Partida Rol por web

Al volver me los encuentro de frente, los dos envueltos en mantas, sonrío contenta mientras escucho lo que dice el pelirrojo y voy dejando las prendas de ropa sobre la cama.

- Dile que ella es muy bonita - tiro de Nayi un poco y la levanto de la cama para ayudarla a quitarse la ropa y cambiarse - tú - murmuró, luego despacio acerco la palma de la mano a su cara y si me deja la acarició - bonita.

La ayudo a vestirse con la ropa de Val, no he cogido sujetador, yo no llevo, esas cosas son muy incómodas y muy innecesarias.

- Fueguitos,  ve haciéndote la idea de que vas a ponerte esa ropa, sí o sí - lo miro sonriendo, recordando que no le gusta vestirse - sino te refriarás, a parte de alterarse a Val y a Bianca, como te vean semidesnudo di adiós a su capacidad de raciocinio. Joder, pero cómo estáis todos tan follables, qué injusta la naturaleza, os esconde debajo del agua.

Sí, si, lo suelto todo conforme lo voy pensando, así a lo loco sin filtro, como siempre.

En ese momento un ruido estridente inunda la casa por unos segundos,tan sólo Ligeia sabe que se trata del timbre de la puerta pero para los dos habitantes del mar supone un nuevo sobresalto que los pone sobre alerta de algún tipo de amenaza

Bonita* significa bonita**.

Le explicó, para que ambas entiendan lo que están diciendo, al menos algo realmente sencillo. Ver cómo el aspecto iba cambiando con capas y capa de algas raras que usaban para proteger su delicada piel resultaba realmente extraño y curioso. Tenían colores y formas interesantes. Entonces la carapescado se pronunció, diciendo que él tenía que ponérsela y un montón de cosas más que no comprendía del todo, algo sobre doble de frío, el color blanco, una despedida y hojas. Sinceramente no comprendía demasiado.

Despacio, por favor.*

Le pidió. Estaba tan emocionada que casi le daba reparo, pero entendía que quería que se vistiera y no aceptó. Entonces un ruido brutal que sonaba como el bramido de una criatura peligrosa resonó y, sin dudarlo, se encaminó hacia la procedencia del sonido listo para la batalla, emitiendo un gruñido y sin aguardar a nadie.

Cuando dice "despacio, porfavor" sonrío mirándolo y bajo el ritmo de mi entusiasmo. Las cosas que yo haría no van despacio, no. Río divertida, mi mente va sola observancia la belleza de estos seres, menos mal que reprimió mis instintos porque sino...

Lo suelto y dejó que se visitan ellos solos, ayudándoles en lo que pueda, en esas estamos cuando suena el timbre y el sirenito se pone en guardia. Lo abrazó por detrás, intentando calmarlo, con delicadeza.

- No es nada, tranquilo - susurro, es el timbre.

Estrecho un poco el abrazo para que note que mi cuerpo está tranquilo y luego le suelto.

- ¿Me podéis esperar aquí? No sé quién puede ser y quizás no es bueno que os vean, mientras termináis de vertiros yo voy a ver quién es.

Sonrío, y suelto al sirenito, miro a Nayi y si está todo bien voy a la puerta a ver.

Cuando sintió el abrazo de la humana se puso tenso por un momento pero no sintió malicia ni mentira en ella. Aunque él no era ningún tipo de experto. Por algún motivo ella parece preocupada, pese a todo.

No dijo nada, sencillamente en cuanto ella bajó, el pelirrojo lo hizo tras ella preparado para cualquier contingencia. Eso sí, en ropa interior, porque vestirse aún no iba con él o, más bien, no lo entendía.

Sonríe cuando acaricia su cara, pues le hace cosquillas, cuando Enna le traduce, ella hace lo mismo con Ligeia y repite en humano -"Tu bonita"- y sonríe alegre, ya sabe cosas en el idioma de los humanos y eso la alegra. Por suerte Ligeia le ayudo a ponerse la ropa, porque no sabía en absoluto como iba toda y la ropa de Val tapaba más que la de Bianca.

Cuando escucho aquel ruido infernal, se volvió a tapar por completo con la manta, como si la manta la pudiese proteger de cualquier cosa que fuese ese ruido.

Tras unos minutos Nayade escucha a Ligeia con voz preocupada hablando con alguien mientras suben al dormitorio y la peliazul corre hacia el baño donde comienza a escucharse el agua cayendo en algún lugar de aquel blanco lugar.Tras ella entra Enna con un Azariel desnudo y tembloroso en brazos.Sus pies están algo magullados y en aquella posición Nayade contempla su perfecto culo y sus fuertes piernas

Comenzó a dar golpecitos en la espalda del tritón que cargaba con él para que le dejara sobre el suelo, pero sin conseguirlo hasta que llegaron al mismo sitio donde estuvo el dia anterior con ayuda de Ligeia, a la cual le dejaba acariciar, ahora si, con una sonrisa pintada en sus labios. Allí el espacio era más reducido y estaba lleno de cosas extrañas y desconocidas.

