Partida Rol por web

La noche era joven, o para ser más preciso, recién comenzando, quedando solo algunos retazos de claridad en el cada vez más presente cielo nocturno, algunas nubes se manifestaban pero sin amenaza de lluvia.

Bajo la bóveda estrellada, se encontrban el doctore y la jefa de las gladiadoras, previamente a ello, Duilius despachó a toda la guardia de la arena, no era el ljefe de la guardia ni mucho menos, pero el respeto que había entorno a su figura, hacia que la guardia cumpliera con sus peticiones.

Después de que el patio de entrenamiento estuviera completamente vacío, fue por Soenya a su celda, dejando tras de si un corto recorrido hasta llegar al sitio de la práctica, más una vez solos, le dio un beso fogoso, mientras su lengua buscaba la de ella para que se anudaran en un danza la mar de erótica.

Se me hace dificil no estar así... Bien cerca de ti

Dice antes de separarse un poco ella, solo para continuar con sus palabras.

Pero no estamos aquí solo por eso, te enseñaré el arte del pancracium, para que lo uses con soltura, además tambien es un buen ejercicio

Le miró con ojos algo pervertidos mientras se relamia por lo que iba a decir.

Esta clase de practicas deben hacerse en completo estado de desnudez... Así que quiero que te quites la ropa

Le miraba con lascivia, mientras sus cuerpos eran recortados bajo la tenue luz de las antorchas y la agonizante claridad del sol, pero las intenciones del doctore eran auténticas, quería enseñarle a defenderse mejor en caso de que el no esté, sabía que era una guerrera nata, pero siempre se podía aprender algo más.

La germana se encontraba en su celda, acariciando su cuello y ya limpia y calmada tras los sucesos de aquel día. Sucesos que le habían hecho recordar y revivir aquellos malos recuerdos.

Estaba a punto de desnudarse para irse a dormir, tras haber rezado en el altar, cuando escuchó unos pasos que le resultaban familiares y que provocaron que se relamiera los labios ante la anticipación de lo que podría suceder.

Acompañó al Doctore, deleitándose con sus glúteos y su musculado cuerpo hasta que finalmente llegaron a la arena, respirando el aire de la noche hasta que sintió los labios de él sobre los suyos, tomando su cuerpo con sus manos y dejándose arrastrar por aquel húmedo y lascivo beso en donde sus lenguas se buscaban la una a la otra con pasión y deseo.

Al separarse jadeó ligeramente para después relamerse los labios y mirarlo de arriba a abajo con aquella perversión y lascivia que él ya comenzaba a conocer y a disfrutar. 

- Te entiendo... Desearía estar entre tus brazos y entre tus piernas... - Sonrío escuchándole con atención y asintió a sus palabras - Siempre estoy dispuesta a aprender y entrenar contigo Duilius. Además, disfruto de los ejercicios y quiero convertirme en la mejor gladiadora y guerrera... Especialmente si tengo al mejor maestro y entrenador...

Le guiñó un ojo con picardía mientras sonreía ante aquella mirada que él le estaba echando, una mirada que aún la excitaba y encendía más.

- A sus órdenes Doctore...

Dijo en un seductor susurro mientras iba poco a poco quitándose sus escasas ropas hasta quedar completamente desnuda ante él, con sus turgentes pechos al descubierto, sus pezones comenzando a endurecerse y la piel de su cuerpo erizándose ante el aire fresco de la noche.

- Cuando digáis... 

Quitarse su suligaria fue cosa de un segundo, y estaba comenzando a manifestar de a poco una erección, pero se tuvo que controlar para que su falo no interifiera con el entrenamiento.

Se le hacía agua la boca por ella al verla ahí, quitandose la poca ropa que llevaba, era una diosa, una diosa guerrera insaciable, más lo que prima es la práctica, no los pensamientos lascivos.

Hay un par de cosas que tienes que saber antes de practicar el pancracium, la peimera es cómo defenderte de un agarre al cuello.

Adoptó una posición de lucha, entreteniendose en los pechos de la germana por un instante, antes de continuar.

Ven y trata de estrangularme

Pidió a Soenya, sonriendo tanto con confianza cómo con lujuria, queria sentir sus pechos y cuerpo pegados a los de el.

Sus ojos miraron fugaces el miembro del Doctore, uno que parecía querer despertar ante lo que tenía delante y eso provocaba que la germana se relamiera los labios con deseo, aunque buscaba controlar sus instintos para atender a las indicaciones de su entrenador personal.

