Partida Rol por web

El sexo habia terminado muy satisfactorio para ambos que ahora estaban en la cama de ella, con Merio detras de Memmia aunque demasiado descargado para aprovecharse de esa situacion. Mientras la Patricia estaba hecha una posible esclava de placer por lo que habia pasado, ahi manchada en todo su sexo.

De cualquier forma era un momento relajado entre ambos donde ya poco importaba y aunque el olor a sexo reciente inundaba el aire podrian estar pensando cualquier otra cosa. Sin embargo la vida continuaba y eso lo marco ella.

"Esto ha sido increible Mario. Lo he disfrutado mucho, mejor que en la fiesta." comento ella acercandose acurucandose por un momento en forma tierna. "Pero mi tio seguro nos busca. Que piensas mario? es necesario que volvamos a hablar un poco mas?"

Impactado, la acunó en sus brazos y la cubrió de forma muy tierna y cariñosa.

- Siempre es y será mágico hacerlo contigo. Si deseas hablar, hablamos o lo que desees. Yo no tengo problemas, solo deseo que estés cómoda y que seas feliz - besándola dulcemente en la cabeza.-  

La mujer se dejo estar ahi junto a su futuro esposo, recibiendo complacida tu beso. "No. No deseo hablar ahora, quedemosnos tranquilos un momento." Dicho eso estuvieron por un rato en silencio, tranquilos como ambos deseaban. Pasado un tiempo tuvieron que vestirse de nuevo y salir afuera de la habitacion de Memmia.

Empezaron a pasear por el jardir y en un momento se encontraron con Flavius que parecia haberlos estado buscando. Memmia no le costo mucho inventar algo para decir por donde habian estado, habian estado explorando el jardin y conociendose.

Tenía la cabeza llena de nada y a la vez de todo y solo decir a Flavius que va a ser un honor para él formar parte de su familia era algo complicado. No podía pensar en las palabras adecuadas y mirándole a Memmia a los ojos era aún más difícil.

- Será todo un honor casarme contigo Flavius y ser parte de la familia de tu sobrina - luego de decirlo se quedó morado por la vergüenza que sentía y tomó aire para volver a hablar.- No, no, no. Será todo un honor casarme contigo Memmia y Flavius, ser parte de tu familia, casándome con tu sobrina, me hará el hombre más feliz de la tierra. Pido a los Dioses que nos den fuertes hijas que se transformen en grandes mujeres y a hijos que sean sanos y valerosos que llenen de hijos a Roma. 

Pasando de ese momento en ridiculo, los tres siguieron hablando de los planes posibles,, sobre dias y lugares aunque ya seria en otra reunion cuando terminarian los detalles. Que Mario parecia distraido en ese momento y Memmia tambien.

Tras una charla entre los tres Mario tuvo que volver a su hogar, la mansion Fulgurator. Donde por supuesto sirvientas lo fueron a recibir y algunas de sus chicas listas para servirle. A quien tambien encontraste fue a Cassia que sonria aliviada que hubieras llegado a casa sano y salvo.

"Mario, que bueno tenerte en casa de nuevo." dijo la mujer que fue tu madre. "Que paso te veo distinto? Mas brillante aunque distraido." comento con palabras mas bien maternales y no como burla. Curiosa de que te paso.

Observé a Cassia, simplemente ignoré como dar una respuesta y evitando una insensatez, le sonreí y le hice un gesto para que me siguiera a la piscina para nadar un poco. Bastante calor hacía y más que nada lo tenía dentro ya que con Memmia había sido todo muy rápido como explosivo. Necesitaba enfocarme y concentrarme en mis cosas y negocios. 

Me desnudé y metí hasta los tobillos en el agua y ayudé a Cassia a hacerlo. No sabía como decirle que me casaría y que sería muy complicado todo ya que no deseaba jugar con los sentimientos de nadie. Acaricié su rostro, su cuello, sus senos, su torso y espalda, aferrándome a sus glúteos. La traje hasta mí, posé mi frente contra la suya y luego le obsequié un beso en los labios, uno bastante tierno.  

- ¿Qué novedades hay por aquí con respecto a los negocios y la casa? - sentándola frente a mí sobre mis piernas y abrazándola.-

Podría mil veces jurar y volver a jurar que no buscaba penetrarla ni otra cosa pero sin pensarlo la ensarté suavemente, muy lentamente al tiempo que besaba y chupaba sus senos.  

Hice un gesto a la esclava que estaba cerca para que trajera agua, vino y algo de comer. Moría de hambre y sed y necesitaba con urgencia hidratarme.

Me encantaba estar dentro de Cassia y llenarla, quizás ésta sería como una suerte de despedida a las relaciones sexuales entre ambos y eso me llenaba de ansiedad y lujuria. Tanta que no podía detenerme aunque quisiera.

