Partida Rol por web

Era divertido para Duilius escucharla, cómo ya era adicta a el, adicta al sexo,  adicta a las pasiones carnales, y eso le gustaba mucho al galo, correspondiendo sus besos y metiendo su lengua en la boca de ella para que ambas danzaran y pelearan por el control nuevamente antes de apartarse.

Pues haré que pienses solamentw en mi... Y en nadie más Soenya...

Una vez puesta a cuatro patas, tuvo una vista excelente de culo, redondo y musculoso, y una espalda bien tonificada, que contrastaba con su figura esbelta.

Ahora es mi turno de domarte preciosa

Colocándose sobre sus nalgas, usando el peso de su cuerpo para mover un poco en círculos su miembor y raspar todas las paredes de la femeneidad de la guerrera, antes de tomarla por el cabello y tirar de el.cómo quien doma a una yegua salvaje y en celo.

Arremetió duro contra ella cómo vino haciendo hace un momento, apuñalandola con su enorme miembro desde el pricipio y con mucha fuerza cómo a ella le gusta, queriendo escuchar más de su sexy voz.

Volvió a reír ante las palabras del galo, una risa clara y sincera, sin ningún tipo de maldad o malicia pues poco a poco iba conociendo al hombre que debía convertirlas en auténticas guerreras de la arena, el hombre que la castigaría cuando sus compañeras cometieran algún error o alguna falta y, al mismo tiempo, comprendía un poco más la situación vivida...

El problema era que ella no era mujer de un solo hombre, que a ella le gustaba disfrutar de variedad y calidad de amantes y eso, eso nadie lo podría cambiar... De momento, disfrutaría de este momento y los que pudieran venir después pues siempre era divertido y estimulante conocer a un nuevo y buen amante... 

- Adelante Doctore... Pruebe... Inténtelo...

¿A qué podría referirse? ¿A que intentara que solamente pensara en él? ¿A que intentara domarla? Fuera lo que fuera lo que estaba claro es que no pensaba detener aquel salvaje e intenso acto pues aún estando a cuatro patas y al sentir como él tiraba de su pelo para acercarla más hacia él haciendo que sonriera mientras una de sus manos volvía a ir hacia su nuca para atraerlo hacia ella y besar así sus labios, disfrutando de estos, ahogando sus jadeos y gemidos entre ellos, mordiéndolos y mirándole con lascivia y deseo.

- Sigue... Vamos galo... Dómame...

Su otra mano fue hasta su trasero, mostrando que su cuerpo poseía una increíble flexibilidad, permitiéndole ponerse en posiciones casi imposibles.*

En cierta manera, nada le preocupaba al doctore, ella demostraba ser increiblementw flexible, leso fuw lo que le permitió a ella atraer su cabeza cerca para darle otro beso lujurioso, y no podía decir cuanto disfrutaba de beber de su boca.

Y despues sintió su mano en el su trasero, casi cómo queriendo sujetarle y no dejarle ir, se nota que es una amante competente, resistente y talemtosa, pero tambien sentía que ella no era de el, ya que habia estado con Nórdico, y solo los dioses sabrán con cuantos más, lo que sí, aprovecharía el momento con ella y siempre que lo desee.

Se irguió un poco para pegar su pelvis al ritmo frenético que disfrutaba la germana, tiró más del cabello de ella y a posteriori, le dio una fuerte nalgada sobre el culo, para que apreatara más.

Vamos... Me lo pones muy facil...

Le dijo para tentarla, y hacer que le apretara con más fuerza alrededor de su miembro, y mwntras arremetia, le volvió a dar otra nalgada, contemplando su espalda y acariciandola después de cada palmada en sus gluteos.

Sus jadeos y gemidos se volvían cada vez más intensos mientras él continuaba penetrándola, adentrándose dentro de ella con intensidad y salvajismo, provocando que su excitación aumentara, que su humedad fuera cada vez más clara mientras las paredes de su sexo se contraían para aprisionar el miembro de él en su interior. 

