Partida Rol por web

Dais una vuelta alrededor de los hermosos jardines del palacio real. Algunos de los nobles, que parecen conocer a la heredera de la casa de Asdria, se detienen a saludar a Kara. La mayoría no muestran ningún interés en Syraan y Nihal, pensando que son meros acompañantes de la joven noble.

Los jardines son... Hermosos se queda corto. Árboles y plantas cristalinas que se enredan y tejen paisajes de colores cambiantes según el espectro de luz que les golpee. Una enorme fuente de agua está salpicando en derredor de un anillo de flores, creando un efecto de arcoíris alrededor del jardin.

En uno de los momentos, Kara crees ver al mayor Ivorian, señor de una de las grandes casas, con el que negociaste hace un año para la alianza en la guerra. Y junto al arcoíris de agua ves a un grupillo de personas charlando distendidas, entre las que parece encontrarse un oficial militar, de mediana edad y expresión sonriente. Mucha gente se ha congregado a su alrededor, escuchando lo que dice. Lo curioso es que ese hombre no te suena de nada.

La mayoría de invitados son humanos, y muy pocos rompen la norma. Pero al fondo, cerca del militar aunque manteniendo las distancias, veis a un hombre de piel azul, sentado de espaldas a vosotros, vestido con ropas sencillas. Llama la atención su piel en ese gentío tan homogéneo.

Nihal asintió a la explicación de Kara sobre los juegos. Lo cierto es que la idea parecía atractiva, incluso divertida. Una sana competición de habilidad entre campeones que uniría a los participantes. Como cuando Syraan y él entrenaban en casa, en Iodarka. Se preguntó cómo sería participar en algo así, y si él tendría la oportunidad de hacerlo por la casa D’Asdria.

-Me gustaría participar en algo así… -Una sincera sonrisa se dibujaba en su rostro, pero pronto se ensombreció. La reliquia, Godot, la Orden Gris… –Aunque dudo que podamos tener el tiempo para hacerlo.

-Te seguimos, Kara. –Contestó, sonriendo a su recién descubierta hermana, cuando ella los guio por los jardines.

Como la mayor parte de los escenarios de la ciudad de cristal, los jardines del palacio parecían sacados del hermoso sueño de un artista imposible. La vegetación cristalina refractaba cada haz de luz, rodeando a los que allí paseaban con una miríada de arcoíris y juegos de luz. Para Nihal, que caminaba junto a sus hermanas, era como si hubieran vuelto a cambiar de mundo. Allí arriba, en los jardines, costaba trabajo recordar que el mundo no era tan hermoso y perfecto como aquel lugar. Que bajo esa belleza cristalina, el universo tenía tantas sombras como luces.

-¿Quién es ese militar que está hablando, Kara? –Preguntó, con el ceño algo fruncido. Después de lo sucedido con los mercenarios y lo que había aprendido del Imperio, el joven sentía un rechazo instintivo por lo militar. Sin otras referencias que el aspecto, esos eran quienes más habían llamado su atención. -¿Y ese otro hombre de piel azul?

-Dadme un momento… quiero probar algo. –Continuó, en voz baja. Daba por hecho que Syraan lo entendería, el hecho de que quería mirar aquel lugar con algo más que su mirada.

Así que, confiando sin dudar sus pasos al brazo de su hermana, cerró sus ojos para dejar que fueran otros sentidos los que le hablaran. Primero fue el oído, que le traía fragmentos de muchas conversaciones entremezcladas con el rítmico susurro del agua de la fuente. Luego el olfato, con el que sintió cómo el perfume de los invitados se combinaba con el olor de la propia vegetación de los jardines en una difusa pero agradable fragancia de fondo. Finalmente el tacto, que sentía la calidez del brazo de Syraan y el suave roce del cálido viento solar sobre su propia piel. Captó todo eso, pero no era lo que estaba buscando.

Su percepción ahondó aún más, tratando de sentir el acostumbrado tirón que emanaban aquellos que eran sensibles a la Fuerza.

Escuchó la explicación de Kara sobre los juegos, en parte le parecían divertidos pero si lo hacían como eran las fiestas temía que diferentes rituales sociales y protocolos arrasaran con la diversión. Escuchó la comunicación de M1, no era para ellos particularmente pero la preocupó lo que escuchaba, le parecía indicar que los sistemas automá estaban atacando al resto, mientras ellos estaban en aquella fiesta.