Imaginaba fornicándola a escondidas, llenos ambos de pasión y deseo. Luego sentía remordimientos por lo que pensaba, deseaba y hacía pero la necesitaba contenta.  

Cassia te acompaño sin dudarlo, mirandote igual con mucha curiosidad pero esperando paciente la respuesta a su pregunta.

Cuando te empezaste a desnudar ella hizo lo mismo con tu ayuda, mostrando ese excitante cuerpo que habia pertenecido por mucho tiempo a tu madriana que ahora era tu amante. Se dejo acariciar suavemente su piel mientras ella hacia algo parecido empezando por tu cabello, bajando por su rostro, brazos y al final tu estomago. Algo mas casto pero no por ello menos excitante ya que cuando la tuviste frente a ti no alejo sus grandes pechos de tu cuerpo dejandolos sentir tanto como sentias su gluteos.

Cuando te acercaste con el rostro y la besaste ella te devolvio el beso. "Unos hombres vinieron buscando hablar contigo. Les dije que no estaban y me dijieron que volverian mas tarde." te costesto en un susurro a pesar de que estuvieran casi solos. Aunque la charla parecia quedarse ahi porque la mujer empezo a gemir mientras te sentia entrar y mientras chupabas sus tiernos senos. Ella cooperando al acercartelos mas.

La esclava fue rapido y sirvio un par de copas de vinos dejandolas cerca de ustedes, junto a una jarra. Solo yendose a buscar la comida y no porque se sintiera incomoda por lo que hacian.

Cassia se veia contenta en ese momento empezando a subir y bajar con su cadera, aumentando de poco el ritmo mientras tu miembro la penetraba con mas facilidad sin importar el tamaño de este.

- ¿No sabes sus nombres? - cuestionó sin dejar de martillarle y luego acostarla boca arriba.- 

A la mujer le costaba seguir hablando mientras la penetrabas con tanta fuerza.

"Si...eran senadores, recuerdo." contesta corto entre gemidos.

- ¡Por todos los Dioses! Espero no sea algo grave o una pelotudez sino algo necesario y útil - expresó bastante preocupado pero sin dejar de darle matraca.-

Al terminar, se disculpó para prepararse adecuadamente con un buen baño, buena ropa y organizar al menos una comida muy buena. Seguramente llegarían noticias importantes o al menos algo de interés.   

Todo en su casa estaba impecable y listo para recibir a las visitas.

"Algo de tu seguridad...no como una amenaza. Como ayuda decian."  trato de aclarar la mujer que siguio disfrutando.

Cuando termino todo ella se retiro un momento para dejarlo bañarse y no tentarlo como ella sabia que pasaba. Luego se bañaria ella por su lado, vistiendose elegante y preparandose junto a èl para recibir a esa comitiva. Incluso ayudo a organizar a las sirvientas para que la casa estuviera en orden.

"Ya esta todo preparado. No te pongas nervioso Mario, seguro lo haras bien y estos senadores se iran satisfechos de aqui." comento con una pequeña sonrisa y con toque de apoyo en tu brazo.

Tras un tiempo, los senadores volvieron al hogar de Mario. Estos pronto se encontraron frente a Mario y Cassia.

"Salve honorable senador Mario Flavio Fulgurator, gracias por recibirnos en su hogar. Me llamo Decius Ummidius Gregorius y mi compañero Lucius Nasennius."  dijo presentandolos a ambos. "No queremos tomar mucho de su tiempo asi que dejaremos claro el tema por el cual nos encontramos aqui. Nos enteramos de su ataque y nos gustaria asegurarle que tiene nuestra asistencia en este tema. No podemos permitir que un senador sea atacado, no es correcto." dijo el hombre que te parecia conocido no solo por el senado sino que te parecia que lo viste en la fiesta en lo de Donicus.

- ¡Salve! ¡Honor y Gloria al Imperio, al Emperador, al Pueblo Romano y al Senado que los representa! ¡Bienvenidos, compañeros, Honorables Senadores Decius Ummidius Gregorius y Lucius Nasennius! Es un verdadero honor tenerlos bajo mi techo, por favor, siéntanse como en su casa - muy cordial, respondiendo al saludo.- Muchas gracias por su ofrecimiento - hace una pausa y pone una mano detrás de la espalda de Cassia, abrazándola suavemente con la derecha.- Ella es Cassia, mi nodriza y madrina, quien se ha encargado de mi crianza y educación, una dama romana por vocación, a quien le debo todo lo que soy - una vez presentada y pasados los saludos protocolarios prosigue sonriente - por favor, tomen asiento - señalándoles con un gesto cortés sus lugares y haciendo un ademán a una esclava para que les sirva vino.- En un rato estará lista la cena, mientras tanto, Honorables Senadores Decius Ummidius Gregorius y Lucius Nasennius, me gustaría saber si han logrado averiguar algo al respecto.

