Partida Rol por web

El chino que se acerca parece bastante atlético, rondará unos treinta y tantos años, y se mueve con cuidado. Cuando llega al Hall, ve a Francisco y deja al niño detrás. Dice algo en chino, que el niño, hablando bastante mejor, traduce.

Mi... padre te saluda, y quiere saber si traes el dinero.

El adulto, despacio, saca un teléfono móvil. 

Cuando tengamos el dinero os enseñará el vídeo que os interesa...

Bajo la máscara, Francisco no puede más que enarcar las cejas. Sin duda aquel tipo debía estar de broma, pero al menos tenía que admitir que iba al grano y sin rodeos.

   - Dile a tu padre que lo saludo también, y que no llevo el dinero encima. Que eso de ir con maletines de dinero es un cliché de las películas de hollywood.- Respondió con tono neutro.

Sacando un móvil desechable lo mostró para que lo vieran.

   - Este móvil está enlazado a un número de cuenta fantasma irrastreable al cual se realizará un ingreso de dinero en bitcoins una vez hayamos terminado el intercambio y vea que ese video sirve para algo y no es una pérdida de tiempo como el nuevo videoclip de Cristina Aguilera...-

El niño traduce, y el chino frunce el ceño y responde.

Mi padre no se fía de eso que has dicho del móvil. Antes de que Francisco responda, el adulto añade algo más.

Ya... os ha enfrentado dos veces, y ahora le han ascendido, la próxima seguramente no tenga tanta suerte. Con dinero en efectivo podemos irnos muy lejos sin dejar ningún rastro. Sabe dónde están las bombas y lo tiene grabado, pero no guardado en el móvil... hay que acceder a una cuenta para descargar el video, si nos matáis no la vais a encontrar. El chaval parecía genuinamente acojonado, y el hombre también bastante nervioso. Parece que el chico ha añadido algo de su propia cosecha, pero no sabes exactamente el qué. Al adulto también se lo parece y le mira frunciendo el ceño, diciéndole algo breve en chino, a lo que el niño asiente.

Bueno, lo que dice parece tener sentido…- pensé mientras escuchaba por el micro lo que el tipo decía a través de su hijo, y lo cierto era que si de verdad tenía información sobre la ubicación de los explosivos, la necesitaban... claro que eso no significaba que me fiase, y no dejé de vigilar la zona mientras seguían hablando, solo por si acaso. Ahora, había que ver como se las apañaba Francisco, pues si lo que quería era efectivo… la cosa iba a estar complicada.

Francisco escuchó interesado todo lo que le contaba el niño fijándose en los detalles que de sus palabras se dejaba entrever.

Al parecer el padre no era tonto y después de venderles la información quería poner tierra por medio. De ahí que pidiera una suma tan exagerada como absurda. Pero sin embargo, no parecía ser tan inteligente como aseguraba el muchacho. Lo del vídeo escondido en una cuenta externa al móvil no colaba. Tenía el pálpito que no era más que un farol añadido por el chico para forzar el trato.

Ciertamente no le daba ninguna lastima el “pobre” mafioso que al ver el panorama, y como se le torcían las cosas, decidía traicionar a sus jefes para salvar el culo. Su información podía serle útil a los Ases sin duda, pero para llegar hasta allí, ese hombre previamente había cometido toda clase de delitos detestables.

En cuanto al hijo… bueno, ciertamente los hijos no tenían culpa de los pecados de los padres, pero desde luego la existencia de los primeros tampoco exculpaba las acciones de los segundos.

    - Dile a tu padre que se tranquilice, no tengo necesidad alguna de matar a nadie. Si lo que quiere es desaparecer y no se fía de lo que le digo es porque no sabe de lo que habla. Con lo que le estoy ofreciendo, y la aplicación de Bit2Me que contiene este móvil, tiene acceso a un monto de dinero totalmente blanqueado e irrastreable, que puede convertir en euros cuando desee y sacarlo en cualquier cajero. Sin necesidad de cargar más que con este móvil, tiene su salvación a un solo click de distancia. Es más, puedo subir la apuesta y ofreceros ayuda en vuestra huida. Como sabrá por acciones precedentes realizadas por mí y mis compañeros, somos expertos en ayudar a gente a escapar de las garras de la mafia china, como es el caso de la joven Saray,  a quien quizás conoció en su momento. Si la información que me ofrece es lo que promete, no solo se le pagará convenientemente, sino que además os ayudaremos a desaparecer del mapa y a escapar a cualquier lugar del mundo que deseéis.-

El niño le traduce al padre, que se frota la frente, pensativo, durante algunos segundos, frunciendo el ceño. Cuando contesta, lo hace no muy convencido, y con un humor de perros.

El niño no tarda en traducir. 

Dice que vale, pero que entonces el dinero primero, y después el vídeo.

Tres chinos llegan caminando por el camino, apareciendo detrás del todoterreno negro. Llevan chalecos ligeros y subfusiles. Dos se acercan por ambos lados al todoterreno, cautelosamente, y al mirar dentro apuntan con las armas. El tercero ellos se pone un dedo en la oreja y habla, probablemente informando o dando órdenes.

Tenemos compañía- informé a Francisco en cuanto vi a los recién llegados -Son tres, a pie, junto al todo terreno del soplón- le fui diciendo mientras elegía mi blanco.

Bingo- pensé al ver como uno se llevaba la mano a la oreja y empezaba a hablar. Bien estuviese recibiendo instrucciones o dándolas, era mejor que me librase de él primero.