Entonces llegar donde estaba hablando aquel militar sobre el que preguntó Nihal y alguien que le llamó la atención y no para bien. El hombre de la piel azul. La preocupó aun más lo que su hermano estaba intentando hacer. Por lo que apretó con fuerza su hermano para romper su concentración.

-No, Nihal. Uno de la Orden Gris tenía la piel así. -Lo dijo en voz baja, solo lo sufiente para que Nihal y Kara le escucharan. No sabía si Nihal le había visto pero Kara y ella lo habían tenido enfrente. -Si están aquí debemos tratar de pasar despercibidos, o al menos retrasar el momento en el que nos reconozcan. -Al decir aquello miró su propio brazo, su piel destacaba casi tanto como la de aquel hombre.

-Kara, ¿puedes comprobar si es él? -Seguramente ella podría moverse en aquel lugar pasando más inadvertida que Nihal y que Syraan, además que conocía su rostro. Si era él la idea disparatada que había tenido en la reunión no lo sería tanto.

El gentió se agrupaba en pequeños grupos hablando sobre diversos temas de actualidad, Kara y sus dos acompañantes dieron un paseo mientras la joven cruzaba miradas y saludos con algunos de los presentes.

Tras unos minutos Kara se paró al reconocer a una importante personalidad, Aquel hombre de alli se llama Ivorian, es el señor de una de las grandes casas. Negocié con él la alianza para alzarnos en armas.

Tras la explicación el hombre con piel azul pareció llamar la antención de los tres, sin duda tanto él como el militar destacaban sobre los vestidos de gala predominantes. El comentario de Syraan hizó que la piel de Kara se le erizará por un instante.

No los conozco, pero intentaré enterarme, seguro que Ivorian debe saberlo.

La jovén se adelantó unos pasos para buscar la mirada del noble y una vez que se cruzarón aprovechó el momento para entablar una breve conversación con él.

Me alegro de veros, y veo que como siempre los años no pasan por usted. Parece que ha venido todo el mundo de la nobleza, incluso algún mando militar exclamó la joven como haciendose la inocente.

Siguiendo el movimiento de Kara, os acercáis al noble. Es un hombre de mediana edad, atractivo y de porte casi militar. El hombre tiene una pierna cibernética, que parece cojear un poco, y se apoya en un bastón para andar. Nada más oírle, notáis un marcado acento, suponéis que será habitual en su luna de origen.

- ¡Lady Asdria! - saluda con una amplia sonrisa a Kara, acercándose a ella y dejando con la palabra en la boca a un invitado. - Me alegro de tu regreso, joven amiga. Se te echaba de menos en la corte.

Parece que ha venido todo el mundo de la nobleza, incluso algún mando militar 

El hombre asiente.

- Toda la corte ha venido - asiente, con expresión neutra, y señala al oficial que tanto se ha rodeado de gente-. Y no solo la corte. Tenemos altos emisarios... La Alianza ha dejado que vuestra madre la represente, pero no han debido ser notificados... El Imperio ha mandado un embajador. Es ese hombre. He podido hablar con él, y es un adulador muy bien entrenado. Sabe hablar, es amable... El peor tipo de imperial, vamos. Contra mis buenos consejos, la reina ha accedido a que sean recibidos y expongan lo que quieran, en calidad de diplomáticos. Dice que no quiere crear un conflicto con potencias extranjeras, pero esa gente ya nos trajo el conflicto con su yugo. Ahora que nos hemos librado de ellos no deberíamos ni dejarles oler el aroma de Idorian. Pero lo siento, divago. ¿Quienes son tus compañeros?

kara sonrió dulcemente a la efusiva bienvenida del noble.

Bueno supongo que como siempre los rumores de la corte ya han hecho las presentaciones dijó mientras reía graciosamente.

Él es Nihal, mi hermano de sangre perdido y reencontrado y ella es Syraan su hermana de niñez.

La gran sonrisa de Kara desapareció tras las presentaciones para convertirse en una mueca más discreta.

