan, sino por el secuestro de Alex y de Jezzabel, que propició esta desestabilización. De lo contrario no se habría dado el visto bueno a la intervención armada. Tratas de cargar toda la culpa sobre mis espaldas. Siempre has sido igual. Careces de la mirada panorámica, por mucho que revolotees en las nubes.

Cargando editor
01/05/2014, 15:37
Oligis Ledoma

El Rey Sombra se sonríe con su habitual aire taimado, ladino, mientras extrae una daga que guardaba a la espalda, entre los pliegues de sus ropas. La misma que dejó tras de sí La Mano, sobre la mesa, cuando le visitó en su propio cubil en la Periferia.

- Es curioso que le mencionéis, no hace ni un día me dejó esto para vos – le lanzo el arma con un movimiento blando, siguiendo una parábola y con el mango por delante, dejando bien claro que no se trata de ningún ataque – Aunque apuesto a que su idea no era que os la entregase como acabo de hacerlo…

Quiero asegurarme de que la mujer que tengo ante mí es una figura física y palpable, hay demasiados engaños e ilusiones en esta historia y pese a mi habilidad para detectar y anular la magia circundante, no me siento seguro de nada. Aunque eso va a cambiar en breve…

Cargando editor
07/05/2014, 12:12
Asceltis

Ves el reflejo de un filo entre las mangas de la amplia túnica de Asceltis mientras extraes la daga que la Mano dejó en tu casa. No puedes sino sentir una cierta sensación de orgullo al ver que, pese a todo, la mujer parece estar preparada para un posible ataque por tu parte. Después de todo, aún no tiene motivos para fiarse de ti, pero es casi halagador ver que te considera una amenaza.

Sin embargo, su arma desaparece rápidamente al ver que le lanzas la daga con cuidado. Al contrario de lo que casi esperabas, el arma no llega a golpear el suelo. Con un rápido movimiento, Asceltis la coge en el aire con una mano enguantada. Tras mirarla un momento, haciendo reflejar la escasa luz de las antorchas en su filo, la hace girar en su mano con movimientos perfectamente acostumbrados a ese tipo de armas. Desde luego, no te cabe la menor duda de que la mujer es una experta en el uso de hojas cortas, pues su habilidad sólo se asemeja a la pequeña exhibición que la Mano hizo en tu casa con esa misma daga... O tu propia habilidad con ese arma*.

- Está perfectamente equilibrada - dice confirmando algo que tú mismo ya sabías. - Aunque no se puede esperar otra cosa de un arma de La Mano.

Durante un momento se queda pensativa, como si evaluase nuevas posibilidades al tener un arma del Gran Maestro Asesino entre sus dedos.

- Es muy amable por su parte darte un arma con la que puedes acabar con su vida, yo no hubiera esperado que fuera de ese tipo de persona. - Te mira a los ojos un momento y no te cuesta imaginar una sonrisa sarcástica bajo su máscara. - Estaremos en contacto...

Con un rápido giro de muñeca, la daga sale disparada hacia ti. Rápidamente, te echas a un lado sólo para ver cómo el arma se queda clavada en el suelo. Cuando levantas la vista, echando rápidamente mano a tus propias armas, Asceltis ya no está.

Notas de juego

* No olvidemos que tu reserva para atacar con dagas es 9+MD, es decir, la reserva más alta que puedes tener en una habilidad.

Cargando editor
07/05/2014, 12:12
Merak

El hechicero te mira atentamente y niega con la cabeza.

- No Ilsa. Tú estás aquí por el secuestro de Jezzabel, pero yo sólo he venido por tí. Para ser testigo de tu caída... Sigues pensando que fue la desaparición de los hechiceros la que provocó una desestabilidad en Uldnacht, pero no te das cuenta de que la verdadera causa primera fue que los Truil descubriesen cómo anular la magia de nuestros hechiceros. Sin esa contramagia no habría habido secuestros y quién sabe si Rowan seguiría vivo. Pero aún sin ser consciente de eso, te atreves a acusarme a mí de falta de perspectiva.

Sonríe ante tu comentario sobre Asceltis y Alder.

- ¿Proscritos que se ocultan en los barrios bajos? ¿Acaso le has preguntado a tus aliados dónde se esconden? Hay un motivo evidente por el que Asceltis y su gente son mejores que los asesinos: sencillamente porque en este momento están de mi lado. ¿Crees que me mueven tus mismos motivos? - pregunta. - De entrada, esta noche pretendía ver cómo rompías tus propios principios dejando que un grupo de asesinos incendiase una posada en los Barrios Medios. - Señala hacia el suelo, donde las llamas empiezan a extenderse por el edificio. - Aunque el posadero estuviese al servicio de tus enemigos, ¿te has planteado que los clientes son totalmente inocentes? ¿Que el fuego puede extenderse por toda la ciudad con el calor del verano? ¡Y tú dices preocuparte por el equilibrio de la nación! Te engañas, Ilsa. Aunque después de todo, eso hace que sí tengamos el mismo propósito: preocuparnos cada uno de sí mismo.

Aletea un poco más fuerte, mietras se aleja con una carcajada. La luz del fuego en la calle ilumina su rostro, que queda extrañamente deformado por las sombras que se mueven constantemente por su cara, como bailando al son de la música que las llamas empiezan a tocar al extenderse por el Cerro de Oro.