Partida Rol por web

El muro de niebla ondulante se alza ante vosotros, etéreo y sólido al mismo tiempo. Entrar en la abrumadora niebla es como adentrarse en un plano de existencia de otro mundo. La luz apenas se refleja a través de las cambiantes capas de vapor. El sonido se vuelve apagado y distante, incluso cuando se produce en las cercanías. El lugar presenta una apariencia opresiva y amenazante; un sentimiento de aislamiento y temor creciente se asienta en vuestros estómagos cuando os adentráis más y más en la bruma.

Dais suerte a los Dioses por contar con la carreta elemental de Failin. El elemental que la impulsa parece no verse afectado en absoluto por el confuso ambiente. De viajar por otros medios creéis que correríais el riesgo de perderos en este lugar más parecido a un limbo en la tierra, a otra dimensión, que al Eberron que conocéis. Incluso la malvada ciudad de Rhukaal Draal os parece un lugar mejor que este sitio. Al menos,aunque llena de peligros,  la ciudad trasgoide parece algo vivo. Este lugar parece estar más cerca de la muerte que de la propia vida.

Poco después la bruma se abre para mostrar un paisaje desolado y baldío. El suelo está agrietado, quebrado y en algunos puntos se ha fundido hasta convertirse en vidrio irregular. La presencia de este material vidrioso os da respuestas a algunas de las preguntas que os suscitó la villa de Cantera Carmesí. Pocas plantas crecen en esta región, y aquellas que están a la vista tienen un aspecto malformado y peligroso.

- Hemos... llegado...- os anuncia un aterido Failin. Su rostro está sumido en un color ceniciento e incluso os parece más anciano que antes. Parece muerto de frío pero aún así conserva su porte y habitual actitud desapasionada-. Ahora necesitaría indicaciones más claras o que alguno de vosotros se sentase aquí conmigo.

No sabéis hasta que punto el problema no es la dirección a seguir sino la necesidad de Failin de sentirse acompañado mientras atravesáis este lugar desolado.

No puedo sino sentir alivio y agradecimiento cuando Failin accede a llevarnos al otro lado de la siniestra muralla de niebla y oscuridad que se alza en el horizonte. En esta ocasión ni me molesto en discutir el precio del pasaje, sea cual sea lo considero barato comparado con la perspectiva de intentar llegar por nuestros propios medios.

Incluso en la carreta elemental, la travesía resulta angustiosa y por momentos temo que vayamos a ser succionados por la densa bruma y nunca más vuelva a saberse nada de nosotros. Me parece tal milagro que consigamos salir de ella que incluso el desolado paisaje que nos aguarda al otro lado parece beatífico comparado con lo que acabamos de dejar atrás.

Nuestro cochero hace un alto para pedir algo de compañía y yo me armo de valor para ofrecerle la mejor de mis sonrisas y decirle con el mayor entusiasmo fingido que por supuesto que iré a su lado en el pescante del vehículo.

Dudo mucho que logre reunir el valor de perseguirnos, incluso aunque supieran donde estamos. Después de todo lo que hemos pasado en Cantera Carmesí, lo mejor que podemos hacer es permitirnos un descanso antes de llegar a Albohogar y lo que quiera que nos aguarde allí. Raith está muy malherido pero no es el único y yo no solo estoy cansada sino que siento una gran curiosidad por los objetos mágicos que hemos obtenido recientemente. Así pues, sugiero a Failin que busquemos cuanto antes un lugar donde podamos acampar y pagarle lo estipulado.

-Si...si...- asiente Failin casi en un inaudible murmullo-. Debemos descansar por aquí...necesito dormir...descansar..

Su aspecto y actitud parece la de un hombre profundamente deprimido. Arrebujado en su manta dirige la carreta tras unas grandes rocas, no muy lejos de donde os encontrábais, y se detiene allí mismo. Tras entrar en la carreta y sentarse entre vosotros, cierra los ojos...

Vuestro ánimo es tan pésimo como el de Failin. Algo os dice que vienen días terribles en ese lugar. Una fuerte sensación de agobio os invade y aquellos que intentáis dormir apenas lográis descansar. Vuestras piernas se agitan nerviosas y vuestros sueños son recurrentes y extraños. En ocasiones aparecen en ellos personas que conocíais pero que murieron hace tiempo. Son sueños, si es que realmente habéis llegado a conciliar el sueño, desagradables hasta el punto que agradecéis despertar para cumplir con vuestra guardia. Cuando contempláis al resto de vuestros compañeros dormir les veis moverse inquietos, gemir, murmurar cosas extrañas e incomprensibles y retorcer el gesto en una mueca de repentino sufrimiento.