Esta claro que las cosas han cambiado pero no deberiamos olvidar lo que el imperio intentó hacer. Esperemos que no den más problemas de la cuenta. ¿Sabés quien es él? dijó mientras dirigía la mirada al individuo azul.

Trató de mantener a su hermano atento pero sin usar la Fuerza, de momento era mejor ser precavidos. Si hiciera falta ya desplegarían lo poco que sabían, pero por cubrir a Godot y a los demás. Era malo que la Orden Gris supiera que estaban allí pero sería mucho peor que supieran de Godot.

Syraan saludó con la cabeza cuando Kara la presentó. Pero de lo que hablaban algo la preocupó. -Disculpad la pregunta, ¿pero el Imperio no había sido vencido? ¿Por qué tienen embajadores?

Zekk asiente con una expresión de curiosidad sobre la explicación de Kara sobre sus nuevos "hermanos". Se limita a ofreceros una reverencia como saludo.

¿Sabés quien es él? 

El Mayor se vuelve hacia el hombre que señalas, y niega.

- No - comenta, sin darle mucha importancia-. No me había fijado en él. Debe llevar allí apartado bastante rato. Quizás es uno de los diplomáticos... O puede que algún noble de Arakan - dice, mencionando una de las lunas del sistema.

-Disculpad la pregunta, ¿pero el Imperio no había sido vencido? ¿Por qué tienen embajadores?

Zekk niega, con expresión de disgusto. Está claro que no le gusta el Imperio.

- Vencidos... No sé si sería la palabra. El Emperador cayó, se les arrebató su poder del corazón de la Galaxia, expulsándolos de Coruscant, y gran parte de la milicia desertó o abandonó... Pero no han desaparecido - gruñe-. Todavía controlan numerosos sistemas donde la Alianza no ha conseguido imponerse o negociar su rendición. Al principio surgieron varias divisiones y grupos dentro de los Restos Imperiales, como aquí en Idorian con el Virrey. Eso los fraccionó y ayudó a la Alianza a irles arrinconando poco a poco. Pero ahora parecen haberse unificado de nuevo bajo un único sucesor del Emperador, el Gran Almirante Thrawn. Siguen estando en clara desventaja, pero empiezan a suponer una amenaza. En todo caso, no hay guerra abierta clara entre ambos frentes por el momento... Y eso da pie a que envíen diplomáticos. Supongo...

La intervención de Syraan lo arrancó de su meditación en el momento exacto en el que comenzaba a vislumbrar lo que buscaba. Sorprendido, se giró hacia ella a tiempo de escuchar sus motivos.

-Pero, Syraan… -Comenzó a explicarse. La prudencia era sensata, pero en ese caso el joven consideraba que, si alguien estaba en desventaja, eran precisamente ellos. –Piénsalo bien. Si la Orden Gris está aquí… entonces probablemente ya sepan que nosotros también. Si incluso los Dravvard sabían quiénes somos y que hemos sido entrenados en la Fuerza… debemos dar por hecho que tanto sus aliados del Imperio como la Orden Gris lo sabrán. Y si no lo saben, los rumores les llegarán rápidamente. El problema es que nosotros no sabemos nada… sólo lo que vi en mi sueño.

-Tampoco pensaba hacer nada raro. –Añadió, en un tono de disculpa. –Simplemente tratar de sentir a nuestro alrededor para saber si hay más como nosotros aquí. ¿De verdad crees que es tan peligroso?

Poco después, la conversación con el noble aliado atrajo la atención de ambos hermanos hacia los datos que éste estaba aportando. Así pues, el Imperio aún vivía… y es que, a los ojos de Nihal, la galaxia parecía crecer día tras día.

-Es un placer conocerle, Lord Ivorian. –Intervino Nihal, saludando al noble y devolviéndole la reverencia. –Mi hermana me ha hablado muy bien de usted y su casa en el poco tiempo que llevo aquí. Me alegra contar con gente como vos entre los asistentes.

-Decidnos, ¿sabéis algo de lo que Aneria puede estar preparando al convocar a toda la nobleza? –Preguntó sin tapujos. Zekk parecía un buen hombre, y estaba seguro de que perdonaría que se mostrarse algo más directo. –Y… supongo que aún no ha llegado, ¿verdad? O toda esta gente estaría ya arremolinada a su alrededor. Pero lo cierto es que me gustaría conocerla.

