Partida Rol por web

Reign: El Fuego Interior

8 - Sin Rostro

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19/10/2015, 12:11
Director

Un rayo de sol se coló entre los barrotes de una ventana, reflejándose cerca del techo de la celda que tienes en frente de ti. Con el anuncio del amanecer, te levantas y te acercas a los barrotes de tu celda. A penas has descansado, pero los pocos minutos de sueño que has sacado en toda la noche te han sentado razonablemente bien.

Intentas agudizar el oído para ver qué está ocurriendo al otro lado de la puerta de la cárcel. Emma debería llegar pronto y presentar los papeles necesarios para sacarte de allí... Si todo ha ido tal y como se esperaba. Los minutos pasan y parecen horas. Cuando el sol es ya completamente visible a través de la ventana empiezas a preocuparte ligeramente.

El ruido de la puerta casi te sobresalta, a pesar de haberlo estado esperando. Te separas de la reja y te sientas en el camastro, como si la cosa no fuera contigo. De las muchas cosas que se pueden decir de ti, el que no sepas fingir que estás por encima de la situación no está entre ellas.

- ¡Tú! - la voz del guardia cuando llega frente a tu puerta es seca y agresiva. En su mano lleva una pequeña maza que no parece tener muchos reparos en utilizar contra ti. - Vamos fuera. Tienes que hablar con el Sargento... - dice mientras mete una enorme llave en la cerradura de tu puerta.

No hace ningún comentario, sólo espera a que te pongas en marcha con frialdad y mirada severa, dispuesto a salir detrás de ti a la sala de guardia.

Notas de juego

Por favor, haz una tirada de Cuerpo+Vigor.

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19/10/2015, 12:38
Asceltis

Un crujido en la escalera llama vuestra atención y rápidamente echáis mano a la empuñadura de vuestras espadas. Los primeros rayos de sol aún están acariciando los tejados de los edificios cuando os levantáis rápidamente para defenderos de cualquier posible atacante.

Sin embargo, la única persona presente en la habitación es Asceltis, que os espera tranquilamente al pie de la escalera. No la habéis escuchado cuando ha entrado en la taberna y sólo en los últimos escalones se ha desvelado su presencia, lo que os hace preguntaros si ha hecho ruido voluntariamente para poneros en alerta.

- Buenos días - saluda con tranquilidad. - Espero que hayáis descansado. Podíais haber utilizado las habitaciones; tenía guardias vigilando el edificio - os informa con calma mientras se acerca a una de las mesas.

En una mano lleva un objeto largo, completamente cubierto por una manta, que deja con cuidado sobre la mesa antes de darse la vuelta hacia la chimenea. - Supongo que el te ya se habrá quedado frío - dice mientras aviva un poco las llamas y vuelve a colocar al fuego la cacerola con agua que Yi Fan había utilizado la noche anterior.

Os hace un gesto para que os acerquéis a la mesa. - El tabernero vendrá en unos minutos para preparar el desayuno, y el resto no tardará en venir aquí. Pero antes quería hablar un momento con vosotros.

Con un gesto sereno, empuja el paquete que ha traído hacia Areth, que lo mira con cierta esperanza, imaginando su contenido. - Si no me equivoco, esto es tuyo...

Mientras el uld atrae hacia si el objeto que le tiende la mujer, ella se vuelve hacia el dindavara.

- Yi Fan, como le dije ayer a Areth, nuestra misión hoy será tremendamente peligrosa. Sin embargo, viendo los acontecimientos de los últimos días, las calles de la ciudad no serán un lugar mucho mejor para estar... - Lleva la mano a sus ropajes y saca el medallón que recuperasteis de la Frontera, que brilla con el tono marrón que Yi Fan vió cuando el sacerdote del Hueso de Hierro lo identificó. - Hoy es cuando necesitaré utilizar esto - dice con serenidad - y, como prometiste, esta misma noche será destruido... - sus palabras carecen de la seguridad de la que normalmente hace gala, pues a pesar del medallón, Asceltis es perfectamente consciente de que tal vez no sobreviva. - Nada te obliga a acompañarnos. Ya has encontrado suficiente información de tu familia como para que el Hai Riyan pueda restituir tu título y los Xuedei estarán encantados de llevarte hasta él si te presentas en su provincia. - Una vez más, Asceltis hace gala de su conocimiento de Dindavara, pues las tierras de los Xuedei hacen frontera con Uldholm y separan la provincia de los Meiren del territorio Uld. - Si no quieres arriesgar tu vida con nosotros, pues nada te ata ya a mí, me encargaré de que tu promesa se vea cumplida.

