Partida Rol por web

El Maestro Oneero se mantiene en su nueva posición, desde la cual obliga al enemigo a elegir solamente un blanco.

 - "Buen trabajo Sigma, lo tenemos."

Apunta y dispara sus cañones, impactando y causando un gran daño en la cubierta superior.

Las explosión en el casco anuncia la caida de los escudos, el preciso disparo de Balael ha perforado el casco dañandolo considerablemente y dejando el casco indefenso ante la pasada del predator.

Bien hecho, ese transporte ya ha durado demasiado es hora de derribarlo.

Guardo el blaster y me dirijo al puesto de comandante nuevamente para apoyar a Balael

Enfunda su pistola y toma asiento de nuevo, abrochandose el arnés de seguridad,

Chidoo apunta con su rifle contra la nave enemiga antes de disparar. Su disparo da en el objetivo pero el blindaje disipa la energía sin ninguna repercusión.

Sake apunta con cuidado y luego dispara dos rápidos rayos de bláster, pero estos fallan por algunos metros.

-Ya... eres... ¡mío! -exclama Balael, disparando de nuevo.

La lanzadera recibe el impacto de Balael, que destruye gran parte de su fuselaje e inhabilita varios sistemas. La lanzadera suelta todo su armamento contra el Predator, pero este esquiva todos los disparos y misiles con gran habilidad.

Finalmente el enemigo gira para encarar al Sigma con todos sus cañones.

El Maestro Oneero mantiene la posición para apuntar hacia el enemigo. Dispara con sus cañones sobre el transporte, impactando con ambos disparos sobre el casco, que dejan grandes agujeros pero no lo suficiente para derribarle.

La Capitana contempla el crepitar de los sistemas del fuselaje de la nave enemiga, los motores dañados, los generadores de energía caídos. Sabe leer estas cosas, y sabe que la nave está condenada. Sin embargo, también sabe que un animal es mucho más peligroso cuando está herido de muerte. Y tiene una responsabilidad con quienes ahora ocupan su nave.

Aunque algunos le caigan mal.

Y aunque aquella lanzadera no sea su nave.

-Es momento de descansar -susurra hacia el transporte de Asalto mientras acciona los gatillos de su palanca de mandos.

El último de los misiles lanzados por el enemigo da en la cola del Predator, el que explota de forma estruendosa, lanzando sus restos sobre las ruinas. El tiempo parece quedarse detenido en ese instante y todos ven como sucede frente a sus ojos sin poder hacer nada.

El Maestro Vayami se pone de pie y grita el nombre de su compañero caído a través del vidrio, para luego sentarse con un semblante pesaroso. Solo se queda sentado en silencio mientras mira al horizonte.

Un último impacto de los cañones del Sigma bastan para que el transporte de asalto estalle en mil pedazos, regando todo el lugar con piezas metálicas después de una gran explosión, con un sonido que despertaría a un rancor borracho. Las partes del vehículo caen sobre el suelo bajo ustedes, obteniendo la esquiva victoria.

Las explosiones sacuden la nave con violencia, sin embargo algo parece ir mal pues he podido escuchar una segunda explosión. Algo dentro de mi ya sabe lo que ha sucedido, pero prefiero no pensar en nada hasta que al ver los sensores quedan confirmadas mis sospechas. El predator ha sido destruido con el último suspiro del transporte, la perdida rápidamente se refleja en el rostro del maestro que esta todavía a bordo quien sabe de sobras lo sucedido sin necesidad de mirar ningúna pantalla.

Intento contener la euforia de la victoria por el respeto que merece la situación.

Buen disparo Balael, jamás vi pericia semejante. Lastima que el precio a pagar haya sido tan alto, desde luego era un hombre valiente. digo mientras miro al maestro.

- "Lamento vuestra pérdida, Maestro Vayami. El Maestro Oneero era un hombre justo y valiente." -

 Entristecido, miré los restos del caza. No era justo que hubiese caído un hombre tan valiente, pero así era la voluntad de La Fuerza...

 Aunque sabía que las posibilidades eran mininas, usé La Fuerza para ver si por un casual el caballero Imperial hubiese logrado escapar...

Por más que buscas, no sientes nada que indique el Maestro Oneero siga con vida.

Apesadumbrado por la explosion que ha matado a un "aliado", simplemente bajo la cabeza y me siento abatido en un asiento.

-Sí -dice la capitana asintiendo a las palabras de Haka-, ahí va un valiente.

Después tuerce el gesto.

-Y ahora voy a dar una pasadita por esas ruinas -murmura entre dientes-. Voy a convertirlas en arena de playa. Voy a borrar del mapa a esa infantería, y, si los jedis presentes tienen a bien decirme dónde puedo encontrar al maldito Sith, voy a enviarlo directo al cielo de los Sith junto al resto de sus hombres. Oneero podía ser un tipo antipático, que lo era, pero dio su vida para salvar esta nave y eso es todo lo que necesito: voy a vengar su muerte.

Y Balael agita los mandos y dirige la nave hacia las ruinas donde desembarcaron las tropas.

La alegría de destruir la lanzadera imperial dura una simple fracción de segundo. El tiempo que tarda el misil en alcanzar al caza de Oneero. Se queda paralizada en su asiento, incapaz de decir nada.

- "Capitana Balael, no creo que podamos afectar desde la nave al complejo subterráneo. A lo sumo puede que derribemos la entrada, dificultando aún más nuestra misión." -

Balael, intenta acabar con algunos soldados sin dañar la estructura como dice Cobain. Realiza un barrido con los sensores para ver a cuantas tropas nos enfrentamos

digo mientras señalo la dirección de la entrada de las ruinas.

Preparaos ahí detrás no tardaremos en tomar tierra, maestro Vayami ¿hay algún equipo médico o armas que puedan servir de ayuda?

-Nada me satisfaría más que dañar esas estructuras y hundir el techo sobre la cabeza del Sith -dice la Capitana, sonriendo-. O bloquear la salida... ¿por qué no? Nosotros no podríamos entrar, pero él no podría salir. ¿Cuánto tiempo puede aguantar un Sith sin comida, bebida, o aire?