- Eso me hubiera servido esta tarde... 

Dijo con un murmullo mientras se acariciaba el cuello y las marcas de los dedos que aquel demonio había dejado en su piel, marcas que le recordaban lo que podría llegar a hacerle...

Asintió, colocándose también en una posición de lucha, con los pies fijos en la arena, observando a su contrincante mientras buscaba controlar también su deseo por aquel que tenía delante.

Se movió rauda, buscando un punto ciego de él para en cuanto lo encontrara ir hacia su espalda y rodear el poderoso cuello de él con su brazo mientras su rodilla iba a la parte trasera de la de él, obligándole a inclinarse ligeramente para poder hacer más fuerte su presa sobre el cuello de su fiero y sensual maestro.

Los pechos de ella se pegaron a su espalda, sintiendo como sus duros pezones acariciaban la piel de él y su lengua acariciaba ligeramente el cuello de él, deleitándose con su aroma y sabor. 

Le resultó extraño que dijera eso, cómo si la hubieran castigado sin su consentimiento, eso le estaba a punto de preguntar hasta que la germana se movió, no le dio tiempp a nada, siendo que esta desapareció de su campo visual.

Aún así, sabía que iba por su cuello, asi que cuando sintió su rodilla en la espalda el le permitió inclinarse, y su brazo sobre su cuello buscando la estrangulación, el pegó el mentón a la parte superior del esternon y no le permitió cerrar la llave al cuello.

Se percató de los pezones de Soenya en su eapalda, casi le hacian perder la concentracion al igual que la legua en su cuello.

Sin embargo, pudo hacerse de la fuerza para aguantar la tentación, y responder pero no sin ceder un poco al deseo.

Debes... Pegar el mentón a tu... Pecho, cómo estoy haciendo...

Se inclinó un poco para que viera cómo el hace, luego, con un movimiento del brazo, se safó del agarre de la germana, y pasó el a estar detras de ella, sin quererlo, el miembro estaba erguido y tieso, pegado entre las nalgas de la mujer.

Ahora... Muestrame cómo... Es que lo hice... Y trata de safarte de mi agarre

Sin querer, o tal vez no, había puesto una mano sobre uno de los pechos de la rubia. Mientras el se perdia lentamente en el perfume de su cabello.

Sabía que estaba dejándose, que estaba dejando que ella lo apresara para poder mostrarle así cómo debía y cómo podía zafarse de una presa así y ella iba a prestar atención, especialmente conociendo qué podía hacerle aquel demonio si se la encontraba a solas.

Se fijó en los movimientos de él, percibiendo cada pequeño gesto para así quedarse y aprender bien la lección que hoy estaba mostrándole.

- Si...

Su afirmación pareció más un jadeo que una palabra en sí y cuando sintió la mano de él abarcando pecho su respiración se aceleró mientras él podía notar como su temperatura aumentaba y su excitación era cada vez más que evidente, especialmente cuando notó el duro miembro de él rozando sus nalgas.

- Bien... A ver si he entendido el cómo...

Dijo casi entre jadeos mientras inclinaba ella también su cuello, pegando su mentón a su pecho, intentando realizar el mismo movimiento que él, tanto del cuello como del brazo para pasar por debajo del brazo de él, llevándose también en su movimiento para inmovilizar el brazo del doctore en su espalda, quedando ella de nuevo detrás, sujetando el brazo de él con ella y llevando casi inconscientemente su mano al miembro de él, soplándole en el oído.

- Si seguimos así... Te pediré que entres en mi... Y... Quiero seguir aprendiendo...

Se estaba volviendo un poco insoportable no poder entrar en ella, pero cuándo atendió la lección y aprendió el movimiento y la forma correcta, se sintio orgulloso, más ahora tenia la mano de la germana en su erecta virilidad, soltó un jadeo, y un suave susurro que le llenó la cabeza de lascivas ideas.

Pero las dejó en segundo plano al ver que se trataba de una preocupación auténtica, más procedió a continuar la lección, o se meteria bien adentro en ella, y se olvidarian de la practica.

Muy bien... Pero luego te haré mia hasta el amanecer... desde tu posición... Si el oponente esta armado pero no usa su arma, puedes arrebatarle su arma y matarlo... Ahora sueltame para seguir con la siguiente defensa

Una vez suelto, se colocó frente a la mujer otra vez.