Notas de juego

Por favor, haced sendas tiradas de Vigor.

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19/10/2015, 18:59
Oligis Ledoma

Esta ha sido una de las peores noches que Ledoma recuerda en décadas.

Y no se debe sólo a las obvias incomodidades físicas, ya que aunque por supuesto, cuando tiene ocasión, Oligis gusta de dormir entre sábanas de seda, sobre un colchón de plumas y a poder ser bien acompañado… su duro oficio le ha obligado a pasar más de una noche al raso, encogido en su capote mientas espera oculto a la desprevenida víctima a la que está acechando. No, esto no tiene nada que ver con el mero dolor de espalda o el entumecimiento de las articulaciones, cada vez más viejas y delicadas, que se derivan inevitablemente de pasar tantas horas acurrucado en un rincón. Ni del largo duermevela siempre alerta que se ha forzado a mantener, permitiéndose apenas unas breves cabezadas.

No, su intenso malestar tiene una raíz mucho más profunda, pues deriva de la insoportable sensación de indefensión que se ha visto forzado a sufrir, desesperadamente expuesto ante cualquier posible maniobra de sus muchos enemigos.

Hacía décadas que no sufre una situación como esta, sin salida y apenas sin recursos, insoportablemente vulnerable, convertido en una víctima en lugar de un verdugo. No había padecido una sensación semejante desde su lejana infancia en el hospicio, durante aquellos remotos años en que era un niño asustado, despreciado por todos, que se encogía amedrentado ante cualquier amenaza. Un criajo desagradable y mísero al que nadie quería, despreciado y rechazado por todos, incapaz de despertar ni un solo sentimiento afectuoso de quienes le rodeaban. Aunque aquello acabó el día en que Oligis Ledoma aprendió a hacerse temer. Nunca desde entonces ha vuelto a sentirse tan expuesto.

Hasta esta maldita noche…

Aunque por supuesto, sigue siendo el Rey Sombra, eso ya no tiene vuelta atrás. Ahora es un adulto, un Maestro Asesino, incluso estando repudiado y perseguido por su propio gremio. Puede que esté solo, desarmado y momentáneamente desprovisto de sus sofisticados venenos, pero no iba a rendirse sin más. Pues incluso cuando no le quedan fuerzas reales, un hombre puede ampararse en su reputación y en la impresión que causa en los demás. Ese fue su primer  y mayor aprendizaje vital, adquirido como casi todo su saber por medios propios, sin que nadie se tomase la molestia de adoctrinarle, de guiarle en su recorrido por este proceloso mundo: lo principal es que te teman, luego ya vendrá el resto. El respeto, la deferencia, el trato falsamente afectuoso para evitar represalias, las sonrisas de compromiso tras las que se puede entrever el miedo. Incluso el amor mercenario y la lealtad interesada, que no hace mucho le profesaban todos cuantos le rodeaban.

Ahora mismo Oligis no tiene nada real con lo que amenazar, pero todos cuantos saben quién ha sido el Rey Sombra temen sin duda su endiablada habilidad con los venenos, así que durante horas se ha dedicado a rascar con las uñas en el yeso de la pared para obtener un fino polvo blanco, obviamente inofensivo, pero que puede hacer nacer el miedo más atávico en cualquiera que se le encare y sepa con quién se las está viendo. Esa es su última y desesperada arma secreta.

Por eso, cuando se incorpora y finge una entereza que ya le gustaría tener, guarda ese pequeño puñado de yeso inerte en su puño cerrado, por si tuviera que utilizarlo como intimidación o eventual distracción ante cualquier potencial amenaza, amparándose en su infame leyenda negra.

Porque sigue siendo el Rey Sombra, maestro envenenador y asesino de magos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

La tirada falla miserablemente... incluso cuando la repite gracias al rasgo Afortunado! ;P

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21/10/2015, 14:01
Areth Dhalbach

Cojo el paquete de Asceltis y poco a poco retiro la manta que lo cubre. Se me acelera el corazón al imaginar qué es lo que me ha traido.

- El Filo de los Dhalbach - digo al desenvolver mi arma que creía perdida entre los tejados de la ciudad. - La espada de nuestro padre...

Hablo sin pensar, pero sólo cuando ya lo he dicho me doy cuenta de que tal vez no es buena idea revelarle a Asceltis que Yi Fan conoce su identidad. Pero, al igual que una flecha cuando es disparada, ya no puedo retirar la palabra dicha. De todas formas, la emoción de recuperar nuestra reliquia familiar no me premite preocuparme por eso ahora.

