Partida Rol por web

Entre todas habíamos conseguido que Rubí volviera a sonreír aunque ese día no fuera uno de los mejores de su vida pero al menos nos tenía a nosotras para alegrárselo un poco.

Nos sentamos todas a comer, BK hablo con la boca llena y sonreí alegre ante la broma, era la mejor forma de hacernos pensar en otras cosas que no fueran los estudios.

Salude a Mitsuki con una mano ya que tenia la boca llena pero ella retiro la mirada y se sentó junto a Yuki, lo cual me hizo pensar que había pasado algo mas, luego hablaría con ella sin falta.

Asentí cuando Rubí comento de ir a ver el tablón para las horas de los club.

Después Rubí pregunto si había algún otro club interesante:

-¿no habías decidido ya, Rubí-chan? Querías apuntarte al club de piscina en verano como las demás. Pero yo ya te comente que el club de teatro necesita actrices…-dije dejándolo caer por si acaso esta vez aceptaba.

Yo sigo pensando en que deberíais apuntaros conmigo al club de cocina. ¡No hago más que pensar en las pastas que haré para tomar por la noche con vosotras!

El rostro de Tamao se iluminaba cada vez que hablaba de lo que pensaba hacer.

Fran parecía agradecida de que Shion estuviese ayudándola, pero no terminaba de conseguir ese punto de seguridad que necesitaba. Seguramente, durante mucho tiempo nadie habría estado a su lado cuando más lo necesitaba y en esos momentos, iba a costarle mucho conseguir esa tranquilidad que necesitaba.

- No lo sé... sigo pensando que esto no se me da bien. Lo mío es más la música y los deportes, ¿sabes? Los estudios... me distraigo con facilidad. No soy buena haciendo cosas que no me gustan.

-¿Y quién lo es? Por eso a estas cosas se les llama... trabajo. Pero eso no significa que no podamos hacerlo. Además, si solo siguiéramos nuestros instintos, ¿qué sería de todas nosotras? Vale que nos dejemos llevar de vez en cuando, por ejemplo cuando nos gusta alguien, pero a veces hay que hacer caso a la razón.

Por suerte, Fran parecía dispuesta a seguir trabajando, y así se lo comentó a Shion. Eso le agradó, y la joven presidenta de Spica sonrió.

-Estupendo. Nos veremos entonces dentro de dos días, igual que hoy, después de comer.

- Gracias, Shion. Si alguien, alguna vez, te molesta, o tienes algún problema, sólo tienes que decírmelo y yo te ayudaré en lo que necesites. Aunque sigo pensando que deberías pensar un poco más en ti. No todas te lo agradecerán como yo, Shion. Algunas personas pueden ser muy egoístas. 

-Lo tendré en cuenta, Fran, muchas gracias. Pero lo que necesitaba era precisamente encontrarme con alguien como tú, dispuesta a intentarlo. Para mí eso es muy importante, ¿sabes? ¿Qué sería de todas nosotras si nadie intentase hacer cosas que sabe que le cuestan? Por eso el tiempo que hemos echado hoy justifica todo lo que he hecho el resto del día. De todo lo malo se puede sacar siempre algo bueno, y esa has sido tú, Fran.

Tras trabajar, la joven guitarrista se estiró y Shion se levantó para irse.

Era verdad que estudiar era todo un... trabajo, pero la peliblanco estaba segura que a otras les era mucho más fácil hacerlo que a ella, por lo que dudaba de que fuera tan simple en su caso. Sin embargo, debido al hecho de que no quería decepcionar a Shion, la joven rebelde estaba más que dispuesta a dar lo mejor de sí. Además, estaba claro que, si no lo hacía, tendría problemas en Spica, y podrían expulsarla o algo parecido, lo que significaba que no podría ver a sus amigas ni continuar conversando con las chicas que realmente apreciaba en aquel sitio. Eso y el hecho de que no le gustaría que la representante perdiera su tiempo sin ninguna clase de resultado tras todo aquel esfuerzo de su parte.

- Prefiero los instintos, la verdad... - Comentó un tanto en broma, dejando en claro que comprendía lo que la chica había intentado explicarle, incluso si deseaba bromear un poco al respecto. Sabía que tenía que dar un poco de esfuerzo de su parte, por más que fuera molesto y realmente aburrido. Por fortuna, estudiar con la representante no era tan malo que si lo hacía sola, por lo que aquello era algo que agradecer, sin lugar a duda. - Está bien, Shion. Te entiendo. Gracias por tu ayuda. Incluso si soy más dura que una piedra. - Aseguró al final, aunque no porque quisiera despreciarse a sí misma, sino más bien porque quería divertirse un poco con esas palabras, no sólo para animar a la rubia que también parecía haber tenido un mal día, sino también para mejorar su propio humor.