Ahora, tus manos en mi cuello, y trata de aorcarme

Esperó a que lo hiciera, para luego mostrar cómo safarse, llevando su brazo derecho por sobre los codos de Soenya para rodearlos, metiendo el mentón de la misma forma, y la mano izquierda en sus manos, en un movimiento de salida, desequilibró a la germana para llevarla al suelo, pero antes de hacerlo, la sujetó para que no lo hiciera, sin embargo, volvió a tomar a Soenya del pecho, sintiendose ya en el borde de su resistencia por ella le susurró al oido.

Te tomaría aquí y ahora, pero queda una defensa más 

Soltó su miembro mientras asentía a sus palabras y se preparaba para seguir atendiendo a las enseñanzas y lecciones de él, luchando contra su propio deseo y el anhelo de sentirlo bien dentro de ella.

- Así lo anhelo... Solamente tuya...

Le susurró al oído mientras movía sus brazos atendiendo a sus indicaciones para arrebatar el arma a su enemigo y matarlo después con ésta misma. 

Olió su cuerpo antes de soltarlo muy poco a poco.

- Lo haré... Luchando contra mi propio deseo de pegarme aún más a ti... 

Una vez suelto él se movió hasta colocarse frente a ella. Los ojos de la germana lo miraron de arriba a abajo con deseo, parándose unos instantes en su miembro y relamiéndose con lascivia ante lo que veía. Asintió y fue llevando sus manos hasta el cuello de él, acariciando su fornido y estructural pecho hasta llegar finalmente a su cuello para rodearlo con sus manos y hacer como si lo estrangulara, aunque aquello no le traía precisamente buenos recuerdos de este día... 

Observó cada movimiento y gesto de él, fijándose bien en sus movimientos hasta que logro zafarse de nuevo de su presa, desequilibrándola hasta casi hacerla caer al suelo, salvo porque él la cogió antes de lograrlo. Emitió un jadeo de placer cuando él volvió a tomarla del pecho, mordiéndose el labio inferior para contener su anhelo por él al escuchar aquel susurro en su oído.

- Si... Una más... Y después... Después tómame como solamente tu sabes... Prestaré atención a tu lección... 

Consiguió controlar su respiración para seguir atendiendo a las instrucciones de él. 

La ultima lección era la mas sencilla, pero también la más importante, incorporo a Soenya, sin soltarle el pecho en el momento, pero una vez que soltó este, le pasó la mano por la espalda y el trasero, en una caricia sensual, sintiendo las cicatrices de las batallas a cada rose.

Se apartó de ella a duras penas para poder enseñarle la ultima técnica.

Una vez el enemigo esta en el suelo, y de espaldas a ti, deberás romper brazo para que, si saca un arma, no sea capaz de usarla... De esta forma...

Se puso a su lado e hizo que se agachara un poco, colocando el brazo de Soenya para atrás, flexionando el codo de ella, y llevándolo a un ángulo un poco antinatural, lo sificiente para causarle apenas un poco de dolor, sin darse cuenta que había puesto su miembro demasiado cerca del rostro de la mujer, antes de que perdiera los estribos, se apartó de ella y se colocó con jna rodilla al suelo.

Ahora... Es tu turno... 

De esa manera, la lección terminaría y podría tomar finalmente a la lider de las gladiadoras, y no detenerse hasta el alba.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir la caricia de él sobre su espalda y sus nalgas, provocando que un ligero jadeo escapara de su garganta.

- Entendido... Romper el brazo para que no puedan usar armas en mi contra.

Se dejó mover, dejando que él le fuera indicando cómo posicionarse, sintiendo como movía su brazo hasta colcoarlo tras su espalda mientras él lo doblaba en aquella postura, indicándole cómo hacerlo y aunque prestaba atención a las indicaciones vio su duro miembro cerca de su rostro y su lengua simplemente lo lamió para poder saborearlo y después relamerse con lascivia.

- Si... Delicioso... Mi turno...

Vio cómo se posicionaba, con la rodilla en el suelo y entonces se movió para tomar su brazo, no sin antes acariciar su piel camino al brazo. Lo tomó y después lo llevó al mismo lugar que él había llevado el de ella, llevándolo hasta su espalda, girándolo en aquel ángulo que él le había indicado y realizando cierta ligera presión mientras pegaba su pecho a la espalda de él, respirándole muy cerca del oído.

- Hasta que me digas, maestro...

Le susurró sensualmente, pegando aún su pecho a él, permitiéndole sentir sus duros pezones rozando su piel. 

Es suficiente Soenya... 