Doy un paso atrás, sintiendo el familiar peso de la espada en mi puño, y la hago girar sobre si misma en mi muñeca. Sonrío antes de concentrarme en el arma para hacer que su filo estalle en llamas y giro una vez más el arma ardiendo a mi alrededor. Lo había echado de menos.

- ¿Cómo la has encontrado? - pregunto mientras me vuelvo a acercar a la mesa, dejando extinguirse el fuego antes de envainar la espada y colocarla una vez más en mi cadera, el sitio al que pertenece.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vigor 2x6

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21/10/2015, 21:45
Yi Fan

Nada me ata... piensa Yi Fan con fatalidad.

No es cierto, ojala lo fuese. No se trata sólo de no dejar a Areth a su suerte en este momento crucial, ya que el destino del guerrero Uld está ligado al de su hermana. Es mucho más. Le atan los lazos de aquellos que no regresaron de la expedición al territorio Truil, por ejemplo. Y entre otros y más que nada, la muerte de ese pobre chico, Alex, cuya pesada carga siempre llevará el Dindavara sobre sus hombros mientras viva.

Es tan simple y triste como que está en presencia de las dos únicas personas que le importan algo en este mundo.

A Yi casi se le escapa una sonrisa, al pensar a qué punto ha llegado, en el que ni siquiera la perspectiva de volver de nuevo a su patria le resulta reconfortante. Pase lo que pase, allí será siempre considerado un bárbaro, un extraño, el hijo de un caído en desgracia, aunque sea capaz de exponer su caso ante el Hai Riyan.

Ha cambiado demasiado como para poder encajar de nuevo en la sociedad Dindavara. Aun así, volverá allí, pero no por ansia de venganza contra su tío ni por desear ver restituidos sus títulos y posesiones, sino simplemente porque es cuestión de justicia, de equilibrar la balanza.

El burbujeo de la cazuela con agua le sirve de excusa para levantarse y acercarse a la chimenea, poniendo distancia entre él y el filo en llamas que Areth empuña, algún tipo de arma encantada legado de su familia. Y es que no importa todo lo que haya vivido en los últimos tiempos, el Dindavara sigue sintiéndose tremendamente incómodo en presencia de la magia...

Al volver, sirve con movimientos pausados y precisos el agua hirviente en las tazas previamente preparadas con hojas de te. Sin levantar los ojos ni cambiar de expresión murmura:

En el día de hoy... lucharé a vuestro lado. Apoya con cuidado la cazuela sobre la mesa. Esa es mi decisión.

Sólo hay algo que quisiera saber... Ahora mira directamente a los ojos de la mujer del velo. ¿Cuál es la razón que te mueve a hacer todo esto? Hoy ponemos nuestras vidas en el filo, y lo acepto, pero quisiera conocer los motivos que te llevan a ello...

 

- Tiradas (1)
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12/11/2015, 18:36
Emma

Sales a la sala principal del cuartel, donde varios guardias te miran sin ocultar su desprecio. Sin embargo, no permaneces mucho en esa sala, pues en seguida el soldado que te ha ido a buscar abre la puerta adyacente, que te lleva hasta el despacho del oficial.

El sargento al cargo no es el mismo que estaba ayer, pero Emma habla con él en los mismos términos.

- ...exijo que mi cliente sea liberado inmediatamente - está diciendo cuando entras a la sala.

El oficial observa el fajo de papeles que le tiende la abogada y los levanta durante un momento. Sabes que no está leyendo nada, pues sus labios no pronuncian ninguna palabra*, pero probablemente los sellos de los papeles que está presentando tu abogada sean suficientemente influyentes como para, al menos, sacarte de tu celda hasta aquí.

- Ya tienen su dirección y la guardia se encargará de que no abandone la ciudad - insiste Emma sin girarse hacia ti - así que no tiene por qué preocuparse. Además, este tipo de asuntos se resuelven normalmente en los propios gremios, ya que ambos pertenecen al mismo - asegura. ¿Acaso ha presentado una acreditación tuya del gremio de panaderos? Con la influencia que ha mostrado tener Asceltis hasta este momento no te extrañaría demasiado. - ¿No querrá que el Senador Rhömsfield le escriba en persona, verdad? - Insiste invocando el nombre de la máxima autoridad de ese gremio en toda la nación.

El oficial parece abrumado por la información e insistencia de la abogada, así que finalmente accede a liberarte a condición de que no abandones la ciudad. Como si un disfraz sencillo no te permitiese evitar a los inútiles de los guardias de las puertas que, por otro lado, suelen estar desbordados de trabajo impidiendo que los sin-gremio de la parte de la Periferia exterior a la muralla entren en la parte central de la ciudad.