- Eso no es nada a comparación de lo que tú me ayudaste. Así que recuerda que puedes contar conmigo en lo que sea. - Le aseguró con cierta alegría a la representante, mientras veía cómo se levantaba para posiblemente marcharse. Tal vez, no sería una mala idea presentarla al resto de sus amigas, teniendo en cuenta que la chica siempre parecía estar ocupada con algo y Fran estaba segura que necesitaba divertirse un poco más. No obstante, cuando la guitarrista escuchó que ella era "algo bueno" que Shion había logrado hallar, no pudo evitar sonrojarse levemente ante aquellas palabras. Rara vez alguien le decía esa clase de cosas, por lo que no sabía muy bien cómo reaccionar sin sentirse un poco avergonzada. Usualmente, la mayoría pensaban que era muy caótica, que no hacía otra cosa más que causar problemas, por lo que, escuchar un cumplido así... era de apreciar. - Gracias... tú también eres algo bueno. Eres alguien muy amable, y por eso no me parece bien que no sepan apreciar tu ayuda como corresponde. - Afirmó al final rascándose la mejilla un tanto nerviosa, aunque también enojada por dentro con el hecho de que la representante hubiese tenido una mala experiencia con las otras chicas.

Al ver que Shion parecía estar a punto de marcharse, la peliblanco optó por acompañarla hasta la puerta, la cual estaba tan sólo a unos pasos, obviamente, pero le parecía educado, de su parte, despedirse de ella, luego de todo el tiempo que le había dedicado. Incluso si aún estaba vestida tan sólo con aquella camiseta negra, de una manera ciertamente despreocupada. - Entonces, quedamos dentro de dos días. Aunque, si quieres hacer algo, no dudes en decírmelo. - Aseguró en un tono gentil, a la vez que buscaba su móvil sobre la cama, esperando que la representante agregara su número, por si necesitaba hablar de algo, si quería salir a tomar un helado o algo parecido. - Cuídate. Si alguien se mete contigo me lo dices y se las verá conmigo. - Prometió con clara determinación, sabiendo que aquello era lo mínimo que podía hacer por Shion. Ahora era parte de su pequeño circulo de amistad, por lo que se preocuparía por ella como era debido. Tras decir aquello, abrió la puerta, no sin antes dedicarle una sonrisa brillante a quien había resultado ser una excelente persona. Por otro lado, no se había olvidado de que aún tenía que encontrarse con Kaname para cocinar.

Terminé de comer y me levanté a ver si podía robar algún postre de otra mesa pero entonces escuche a Rubí, y cambie de dirección arrojandome sobre su espalda y abrazandola con un brazo por el cuello.

-Ven a esgrima conmigo, Rubí! Nos divertiremos, y lucharemos contra los enemigos!

Exclame apartandome de ella y simulando un combate imaginarió junto a la mesa.

-Seremos las guardianas de Astraea!

Sonreí ligeramente ante la muestra de emoción de Suzumi por los horarios de los clubs -Hola Mitsuki- saludé menos animada que de costumbre tan pronto como la vi llegar, antes de mirar si venía seguida por alguien más; al notar que la persona que buscaba no estaba con ella me sentí algo preocupada y agaché la mirada hacia la bandeja, me sentí tentada a mandarle un mensaje pero... negué con la cabeza de pronto y golpeé mis mejillas para despertar y salir de aquella espiral de negatividad antes de coger una servilleta y envolver en ella una de las pastas que había cogido y esconderla en mi maleta sin dejar de escuchar lo que las chicas hablaban -yo, Hina y Fran también nos apuntamos al club de esgrima- expliqué ante las palabras de Rebecca -y hoy me iré a apuntar al club de confección, si me dejan- añadí riendo ligeramente al final antes de mirar a la peliazul -tres son muchos clubs, lo siento, pero estaré encantada de comer esas galletas siempre que quieras- me ofrecí a la vez que sentía rechazar su oferta sobre apuntarme al club de cocina, sobretodo teniendo en cuenta que habría estado apunto de hacerlo si no hubiese sido por aquel encontronazo...

