Partida Rol por web

Durante los años siguientes a los sucesos ocurridos en tu historia te ganaste la vida en competiciones de gladiadores, pero esta vez cobrando grandes cantidades de dinero; Hutts, escoria mercenaria, señores del crimen y jóvenes nobles acudían a verte combatir a muerte contra otras formas de vida.

Para ti el Imperio y la Rebelión eran cosas ajenas, que no teníanninguna importancia... aunque tu margen de beneficios se redujo con el triunfo de la Alianza.

Sabías que toda tu vida no podrías dedicarte a ello, tarde o temprano un error te costaría la vida, así que te empezaste a dedicar a algo todavía más lucrativo, organizar combates y entrenar aprendices.

Una tarde te econtrabas en tu pequeño despacho anexo a la Arena de Duelo Escarlata, tu negocio en las profundidades de la luna Nar Shadaa, en pleno territorio Hutt, cuando un individuo encapuchado entró sin llamar, no entiendes como tus guardias Weequay le han dejado pasar.

(Vamos a rolear un encuentro que tuviste hace unos 2 años)

-Así que estás aquí... pequeño engendro peludo...-

Ravid Moon estaba cómodamente sentado en su despacho: Había sido un buen día para los negocios y ahora se dedicaba a degustar un buen cigarro, regalo de su buen amigo contrabandista de toda la vida. Con cada jalón que el hombre lobo le daba al exquisito habano, un humo gris y espeso empregnaba la habitación. Para cuando el encapuchado apareció el humo cubría cara parte de su despacho, dando así la impresión de ser neblina.

- Maldita sea, ya sabia yo que era cuestión de tiempo antes de que alguien apareciera para matarme, pero no me agarrar desprevenido. - Pensó Ravid Moon mientras desenfundaba sendas pistolas blasters que llevaba encima para todos lados.

Un escritorio ancho y de madera era la única cosa que se interponía entre los dos seres. Ravid, se aprovecho de esto para mantener sus armas fuera de la vista de aquel hombre.- Quien eres y que quieres de mi? - Dijo para ganar algo de tiempo. Su costumbre siempre había sido “Disparar primero y preguntar después”, pero por alguna razón este hombre parecía estar hecho de otra cosa...

Mientas Ravid esperaba a que el encapuchado reaccionara , el hacia un rápido mapa mental de la habitación: Dos detonadores termales escondidos bajo el suelo, para ser activados con un controlremoto. A sus espaldas un pasadizo secreto que lo llevaría a su bodega y almacen privado, interconectado con los tuneles de la ciudad. En el escritorio todo tipo de armas y explosivos.

-Te voy a hacer una oferta que no vas a poder rechazar, tú y todos tus gladiadores, guardias y sirvientes os venís conmigo, compro tu pequeño circo y me quedo con todo... el precio creo que es este-

De su mano envuelta en vendas cae una moneda de 1 crédito sobre tu mesa, su tono no puede ser más irónico y burlesco, de repente te mira y se sorprende, (distingues gracias a tu excelente visión en la oscuridad unos ojos vivaces pero con manchas negras en el interior de la capucha... que pasan de la hilaridad a la concentración.)

-Vaya vaya, pero si eres sensible, esto explica algunas cosas- notas pinchazos en la parte de atrás de tu cabeza

- !Ja! Buena broma, no sabia que un bufon se habia escapado del circo, seguro que me dan algo por tu cabeza. -La voz de Ravid Moon se habia vuelto mas profunda y gutural, como si  estuviera a punto de ladrar- !GUARDIAS! -Grito para ganar  tiempo, mientras cuatro droides asesinos salian de la nada para enfrentarse a lo que seguramente era un fin rapido. Su intencion era solo distraer al encapuchado para activar dos de las granadas que tenia en su regazo: Una de humo y otra aturdidora. Asi tendria suficiente tiempo para escapar...

- ¿Quien demonios se supones que eres?

¿Crees que tus patéticos mecanoides pueden contra la VOLUNTAD DEL LADO OSCURO DE LA FUERZA? ¿CREES QUE PUEDEN VENCER A DARTH KRUHL?-

Sientes algo que nunca habías sentído antes, la oscuridad envuelve al ser que tienes delante y rayos salen de sus dedos para impactar en los droides y en tí...

Notas que la oscuridad te envuelve cuando los rayos entumecen todo tu cuerpo nada más tocarlo.

Despiertas poco a poco, no sabes cuanto tiempo ha pasado, estás en una habitación vacía rodeado de holo-pantallas que reproducen la explosión de un edificio, tu negocio en Nar-Shadda... tu vida arruinada en lo que para tí han sido unos instantes...

