Partida Rol por web

Casi sin darle tiempo a reaccionar, Camus manipula el cosmos de su entorno, para congelar la flecha antes de que le alcace, pero no le da tiempo...

Veo que aún sigues queriendo abatirme como un cazador que busca a su presa, si es lo que quieres, te daré ese lujo de que luche contigo con todas mis fuerzas.... -decía serio y frío Camus -

Sin esperar respuesta y herido por la Lanza de Fuego, Camus no deja tiempo a Hefestos....

Sucumbe ante el frío del Caballero de Hielo.....¡¡¡ EJECUCIÓN DEL AURORA !!! - levanta ambos brazos formando como si fueran un cántaro por encima de su cabeza, y lanzando un fuerte torrente Helado contra el Herrero de los Dioses -

En esta ocasión, Hefesto logró dañar a Camus más de lo que se esperaba. Se le veía una sonrisa triunfal en el rostro.

-Ya te tengo- dice, y sonríe socarronamente- Ya eres mío, caballero de Acuario. Sufre en tus carnes una vez más el dolor de mi flecha sangrienta- y se ríe, mientras proyecta una nueva flecha contra ti- Voy a jugar contigo como al gato y al ratón, y te despedazaré.

Camus intenta hacer otro muro, pero no le da tiempo, siendo nuevamente herido por la flecha.

Acumula un frío cosmos en su puño izquierdo para lanzarselo contra Hefestos....

Sin esperar a que reaccione Hefestos, aprovecha para lanzarle un Trueno del Alba.

 Esto por Atenea y por quien tienes Prisionero....¡¡¡ Trueno del Alba !!! -decia con fuerza y decisión Camus -

Hefesto se quedó inmóvil por un momento, al ver el inmenso poder de tu trueno del alba. Incapaz de defenderse, recibió de lleno el impacto del golpe, cayendo al suelo, casi sin un soplo de vida al que aferrarse.

Cuando te disponías a acercarte a la jaula, casi moribundo, se escuchan carcajadas resonando en toda la sala.

-Mjajajajajajajajajajajajajajajaja. Gracias, caballero de Acuario. Esperaba que un grupo de aguerridos defensores del bien me librara de mi única carga para poder casarme libremente con Hades. Cuando Perséfone baje al inframundo y lo despierte, ya no tendré matrimonio que pueda evitarme el pretender al Dios más poderoso, equiparable al mismísimo Zeus.

Afrodita hace su aparición sobre la jaula. Está más bella e imponente que nunca.

-Nunca te estaré lo suficientemente agradecida, humano. Por lo pronto, voy a rematar a mi querido esposo, que aún veo que le queda un soplo de vida- estira la mano, y le impacta con un minúsculo rayo en la cabeza. El corazón de Hefesto ahora sí que deja de latir, ya que sólo había caído inconsciente- Y como regalo por tus servicios prestados, aquí te devuelvo a esta carroña, que ya no me sirve de nada, muahjajajajajajajajajaja.

Afrodita desaparece, dejándote solo, junto al cadáver de Hefesto, y junto a la jaula de Hyoga. Al instante, la jaula se desvanece, y el moribundo Hyoga queda libre, aunque inconsciente.

¿Hyoga?.....despierta....- dice Camus golpeando levemente la cara de Hyoga -

Debemos de salir de aqui, de seguro vendrá algún Dios y nos culparan de la muerte de Hefestos, tenemos que salir de aqui enseguida - decia el Maestro de los Hielos Glaciales a su alumno -

Aun con las múltiples heridas que posee Camus, coge a su alumno, pasando su brazo izquierdo por encima de los hombros de Hyoga para ayudarle a levantarle, juntos emprenden una lenta huida del puerto, antes Camus se para mirando el cuerpo inerte de Hefestos...

Por eso deje de sentir por los demás, deje de amar, deje de odiar, deje todos y cada uno de mis emociones y sentimientos..... -decía Camus al difunto cuerpo de Hefestos -

..Herrero de Zeus, forjador de los temidos rayos de Zeus, mira lo que te ha traido el amor ciego que tenias sobre Afrodita, nunca mejor se ha dicho, que el amor mata, ya te avise de lo que podía pasar, los planes de Afrodita, el que te quitaría la vida en cuanto pudiera, como ves...., en todo y cada una de mis palabras estaba la verdad, ahora has muerto de amor, matado por las propias manos de quien ciegamente estabas enamorado, espero que tu noble alma de Guerrero, aun ciego por la pasion, pueda ver con más claridad en el lugar donde estes, hasta siempre, Hefestos... -decía cordial y educadamente Camus, al cuerpo de Hefestos -

.. luchastes con Valentia pero ciego de amor, hable contigo, te di una oportunidad, de que pensaras y analizaras las cosas, mira lo que te ha llevado el no creer en mis honestas palabras y seguir a eso que llamáis Pasion.- con estás últimas palabras, Camus sale del campo de batalla que ha tenido con Hefestos, llevando a su alumno hasta que se valga por si mismo -

Percibes el cosmos de Mu de Aries en su templo, dentro del santuario. Shaka de Virgo está en el aeropuerto, en breve parece que montará junto al resto en la avioneta que los va a llevar a Siberia.

Sales del puerto, casi agonizante, arrastrando los pies, molido bajo el peso muerto del inconsciente caballero del Cisne. Sabes que hay un hospital cercano, así que hacia allí encaminas tus pasos.

Al veros entrar, no se quedan demasiado sorprendidos. No sería la primera vez que por su proximidad al santuario, ven aparecer a un caballero herido, así que no preguntan, y se limitan a haceros pasar de inmediato a ser atendidos.

