Partida Rol por web

Nellen desde su cobertura, había fallado casi todo los tiros, desde esa altura era casi inútil disparar, 

También observa como sin una causa directa varios  de los droides inmolan. Comienza a contar desde que se percata de aquel anodino suceso.  Dos,  tres,  cuatro, cinco, seis...- conto mentalmente.--- ¿Qué demonios? 

Ella no iba a quedarse atrás, necesitaba altura pero donde, Quizás la copa de ese árbol, ¿pero llegaría?  

Colgó de su hombro el arma, y de manera pesada comenzó a escalar, el brazo le estaba dando tregua,  solo necesitaba posar su trasero en aquella rama.

Se arrastro con ambas  piernas abiertas desde allí ,  hasta que consiguió tener una visión de águila.

Respiro como solo lo hacía cuando necesitaba tomar las decisiones, los monstral vibraban sintiendo absolutamente todo, el subir de la savía de cada árbol,  los granos de arena del suelo que eran aplastado por los pies metalico y no metalicos, los corazones palpitantes de los seres vivos que habítaban alrededor,  las flamas del fuego. Estaba lista.

Abrío fuego.

El tiroteo se recrudece en cuanto las unidades centran su fuego sobre los dos humanos, incluido los que portan los lanzallamas, que hacen pasadas intentando eliminar todo lo que se mueva.

El jedi desata, como en un trance, una danza con su espada láser que logra desviar todos los disparos que se les dirigen a ambos republicanos.

La togruta sube en tiempo récord a uno de los árboles y se concentra en derribar los droides restantes.

El grupo logra fulminar la amenaza en unos pocos minutos. El ataque sorpresa y la técnica pulida del trío han sido un imprevisto que ni esas calculadoras con patas podían haber previsto.
La nube de humo se sigue haciendo cada vez más densa; tarde o temprano los sathari deberían comenzar a apagar los fuegos si no quieren ver la región calcinada.

De entre la chatarra que riega el suelo con sus piezas, destaca una unidad en la que parpadea uno de sus pilotos rojos. En su cabeza chata lleva integrada una especie de antena que no viene de fábrica; probablemente fue añadida a posteriori por quien sea que les hiciese estos arreglos. Vikar puede reconocer a primera vista el código de señal que parece emitir el droide. El destino de la señal es sin duda el búnker improvisado de esta tropa, y su mensaje igual de claro:

EMERGENCIA -- TROPA DE ASALTO -- ESTADO -- INUTILIZADA -- DIRECTRIZ DE MANDO PRIORITARIA -- DESTRUIR DATOS DE CAMPAÑA -- DIRECTRIZ DE MANDO FINAL -- RETIRADA -- ESPERE REFUERZOS // SALVO // CONDICIONANTE DE RIESGO // ENTONCES // AUTODESTRUCCIÓN

Malditos droides, tenían siempre una sorpresa bajo la manga. - Esta chatarra va a explotar! Deberíamos salir de aqui... - comenzó a hacer señas con la mano - como... ahora! - hizo énfasis en lo inmediato que era el asunto y empezó a moverse lejos del lugar.

- Todos están bien? - preguntó mientras se acomodaba la mochila. - Creo que es momento ahora si de dar una visita a esa base - Podía ser el calor del momento y la adrenalina, o podía ser una pesima decisión. Seguramente ya iban a estar esperándolos - Es arriesgado, pero ya vimos lo que va a pasar. O neutralizamos la amenaza o van a destruir todo este lugar -

Nellen pasado la amenaza se quedo en lo alto del arbol oyendo chillar al humano que le dio el Medpad, le parecio gracioso como.corria en direccion contraria despavorido, la pequeña explosión,  que sacudío el arbol casi desequilibrandola.

-ufff...que cerca ha estado- Se dijo a si misma.

Cuando llego al suelo. Se cruzo de brazos esperando con cara de asombro al hombre que manejaba el laser, "un jedi siempre trae problemas a los negocios" . 

Miro a Kwerts que tenía los brazos cruzados, sin embargo, de momento Nellen imito la.postura de su piloto. Esperando una explicación, no exigida. Recogiendo toda la informacion posible para saber si continuar o no.

Chasqueó la lengua ante la alerta y se alejó en sentido contrario al droíde todo lo que le permitieron sus piernas, buscando cobijarse tras un árbol.

Tras eso apagó su sable laser y dejó en su cinto, pensando en si podría aplacar el incendio y también en que si no querían que los droides fuesen capturados es que el asunto era aún mas clandestino y turbio de lo que pensaban.

-Si, ya saben que hay una fuerza de combate que les pueden hacer frente, gastamos la carta del factor sorpresa pero no importa, debemos ir a poner fín a esta locura. Sin embargo, dejadme intentar algo antes.