El cielo, a pesar de saber que debe ser de día, es tan oscuro y cerrado como un crepúsculo eterno...

Las tierras sombrías son peores de lo que pensaba, el ambiente es agobiante, nada parece llegar claramente, ni sonido, ni luz, la vida parece que se acabó cuando la cruzamos, si existe el concepto de estar prisionero al aire libre sin duda es aquí.

Sin duda Failin se esta portando, estar ahí fuera conduciendo debe ser mucho más opresivo, cuando decidimos parar su deseo de descansar esta sobradamente justificado, en verdad es necesario para todos descansar, sobre todo después de los duros combates librados.

- Alguien puede vigilar el primero, luego puedo encargarme yo, pero no me encuentro todavía del todo bien, y tenemos que dejar que Raith se recupere totalmente.

El viaje había sido relativamente rápido, mas incluso para mi que pasé el trayecto en un constante duermevela. Las visiones no habían desaparecido del todo cuando una mayor presión cayó sobre nosotros, estaba claro que habíamos cruzado algún tipo de barrera. Cuando Failin pidió que alguien lo acompañara fuera.....estaba claro que ya no estábamos en tierras de vivos, que las voces de los muertos y sus lamentos nos rondaban.

Cuando Failin entra en el habitáculo junto a nosotros se ve que no está nada bien y que la parada será prolongada. Ante lo que Khala propone hacer guardias.

- No me saltaré mis horas de guardia...estoy herido pero aun vivo y no sería justo para vosotros que tuvieseis que cargar conmigo.

Habíamos llegado posiblemente a la última etapa de nuestro viaje. Teniendo a Raith aún recuperándose de sus heridas, tanto físicas como psicológicas, lo mejor era que todos descansáramos.

Si vosotras haceis las 2 primeras guardias, yo me encargo de la tercera.

Dicho esto, me busco un rincón cómodo e intento dormir un poco

Todos estamos conformes en hacer un alto en el camino para recuperar fuerzas, de modo que aprovechamos el tiempo de descanso para saldar deudas con Failin por sus servicios prestado.

Hemos obtenido algunos objetos mágicos dignos de estudio y que, hasta ahora, no habíamos tenido ocasión de analizar: la propia mochila de Elaydren, la espada que recuperamos del forjado que nos atacó en el Yunque Roto, el cinturón que llevaba uno de los enanos zombi de Cantera Carmesí, el cáliz que hallamos Raith y yo en la destrozada capilla de la población, la espada y el escudo que portaba la espadachina de la garra verde y los frasquitos que encontramos en el laboratorio de la Casa Cannith.

Necesitaré tiempo y capital para analizar las esencias arcanas de estos objetos y no dudo en solicitar la colaboración de mis compañeros para llevar a cabo tan apasionante proyecto. El mayoritario apoyo que recibo de ellos resulta francamente alentador, pues necesitamos sacar el máximo partido a nuestros limitados recursos si queremos tener alguna posibilidad en este territorio hostil.

Agradezco a mis camaradas no sólo su patrocinio sino su ofrecimiento a la hora de realizar las primeras guardias. Eso me proporciona tiempo a mí para descansar, aclarar mis ideas y ponerme a trabajar en el ingenio cuyos diseños comienzan a tomar forma en mi cabeza.

Preveo que es posible que necesite un par de días para completar mi proyecto de identificar los objetos mágicos que tenemos en nuestro poder y es el tiempo que solicito a mis compañeros, confiando en que se muestren pacientes conmigo.

Estáis todos de acuerdo. Necesitáis descansar. El estado de Raith tras el encuentro con aquel ser os preocupa os preocupa a todos. El terco guerrero, no obstante, no acepta renunciar a su propia guardia rechazando descansar más que el resto. Failin, por otra parte, se agita nerviosamente en sus sueños y tenéis la impresión de que le costará retomar el viaje.

Mientras organizáis los turnos y os buscáis algún sitio en el que descansar cercano a la carreta o en su interior, consumís algunas de vuestras raciones. Todos os dais cuenta. La comida y la bebida tienen un sabor extraño. Tras unos bocados y unos sorbos el sabor se hace casi insoportable. El olor os recuerda a la humedad de una caverna y el sabor es más propio de una carne no del todo en buen estado. No os apetece seguir comiendo y quienes lo conseguís es a costa de alguna que otra arcada... Sin duda, debe tratarse de otro efecto más de este aciago lugar.

