Partida Rol por web

Los dormitorios son amplios y cómodos y todos tienen una puerta que da a los jardines por lo que la luz que entra en ellos los hace muy luminosos

Marc se dirige hacia el dormitorio que ha elegido seguido por la psicóloga.La herida del hombro le sigue doliendo aunque por suerte mucho menos que por la mañana así que mostrándosela a la mujer espera a que ella le de su opinión sobre cómo la ve

Había olvidado responder a Bianca sobre si estaba bien, luego al bajar se disculparía, al subir e indicarle a la doctora cual era su habitación, entró en ésta y le indicó que pasase, una vez ya los dos dentro, se quitó la parte superior de la camisa y miró a la doctora. 

-Prefieres aquí de pie, o me siento en la cama? Esperó las indicaciones de Val y hace lo que le dice.

-E...emm- Tartamudeo al ver que se quita la parte superior. Luego rio algo por la circunstancia mientras me aparto el pelo de la cara.- Como todo lo bueno: en la cama.- Le guiño  el ojo.

Le hago sentarse mientras me coloco a su espalda, de rodillas sobre su propia cama. Después lentamente quito el vendaje y el esparadrapo de la herida en su cuello, que estaban mojados por la inmersión anterior.

- Ummm.- Opino al verla. Me siguen pareciendo dientes humanos y eso hace que no pueda dejar de pensar en si a lo mejor, debería tatuarle los mio en el otro hombro.- Necesitará cuidados-. Que por supuesto se los daré yo, faltaría mas! Mis manos pasan por su nuca y su hombro y me acerco mas para verlo de cerca.-Parece que saldrás vivo de esta. Bueno, eso si alguien experto te lo cuida correctamente.- Ironicé mientras le miraba de reojo al palpar los bordes de la herida.

Le parecío que la doctora se había puesto nerviosa al principio pero lo dejó pasar, eso sí no pudo evitar sonreír cuando mencionó que todo lo bueno era en la cama a lo que añadió. - No puedo quitarte la razón y si es en compañía mejor. Quien no disfrutaría de una noche de Netflix viendo series en la cama tumbado con alguien y comentar lo que ven. 

Se sentó en la cama y la doctora se puso a su espalda, por lo visto necesitaría cuidados para la herida. Sonrió antes la ironía de Valeria - Si no te importa mirarla de vez en cuando te lo agradecería.  

Se giró para mirar de frente a la doctora. - ¿Has parecido dudar el inspeccionar la herida, algo que te resulte raro en ella?, aparte de como ha ocurrido claro.

Se había fijado en la doctora al llegar al puerto de Barcelona, era guapa y ahora al tenerla cerca lo podía confirmar, si no fuera por la situación le invitaría a más de una cerveza por la noche pero tenía que hacer la pregunta. - Ya habiendo verificado que no me muero, ¿qué tal estas tu?, Ligeia por lo que creo era amiga tuya de antes de subir al barco, ¿quieres hablar?

Reí ante lo de Netflix.

- Tranquilo, cuando necesites, la echaré un vistazo.- Paré un segundo.- A la herida.

Puse cara de pillina, pero enseguida suspiré y le miré a los ojos antes de responder.- Mira, no soy pesimista ... ni tampoco me gusta ir de listilla. Odio las malas noticias, pero...- carraspeé-... alguien tendrá que decir en algún momento que esas marcas...- señalé su herida.-... son de dientes humanos.

Necesitaba decirlo. Cuenta estar entera para dar ánimos al resto cuando yo misma tenía dudas con respecto a todo. Ligeia? Joder, claro que me preocupaba! Había desaparecido, por el amor de Dios! No soy insensible pero...

- Ligeia. -Dije su nombre algo apesadumbrada.- Era mi amante. Follábamos como locas sin parar hasta que un día decidió dejarme por una sirena.- Al principio lo dije sería. Luego estallé en un risa soltando la broma.- No, es broma! - Casi parecía que me ponía triste mas que riendo.

- Dicen que bromear es la forma que tienen muchas personas para no enfrentarse a la realidad. Solo era una amiga pero... me niego a creer que ha desaparecido.. así, sin mas.

