Partida Rol por web

Lo suyo es cerrajería, mecánica es para coches y esas cosas. Pero si no tienes cerrajería tira mecánica y ya veremos.

O quizás lo que convenga sea ser algo más...destructivo. Llevarse objetos de valor y demás para que piensen que han sido unos ladrones normales. —sugirió Daphne mientras se agachaba a comprobar la cerradura. No estaba segura de que fuese de las que sabía abrir pero en el caso de que así fuese podría indicar al resto como forzarla ya que eso era un trabajo para dos manos. Otra opción es arrancar el cuerpo del libro dejando solo las tapas con las hojas de otro libro dentro. Con suerte podrían tardar un par de días en darse cuenta.

-La idea de simular un robo no es tan buena como parece porque también nos imputarían. Después de todo, somos los extraños con una historia rara que hoy mismo ha estado mostrando interés por esta asociación.- murmuró Derek al grupo -Y como les de por mirar bien quienes somos nuestra historia se va al garete... y a ver cómo lo explicamos. Creo que lo mejor va a ser que dejemos menos huellas que un fantasma.-

Roderick mientras todos hablaban y viendo como Dhapne tenía serias dificultades para manejar la cerradura, decidió comportarse como un caballero y probar suerte.

- Señora Greywood, no se mucho de cerraduras pero permítame intentarlo- se ofreció de manera cortes.

El capellán tenía serias dudas sobre su capacidad como delincuente común pero no tenía ganas de ponerse a pensar y tal vez un poco de trabajo mundano le despejase la mente.

Mientras intentaban abrir la puerta y terminaban de discutir el plan a llevar a cabo, yo me acerqué con cuidado a una de las ventanas y asomé la cabeza, con cuidado de que no se me viera desde el interior, para ver si era capaz de ver algo dentro de la habitación correspondiente.

Mientras sus compañeros intentaban forzar la puerta sin ningún éxito, Lewis se acercó a la ventana para mirar al interior de la asociación. El salón en el que se habían sentado estaba completamente a oscuras y no parecía haber nadie en él.

Una vez comprobado que estaba vacío el anticuario se fijó en el cierre de la ventana, evaluando cómo de difícil sería abrirlo.

Tome y escuche. —Daphne dio una horquilla al hombre que estaba junto a la ventana. Aquella cerradura era mucho más sencilla que la de la puerta. De hecho hasta un niño podría forzarla. Eso dio ánimos a la mujer que decidió explicar como podía abrirla.—El rodete de las cerraduras baratas como esta es muy sencillo. Solo requiere un poco de paciencia y sangre fría. Imagine que es una mecedora que quiere volcar ¿de acuerdo? Empuje suavemente y conseguirá volcarla al suelo. Esto es lo mismo. Introduzca con una mano la horquilla y empújela suavemente. Cuando note la presión mantenga quieta la mano de la horquilla y tire con la otra de la ventana. Se abrirá como por arte de mágia.

Steffan se pasaba una y otra vez la mano por el encerado pelo haciendo patente los nervios que le reconcomían por dentro. No eran más que un grupo de aficionados. Al menos es lo que le parecían. Esperó que alguien pudiera abrir la ventana sin tener que romper el cristal.

Escuché atentamente las indicaciones que me daba Daphne sobre la manera de abrir aquella cerradura de la ventana. Parecía una acción relativamente facil de conseguir y, aunque me estaba poniendo cada vez más nervioso, la necesidad de volver a ver a mi pequeño me dio fuerzas para intentarlo.
Cogí la orquilla que me entregó y comencé a manipular la cerradura con decisión pero al cabo de unos momentos tuve que desistir de seguir con aquella maniobra. Mi habilidad para conseguir abrir cerraduras quedaba demostrada como nula. Por suerte no hice ningún ruido que pudiese alertar a los vecinos pero no tampoco abrí la ventana.
Con cara de fastidio por mi poca pericia, le devolví la horquilla a Daphne.