Aguarda que Cassia tome asiento y él se sienta en otro triclinio, al lado.

- Un brindis por Roma, por nuestra civilización, nuestras damas y por el Emperador - alzando su copa.-  

Ambos saludan a Cassia con el respeto que merece, el respeto que Mario mostro con ella. Tras eso tomaron asiento como este les pidio, dejandose servir el vino y disfrutandolo. Mientras Cassia hace tambien lo suyo sentandose en un sillon y quedando en silencio mientras los hombres hablan.

Los tres alzan las copas y dan un brindis a mario.

"Nos gustaria darle un responsable ahora mismo. Pero no queremos mentirle, aun nos encontrando investigando." dijo decius tras un momento pensandolo. "No sabemos quien lo hizo. Pero tenemos nuestros posibles candidatos, seguramente un senador del otro bloque. Un conservador que seguramente no ve bien su estilo de vida. No Es un secreto que algunos senadores no aprueban ello y que tampoco lo aprueban en el emperador." te explica.

Mario, incapaz de comprender a qué se referían con "su estilo de vida", simplemente se limitó a escucharles en su exposición, quizás harto de cómo otros se meten en algo que es puramente suyo: su vida. Ser un libertino inconsciente era su naturaleza, muy probablemente o ciertamente. No se creía un mal hombre ni se sentía como tal. Siempre honraba su palabra y velaba por el Bien Común cuando en el Senado se trataban leyes y proyectos. Siempre buscaba lo justo, lo correcto y obrar con justicia. Si fuese corrupto sería mil veces más rico pero eso no estaba dentro de sus intereses sino la grandeza de Roma.

Suspiró muy hondo, profundamente, tanto como para airear su espíritu en el punto más recóndito del mismo, cansado de tanto odio a su persona, exhaló y comiendo parte de su exhalación, por así decirlo, se puso de pie. En el cielo volaba un águila, majestuosa y a su lado su pareja, una un poco más pequeña. Creyó que era un buen augurio, la verdad no sabía un carajo sobre esas pendejadas a las que llamaba supercherías.      

- Madre, Honorables Senadores Decius Ummidius Gregorius y Lucius Nasennius, creo que es tiempo de casarme y formar una familia o más bien lo que los demás anhelan para mí. Fijaré una fecha cercana y me casaré con una hermosa joven de la Gens Donicus. Vamos, es eso o aguardar la muerte o el peligro para quienes me rodean y de mí mismo - hace una pausa.- Me gustaría casar a Cassia con alguien de una gens importante, para alejarla de todo mal, ya que es la persona más importante en mi vida. No quiero que corra riesgos ni que le falte una buena posición económica.    

La tomó de la mano, tiernamente, mostrando en sus ojos el dolor de esa resolución pero el deseo de quitarle de cualquier situación peligrosa. Un suspiro más profundo y una suerte de vértigo.

- ¿Con ambos eventos creen que todo tenga solución? 

Tanto los senadores como Cassia escucho la solucion de Mario. Cassia se vio sorprendida aunque en parte parecia que habia presentido algo de lo que ahora explicabas. "Sabia que habia notado en ti mi hijo."

Se la notaba feliz y contenta acariciando tu hombro con afecto. Pero su sorpresa mayor fue cuando le dijiste que ella tambien se casaria con un gen. "No creo que sea necesario. Ademas seria costoso conseguir tremendo deseo de tu parte. Aunque te lo agradesco hijo mio." Comento la mujer aunque miraba a los otros, con miedo en principio como siempre cuando dabas un propuesta asi a otras personas fuera de la casa.

Mientras los hombres se vieron sorprendidos, aunque rapidamente pusieron sonrisas falsas. "Lo felicito senador, sin duda su pareja sera la mujer mas afortunada del mundo." comento el que habia hablado hasta ahora.

Entonces llego el comentario de darle una boda a Cassia con un gen importante. Ahi los viste mas serios. "Con todo el respeto para la mujer que ayudo en su crianza. Pero no creo que tenga lo esencia para casarse con una gens ya sea importante o la mas baja. La sangre no puede mezclarse de esa manera senador." le devolvio casi enseguida mas rapido de lo que te habia felicitado por tu matrimonio.

"De cualquier modo volviendo al tema de su seguridad. Un matrimonio y alianza con el gens donicus seguro lo ayudara. Pero creemos que otras alianzas tambien. No creo que sea seguro estar desprotegido y tampoco puede ser seguro con esa familia si los rumores son ciertos..." le explico el hombre.

- ¿Cuáles rumores? - cuestionó sin comprender.- 

"Se hablan de rumores sobre que la familia esta en contra del emperador. Que esta formando un bloque de poder para ir encontro de nuestro gobernante." dice rapido aunque ves que lo dice en voz baja solo para que los cuatro presentes escuchen.