Movió una de sus piernas para colocarse casi lateralmente a él mientras seguía moviendo sus caderas, de delante a atrás al salvaje ritmo que él marcaba, disfrutando de sus besos, mordiéndolos con deseo hasta hacer que pequeñas gotas mancharan sus labios y lamerlas con su lengua. 

Pegó su espalda al pecho de él, sintiendo como su miembro se abría paso con fuerza en su interior, acoplándose al ritmo que él marcaba pero realizando pequeños movimientos circulares de sus caderas para intensificar el placer. 

- ¿Así... Así me... entrenarás...? Me... gusta... 

Intentaba decir entre gemidos con una lasciva sonrisa en su rostro mientras la mano de ella también le dio una nalgada a él, incitándole a moverse más y más.

Notó cómo pegó su espalda a su torso, colocandose un poco de coatado para continuar con el besuqueo, mordiendole tambien los labios y pasandole la lengua por estos, incluso notando pequeños movimientos circulares que hacia con su cintura, rosando distintas partes del su zona intima a cada impacto.

Si... Así serán... Todos los días-

Duilius dejó sentir la masa muscular de su cuerpo sobre la germana para inmovilizarla un poco más, ahora cargaba contra ella con su fuerza y añadiendo el peso de su enorme cuerpo, pudiendo ver cómo sacudia a la mujer con violencia.

Llevó su mano derecha al vientre de Soenya, para luego bajar y apretarle el punto más sensible de su cuepo, sin misericordia , sintiemdo cómo los fluidos salian de ella.

Y aún... No terminamos

Volvió a darle un tirón en el cabello, mientras sequia invadiendola, posrido por los propios dioses.

- Me gusta... Lo quiero... Cada día...

Decía entre jadeos mientras continuaba moviendo sus caderas al tiempo que las paredes de su sexo seguían aprisionando el miembro de él en su interior, haciendo que las penetraciones sintieran cada arruga y vena, especialmente las de él.

La palma de su mano golpeó el trasero de él para después apretarlo y pellizcarlo, al tiempo que sus jadeos y gemidos iban ganando en intensidad mientras sentía como él la apretaba contra su cuerpo, provocando que en ocasiones le faltara ligeramente la respiración.

- Más... dame... más... 

Volvió a sentir el tirón en su cabello, sintiendo como él se adentraba en su interior, con sus caderas pegadas a él, moviéndose en círculos mientras su sexo seguía aprisionando su miembro, encerrándolo en su interior para que no dejara de poseerla.

Su pecho subía y bajaba al tiempo que sus pechos botaban al ritmo de sus penetraciones, su mano se engarfiaba en la nalga de él, dejando las marcas de sus uñas y la otra impulsaba la cabeza de él para seguir invadiendo sus labios, mordiéndolos y pintando sus propios labios con la sangre de él. 

- No... Aún no... 

Los músculos de ella volvían a tensarse, su cuerpo temblaba ligeramente al tiempo que las paredes de su sexo comenzaban a palpitar, indicando que un nuevo orgasmo no tardaría mucho en llegar. 

Era admirable lo flexible que es la mujer, mostrandose capaz de hacer cosas que el nunca hubiera imaginado, incluso llegando al punto de aferrarse a una de las nalgas del doctore.

Sus gemidos estaban siendo cada vez más estruendosos, producto de las arremetidas potentes del hombre, evidenciando que a cada momemto le costaba un poco más entrar en ella debido a la constricción ejercida por su interior.

El gusto del hierro lo tenia en la boca, parecía que la germana le lastimó mientras se besaban y mordian, pero ese tono carmesí en sus labios no hacía más acelerar su corazón.

Hasta que comenzó percibir las ondas estimulantes de las paredes de su intimidad, llevando pulsos electricos hasta su cerebro, a la vez que prwdwcia que estaba cerca de su orgasmo al igual que la gladiadora.

Voy... A acabar...

