Partida Rol por web

4 de Fuego del Hogar, Mañana, Salón principal

"Así que es el de quien me hablaba la sacerdotisa la otra vez..." 

El pensamiento se le paso por la cabeza mientras seguía escuchandola, aquella razón era mas que razonable, si la ciudad estaba en expansión, aunque no lo pareciese por el momento, nunca venían mal establecimientos nuevos o templos de diferentes dioses.

- ¿Y conoces muchos sitios? ¿Puedes hablarme sobre alguno? Pregunto con curiosidad.

5 de Fuego del Hogar, Mediodía, Salón principal

Poco a poco, mientras se quedaba mirando al posadero hacer sus tareas de comprobación, fue sintiendo el familiar cosquilleo que le producía la curiosidad cuando encontraba algo que quería explorar y todo por las palabras de Rodegar. Se modio la mejilla por dentro, debatiéndose entre si preguntar o no preguntar. ¿A qué se refería con lo dicho? Sacudió la cabeza, no debía hacerlo, no era de su incumbencia.

- Oh por cierto, comenzó a decir aun con la curiosidad reconcomiéndole por dentro, mientras echaba mano a su bolsita del dinero, sacando una moneda y entregándosela. Esto es por una cerveza a la que yo le invite y ya que estamos... ¿puede hacerme un favor? Si le ve antes que yo... ¿Podría decirle que lo siento mucho? Yo solo quería agradecerle el que me sacara de un apuro y creo que acabe por espantarle. Dejo entrever una sonrisa apesadumbrada antes de irse a su habitación a cambiarse de ropa.

15 de Fuego del Hogar, Noche, ?

Se fue derechita en buscar del rubiales que había llegado con ella a Helgen. Estaba cansada y aun le dolía la pierna, pero no podía dejar pasar la oportunidad de ir a chincharle. Que podría esperar a mañana, pero entonces ya no sería lo mismo y por eso lo hacía ahora, olvidándose del cansancio y de la herida.

- Areeeeen, fue llamándole mientras se le acercaba con una sonrisa burlona en los labios y la risa en la mirada. Jijijijiji Yo tenía razón dijo cantarina ¡No era un fantasma! A pesar del tono jocoso de su voz y de sus pequeñísimos y casi imperceptibles saltitos (que tampoco podía darlos muy grandes que si no la pierna le daba guerra), irradiaba cierta alegría relacionada con el éxito de la misión.

5 de Fuego del Hogar, Mediodía, Salón principal

El posadero te miró con cierta suspicacia cuando dijiste que lo habías invitado, pero se atenuó al ver que pagabas de tu bolsillo la misma. En el fondo, a Rodegar no le importaba en exceso estas cosas.

Lo haré, pero Helgen no es tan grande. Supongo que terminarás coincidiendo con él. se encogió de hombros, te miró con detenimiento, pero no dijo mucho más al respecto. Pero prefiero que estos asuntos.. los traten sus participantes, no yo.

Se quedó en la barra limpiando mientras asentía deseando que descansaras.

15 de Fuego del Hogar, Noche, Salón principal

Aren estaba en el turno de noche de la posada, se le veía mortalmente aburrido, y también mortalmente somnoliento, pero aguantaba el tipo con estoicismo. Al verte entrar frunció el ceño, un fruncimiento que fue aumentando cada vez más, aunque también llegó a alzar la ceja mostrando una residual preocupación por tu cojera.

¿No era un fantasma? preguntó sorprendido. ¿Qué era? ¿Qué pasó? de forma totalmente consciente ignoró tus burlas, casi para chincharte por no decir que tenías razón. ¿Y por qué narices cojeas? Te metiste donde no tocaba, ¿verdad? Tsk. chasqueó la lengua negando con la cabeza.

Te miraba intrigado, resistiéndose a revelarse sorprendido ante ti, como si sintiera que eso fuera a ser una derrota.

15 de Fuego del Hogar, Noche, Salón principal

Le dio completamente lo mismo que no admitiera que ella tenía razón, el no había ido en busca de la niña y ella sí, así que SABIA que llevaba la razón.