Roderick no tenía ni la menor gana de entrar pero era odbio que ya no había marcha atrás y que cuanto más se retrasaran iba a ser peor, amén de que si no lo conseguían al final estaba viendo que más de uno se terminaría por tirar sobre la puerta y con ello era probable que armasen mucho ruido, de manera que se dirigió hacia la ventana que estaban tratando de forzar, se agachó para coger una piedra de tamaño mediano y ni corto ni perezoso se dispuso a lanzarla.

- A un lado...-  dijo al grupo de la ventana al tiempo que arrojaba la piedra y rompía el cristal.

El agujero del cristal no era muy grande pero si lo suficiente para poder meter la mano y accionar el picaporte que por fin les facilitase el paso, de manera que sin pensarlo más metió la mano y tanteó.

-Y esto es lo que entendemos por "una entrada discreta"- murmura Derek con cara de fastidio mientras imagina que mañana toda la policía local estará buscándoles para hacerles preguntas.

Siempre podemos tirar piedras al resto de ventanas para simular el ataque de algún vándalo— repuso Daphne con expresión de fastidio. De todos modos será mejor que arranquemos el interior de los libros dejando el exterior intacto, para que a simple vista no se note que han desaparecido,

- Me quedaré aquí por si viene alguien. Daos prisa.- Steffan buscó un sitio donde parapetarse, fuera de las miradas indiscretas y desde donde pudiera avisar rápidamente a sus compañeros.

Iré con usted—añadió Daphne siguiéndolo. Era absurdo que tratase de entrar por la ventana y lo sabía ¿Cómo iba a izarse con un único brazo? Ridículo. Daphne señaló a Stephan un macizo de arbustos que había ubicado aquella misma tarde, cuando estaba rondando por los alrededores de la casa y fue a ocultarse allí.

Al oir a Roderick, me hice a un lado y, con asombro, ví y escuché como se rompia el cristal de la ventana.
Unas gotas de sudor comenzaron a resbalar por mi frente, mientras echaba un vistazo a los alrededores en busca de alguna señal que me indicase que lo había oido todo el vecindario.
Cuando Roderick logró abrir la ventana me subo al alfeizar con cuidado de no clavarme algún cristal y accedo al interior.
Una vez dentro me pongo de cuclillas y me coloco a la derecha de la ventana para dejar espacio al siguiente que entre.
Intento escuchar si hay algún ruido dentro de la casa.

Los planes que incluían una entrada en la asociación sin dejar ningún rastro quedaron destruidos en cuanto Roderick lanzó la piedra contra el cristal. Sin perder ni un segundo el capellán abrió la ventana para permitir que sus compañeros entraran en el salón donde habían charlado con Pars esta misma tarde.

Por otro lado, tanto Daphne como Steffan decidieron ocultarse en las cercanías, en previsión que alguien pudiera llegar a la asociación a esas horas de la noche y pillara in fraganti al resto del equipo.

En interior de la casa estaba oscuro y completamente en silencio. Si había alguien dentro de la casa parecía no responder al ruido que hizo el cristal al romperse, quizás quisiera emboscaros en alguna otra habitación o quizás fuese que en realidad aquella noche no había nadie en la asociación.

La casa está complentamente en silencio. No escuchas ningún ruido excepto los que hacen tus propios compañeros al entrar por la ventana y pisar algunos cristales rotos.

Vuestros compañeros entraron en los locales de la puerta y la llave mientras vosotros os escondíais por las cercanías.

La calle estaba en completo silencio, si algún vecino había oído romperse el cristal no dio muestras de ello, pues nadie salió a ver que ocurría.

Derek había dejado la muleta contra el marco de la ventana, se había sostenido con ambas manos en el quicio y había entrado de un solo salto. Lo malo es que casi cae de cabeza (por suerte llo preveía y pudo protegerese con los antebrazos). luego se puso en pie, se acerco de un salto a la ventana y cogió la muleta que estaba fuera, para decir mientras se acomodaba la ropa:

-Espero que dentro haya llaves. Que quiero salir por la puerta.-