Dijo con fingida calma, esperó que la germana se levantara para finalmente levantarse el, la tomó de la mano y la llevó a un lugar oculto, una esquina del pario de entrenamiento, oculto por los barriles de agua, por si ojos curiosos veían la accion entre ambos.

Ya una vez en aquel sitio oculto, Duilius le comenzó a comer la boca a besos a la salvaje.

Aprendiste bien, cómo recompensa, puedes probar mi miembro

Lo expuso a ella en todo su esplendor, recordando aquella lamida y lo que dijo, si tanto lo quería, podía tenerlo cuanto guste dentro de su boca.

Tras sus órdenes se levantó, dejando que él la llevara hasta aquel rincón escondido, sonriendo traviesa mientras sentía como su espalda golpeaba contra una de las paredes de piedra y los labios de él se unieron a los de ella en aquel salvaje y lascivo beso que ella aceptó de buen grado mientras lo atraía hacia ella para disfrutar aún más de su presencia y su roce.

- Me gusta como suena esa recompensa... Ahora, veremos si sabe igual de bien... 

Poco a poco fue bajando con extrema sensualidad, acariciando su piel con los dedos hasta finalmente quedar de rodillas ante él, ante su poderoso y duro miembro, relamiéndome los labios con lascivia para comenzar a acariciar aquel miembro con su lengua. Comenzó a lamerlo desde la base hasta la punta, quedándose unos instantes en ésta, moviendo su lengua en ligeros círculos en su punta mientras una de sus manos comenzaría a acariciarlo también, apretándolo ligeramente con ésta sin dejar de mirarle con deseo.

Una nueva mirada hacia él mientras se introducía todo su potente y duro miembro en su boca, llevándolo hasta el mismísimo límite de ésta, acariciándolo con su lengua mientras lo sacaba y comenzaba a cerrar sus labios en la punta, acompañando a aquel gesto con las caricias de su lengua. Comenzando a mover su cabeza de delante a atrás, haciendo que el miembro de él saliera casi por completo de su boca para después volvérselo a introducir muy lentamente.

Ahogaba sus jadeos en el miembro de él, aumentando cada vez más la intensidad y velocidad de sus movimientos, acompañando las entradas y salidas con las caricias de su lengua. Hasta que se incorporó ligeramente para rodear el miembro de él con sus pechos, ayudándose de sus manos y quedando la punta del miembro sobresaliendo de entre sus pechos. Entonces comenzó a realizar aquella felación mientras aprisionaba su miembro con sus pechos, acariciándolo con su lengua y sus labios, dejándose llevar por el deseo y el anhelo que aquel hombre despertaba en ella. 

Esta situación escaló muy rapidamente, cómo no podía ser de otra manera, dejando que la germana obre a sus anchas sobre su virilidad, suspirando y jadeando ante la habilidad de la gladiadora con su boca, mirando a los ojos de ella podia el el destello lascivo que desprendian, haciendo que su corazón latiera con más fuerza, exsaltado por las lamidas y luego por la succión que ella generaba, haciendo que tiemble un poco por las sabrosas sensaciones.

Luego una sensación suave que aprisiona su virilidad se hace presente, pese a la oscuridad, se podia ver la figura del miembro entre sus pechos, mientras ella continuaba con la felación sobre su sexo, acariciando su cabeza con cariño, para incentivarla a ir más rápido todavía.

La germana comenzó a aprisionar más el miembro de él entre sus pechos al tiempo que su lengua se movía más rauda y avariciosa, lamiendo su punta en círculos, saboreándolo y excitándose cada vez más ante aquel delicioso manjar. 

Sus labios se cerraban también sobre su punta, succionando con lascivia al tiempo que su lengua seguía jugando con él. Cuando sus pechos bajaban, dejando su miembro más al descubierto, su boca lo cubría por completo, acompañando aquella felación con su lengua y sus pechos, jadeando y gimiendo de placer, gemidos que eran ahogados en el miembro de él.

Las manos de la bárbara seguían acompañando sus pechos mientras acariciaba y pellizcaba sus propios pezones, moviendo ligeramente sus caderas.

Los ojos estaban fijos en él, unos ojos cargados de deseo y lascivia por el hombre ante el que estaba arrodillada, aquel que tenía su manos sobre sus cabellos y aquel con el que deseaba saciarse, aunque ella era insaciable. 

Sus ojos, esos ojos le resultaban hipnóticos, embriagadores, y seductoramente obscenos, algo que realmente le gustaba al hombre, la manera en la que movia los pechos de arriba a abajo y el toque de su lengua en la felación le estimulaban bastante.

