Partida Rol por web

La aparición de Perkins, y sobre todo la tuya, hizo que Connor dejase de intentar soltarse y sonriera por vez primera desde que había llegado al puente.

-¡Vrako! -exclamó, triunfante, lo cual fue seguido de una expresión similar por parte del andoriano.

-Señor Vrako... señor Perkins... ¿han perdido la cabeza? -preguntó Shev.

La presencia armada de todo aquel equipo, contigo a la cabeza, y tus incendiarias palabras, provocaron en Cira la ira y un profundo desagrado que mostró revolviendo ligeramente el labio superior. 

-¡Está usted loco! ¡Todos ustedes, están locos! Esta es una nave de la Flota Estelar y ustedes son unos amotinados. Sufrirán el castigo de un consejo de guerra y no volverán a ver la luz. Depongan las armas antes de que sea demasiado tarde -gritó Cira, mirando a todos y cada uno de los que estabais en el puente. 

Nadie dijo nada. Durante unos momentos, se hizo un silencio tan estruendoso, que parecía que jamás volvería a escucharse a alguien hablar, hasta que volviste a hacerlo tú.

- Llevan demasiado tiempo ahí arriba y se les ha olvidado porqué están ahí y para quien trabajan, así como sus directrices y normas. Creo que es hora de que se tomen unas vacaciones pagadas por la Flota Estelar y ya resolverán ellos todo esto en cuanto lleguemos...  Desde la muerte innecesaria de nuestra propia tripulación, hasta los intentos de sabotaje ocurridos en la nave o las muertes generadas bajo su mando... así como mi encierro por... ¿ser romulano? ¿O quizás por querer lapidarme bajo sus propios errores, señor?

 -¡DISPÁRENLES!

La orden de Cira, ladrada desde el odio, no desde la decepción o el desencanto de ver como un oficial de su misma tripulación, varios, en realidad, ponían en entredicho su capacidad de mando, desató el infierno en el puente. Para Perkins, todo fue como si tuviera lugar a cámara lenta.

Los dos soldados que acompañaban a Lena, soltaron a ésta y llevaron sus manos hacia sus phasers, que portaban en un cinto. La propia Cira extrajo rápidamente su arma y se dispuso a disparar mientras se agachaba ligeramente, reaccionando ante la más que probable respuesta de Vrako o los demás.

Al mismo tiempo, otros oficiales del puente, incluyendo al joven piloto, se lanzaron al suelo para evitar recibir disparos por simple casualidad.

Perkins se lanzó al suelo al tiempo que disparaba, fallando, evidentemente, porque era médico, no un maldito agente de la Sección 31 con permiso para matar. Mientras estaba en el aire, la alférez Alia disparaba su phaser, impactando contra una de las terminales que estaba en la zona exterior del puente, y Menem salía del turboascensor buscando un objetivo.

El oficial táctico, viéndose superado por la situación, desenfundó el arma que tenía y apuntó a la joven Menem, que cayó instantáneamente al suelo. Annaith aprovechó la distracción para dispararle y hacerle caer, al igual que estaba ocurriendo con todos aquellos que defendían a la capitana.

Al mismo tiempo, Connor se había agachado todo lo que pudo, dejando completamente expuestos a sus dos guardianes, que recibieron los disparos de Carter y Kander. Esta última no lo hizo con la suficiente rapidez, por lo que también recibió el impacto de uno de los guardias, cayendo de espaldas, inconsciente.

Pero la gran batalla se desarrolló en pocos segundos, entre la capitana, Shev y tú. En cuanto tuviste a Cira en el punto de mira disparaste, pero ella había sido más rápida y devolvió el disparo mientras se ocultaba detrás de Connor. Sin tiempo para apuntar bien, el láser fue a parar a la pared que había a tu espalda, mientras ambos seguíais disparando sin cesar.

