Partida Rol por web

The Elder Scrolls - Helgen

[Rol libre] Los lugares que he visitado

Cargando editor
31/01/2018, 03:13
Seretide

9 de Helada, Madrugada, Cueva

Dio un respingo, al sentirse caer en el agua,  emergiendo con la cara totalmente cubierta por su melena grisácea, apelmazada contra su rostro a causa de la humedad. Boqueó, retirando el pelo hacia atrás,  y lo miró, con los ojos entrecerrados, nadando hacia él para, una vez frente a su rostro apretar los labios y... Dejar salir un chorro de  agua a presión que le salpicada de lleno, antes de abrazarse a su cuello, riendo ella ahora también. 

- Eres un crío. - negó con el rostro, besándolo, efusiva, emitiendo un leve ronroneo complacido, antes de llevar las manos a sus ropas, empezando a desabrocharlas.- Sea como sea, no pienso cocinar para ti. Con choza o sin ella. Pero sí que pienso comerte... Muchas veces.-añadió, mordiendo suavemente el lóbulo de su oreja.

Cargando editor
31/01/2018, 03:13
Kennard Baylor

9 de Helada, Madrugada, Cueva

El agua burbujeaba a vuestro alrededor mientras Kennard se afanaba en tenerte cerca, cuando le lanzaste el chorrito hizo un acto reflejo de esquivarlo, pero lo recibió enteramente solo para, a continuación, recibirte a ti. Te besó con pasión, con una intensa llama que hervía en comunión con las aguas termales.

Y tú terriblemente vieja. repuso riendo después de que vuestros labios se separaran. Te contempló con una mano en tu mejilla mientras te ayudaba a quitarse la ropa. Me parece perfecto. Te daré de comer siempre que quieras... dijo pícaro. Y créeme.. para que te coma yo.. no hará falta que cocines..

Desprendiéndose de sus prendas, el sacerdote volvió a besarte con necesidad, notabas su agarre firme en el trasero y el robustecido miembro que afloró tras retirarse los calzones. Te miró a los ojos una última vez para confesarse.

Te deseo. hizo una pausa, no de duda, sino porque no quería que perdieras detalle de lo que fuera a decir a continuación. Te amo.

Cargando editor
31/01/2018, 03:13
Seretide

9 de Helada, Madrugada, Cueva

- ¿Me acabas de llamar vieja? - dijo, con fingida indignación,  antes de recibir su beso necesitado, de percibir la excitación manifiesta en su cuerpo, provocándole un jadeo. Lo miró fijamente,  al notar su pausa. Volvía a sonrojarse, sintiéndose sobrecogida. Lo percibía tan cerca... Tan honesto... Que habría sido incapaz de responder con palabras.

Tomó su rostro con ambas manos y se fundió con su boca, encontrando sus labios, de nuevo, terriblemente familiares. Se pegó a su cuerpo, con apego, con la misma necesidad que él parecía demostrar en sus gestos- Hacía mucho tiempo que nadie me decía algo así...- confesó, rozando sus labios con los del sacerdote, despacio- Tómame... Ayúdame... A deshacerme de esa sensación desagradable de esta noche. Haz que recordarte a ti merezca más la pena...- lo miró entonces, anhelante- Por favor...

Cargando editor
31/01/2018, 03:14
Kennard Baylor

9 de Helada, Madrugada, Cueva

Tu petición fue recibida con devota entrega, liberado de sus prendas, Kennard te tomó del trasero alzándote lo suficiente como para que su verga hallara el camino. Si bien le costó hacerlo por el agua que ejercía trampas juguetonas, el sacerdote finalmente dirigió con la mano su verga a tu entrada. Y cuando te penetró notaste el cuerpo del hombre temblar, y acalló esos temblores con un intenso beso que unió labios y lenguas con necesidad.

Al entrar hasta el fondo de tu ser, Kennard le bastó una mano para sostenerte, y con la otra alzó tu barbilla para que le entregaras el cuello, el cual empezó a besar con pasión. Beso a beso, mordisco a mordisco, el cuerpo del sacerdote friccionaba tu interior con desquiciante parsimonia. Flotabas en el agua, apenas sostenida por una mano, ya que la otra, tras alzarte la barbilla, atacaba impunemente uno de tus senos amasando a placer.