Moon se levanto tal cual animal rabioso, botando espuma por la boca y poseído por esa rabia de antaño. - Maldición, no pude hacer nada contra el muy maldito... ¿Que clase de poderes son esos? A pesar de todo mi entrenamiento a pesar de todos mis recursos, no pude hacer nada... ¿ Si quería mi arena, por que la exploto? ¿Por que me dejo vivir?

Aaarrggg – Rugio frustrado el Shitavanesen.

Su peludo pecho subía y bajaba al ritmo de su acelerado corazón, nunca a lo largo de toda su vida, el curtido gladiador se había sentido tan impotente. Sin duda en este mundo hay mas secretos de lo que el podría haber sospechado. 

A pesar de su rabia y furia, a Moon no paso por alto lo que el encapuchado dijo:

- ¿ La Fuerza? ¿Que es la fuerza?

Las holo pantallas se quedan en blanco y en ellas aparece el auto-denominado Darth-Krulh, su rostro todavía ensombrecido por la capucha, parece que te mira en tu estado furioso con aprobación.

-Perfecto, su rabia le hace aún más fuerte- murmura, pero con tus aguzados oídos de lobo consigues oírle.

-He destruido tu pútrido agujero única y exclusivamente para que te enfurezcas y me odies... todo ese odio y rabia que sientes te hace mucho más fuerte, antes pensaba sólo llevarme a tus esbirros, ya que necesito buenos guerreros, pero tu eres la guinda del pastel-

De repente sientes como que tus pensamientos son revelados, que los rincones de tu cabeza son brutalmente penetrados... hay alguien más contigo ahí...

Una de tus garras avanza hacia tu ojo y se detiene tocando el globo ocular... tienes que luchar con todas tus fuerzas para no arrancártelo de cuajo y aún así parece que Kruhl, pues sabes de alguna manera que es él, solo necesitaría un pequeño esfuerzo para dejarte tuerto.

-Como ves puedo hacer contigo lo que quiera... pero me siento magnánimo, eres un ser de grandes capacidades, de grandes poderes, algunos que ni siquera sabes que existen, todo esto que te estoy haciendo a tí, podrás hacerselo a otros en el futuro, podrás ser increiblemente poderoso... podrás vivir para siempre... pero sólo si me sirves voluntariamente, arrodillate ahora y júrame fidelidad y te haré más poderoso de lo que puedas imaginar, no lo hagas y reescribiré tu mente a mi antojo, con lo que ganaré un poderoso autómata...-

El corazón de Ravid Moon seguía latiendo con desesperación, pero ya no por el odio que le había guiado durante toda su vida, si no por un nuevo y desconocido sentido de EXITACION.

M-maestro... - Dijo con torpeza, mientras caía al suelo de rodillas en señal de sumisión - Déjeme servirle.

- Parece como si toda mi vida no hubiese sido mas que una preparación para este momento... Puede que incluso aprenda algo sobre esta misteriosa “fuerza” ...

-Bien, empecemos ahora mismo, no vamos a perder el tiempo, desde ahora no lucharás con las armas que hacías antes, ésta será tu arma...-

De las profundidades de su túnica saca un pequeño cilindro, y aprieta un botón en él... un rojo rayo de energía se mantiene suspendido en el aire mientras emite un curioso zumbido...

Durante los pocos días que dura el viaje, estás en una nave espacial, practicas las lecciones que te enseña tu maestro; cuando llegais a vuestro destino, un planeta, descubres que tus guerreros y siervos han pasado a ser los del maestro, van a ser entrenados como un ejército o una pequeña milicia... los que sobrevivan por supuesto.

Te das cuenta que tu maestro te quiere como entrenador de otros luchadores, tu ya tienes los reflejos y la habilidad, solo has cambiado un poco tu arma, que es mucho más poderosa que cualquier otra.

El refugio de tu maestro está en una gran ciudad abandonada en el planeta Ord Mantell, él y sus sirvientes ocupan todo un edificio, mientras que tiene decenas de grupos de aprendices diseminados por la ciudad a los que enfrenta unos contra otros.

Poco a poco según pasan los días y los meses vas aprendiendo los rudimentos de esa "Fuerza"; te cuesta mucho y a veces tu maestro se desespera y te zahiere con su poder, sin embargo cuando hace esto tu furia y tu odio llegan a unos límites tan elevados que consigues realizar los ejercicios.

Tu maestro no sólo te entrena a tí, sino a otros aprendices también, pero a tí te mantiene cerca ya que contínuamente le llegan remesas de escoria galáctica a la que él convierte en soldados decentes o psicópatas útiles para algún oscuro propósito.

Tú entrenas a muchos de ellos en combate, mientras tus habilidades no dejan de progresar... la mayoría no sobreviven al duro entrenamiento o a los mortíferos caprichos de tu amo.

Aparte de todo eso Darth Krulh exige que mantengas frescas tus habilidades como piloto y que las mejores en cazas ya que igual te necesita para defender su base.