Partida Rol por web

Se despidió de la esclava de tez oscura con una inclinación de cabeza para después seguir a Verina. Los pasos de ella las llevaron junto a la voz que parecía la de Livia y como Soenya ya había dicho, él no estaba allí.

Al parecer la romana estaba enfrentándose a los guardias, bueno, aquella mujer adoraba pelear, así que estaría encantada con ello y después de todo, las cosas siempre le salían bien, seguramente sabía a quién chupársela para tener tantos favores. Realmente, le importaba poco lo que ocurriera, ella se había labrado su propio camino. Además, seguro que vendría su sacerdote asesino y traidor a por ella, como su caballero salvador...

El rostro de la germana mostró una ligera expresión de asco, aunque se esfumó rápidamente cuando miró a Verina.

- Sabes que las cosas le salen bien siempre, estará bien - O si muere, será lo que se ha ganado - ¿Ves? Te dije que querían acabar con todo el ludus... Te sigo, encontrémosle. 

La mujer dudo pero al final asintio. "Espero que si." dijo volviendo a esconder su cabeza y empezando a ir por el otro lado. "Sigueme, creo que podemos hacer un rodeo que nos haga encontrar con menos gente." comento la mujer. Sin mas avanzo trotando, apurada pero tal vez no le daba el fisico para mas.

Pasaron por otro pasillos y como ella habia pensado pudieron seguir sin encontrarse con nadie. Al menos hasta que dieron al final con un hombre gigante que seria dificil de ignorar. Ahi yendo tranquilo y pensativo estaba el doctore, este iba hacia las celdas de las gladiadoras y gladiadores o a su habitacion. Al menos eso veian ambas por la direccion que iba.

Mientras Duilius avanzaba hacia las celdas sintio un trote detras suyo. Solo tuvo que darse vuelta para ver que se trataba de Verina y Soenya. Ambas estaban algo agitadas, aunque mas lo estaba Verina que no era tan atletica. Era un encuentro raro porque ella venian en direccion contraria a la celda y como se habia ido él no pensaba que la liberaran a Soenya.

- Duilius...

La gladiadora se dirigió corriendo a él, aliviada y apurada al mismo tiempo

- Estás... Están muertos... El sacerdote... El sacerdote los ha matado... A nuestros hermanos... Todo... Todo es por los de Hispania... Ellos lo han organizado todo... Están... Están matándolos a todos... A los esclavos y esclavas... Debemos... Debemos irnos... Ellos... Ellos mataron a la Dómina... Herius está con ellos... Me busca... Quiere atraparme y si lo hace... Si lo hace no sé qué me hará... 

Su voz sonaba algo apurada, aunque hablaba en susurros, como si temiera que cualquiera les oyera, mirando a todos lados y sin perder de vista tampoco a Verina. 

Manteniendo la presa aprovecho la presencia de Alina e Ikateria para mover la mano e intentar coger la espada que llevaba el romano. Si lo consigo estaría perdido, pero si no lo consigo... bueno, él estaría armado y nosotras no.

En cualquier caso mi objetivo sería o bien coger su arma y clavarsela o al menos forzar su brazo hasta que qué clave su propia espada. Cualquiera de las dos opciones me valdría.

Ikateria, igual que un terrier que hubiera enganchado una rata, mordía el pescuezo del tipo mientras masajeaba, con una total falta de sutileza las pelotas del tipo. - Lo siento "Rubia", va a morirse sin que puedas verlo. Gruñia haciendo fuerza, mientras más se movía, más gruñía y más fuerte apretaba. La parte superir de su armadurale daba en la cara, haciéndole una marca, que ya vería si sangraba o no, porque su rostro, con la furia demostrada era un baño rojo que habría que mirar a ver de dónde venía cada gota.

Alina se esforzaba por sujetar al guardia con un brazo e inmovilizar su mano armada, para facilitar los intentos de Brinda de quitarle la espada. 