Alhandra examina parte de los objetos que habéis ido acumulando. Tal y como sospecha vais a necesitar toda la ayuda ya sea esta mundana, arcana o divina. 

El contenido de la mochila que os entregó la dama Elaydreen estaba claramente identificado y no presenta ninguna novedad a este respecto excepto por la propia mochila. Se trata de un morral práctico de Heward . Por lo que recuerda todos sus compartimentos funcionan como si de una bolsa de contención se tratase. Pero a diferencia de las bolsas de contención, el morral presenta al portador el objeto que precisa en ese mismo momento sin necesidad de tener que rebuscar.

La espada larga recuperada en el Yunque Roto es, sin duda, mágica. Tal y como su análisis revela su patrón de fabricación ve alterado su estructura por la propia magia. Cree que no tiene ningún poder más allá de las ventajas que conceden este tipo de armas. Para sorpresa de la Cannith cuando examina el escudo pesado de acero de la mujer que os ha atacado en Cantera Carmesí, este objeto también presenta claros indicios de fabricación mágica. Entusiasmada lo examina con mayor detenimiento confirmándose sus sospechas. Es un escudo mágico. 

El cáliz es sin duda un objeto de culto. Probablemente dedicado a la Hueste Soberana ya que el lugar en el que lo encontraron, aquella pequeña iglesia, estaba dedicado a este dogma religioso. Detecta en él una fuerte aura de transmutación por lo que podría tratarse de un objeto empleados en los ritos de la Hueste para bendecir alimentos o bebidas. Olladra parece ser la deidad a la que está dedicado el cáliz a tenor de sus grabados representando diversos alimentos.

La botella encontrada en la Casa Cannith tiene una etiqueta; "Compuesto 12", reza.

Tras unas horas de agitado reposo os vais despertando. Tenéis el cuerpo aterido y dolorido. Aún así un desasosiego os invade hasta tal punto que tenéis que dar lo mejor de vosotros mismos para levantaros. El cielo sigue presentando el mismo tono crepuscular y neblinoso que antes dificultando vuestro sentido del tiempo para identificar el momento del día en el que os encontráis. Creéis que debe ser una hora cercana a las primeras horas de la tarde...al menos así debe serlo fuera de estas tierras Enlutadas.

Pero lo peor viene cuando cambiáis vuestros vendajes y cataplasmas. Vuestras heridas permanecen tan frescas como si os acabasen de herir. Ni han cicatrizado lo más mínimo ni  han dejado de sangrar...

Decir que disfruto del periodo de descanso sería más una mentira que una exageración, dado que como mal, duermo peor y trato de que el entorno no me haga enloquecer manteniéndome concentrada en el ingenio que estoy fabricando.

Puedo sentir de una manera casi física cómo la paciencia de mis compañeros va tocando a su fin y transmutándose en odio hacia mí pero podemos volver por donde hemos venido sin llegar a Albohogar y yo me resisto a entrar allí antes de tener clara qué utilidad tienen los artefactos que tenemos con nosotros.

Los medios de sanación convencionales parecen no funcionar aquí adecuadamente y yo me muestro tozuda al insistir en que las tres pociones que nos quedan las reservemos para un momento de extrema necesidad. Sin embargo, los ánimos mejoran un poco cuando me valgo del cinturón curativo para atender las heridas de Raith y de Khala.

La situación casi alcanza tintes de tolerabilidad cuando, a continuación, logro engañar al cáliz sagrado para que purifique los alimentos que traemos con nosotros haciendo que una vez más vuelvan a ser comestibles.

El descanso había sido una agonía constante, las visiones que había tenido antes de llegar hasta aquí no habían desaparecido con el sueño, incluso podría decir que se habían acentuado. Mi cuerpo en vez de sanar seguía marchito y débil, no era normal.

- Las historias sobre este lugar de ruina....no llegan a mostrar un ápice de lo que realmente es.

Alhandra consiguió que al menos parte del dolor que sufríamos fuese mitigado, con el cinturón de curación en sus manos las heridas de Khala y mías fueron mas o menos sanadas. 

- Si el descanso en este lugar no nos restablece, sería mejor seguir a delante. Visto lo visto, no quiero estar aquí mas que lo indispensable.