Las palabras de Ayami asegurando que comería sus galletas, hicieron que Tamao sonriese complacida. Tenía por fin a una posible "clienta" para sus pastas.

-Estupendo. Pues prepararé una doble ración y así podremos tomárnoslas juntas. Estáis todas invitadas, claro. Organizaré una pequeña fiesta en cuanto tenga suficientes.

Continuó comiendo mientras escucha a las chicas y sus comentarios y proposiciones para que se uniera a uno de esos 3 clubes.

Se quedó pensando en el club de teatro, de esgrima, y el de cocina... Pero cuando volvió sobre las palabras de Bk, no pudo evitar sonreír. 

-"Las Guardiana de Astrea" parece el título de una obra o de un manga, sería interesante poder hacer algo así-

Teniendo en cuenta también la comida de Suzumi, le hizo una proposición. 

-Suzu-chan, una fiesta de té, no sólo promocionar tus galletas, sino que también podrías darles un nombre... Algo cómo... "Las delicias de Astraea" o algo por el estilo, se venderían bien, y reacudarias fondos para el club de cocina-

Comentó Rubí antes de tomar la caja de jugo y beber un poco, esperando que le agrade. 

A Tamao le encantó aquella idea. ¡Darle un nombre a sus galletas!

-Es... una idea estupenda, pero ya que se te ha ocurrido a ti, les pondré tu nombre, si te parece. Las llamaré, "Las delicias de Ruby".

Tras decir eso, Tamao no pudo evitar sonrojarse ligeramente. Ruby le gustaba más a cada momento que pasaba, aunque le daba mucha vergüenza pensar en ello y mucho menos, expresarlo públicamente.

-Es una genial idea! Necesitaremos muchas galletas si vamos a luchar contra los malvados

Exclame aún haciendo mi númerito contra el enemigo. Todo eso iba a ser genial, en mi mente ya nos veía a ambas vestidas de guerreras magicas y enfrentando a quien se atreviera a meterse con cualquiera de la escuela.

-Yuki y yo podemos sacarles fotos y pegarlos por la escuela para promocionarte!

Agregué abrazando a Yuki por la espalda y apoyando el mentón sobre su cabeza.

-Entonces vamos a ser compañeras en la lucha contra el crimen, Rubí-chan?

Las demas no habian tardado en ofrecer a Rubí unirse a sus respectivos clubs y parecia que su popularidad aumentaba al igual que mi enfado con Tamao que aunque estaba intentando ser neutra con ella Rubí no se lo estaba poniendo nada facil, ¿se iba a convertir en una costumbre dejar la bandeja de la comida a medio terminar?. No estaba siendo muy agradable la charla por lo que procure terminar mi comida para salir de alli lo antes posible, igual podia acercarse a la mesa de Atashi y Chihaya a modo de protesta.

-ya veo que solo hablais de galletas…-dije a modo de despedida mientras me levantaba y recogia mi bandeja y despues de dejarla en uno de los estantes de bandejas sucias fui a la mesa de las chicas de teatro:

-hola, chicas. ¿habeis conseguido mas miembros? Esta tarde estamos a tiempo de conseguir algunas mas-dije entusiasmada.

Mai se sentó junto Takemura y a Harumi, que estaban en mitad de la comida, y ambas la miraron sorprendidas. La habían visto junto a sus amigas y de repente las había dejado para ponerse a su lado, como si estuviese enfadada por algo.

-Pues... lo hemos intentado, pero por el momento no hemos encontrado a nadie más. Muchas se apuntan más tarde, cuando hay que representar la obra oficial de Astraea, pero ahora no suelen hacerlo. Todos los años sucede lo mismo.

En ese momento, Momomi se levanta a dejar su bandeja, pero en lugar de marcharse, se acerca a vuestra mesa, os saluda y después, se dirige a Mitsuki.

-Hola chicas. Mitsuki voy a ver si han colgado el horario de los clubs. ¿Vienes conmigo o nos vemos dentro de un rato?

Me sorprendió ver que Mitsuki no se sentara con Momomi, sino que en su lugar... se sentó conmigo -¿Pero porque se ha sentado conmigo?- pensé mientras que por algún motivo me sentía incómoda por la situación y me sonrojaba. Agradecía el gesto de querer sentarme conmigo... pero por otro lado que me hubiese dado ese trato especial me hacía sentir que no me lo merecía y me sentía en un apuro.