Shev, por su parte,  se desplazó hacia los asientos y sacó el phaser que había en uno de los brazos, precisamente para situaciones como esas. Mientras tú estabas centrado en la capitana, él se levantó y te apuntó con relativa facilidad. Su phaser no estaba puesto en aturdir, sino en matar. 

El disparo que recibió en la espalda le hizo arquear todo el cuerpo y sus músculos se tensaron por el dolor, justo antes de caer desplomado sobre el asiento y quedar sobre él, inconsciente, como si fuese un muñeco que hubiera perdido los hilos que lo sujetaban. Perkins se puso en pie, satisfecho. Su grito de dolor y sorpresa hizo que Cira se volviese instintivamente hacia él y eso fue todo lo que necesitaste para dispararle en el pecho.

Los ojos de Cira se abrieron en una expresión de sorpresa, rabia e incredulidad, pero con tiempo suficiente para ver, antes de cerrarse, tu mirada de satisfacción al conseguir tu objetivo. Su cuerpo cayó al suelo, inconsciente, como el resto, con el arma en la mano y rodeada de un puente sin dueño.

Connor se puso en pie y te miró.

-Vaya, señor Vrako, cuando hace las cosas, las hace bien, ¿verdad? -te dijo, lanzándote una sonrisa que dejaba entrever un doble sentido. Después, se giró hacia Perkins -. Señor Perkins, no conocía esta faceta suya de rebelde.

-Pues ya ve, doctora. Estoy incluso pensando muy seriamente en hacerme contrabandista y abandonar la medicina. Puede que sea mejor amotinándome que curando.

-De eso nada, doctor. Es usted el mejor médico con el que he trabajado jamás -le dijo Connor, acercándose y cogiendo su arma -. Y además, un buen amigo.

El joven Corbin se puso finalmente en pie. No había intervenido de una manera u otra y miraba el resultado de la batalla sin entender del todo qué demonios había pasado.

-Eh, señor Vrako. ¿Y ahora qué hacemos?

Mientras la doctora se enzarzaba en sendas batallas dialécticas, primero con Kepaar y después con el puente, Perkins cogió la muestra que le había dado y se dirigió hacia una terminal que había en otra zona de la enfermería, introduciéndola en el pequeño compartimento.

Después, introdujo las variables y esperó a que el análisis espectrográfico se realizara. Segundos más tarde, tenía el resultado.

-Doctora, la sustancia presente en la saliva es  Voraxna, un veneno letal activo especialmente contra cardasianos. Quien quiera que lo tuviera, desde luego tenía muy claro contra quién quería utilizarlo.

- Puede, pero no tanto como el mando de esta nave. - Respondí al gigante azul, tras sentir como la sonrisa de Lena llegaba hasta lo más hondo de mí. La capitana no se contuvo y tras sus palabras, acusándome de lo que sin duda estaba deseando hacer desde el primer día que me vió y me entrevistó. Pero las mías fueron más hirientes y eso dejó paso al peor de los escenarios. Su grito visceral cargado de odio fue lo que inicio la batalla en el puente.

- ¡Representamos a la Flota Estelar! ¡Nada de muertes! - Recordé a mis aliados, quienes sin duda si estaban poniendo en peligro sus vidas, puesto que dudaba que el alto mando quisiese dejarnos con vida. Y los impactos en el interior del puente así lo demostraron. Cira erró por poco mientras iba en busca de Lena. No podía permitirla que la tomase de rehén y, aunque no supiese el verdadero valor que aquella mujer tenía para mí, era un riesgo que no iba a correr. Así pues me centré en ella, tratando de darla sin tener éxito, puesto que no solo se movía, sino que su proximidad con Connor era demasiada y me hacía moverme a mí también.

Tan centrado estaba en ella que no vi a Shev y sus intenciones, hasta que le ví caer derribado y aturdido por un disparo de mi salvador. - Perkins. - Le debía una... o más de una seguramente. Pero aquello no había terminado y, aprovechando la distracción que el médico generó, logré alcanzar a Cira y aturdirla con mi rifle. Ellos fueron los últimos en caer y tras eso, el combate terminó. Miré a Cira orgulloso de haber logrado aquello, para fijar mi vista en Connor y sus palabras. La hubiera abrazado y besado allí mismo, pero no podía... acabaría con toda la credibilidad de ella. La mía ya estaba perdida.