Failin agradece , casi en un inaudible murmullo, que terminéis despertándole. Su aspecto y actitud parece la de un hombre profundamente deprimido. Arrebujado en su manta, continúa la marcha.Agradece a Alhandra que le acompañe en el pescante de la carreta elemental.

Vuestro ánimo es tan pésimo como el de Failin. Algo os dice que vienen días terribles en ese lugar. Una fuerte sensación de agobio os invade y aquellos que intentáis dormir apenas lográis descansar.

Pasa algún tiempo. Tiempo que os cuesta determinar debido a la continúa luz crepuscular que emana de un cielo neblinoso y siniestro. La carreta se detiene. Os asomáis ateridos por el frío o por alguna otra causa que os encoje el corazón y que no llegáis a identificar. Esa terrible sensación de opresión es aún más fuerte. Casi de forma automática echáis un vistazo fuera para averiguar el motivo de vuestra pausa.

Os encontráis ante los restos de una gran batalla. La mayoría de los cuerpos parecen haber muerto de terribles heridas de guerra. Casi hasta donde el terreno y la neblina os dejan ver, se extiende la alfombra de cadáveres retorcidos, lanzas clavadas en el suelo, monturas aún vestidas con sus armaduras, saetas clavadas en los cuerpos... No hace falta tener grandes conocimientos para que os deis cuenta que los cuerpos tendidos pertenecen, a juzgar por sus emblemas y pendones, a la infantería de Breland y arqueros de Cyre. Parecen los resto de alguna batalla que tuvo lugar antes del Día del Luto, hará unos cuatro años. Y , sin embargo, lo más espantoso es que los cuerpos están perfectamente conservados...como si hubiesen muerto hace tan sólo unas horas. Los rostros compungidos, la sangre que los baña...todo parece ser trágicamente reciente.

La tierra maldita hiere nuestro animo como una espada hiere el cuerpo, el ambiente te asfixia y ahoga toda sensación positiva que uno pudiera tener, Failin a pesar de su mal aspecto sigue conduciendo la carreta y adentrándose aún mas en el interior de la tierra desolada.

Es dificil precisar el paso del tiempo dentro del vehículo, pero sin duda llevamos bastante tiempo avanzando, a cada movimiento la sensación opresiva se hace más fuerte, llega el momento en que tenemos que parar y simplemente movernos un poco para sentirnos vivos, pero el arrepentimiento llega al instante al ver a terrible masacre que nos recibe, una gran batalla de una guerra terminada hace tiempo, pero que sigue congelada como una horrible pintura de la guerra aún fresca.

- Por los dioses, como puede ser esto, acaso están muertos o se levantarán de nuevo?

El paisaje y hasta el aire mismo al otro lado de la muralla de niebla resultan enloquecedores en su monotonía de colores desvaídos. No tardo en arrepentirme de haberle ofrecido a Failin mi compañía pero soy una mujer testaruda y más por orgullo que por otra cosa, me muerdo la lengua y viajo durante lo que me parece una vida entera en el pescante de la carreta elemental; eso sí, sin atreverme a soltar la mano del cochero en ningún momento.

Por desgracia, cuando ya me temía que no podría encontrar en mi vida nada más deprimente que lo que tengo delante, el Destino decide darme una lección y nuestro vehículo se mete de lleno en el lodazal formado por torrentes de sangre fresca. Por todas partes nos rodea el hedor de la muerte y hasta donde alcanza la vista descubro cadáveres recientes terriblemente mutilados.

No por primera vez me acuerdo de mi amiga Neli y del bien que nos haría tenerla con nosotros para confortarnos en momentos tan terribles para el cuerpo y el alma. Ella sabría qué decir en medio de este horror del que yo solo deseo escapar.

Hay tantos cuerpos sin vida que enterrarlos a todos se me antoja la tarea de toda una vida. Aunque quisiéramos, no podríamos darl sepultura a tantísimos hombres como veo en este campo de batalla. No me atrevo a sugerir a mis compañeros que nos detengamos, pero tampoco me parece bien pasar de largo cuando mi mente calculadora me dice que los muertos pueden haber dejado cosas de valor que ya no necesitarán y nosotros sí.

Nos íbamos internando en las tierras de la desolación y de la muerte, nada se movía ante nosotros...se hacía raro no escuchar el trino de los pájaros y la falta del sol nos hacía estar a todos mas apesadumbrados de lo normal. Mas nos valía salir lo antes posible de este lugar.

