Partida Rol por web

Sentis que al menos en una parte te miente, aunque no estas seguro donde. Podes intuir que no fue en el brindis sino luego, tal vez en lo del amante o en no haber salido de hispania. Pero sentias que habia algo mas en esa joven contigo.

- Memmia Donicus, la verdad es lo que importa, querida, lo demás tarde o temprano se descubre y cuanto más tarda, mayores son los problemas que trae. Vamos, nunca he sido un dormido ni mucho menos un hombre ejemplar pero creo poder enderezarme. Soy todo oídos. 

La mujer te mira y duda suspirand tras tus palabras. "Pero tu no eres mujer querido Mario. Nosotras tememos el rechazo de la sociedad y nuestros futuros esposos." comenta ella mirando al suelo pareciendo mas triste que preocupada.

"Mario. La verdad es que no tengo amantes ni amores secretos, pero tengo a alguien especial. Al menos porque estuve una vez con él." comenta ella volviendote a mirarte y ahi te parece que va siendo mas sincera. "Mario, promete que esto no se lo comentaras al tio Flavius, ni saldra de aqui. Por favor, te lo agradecere mucho."

- Nunca comentaría ni juzgaría. La sinceridad siempre es bienvenida, aunque muchas veces sepa a hiel o a miel. 

Ella te miro por un tiempo pero luego termino aclarandose. "El doctore de aqui. Con el estuve en la cama y la verdad es que fue especial. Pero eso no me impediria estar contigo. Espero me crea cuando digo eso." le dijo ella con su mirada centrada en èl y no pareciendo mentir. "Si me pide que no lo vuelva a ver tratare de no hacerlo, aunque pocas cosas hay para hacer en este ludus a demas de ver la arena." expreso suspirando.

- ¿Eso es todo? - cuestionó intrigado.- ¿Lo amas?

La verdad estaba bastante sorprendido de su respuesta, no era algo inquietante de por sí pero recién luego de considerar comparativamente, ella no le llegaba a los talones en todo lo que podría considerarse como algo malo. No era quien para juzgar ni deseaba hacerlo pero no debía demostrar ser tan liberal en su forma de pensar, así que guardó silencio, esperando más confesiones. No buscaba humillarla ni hacerle sentir mal sino poder dar ese primer paso a tener una relación sana en donde todo se base en el respeto, la verdad, sinceridad y amor, quizás, si ambos eran afortunados.  

Asintio. "Eso es todo y no, no lo amo." respondio rapido sin pensarlo mucho.

Tras eso quedo a tu merced que pasaria con ella, bien podria hacer como pensabas y dejarlo pasar total parecia que decia la verdad cuando decia que no lo amaba. Aunque por otro lado la ley de roma la repudiaria si mas romanos se enteraran. Estaba ahi a tu control lo que pasaba.

- Hay una última cosa - acariciando su rostro con ternura.- Me encantaría que fueras feliz conmigo y tenerte siempre a mi lado. Yo no he sido el hombre más perfecto, tampoco. No me enorgullezco de los muchos errores que cometí ni del mal que quizás hice a otros sin saberlo. Creo que todo puede repararse en la vida y un paso a la vez llegaremos a la perfección. Por ti, Memmia, yo me enderezaría - besándole tiernamente en los labios, no de una forma lasciva ni que sea un paso previo a otra cosa.-    

Se dejo acariciar acercandose aun mas su rostro a su mano. "Mario, podria ser feliz contigo y estar a tu lado si aun lo quieres." respondio ella como un juramento. "No quiero obligarte a cambiar por mi. Aunque algo de sinceridad como yo hice con ti ahora. Si bien no voy preguntar hoy sobre tus amantes, lo hare luego." dijo ella con un tono diplomatico antes de aceptar su beso, con una ternura igual a la tuya acercandose a ti con calma.

Puso cara de poker porque no tenía idea del número total o las identidades de las mujeres con las que había estado. Dejó sobre la mesa la copa de vino, luego de besarla. Estaba en un estado reflexivo breve pero intenso.

- Ninguna, debes saberlo, conservaré, ya que he dejado a todas. Serás la única mujer en mi vida y yo el único hombre en la tuya.   

Ella sonrio con algo de picardia ante tu reaccion ante tus palabras y asintio. "Seras el unico hombre en mi vida." repitio cambiando solo la oracion para que tuviera sentido en sus palabras.

"Saliendo de antiguos romances. Que deseas vos? me lo preguntantes a mi pero seguro tienes una mejor idea de lo que quieres para el futuro. Para nuestro futuro." pregunto la mujer tambien curiosa por conocerte. "Supongo que algo con mi tio, pero otros planes tendras."

- Me alegra escuchar eso - dijo besándola.- Siempre planeo cosas, créeme que no puedo tener quieta la cabeza, de hecho ninguna - hizo una pausa dramática.- Cuando tengamos a nuestro primer hijo te lo diré al oído, es una promesa y mis promesas cumplo - desvistiéndola sin avisar, tomándola desprevenida.-  

Ella te mira y a pesar de lo que podria pasar como algo de ternura de su parte se rie un poco ante tu comentario.

"Eso puede tardar Mario..." dice ella deteniendose cuando la va desvistiendo sin aviso, encontrandose con una corta resistencia pero al ver que no hay nadie. Deja que veas en principio sus pechos, perfectos y parados. "Vayamos a mi cuarto. No necesitamos que mi tio vuelva para sorprendernos." comento acercandose a èl susurrandolo en su oido, como una propuesta. Pero mas alla de eso no parece detenerte.