Me acerqué a Perkins primero y le tendí la mano. - Estoy con la doctora, gracias por salvarme la vida. - Le dije verdaderamente satisfecho con todo aquello, para luego mirar a Lena. - ¿Se encuentra bien, doctora? Creo que tenemos heridos a quienes tratar ahora mismo... Nuestras armas estaban en aturdir... las de ellos... - Dije acudiendo al lado de la alferez Nenem, quien sufrió el disparo del teniente táctico, con visible gesto de preocupación.

Entonces una voz se alzó en el puente y miré a su dueño. - Buena pregunta... Doctora Connor, creo que debería hablarle a la tripulación de la Enterprise y decirles que el alto mando ha sido relevado por incompetencia o... como se diga en su jerga médica. La teniente Annaith le abrirá las comunicaciones con la nave en cuanto esté lista. - Me acerqué entonces a la vulcana y la puse la mano en el hombro, orgulloso por su trabajo. - Es más, creo que sería buena idea que ella fuese la capitana en funciones. Ya supo llevar a casa una nave de la Flota Estelar, tras una gran pérdida para ella. Podrá llevar a la Enterprise a casa y poner en manos del alto mando a la capitana y los demás... - No tenía que decirla nada más a Connor. Sabía que hablaba de la muerte de su padre y de como a pesar de ello, logró sobreponerse y devolvernos sanos y salvos.

- Por mi parte, permaneceré aislado si así facilito las cosas, hasta que lleguemos a casa y se pueda explicar todo lo ocurrido. Mi credibilidad en esta nave es nula y si se enteran de lo ocurrido en el puente, podríamos tener un motín en breve. Creo que lo mejor para todos sería encerrarme a mí también. - A pesar de todo lo que había hecho por el bien de la Enterprise, habían muchas cosas que quedarían en entredicho y mi reputación no era la mejor en aquel momento.

- Teniente Annaith, no se si tendrá a alguien de confianza que sepa usar el teletransportador y llevar a la capitana, al comandante y al teniente a sus cabinas y dejarles allí confinados. No quiero pasearles por toda la nave. - Seguía pensando que una celda era lo mejor para ellos, pero no sabía si era enfermedad o bien maldad lo que les había llevado a aquello. - De paso, cierre cualquier comunicación con sus cabinas, así como el uso de sus terminales o el acceso a la computadora. Son presos.

Perkins te estrechó la mano sin dudarlo. En cualquier otro, hubieras esperado que tus palabras hicieran que se hinchara de orgullo, pero no en él. Se notaba que no era de esos que practican el narcisismo.

-Estoy contento de haberlo hecho, señor Vrako. Después de todo, en eso consiste mi trabajo -te dijo, guiñándote un ojo.

¿Se encuentra bien, doctora?

Ahora sí -dijo Connor, intentando, sin éxito, arreglarse un poco el cabello -. Han conseguido hacerme enfadar de verdad. Aquí hay gente que no está preparada para hacer su trabajo. ¿Pero qué demonios estaban pensando en la Flota Estelar para darle el mando del Enterprise a alguien así?

Connor respiró profundamente, pero la esperada calma no llegaba. En primer lugar, había tenido que tomar la decisión de enfrentarse a la capitana, de decirle que no era apta para el servicio, pero es que después, no había recibido ningún apoyo de nadie; de nadie absolutamente. Y eso había terminado por desesperarla. Si había algo que no podía soportar era la falta de solidaridad y compañerismo.

Creo que tenemos heridos a quienes tratar ahora mismo... Nuestras armas estaban en aturdir... las de ellos... 

Perkins miró a Menem y corriendo se acercó a ella para tomarle el pulso.