Cargando editor
31/01/2018, 03:15
Seretide

9 de Helada, Madrugada, Cueva

Un gemido prolongado, deseoso, suave, se escapaba de sus labios al sentirlo, una vez más, en su interior. Intruyendo en ella, despacio, hasta llenarla por completo. Echó la cabeza hacia atrás bajo la petición muda de su mano, entrecerrando los ojos, jadeando ante el roce de sus labios y de sus dientes, desmadejándose, confiando en su agarre para dejar caer los brazos, hundiendo las manos en el agua, percibiendo, mientras se mordía el labio inferior y lo dejaba escapar, lentamente, cómo se movía, rozándola, con aquella deliciosa y desquiciante parsimonia. 

Cruzó las piernas tras su espalda, aferrándose a su cuerpo, profundizando aquella experiencia, siguiendo exactamente el ritmo que le marcaban sus dedos aferrados a su talle, dejando escapar su respiración cadenciosa, notando cómo el agua cálida la mecía cada vez que Kennard la penetraba.

Cargando editor
31/01/2018, 03:17
Kennard Baylor

9 de Helada, Madrugada, Cueva

Apretó tu cuerpo al suyo, haciendo que tus pechos finalmente se apretaran contra su torso al abandonar el amasar de tus pechos para agarrarte firmemente del trasero y, ahora, amasar tus nalgas. Te besaba desaforado, acallando los gemidos y chapoteos por cada vez que te penetraba, el agua salpicaba por doquier, pero lo que más sentías era su verga llegar hasta el fondo de tu placer.

Ibas notando como tus duros pezones casi pretendían rasgar la piel del sacerdote, como tu leche manaba empapándole sin que aquello le importara, pero mientras el sentimiento permanecía tomando la máscara de la lujuria y el deseo, con tu boca tomada por la suya, un peregrino dedo buscó otro oquedad donde introducirse.

Y la encontró, la visitó tímidamente, pero tomaste conciencia de que aquello no iba a hacer otra cosa salvo crecer en intensidad.

Cargando editor
31/01/2018, 03:18
Seretide

9 de Helada, Madrugada, Cueva

Correspondió sus besos, rozando sus labios, su lengua, succionando de ella como si realmente le resutlase un manjar exquisito, apretando el agarre de sus piernas cada vez que sentía que la penetraba hasta el fondo de su ser, para percibirlo en toda su extensión y detalle, ahogando las manifestaciones vocales de su placer en su boca hambrienta.

Notó cómo algo, de pronto, amenazaba con intruir en sus oquedades más estrechas, dando un respingo, y llevando las manos a sus hombros, para agarrarse, mirándolo, aún obnubilada por los efectos del alcohol pero plenamente consciente de sus intenciones. Su respuesta se hizo manifiesta cuando, inclinando el rostro, lamió todo el largo de su cuello, con una exhalación, para culminar su recorrido mordiendo, lentamente, el lóbulo de su oreja, dejándolo escapar, para volver a buscar su boca.

Cargando editor
31/01/2018, 03:20
Narrador

9 de Helada, Madrugada, Cueva

Tras la dura experiencia, ambos se unieron en repetidas ocasiones aquella noche con el afán de satisfacer el largo tiempo que no habían estado juntos. El deseo y la lujuria reinaron en la cueva, pero también una mezcolanza infusa de sentimientos que no tenían una forma definida e iban y venían de forma inconstante entre el nórdico y la dunmer.

Cargando editor
31/01/2018, 03:27
Kennard Baylor

9 de Helada, Madrugada, Cueva

Con el azote de la pasión disipándose, Kennard se arrastró junto a ti tras los innumerables besos que os entregabais. Pudiera ser una obvia exageración, pero perdida la noción del tiempo y la realidad, cada beso se convertía en germen de una promesa silenciosa únicamente quebrada por vuestros suspiros al separarse los labios. Kennard terminó su ascensión junto a ti, te llevó contra su pecho dejando que escucharas su corazón aun latir por ti, el eco de un tambor cada vez más lejano hasta convertirse en un síntoma de lo perfecto.

