Partida Rol por web

Ahora mismo me más preocupas tú- le dijo Matthew a la capitana de Alba cuando preguntó por su primero -Así que vamos, antes de que ese jodido humo nos envuelva- añadió, tirando de ella para que se pusiese en marcha… justo en el momento en que, como si la hubiese convocado con mis palabras, una pequeña nube de humo traída por alguna errática ráfaga de aire de los sistemas de ventilación les envolvió por un momento -Jo… cof… der…- maldijo mientras aceleraba para dejar atrás el humo -Como pille… cof, cof... al inútil… que ha hecho esto…- añadió el doctor.

- Se correr sola...- se quejó algo irritada por el asedio del médico

Cristina prácticamente se vio arrastrada por el doctor Griffin hacia el interior de la nave, siendo franqueada por Jan y por Johnny, de manera que no le dio tiempo a comprobar como avanzaban el resto de sus hombres, sólo corrió lo más deprisa que pudo.

-¿Como vas capitana?- Le preguntó.

- Bien, Eduard salvo el brazo mis heridas son leves- contestó sin dejar de avanzar para no entorpecer la marcha

-¡No te precupes, sabe cuidarse solo!- Intentó animar a Cristina y, aunque sabía que perdía el tiempo, Jankowsky tenía confiar en que Mukherhee supiera arreglárselas.

- Más le vale

Miró al resto de compañeros, Lightman también tenía traje y parecía avanzar sin problemas al contrario de Ollander que parecía tener complicaciones.

-Mierda

- ¡Jan!- exclamó preocupada

Cuando Cristina se dio cuenta de la maniobra de Jan y los apuros de Ollander quiso darse al vuelta para ayudar, pero el brazo del doctor se lo impidió que aún bajo los efectos del gas no soltaba su presa, que era ella... obligándola a permanecer donde estaba... la nave a la que acababan de acceder.

Lo primero que hizo la capitana al subir a la nave fue comprobar que todos sus hombres fueran llegando, cuando se aseguró dedicó mayor atención a sus anfitriones, el que parecía ser capitán acaparo su atención, ¿Qué tipo de engendro era?

Pero al ver a la betzoide y escuchar lo que le dijo a James, la española enarcó una ceja... le había molestado y lo cierto es que ni la propia Cristina sabía por qué, hacía años que no veía a Stevenson y tenía una especie de relación con Jankoswky... pero la idea de que se fuera al camarote de aquella pelandrusca, le jodió.

-¿Como se encuentra capitán?, parece que ya nos vamos

- Sobreviviré...Sí... parece ser que está vez sí, señor Mukherjee- sonrió a su primero esperanzada, Cristina no veía el momento de volver a pisar una nave de la flota estelar.

A continuación miró al Matthew

- ¿Se encuentra usted bien?... - le dijo con una pequeña preocupación- ha respirado el gas tóxico- le hizo notar para ver como se encontraban Jan y Ollander- ¿Caballeros?- les dijo a su lado.

Ignorando las quejas de la capitana, seguí tirando de ella hasta que ambos llegamos a la nave, donde el gorn, la betazoide y… lo que parecía una momia reseca que resultó ser el capitán de aquella nave, nos esperaban. Por supuesto, no por haber llegado a la nave solté el brazo de de Alba, lo cual demostró ser una buena idea cuando esta intentó volver para ayudar a sus hombres.

De eso nada… coff… nada- le dije -Ni se le ocurra moverse- añadí con firmeza antes de soltarla y dirigirme con cara de pocos amigos hacia donde Ollander se había recostado -El puto gas… no bastaba solo con… coff… algo de humo normal, no…- maldije mientras le observaba.

No tengo… coff… tiempo para preocuparme por mi estado… coff- le respondí a la capitana, tras lo cual me dirigí hacia el capitán de la nave -¿Y la enfermería?- le pregunté en un tono que exigía una respuesta inmediata -Tengo que tratarles antes de que... coff... a alguno se le ocurra la brillante idea de morirse- le dije.