Le presionaba el vientre a cada impacto, haciendo ruidos obcenos que recorrian todo el patio, hasta que ya no pudo contenerse más. Se clavó en ella una vez más, sosteniendola con fuerza mientras soltaba todo su deseo en la tierra femenina de la guerrera, sin miedo alguno a lo que pueda ocurrir después, incluso ignoramdo el hecho de dejarla impregnada.

El acto había ido en crescendo, convirtiendo las embestidas en una sucesión de movimientos cada vez más intensos y salvajes hasta que el punto que ambos solamente estaban pendientes del placer que sentían y del final de todo.

Sintió como el orgasmo llegaba de nuevo a ella y antes siquiera de poder recuperar la respiración él terminó explotando de nuevo en su interior, llenándola por completo con su abundante semilla.

Realmente aquello podía ser peligroso, la cantidad era desbordante y debería tomar el preparado en quizás una dosis mayor. Aunque ese fue solamente un pensamiento fugaz pues realmente el doctore parecía un toro desbordado de lascivia y eso, eso le había gustado, quizás demasiado... 

Su orgasmo y el sentir como él terminaba con aquella fuerza en su interior provocaron un último gemido de placer que ni siquiera buscó controlar mientras luchaba por recuperar el aliento.

Cuando la tensión terminó regresó a una postura más normal aunque no fue ella la que buscó que él saliera de su interior porque sabía que en cuanto lo hiciera toda la mezcla de los fluidos de ambos recorrería sus muslos y sus piernas.

Mientras buscaba controlar y retomar una respiración más pausada y calma sonrió.

- Creo que... necesitamos... un baño...

Bien podría ser una proposición indecente o bien simplemente que, al menos, el cuerpo de ella había terminado con arena y no quería ir al catre a dormir así. Además, quizás al ir con él fuera más sencillo que la dejaran darse un baño y así, también podría hablar con él o intentarlo al menos...

- Aún... aún tenemos... tenemos que... hablar... 

Dedicó un beso algo más suave y calmo a los labios del galo. 

Habia explotado y soltado todo el contenido de sus genitales en ella, algp que parecía gustarle a la mujer que se encontraba bajo su enorme cuerpo, notando tensión de ambos a través de su sexos conectados de forma recíproca.

Si... Lo necesitamos...

Aún estaba duro y con intenciones de continuar, pero estaban sucios y debian limpiarse, más tambien ella tenia algo para decirle, o queria a ir a un lugar más privado y menos expuesto.

Hablaremos... Pero en el baño...

Tal vez seguirian teniendo sexo, tal vez no, prefería que si pero esta seria la desicion de Soenya, despues de responder a su beso, ya con más calma, el se levanto, poniendose a duras penas la Suligaria, e invitando a la mujer a que hiciera lo mismo y se pusiera sus escasas ropas.

Vamos Soenya, acompañame.

Dijo mientras le tendía amablemente, recuperando su fuerza casi al instante, cómo si se tratara de un ser sobre natural y no de un humano común.

Miró divertida al galo, deleitándose en su estructural cuerpo y relamiéndose los labios con cierta lascivia, indicando que ella tampoco había tenido suficiente.

Él salió de dentro de ella, sintiendo como la mezcla de fluidos comenzaba a resbalar por sus piernas incrementándose este hecho cuando ella se incorporó recolocando sus ropas.

- No te tenía por alguien con demasiado pudor... Pero si, será mejor ir con la ropa puesta...

Ella no tenía problema alguno en mostrar su cuerpo desnudo. Tanto su piel, sus pechos, su vientre y sus músculos quedaban agradables a la vista, incluso con las diversas cicatrices que lo adornaban. Cicatrices que mostraban que realmente había sido herida en más de una batalla.

Asintió a las palabras de él, siguiéndole hasta los baños pues él tenía mayor posición que ella y si alguien podía hacer que fueran al baño era él, pues a ella no le harían apenas caso.