El sacerdote acarició tu pelo con suavidad, delegando besos en tu frente, perdiendo sus dedos en tu nuca, buscando tus ojos entrecerrados que buscaban el sueño cada vez con mayor ahínco. Obnubilados, Kennard te besó los labios, dijo algo que no llegaste a escuchar y, cuando el sopor se adueñó de ambos, acunó tu cabeza contra su pecho no por protegerte, aunque en el gesto había implícito un mensaje parecido, sino porque igual que los besos que no supisteis contar, ese instante lo era todo. 

Cargando editor
31/01/2018, 03:27
Seretide

9 de Helada, Madrugada, Cueva

Lo primero que sintió al salir de la dulce inconsciencia del sueño, fue aquella sensación familiar de tener el estómago contraído y la cabeza metida en el interior de un cajón de sastre. Una pesadez nauseabunda, un dolor que latía, martirizante, entre sus sienes, provocando que un quejido, por lo bajo, se escapase de sus labios, sin haber despertado aún del todo.

Trató de desperezarse, de estirarse, y sintió que le dolía cada músculo del cuerpo, como si de hecho se hubiese metido en una gran pelea. Notaba la cara interna de los muslos adolorida, y la boca terriblemente seca. Una capa de vapor pegajoso se había adherido a su piel, y pronto se hizo consciente del bochorno existente en el ambiente, sintiendo un leve mareo al respirar profundamente, y sentir una oleada de calor sofocante recorriéndole el cuerpo, provocando que arrugase el ceño, apoyando las manos a tientas. 

Entreabrió los ojos, agradeciendo que no hubiese exceso de claridad en la cueva, y miró alrededor, sin atreverse aún a girarse, llevándose una mano a la cabellera, en un gesto de dolor.

Cargando editor
31/01/2018, 03:28
Kennard Baylor

10 de Helada, Mañana, Cueva

Mientras tu despertar fue una suerte de compendio de malestar, el de Kennard se había dado un tiempo antes. A la vez que tu mente se adaptaba a las circunstancias de tu resaca galopante, un aroma más agradable que el de tus propias nauseas y mal aliento matutino, el de un desayuno que no sabías de qué iba a constar pero olía bien. Lo que apenas era una sombra danzante delante de unas llamas a tu visión se volvió hacia a ti al ver que te movías.

Buenos días, damisela. bromeó ligeramente. Se acercó dándote la imagen algo más nítida de Kennard. No te veo en tu mejor momento.. acercó la mano, te la tomó con delicadeza, como si aquel gesto ejerciera de ancla para ti.

Cargando editor
31/01/2018, 03:28
Seretide

10 de Helada, Mañana, Cueva

Maldito meado de Alik'r...- profirió,  o más bien gruñó, tomando su mano, para ayudarse a incorporarse, olfateando el aire, percibiendo el olor a comida, sintiendo a la vez un hambre atroz, y un recrudecimiento de las náuseas, que se revolcaban, recreandose, en su estómago vacío- ¿Tienes... Tienes agua, o cerveza? ¿A qué huele?- preguntó, arrugando la nariz, sentándose, masajeandose la sien, cruzando las piernas, tratando de estabilizarse en esa nueva postura.

Cargando editor
31/01/2018, 03:29
Kennard Baylor

10 de Helada, Mañana, Cueva

Tengo agua. dijo Kennard mientras sacaba una cantimplora y te la ofrecía. Nada de cerveza. Como mínimo hasta la noche. amonestó en broma el sacerdote.

Huele a estofado, algo de carne seca.. y un mejunje bosmer que llaman café. explicó Kennard mientras se sentaba junto a ti. Cuidado no te atragantes.

Cargando editor
31/01/2018, 03:29
Seretide

10 de Helada, Mañana, Cueva

- Ya está el crío diciéndome lo que tengo que hacer. ..-refunfuñó, por lo bajo, llevándose la cantimplora a los labios, llenándose la boca lo suficiente como para poder enjuagarse, eliminando la sensación áspera de su lengua y sus encías, refrescandose el aliento, tragando   muy despacio para no provocarse, con un suspiro de alivio- ¿Un mejunje bosmer?- preguntó- No sabrá a tierra y hierbajos, ¿no?