Jankowsky entró en la nave para dar una bocanada de aire fresco, durante los últimos metros había aguantado la respiración. Respiró y se agachó apoyando sus manos en su muslos y tosiendo hacia el suelo, intentando "vomitar" todo el gas respirado.

Cuando comenzó a sentirse mejor se incorporó y miró el lugar donde habían entrado, la nave alienigena, su aspecto no le ofrecía ni la más mínima confianza.

Estaba cerca de Akesh quien le había ayudado a llegar y le confió - Joder, no me gusta este sitio. Debemos andar con ojo.- Mientras miraba cada esquina de la nave buscando puntos estratégicos, puntos débiles, ángulos muertos en definitiva, posibles rutas de huída en caso de que se convirtiera en una ratonera.

Y si ya no le gustaba mucho la presencia de aquel gorn, la aparición de aquella especie de esqueleto con mascara vondage le produjo dudas de si realmente estaban confiando sus vidas o simplemente cambiando de verdugos.

-¿Agua? -alcancé a preguntarle al exótico individuo que hablaba con voz sintetizada, aquel que se llamaba Lichass.

 El capitán del Zeshkan se acerca a Ollander. Al llegar junto a su lado Licahss esboza una ligera sonrisa donde es posible ver sus dientes afilados como una sierra y su lengua negra.

- Agua y alimento tener para pasajeros. Mucho alimento ustedes necesitar. - responde seguido de un gorjeo remotamente parecido a una especie de risa. Realmente el sonido artificial de la caja de su pecho necesita algunos ajustes...

El extraño alienigena continua examinando el aspecto del ingeniero hasta que Matthew se dirige a él.

tras lo cual me dirigí hacia el capitán de la nave -¿Y la enfermería?- le pregunté en un tono que exigía una respuesta inmediata -Tengo que tratarles antes de que... coff... a alguno se le ocurra la brillante idea de morirse- le dije.

 - Zeshkan nave jaula, nave transporte de esclavos y alimento vivo. Zeshkan no enfermería. Si botiquín primeros auxilios en camarote. Eso servir - afirma con la cabeza.

La respuesta deja muy en claro la profesión del capitán y el propósito de la nave, aunque por algunos lingotes de latinio la ocupación puede cambiar de un extremo a otro, como ahora.

James compartía la preocupación del gigante azul, aquella nave pudiera ser la tapadera perfecta pero no estaba dispuesto a ser la mercancía de ningún mercenario con ganas de sacar algo de dinero extra.

Si estoy de acuerdo con usted, nuestros supuestos aliados siempre van un paso por delante y no me gusta depender de alguien al que no conozco... mantengamos los ojos bien abiertos iré a ver si puedo sacar alguna respuesta. Si ve material por ahí intente hacer un "petardo" con control remoto, nada potente simplmente algo que pueda ayudarnos a marcarnos un farol en caso necesario.

James llegó el último a la nave cerrándose la puerta tras de si, desde luego aquella no era una nave crucero pero cualquier cosa valdría para salir de aquel planeta. Habían dado un paso importante pero todavía no podían considerarse a salvo.

Algo en aquella nave le ponía los pelos de punta y todavía no confiaba ciegamente en aquellos mercenarios que tan misteriosos se mostraban.

La betazoide sin duda resultaba perturbadora, su capacidad telepática siempre le ponía un paso por delante y aquella era una situación estratégica que no gustaba a James a pesar de seguirle el juego.

Te perdiste una buena al píe del coliseo, salgamos de aquí cuanto antes contesto James a la mujer mientras agrupaba a sus hombres.

Una vez reunido el grupo y con la distancia suficiente para evitar oidos curiosos...

Esta bien, esperemos que esta nave pueda alejarnos de la estación sin levantar sospechas... no obstante seguiremos tratando esta nave y sus ocupantes como territorio hostil, no quiero sorpresas y una carga como la nuestra puede resultar muy tentadora para un traficante de esclavos. No quiero que nadie se mueva solo por la nave, tengan a mano sus armas y mantenganse alerta.