- ¿Pues qué iba a ser? La niña que buscábamos ¡bobo! Le dijo dándole unos golpecitos en el pecho con un dedo al acercarse más a él. Medio regañándole por preguntar cosas tontas. No la llamaban niña fantasma por nada. En concreto, es la niña que te encontraste cuando estábamos de camino para aquí, su sonrisa era más tranquila ahora, sin tanta burla de por medio, la que se quedó dormida en tu regazo.

Busco una silla cerca, llevaban muchas horas de caminata y con todo lo ocurrido estaba realmente cansada, pero no demasiado como para no contarle toda la historia al rubio. Cogió la primera que vio y se sentó en ella con el respaldo hacia ella, donde apoyo los brazos. Además de ignorar por completo la regañina por la herida, eso se lo contaría a su debido tiempo.

- Teníamos razón Aren, cuando la vimos aquel día, lo de que algo la retenía y era peligroso. El rastro que consiguió encontrar la chica del lobito nos llevó hasta Roca Huérfana, descubrimos allí a la niña, al principio creímos que estaba muerta, porque su cuerpo se deshizo y solo quedo su espíritu, el padre de la chiquilla se llevó un buen chasco… pobrecito… Dejo de hablar por unos instantes recordando aquello y lo mucho que entendió el dolor que le propino aquella visión. ¡Pero a lo que iba! En aquel momento apareció lo que la retenía, nada más y nada menos que una bruja cuervo… O medio cuervo comento llevándose un dedo al mentón y mirando hacia arriba. No era tan horripilante como las imágenes de los libros. La cosa es que no sabíamos que hacer, y antes de que pudiéramos planear una estrategia, el legionario se lanzó a atacar sin pensar. Entonces aparecieron cuatro ciempiés gigantes y tuvimos que enfrentarnos a ellos. Se agarró del respaldo de la silla mientras se movía un pelín emocionada contando aquel combate. Yo acabe con… dos. Bueno, uno y medio, porque el segundo estaba atacando al padre de la chiquilla y cuando acabe con el primero fui a ayudarle, porque se había desplomado. La cosa es que conseguí acabar con ese también, pero me lleve el corte de la pierna de recuerdo. Dijo señalando a su pierna. Por suerte no fue mucho. Bueno, sí, si que fueron dos, al tercero nos lo cargamos entre varios.

15 de Fuego del Hogar, Noche, Salón principal

Aren trataba de seguir tu narración, estaba claro que te conocía lo suficiente como para saber que ibas a ignorar todos sus consejos, por lo que adquirió una actitud algo resignada mientras te escuchaba.

¿Se deshizo? ¿Entonces qué pasó con la niña? no terminó de entender ese punto de la historia, claro que aun no habías llegado. Abrió un tanto los ojos al decir que os habíais enfrentado a una bruja-cuervo. ¿Qué pasó con la bruja? te miró de nuevo la pierna herida, suspiró. Un día te vas a hacer daño de verdad...

15 de Fuego del Hogar, Noche, Salón principal

“Ya, casi me pasa cuando lo de los draurgs” pensó mirando para otro lado dejando escapar una leve risa con aquel comentario.

- Ya voy a ya voy, ahora iba a esa parte. Bueno, pues después de acabar con los bichos, ascendimos hasta donde se suponía que estaba la bruja, que a todo esto mientras nos deshacíamos de los bichos, otros se encargaban de la bruja, pero se ve que en medio del combate se las piro. Pues cuando llegamos a la parte de arriba desde donde atacaba ella, no la encontramos, solo un par de chozas, y un altar, en el que sorprendentemente estaba la niña. Paro un momento a tomar aire porque estaba empezando a coger carrerilla y de un momento a otro se quedaría sin aire. Yo me iba a acercar a ella, más que nada para comprobar que estuviera bien, porque como habíamos visto que se había convertido en un fantasma… pero se me ocurrió que como la bruja se había largado, que era una trampa y que era ella, así que no me acerqué, ni Sere tampoco, que me confirmo que se puede suplantar a una persona con un hechizo. Pero de nuevo el legionario no uso la cabeza y se acercó a ella, desoyéndonos, que vale, tenía toda la buena intención del mundo, pero para su desgracia había una trampa de rayos en el suelo y el pobre se churrusco enterito. Por suerte el sacerdote que encontramos que iba con el padre de la pequeña pudo salvarle y comprobar que la niña era la niña y que estaba bien. Y ya luego nos volvimos.

