Partida Rol por web

No se separa de ella ni un poco, solo aparta las manos de ella un instante, resistiendo cualquier tipo de tentación, llevó ambas manos para quitarse la suligaria y mostrarse tieso y firme cómo un soldado bien formado.

La mordida en su pecho le hizo excitar bastante, haciendo que ya estiviera listo para la acción, mas volvió a acercarse a su oidopara responder nuevamente a aquellas palabras.

Entonces te calentaré... Para que supliques por que entre en ti

Y de nuevo, bajó por su piel y sy vientre, dejando un camino de besos mientras descendia por su cuello, esternón, y su vientre hasta llegar a aquella intimidad que permanecia oculta entre sus tonificados y bien definidos muslos.

Continuando con besos profundoa y jugueteo constante en su privacidad, para hacer que disfrute de nuevo de sus atenciones.

El doctore vuelve a atacar la zona más intima de la guerrera, haciendo que ésta se olvide de sus exigencias, de sus juegos y de sus provocaciones. Se apoya en la puerta del todo y se muerde el labio, conteniendo un gemido prematuro, ya solo por notar el aliento del galo en su monte de venus.

Livia abre un poco las piernas e incluso, termina elevando una de ellas para apoyarla en el hombro del doctore, dejando totalmente expuesta su intimidad, abierta, mostrando todo de ella:

-Si eres tan bueno con la lengua como con las armas...por mi puedes usar cualquier táctica para esta lucha...sólo me resistiré...un poquito...

La noche anterior no habia podido alcanzar el umbral del placer, y eso lo habia dejado tenso, al punto de desesperarse por probar su sexo con airea más efusivos.

Coló su lengua en el interior y empezó a presionar la pared anterior de sus carnes, siwndo un poco más rudo, incluso más de lo que lo había sido la vez anterior.

La sujetó fuerte de las nalgas y la trajo asia si para ajustarla a su ritmo, incluso con sus palabras, la resistencia que opondria sería nula o casi nula, y el lo sabía.

La romana pone sus manos sobre la cabeza del galo, acariciando su corto vello, tan agradable al tacto. Su interior empezaba a manar esa cálida humedad que indicaba que su cueva estaba preparada para recibirle, y, a juzgar por los gemidos ahogados que empezaban a brotar de su garganta, la romana estaba deseosa de las atenciones del doctore.

-Umm...por Venus...No pares Kellan...quiero ser toda tuya esta noche...- musita inclinándose un poco para susurrarle estas palabras al oído, para luego volver a incorporarse y pegar la espalda a la puerta pues estaba convencida de que si no se agarraba, perdería el equilibrio.

Dio un poco más de deseo a la mujer, sentia la humedad incrementandose en su sexo, ya clamando por la la ansiada conexión, y el ya estaba en su límite tambien, más no debía perder la concentración.

Así... Será...

Respondió el galo a las palabras musitadas por ella, irguiendo su cuerpo mientras la colocaba frente a la pared, haciendo que se coloque en pompa para comenzar con el acto principal, más no queria hacerlo de inmediato.

Suplica, suplica a Venus... Por que te fornique y te haga mujer otra vez...

Queria sentir la lascivia y la miel brotar de sus labios, pidiendo por estar dentro de ella.

Livia se aferra a los hombros de Kellan y empieza a cimbrear las caderas contra él en un baile sensual que iba provocando una mayor erección en su miembro, aún preso de los pantalones de entrenamiento. Pero esto no dudaría mucho pues Livia empieza a bajar por el cuerpo de galo, recorriéndolo a besos, lametones y caricias.

Finalmente llega hasta ponerse de rodillas ante él y comienza a bajarle los calzones al principio suavemente, pero luego de golpe, liberando la magnitud de la virilidad del doctore. Y así como estaba, arrodillada ante él, Livia empieza a lamer despacio con la punta de su lengua el recorrido que había desde la base del pene hasta la punta.

Las cosas cambiaron rapidamente, ahora era ella quien estaba frente a su sexo, cubierta por las sombras que apenas dejaban ver sus figuras en la oscura habitación, sintiendo la punta de su lengua en la extensión de su falo, sentía la inexperiencia, pese a que cada toque le hacía tenblar al galo, notaba que no sabía bien cómo hacerlo.