Doctor, Ishant, señor Ollander acompañen será mejor que echen un vistazo al brazo de la capitana no perdamos más tiempo, Elung examine agua y comida y compruebe las bioseñales quiero saber si hay más gente en la nave, Jankosky puede acompañarla... Señor Newton, señor Mukherjee, ligthman comunicaciones mandemos un mensaje encriptado a nuestra gente con nuestra posición y nave para que vengan a buscarnos. Diana conmigo.

Una vez hablado con sus hombres James se dirigió hacía el capitán para presentarse y hablar con él y los mercenarios.

Mi nombre es James, gracias por sus servicios... necesitaremos usar su radio para enviar un mensaje... ¿algún rastro de la nave oronita con las prisioneras?

El oficial de comunicaciones supo cerrar bien la boca y protegerse con camiseta del gas. Casi se sorprendió de lo bien que lo hizo. Pero al entrar en la nave no se tranquilizó en absoluto, había visto antes esas jaulas, trató de evitar en la medida de lo posible de los comerciantes tanto que las usaban como los que comerciaban con ellas aunque no siempre era posible. Durante el trayecto juraría que había alguna especie de conflicto entre el andoriano y la vulcana. Luego hablaría con ellos para saber qué ocurría.

Trató de adecentarse en cuanto estuvo dentro de la nave, estirando su camiseta y recolocando tanto la cazadora como los pantalones en su lugar. El capitán no tenía mejor aspecto que su nave y no conocía su especie, era algo que no le gustaba era difícil ponerse a tratar de hablar en sus términos si no los conocía.

Recibió las órdenes de Stevenson no necesitaba a los dos tripulantes para hacer el trabajo, pero entendía que era mejor que nadie estuviera solo en aquella nave. El cuál debía pertenecer a un traficante de poca monta, uno bueno si tenía enfermería como un buen vendedor de naves dispondría de un dique seco y equipo mecánico, no hay que dejar que la mercancía se devalúe.

Se acercó al pálido alienígena. -¿Capitán Licashh? Soy Karl Newton, me gustaría usar su sistema de comunicaciones para contactar con nuestra nave. Espero que no suponga ningún problema, en cuanto antes lleguemos a nuestro destino antes podrá dedicarse a otros quehaceres. -Quizás hubiera podido ir simplemente al puente y usarlo, pero al margen de ser descortés esperaba que un pequeño intercambio le sirviera para tomarle la medida a aquel tipo.

¿Sin enfermería?- repitió Matthew incrédulo -Claro, porque a los esclavos nunca se les trata y la tripulación nunca enferma ni se hiere…- dijo, con un tono que dejaba bastante claro lo que opinaba de aquella subnormalidad y del estúpido capitán que la permitía, pero al menos, conteniéndose para no insultarle. Aunque a duras penas, eso sí.

Un solo jodido botiquín para toda la nave…- siguió maldiciendo para sus adentros el doctor, furioso porque encima tendría que dar las gracias por que contasen con aquello -¿Realmente es tan imbécil, o haya algo más?- se preguntó el doctor, observando al "capitán" para intentar averiguar si realmente decía la verdad... y por tanto era un completo imbécil. Aunque no sabía que era peor, sí que no hubiese enfermería... o que hubiese y estuviese mintiéndonos al respecto.

Entendido- le respondió a James con cara de pocos amigos, aunque no por él, sino por la ausencia de medios con los que tendría que trabajar -Pero que el resto de los heridos venga en cuanto acabe para que los pueda re-examinar mejor- le dijo, mirando a Jankosky y a Mukherjee. Solo faltaba que se pensasen que por poder moverse ya estaban curados -Y teniente Elung, cuando termine las comprobaciones, necesitaré que nos traigan el agua… y cualquier cosa que se pueda usar como venda también- le indicó a la vulcana.