Accede y se deja conducir al cuarto.

Ella toma tu mano con fuerz, vistiendose de nuevo aunque no del todo para recorrer el ludus. Tras un corto rato llegan a una habitacion que para Mario parecia algo vacia, habian varios cajones cerrados y una cama grande que parecia bastante comoda. "Disculpa la falta de cosas, aun no me asiento." dijo como explicacion mientras lo dejaba sentado en la cama e iba a cerrar la puerta.

Ahora ya mas en solitario se volvio a bajar su vestido dejando sus pechos perfectos en el aire y se acerco a este. Con su delicada mano fue por debajo de su toga a ese miembro que ya habia sentido dentro pero igual le impresionaba por el tamaño, por lo que agrego otra mano. Entonces lo empezo masturbar con un ritmo lento pero que se sentia muy bien. 

Se desnudó, sonriente, la besó en la boca y puso la cabeza de su pene sobre la vulva de Memmia, así mientras lo masturbaba, ella también lo hacía. Le tomó de los pechos y comenzó a chuparlos, lamerlos, besarlos y estrujarlos hasta sentirla completamente mojada, momento en que la acostó boca para arriba y él, subió a la cama sobre ella y con suavidad se la comenzó a introducir, luego, con movimientos suaves y delicados la iba metiendo y sacando, sin dejar de aferrarse a sus senos y jugar con ellos como antes. 

Aumentó el ritmo y cadencia penetratoria, cambiando cada cierto tiempo para evitar eyacular. Deseaba hacerla gozar como nunca antes y sonreía, viéndola a los ojos.

Pronto sentiste en tu cabeza baja la humedad y el calor del sexo de ella, Esta disfruto sigiendo marturbandote con ambas manos mientras de vez en cuando aprovechaba para rozarte tu punta en el sexo de ella. Haciendole sacar un suspiro importante cada vez que pasaba.

Aunque eso no era lo unico que la hacia gozar ya que cuando tomaste sus pechos y empezaste a hacerles de todo estos se endurecieron rapido. Mientras ella te acercaba aun mas su cuerpo a tu rostro para que la siguieras lamiendo y besando ahi.

Lo mejor para ella fue cuando la dejaste apoyada en su propia cama, tardaste un momento en meterse porque ella con un rapido movimiento se saco su vestido hacia abajo. Por lo que tras sacarselo de encima te metiste en ella como antes, aunque tuviste que ser delicado ya que aunque estaba algo humedo tu miembro seguia siendo importante. Si bien encontraste cierta resistencia la mujer no te pidio en ningun momento que te detuvieras sino que con sus manos en tus hombros parecio pedirte mas.

Gemidos empezaron a salir de ella, mientras abria mas sus piernas para dejarte entrar mas facil. Sin duda no era virgen aunque eso lo habias comprobado en la fiesta pero tampoco era una de esasputas de julia que con cada visita tuya estaban mas acostumbradas a ti. De cualquier forma se sentia muy bien en tu miembro ese calor apretado que te daba el sexo de memmia.

Mario estaba sinceramente maravillado, tanto que no solo deseaba darle todo lo que tenía, era, sentía y demás sino incluso comerla. Era tan fuerte su deseo hacia Memmia que se dejó llevar hasta el límite y allí se quedó, sabiendo que las emociones y sentimientos que le provocaba eran tan fuertes como para volverle loco. Su mirada ya no era la de un lascivo ni perverso cualquiera sino la de alguien que se estaba perdiendo. Intentó contenerse y apenas lo hizo y ese apretoncito cariñoso de cuello no pasó de eso y llevarle de una posición a otra con total soltura y buena amatoria no se convirtieron en algo violatotorio y sádico. Ella obviamente no lo vería ni sentiría como a una bestia porque se contenía aunque estaban al borde de llegar a eso, al dolor que sucede al placer. 

No era lo que deseaba, en el fondo, pero se limitaba únicamente a complacerla como nadie más podría hacerlo. Era como una serpiente constrictora que rodeaba, penetraba, apretaba, asfixiaba, daba amor y placer hasta llegar al delirio. No se detendría hasta que ambos quedasen exhaustos y ella se volviese loca de placer.   

Algún día se la comería, literalmente, tras matarla de placer, pero éste no era ese día. 

Memmia por su lado se dejo llevar en medio del placer, no sabias bien que pensaba pero intuias que no podia tener otra cosa en mente que el placer que ambos sentian en ese momento. Entrar en ella se volvio cada vez mas armonioso a diferencia de los gemidos de ella solo se enfocaban en transmitir la loca pasion que ocurria en su habitacion.

Ante los cambios de posiciones sentiste como ella se movia como podia acercandose cada vez mas a Mario haciendo que los cuerpos de ambos se tocaran, golpearan y tal vez fundieran por ese momento de sexo que tenian. Si Mario le dejo ciertas marcas ella hizo lo mismo mordiendole, rasguñandole pero tambien dandole multiples besos en su cuerpo. empezando por el rostro, moviendose por el cuerpo e incluso yendo por su miembro besandolo en su esplendor.

Todo ese momento le parecia como los dibujos de las casas de placer aunque diferente porque esta mujer deberias llevarla a tu casa como esposa. Por lo que debias hacerle olvidar a cualquier otro hombre que hubiera estado para que fuera toda tuya como lo era ahora mismo. Cosa que parecia estar funcionando porque ella ya empezaba a llegar al climax ahi para ti quedando cada vez mas acostada en esa cama individual que no los dejaba separarse.