Si bien se había acostumbrado a las escenas violentas, desde que comenzó su entrenamiento como gladiadora, no pudo evitar apartar la vista al ver como Ikateria mordía el cuello del guardia como si se tratase de una bestia salvaje.

Ya no había vuelta atrás. Habían matado al jefe de la guardia y, si todo volvía a la normalidad, los Domini las ejecutarían.  

Brinda pudo tomar la espada del hombre que si bien se resistio fue cuando la hispania le mordio el cuello que paro de tomar su espada. Lo que vieron ambas mujeres o mejer dicho las tres ya que Marcia no estaba lejos aunque se habia mantenido a un segundo plano, que la garganta del hombre no resistio los dientes filosos de ella manchando de sangre a ella y al piso haciendo que grite de terror el hombre.

Pero eso no es lo unico que pasaria detras de ellas escucharon un ruido de paso y vieron...

Gallio empezo a trotar notando algo a lo lejos y Mars tambien lo vio. Alina, Brinda y Ikateria estaban encima de alguien pero no se veia bien de quien con tanto cuerpos. Entonces cuando finalmente se acercaron vieron que era Herius, lo cual era malo pero lo peor era notar como la boca de Iketaria estaba manchada de sangre y al ver el cuello desgarrado de Herius solo habia una explicacion.

"Perra rabiosa, si lo maste te mato!" grito el hombre. "Levantense ahora, que estan haciendo?" pregunto mas a brinda y Alina que a la hispana.

En un costado contra la pared estaba ahi Marcia asustada con lo que acaba de ver. Herius por su lado no habla pero si sangraba.

Cuando veo aparecer al domine obedezco de inmediato. Soenya dijo que los asesinos estaban intentando destruir el ludus y acabar con los gladiadores, mientras él la perseguía. Por tanto asumimos que él era uno de esos asesinos infiltrados en el ludus para destruirlo, y actuamos en consecuencia. Soenya es nuestra líder, así que no había motivos para desconfiar de su palabra.

- Pero si de la tuya. Le respondió al hombre, mientras escupía el trozo que tendría que tapar el hueco por el cual se desangraba. No se esperó a que el hombre hiciera gesto alguno. Ella ya tenía su misión, el rumbo que tenía que seguir y ni se esperó a que este respondiera. Empezó a correr, ... y a cabrearse por momentos. - Vamos en post de nuestra lider les espetó a las otras chicas mientras corría.

Alina vio aparecer al Domine, quien les recriminó lo que estaban haciendo.

Ella soltó al guardia y se puso de pie. No supo qué decir, pero por suerte, Brinda dio una explicación convincente. O al menos Alina esperaba que lo fuera. 

—Brinda tiene razón, Domine. No pretendíamos matar a Herius. Sólo detenerlo hasta saber lo que estaba pasando. 

Ikateria salió disparada en la dirección por la que se había marchado Soenya y Alina la siguió con la mirada, antes de volver a mirar al Domine.

—Quizás nos excedimos un poco, pero creo que guardia sobrevivirá.

Me espero a que la castaña se va y miro a las chicas.

Vuestra líder os está mintiendo y utilizando. Ella odia al jefe de la guardia así que os uso para que lo matarais. El la seguía porque su trabajo es evitar una revuelta.

digo señalando una obviedad mirandolas

Es vuestra líder y esclava, el es un mando del ludus, un romano, Patricio y ciudadano libre. Vosotras vivís por el domine y si este confía en su jefe de la guardia entonces deberíais. digo encogiéndose de hombros

Veo un montón de contradicciones entre lo que pasó y lo que habéis comentado. Cómo va a destruir el ludus si el jefe de la guardia trabaja en el... En fin sabéis que sois esclavas no podéis desobedecer, ni salir de vuestras celdas sin permiso, ni corretear por ahí. Ni tomaros la justicia por vuestra mano y salir y matar a los que creéis son los malos. me tocó un poco la sien

Si matáis a un romano os condenan a crucifixión no tenéis derechos ninguno y vuestra jefa os ha condenado como si fuéramos corderitos. Ella simplemente quiere escapar, odiaba a la domina no es la lealtad personificada.  Suspiro.