Una caricia en el cabello y una mirada de calma, haciendole saber que iba por buen camino.

Lo haces bien... Ahora trata de... Rodear con tus labios el extremo, y de hacer algo de succión-

Aconsejó el Doctore a la candidata a gladiadora.

Livia asiente con la cabeza y sonríe de forma nerviosa y un cierto temblor de excitación en la comisura del labio, fruto de sus ganas de complacer y el deseo de seguir las indicaciones del galo.

La romana toma con ambas manos toda la firmeza del doctore, en verdad casi no puede abarcar su circunferencia y empieza a acariciar toda la superficie del miembro al tiempo que empieza a lamer con la punta de lengua la cabeza, ejerciendo movimientos circulares al tiempo que se introduce el glande entre los labios, como si lo abrazara sensualmente con su boca y, tal y como el le ha aconsejado, hace una suavisima succión al tiempo que su lengua continua jugueteando con la punta superior.

Era un cosquilleo agradable y sorprendente, su punto mas sencible hacia que temblara un poco, cómo una hoja movida por el viento, incluso en el juego previo con su lengua rodeandole el extremo de su miembro se destacó, no es que fuera talentosa para esto, el notaba que se estaba esmerando en complacerle.

-Puedes hacerlo más fuerte si... Quieres-

Sugirió a Livia, por si queria ser más intensa con la acticidad.

Livia no contesta, al menos no con palabras, si no que incrementa ligeramente la presión de su acción, haciendo más fuerza con la lengua y succionando un poco más...mientras tanto su mano derecha se dedicaba a continuar su trabajo de estimulación del miembro con rítmicos movimientos de subida y bajada, aprovechando la lubricación de su lengua y la humedad de su saliva sobrante, que bajaba desde sus labios por la firmeza del galo.

Pero su mano izquierda no estaba ociosa sino que culminaba el placer del hombre y tal vez el suyo propio en forma de arañazos en sus nalgas, clavando sus uñas, presa de la lujuria y la excitación.

Literalmente está haciendo un buen trabajo, tamn bien incluso los rasguños en sus nalgas le estaban gustando y mucho, pero las acciones de la mujer lo estaban llevando al climax demasiado pronto, y eso no le gustaba, ya que esto es un juego previo.

-Livia, espera... No quieres empezar con el plato principal?-

La tomó con ambas manos de la cabeza para frenar su avance, y sacar su miembro de la boca de la mujer, se sentía rico, pero había algo mucho mejor que hacer, y el contacto entre ambos debía ir a una segunda face.

¿Puedes levantarte y ponerte contra la pared?

Livia se sorprende un poco de los gestos y las palabras del galo que la hacen detenerse, pero está tan excitada que no se lo piensa, le sonrie limpiándose la boca con el dorso de la mano y deja que el galo la ayude a levantarse, aunque se la nota insegura, hay confianza en las palabras de Kellan.

-¿Contra la pared...? ¿Así?- pregunta, ingenua, quedándose de frente al galo tal y como estaban al principio, ella apoyada la espalda en la pared.

El doctore no dijo nada, se limitó a asentir pues no era lo que el quería, queria que pusiera su tracero en pompa y el por detras listo para penetrarla profundamente, pero asi tampoco estaba mal, la tomó del trasero y la levanto hasta tenerla frente a frente, dejando que sus genitales contacten, wn una previa más antes del acto principal.

-Si, pero ahora que sea solo contra mí...-

Comenzó a moverse para estimularla y escuchar que poda por que sea fornicada sin miramiento alguno.

Livia se muerde el labio inferior mientras el fuerte entrenador maneja su cuerpo, alzando lo con facilidad para luego, abrazar con sus piernas la cadera del galo y su cuello con sus brazos, creyendo que tal vez eso era lo que el hombre quería, notando el contacto estrecho de su miembro rozando su intimidad húmeda pero que que iba calentándose más y más por momentos. Frotándose contra su falo, la romana no puede evitar empezar a gemir suavemente...sus labios pegados al oído del doctore provocando sonidos sensuales y cálidos.