Asintió ante la esperada noticia de algo que el ya había imaginado pues lo que le mordió tenía rostro humano, - No recuerdo si estabas cuando lo comente, pero creo que sí, lo que me mordió y ya sin dejar de que puedan ser un mito o no, tenía toda la pinta de una sirena y no parecía tenernos simpatía. 

Enarcó una ceja ante la revelación sobre Liegia y ella mientras la contaba y luego sonrió cuando la doctora reveló que era una broma. -  Una pena. No continuó con la frase pues Valería seguía hablando. Una pena no haber sido verdad y no haber participado. 

Puso una mano en la pierna de la doctora para dar un poco de seguridad a sus palabras ayudándose del tacto - Te seré sincero, no vi nada que indicase que estuviera muerta pero tampoco se vio ningún rastro de por donde podía estar, lo único que pude pensar en ese momento es que hubiera una cueva con una bolsa de aire y esté allí o que fuese cogida por una criatura de esas, por una sirena vamos. 

Una leve sonrisa se dibujó en su rostro a la vez que miraba a la chica. - La realidad como dices a veces es muy dura y no te quito la razón bromear a veces hace que sea menos pesada y más llevadera. Se incorporó para ir a su petate. Aunque ahora no paro de darle vueltas a las dos en la cama. Dejó unos segundos para ver de reojo la reacción de la doctora. -Tapaditas con sus respectivos ositos y con cara de niñas buenas durmiendo.  Ahora si la miró sonriente para ver la reacción. 

Sacó un pantalón del petate y ropa interior, dejando el pantalón apoyado en la silla del escritorio y la ropa interior en la mesa.

- Ya.- dije con media risa en mi cara mientras me sentaba en el borde de la cama- Soy de todo menos buena. Los ositos... negué esta vez mientras le veía sacar la ropa- .. son para las niñas.

Y según lo decía no podía dejar de mirarle, como iba haciendo cada cosa, mientras andaba por la habitación y se preparaba para una ducha. Miré los pantalones, su ropa interior... Nada. No me alarmaba nada.

-A lo mejor tengo que quedarme para vendarte la herida después de la ducha.- Sugerí mirando para otro lado. -Aunque si prefieres que me vaya...- Me crucé de piernas mientras echaba mi peso para atrás y me apoyaba sobre las manos en la cama.

Sonrió a Valeria, mientras sacaba una camisa del petate. 

-Las niñas malas son más divertidas según he ido comprobando con el tiempo. 

Val se puso cómoda en la cama, y sus palabras hicieron que sonriera dándole la espalda, estaba buscando dentro del petate, la camisa, sacó otra y al llevarla donde estaba la ropa que estaba preparando para cuando saliera de la ducha la dejó al lado de la que ya había sacado. Deja de pensar en otras cosas Marc, Netflix?, ositos?, un buen revolcón es lo que tiene, por no decir tres o cuatro.

Cogió la ropa, miró a la doctora, le sonrió y entró en el baño dejando la puerta un poco entreabierta para hablar con ella o por si quería entrar detrás de el. - Como tu quieras, por mi no hay problema, lo que no se es si habrá vendas en la habitación o por aquí en el baño. Abrió el grifo de la ducha para dejar correr el agua y que se fuera calentando. Comenzó a quitarse la ropa para meterse en la ducha y cerrar la mampara una vez caliente el agua. Le había parecido sexy la postura que había adquirido la doctora en la cama y la frase sobre curarle la herida le había dejado muy claro que le estaba provocando, ahora solo esperaba ver si entraba o no al baño y a la ducha, a menos que se estuviera equivocando y no fuera la cosas como el imaginaba. 

Marc se duchaba y yo misma desde la cama me sorpendí a mi misma, inclinándome para ver si podía ver algo por la rendija  de la puerta.

-Tonta... pareces una quinceañera.- Me dije a mi misma haciéndo volar mi imaginación.

Frente ala cama había un espejo, de estos que sirven de tocador improvisado en los hoteles y desde la cama me fijé en mi misma. Ladeé la cabeza y descubrí que me mordía el labio. Una costumbre, un tick mas bien, que solía hacer cuando estaba a punto de hacer una tontería.