- Allí dentro estaremos más cómodos... Tanto para hablar como para seguir disfrutando... 

Le guiñó un ojo dejándole ir por delante de ella para así ella aprovechar para seguir deleitándose con su trasero. 

No es por el pudor, es para no dejar a los romanos en vergüenza, que después levantan quejas a la domina por mi causa, cómo si tuviera la culpa de que sus miembros fueran pequeños-

Sonrió de forma seductora mientra la miraba, antes de adelantarse y giiarla a los baños.

Había alguno que otro guardia en el camino, pero no decian nada a su andar, incluso cuándo lo vieron en compañía de la gladiadora, ya los había humillado antes, y volveria a hacerlo con sus filosas palabras.

Ya en los baños, podia sentir el calor del agua y la humedad del aire, que adelantaban su ya transpirado cuerpo, sin ningun preámbulo se deshizo de la ropa una segunda vez, mostrandose de nuevo a la germana, sonriendo con lascivia mientras recuperaba la erección.

Que esperas, quítate la ropa y entra al agua, hablaremos mientras seguimos fornicando

El se adelantó, pero no entró al agua aún, esperó a que la mujer entrara primero, ya que queria seguir viendo su sabroso cerpo desnudo.

- ¿Se han quejado por ello? Pero si, sin duda alguna son incomparables a lo que tienes tu... Y lo mejor, sabes bien como usarlo para satisfacer a una mujer.

Directa, sin pudor ni tapujo ninguno, así era la germana. Una mujer no tenía problemas para expresar sus deseos, preferencias y gustos.

Ella ni siquiera dirigió una mirada a los guardias pues sabía bien a quién servían ahora y no quería más problemas de los que ya tendría con la presencia de aquel demonio. Por lo que asumió el papel que había estado practicando, colocándose la máscara que había creado, la de la salvaje domada que obedecía las órdenes sin queja alguna.

Llegaron a los baños y respiró con calma el cálido ambiente que allí se generaba. No porque le gustara el calor sino porque sabía que aquel lugar ofrecía una mayor intimidad y podría hablar con calma con el doctore. Al menos, mientras no estuviera gimiendo por el placer que él le facilitaba. 

Observó, apoyada en una pared, como el hombre volvía a deshacerse de su prenda de ropa y se relamió los labios con lascivia y deseo mientras disfrutaba de tan exquisito espectáculo. 

Cuando él terminó ella hizo lo propio con sus ropas, deshaciéndose de ellas con lentitud, acariciando su piel mientras iba bajando sus ropas, acariciando sus pezones cuando se deshizo de la parte superior y comenzó a caminar hacia él con movimientos seductores y gráciles.

Su cuerpo quedaba bañado y perlado por las ligeras gotas de humedad que se pegaban a su piel mientras ella iba acercándose a él con aquella mirada de deseo, disfrutando de las vistas que tenía ante ella.

Finalmente entró al agua, girándose para mirarle a él con picardía.

- ¿Y cómo me quieres ahora? Sigues siendo mi superior y yo, estoy a su servicio... 

Su voz había adquirido un tono seductor que pocas veces había mostrado, realizando una ligera y sumisa reverencia aunque sus ojos seguían teniendo ese brillo, el brillo de una bestia salvaje difícil de domar y controlar. Una mujer que sin duda podría traer gloria al lugar o problemas, muchos problemas... 

Si... Lo han hecho, más de un dominus se sintió imsultados y humillados por mí y mi... Poder jejeje

Miraba en el cuerpo de ella cómo se formaban las gotas de agua, cómo tocaba su cuerpo con sensualidad, hasta que entró al agua, soltando aquellas palabras tan seductoras, a lo que el sonrió complacido a la la nórdica, y ella no le engañaba facilmente, su lujuria es tan grande cómo la de el.

Entro en el agua junto con ella, poniendosé al costado de ella, llevando una de sus manos al culo, y la otra a su sexo, comenzando a masturbarla de a poco, de a poco para tentarla.