Parecía encantada al terminar el relato, también cansada, pero sobre todo satisfecha de lo que bien que había salido todo y que habían vuelto de una sola pieza.

- Oh y en el camino encontramos un antiguo campamento de Capas, pero no pudimos pararnos a ver si había algo interesante. Se echó hacia delante, poyando la cabeza en las manos y poniendo un poco de morritos.

15 de Fuego del Hogar, Noche, Salón principal

Aren te escuchó como pudo, seguirte el ritmo de la narración se la hacia complicado y lo viste bostezar, pero de fondo pareció quedarse con todo lo que le contaste.

El legionario bastante arrojado, ¿no? se preguntó con algo de sorna, frunciendo el ceño. ¿Y quién es Sere? Espera.. ¿la elfa oscura..? ¿La conoces? ¿Has hablado con ella? abrió los ojos interesado, casi parecía que solo se había fijado en ese detalle. Te miró con detenimiento y optó por no añadir nada que pudiera poner en peligro su integridad física.

Sí.. ha sido toda una aventura. comentó el nórdico, aunque te miró la pierna por la que cojeabas. Pero deberías mirarte eso, descansar.. al escucharte hablar sobre el campamento, se encogió de hombros. Primero recuperarse.. luego.. se te quedó mirando, aun temiendo la tormenta que pudiera caerle por haberse interesado por Seretide de esa forma tan casual. ..veremos si nos dejamos caer por ese campamento abandonado. procuró sonreír con picaresca.

15 de Fuego del Hogar, Noche, Salón principal

Entrecerró los ojos y apretó la mandíbula pero no dijo nada, prefirió ignorar aquello, estaba demasiado cansada como para hacer ningún comentario al respecto. Solo optó por levantarse de la silla y apartarla de su camino para darse la vuelta.

- Que si, que sí, que ya voy pesado. Dijo respondiendo ligeramente más seca Solo necesito coger unas cosas dijo yéndose a la cocina a por un cuenco con agua. En cuanto salió de nuevo al salón principal, únicamente levanto un brazo para despedirse al tiempo que caminaba hacia la zona de las habitaciones. Ale, ahí te quedas.

Pocos segundos después desaparecía por la puerta en dirección al suyo.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

Acaba de amanecer en Helgen y me acerco al mesón en la posada. Miro a Eldrid, quien está ahí y le hablo:

 - "Hola Eldrid. ¿Puedes servirme desayuno?"

Un tema me da vueltas en la cabeza y probablemente ella sea buena para aconsejarme, pero no estoy listo aún para hablar. Probablemente después de comer.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

No había madrugado demasiado, llegando tan tarde el día anterior estaba mas que cantado que no iba a levantarse al amanecer.

Ella misma llevaba un plato repleto de comida en una mano y una jarra con leche caliente en la otra. Caminaba hacia la salida de la barra dejando escapar un bostezo, cuando se fijo en el guardia que le pedía el desayuno. Era cierto que llevaba puestas las ropas con las que solía estar trabajando en la posada, pero se debía a que el pantalón aun estaba roto y sucio con sangre seca. Pero esa mañana no estaba como tal en la posada.

- Buenos días, saludó de vuelta parándose a su altura Me temo que se lo tendrás que pedir a Dorna, dijo señalando con la cabeza hacia ella. ¡Oye Dorna! Aquí quieren un desayuno. La avisó antes de volver a mirar al legionario. Lo que si puedo hacer es invitarte a sentarte conmigo a desayunar. Finalizo caminando hacia una de las mesas vacías, esperando que aceptara la oferta y la siguiera. Luego dejó las cosas sobre ella para sentarse en una silla y acomodarse antes de comenzar a comer.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

No me había dado cuenta de que Eldrid no estaba de servicio, por lo que le sonreí un poco avergonzado. La acompañé a la mesa para sentarnos juntos y tomo posición a la espera de que Dorna me traiga algo para comer. Mientras estamos sentados, miro a Eldrid y le hablo:

 - "Ayer luchaste muy bien con dos armas. Te felicito."