-Que demonios...- dije sonriéndome e mi misma en el espejo y levantándome de la cama.- POlvo que no eches, polvo que no vuelve...-

Abrí la puerta con cuidado, sin hacer ruido. El sonido de la ducha apagaba cualquier otro y el vapor del agua caliente ocultaba la visión. Despues, la cerré con el mismo cuidado, riéndome por lo bajo como un crio que está a punto de hacer une fechoría.

Me descalcé (eso si, los zapatos de una mujer son sagrados) y abrí la mampara de la ducha para inmediatemente meterme, con ropa y todo en la ducha con Marc. Allí mojándome puse mis brazos sobre su espalda, por si no había notado mi presencia.

- He decidido que... mejor será que te supervise, no sea que... te abras la herida.- Mi picardía no conocía limites. Tampoco mi falta de verguenza. Porque allí, a penas a escasos centímetros de Marc, y empapada con ropa y todo, pensaba que esto era sin duda lo mas sexy que este hombre habí avisto jamas.

Ya dentro de la ducha estuvo pendiente de si la doctora entraba o no, parecía que su estrategia para llevarla hasta la ducha no había surtido efecto, se empezó a enjabonar cuando sintió como la mampara se abría, sonrió levemente, pero su sonrisa se amplió al escuchar la voz de Valeria.

Supervisar la herida, si, seguro que viene a supervisar eso.

Se giró aún sonriente y la miró detenidamente de arriba a abajo, siguiendo con la mirada cada curva marcada gracias a el agua, tenía la ropa aún puesta pero eso no iba a ser ningún impedimento, se fijó en que no llevaba zapatos, se había quitado los zapatos, y dejado lo demás, será divertido quitarla la ropa poco a poco. Lentamente fue subiendo de nuevo la mirada hasta llegar a cruzarse con la suya, no había dejado de sonreír en ningún momento, cogió con ambas manos la cara de la doctora y entrelazando sus dedos con el cabello de ésta la miró fijamente. - Creía que no ibas a entrar al final, luego si quieres me miras la herida. Sin dejar que respondiera la beso apasionadamente acercándola a el para que ambos sintieran el cuerpo de otro pero haciendo que ella terminara apoyando su espalda contra la pared.

Al acercarse a mí note como cada paso era un latido rápido y fuerte de mi corazón y casi me costaba hasta respirar. Mala idea Val, muy mala idea...

Pero ya cuando estuvo pegado a mi, con sus manos en mi cara, su cabello goteando sobre el mío... cerré los ojos un segundo analizando la situación. Podía ser una loba como con el resto de tíos. Podía y lo era. Podía dejarme llevar y que al final no fuera nada, lo cual me dejaría KO. Podía dejarme llevar que pasara algo y después terminar hundida. Solo sabía que en ese momento necesitaba una pequeña vía de escape frente a la perdida de Ligéia.

Vale, era una escusa como cualquier otra, pero esta ganaba peso, ya que, aunque fuera un tía dura, necesitaba no pensar en ella.

Mi mirada subió de sus manos a su rostro, mis grandes ojos azules se clavaron en los suyos y mis manos fueron a los botones de mi vestido aún sin saber si era mejor desabrocharlos o quitármelo por encima de la cabeza. Tenía la bocha seca... debía ser lo único seco de mi cuerpo ahora mismo.

Sus palabras hicieron que cerrara los ojos y apretara los labios para sonreir. Levemente abrí los míos, y pese las gotas del agua que caían sobre nosotros, podía ver su herida en el hombro. Un beso mio, que parecía querer comérmelo, hizo que me entrara ansia de mas. Me separé los justo de él con picardía en mi rostro. - que poco me conoces..- susurré antes de abalanzarme al hombro opuesto a su herida para morderle a la misma altura, dejando marcados los dientes, produciendo el justo dolor par que guste pero no duela demasiado.- ¿Sentiste esto?  O quizá...