Cargando editor
31/01/2018, 03:29
Kennard Baylor

10 de Helada, Mañana, Cueva

A Kennard se le escapó una suave risa al escucharte remugar, pero no te respondió mientras atendía a las llamas un poco. Al ver el uso que le dabas a la cantimplora, sí añadió jocoso.

Toda tuya. sonrió levemente, volvió la mirada algo ausente hacia la la improvisada cocina, tardó unos instantes en responder. Al principio vacilante, como si hubiera algo en su cabeza que lo distrajera, pero enseguida recobró la actitud distendida habitual. Claro que sí, ¿lo dudas? Aunque algunos dicen que sabe a jodida gloria y resucita muertos. se encogió de hombros con un comentario. De ser así, como sacerdote del dios de la muerte, debería considerarlo una bebida blasfema.

Sirvió un tanto de esa bebida exótica en un vaso, el humo ardiente salía lentamente, te lo ofreció tras el agua.

Cargando editor
31/01/2018, 03:29
Seretide

10 de Helada, Mañana, Cueva

Así que andas con bebidas blasfemas en el equipaje. Menuda pieza. -dijo, negando con el rostro, como si se lamentase, tomando el vaso, encontrando agradable el calor entre las manos,  olfateando la bebida, y soplando para enfriarla antes de dar un sorbo, probandola con cautela, entrecerrando los ojos como si esperase algo horrible. Y su rostro pasó por toda una amplia gama de expresiones mientras paladeaba aquel sabor extraño, amargo y terroso, antes de tragar, con aprobación final - Se parece a una bebida típica de Páramo de Vvarden... El masbout. Aunque éste. .. Sabe más afrutado. - afirmó, relamiendose.

Cargando editor
31/01/2018, 03:30
Kennard Baylor

10 de Helada, Mañana, Cueva

Mientras no digas que sabe a pollo.. respondió jocoso al verte recuperar el ánimo y el vigor. Revolvió un poco el estofado revisándolo con atención. A esto le queda poco..

Volvió hacia a ti viéndote degustar el café, a lo que él mismo se sirvió un poco. Realizó el mismo ritual que tú, sopló antes de mojarse los labios mientras te miraba con atención.

¿Mejorando? preguntó con curiosidad.

 
Cargando editor
31/01/2018, 03:30
Seretide

10 de Helada, Mañana, Cueva

Dio otro sorbo, mirándolo a continuación- Pues ahora que lo dices, algo de regusto a pollo... Puede ser -dijo, con un tono ligeramente burlón,  observandolo con atención - Algo mejor. Aunque... Me siento como si me hubieran apaleado. Y la cabeza... Ufff.- añadió con una mueca sufrida.

Cargando editor
31/01/2018, 03:30
Kennard Baylor

10 de Helada, Mañana, Cueva

Sí, tuviste una noche intensa. dijo sin darle ningún tono jocoso a esto, viendo que terminaba de hervirse el estofado lo empezó a servir. Veamos si esto también es comida blasfema.. te ofreció un bol de madera y un cucharón que había visto tiempos mejores. En ese momento se quedó mirándote, como si una chispa de intriga brillara de repente.

¿Sabes una cosa? dijo de repente. Nunca hemos hablado de nosotros. Es decir, de dónde venimos, nacimos.. se detuvo unos instantes, pensativo, casi temeroso. Me gustaría.. saber algo más de ti. Nada concreto, lo que quieras contarme. apretó los labios. No quiero ser entrometido, aunque lo parezca.. bueno, lo soy, soy un entrometido. sonrió torciendo los labios. Pero siempre puedes darme un tortazo y hacerme callar.

Cargando editor
31/01/2018, 03:31
Seretide

10 de Helada, Mañana, Cueva

No llegó a  llevarse la cucharada a la boca cuando escuchó la sugerencia de Kennard, quedando evidentemente sorprendida, mirándolo, parpadeando, como si de pronto no supiese qué decir. 

Lo miró, dubitativa, antes de volver la vista hacia un lado, pensativa, y con un suspiro, finalmente pronunciarse - No sé me da bien hablar de mí así... De una manera tan improvisada. Me temo que vas a tener que preguntarme lo que quieras saber.- explicó.