Extinguir semejante fuego era una proeza y necesitaba concentración absoluta. Calentó las manos frotando los dedos entre si antes, se orientó de cara al fuego y con los ojos cerrados extendió las palmas como si estuviese tocando algo invisible.

Recurrió a la fuerza una vez mas.

El fuego, en un radio de unos cuantos metros, se disipa de un plumazo como si lo hubiese apagado una racha de aire. Sin embargo, el resto del camino desde la base parece seguir ardiendo.

El trandoshano deja el fusil en el suelo y se echa contra uno de los árboles semi-chamuscados.

—Aaah... y yo que creía que nosssss iba a quedar grande... —Estira sus extremidades para relajarse, mira a Nellen y le habla en alto— ¿Y ahora qué hacemos, jefa? ¿Crees que vayan a pagarnos, o se pensarán que somos buenos samaritanosssss?

A lo lejos se oye un murmuro en el aire que se materializa en forma de una partida de sathari que parecen llevar unas cubetas en sus patas, dirigiéndose hacia el fuego.

Chasquea decepcionado, aún le queda mucho por recorrer en el camino de la fuerza antes de poder realizar esas hazañas, pero algo es algo.  Sin embargo ver al grupo de Shatari con cubetas de agua en la patas le tranquiliza, quizá puedan solos extinguir el fuego y refugiarse a tiempo y emite un suspiro al perder una preocupación.

-Pues supongo que el siguiente paso es ir de nuevo a aquella guarida y terminar lo que hemos empezado aquí, vayamos a por respuestas. -Mira a Nellen y su acompañante. -¿Nos acompañáis? -Sonríe y les hace un gesto con la cabeza para empezar la marcha.

Nellen de brazos cruzados una vez más observa los acontecimientos, antes de tomar una decisión. Escucha el habla cacofónica de su piloto, preocupado por la  necesidad monetaria de la misión. 

Nellen solo sonreía de medio lado pensando en lo que había cambiado el panorama en ese momento, unos quince minutos atrás estaba a punto de pedir ayuda a Ghial, y ahora, Altra y Viktar , le estaba pidiendo que los acompañara hacía una base secreta. 

La Togruta miro a su compañero, como solo ella se podía comunicar con él. Kwerts sabía la respuesta, iban a ir,  Nellen necesitaba el dinero, casi tanto como sus monstral, y lo bueno del dinero es que cualquier cosa lo produce, ¿una base de datos encriptados? Dinero en manos de un Hacker, ¿ Placas electrónicas? Dinero que pagarían un constructor de droides.  ¿Armas? El mercado negro encantadísimo de ofrecer dinero. ¿Un sable laser? Millones de coleccionista lo querrían. ¿ Un permiso de embajador? Hasta Ghial lo querría.

A la mujer de piel bermellón, poco le importaba la vida de esos humanos, si deseaban que les acompañaran, lo haría, si estaban en peligro, solo ellos se salvarían y si no pueden,  sus pertenecías valdrían. Solo se tenía que asegurar que Krewts y ella siguieran vivos para recogerlos. 

-- Me temo que esta vez, el dinero lo tendremos que coger nosotros mismo-- Dijo a su piloto.-- ¡Sera un honor, embajador! -- Inclino la cabeza en señal de respeto-- Al fin y al cabo, nuestro trabajo es recoger la basura a cambio de dinero, quien  sabe, a lo mejor encontramos algo de valor y este viaje ha servido para algo. 

El soldado asintió al Jedi - Si, creo que es momento de ir a todo o nada, compañeros - Comenzó a preparar sus cosas para viajar ligero. Se preguntaba cuántos droides mas podían encontrarse y aun seguía teniendo dudas por ese campo de fuerza que supuestamente había rodeando la base - Voy a ver si encuentro algo de utilidad por acá - dijo mientras empezó a dar una mirada a los droides para ver si tenían algo que les sirviera, algún comunicador, datapad o incluso un inhibidor de señal. Dudaba encontrar algo... pero no se perdía nada intentando.

- Espero que estén listos porque vamos a tener todo el comité de diplomático dándonos la bienvenida - dijo en tono de broma, pero serio... muy serio.

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El comando registra entre las estructuras de los droides, pero solo encuentra metales y piezas destrozadas. Las armas están en bastante mala condición o se encuentran integradas en sus cuerpos, por lo que poco se puede rescatar de ellas.

Krewst pone la mirada en blanco y se levanta con pesadez, dejando entrever su mala gana, y sigue al grupo.