-Está viva. Creo que solo se encuentra aturdida. Puede que tenga un buen dolor de cabeza, pero nada más que eso -te confirmó. Después, le hizo una señal a Alía para que le ayudara a ponerla en pie y sentarla en uno de los sillones.

Pero no se trataba solo de los heridos. Ahora había que diseñar un plan de acción para llevar al Enterprise, nunca mejor dicho, a buen puerto. Corbin hizo la pregunta clave y tú le diste la respuesta con rapidez.

Connor te miró, algo agobiada. De nuevo la responsabilidad le perseguía.

-Me parece bien que sea la capitana en funciones, como usted dice. Después de todo, es también la de mayor rango, ¿verdad? Además, dudo que alguien pueda objetar que una vulcaniana se encargue de llevar el Enterprise de regreso a puerto. Así que, capitana, cuando usted quiera.

Sin mediar gesto alguno, Annaith accionó los altavoces.

-Comunicaciones abiertas, doctora.

Connor la miró, irritada y cansada.

-Atención. Les habla la doctora Connor. Siguiendo la normativa de la Flota Estelar, la capitana Cira y varios de sus oficiales han quedado relevados de sus cargos temporalmente. La Teniente Annaith estará momentaneamente  al mando de la nave hasta que regresemos a la estación espacial más próxima y se abran las diligencias oportunas. Cualquier duda que tengan, por favor comuníquense con el puente. Gracias.

En el puente, mientras tanto, los oficiales que no habían participado en la pelea, junto con los que habían venido con Vrako, ayudaban a levantar a los heridos, aunque al final, sus miradas se dirigieron hacia Vrako, a la espera de sus órdenes.

- Por mi parte, permaneceré aislado si así facilito las cosas, hasta que lleguemos a casa y se pueda explicar todo lo ocurrido. Mi credibilidad en esta nave es nula y si se enteran de lo ocurrido en el puente, podríamos tener un motín en breve. Creo que lo mejor para todos sería encerrarme a mí también.

Señor Vrako, creo que bastará con que se retire a descansar a su cabina, por motivos médicos -te dijo, en un tono sin inflexiones pero con un claro matiz de confianza -. El resto del viaje será más bien rutinario y sus servicios tampoco serán necesarios.

- Teniente Annaith, no se si tendrá a alguien de confianza que sepa usar el teletransportador y llevar a la capitana, al comandante y al teniente a sus cabinas y dejarles allí confinados. No quiero pasearles por toda la nave. De paso, cierre cualquier comunicación con sus cabinas, así como el uso de sus terminales o el acceso a la computadora. Son presos.

-Entendido -te respondió Annaith, manipulando los controles durante unos momentos. Después, asintió con la cabeza para que todos dejasen los cuerpos de Cira y sus hombres y se apartasen. En cuestión de segundos, el haz del transportador los hizo desaparecer del puente.

-La capitana y los tenientes th'Shon y tova'Daq se encuentran en sus cabinas. He ordenado un cierre de las mismas y la anulación temporal de sus permisos de seguridad -dijo en voz alta.

-Perfecto -, dijo Connor entonces -. Ahora, trasládenos a Perkins, Menem y amí a la enfermería, a donde seguro que empiezan a llegar curiosos de todas partes, con las enfermedades más extrañas que haya podido escuchar jamás. No sabe la de clases de dolores de cabeza que he descubierto a lo largo de mi vida como doctora.

Mientras Annaith se preparaba, Connor te miró a los ojos y sonrió. Aquella era mucho más que una sonrisa. Era un acuerdo tácito de lo que ambos sentíais. Cuando los tres desaparecieron, el puente se quedó más solitario y silencioso que nunca.

Connor escuchó atentamente la información que Perkins le dio. Acababa de dar por finalizada la autopsia de Da'par y no tenía ninguna duda de lo que había ocurrido. Desconocía si eso ayudaría o no a la Enterprise, pero bastante tenía ya con todo aquello como para preocuparse por el destino de la nave.