No era más que un pequeño elogio para romper el hielo, pues no me es fácil lo que diré. Debe ser porque soy muy orgulloso. Tomo aire y suspiro a continuación, antes de hablar:

 - "Me he sentido un poco mal desde ayer y quiero pedirte tu consejo. ¿Crees que debería pedirle perdón a Seretide por como la traté?"

Arrugo un poco el rostro de un lado, como esperando una cachetada que me golpeará con fuerza y que debo recibir sin esquivar. Puede que sea una tontería, puede que no. Espero que Eldrid me ayude a decidirlo.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

Tomó la jarra y le dio un sorbo a la leche caliente con miel que se había traído para pasar lo solido de la comida, mostrando una leven sonrisa y asintiendo con la cabeza ante el cumplido, pero no contestando verbalmente y esperando a que el decidiese si quería hablar o no. Le parecía que algo le inquietaba y no se decidía a hablar de ello.

Tomó el tenedor y lo llenó del huevo revuelto que tenía en el plato y se lo llevó a la boca, escuchando con atención las palabras que le costaba decir.

- Bueno… comenzó con cautela, tras tragar lo que tenía en la boca, buscando las palabras adecuadas. La verdad es que te tomaste las cosas un poco a la tremenda y eso te perdió un poquito. Cogió una de las tostadas untadas en queso y mermelada y le dio un bocado, dejando que sus palabras fueran asimiladas antes de continuar de nuevo. Si bien no por todo, sí que deberías disculparte por lo último que le dijiste. Al menos consideraba que aquel insulto era realmente en donde se había pasado.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

Las palabras que me dice Eldrid son exactamente lo que pensaba, pero no es tan fácil como parece:

 - "El tema es que, por lo que la conocí ayer, es una persona complicada. No me gusta la gente que tiene ese humor sarcástico y complaciente, que se piensan más inteligentes que el resto y creen siempre tener la razón. Mucho menos si lo sumamos a una incapacidad de reconocer y a un placer por sacar las cosas de contexto. Ayer estábamos en una misión, cuando hice alguna broma, me trató como estúpido y luego se dio el lujo de bromear en momentos de mayor tensión. Simplemente no la soporté."

Pero probablemente me pasé un poco:

 - "El punto es que, cabe una gran posibilidad de que si hablo con ella, las cosas terminen aún peor."

La mujer es complicada y sé que yo tampoco soy el más simple de los hombres, lamentablemente parecemos ser diametralmente opuestos, cosa que dificulta demasiado cualquier clase de esfuerzo conjunto que hagamos. No quiero encontrármela en otra misión y que nuestros problemas empañen al grupo.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

Se le quedó mirando sin creer lo que estaba oyendo, volvía a estar a la defensiva solo por lo que le había dicho.

- No te estas oyendo, ¿verdad? Preguntó incrédula Para empezar, no es más complicada que tu o que yo, lo que tiene es más edad y más experiencia. Posiblemente era eso mismo lo que hacía que tuviese ojo para saber cómo manipular a la gente para que reaccionasen de una u otra forma, o por lo menos esa era la apreciación que le había producido la dunmer. Por otro lado… estas diciendo que tú si puedes hacer bromas y ella no, lo cual es bastante hipócrita por tu parte, da igual lo tenso de la situación, que en aquel momento no era tanto al tener ya claro que ni el bretón ni el sacerdote eran nuestros enemigos. Además, te recuerdo que fuiste tú el que empezó todo el embrollo cuando te burlaste diciéndole que si tenía miedo. Explicó con tranquilidad reclinándose en la silla, apoyándose en el respaldo, cruzando los brazos por delante del pecho y encogiendo los hombros. En mi opinión creo que te molestó que te llevase la contraria y que en una batalla verbal te vapulease. Al margen de si teníais o no razón en vuestra postura respecto al miedo.

No quiso meterse en el tema de si era porque no era humana o que, lo había visto demasiadas veces con Korgoth pero a veces no podía asegurar si era por la raza o simplemente la personalidad de unos y otro chocaba tanto que no había manera de que se llevasen bien.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

Tuerzo el gesto ante lo que responde Eldrid. Claramente no me entiende, probablemente ser comprensiva no es su fuerte:

 - "No es así, no se trata de quien tiene la razón o no, se trata de las formas. Hay una gran diferencia entre una broma amistosa, cosa de un par de risas y todo bien, y una sarta de comentarios mordaces con el fin de intentar imponerte al resto por el método de la humillación. Eso no es correcto, mucho menos entre quienes siquiera se conocen. Cuando me puso un sobrenombre, sin siquiera haberle dado la confianza para ello, podría haberla decapitado con mi hacha y nadie en la Legión hubiese preguntado por qué."