Elung tras parpadear un breve instante, va centrándose en la llegada de sus compañeros mientras le dedica una mirada a Ishant, sin demostrar emoción alguna al respecto. Una vez todos se fueron ubicando, le sorprende de alguna manera el hecho de obviar la cuestión de que esa nave tiene un Capitán y no es conveniente impartir órdenes a diestra siniestra en un lugar donde no hay jurisdicción, ni cadena de mando ya que las reglas parece impartirlas Licahss.

- Señor Stevenson, me daría unos minutos para hablar con usted. -  pide Elung, en un tono neutral. 

Es que antes de responder a un mandato, es mejor intercambiar algunas palabras. No obstante, al ver que le sugieren a Jankowsky para que la acompañe, asiente con su cabeza a través de un gesto al Oficial de la Excalibur en pos de manifestar la confirmación de que deben ir juntos. 

James asintió al requerimiento de Elung separándose un poco del grupo.

Una vez que se separan, la vulcana inicia la conversación. 

- Señor, esto es una nave que transporta esclavos y no es conveniente fiarse de nadie, menos del Capitán... Por esa razón, dadas las condiciones en las que nos encontramos, no veo conveniente esto de impartir órdenes en su cara. Ni que la tripulación se desplace en su propio espacio libremente. ¿Y si es una trampa? ¿Si disgustamos al Capitán? -  pregunta Elung en un tono determinante, que roza la sinceridad. - No quería decirlo delante de todos, por una cuestión de que la otra Tripulación puede alzarse. 

Precisamente, porque no me fío es la principal razón para actuar así... si estamos en territorio hostil quiero saberlo cuanto antes, antes de que nos relajemos demasiado. Yo hablaré con el capitán no se preocupe, pero por mucho que nos encontremos en su nave las ordenes a nuestra tripulación las seguiré impartiendo yo. Se ha contratado sus servicios para sacarnos del planeta y mis ordenes no son nada fuera de lo normal y se pedirá permiso para la comunicación.

Señor Newton, señor Mukherjee, ligthman comunicaciones

- Vaya, se ve que no soy señor, yo... - bromeó el joven piloto ante las órdenes del comandante James.

No es que las comunicaciones fuesen su especialidad, pero ayudaría en lo que pudiese. Deseaba poder salir de esa lata y reunirse con el resto de la tripulación del Excalibur. Deseaba ver a Blake y a Hannah.

- ¿Quieren que ayude en la cabina de pilotaje? Aunque supongo que sabrán como hacer despegar este bote.

- Solo es para prevenir, pero la supervivencia es a base de ver quién es el más fuerte. -  responde y prosigue. - Gracias por escuchar, Señor. Ahora cumpliré con lo ordenado por ud y espero que pronto podamos regresar a la U.S.S Franklin. 

Nada más cerrarse las puertas de la nave, Cristina observó como Stevenson se ponía a repartir ordenes nuevamente, algo que en su orgullo interno le molestó, por culpa de "su conversación" en el coche, su autoridad como capitana había quedado en entredicho y por tanto había sido relegada del mando que pudiera tener sobre su tripulación, todo ello era perfectamente entendible por la española, tanto que en todo momento se mostró colaborativa, pero para una persona con el carácter de De Alba se antojaba humillante, daba igual que la hubieran humillado de todas las formas habidas y por haber, durante esos seis largos meses, ella era genio y figura. 

Doctor, Ishant, señor Ollander acompañen será mejor que echen un vistazo al brazo de la capitana no perdamos más tiempo, Elung examine agua y comida y compruebe las bioseñales quiero saber si hay más gente en la nave, Jankosky puede acompañarla... Señor Newton, señor Mukherjee, ligthman comunicaciones mandemos un mensaje encriptado a nuestra gente con nuestra posición y nave para que vengan a buscarnos. Diana conmigo.

Aquellas palabras fueron recibidas por Cristina con un elevamiento de ceja, señal inequívoca de que no estaba de acuerdo y era más que probable que se estuviera enfadando.

No tengo… coff… tiempo para preocuparme por mi estado… coff- le respondí a la capitana, tras lo cual me dirigí hacia el capitán de la nave -¿Y la enfermería?- le pregunté en un tono que exigía una respuesta inmediata -Tengo que tratarles antes de que... coff... a alguno se le ocurra la brillante idea de morirse- le dije.