-Gracias, señor Perkins. Supongo que esto termina por confirmar lo ocurrido.

La doctora pulsó su insignia y se hizo a la idea de hacer su trabajo y nada más. Sentía sobre sus hombros el cansancio de ver como la vida desaparecía a su alrededor por motivos más que discutibles y eso era superior a ella.

Puente, aquí Connor. He terminado la autopsia de la Teniente Da'par. Me ratifico en lo que pensaba en un principio. No creo que haya habido intervención de terceras personas. La Teniente Da'par pudo haberse atado ella misma. Además, el veneno utilizado es Voraxna, el cual afecta sobre todo a cardasianos, por lo que parece más lógico que ella lo hubiese traído consigo y lo utilizara para acabar con su vida que pensar que alguien en esta nave disponía de él para acabar con algún cardasiano. Así que a todas luces, se trata de un suicidio que la Teniente intentó que pareciese un asesinato.

Lena Connor, MD, no estaba tan preparada como parecía para situaciones como aquella. Al igual que Perkins, porque lo había visto en la mirada del joven médico, la muerte era algo contra lo cual luchaba continuamente y ofrecer la vida a cambio de nada era algo demasiado difícil de digerir.

Puente, aquí Connor. He terminado la autopsia de la Teniente Da'par. Me ratifico en lo que pensaba en un principio. No creo que haya habido intervención de terceras personas. La Teniente Da'par pudo haberse atado ella misma. Además, el veneno utilizado es Voraxna, el cual afecta sobre todo a cardasianos, por lo que parece más lógico que ella lo hubiese traído consigo y lo utilizara para acabar con su vida que pensar que alguien en esta nave disponía de él para acabar con algún cardasiano. Así que a todas luces, se trata de un suicidio que la Teniente intentó que pareciese un asesinato.

En ese momento, un enorme temblor sacudió toda la nave, haciendoos trastabillar a todos. Perkins perdió el equilibrio y se fue al suelo y la cama en la cual descansaba Vrako, se deslizó hasta chocar con una de las paredes. La nave debía estar bajo fuego intenso y acababa de recibir un buen impacto de lo que quiera que fuese.

Estaba por ver si aquella sería la última comunicación que Lena haría, antes de que todo saltase por los aires.

Recibido. Buen trabajo todos. Informen sobre los heridos

El mensaje desde el puente era de esperar. De hecho, si lo pensaban, había tardado incluso más de la cuenta en llegar, porque siempre eran ingeniería y el puente las dos secciones en las cuales se debía seguir trabajando, costara lo que costase, por lo que los recursos médicos siempre las tenían como prioridad.

Perkins miró a Connor.

-Iré yo -le dijo, pensando que no solo su presencia sería necesaria dentro de poco, sino que seguramente, todavía estaría recuperándose de la autopsia a Da'par. Aunque no dijese nada, estaba convencido de que había sido durísimo realizarla.

Perkins pulsó su comunicador sin perder tiempo.

-Puente, aquí enfermería. Entendido. Voy enseguida.

Y se dirigió a toda prisa hacia la salida, cogiendo un botiquín por el camino. 

Puente, aquí enfermería. Entendido. Voy enseguida.

En el momento en que Perkins salía a toda velocidad, empezaron a llegar heridos procedentes de diferentes partes de la nave. La mayoría parecían contusiones, torceduras y algunos cortes sin importancia, pero si la batalla continuaba, estabais seguros de que la situación empeoraría catastróficamente.

El impacto pareció coger a todos por sorpresa, el recibimiento hostil estaba más que previsto pero sin duda era de mayor intensidad del que hubieran deseado.

Kepaar se apoyo en una de las camillas para no caer al suelo tras el impacto, la situación parecía que empeoraba y los primeros heridos comenzaban a llegar a la enfermeía.

Si no me necestia doctora acudiré al puente también a ver si la situación requiere mi presencia.