Te quiero montada sobre mi, para que hagas tu voluntad ahora, veamos ahora si puedes domarme 

Jadeó ligeramente al sentir como comenzaba a masturbarla, dedicándole una pícara sonrisa mientras su mano se dirigía hacia su miembro.

- ¿Domarte? ¿Por qué haría eso? Prefiero montar a una bestia salvaje... - Su mano comenzó a masturbarlo a él mientras seguía con aquel tono seductor y lascivo - Y prefiero que me monte un animal salvaje... 

Se giró hacia él, mordiendo su labio y atrayéndolo hacia ella para besar sus labios y separarse para dedicarle una sonrisa.

- Además... Necesitamos hablar sobre qué vamos a hacer ahora y cómo vamos a hacerlo... ¿Qué esperas de mi cómo líder de las gladiadoras? 

Su mano había comenzado a masturbarlo con un poco más de deseo. 

Sonrió lascivo y pervertido, mas ya no se podia contener, se la queria clavar a toda costa, en verdad eran una mezcla quimica muy potente.

Asi fue que despues del beso, se dejó sumergir en la bañera de agua caliente, llevandose a la germana con el.

Entonces monta a tu fiera salvaje.

Le dijo mientras se sentaba en el sueño con el agua hasta el pecho, tocando con su miembro el sexo de la mujer.

Yo espero que sobrevivas,  guies a tus hermanas a la victoria y las protejas.

Le dijo.sonriendo mientras le daba un beso tierno en los labios, pero sin dejar de.tentarla para que se metiera su.miembro dentro de ella.

Se dejó arrastrar hacia el agua por él, sentándose sobre sus piernas mirándole directamente a los ojos con sus turgentes pechos cerca de él y sus duros pezones rozando su piel.

Comenzó a moverse para que el miembro de él siguiera acariciando su sexo, provocando ligeros jadeos de placer mientras sus manos recorrían los músculos de sus brazos.

- Eso... sin duda alguna... será algo que haré... no lo dudes... 

Sus movimientos eran cada vez un poco más rápidos, guiando el miembro de él y su propio cuerpo para que comenzar a sentir como la punta de éste empezaba a abrirse camino dentro de ella, de nuevo, muy lentamente.

- ¿Y cómo... cómo podre... contar yo... contigo...? ¿Puedo... puedo confiar... en ti...? - Se movió un poco más - Mi fiera salvaje...

Tras esa última frase se movió para sentir como él entraba de nuevo por completo dentro de ella, emitiendo un gemido de placer mientras echaba su cuerpo ligeramente hacia atrás, terminando de sentir toda su dureza dentro de ella.

- Vamos a... divertirnos...

Comenzó a moverse sobre él, haciendo que su miembro entrara y saliera de dentro de ella, una y otra vez, sintiendo sus penetraciones y buscando que él siguiera el ritmo o lo marcara.

El agua se movía a su alrededor, provocando pequeñas olas ante sus movimientos mientras ella comenzaba a jadear y gemir ante el placer de sentirle dentro de ella. 

La tomó por detrás, sujetando sus nalgas a medida que ella bajaba por su virilidad, completamente dentro de ella, percatandose de que se hacian pequeñas olas en el agua mientras ella subia y bajaba, de verdad que eran dos adictos al sexo quw no podian parar de follar.

De la forma que necesites... Y puedes confiar en mí, soy leal completamente a mi gente

Dijo el doctore, al tiempo que sentia cómo el agua caliente entraba en interior de Soenya, lubricando más el acceso, el gladiador dw las galias apenas si jadeaba, haciendo respiraciones tranquilas mientras ella cabalga su falo.

Ve tan fuerte cómo quieras, no mw obligues a ser brusco contigo preciosa

Se estaba burlando de ella sutilmente, bajo la seriedad de la voz, buscando seguor con el morreo.