- En mi caso, señor Griffin- argumentó muy seria tratando de que su genio no saliese a flote, no deseaba montar otra escena- lo prudente sería dejarme estar hasta que lleguemos a un lugar más indicado, no me pasará nada a menos que se me provoque - tanto el capitán zombi como toda la nave en sí, le dio tan mala espina que prefería no dar pistas de su pequeño secreto.

 Joder, no me gusta este sitio. Debemos andar con ojo.

- A mi tampoco me gusta...- asintió mirando de reojo a su alrededor con una evidente muestra de disgusto- es una "puta" nave de esclavos- la capitana se puso en alerta como si temiera que en cualquier momento fuesen a ser atacados o conducidos a una de las celdas que se encontraban allí- ¿Y las chicas?- cayó en la cuenta de que la parte femenina de su tripulación no estaba allí.

Tras la breve conversación con tha'Stevenson, de la que el ingeniero se alejó con un asentimiento de cabeza y una mirada aún más sombría que la que portaba anteriormente, Ishant se apresuró a obeceder las ordenes y pastorear el pequeño grupo al que se le había designado a un hueco entre dos de las multiples celdas que ocupaban la bahía de carga. No le hacía gracia tener que lidiar con el médico, el otro ingeniero y la capitana, todos  habían demostrado una tendencia innecesaria a contradecir órdenes, tomar la iniciativa de manera estúpida y, sobre todo, tenían la capacidad de sacarle de sus casillas. Y no era algo que necesitase en esos momentos. No después de lo que había pasado. Al pensarlo, no pudo evitar lanzar una mirada a la figura cada vez más distante de Elung, y sus antenas se agitaron confusamente antes de volver a pegarse en el cráneo al mirar a su pequeño grupo.

La capitana y el médico ya estaban enzarzados en otra estúpida batalla dialéctica mientras que, Ollander, se mantenía callado, posiblemente gracias a una ligera intoxicación por el gas de la explosión. El andoriano casi lo agradeció. Decidido a acabar con la trifulca lo antes posible, Ishant sacó a relucir el Ushaan-tor que había portado en todo momento, y con un movimiento rápido, lo clavó en el lateral de una de las jaulas adyacentes, dejando su punta hundida unos buenos 10 cm en el material metálico de la misma. Cuando soltó la empuñadura, pudo observarse que tenía los nodillos blancos de apretar con fuerza el arma.

- Suficiente.- susurró en un tono brajo y bronco.- Sha'de Alba, extienda el brazo para que pueda examinar el aparato.- continuó mientras sacaba de entre los pliegues de su chaqueta su pack de herramientas. Dudó un instante y, finalmente, se deshizo tambien de esta, quedando en camiseta de tirantes, una prenda mucho más que adecuada para la bochornosa temperatura del interior de la nave.

Mientras colocaba con eficiencia metódica las herramientas frente a si, levantó ligeramente la mirada para clavar su vista en la de la "shen". iracunda, malhablada, era todo un epítome de su género y, también, un problema en estos momentos. 

- Espero que no se repita el "incidente" de la última vez... no se si ha tenido tratos con mi pueblo pero somos gente que... "tolera" ciertos actos. Si vuelve a amenazar la integridad de mis antenas otra vez sepa que no respondo de mis actos, y que sería exhonerado de asesinato si me inclinase hacia esa opción.- siguió susurrando mientras comenzaba a examinar el aparato con una calma extrema.

Mientras lo hacía se inclinó hacia delante, ocultando con su menuda figura con su corpachón.

- sha'de Alba.- susurró el enorme andoriano en el oido de la capitana.- Hemos determinado que la nave es territorio hostil y esperamos una traición en cualquier momento. NECESITO que esté preparada para organizar a sus hombres para que organices junto a mi tripulación una resistencia si se diese el caso. Pero necesitamos no levantar sospechas, sólo estar atentos para reaccionar lo antes posible. El terreno nos es hostil, su percepción dadas las circunstancias ambientales es limitada. No lo ponga más dificil.- la ultima frase sonó casi desesperada en labios del andoriano, al tiempo que le dirigía a de Alba una mirada vacía, propia del que acaba de pasar por un trance terrible.