- Traquila. yo bien -  los dientes le chocaban unos con otros y no entendía el porqué pero intentaba apaciguarla al verla tan asustada mientras Enna ahora si lo liberaba. Su cuerpo seguía temblando y el frío no desaparecia. Miró el agua que caia en aquella extraña concha gigante y comenzó a meterse despacio, sobresaltado al principio por la temperatura, la cual era superior a la del mar.

- Yo hablar con madre. Bestia poder ser bruja de los mares. Nosotros tener que confirmar. Eneas ser hijo suyo, pero él bueno - dijo para que ella lo entendiera también, aunque por el rabillo del ojo vió a Nayade por lo que lo repitió en sirenido. Intentó transmitir en su tono que no lo decia con acritud ni en forma de acusación. Quería que se entendiera que seguía confiando en Eneas a pesar de ser quien era. 

Verlo desnudo tiritando de frío, me supera, anula mi capacidad de razonar y lo establece a él como prioridad absoluta. Entro en la bañera con él, aún vestida, rodeo su cuello por los brazos y a penas termina de hablar le beso en los labios. Luego le preguntaré, ya sé que Eneas es bueno pero todo eso me da igual yo solo quiero que mi sirenito esté bien.

Mi beso se vuelve fogoso como el de la última vez que estuvimos solos, de repente recuerdo ese momento y aún lo beso de manera más salvaje, me pego a él como un koala a un árbol; pobre, no le doy muchas opciones, entrarás en calor, sí o sí.

Cuando separo mis labios de su boca dejo pequeños besitos en su cara y su cuello. Si con esto no ha entrado un poco en calor, encenderé el agua caliente, o no sé, me tiraré por el balcón. No soy yo aquí una eminencia de la medicina pero es lo mejor que se me ha ocurrido.

- ¿Estás mejor? – Murmuro, me da igual el cuadro que acabo de montar, ahora quiero que esté bien.

Al llegar y ver cómo el tritón se resistía tanto, el pelirrojo decidió dejarlo en el suelo, pero su rostro de preocupación no desaparecía, al menos hasta que mencionó a Eneas, aquello consiguió que su rostro se endureciese como el cemento en cuestión de un segundo. Al menos había tenido el detalle de repetirlo para Náyande, aunque siguió dándole prioridad a aquella humana. Habló con un ligero tono de mal humor.

¿Porqué no nos cuentas sobre la Bruja del Mar?*

Intentó ser proactivo, se giró entonces hacia cara-pescado y se esforzó por sonreírle, ella no tenía la culpa.

Preguntar por Bruja del Mar.**

Caminó hacia la salida, pero en lugar de irse, se quedó apoyado en la pared esperando su versión.

Azariel mira con sorpresa a Ligeia cuando ve que se mete con él, pero la acoge entre sus brazos y le devuelve los besos, sin importarle que haya gente delante, estrechandola y permitiendole pegarse a él todo lo que quiera. De hecho, aquello que le cuelga entre las piernas cuando tiene la forma humana también está contenta. Muy contenta.

Le aparta el pelo de la cara cuando ella finiquita sus atenciones y con cierta frustración mira a Enna que parece ¿enfadado? Quizás sea el frío que le hace percibir cosas que no son.

- ¿No te suena de nada? Es la misma que sale en las historias que nos contaban los mayores para asustarnos, pero resulta que no es una historia y es real. Pero tampoco es seguro que sea ella, pues al parecer ella lleva mucho tiempo matando, solo que de forma cautelosa y cuidadosa, para no levantar sospechas. - habla en el idioma de los suyos, para luego centrarse en el rostro de su amada.

- Luego seguimos hablando. Ahora si no te importa... - no habia apartado los ojos de Ligeia mientras hablaba y luego se concentró en coger el poco aire existente en la habitación y moverlo* para que su compañero tritón sintiera el golpecito de éste en el pecho, en un indicativo de que quería estar a solas.

Mierda, estoy empapada aún con la ropa, ni lo he pensado, pero sonrío al encontrar a mi sirenito dispuesto y al ver que ha entrado en calor. Muy, muy en calor. 

La escena es un tanto extraña, él está desnudo, Nayi vestida y muy bonita con la ropa de Val, y fueguitos en calzoncillos. Yo con mi ropa empapada bajo el chorrito de agua tibia. En fin, Dante estaría encantado con todo éste panorama pero hay cosas más urgentes, ahora que él ha entrado en calor escucho lo que dice el pelirrojo que parece molesto, veo sus labios sonreír pero sus ojos no sonríen. De hecho me traduce lo que le ha dicho. Le sonrío agradecida, de todas las sirenas que he conocido, Azariel, Enna y Nayi son los que más bien me han tratado. Creo que quiere irse.