Emma no espera mucho más y se dirige hacia ti en cuanto el sargento da su aprobación. Cogiéndote del brazo te empuja casi literalmente hacia la salida. Cruzáis la sala de guardias y no tardáis en llegar a la calle.

- ¡Qué pesado! - exclama la mujer mientras os alejáis. - Creí que me iba a tener ahí toda la mañana...

Levanta la mirada hacia el cielo. La intensidad del sol** aún no es muy elevada, pero no parece estar mirando en esa dirección. - Aún tenemos algo de tiempo - dice mientras busca en su bolso y saca un par de dagas que te tiende en cuanto llegáis a una calle lateral, - pero pronto tendremos que ir a vuestro cuartel general.

Notas de juego

*En Heluso la gente no sabe leer en voz baja, así que si estuviera leyendo podrías escucharlo sin problemas.

**El astro está fijo en el firmamento sobre Heluso y Milonda, pero varía su intensidad durante el día y la noche. En las noches más cerradas llega incluso a apagarse completamente.

Mala idea usar la ventaja en la primera tirada. OK, no recuperas ninguna herida letal, entonces. Sigues con 3/4 en la cabeza y 2/5 en el brazo izquierdo.

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12/11/2015, 18:55
Asceltis

Asceltis clava la mirada en Areth, sabiendo que la primera persona no habrá pasado desapercibida a Yi Fan cuando el uld se ha referido a su ancestro común.

- Alder la había recogido - explica. - Después de nuestro último encuentro tuve unas palabras con él para... rescindir nuestro acuerdo y aproveché para llevarme esto. De todas formas, él ya no lo necesita - añade crípticamente.

Cuando Yi Fan habla, la mujer se vuelve hacia el dindavara y le observa con atención. Durante unos segundos que parecen eternos permanece en silencio, observando al guerrero. Los recuerdos de una conversación similar hace un par de meses en la taberna del Cerro de Oro asaltan al dindavara. Tras un roce bastante brusco, el exiliado había forzado a Asceltis a restringir su relación al terreno comercial, pero sus últimas palabras trascienden ese acuerdo.

Asintiendo con solemnidad, la mujer acepta a contestar al dindavara. - Es justo - dice mientras se lleva las manos a la parte trasera de la cabeza.

Notas de juego

Actualizo vuestras heridas con las tiradas que habéis hecho de vigor.

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12/11/2015, 19:00
Nadia

El pañuelo se desliza por la piel de la mujer y cae suavemente sobre la mesa. Yi Fan mira el trozo de tela como imnotizado antes de levantar la mirada hacia Asceltis. El rostro que tan rara vez ve la luz es bastante atractivo, en contra de lo que se rumorea por las calles más oscuras de la Periferia, donde se dice que la mujer es en realidad un demonio disfrazado. Pero probablemente haya sido ella misma quien haya difundido parte de esos rumores, directa o indirectamente.

- No soy una persona que actúe normalmente por un solo motivo, Yi Fan - dice Asceltis mirando a los ojos del dindavara para intentar adivinar su reacción al verla sin el pañuelo. - Y el hecho de que estemos aquí hoy, dispuestos a enfrentarnos a uno de los mayores asesinos que han pisado esta ciudad, es una historia demasiado larga para contarla en el poco tiempo del que disponemos.

Se gira un momento hacia Areth que mira el rostro de su hermana como si fuera una montaña de oro. Después de todo, el uld ha pasado años buscándola y, de alguna manera, las facciones de la mujer aún le permiten distinguir a su hermana pequeña.

- Areth ya te ha hablado, supongo, de cómo llegué a la ciudad. El hombre que me sacó del campo de batalla se convirtió en mi padre y mi mentor. Durante años había estudiado la historia reciente de Uldnacht, cuando los asesinos de sangre del Imperio acabaron con las antiguas dinastías de los nobles. - Todo el mundo conoce bien esa historia. La derrota del Imperio en Uldholm fue, en cierto modo, uno de los motivos por los que Dindavara no llegó a ser sometida por la emperatriz. - Lo que pocos saben es qué ocurrió con aquellas familias nobles que podrían haber aspirado a enfrentarse a los incipientes gremios por el poder de la nación. La respuesta a esa pregunta pocas veces formulada está ligada a la formación del Gremio de Asesinos. Fue uno de los pocos nobles restantes quien pactó con el senado de Uldhold: él acabaría con el resto de las familias a cambio de formar parte de la política de la nación. Por supuesto no podían aceptar que lo hiciera de forma abierta pero la situación no permitía que una guerra civil asolase completamente el país, así que fue entonces cuando se formó un pacto con el primer gran maestro del gremio de los asesinos, aquel a quien hoy se conoce como el Sin Rostro.