-Oh...Kellan...pídeme lo que quieras...quiero complacerte en todo...quiero ser tuya esta noche...-​​​​​​-le susurra entre fuertes respiraciones mientras su cadera seguía bailando sobre la suya, intentando que el roce se incremente y que entre en ella aunque eso no sería posible mientras el galo no quisiera.

Lo haré, puedo dar certeza de que lo haré.

Pensó para si mismo, dejando que dance sobre la virilidad, pero así cómo venía, era demasiado rápido, detuvo el movimienro para poder levantarla un poco, y darle cabida a su hombria para deslizarse dentro de la romana, saboreando el calor de su se milímetro a milímetro.

Sabía que su avance lento desesperaria a Livia, haciendo lo a posta para ver eaa expresión de ansiosa que clamaba por llegar al fondo, solo despues de un momentito, completó el camino, y antes de darle oportunidad a decir algo, soltó una fuerte arremetida, pero esta vez no dirá nada, para no tener que arruinar su momento.

Un gran gemido se escapa de entre los labios de Livia, quien se apoya fuertemente con la espalda en la pared y clava sus uñas en Kellan, fruto del punto de dolor pero más de la excitación que había sentido al penetrarla con tanta fuerza el galo. Eso la hacía sentir bien, por algún motivo le encantaba sentirse utilizada po el galo, tal vez fuera el convencimiento de que no le iba a hacer daño, tal vez fuera su imponente físico, tal vez fuera su interno deseo de pelear para que finalmente él la sometiera...era difícil saberlo.

Sin darse un solo respiro, Livia afianza su posición sobre el doctore cerrando las piernas entorno a él y comienza a moverse para no dejar de sentirle en su interior, aunque ya que ella estaba contra la pared no tenía mucho movimiento por lo que casi todo el trabajo sería cosa de Kellan.

Que se aferre a su cintura, le daba al galo motivos para ser un poco más brusco con ella, es más, se aparta de la pared , tanto para que ella no sufra daño, cómo para que el tenga más libertad de movimiento, necesitaba ese rango extra para comenzar a follarla con fuerza.

Y así lo hizo, dio dps pasos para atrás y comenzó a penetrarla sin miramiento, mientras unía su boca a la de ella para acallar sus gemidos, ya que parecian estruemdos de una tormwnta que se avecinaba, teniendola bien sujeta del culo y la cintura, dejando que sus cuerpos choquen el uno contra el otro, y esto le gustaba al galo.

La romana besa y muerde al doctore con furia descontrolada, sus gemidos ahogados, amordazados por la boca del galo que parecía querer robarle el aire...el dolor de las embestidas se mezclaba con intensas oleadas de placer. Se acomoda cuando puede contra Kellan y su cuerpo empieza a sudar mientras sus uñas dibujaban un amplio mapa en la espalda del hombre, desesperada y lujuriosa.

Consigue separar su boca de la de él y empieza a morder y a besar todo su cuello y hombros, completamente desatada y febril de pasión.

Parecia que estaba hambrienta, no paraba de besarle y morderle la boca ni ppr un segundo, lo que le generaba un dolor dulce que no queria detener por nada del mundo.

Comenzando a aprerar el ritmo de un modo frenético y fuerte mientras se clavaba profundamente, quería ver su cara , hasta que ella comenzó a morderle el cuello y hombros.

Ella estaba fuertemente aferrada a la cintura, lentamente fue retrocediendo asta la cama, teniendo en su cabeza un mapa mental de dónde estaba cada cosa.

Una vez sobre esta, comenzó a subirla y bajarla con más potencia, apretandole bien fuerte las nalgas a cada sentón que le hacia dar, sentía los rasguños en la espalda, pero que podía hacer, si ambos estaban ardiendo con el fuego de la pasión.

Duilius la tumba en la cama y, por un momento, deja caer sus brazos sobre el colchón, disfrutando de sentir tan cerca y tan ardiente el cuerpo del galo, quien no ha cesado su ritmo ni un instante, follándola con fuerza, Livia estaba en un éxtasis de jadeos, gemidos y sudor en su piel. 

Toma con sus dos manos ambos lados de la cara del doctore y le acaricia toda la cabeza para, finalmente, tomar su nuca y tirar de ella para hundirle la cara entre sus pechos.