Subí mi vestido, lo que no había conseguido desabrochar, y ahí pegada contra la pared, levanté una pierna para rodear su cadera y que pudiera penetrarme mas cómodamente. Un gemido mío y algún leve arañazo en su espalda, cuya marca pronto desapareció por el agua, indicó que no podía parar. No quería. Y no debía o lo mataba allí mismo. Mientras tanto, mi movil sonaba en la habitación de al lado. Desde luego no iba a salir ahora mismo a contestar!

La mirada de la mujer que tenía delante le fue cautivadora, hacía mucho que una mujer no le miraba de esa manera, desvió brevemente su mirada a los botones para ver como se desabrochaba el vestido o lo intentaba, sonrió levemente para luego volver a mirarla, el agua caía y se deslizaba perfilando su cara. El beso tan apasionado que le dio Valeria hizo que un escalofrío recorriera su espalda. Hace mucho que no te ocurre algo así Marc...

Le miró con picardía algo que le hizo sonreír cuando le habló, no se esperaba el mordisco en su cuello algo que hizo que gimiera y sintiera un ligero dolor que se convertía en placer al sentir como aliviaba la presión.  

Terminó por subirse el vestido algo que agradeció por que si no terminaría por arrancarselo y no sabía si le hubiera gustado, pasó su pierna por  su cadera y sin pensarlo dos veces la penetró haciendo que sus gemidos se fundieran con con el sonido del agua y del móvil que estaba sonando. 

- Si tengo que elegir prefiero tu mordisco.  Le dijo mientras estaba dentro de ella y la miraba a los ojos, Valeria era fogosa algo que le estaba encantado así que poco a poco fue disfrutando y haciendo que disfrutase para terminar fuera de ella. 

Aún ya habiendo terminado no pudo evitar darle otro beso, la mujer había despertado algo en el que había hecho que se fijara en ella ahora de otra forma, algo que hacía mucho que no le ocurría, la forma en la que hablaba, o como se comportó ante la situación.  

Ahora ya mirándola a los ojos, comenzó a desabrochar su vestido, quería ver lo que escondía este.  - Me ha encantado lo salvaje que has sido, hacía mucho que no me hacían disfrutar tanto.

Sonrió a Valeria y la beso en el cuello dejando sin desabrochar el ultimo botón de su vestido. Le dejaba a ella elegir si quería quitárselo del todo o no, se separó un paso y cogió el gel para enjabonarse mientras la miraba. - Van a pensar que estas mirándome algo más que la herida del cuello. Le guiño un ojo y volvió a sonreír.

Por unos momentos, Marc me había hecho olvidar lo que pasaba. Era lo que necesitaba en ese momento. Desfogarse.

Agradeció ese último beso como si fuera el último chupito en la barra del bar, que si no sueles ir ya pedo, es el que suele dejarte mejor sabor de boca. Dejé que Marc me desnudara y me terminara de desabrochar el vestido, mientras con mi dedo indice tocaba su piel desde su cintura, subiéndolo, hasta su cuello, intentando provocar un escalofrío cosquillero.

Me dejé observar por el mientras dejaba caer al suelo de la ducha mi vestido. Si, estaba buena. Lo se, lo se... es una maldición vivir con este cuerpazo, qué se le va a hacer. Tengo que resignarme todos los días a llevar puesta una talla 85 de sujetador, dolores de espalda y que mis clientes me miren por debajo de la barbilla. Lo dicho.. una maldición.

-Es mi trabajo, hacer que el resto esté bien.- Dije mordazmente mientras salía de la ducha y me envolvía en una toalla de cuerpo entero.

Rei cuando menciono al resto y nuestra consulta privada. Recogí el móvil y vi el mensaje de Ronan. Otro que también me llevaría a la cama. Conteste a su wassap con otro y después me escurrí el pelo para no llevarlo demasiado mojado a mi habitación. Abrí la puerta viendo el culo de Marc enjabonarse de nuevo. Ummm...

- Me cambio y voy al comedor. Necesito algo que comer. Ronan y Máximo han salido- dije señalando el móvil, ya en la puerta dispuesta a irme. -Si necesitas otra cosa...-dije sonriente.-.. tan solo llámame.- Le guiñé el ojo antes de salir por la puerta, recoger mi vestido y volvérsela a cerrar.