Cuando incluso Zekk dijo no conocer al hombre de piel azul, Nihal se giró de nuevo hacia Syraan con una expresión de pregunta pintada claramente en su rostro. ¿Puedo hacerlo ahora? Parecían gritar los ojos claros del joven.

Escuchó la narración de Ivorian, no le hacía gracia que el Imperio siguiera ahí de una forma u otra, quizás era otra amenaza que debían enfrentar o un posible aliado de la Orden Gris. No le parecía nada divertido en ningún caso.

Quería disculparse por su desconocimiento en algo que posiblemente era básico, pero creía que contra menos supieran de los dos hermanos mejor. -No es una buena situación, aunque mejor que una guerra abierta. Esperemos que le de tiempo a la Alianza a reforzar su posición.

Se acercó un poco más Nihal y habló con él en voz baja.

-De momento lo que saben no es ni correcto, piensan que somos alumnos de Skywalker, así que no saben de máma, papá o Godot. Creo que en este caso ganamos menos de lo que arriesgamos. Pero tu verás... -Trató que nadie más la oyera y no extenderse mucho, no le parecía decoroso.
 

-Decidnos, ¿sabéis algo de lo que Aneria puede estar preparando al convocar a toda la nobleza? Y… supongo que aún no ha llegado, ¿verdad? O toda esta gente estaría ya arremolinada a su alrededor. Pero lo cierto es que me gustaría conocerla.

- Los rumores son los Grandes Juegos - dice Zekk, encogiéndose de hombros-, pero yo ni me fio de rumores, ni me dedico a participar en los chismorreos de la corte. Y no sé si la reina ha llegado. Es costumbre que antes de la llamada de la Corte, donde expondrá sus ideas y llamará a diferentes contertulios, la Reina pasee un poco y salude a los vasallos. Quizás haya bajado ya, en todo caso estará en el interior del Palacio - comenta, encogiéndose de hombros de nuevo.

Kara observó bien al embajador imperial, sin quitar sus ojos de aquel hombre para recordar su rostro.

La sombra del imperio vuelve a estar presente, puede ser que no sea tan larga como antaño pero es mejor no subestimarla ni dejar de vigilarla.

dijo la joven finalmente volviendo de nuevo la vista al noble.

Bueno será mejor que no echemos a perder esta celebración por su presencia, no le robaremos más tiempo como siempre ha sido un placer.

Poca información más podían sacar de aquel hombre, y sería mejor continuar investigando.

Nihal escuchó con interés la respuesta del noble, y se disponía a responder cuando Kara dio por terminada la conversación. Aunque le sorprendió ligeramente, no dijo nada en contra. Al fin y al cabo, su hermana tenía mucha más experiencia que él en asuntos de la corte, y si ella creía que era mejor dar por cerrada la charla con el Ivorian, tendría motivos de peso.

-Ha sido un placer conocerle. –Dijo a modo de despedida, secundando a su hermana. –Hasta que volvamos a vernos, lord Ivorian.

Una vez que se hubieron alejado unos pasos del hombre, el joven retomó la conversación con una voz deliberadamente baja para que sólo sus hermanas pudieran escucharlo.

-Ese hombre ha dicho que la reina podría haber llegado ya… -Comentó con cierta inquietud. No lograba quitarse de la cabeza el papel de Aneria en el devenir del futuro, aunque no supiera exactamente cuál podría ser. –Tal vez podría ser interesante entrar para averiguarlo.

-O… si no… -Terminó, con su mirada deslizándose hasta llegar al extraño hombre de piel azul. –Siempre podríamos abordarlo directamente. A veces, los rodeos sólo sirven para perderse. Además, él también podría haberse fijado en nosotros. ¿Qué decís? ¿Salimos de dudas… o continuamos el paseo?

Lord Ivorian se despide con un sencillo saludo, y se acerca a saludar a otros nobles. Una pareja de lores de una pequeña luna, saludan brevemente a Kara mientras decidís por donde moveros. A vuestro alrededor todo sigue igual: no veis el interior del palacio desde esa zona de los jardines.