Aprovechando que no tiene la máscara, Asceltis lleva, por primera vez desde que la conocéis, una taza de té a sus labios. Cuando vuelve a dejar la taza, lo hace con un gesto que Yi Fan a visto cientos de veces en las ceremonias del té en su propia nación.

- Mis motivos para querer enfrentarme al Sin Rostro son varios y mentiría si dijera que son todos honorables o altruistas. No todos los que conocen la existencia de ese gremio secreto están de acuerdo con sus funciones. De hecho, su mera existencia desestabiliza las organizaciones criminales en la Periferia, cuando un gremio de asesinos debería imponerse sobre ellas - el "como he hecho yo" no llega a decirlo, pero de alguna forma se hace evidente en sus palabras. - Eso por no hablar del efecto que produce entre los propios gremios... Pero, por encima de ideas políticas o incluso del poder que pueda reportarme acabar con el mayor asesino de las últimas décadas, tengo una deuda que saldar con mi maestro: el Sin Rostro acabó con su vida, y ahora seré yo quien acabe con él.

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17/11/2015, 00:38
Yi Fan

Yi Fan se mentiría a sí mismo si no reconociera que ha fantaseado imaginando cómo sería el rostro de Asceltis, y apenas puede contener su sorpresa cuando la mujer se despoja del velo. Por la mente del Dindavara cruza un pensamiento, y es que en realidad no era necesario para él verle la cara ya que todo lo que es necesario conocer de ella está en su mirada, en sus ojos. Pero no puede menos que agradecer que se haya descubierto ante ellos, y es que el mero gesto de hacerlo es mucho más importante que cualquier recompensa. Al menos Yi Fan se siente recompensado… por todo lo sufrido y por lo que le queda por sufrir…

Asceltis… o mejor dicho, Nadia, les explica parte de su historia, parte de sus razones, parte de su obsesión. El hecho de tener un asunto pendiente que se convierte en una de tus razones de ser… No son tan diferentes ellos dos, o no tanto como hubiera imaginado Yi Fan, que se pregunta si el mentor de ella era originario de su patria natal.

Pero la obsesión puede ser peligrosa. En los ojos de Asceltis puede verse reflejada la sangre que está a punto de derramarse en esta guerra entre asesinos. Y el Dindavara no puede evitar prevenirla en cuanto a ello.

Creo que puedo llegar a comprenderte respecto a los motivos que te guían. Responde el Dindavara, escogiendo sus palabras con cuidado. Pero hace apenas un par de días que presencié la muerte de alguien que buscaba saldar una deuda, tal y como tú pretendes, alguien que contaba con una gran habilidad en el dominio de las armas, y que incluso tenía a su disposición el Medallón Truil…

Y a pesar de eso, Fender murió… Justo frente a mí…

Pero las palabras "y no quisiera que te sucediera lo mismo" no surgen de sus labios.

 

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22/11/2015, 20:06
Areth Dhalbach

Frunzo el ceño al escuchar las palabras de Yi-Fan, preocupado.

- No dejaré que eso ocurra esta vez - digo con seguridad. - Y menos aún con la espada de mi padre en mis manos... - Daría mi vida para proteger a mi hermana y la reliquia de mi familia sólo reafirma mi convicción de hacerlo.

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22/11/2015, 20:09
Nadia

Nadia, Asceltis, asiente con lentitud.

- Henry me contó lo que le ocurrió a Fender. Efectivamente era un maestro de esgrima, pero la planificación no era su punto fuerte... A penas había conseguido la información de dónde vivía Biza la misma tarde que fue a por ella. Ni siquiera se preocupó por quién más podría encontrarse en su camino, y estuvo a punto de arrastrarte con él - dice mirando a Yi-Fan con seriedad. - No ocurrirá lo mismo esta vez. Llevamos mucho tiempo planeando este golpe y este medallón - dice cogiendo el objeto que le cuelga del cuello - era la última pieza que nos faltaba.

Se vuelve hacia Areth y su rostro no consigue ocultar sus sentimientos enfrentados.

- Esperemos que no haga falta que lleguemos a eso - dice con gravedad. - Cuando lleguemos a la cámara del Sin Rostro, manteneos en la puerta. Tras sus tratos con los recién nombrados senadores, ese hombre aprendió las artes más oscuras... No sólo es un letal asesino, sino que también es un poderoso hechicero, aunque ha descubierto el modo de ocultarlo a los demás.