Observó detenidamente cómo el vestido de Valeria e deslizaba por su cuerpo dejando poco apoco su cuerpo al desnudo, tenía un rostro bonito, unos ojos en los que uno podía perderse si se le quedaba mirando fijamente y su cuerpo no podía ser distinto, le gustaba lo que veía y se veía reflejado en su rostro, al igual que la sorpresa al sentir ese pequeño cosquilleo que le provocaba el roce del dedo de ella recorriendo su cuerpo hasta hacer que el bello se le erizase un momento, se mordió el labio para ocultar una media sonrisa. 

Un comentario que podía llevar a mucha confusión si no se supiera que era doctora le hizo sonreír y sobretodo mirarla para ver cómo se envolvía entre la toalla, -Si no fuese todo tan lioso en estos momentos, ibas a irte si.

Siguió enjabonándose cuando volvió a abrir la mampara esta vez solo para recoger su vestido, ya había pensado en cómo hacer que volviera a la noche   a la habitació, tendría que recogerlo pero fue rápida, total, no iba a tener problemas tampoco en decirle que si quería repetir si todo estaba as o menos en calma. 

Sonrió ante la propuesta de que si la necesitaba que le llamase y asintió con una mirada pícara. - Término y bajo, dos minutos, ahora te veo, píllame una birra si no te importa.

Una vez ya a solas y con la doctora aún en su mente, salió de la ducha y fue a coger la toalla que casualmente se había llenado levado Valeria, sonrió y negó con la cabeza, por suerte recordaba haber visto un juego de más en el armario. Salió al dormitorio y cogió este y comenzó a secarse.

Ya vistiéndose seguía con la mujer en sus pensamientos, hacia mucho que no le pasaba, se había quedado pillado x la doctora?, fue una de las preguntas que se pasó por su mente en esos momentos, aparte de que podía ser la situación y el haber vivido una experiencia algo traumática, lo que sí sabía a ciencia cierta, es que le gustaba pues le llamó la atención nada más verla al llegar al puerto.

-Veamos cómo avanza, y si ves que si, pues no pierdes nada por decírselo.

En cuanto llegamos a mi dormitorio (creo que es éste) cierro por centro y lo tiro sobre la cama, me siento a horcajadas sobre él, le beso la nariz, los pómulos, los labios. Mis besos son mojados pero con mimo, casi con fascinación, estoy tan contenta. Tenemos poco tiempo pero quiero hacer una cosa que creo que le gustará y no tardará mucho a juzgar por la rigidez del asunto contra el que me estoy frotando un poco, y la novedad de las sensaciones.

- Sh… ya verás, voy a enseñarte cómo lo hacemos aquí.

Susurro con suavidad, ansiosa bajo hasta el borde de la cama y con cuidado le bajo el bañador, a penas lo dejo respirar, me la meto en la boca con un hambre inusitada. Tenía tantas ganas de hacer ésto... no veía el momento en el que llegara.

Él responde a sus besos intentando contener su ansia, pues la urgencia de beber de ella parece mayor, sobre todo tras aquella forma sugerente de susurrarle. Sus ojos se abren por la sorpresa al caer sobre algo blando y sobre todo al verla a ella encima. Desde esa persepctiva se ve tan... No le da tiempo a reaccionar cuando el placer empieza a envolverle. Sus manos intentan aferrarse al colchón pero al final optan por enredarse en los cabellos de ella mientras la observa entre el éxtasis y la admiración.

De repente la coje de los brazos y tira de ella hacia arriba. La quiere encima, como antes, donde puede apreciar su cuerpo y su forma de moverse contra él.

Siento sus dedos entre mechones de mi cabello e iba a acelerar el ritmo de mis labios cuando tira de mi hacia arriba. Sonrío con la respiración acelerada y sin dejar de mirarlo, memorizando todos sus gestos como si fuera a ser ésta la última vez, con un pequeño y lento movimiento de cadera lo hago entrar dentro de mí.
Un pequeño gemido se me escapa entre los labios.