El militar, imperial según os a informado Ivorian, ha reunido a un mayor gentío a su alrededor que parece escuchar como debate con suma atención. Y el hombre de piel azul parece distraído, sentado a la vera de una fuente, y observando todo a su alrededor, aunque sigue dandoos la espalda.

-Puede que ya sepa que estamos aquí pero mejor retrasar el momento. Si reacciona de forma airada. -O lo hacían ellos. -Sería una oportunidad desperdiciada para llamar la atención y ayudar a los otros. -Si era él, le encantaría enfrentarlo, tratar que la gente de la reina le hiciera algo horrible. Pero el objetivo era la reliquia, era lo que había prometido proteger, cualquier otra cosa debía quedar postergada.

-Kara si puedes rodear y ver su rostro quizás le reconozcas. Si quieres puede acompañarte Nihal, a mi me reconocería demasiado rápido. -Dijo señalando la blanca piel de su brazo. -Después deberíamos buscar a la Reina y tenerla controlada. -Una vez supieran dónde estaba podían seguir con el plan. Pero estaba claro que debían tener cuidado no solo con la Orden sino con los posibles enviados del Imperio.

El camino continuaba y más caras conocidas se abrían paso entre la multitud, Kara asintió a Nihal y Syraan

Creo que Syraan tiene razón, mejor no llamar la atención hasta que sea necesario

Su ruta hacía como una especie de medialuna intentando ganar el perfil de aquel individuo para verlo mejor sin que el se percatara de la presencia de los tres jóvenes.

Vosotros sois jedis, ¿podéis sentir algo?¿alguna amenaza cercana o algún usuario de la fuerza?

La noble no sabía muy bien de lo que hablaba, pero conocía algunas cosas de los cuentos y leyendas que le habían contado de pequeña

Antes de que Nihal la culpara por no dejarla hacerlo, quiso ser ella la que aceptara la responsabilidad. -Estamos muy lejos de ser un Jedi o algo parecido a ellos. -Sonrió con una ligera tristeza. -Aunque a veces sin intentarlo, podemos sentir algo y de forma más activa podemos intentarlo por nosotros mismos. Pero es como cuando estrechas los ojos para ver más lejos, ves algo mejor pero tienes una cara ridícula que todos pueden reconocer. Solo que en este caso sería otro usuario de la Fuerza. -Esperaba que aquella pequeña explicación le sirviera a Kara.

-Nuestra madre era una jedi. -Dijo, corroborando las palabras de su hermana, y frunciendo el ceño. Resultaba extraño estar rodeado por Kara y Syraan, dos hermanas de dos mujeres a las que igualmente habría de llamar madre. -Kai, quiero decir. Nosotros aprendimos de ella, pero aún estamos muy lejos de poder compararnos con lo que ella era. Y además...

Nihal calló, pensativo, sin llegar a terminar la frase. Pensaba que el camino de su madre tal vez no terminara siendo el suyo propio. Que tal vez, nunca llegara a ser un jedi. Aunque, en realidad... jedi sólo era un nombre, como la Orden Gris era otro. Lo importante era seguir siendo él mismo.

-En cuanto a lo de buscar... lo hablaba con Syraan hace un momento. -Continuó, cambiando de tema, y sonrió de forma algo forzada. -Yo iba a intentarlo... se me da bien buscar cosas a través de la Fuerza. Pero ella cree que, si hay otros usuarios de la Fuerza, podría llamar su atención. La verdad, no estamos realmente seguros de si eso pasaría... pero es un riesgo a tener en cuenta.

Kara asintió a las explicaciones comprendiendo lo que le querían decir. Os entiendo pero ¿quien os dice que si hay otros como vosotros no os han detectado ya? o que los rumores ya hayan hecho las presentaciones antes si quiera de poner un pie en el planeta. Ya habéis podido comprobar que no erais desconcocidos aquí, los rumores en la corte son más rápidos que cualquier nave y que sois usuarios de la fuerza puede ser algo que ya haya trascendido.

Kara se volvió hacía los dos, mientras intentaba obtener un angulo para poder ver al hombre de piel azul.

Ya no hay tiempo de ser prudentes, estoy seguro que esa gente nos lleva varios pasos por delante y necesitamos arriesgar para poder anticiparnos a sus movimientos o cuando nos enteremos de lo que pasa será demasiado tarde.