Evidentemente, Asceltis cuenta con el medallón para equilibrar las fuerzas.

- De cualquier forma, deberíamos irnos. Henry nos estará esperando ya con el Rey Sombra y su antigua discípula - dice mientras se vuelve a poner la máscara.

Notas de juego

Os dejo un post por si queréis decir algo antes de que salgais a la calle.

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22/11/2015, 20:17
Henry

Emma te guía por las calles hasta que se para en una esquina, no muy lejos de una de las entradas a las alcantarillas que tú mismo has utilizado a menudo para acceder a vuestro cuartel general. Ves las dos siluetas ocultas en las sombras mucho antes de que se decidan a mostrarse abiertamente y con discrección, agarras las empuñaduras de tus dagas dispuesto a enfrentarte a un nuevo enemigo.

Cuando ves apareceer a Henry acompañado por Hannah, no tienes muy claro si realmente son aliados o si ellos también son enemigos.

- Buenos días - saluda con una sonrisa el secuaz de Asceltis. - Me alegra ver que has conseguido salir de esa prisión. No has descansado mucho esta noche, por lo que he podido ver...

Deja en el aire la insinuación de que ha estado vigilándote, a pesar de que no has llegado a ver ni escuchar a nadie en toda la noche, salvo alguno de los guardias que, de cuando en cuando, miraba las celdas por la trampilla exterior de la puerta.

Un paso detrás del hombre, que una vez más parece no llevar ningún arma encima, está tu antigua discípula, observándote con atención, sin tener muy claro ella misma si eres amigo o rival en su nueva organización.

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29/11/2015, 12:21
Oligis Ledoma

Maese Ledoma ha estado callado y taciturno durante todo este tiempo, desde que la intervención de Emma, en tanto que abogada, le ha permitido abandonar el presidio.

Considera una verdadera humillación el haberse visto reducido a eso, a lo que es ahora mismo: poco más que un sicario a las órdenes del grupo de Asceltis. Una simple herramienta, dispuesta a prestar el servicio que se le indique… y por tanto un peón perfectamente sacrificable.

Quién te ha visto y quién te ve, de ambicioso conspirador a traidor y renegado de tu gremio, alejado de tus propios secuaces, y entregado a una voluntad ajena. ¡Peor que al principio!

Sin embargo hay que seguir adelante. No tiene otra opción. Quizás lo único que no ha perdido es la voluntad de sobrevivir, de seguir luchando para hacerse un hueco propio en el mundo. Además de la astucia y la determinación para aprovechar cualquier oportunidad cuando surja.

Ahora mismo hubiera dado cualquier cosa por poder acudir a uno de sus refugios secretos para renovar su provisión de venenos. Sin ellos, se siente como un soldado que acude desarmado a la batalla. Pero también es consciente de que no dispone del tiempo necesario ni puede dejarse ver en ningún lado. No mientras esta guerra subterránea y oculta contra los que fueron sus superiores en el Decimosexto Gremio de Uldholm no haya acabado.

Como mínimo, debería quedarle algo de la autoridad perdida sobre Hannah, su antigua discípula que supo venderse a la gente de Asceltis incluso antes que él. De modo que le dirige una media sonrisa y plantea sus exigencias, mientras ignora el comentario de Henry:

- Voy a necesitar algo más que una daga cuando entremos ahí abajo -afirma mientras tiende una mano enguantada- Pásame unas cuantas dosis de Monkeydrop, sé que tienes de sobras. Como mínimo, eso me lo debes, después de todos los secretos que te he enseñado acerca de la fabricación de venenos…

Notas de juego

Ya que he perdido (al menos temporalmente) la Ventaja de Seguidores (Amenaza 4x10), al menos podré exigirle material básico a la que fue mi principal discípula... ;)

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06/12/2015, 19:00
Yi Fan

Asceltis no es Fender, eso está claro; si ella está dispuesta a dar este paso es que lo ha planificado todo al detalle y ha contemplado todas las posibilidades. Y además ella tiene a Areth, que dará su vida sin dudarlo para proteger la de su hermana. Y cuenta con Henry, y quién sabe con cuántos aliados más en esta guerra cuya última batalla está por comenzar.

Y cuenta con Yi Fan, que luchará a su lado... y aún así, el Dindavara piensa que quizá no sea suficiente. Los planes son sólo eso, planes. Nadie sabe qué es lo que el Padre-Espada tiene reservado para cada uno de ellos...