Durante el camino de vuelta podéis ver a los sathari derramando una especie de savia o líquido viscoso sobre las llamas, logrando sofocarlas prácticamente al instante. Parece que les llevará un buen rato, pero saben lo que hacen.

Al llegar a la explanada la situación pinta no haber cambiado nada desde la última visita. Si intentáis probar suerte o lanzáis algún objeto al otro lado de la línea de árboles, no ocurre nada.
Vikar puede consultar su muñequera y registra que aún quedan dos unidades en el interior de las instalaciones, hacia el Este del complejo.

Una vez dentro, además de una oscuridad insondable, podéis sentir mucha humedad en el ambiente y un calor que, conforme descendéis, se va haciendo más asfixiante. El sitio es tan simple como apuntaban las lecturas: pura tierra húmeda, roca firme y estructuras de madera que vertebran el interior y evita que se venga abajo. Hay poco que ver, y dentro de lo poco solo varios pasillos interconectados y muy pocas estancias; como si se tratara de un hormiguero hecho a vuestra escala.
Continuáis hacia el Este, pero acabáis por llegar a un callejón sin salida. El generador de mapeado de Vikar no capta nada que se parezca a un droide, y Nellen solo puede sentir vibraciones de la fauna subterránea.

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Una ráfaga de sensaciones asaltan al jedi en rápida sucesión. Primero, la inquietud sobre dos pasados perdidos. Luego, la congoja sobre el futuro incierto. Desentrañarlo, por un lado, es sencillo, al alcance de una mano, pero brutal y definitivo; por el otro, hay que recabar la fuerza necesaria y asestar el golpe. Dos veces.

[Música recomendada]

La última sensación es más palpable y mundana. Sacas el sable láser y desvías dos disparos que vienen desde la sombra. Las máquinas se mueven entre los pasillos, y vuelven a disparar. Preparaos.

Todo parecía estar en orden, ningún campo de fuerza los desintegró y eso ya era algo bueno. Comenzaron a descender y Vikar esperaba otra cosa aunque las lecturas hubieran indicado exactamente lo que allí encontraban. Pero el pensamiento que no salía de la mente del soldado era: Quién estaba detrás de todo esto?

Los gestos de confusión de Altra lo arrancaron de sus pensamientos y a buena hora, fue justo a tiempo para escuchar el blaster y girar por el suelo.

No podía ver por ningún lado a esas hojalatas. - Están bien? No estamos en el lugar mas cómodo de la galaxia para terminar emboscados - observaba al entorno para poder ver qué podía utilizar. - Demonios, alguno ve a los droides? - tenían que sacarlos a la vista si no querían ser un colador pronto.

Vikar decidió que lo mejor era dar visibilidad a sus compañeros, para eso están los soldados. Por lo que salió corriendo por el pasillo, zizagueando... buscando que los enemigos abrieran fuego contra el, develando su posición.

Haciendo gala de reflejos fruto de una vida de entrenamiento desvió aquellos disparos furtivos y trata de buscar con la vista a quien o que les dispara pero su sentido le falla y sin se trata de droides no podrá tampoco sentirles con la fuerza.

Con su guardia alta recula, deflectando posibles disparos hasta encontrar cobertura, no se lanzaría al ataque sin saber minimamente a que se enfrenta o cuantos..

En cuanto entraron en aquella base incrustada en la piedra, la eco-resonancia proporcionada por sus monstal era más nítida, muy parecido a los silbidos de los murciélagos para localizarse, Altra iba liderando el escuadro una vez más, Vikar cubriendo su espalda y nosotros dos en la retaguardia.

La base parecía desierta, a pesar de estar impoluta, casi a un nivel aséptico, los fluorescente pasaban por nuestras cabezas a medida que avanzamos; El yedi miraba en cada esquina antes de avanzar, se notaba que había sido entrenado para situaciones de batallas y a aguantar el estrés y tras dar indicar que podíamos avanzar de manera segura, proseguíamos con el periplo.

Parece que el camino principal es una gran pasillo hacia lo que Nellen siente una sala grande, quizás un zona de control, quizás algún tipo de almacén, de eso no puede estar segura. 

En cuanto avanzamos, la luz se apaga, saltando  las luces de emergencia, haciendo que nuestro campo de visión se redujera.  

Dos tiros laser, nos advirtieron de que aún había amenaza. Altra, ávido de reflejos , consigue desviar aquellos dos tiros, Vikar, el humano que parecía no tener ningún aprecio a su vida, comienza a corre haciendo de señuelo. 

Nellen, busca una cobertura, la viga que sujeta aquel pasillo que no parece tener fin, le sirve. Intenta Geolocalizarles, esforzándose al máximo, si lo ves, dará en el blanco.