Partida Rol por web

Parte de tu familia habia llegado al templo agitados por las noticias que habias transmitido. En el templo los habian cuidado y finalmente habian podido cambiar de ropa a Manius. Aunque mientras discutian entre la familia que hacer llego un mensajero del Ludus Dominus.

En el mensaje se pedia con educacion devolver al heredero de la casa a la familia. Estaba firmado Flavius Carvilius Donicus y si bien parecia educado tambien se le pedia a elia que volviera junto al heredero lo mas rapido posible.

Afuera la noche ya cobraba fuerza y cualquier señal del sol habia desaparecido. Las antorchas eran lo unico que daban la luz en esta ciudad.

Después de leer el mensaje hago las disposiciones necesarias. Una escolta armada, no sólo necesaria para andar de noche por Roma, si no que además realce mi posición y dignidad. Mi vestimenta también es cuidadosamente escogida, una túnica de blanco inmaculado con un velo semitransparente, sujeto por una diadema. Pulseras de cobre y bronze, y un brazalete con las dos serpientes de Esculapio entrelazadas.

Para resaltar mi posición me hago acompañar por dos de los servidores del templo. No me presentaré solo como patricia, también como representante de los dioses de Roma. Antes de partir, mantengo una breve conversación con Manius.

-Tu abuelo te reclama. Intentaré mantener el legado de tu madre y defender tu voluntad y la suya, pero no puedo enfrentarme a tu abuelo. Si no quiere mantenerme a tu lado no puedo oponerme. Aún así, si me aleja de ti, sabes que siempre estaré cerca para ayudarte si me necesitas-

-Se habrá impuesto el orden, aunque es posible que no la cordura. Muchas cosas deben cambiar, no es posible que un criado desobedezca a su amo y decida por su cuenta. Lamento decirlo, pero creo que tu madre fue demasiado tolerante en cuanto al gobierno del Ludus. Por muy buena fe o lealtad que tuvieran, la falta de disciplina de sus criados ha llevado a la situación de ahora. La actuación del Doctore es intolerable, y la conducta de los amigos de Camila inaceptable. Sólo puede haber un amo en una casa-

​​​​​​Me siento, cansada por las circunstancias del día. Miro a Manius intentando parecer animada, aunque albergo inquietud por como ha de acabar todo. -Si fuera un hombre, usaría mi espada para cumplir mi promesa, pero soy una mujer y solo tengo mi inteligencia. Intentaré no defraudarte. Y si alguna vez lo hago, recuerda el día de hoy, recuerda como corrimos cogidos de la mano para escapar- Extiendo la mano, invitándole a cojerla. -Antes te ofendí, diciendo que podría ser una madre y te pido perdón por ello. Fui muy insensible. Pero si podemos ser amigos-

-Mars Sila.. Mario Flavio.. Ya me has dicho que tu abuelo tuvo una querella con Mars..- Tomo su mano con cariño. Los comienzos son delicados. Cuanto más empaticemos ahora, más sólida será nuestra relación. -Sekhmet no me disgusta, si es eso lo que temes. Pero debe aprender a guardar las formas-

-¿Elia Cornelia Atius? - Miro al chico con atención, sorprendida porque tomara en serio el comentario. -Manius Donicus Cornelio sería más apropiado, soy muy mandona...y tiraría por la ventana tus espadas de juguete. No querría esos juegos en nuestro dormitorio- añado en tono divertido. 

-Las grandes familias hacen matrimonios de conveniencia, quizá tu abuelo ya tiene algo pensado. Empiezas a ser mayor y no es descabellado. ¿Ya has estado con alguna mujer?, esa esclava, Marcia, es joven y hermosa. Seguramente estaría contenta de satisfacer a su joven amo...no te avergüences, es lo más natural del mundo. Es un regalo que nos hacen los dioses para que nuestro paso por este mundo sea más llevadero- 

-¿Si esta bien? -  sonrió ante el azoramiento de Manius. -Son tuyas. ¿Esta bien montar tu caballo, o acariciar tu perro favorito? No las comparo con animales, por supuesto. Simplemente te pertenecen. No pensaras que los señores patricios solo fornican con sus esposas ¿verdad?. Mis esclavas me bañan, me visten y me perfuman, darme placer si lo deseo también forma parte de sus obligaciones. Seguro que Marcia será muy placentera cuando se lo pidas. Pero para eso debes estar en el Ludus- 

Me incorporo sin soltarle la mano. -Nos esperan, pronto sabremos más y se aclarará el futuro- Me inclino para besarle con suavidad en la mejilla. -Eliana no besa a cualquiera. Estas siendo muy valiente, un verdadero romano. Mercurio, el hijo de Jupiter y la buena diosa guiará nuestros pasos-

Cuando Mario habia llegado con el Pater el ludus tenia sangre en su interior, sabian de algunos guardias muertos y gladiadores muertos. Algo habia pasado en el lugar tal vez una revuelta que Mario se habia podido escapar junto a los primos. Aunque no sabia bien.

El pater le informo rapido que tras interrogar a los sirvientes, averiguo que Elia se habia llevado al heredero. Por lo que mando un par de guardias a su templo y familia para pedir que lo devuelva enseguida.