 Para alimentar aun mas estos tétricos pensamientos nos encontramos ante los restos de una antigua batalla, al menos en el tiempo, aunque ante nosotros por como estaban los cuerpos de los parecía que esto acabase de pasar. Nuestras reacciones son mas o menos parecidas, entre asombro y horror a partes iguales.

- Se cuentan cosas horribles de la gran guerra, solo los carroñeros mas aguerridos han visto cosas como estas. 

La imagen era desoladora y el ambiente pesaba en el alma como si fuera una losa. La visión de los cuerpos muertos y algunos desmembrados era espeluznante. No sabía que había pasado en aquel lugar, pero debió ser terrible. Compañeros y enemigos se mezclaban en la muerte sin preocuparse de a qué líder seguían ni por que luchaba cada uno.

Debió ser terrible lo que ocurrió aquí. Se presiente el alma de los muertos en el ambiente. Esperemos que continúen muertos. No me gustaría enfrentarme a dos ejércitos de muertos vivientes.

Alhandra y Raith ven algo...Entre los cuerpos de los caídos hay algo que le llama la atención. A una distancia de unos 60 pies de vuestra posición hay un grupo de cuerpos caídos que, aunque son tan frescos como el resto, parecen no encajar con lo que se ve alrededor. Sus vestiduras no parecen ser las mismas que las del resto de soldados fallecidos en esta batalla. No parecen ser ni arqueros de Cyre ni infantería de Breland. Desde esta distancia parece difícil distinguirlos con mayor precisión pero tanto la cannith como el guerrero jurarían que ...¿se trata de los cuerpos de medianos y elfos?

Decir que no soy una gran experta en historia sería en realidad un eufemismo para no reconocer públicamente que soy tan ignorante en esta materia como el desinterés por ella me ha permitido. Sé que algo horrible pasó en Cyre y sé también, por lo que me revelan mis ojos y porque no soy estúpida, que aquí contendieron dos ejércitos hace muy poco a juzgar por el estado de descomposición de los cadáveres; o la ausencia del mismo.

No reconozco los uniformes de las naciones en disputa pero lo que sí parece es que los uniformados son (o fueron en vida) en su mayoría humanos. La presencia de un grupo de elfos y medianos sin uniformar sugiere que no formaban parte de los contendientes pero se encontraban en el lugar y el momento equivocados o incluso cabe la posibilidad de que no se encontraran aquí en el momento de la batalla.

Si hacemos caso de la razón (y yo siempre procuro atenerme a tal cosa), actúa sobre esta tierra algo que impide que las cosas evolucionen de manera natural. Ni las heridas no cicatrizan por sí solas ni los cuerpos no se corrompen como debieran. Lo cual reafirma mi teoría de que el grupo de elfos y medianos que he descubierto, y cuya presencia Raith me confirma, tal vez no murieron durante la batalla que acabó con los demás sino por otra causa.

Todo esto debería incitarme a sugerir que nos marchásemos de aquí de inmediato pero lo que consigue es despertar mi interés de artífice curiosa. Quiero examinar los cuerpos más de cerca y tratar de ver si llevan encima algún tipo de documentación identificativa. Sin embargo, no estoy tan loca como para bajar de la carreta yo sola de modo que planteo la posibilidad de que alguno de mis compañeros se avenga a escoltarme.

Ni rastro quedaba de su habitual buen ánimo permanente. Atrapados en aquellas tierras desoladas, la princesa se estremeció. "Es como... como un cuadro viviente... atrapados eternamente en el momento de la muerte, sin derecho siquiera al descanso... ¿es esto siquiera real? ¿Estamos teniendo visiones por el cansancio y las pesadillas?"  No quería comprobarlo moviendo o tocando los cuerpos, así que siguió andando con sus compañeros, hasta que vio aquellos cuerpos que no encajaban con el resto. "...¿Por qué... hay cadáveres de elfos y medianos allí?" preguntó con monotonía en la voz, afectada por todo el desánimo y el desasosiego del lugar.

En aquel momento cayó en la cuenta de algo que la habría sobresaltado y puesto alerta, pero que en el estado de ánimo que tenía se tradujo tan solo en una pregunta...

"Por la Hueste Soberana... si morimos aquí... ¿jamás hallaremos paz?"

"...Deberíamos marcharnos..."