Más albergaba la idea de llegar a un nivel más, viendo esto cómo un juego previo, se veía en la necesidad de querer más, pero no quería arruinarlw la diversión a Soenya. Le sonrió mientras llevaba su mano un poco detras de su cabeza y metia su barra de carne un poco más adentro en su boca.

Disfrutas teniendo mi miembro en ru boca?...

no es necesario que... Respondas...

Si que le estaba gustando la sensación que producia la germana en el, estando casi en el punto de colverse adicto a esta práctica, sin percatarse que un momento más podria terminar en su boca.

Sintió como su duro miembro se adentraba más en el interior de su boca, acomodándola para poder seguir saboreándolo y disfrutándolo mientras aumentaba la intensidad y velocidad de sus caricias, apretando aún más los pechos contra él y llevando su miembro hasta el límite de su garganta mientras sus jadeos quedaban ahogados en el miembro de él. 

No parecía tener intención de detenerse, sino que devoraba con placer el miembro de Duilius al tiempo que parecía rozarse con sus propios muslos, siendo patente la excitación en su cuerpo y como sus pezones estaban completamente duros. 

Si él terminaba en el interior de su boca dejaría que su semilla recorriera su garganta para después sacarlo de su boca y dejar que los últimos golpes de ésta terminaran entre sus pechos, sin dejar de saborear su punta con su lengua y sin dejar de mirar con lascivia y deseo a los ojos de él. 

Una ola tras otra satisfacción iban de su espalda a su cerebro, llevaba buen ritmo en las acometidas en la boca de Soenya, hasta que no pudo aguantar, y la semilla comenzó a brotar de su falo.

Le dejó la punta de la virilidad dentro, intante en que comenzó a salir, de su cuerpo, tratando de ni hacer mucha fuerza sobre su cabeza, para no lastimarla. Una vez que sintió teeminar, sacó la punta del miembro, dejando que paete del simiente callera sobre los senos de la germana.

Eso... Fue magnifico

Duilius estaba muy excitado, demostrando que no tenía suficiente todavía, y que queria hacer mucho más con ella.

Ahora levantate y mira a la pared...

Dijo un poco entre jadeos, mirándola con mucho deseo, el plato principal estaba ya casi servido.

Saboreó la semilla de él con lascivia y deseo, dejando que parte de ésta cayera por su pecho sonriendo ante sus palabras al tiempo que se relamía los labios seductoramente e iba levantándose hasta quedar frente a él.

- Delicioso... - Le dijo mirándole con deseo mientras se mordía los labios - Te necesito... Bien dentro de mi... 

Sonrío a Duilius al tiempo que asentía a sus palabras e iba moviéndose muy poco a poco hasta quedar con sus manos contra la pared, sus piernas abiertas y lista para qué él disfrutara de su cuerpo igual que ella había hecho con el de él. 

Un acercamiento furtivo se llevó a cabo a los pocos segundos de que ella se diera vuelta, colocando sus manos en la pared, y poniendose en posición para que el la tomara por detrás, para poder darle lo que pedía, estar bien adentro de ella.

Apoyó las manos en la espalda, bajandolas en una suave caricia, toque suave que lo llevó a su cintura,solo para despues llevarlas a su trasero dónde jugó un poco con sus firmes gluteos, apretando y soltando estos para hacerlos rebotar sutilmente.

Luego, con una mano, tomó su hombría y l colocó en la entrada a su femeneidad, moviéndose apenas para sentir la humedad que mana de su sexo, solo para meterse sorpresiva y rapidamente en ella.

Y yo... Necesitaba estar dentro de ti... Soenya...

Llendo con fuerza desde el primer momento, no pudiendo aguantar la necesidad y adiccion que le provoca la muger del este del Rin.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir las caricias de él sobre su espalda, jadeando ligeramente al sentir como masajeaba sus nalgas.

Jadeó algo más intensamente al sentir el contacto de su duro miembro en su húmedo y cálido sexo emitiendo un gemido de placer cuando lo sintió por sorpresa bien dentro de ella. 

- Dioses... Como lo he... echado de menos... 

Dijo entre jadeos acomodando sus piernas para sentir bien como el miembro de él entraba y salía con fuerza de dentro de ella, pegándose a la pared ante cada una de sus embestidas mientras le pedía más y más pues parecía estar bastante excitada tras la felación que le había realizado.