En cualquier caso, no hay mucho más que decir, ni nada más por hacer aquí, así que Yi Fan se incorpora y recoge la espada Dinda, ajustándose la vaina en la cintura, entre los pliegues del fajin. Para lo que viene a continuación no es necesario ocultar su arma como suele hacerlo, en el estuche de su koto.

Al contemplar el instrumento de cuerda, una punzada de algo parecido a la nostalgia le invade. Si fuese posible para él escoger su propio destino, quizás eligiera una vida errante, en el camino, ganándose el sustento con su música. La vida de un vagabundo, errante y libre... Pero hoy no es ese día... Hoy toca matar o morir.

Sin embargo, antes de salir del Grifo Ardiente, las palabras de La Mano vuelven a su mente. Y expresa en voz alta algo que sin duda, Asceltis ya sabe:

El Rey Sombra nos traicionará en el mismo momento en el que piense que hacerlo le reporta un beneficio. Lo sabéis tan bien como yo...

 

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08/12/2015, 12:47
Director

Asceltis asiente mientras Areth frunce el ceño agarrando con fuerza la empuñadura de su recién recuperada espada. Sin embargo ha llegado el momento en el que sobran las palabras y los tres salís de la posada rápidamente.

Hasta ahora pocas veces habéis seguido a la mujer por las calles, pues siempre era uno de sus secuaces quien os guiaba hasta el lugar donde encontrarla. Camina con la seguridad de quien sabe que su reputación la precede y protege de cualquier maleante de la Periferia. Llegado un momento, os hace un gesto y se desvía rápidamente de la calle principal, entrando en una casucha abandonada.

Acelera hasta el punto que os cuesta seguirle el ritmo, subiendo a los tejados, dejándose caer a balcones que a penas tienen un pie de ancho y atravesando muros derruidos por zonas en las que a duras penas cabe el torso de Areth. La mujer conoce las calles como la palma de su mano, lo cual en su trabajo es sin duda una ventaja estratégica pues le permite moverse de un lado a otro a una velocidad muy superior a la que cualquiera podría igualar.

En menos tiempo del que habríais pensado, estáis en una estrecha calle de los barrios centrales, en la que os esperan Emma, Henry, el Rey Sombra y su antigua discípula Hannah.

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08/12/2015, 12:57
Hannah

Hannah sonríe a su antiguo maestro y, con medida lentitud, saca un par de viales de uno de los pliegues de su túnica ante la sarcástica sonrisa de Henry. Oligis las mira con atención y no le cuesta distinguir el veneno que le ha pedido a su antigua aprendiz junto con su antídoto.

Con tranquilidad, la chica le da a Oligis el vial con el veneno, guardándose el otro en la túnica. - Una sola dosis - señala mientras extiende la mano hacia su antiguo maestro. - Escoge bien con quién la utilizas.

Su tono es completamente diferente al que tantas veces ha utilizado con el Rey Sombra, lo que consigue desatar un cosquilleo en el estómago del asesino mientras piensa en esa "perra traidora". Sin embargo, el rostro de Oligis no transmite la más mínima emoción mientras coge el veneno.

La aparición de tres figuras al otro lado del callejón interrumpe el tenso momento. El rostro enmascarado de Asceltis, seguida de cerca por la figura del dindavara y el fornido guerrero uld habrían llamado la atención en los barrios Centrales, pero mientras se descuelgan con agilidad de uno de los tejados parece evidente que nadie ha llegado a verles.

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08/12/2015, 13:07
Asceltis

Asceltis guía a sus compañeros hasta el grupo que la espera y saluda con una rápida inclinación de cabeza.

- Al fin estamos todos - dice con seriedad. - ¿Está todo preparado?

Henry asiente un instante antes de que lo haga Emma. Hannah, por su parte, saca dos pequeñas ampollas iguales a la que acaba de guardar y se las da a Asceltis antes de confirmar que está todo listo.

- Bien - dice la mujer mirando los dos viales que la chica le acaba de dar. Se vuelve hacia Areth y Yi Fan y les entrega uno a cada uno de ellos. - Bebeos esto - dice con tono serio antes de volverse hacia el Rey Sombra. - Supongo que vos estaréis inmunizado contra ese veneno, ¿no es así? - La sonrisa del asesino no deja entrever si esa afirmación es cierta o si no es posible protegerse de sus propios brevajes, pero Asceltis interpreta la segunda opción mientras se vuelve hacia Hannah. - Dale otro a él. No queremos que ninguno de sus antiguos compañeros le deje paralizado durante horas - dice explicando al mismo tiempo el efecto del veneno contra el que les ha proporcionado el antídoto a sus acompañantes.