Me quedé callada comiendo mientras miraba con timidez a las demás chicas y las escuchaba hablar -Podrías apuntarte al club de fotografía...- pensé, pero no dije. Todo el mundo le decía a Rubi un montón de clubes a los que podía meterse; y a mi me daba cosa decirle tambien el mío, no quería presionarla con muchas opciones.

Todo estaba más o menos tranquilo, y habían surgido ideas de que les pusieran nombres a las galletas y que las vendieran. Y parecía que a Tamao le gustó esa idea. Todo bien... hasta que BK me mencionó sobre algo de hacer carteles, Hasta ahí todo bien... menos cuando de seguido me abrazó por detrás. En ese momento me quedé cuasi-paralizada, y con el rostro algo pálido a la vez que las mejillas se me sonrojaban -Re-Re-Rebecca... _n-no...- dije con voz muy temblorosa y baja, cuando se me iba contagiando el temblor por todo el cuerpo. Sigo... sigo sin llevar bien el contacto físico. Y como era inevitable, de mi nariz fue saliendo un hilito de sangre... y de solo que pensar que me estaría viendo toda la mesa, me puse más nerviosa, y por el otro agujero salio otro -_{Pa-pánico... Su-su-suelta... po-por fa-favor...}- pedí con una voz ya infrasónica, suplicando un poco.

Al sentarse a su lado, la pobre Yuki dibujó una expresión extraña en su rostro. Quizá no le apetecía que se hubiera sentado allí. De todos modos, ya era tarde para cambiar de sitio, así que se decantó por dedicarle una sonrisa como gesto de paz. Aunque tenía el estómago vacío, tampoco se sentía especialmente animada, por lo que se dedicó a dar pequeños bocados y a remover un poco la comida con los palillos. 

Al rato, Mai se levantó de la mesa. Mitsuki suponía que se debía al extraño nombre que Tamao había decidido ponerle a sus galletas. La joven se debatió entre levantarse e ir con ella, o entre quedarse allí sentada. Y decidió la segunda opción al recordar lo que había pasado aquella mañana. Además, Mai se había sentado con las otras dos alumnas del club de teatro. 

El siguiente episodio que rompió la tranquilidad de la comida fue el efusivo abrazo que le dio BK a Yuki, y que hizo que la fotógrafa comenzara a sangrar por la nariz. Mitsuki sintió la necesidad de actuar para ayudar a Yuki (bueno, quizá sintió la necesidad de actuar porque le gustaba decirle a los demás qué tenían que hacer, para qué engañarnos), pero tampoco sabía muy bien cómo, al fin y al cabo, BK no lo había hecho con mala intención; así que la chica cogió una servilleta limpia y se la tendió a Yuki para que se limpiara cuando BK acabara su achuchón mortal. 

Casi a la vez, Momomi terminó de comer y se acercó a la mesa. Era la oportunidad perfecta. Las cosas no podían estar yendo peor para ella, así que sintió la llegada de Momomi como si un ángel celestial descendiera del cielo para sacarla del meollo. -Sí, vamos juntas. Hasta luego -se despidió del resto de sus compañeras, cogió su bandeja de comida a medio terminar, y se posicionó junto a Momomi para irse del comedor.  

Momomi se dio cuenta de que Mitsuki no tenía demasiada buena cara. Había aceptado rápidamente ir con ella, demasiado rápidamente, y eso, aunque le complacía, le daba a entender que no deseaba permanecer durante más tiempo en la mesa con las demás.

Era como si el ambiente entre las chicas estuviese enrareciéndose y no sabía muy bien por qué, dado que ella no podía ser el tema de ninguna discusión al estar fuera. Aquella había sido una sabia elección.

-¿Estás bien? -le preguntó mientras salían -. Me ha dado la impresión de que querías escapar de allí.

Entonces vio la mano vacía de Mitsuki, sonrió y entrelazó sus dedos entre los de ella.

-Claro que me alegra que haya sido así. Tenía ganas de estar contigo.

Observando toda la situación, el rostro rojo de Tamao, la imperativa Bk que no dejaba de hablar sobre luchar contra el crimen, el enojo de Mai, y el malestar de Yuki, hizo que Rubí se sintiera un poco incomoda, y más con la pobre Ayako, que había hecho tanto para animarla, y vió que le estaba correspondiendo muy mal, las proposiciones del club de esgrima no eran presisamente su fuerte, y la cocina se le daba fatal.