- Pero… ¿te marchas? ¿A dónde? – pregunto, ¿algo que he hecho le habrá molestado? ¿Será la ropa?  

Miro a mi morenito sin soltarlo, aunque le doy espacio para moverse con soltura. Parece que habla en su idioma cosas que no entiendo.

El aire se mueve por la habitación provocándome un escalofrío. Tendrá que cambiarme yo también, vaya cuadro estoy hecha.

- Mi amor, no sé de qué habláis ¿qué le has dicho? Quiero saber lo de esa bruja. 

Se había quedado apoyado en la pared, listo para escuchar, pero el empujón que le dio en el pecho, aunque suave, dejaba bastante claro que el pelirrojo sobraba de allí.

Nadar -se refería a caminar, pero aún no comprendía bien los matices del idioma-. Querer pensar.*

Con el índice tocó su frente, como si aquello fuese algún indicativo. La verdad es que el tritón no solía pensar y, cuando lo hacía, o no era productivo o las conclusiones no eran sanas.

Se giró para salir del lugar a dar un largo paseo. Al pasar al lado de Náyade sólo añadió.

Voy a caminar.**

Le explicó a la joven, antes de terminar de salir, si conseguía lidiar con el gran obstáculo que representaba la puerta.

Se quedó boquiabierta donde estaba cuando vio a Azariel que tenía algo que no entendía muy bien, pues temblaba y hacía algo con los dientes que le hacían parecer un tiburón. La humana empezó a moverse como pollo sin cabeza por alli, y se pusieron ambos en una especie de..... no sabría como llamarlo y cuando la humana tocó algo de por alli ¡¡salió agua!! casi se sobresalto al ver aquello. Cuando Enna anunció que se iba, ella se levantó para irse con él, después de todo, Azariel parecía estar bien y lo tenía ya muy visto, ese sitio nuevo tenia muchas cosas que ver, no sé podia quedar alli -¡¡yo tambien!!- tendrían que hablar con los demás de lo de la bruja, y en ese justo momento el corazón le dio un brinco y miró a Enna casi suplicante -¿podemos buscar a Orien por favor? sigo muy preocupada, me gustaría verlo- dijo, tomando sus mejillas un color rojizo que la hacía parecer más cría aun. 

El tritón se detuvo un momento para asentir ante su compañera. Habían venido juntos y ahora saldrían juntos.

Orien.

Es cuanto dijo, a modo de confirmación.

Sus ojos seguían fijos en su tesoro pero pudo oir perfectamente como por fin se marchaban y su sonrisa se tornó traviesa, cargada de deseo cuando extendió una mano para envolver uno de los pechos de la mujer con su mano ignorando la pregunta de ésta de porque se marchaban.

- A los pequeños contar historia de una bruja mala para asustar - la yema de su pulgar se deslizó para acariciar su pezón despacio - pero ser verdad. Ella llevar tiempo matando - el tema no propiciaba para nada aquella intimidad, pero no parecia pensar lo mismo el tritón, que estaba más que dispuesto.

- tener que encontrar y confirmar que ser ella quien atacar humanos - su rostro se contrajo por un segundo en un rictus preocupado mientras con su mano libre acariciaba la mejilla de Ligeia y luego acortaba la distancia hasta su cuello para atraer su boca a la suya - pero yo no dejar que ella tocar a ti - susurró contra sus labios antes de besarlos con avaricia para luego indagar con su lengua en cada rincón de su boca.

Poco a poco fue moviendola para acomodarla sobre su regazo y que sus dedos siguieran acariciando por encima de la tela de su camiseta

Cuando empieza a tocarme pierdo la concentración de todo cuánto pasa. Solamente existe él, su voz, sus manos... Sirenito, cada vez que estás cerca de mí todo se enturbia y pasas a ser mi prioridad absoluta, no sé muy bien qué coño pasas pero sí hay algo que tengo seguro, quiero que esté aquí, justo donde está, todos los días de mi vida.

Habla, bruja, blablabla, me importa una mierda todo eso, sé que es importante, sé que es urgente, creo que él lo sabe también, y que le importa lo mismo que a mí. Asiento sin decir nada mientras mi respiración se acelera y mis ojos brillan felices.

Muerdo su labio cuando me besa, el pelirrojo y la morenita se han ido a buscar... Están solos... Ella sabía un poco más pero no deberíamos dej... A la mierda. Sujeto su sexo con la mano, lo cojo, lo muevo delicadamente, no sé cuándo tiempo tenemos solos.

Lo empujo hasta que se siente en el baño con la tapa puesta, y a horcajadas, me siento sobre él apartando mi ropa interior, haciendo que entre hasta el fondo de mí. Necesitaba tanto volver a hacer esto. Le muerdo el hombro para no gritar.