Pronto te invito a un lugar para charlar, la noche habia caido y el Ludus empezaba a limpiarse. Al llegar te encontraste con Flavius mirando una mesa donde estaba acostada el cadaver de su hija. Usando un vestido de color negro, con algunas joyas.

"Es terrible Mario. Esto es terrible." comento el hombre pareciendo temblar pareciendo haber envejecido mas en ese corto tiempo. "Como ha pasado esto en el ludus?"

- Sinceramente no lo se, mi querido amigo, es algo realmente trágico y aguardemos que tu querido nieto regrese sano y salvo. La verdad ella trató bien a sus gladiadores y esclavos con justa mano, no castigando en exceso ni actuando de otra forma como lo haría una buena madre romana - se seca las lágrimas.- Al menos tendrá un funeral digno y su memoria será honrada por quienes la conocimos - abrazo al padre.-

Elia volvio al lugar con el heredero. Notanto en principio mas guardias en la entrada, algunos con la marca de Donicus pero otros con Mario Flavio Fulgurator. De cualquier forma te dejaron entrar pasar a ese ludus, que al verlo un poco sentiste que el ataque que sufrio fue mas grave ya que en la misma entrada habia sangre. Los sirvientes se encontraban limpiando aunque dudabas que se limpiara de las paredes.

De cualquier forma unos cuantos guardias te guiaron. Lamentablemente te guiaron a un lugar lugubre, pero ahi estaba el pater, junto a los primos y Mario...

El hombre devolvio el abrazo agradecido. "Gracias amigo. Eso es lo que queria escuchar, que la memoria de mi hija es respetada." decia el hombre viendo a los primos que se habian quedado a un costado dejandoles cierto espacio a los senadores.

"Asi deseo. Hare una estatua de ella para honrarla." dice tardando pero soltandose de tu abrazo, cuando escucha los golpes en la puerta. Tras unos segundo la puerta se abre.

Elia fue guiada a una habitacion que quedaba cerca de las oficinas principales del ludus, el luggar era un baño. Un baño privado para los patricios. Pero en ese momeno nadie estaba bañnadose ni mucho menos. Al entrar vio al Pater, a Mario y a los primos. Pero su vista fue mas rapido al cadaver de su amiga, que estaba con un vestido oscuro y acomodada con mucho respeto en una mesa larga.

Manius vio lo que pasaba y temblo un poco pero con cuidado avanzo a la habitacion. El joven estaba en perfectas condiciones, sin herida alguna cosa que algunos no podian decir lo mismo. Ademas llevaba otra ropa mas adecuada comparada con la ultima con la que le habian visto.

"Manius, ven aqui." dijo Flavius que podias notar que hace poco habia estado abrazado con Mario pero ahora queria abrazar al joven. El joven no lo rehuso y se fue a abrazar.

Aguardo la escena de abuelo y nieto juntos en tan difícil momento con los ojos visiblemente enrojecidos. Había muerto una mujer que quizás en otros tiempos hubiera tenido un valor y puesto en la sociedad que no había conseguido en una sociedad como la romana. Su muerte puso fin a un sueño de ambos como individuos y socios. Era muy duro despertar de un sueño hermoso para ver la realidad de mierda que teníamos en frente a nuestras narices.

- He traído los mejores gallos y los mejores ingredientes para el ritual de paso al más allá de nuestra amiga y espero que no - me seco las lágrimas.- Que no falte nada más y se reúna con nuestros dioses. Por favor discúlpenme, no tengo palabras para expresarme - me acerco al cadáver y le doy un beso en la frente.- Hasta que nos volvamos a encontrar, querida amiga - quedando de pie a un lado.- 

Al entrar, miro con desagrado la sangre. ¿Hasta aquí llegó la pelea?. Después buscaré a Livia, para recompensarla o para honrar su cadáver. La visión del gallo muerto empieza a tener sentido. Acompañada de Manius, los dos acólitos del templo y la guardia de mi primo Marco Cornelio, me dirijo a reunirme con Flavius. Indico a los guardias que aguarden fuera,  su presencia no es decorosa en la intimidad de la familia.

Contemplo el cadáver de Camila unos segundos, antes de saludar a los presentes con una leve inclinación de cabeza, y me dirijo en primer lugar a Flavius, tras alzarme el velo. -Mis condolencias, Flavius Donicus. No imagino el dolor de un padre ante la muerte de su hija. Sólo puedo expresar el dolor que siento por la muerte de una amiga. Sus últimas palabras fuerón para entregarme la custodia de Manius. He puesto toda mi resolución en hacer honor a ese deseo, y lo seguiré haciendo si esa es tu decisión también. Puedes estar orgulloso de Manius, posiblemente yo también habría muerto si no hubiera sido por su valentia-

Me dirijo después a Mario Flavio. -Los augurios son nefastos, no sólo por lo que ha ocurrido aquí, hay señales de desgracia por las calles. Mis ayudantes de harán cargo de las ofrendas y los preparativos, pero temo que no será suficiente. Esta casa debe ser purificada, sus paredes lavadas con agua y laurel, hacer sacrificios para que los dioses lares vuelvan a ella. Durante el tiempo que estuve aquí, descubrí que algunos esclavos adoraban a dioses extraños a Roma. Hay que purgar esa presencia. Será largo, pero si Flavius esta de acuerdo puedo iniciar el proceso después del funeral- ​

El tiempo paso con los arreglos y reflexiones de cada uno junto con el cadaver de Camilia. Cuando terminaron salieron de ese baño para ir a la oficina que habia sido de ella.