Odio los sobrenombres. Suspiro, confundido:

 - "La vida civil es muy distinta a la vida militar. Parece que hasta sus formas de relacionarse son extrañas para mí."

Supongo que ese es el efecto de haber crecido desde pequeño en instituciones militares y jamás, ni siquiera ahora, ser un civil.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

No, definitivamente no es estaba oyendo y ella comenzaba a pensar que tratar de razonar con el sería como darse contra una pared

- Einar, con sinceridad, estas siendo muy intransigente. Tu broma amistosa a mi parecer no fue tal, como tú has dicho nos os conocéis de nada. Mismamente yo había mostrado el mismo sentimiento antes de que ella dijera nada, pero solo comentaste cuando ella lo dijo. Sencillamente te respondió con la misma moneda que tú usaste para dirigirte a ella, con la mofa y la burla. ¿Qué te puso un sobre nombre? Si, ¿y? Solo hay una diferencia, ella te lo dijo directamente a la cara y sin tapujos y el tuyo fue velado. Por no decir que a ti te molestó y a ella no.

Dio un par de bocados más a la tostada elevando una ceja.

- ¿tú crees? Yo diría que no ¿eh? Al menos por mi experiencia. Comentó recordando su infancia en Ivar y en Riften La única diferencia que hay con un civil, es que se encargan de la seguridad y les pagan por ello. Porque quien más quien menos sabe manejar un arma, así que ahí tampoco hay demasiada diferencia.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

Niego enérgicamente a sus percepciones entre la vida militar y la vida civil, antes de aclararle lo que yo he visto:

 - "En la vida militar nadie mira por sí mismo. Vivimos y servimos por un sentido del deber hacia algo más grande que uno mismo. La protección de los más débiles, el orden y a la paz, así como la seguridad de la patria. Existe camaradería que no se pone a prueba. Nos reímos con nuestros hermanos de batalla,  no nos reímos de ellos. En el mundo civil no hay reglas, acá a nadie le importan esas cosas y solo buscan figurar como el más interesante del grupo. Esa es la impresión que me daba cuando hablaba ella con Aster."

Quizás simplemente no lo entiendo, pero me molesta no entenderlo.

 - "Creo que también es hipócrita como lo planteas. Cuando yo traspaso el límite de la confianza soy grosero y cuando ella lo hizo, era graciosa. Es un doble estándar demasiado marcado."

Porque cuando hice una broma, a nadie le gustó pero ella podía llamarme de cualquier manera, también estúpido como lo hizo entender más de una vez de forma velada, pero a ella la aplaudieron.

16 de Fuego del Hogar, Mañana.

Torció la cabeza a un lado después de terminar la rebanada de pan que tenía en la mano, trataba de entender su punto de vista, pero se lo ponía difícil con las cosas que estaba contando.

- ¿Y pensáis igual todos? ¿Cómo una colmena? ¿Todos tenéis la misma personalidad? ¿Os caéis todos bien? Que seáis parte de la legión imperial no quita que seáis vuestras propias personas. Que parece por lo que hablas que os lavan el cerebro y os convierten en marionetas. Y lo creas o no, el mundo civil, como tú lo llamas también tiene normas, si las quieres llamar así. De todos modos, se removió en su silla cogiendo de nuevo la jarra y dándole un par de tragos, que ya se le estaba quedando fría, puede que si sea un poco hipócrita, pero como he dicho, fuiste tú el que empezó metiéndose con ella sin venir a cuento. ¿Qué luego ella se metió contigo y su forma de hacerlo fue más divertida? Que le vamos a hacer, hay gente que resulta más carismática que otra incluso para meterse con ellos. Encogió los hombros. Y francamente, ya dudo de que realmente quisieras disculparte, que por lo poco que he hablado con ella, me parece que iba a pasar bastante del tema.