Un doctor os hace pasar a su consulta, solicitando que dejes a Hyoga sobre la camilla que en ella hay.

-¡Dios Santo! Este hombre está a las puertas de la muerte. De no ser porque es un caballero, y sé que aún en el umbral de la muerte sois capaces a renacer de vuestras cenizas, lo daría por muerto. Él necesita un ingreso inmediato, desde luego, y usted...- te quitas la armadura, y obligas a la del cisne a desprenderse del cuerpo de tu discípulo- No parece estar en mejores condiciones. Es mi obligación atenderles, por supuesto. Sólo espero que no nos haya puesto en peligro. Quiero decir, si una mala bestia de ustedes los persigue, podría destruir esta institución en apenas unos segundos. Temo por la seguridad de mis pacientes, compréndalo. ¿Puede garantizarme que no sucederá nada malo en el tiempo que lo tengamos aquí ingresado? Estoy algo preocupado, pero está claro que necesita atención médica inmediata.

El enemigo al que ahora nos enfrentamos, no vendrá al hospital, eso se lo aseguro, en sus planes tiene metas más profundas. - decía en tono tranquilizador al doctor, Camus sabia que una Diosa como Afrodita o algún Dios, un hospital lo tomaria por alto, andaban ya bastantes ocupados en buscar a la niña y luchar contra los otros caballeros, además, sus cosmos estaban apagados, ahí en el hospital eran personas normales y corrientes, estaba seguro que de momento no se centrarían en el hospital para nada, ya que los demás dioses tenían metas más personales que destruir un hospital de humanos, aunque Camus queria seguir combatiendo, no podría en su estado, mejor dos caballeros recuperados, que dos moribundos que solo estorbarían -

A Hyoga se lo llevaron para realizarle unas puebas inmediatamente. Su vida corría peligro, y parecía revestir tantas heridas graves que no sabían casi ni por dónde empezar.

Por el contrario, tras curar alguna de las heridas más serias que arrastrabas, te acomodaron en una habitación, con vendajes cubriendo la mitad de tu cuerpo.

El tiempo parecía pasar muy lentamente en aquel cuarto de blancura inmaculada. Poco a poco notabas que te sentías mejor, aunque sólo fuese a causa del descanso.

Te habían comentado que en breve vendría una enfermera a traerte algunas medicinas. Aguardabas sin mucha prisa su llegada. Estabas seguro de que te iban a coser a calmantes y a relajantes musculares para paliar los dolores, así que no tenías mucha prisa por ser medicado. Eras un caballero del zodíaco, y el tema de recibir la misma atención médica que un humano corriente no te parecía necesaria. Claro que los médicos no hacían excepciones con sus pacientes.

Parecía hace muy buen día en el exterior. Era por la tarde. No habías recibido noticias de ninguno de tus compañeros desde que abandonaste el Santuario para acudir al puerto.

Camus mira por la ventana algo nostálgico...

Espero que a vosotros os vaya bien, espero recuperarme pronto e ir en vuestra ayuda, compañeros, ser pacientes conmigo...- se decia para si mismo Camus, mientras su reflejo se veía en el cristal de la habitación -

Camus se queda absorto mirando la ventana, la verdad que pronto el mundo sufriria las consecuencias de una lucha entre Dioses y hombres, pero una cosa estaba clara, era una lucha de supervivencia, una lucha que demostraría que los humanos no son meros juguetes de los Dioses.

Camus cerró con furia sus puños, si fuera más fuerte, si fuera más poderoso, el combate contra Hefestos no lo habría dejado tan mal parado, por una parte sentía envidia de sus compañeros, ahora estaban en una épica batalla y el mismo tenía que estar en el Hospital, ojala no hubiera estado tan herido, ojala tuviera más poder, para poder haber acabado él mismo con Hefestos y Afrodita, a efectos, solo dejó inconsciente a Hefestos, Afrodita fue quien acabo con la vida del herrero de los Dioses, pero, lo que hizo Afrodita, se sentía impotente, no solo había dejado bien grave a Hyoga, que encima le había perdonado la vida al propio Caballero de los Hielos, por simple superioridad de poder, ojala fuera mas poderoso, ojala pudiese acabar con la vida de Afrodita.

Te quedas medio dormido, efecto de los calmantes que te han proporcionado. Tus heridas parece que duelen menos que antes, aunque sientes su resquemor bajo las vendas.

De pronto, sientes unos pasos acercarse a tu ventana. Un salto... Hay alguien en el alféizar.

Camus se apresura a asomarse, reduce el calor de su cuerpo para asi que de esa manera, el torriente sanguíneo vaya más lento, para de esa manera, relentizar los efectos del calmante...

Camus sale por la ventana una vez la abre sigilosamente...

Para ir tras el ruido que ha escuchado en el Alfeifar.

Lo que faltaba, si lo que sea que ha venido es otro Dios, lo vamos a tener crudo... - se decía pensativo Camus, mientras buscaba a la persona que había escuchado -

Hay un caballero en el alféizar, así que al salir por ahí, tropiezas con él inevitablemente.

-Es la primera vez que mi enemigo viene a la boca del lobo, en vez de esperar a que el lobo aceche. Bien, yo, Noto, hermano gemelo del caballero de Sirio de Serapis, he sido enviado por Afrodita para matar al asesino de Hephaistos- se pone en guardia. Los dos estáis en equilibrio en el alféizar- ¿Algo que decir antes de morir, caballero? Serás enviado a la tumba, eso sí, con honores. No todos los días un humano puede presumir de haber asesinado a un Dios.