Me dejáis acercarme? Se algo de medicina si consigo que no muera quizás salve a vuestra compañera. Luego miro a Gallio.

Las esclavas solo han sido manipuladas, sugiero que si colaboran puedan ser tratadas con menor dureza, al menos ellas senador. 

Que pasó con el resto de cuerpos? Digo señalando a los otros.

"Detente ahora mismo!" le grito a la hispana. "Sino seras crucificada cuando te atrapemos." dijo como amenaza a la mujer sin dudarlo esperando que se detuviera aunque sino lo hacia la dejaria ir.

"Es como dice el sacerdote. Realizaron una accion contra quien no debian obedeciendo a alguien que no tiene autoridad en este momento." comento el hombre mirando a ambas con gravedad. "Yo confie en ambas cuando las considere inocente. Ven que esto no las deja bien paradas."

Pero suspiro finalmente. "Alejense del hombre, dejen que Mars lo atienda." comento utilizando solo el nombre. "Seran encerradas hata que termine esto."

Una voz familiar se posó en su oido, era facilmente reconocible pues esos susurros estaban grabados en su mente, pero el mensaje que le dio, fue desconsolador y cruel, su ira ya no podia ser controlada, ahora los mataría a todos.

Pero la petición de la mujer era evidente, está preocupada por el y por su propia seguridad.

Ahora entiendo, todo está perdido, todo se fue a la mierda, podría matarlos a todos y abrir una brecha para que escapen

Y ese era su plan, pelear hasta morir a no ser que la mujer explique cómo poder salir de ahí.

- ¿Piensas que te dejaré solo? Si hemos de combatir para escapar de este infierno lo haremos juntos... - Había determinación en su voz - Verina sabe cómo moverse por el lugar sin llamar la atención, seguro que conocerá algún lugar por el que escapar... No sé quiénes quedan en pie, vivos... Livia parecía estar luchando contra alguien, aunque algo me dice que todo cuanto a hecho el sacerdote es por ella... Ikateria quedó atrás, y no sé cómo estará... Ella no era una gladiadora... No antes de venir... Era una guardaespaldas de la familia de Hispania de la dómina... Habían guardias que la obedecían... 

Se acercó a él, poniendo una mano sobre su pecho y mirándole directamente a los ojos.

- Tu decides, pero no me iré de aquí sin ti... 

Trago saliva mientras escucho a los dos romanos y vuelvo a mirar al hombre. Entonces me doy cuenta de que tienen razón, quiero que hemos hecho es atacar a un romano.

No sabíamos si trabajaba para el ludus o si había sido contratado por alguien de fuera digo intentando justificarme mientras me pongo cada vez más nerviosa.

Miro a Alina y me aparto del hombre para que puedan tratarlo. Sé que es su amigo, pero el dinero cambia las lealtades fácilmente. En cualquier caso por supuesto acatar sus órdenes, domine.

Me acerco al hombre e intento ver cómo está y qué puedo hacer mientras hablo con la esclava morena.

-Si tienen duda de algo o sospechas, lo mejor es contárselo a alguien por encima de la cadena de mando, como el domine. Sus superiores les escucharán y juzgarán el asunto, pero vayan siempre con las suficientes pruebas no pueden ir con un pensábamos, o un quizás.

digo encogiéndose de hombros y fijándome en cada surco en la carne y la sangre intentando romper un trozo de la ropa del jefe de la guardia para detener la hemorragia.

Después de todo ante la ley sus voces no cuentan nada al ser esclavas.Pero la de los ciudadanos romanos si, más aún la de los sacerdotes. No tengan miedo en confiar y hablar la lealtad siempre es recompensada. Marte les ayudará.

digo mientras sigo con la cura

L decisión era bastante dificil, pero al final se decidió a dejar el Hades antes de que se cierren sus puertas.

Está bien entonces... Verina... Sacanos de aquí, nosotros te protegeremos.

Asintiendo al dulce acto de la germana.