No entendía bien el motivo, tenía varios amantes, disfrutaba de ellos y del sexo con ellos y aún así, el sexo con aquel galo era demasiado embriagador. Era como encontrar a alguien con las mismas ansias, con el mismo anhelo y las mismas ganas de disfrutar del placer y eso, eso le agradaba y asustaba a la vez... 

- Lo hare... - Dijo entre ligeros jadeos mientras sus movimientos eran placenteramente lentos - Llevo poco... tiempo.. y... y me he ganado ya... enemistades... Los guardias... los guardias me la tienen... me la tienen jurada... - Sus manos fueron hacia su rostro, haciendo que éste la mirara mientras hablaba entre jadeos - Y yo... yo no... no me contendré de... de tener que... destriparlos... - Sus ojos brillaron con una malicia despiadada - También... también está... el nuevo jefe... de la guardia... pero ese... me bañaré... me bañaré en su sangre... - Sus movimientos habían comenzado a ser un poco más rápidos - Y a la... domina... tampoco... le caigo... bien... necesito... necesito gente... en la que... confiar... 

Tras las últimas palabras se movió para que él se clavara bien dentro de ella al tiempo que echaba su cuerpo ligeramente hacia atrás emitiendo un gemido de placer. 

Buscó sus labios con avidez, saboreándolos y disfrutando de aquel intenso beso mientras poco a poco iba acelerando sus movimientos, ganando en intensidad mientras seguía cabalgando sobre él. 

- No... no me... romperás... 

Una situación divertida, sabia que la germana tuvony tiene a varias personas para complacer sus deseos, y sin embargo parecía que el doctore era eapecial entre todos ellos, más el veía en ella una mujer muy fuerte, que si quisiera podía darle hijos fuertes, pero no podía contar con su lealtad, pero no por ella le dejaba de gustar, más por la libertad que es capaz de profesar.

De los guardias no deberías preocuparte, ellos no se atreverán a desafiarme... Y yo tengo el apoyo de la domina, y puedo decirte que está comolacida contigo aún que no lo demuestra.

Tras recibir el pasional beso, respondió con respecto al jefe de la guardia.

Tienes mí... Completo apoyo para hacer lo que haga falta, solo... Solo dejame arreglarlo y el morirá bajo la espada... En mi puedes confiar Soenya

No respondió a lo último que dijo, ya que pasaría lo que tuviera que pasar, llevó su mano hasta la entrada de su trasero y comenzó a tocarlo con su dedo mayor, pulsando con intensiones de entrar en el.

Y con su boca.comenzó a succionar su pecho, apricionandolo entre sus labios, mordiendo y tirando de el mientras se perdia en los gemidos de la germana.

Continuó moviéndose sobre él, disfrutando de sentirlo dentro de ella y como la calidez del agua acrecentaba el placer y facilitaba los movimientos, pues dentro del agua los cuerpos pesaban menos.

- Lo he visto... y.. me excita... mucho... el temor... y respeto... que... te tienen... los guardias... - Río algo divertida - Aunque, no negaré... que ver tu... cuerpo... es ya... excitante... no sé... no sé por qué... he tardado tanto... en... en tenerte... entre mis... piernas... 

Buscó de nuevo sus labios con una pasión desatada, mordiendo y saboreando aquellos labios mientras intensificaba los movimientos sobre él, cabalgándole sin ningún tipo de contemplación.

- Entonces... enséñame... adiéstrame... para hundir... para hundir mi arma en él... para rebanar su... garganta... porque... porque ya me... venció una vez... 

Sintió el roce de sus dedo en su entrada trasera haciendo que esbozara una sonrisa pícara y lasciva mientras sus manos se aferraban a su espalda y pegaba sus caderas más a él para sentirlo por completo en su interior.

Su boca comenzó a acariciar, morder y tirar de su pecho desde su pezón, provocando que sus gemidos y jadeos fueran ganando en intensidad al tiempo que movía sus caderas en círculos, haciendo que su miembro entrara y saliera de ella cada vez más rápidamente.