El mensaje del puente provocó que Connor se olvidara por un momento de los resultados del examen de la Teniente Da'par. La batalla empezaba a recrudecerse y por eso llamaban ya desde arriba. Eso significaba que no tardarían en empezar a llegar heridos, así que PErkins y ella, y el resto del equipo, tendrían que ponerse a trabajar.

-Todo el personal médico disponible que acuda a la enfermería, deprisa -llamó, a través de su comunicador.

Perkins decidió subir al puente, y Connor asintió, agradecida. Tendría mucho trabajo allí, pero prefería no moverse. Con un rápido movimiento tapó el cuerpo de la Teniente. Entonces, en cuanto las puertas se abrieron para que Perkins se fuera, empezaron a llegar heridos, junto con otros miembros del equipo médico.

-Vamos a ello - dijo para sí la doctora -. Alférez, ayúdeme con este hombre. Usted, encárguese de ella. Parece que tiene un traumatismo cervical.

Si no me necesita doctora acudiré al puente también a ver si la situación requiere mi presencia.

-Aquí tenemos mucho trabajo pero no puede hacer nada. Sí, será mejor que vaya al puente -le respondió Lena, dedicando toda su atención a los que les estaba llevando, pensando que la presencia del bajorano allí abajo no le resultaba de ninguna utilidad.

- Su trabajo es salvar vidas, sí. Pero no de la manero que lo hizo. No lo olvidaré nunca, Perkins. - Dije completamente agradecido al doctor para luego atender a Lena. La vi atusarse el pelo sin éxito, pero me daba igual. Ella siempre estaba preciosa. Torcí un tanto el gesto al escuchar sus palabras con respecto a la capitana. Creía que eran amigas o algo así a parte de que ella debió pasar el reconocimiento médico bajo su supervisión... si es que llegó a hacerlo. Pero no la dije nada, no merecía la penar remover aquello. Estaba bien, estaba viva y... seguía muriéndome por abrazarla y besarla.

Respiré tranquilo al saber que no habían muertos bajo mi pequeño grupo rebelde. - Sería buena idea llevarse a los heridos del puente. - Luego miré al piloto. - Espero que esté dispuesto a seguir en su puesto y llevarnos a casa. - Le dije antes de mirar a Connor, quien comenzaba a opinar sobre mi idea. La verdad es que no sabía si Annaith tenía más rango o no que los demás, pero si sabía que estaba verdaderamente cualificada para ello. Yo era un hombre de acción, de combate y mi trabajo estaba hecho.

Escuché el pequeño discurso de Lena, antes de seguir hablando y que me respondiese. Sus palabras no me molestaron, pues tenía razón, aunque hubiese preferido estar en la enfermería, bajo sus cuidados. - Espero que más tarde pueda venir a comprobar mi estado. No se cuanto tiempo durará el efecto de lo que me inyectase Perkins en la enfermería antes de... esto. - Miré a mi alrededor. No hacía falta decir nada más.

Incliné la cabeza ante las palabras de Annaith, para luego escuchar a Connor dar las últimas instrucciones y dejar el puente, dejándome aquella sonrisa grabada en la mente y en el corazón. Luego miré al resto de mujeres, pues sin Perkins solo quedaban las alferez que nos acompañaron en la revuelta en el puente y puse mis ojos sobre ellas. - Les agradezco su apoyo, su confianza y su ayuda. No saben lo que ha significado para mí que creyesen en mí. - Miré a Annaith. - Y que contasen conmigo para esto. Capitana Annaith, con su permiso... me retiro a descansar. - Me volví nuevamente hacia las mujeres. - Me encargaré de que la Flota Estelar sepa de su fidelidad y compromiso con... - En ese momento algo impactó con la Enterprise sin aviso alguno.

El golpe fue fuerte, me sentí volar por el puente y caer con fuerza. Se que me golpeé... aunque no lo sintiese.