Stevenson estaba ordenando la partida, me tocaba quedarme con Cristina por su brazo, cosa que agradecía, volvía lentamente a recordar a Cristina como la Capitana de la Excalibur, la orgullosa líder que nos había mantenido unidos y vivos durante tantas aventuras y desventuras.

En tanto, el agua (sin mencionar ningún otro medicamento del cual carecíamos) no llegaba, y mi garganta así como mis pulmones ardían sin parar. Tuve que tratar de ahogar mi tos, la cual se había apoderado de mi cuerpo con una violencia desmedida. Tenía los ojos enrojecidos y me dolía el vientre de las contracciones al toser.

En eso, el ingeniero azul desplejó un arma tenebrosa y la clavó en la pared. La acción me resultó tan sorpresiva que no pude hacer más que apartarme un poco de la pared donde me encontraba recostado y elevar las cejas, confundido.

¿Quién demonios se creía que era? ¿Clavar un arma blanca con virulencia y de forma amenazante a Cristina? ¡¿La Capitana?!

-¡Eh! ¡EHH! -alcancé a gritar- ¡¿Pero que puta mierda crees que haces?!

Entonces el azul comenzó a tomar sus herramientas y ponerse con el brazo de Cristina.

-Stevenson -dije con seriedad, desde el suelo y en un estado calamitoso-, al menos nosotros tenemos la excusa del cautiverio. ¿Pero que clase de comportamiento es ese? La violencia de este ingeniero no tiene cabida frente a la Capitana.

Tosí largamente.

Cristina, que pese a ser una mujer menuda y delgada, no solía amedentrarse por nada ni por nadie, al ver acercarse al andoriano se quedó plantada en su sitio mirándolo a los ojos con los puños apretados sin el menor atisbo de estar impresionada o asustada ante al mole de músculos azul que le doblaba en tamaño y mucho menos ante su arrebato de ira contenida. 

- Espero que no se repita el "incidente" de la última vez... no se si ha tenido tratos con mi pueblo pero somos gente que... "tolera" ciertos actos. Si vuelve a amenazar la integridad de mis antenas otra vez sepa que no respondo de mis actos, y que sería exhonerado de asesinato si me inclinase hacia esa opción

- ¿Ah sí?- De Alba no respondía bien ante ningún tipo de amenaza de manera que mantuvo una postura de reto, mirando al azul a los ojos dispuesta a contestarle, sin embargo algo hizo que detuviera su lengua y que la expresión de sus ojos tras un especie de complicidad con el pitufo terminara por mirarlo de otra manera.

-¡Eh! ¡EHH! -alcancé a gritar- ¡¿Pero que puta mierda crees que haces?!

Entonces el azul comenzó a tomar sus herramientas y ponerse con el brazo de Cristina.

-Stevenson -dije con seriedad, desde el suelo y en un estado calamitoso-, al menos nosotros tenemos la excusa del cautiverio. ¿Pero que clase de comportamiento es ese? La violencia de este ingeniero no tiene cabida frente a la Capitana.

- Señor Ollander- llamó la atención de su ingeniero- Discutiendo no vamos a llegar a ningún lado. Resolveremos nuestras diferencias después - le dijo a su ingeniero haciendole una señal de alto con la mano-  necesito que me ayude a quitarme este cacharro y la única forma es colaborando con Ishant y el señor Griffin. Por favor- le dijo serena- os he dicho que al mando de la misión se encuentra Stevenson, hagan lo que le ha pedido, no quiero más incidentes entre nosotros. ¿Está claro?- miró no sólo a Ollander sino a todos su hombres

A continuación extendió el brazo del brazalete y lo tendió para que tanto el doctor como el andoriano lo examinasen.