- ¿El resto está ya en posición? - pregunta a Henry. Él contesta con su típica sonrisa, como si preguntase con quién cree que está hablando. Asceltis se limita a asentir en respuesta. - Bien, entonces es hora de desaparecer de la superficie - termina señalando con la mirada una alcantarilla próxima, la misma que llamó la atención de Oligis unos minutos atrás. - Emma, avísanos cuando esté todo en marcha - dice a la abogada, que no parece tener intención de meterse en ese lugar ni acompañaros a la peligrosa expedición al cuartel general de los asesinos.

- Antes de irnos, ¿alguna pregunta? - dice volviéndose hacia todo el mundo.

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08/12/2015, 15:45
Oligis Ledoma

El desagradable hombrecillo que ha traicionado a su propio gremio acentúa su taimada sonrisa tras guardarse el frasco con el antídoto en uno de los bolsillos secretos de su atuendo. Por la razón que sea, ha preferido no ingerir su contenido todavía, pero sin embargo extrae otro frasco y extiende cuidadosamente un líquido espeso a lo largo del filo de una de sus dos dagas.

- Pues resulta que yo sí tengo una cuestión que plantear -murmura con un susurro ronco que resulta apenas audible- ¿Cómo pensáis enfrentaros al Sin Rostro, si nos lo encontramos ahí abajo? ¿Os vais a encargar vos de él personalmente, mi señora Asceltis? ¿Acaso conocéis su verdadera y secreta naturaleza?

El taimado Rey Sombra es muy consciente de que sacar ese tema a relucir en los momentos previos al ataque al cuartel general del Gremio de Asesinos puede generar cierta inquietud entre sus filas, pero hay asuntos que deben mencionarse o acabarán lamentándolo…

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11/12/2015, 11:14
Asceltis

Mientras Henry abre el acceso a las alcantarillas, Asceltis se vuelve hacia el asesino.

- Por supuesto... - responde a su última pregunta. La mujer lleva mucho tiempo preparando este golpe y cuenta con todo el trabajo que Areth y Yi Fan han realizado para ella en los últimos meses para poder enfrentarse al Sin Rostro y tener alguna esperanza de éxito. - Y no espero "encontrarme" con el Sin Rostro, sino ir en su busca - explica.

Cuando Henry desaparece en el subsuelo de los Barrios Centrales, Asceltis os hace un gesto para que le sigáis. Os descolgáis hasta una zona adoquinada, que transcurre en paralelo a las aguas fecales. A pesar del olor, las alcantarillas de esta zona poco tienen que ver con las de los Barrios Medios, pues tienen incluso algunos pasillos de mantenimiento por los que puede caminar una persona sin llegar a meterse en el agua.

Henry ha recogido un petate que debía estar escondido no demasiado lejos y saca de él varios trajes, todos iguales. Oligis no tarda en distinguir el uniforme de los aprendices de su gremio, que Hannah lleva puesto debajo de su capa.

- Poneos eso - dice Asceltis quitándose la túnica que cubre su cuerpo para revelar un traje de cuero idéntico a los otros. - Nos permitirá no llamar la atención al entrar en el refugio de los Asesinos.

Pese al disfraz, los guardias de la puerta pedirán una contraseña para acceder a lo que es una pequeña fortaleza subterránea, y con los acontecimientos de los últimos días, el Rey Sombra no ha tenido acceso a ellas. Por supuesto, en otras circunstancias podría haber pasado utilizando únicamente su nombre, pero es probable que a estas alturas todo el gremio sepa de su traición.

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13/12/2015, 11:24
Yi Fan

Tras beber el vial que le han entregado y vestirse con el uniforme de aprendiz del gremio, el Dindavara sigue a los demás a las profundidades del subsuelo de la ciudad, en un camino que les llevará hasta los dominios del Sin Rostro y su cofradía de asesinos.

Yi Fan mantiene el entrecejo fruncido y se mantiene en silencio, haciendo caso omiso al dolor que le causan las heridas todavía demasiado recientes, resultado de los últimos enfrentamientos en los que ha participado. Como siempre, se guarda cualquier comentario para sí mismo, pero no disimula su disgusto por tener que irrumpir en ese nido de víboras. Y a pesar de ello, la determinación brilla en su mirada, ya que ahora sólo tiene en mente un único objetivo: escoltar a Asceltis hasta que pueda llegar a su cara a cara con su adversario.

Y confiar en que sea capaz de derrotarlo...