Abrí los ojos de golpe. Estaba algo aturdido y desorientado. - ¿Qué ha... ? - Me fui a incorporar y sentí el dolor en mi costado. - ¿Capitana Annaith? ¿Corbin? - Me llevé la mano a los ojos. Me costaba abrirlos. - ¿Qué ha pasado? ¿Cuanto tiempo llevo inconsciente? - Debía ser mucho si es que el efecto de la inyección de Perkins había pasado ya. Me froté los ojos, mientras que mis oídos comenzaban a hacerse al sonido de la enfermería.

Las voces, los pasos... la voz de Lena. Todo comenzó a ser audible claramente. ¿Tan pronto se habían amotinado? Entonces mis ojos comenzaron a mostrarme la realidad y mi cabeza a centrarse. Mi cama se había desplazado de su sitio, así como media enfermería. Mi mente comenzaba a procesar todo aquello. Los heridos entraban en la enfermería, junto con más personal médico. - ¿Qué está pasando? - Pregunté preocupado, tratando de despertarme.

En ese momento vi al consejero salir de la enfermería y mis ojos se centraron en Connor. - Doctora... - Vi como la actividad de la enfermería aumentaba y entraban desde heridos leves a verdaderos casos letales. - ¿puedo ayudar? Sí, ya se... no soy médico y con no moverme de mi sitio ni molestar será suficiente... Pero... puedo lavar heridas y poner tiritas mientras que los demás se encargan de cosas más serias e importantes. - Dije recordando que íbamos a la que posiblemente sería la última batalla de la Enterprise y donde no había demasiadas esperanzas de sobrevivir. - No será mucho, pero creo que podré ser útil al menos. - Necesitaba hacer algo que ayudase, algo que sirviese realmente y que fuese de utilidad.

Estaba claro que si estábamos metidos en aquella batalla, es que el alto mando de la Enterprise no estaba en sus cabales. Nosotros, como Imperio Romulano, no temíamos al nombre de la nave. A lo largo de nuestra historia nos habíamos enfrentado a diferentes Enterprise y nos habían derrotado. Otras veces, peleado juntos. Pero a quienes respetábamos, pues temer no temíamos a nada ni a nadie, era a sus capitantes, tal y como al gran estratega James T. Kirk o a quien se ganó el respeto de muchos, al hacer lo que hizo por nuestro pueblo, Jean-Luc Picard. Esos eran capitanes... no aquella loca y su comandante chiflado que no me extrañaría nada que nos llevasen a todos a la muerte.

Connor había procedido a guardar el cuerpo de la cardasiana en una de las cámaras frigoríficas de la enfermería y a lavarse las manos para proceder a anotarlo todo en su cuaderno de bitácora cuando sintió hablar a Vrako, nada más hacerlo se acercó rápidamente hacia él tricorder en mano.

Tras escuchar las primera palabras del romulano el ceño de Lena se arrugó ligeramente... pero se encogió de hombros a los segundos, atribuyéndolo todo a un sueño del paciente.

 - Doctora... - Vi como la actividad de la enfermería aumentaba y entraban desde heridos leves a verdaderos casos letales. - ¿puedo ayudar? Sí, ya se... no soy médico y con no moverme de mi sitio ni molestar será suficiente... Pero... puedo lavar heridas y poner tiritas mientras que los demás se encargan de cosas más serias e importantes. - Dije recordando que íbamos a la que posiblemente sería la última batalla de la Enterprise y donde no había demasiadas esperanzas de sobrevivir. - No será mucho, pero creo que podré ser útil al menos. 

Entonces aquello si que terminó por hacer relucir una ligera sonrisa en los labios de la doctora, aquello era un cambio importante a mejor.

- Será más que suficiente señor Vrako, pero primero déjeme revisar su estado- dijo haciendo un análisis- va usted a ayudarme en enfermería... estamos en pleno ataque y... es muy posible que le reclamen en el puente o para realizar sus funciones como oficial de seguridad que es, de la Enterprise- le guiñó un ojo- hay novedades... de lo más interesantes...- le dijo poniéndolo al día de todo lo que había estado pasando mientrás el romulano había estado inconsciente.