Ahi se encontraron sentado frente al escritorio principal a Flavius su rostro ya no parecia triste sino serio y frio. Como correspondia con un evento asi. Los dioses que espiaban en esa habitacion eran jupiter con una estatua que tenia la misma seriedad que el Pater y una estatua de Minerva que si bien era mas grande no parecia tan agresiva como jupiter.

"Han llegado. Retirense todos los sirvientes y demas. Sera una charla entre los cinco. Manius, Elia, Mario, Faustos quedense aqui." dijo despidiendo a algunos y dejando claro quienes se quedarian.

Suspiro y señalo sillones donde podrian sentarse. "Elia Cornelia Plancina he escuchado tu posicion de otros y ahora de ti. Aunque debo decirte que si bien los ultimos deseos de mi hija son importantes para mi, debo decidir esto con mucho cuidado y paciencia." decia y su vista fue por un corto tiempo a los dioses presentes. "Haz cuidado a Manius y lo haz devuelto con nosotros rapidamente pero puedo confiar en ti?" pregunto obviamente interrogando.

"Mario contigo tengo una amistad y un futuro matrimonio con mi sobrina, por lo que pido que hables. Aqui entre nosotros como consideras la posicion de Elia respecto a Manius." dijo rapidamente buscando una opinion aunque Mario ya lo habia dicho antes pero en privado.

Observo al aludido con interés. -Si Mario Flavio, me gustaría también conocer tu opinión y tus argumentos-

- Podría hablar como político o como amigo pero no como ambos - observo a los dos fijamente sin emoción alguna, ya que no es momento para ellas.- Como político te diría mil cosas, mi querido amigo Flavius, quizás tomando partido por ti o por Elia, o por ninguno y ver la forma de sacar beneficio personal a costa de uno o de ambos pero como saben, no soy así ni lo seré. Amo a tu sobrina y tener el honor de que sea correspondido mi amor por ella y poder casarme con tu bendición y la de su hermano es mucho para mí, algo que excede todas mis aspiraciones en la vida. Dinero tampoco me falta ni complicarme con cosas ajenas ni mucho menos hacerlo a costillas de tu amada hija, una gran amiga y socia comercial. Por eso daré mi consejo como amigo, contando algunas vivencias con tu hija. Como sabrán nuestros negocios juntos siempre fueron de público conocimiento como mi opinión sobre el rol que deberían tener las mujeres en nuestra sociedad, uno más igualitario como lo decían los etruscos al vernos como iguales y no como posesiones. Por tal motivo me gané más de un intento de asesinato, así como también una suerte de muda censura y quizás a cambio de no tocar esos temas evite que tarde o temprano termine asesinado. Camilia quizás murió asesinada por eso o por un complot urdido por quien sabe quien, nunca lo sabremos ya que al asesino no se le pudo interrogar. Lo que sí se es que si Elia se encargase del ludus y de Manius, terminaría siendo asesinada, tarde o temprano, por quedar en el mismo lugar que su antecesora, desafiando a Roma y a sus grandes testículos, grandes como planetas. Sería una pena eso porque te arrastraría a la muerte también Flavius y a quien esté asociado a ella, razón por la cual te transfiero mis acciones a ti, Flavius, a Manius y a mi cuñado para que se hagan cargo. Debo admitir que no me caíste en gracia desde un inicio, Elia pero eso que no me agradó de ti, me ha hecho ver que eres una mujer ambiciosa y respeto eso. Quizás me equivoqué al mal juzgarte o quizás no pero te daré el beneficio de la duda y te daré un consejo como amigo: muy probablemente la mejor forma de honrar a tu amiga, nuestra amiga, sea volviendo al templo y tener un perfil bajo porque lastimosamente a muchos de nuestros conciudadanos les molesta cuando alguien brilla y más aún cuando es una mujer. Yo quizás me dedique más a mi nueva familia que a otras cosas, a dejar un heredero y a comerciar más que aceite de oliva y vino, dejando más de lado la política y lo que me pone entre cejas de los demás. Flavius, ahora tu hijo es Manius, debes criarlo como tal y si te falta una mujer como ayuda, quizás podrías contratar como maestra a Elia para que enseñe a Manius en otro lado que no sea tu casa ni el ludus o propiedad alguna tuya, aunque la verdad, quizás lo mejor sería que se apartasen públicamente algún tiempo prudencial, de un año o dos. Esa es mi opinión y consejo como amigo. Mis argumentos son los sucesos acaecidos. Son libres de creer y hacer lo que crean correcto pero por favor, piensen en Manius. Ya ha perdido a su madre y no hace falta que pierda a uno de ustedes o a ambos.