Tal vez, algo más orientado al arte, estaría mejor.

Volviendo a la proposición de Mai para unirse al club de Teatro, llegando a la conclusión que para escribir sobre un personaje, o un hecho o una acción en concreto, tenía que ir a aquellos que encarnaron a personajes de la literatura. 

Sin darse cuenta de que en el proceso del pensamiento había comido muy rápido, su cuerpo sólo se activo en modo comida, y al ver su bandeja, ya no había nada, eso fue un proceso automático de su cuerpo que ocurría únicamente cuando la inspiración llega, sin importar lo que haga, simplemente se hace en un estado de "piloto automático". 

Antes de volver a dirigirse a las chicas pensó con cuidado sus palabras. 

-Bueno, yo ya terminé dejaré mi bandeja ahora, con respecto al club de esgrima, lo cierto es que no tengo talento para la espada, soy una completa inútil, al igual que en la cocina-

Dijo con un rostro lleno de resignación y vergüenza, esbozando una sonrisa triste. 

-Bueno chicas las veo después... A y Suzu-chan, quiero probar tus Rubí galletas, apuesto que serán muy deliciosas-

Dijo con una sonrisa feliz, dejando de lado la expresión anterior, mientras que Yuki-chan y Mitsuki se van, también se despide de ellas. 

-Nos vemos, cuídense-

Pero la dirección que tomó no fue a la salida,si no qué fue a una de las otras mesas, para hablar con Mai en privado. 

Se acercó por un costado para sentarse en la mesa del club, solo 3 chicas hay ahí, de las cuales solo conoce a una, y Mai fue la primera en mostrar preocupación por ella, cuando estaba en ese estado tan triste, y quería corresponderle para que no se enoje, mientras la pelirroja busca la forma de apasiguar las aguas entre ella y Tamao.

-Bueno, aquí estoy, quiero unirme al club de teatro, llegué a la conclusión de que si quiero ser escritora, primero tengo que encarnar las emociones de distintos personajes, para poder después plasmarlo en el papel- 

Mirando a las tres con determinación, ya que es lo que aspira a hacer, para motivarse y progresar en sus sueños, y tal vez también, le ayude a dejar de lado esa inseguridad que acarrea en su ser. 

Abrí los ojos grandes al escuchar a Yuki, y me aparte rapidamente tratando de actuar lo más normal posible pero el mal estaba hecho. No quería que todos la miraran por mí culpa.

"Piensa, piensa, piensa!"

Sin embargo no hizo falta porque en medio todo el mundo se fue de la nada. Suspiré desilucionada y me senté junto a Yuki, apoyando los codos en la mesa y sosteniendo la cabeza con las manos.

-Lo siento

Murmure por lo bajo para Yuki, evitando mirarla para no exponerla más de la cuenta. Voltee en su lugar hacia la ventana, mirando hacia el patio con indiferencia.

Como era de esperar, nada más me fue dando aquel ataque de pánico varias compañeras se movilizaron. Por ejemplo BK me soltó inmediatamente nada más me vio con la sangre en la nariz, mientras que Mitsuki me tendió una servilleta limpia que conseguí tomar cuando dejé de notar entumecidas mis extremidades. La cogí rápidamente y casi me la estrellé contra la cara, para taparme los orificios nasales y limpiarme la sangre -_{Gra-gracias Mi-Mitsuki...}- agradecí con voz muy fina y tenue aún recuperándome del pánico que me había dado.

Por otro lado, BK parecía estar muy arrepentida por haber causado esa situación tan incómoda para mi... pero no quería que se sintiera mal por ello. Sentirme responsable de que esté así me haría sentir incluso peor -_{N-no t-te po-pongas a-así po-por fa-favor... que n-no e-es cu-culpa tu-tuya...}- le intenté decir con tono muy bajo y tartamudeando demasiado. Yo lo intenté, pero tampoco tenía demasiadas fuerzas para decirlo... aún me estaba recuperando.

Y la verdad, es que con tantas chicas a mi alrededor no me ayudaba a recuperarme. Por lo que, aprovechando que Mitsuki ya se iba, pues quise aprovechar para irme también... ahora prefería estar con la menos gente posible, para ver si así conseguía encontrarme mejor -_{Yo ta-también me vo-voy... ha-hasta lu-luego...}- me despedí también de ellas mientras me llevaba mi bandeja. Dejé un segundo por si alguna me quería acompañar o decirme una cosa más.