Subfusiles y chalecos ligeros… y uno está hablando por auricular, así que no están solos- le indiqué -Tienes cinco segundos antes de que les salude- le avisé de forma que tuviese tiempo de prepararse antes de que empezasen los tiros.

Cinco… cuatro… tres… dos… uno…- fui contando mentalmente, con la mira centrada en la cabeza del desgraciado y apretando el gatillo en cuanto llegué a cero.

El aviso de Ángel no cogió a Francisco desprevenido. Habían planteado la posibilidad de una trampa, así que por suerte estaban preparados para cualquier eventualidad.

Dada la situación, habían dos posibilidades, o padre e hijo se la habían jugado poniéndoles una trampa, o (lo que era mas probable) los colegas mafiosos del padre se habían olido su traición y decidieron tenerlo vigilado. Estando el niño implicado, optó por creer en la segunda opción.

- Hora de moverse chico. Dile a tu padre que parece que os han seguido.- Les dijo Con un gruñido que quedó temiblemente distorsionado por el modulador de la máscara de guerra.- Así que la negociación ha terminado. Ahora solo podéis decidir… ¿Venís conmigo a vuestra salvación o con los tres "amigos" que os han seguido y no os van a agradecer la traición?-

En ese momento el disparo de Ángel resonó cortando dramáticamente sus palabras.

   - Bueno, con vuestros otros dos "amigos"…- Comentó irónico sacando la pistola.- Aunque seguro que vendrán más detrás de ellos.-

El chino notó algo raro en el cambio de tono de Francisco, y cuando el niño empezó a traducirle, repentinamente asustado, ya se oyó el disparo. El niño seguía intentando traducir, pero el padre empezó a gritar algo, sacando también una pistola* y echando al niño contra el rincón. No se podía estar muy seguro de que estuviera escuchando a su hijo en ese momento, ni parecía haber visto a sus 'compañeros' cerca de su coche, centrado en vigilar a Francisco.

Sin levantar el arma en ningún momento para evitar que el chino se pensara lo que no era, Francisco avanzó hacia la ventana sin aproximarse en ningún momento ha sus dos aterrados interlocutores, y colocándose parapetado en el marco del lazo izquierdo. Eso le daría una mejor visual del asunto además de usar la cobertura en su beneficio.

Solo le quedaba la esperanza de que el padre se diera cuenta que la cosa no iba con ellos y que el chico le pudiera explicar lo que ocurría antes de que el tipo le diera por dispararle.

Asomándose, observó a los dos desgraciados que habían tenido la desafortunada idea de ir a por su informador.

   - Lo siento chicos, es hora de irse a reunir con los ancestros...- murmuró con sorna.

Apuntando a la cabeza del más cercano con su Desert Eagle apretó el gatillo.

La bala voló rápida y certera, y antes siquiera de que el sonido del disparo llegase hasta aquel desgraciado, un nuevo orificio se abría en el lateral de su cabeza, atravesándole de parte a parte y terminando con su vida en el acto. A pesar de ello, no me quedé a admirar el resultado de mi trabajo, todavía quedaban dos chinos, y era mejor que os encargásemos de ellos antes de que pudiese reaccionar.

Rápidamente, fijé la mira en el tipo más alejado de donde estaba francisco, puesto que el coche le ofrecía cierta cobertura contra este… la altura me permitía un disparo limpio. A través de la mira, pude ver en la expresión de aquel tipo como el desconcierto y la sorpresa iban dando paso al miedo mientras miraba a su alrededor.

Estoy aquí- pensé mientras apretaba el gatillo por segunda vez.

El contacto apunta a Francisco cuando éste se mueve, pero al verle disparar hacia afuera, él mismo mira hacia el exterior, viendo a su ex-compañero caer abatido desparramando los sesos sobre su todoterreno. Al segundo siguiente ve al otro mafioso reventarle la cabeza de un balazo cortesía de Ángel. Se gira hacia Francisco, bajando la pistola, pero rápidamente se gira hacia el niño y comienza a decirle algo. El niño le rebate, y el padre le grita, cogiéndole del hombro y señalando a Francisco, quiere que le diga algo.

El niño trata de calmarse, traducir, y habla a Francisco. Parece a punto de llorar, pero es un niño duro para su edad.
¡Quiere el dinero Ya! ¡No se fía de que nos matéis cuando tengáis el video!

Ángel nota algo de movimiento entre los mismos matorrales, pero insuficiente como para tener un tiro claro. Está claro que hay al menos un par más.

Francisco oye un grito en alguna parte, en chino. No sabe identificar de dónde, pero probablemente de la parte de la carretera, de la cafeteria o del cuarto eléctrico.

Ignorando al tipo, Francisco guardó su pistola y caminó hasta un recodo de la pared donde había escondido la escopeta. La recogió junto con la granada y se volvió hacia su interlocutor.

   - Chico. Dile a tu padre que se deje de gilipolleces. Si os quisiera hacer algún daño ya haría rato que lo habría hecho.- Gruñó bombeando la escopeta con un gesto seco, cargando el cartucho en la recamara dramáticamente.- Hay más de sus compañeros de trabajo que vienen a por nosotros, así que no es momento de ponerse a negociar nada. Es momento de que se decida de una vez, si se viene con nosotros o prefiere quedarse aquí tirado para que los maten. Él elige...-

Vigilando sobre todo hacia el lugar donde había escuchado a alguien hablar en chino, comenzó a caminar hacia el Jeep, con la escopeta por delante dispuesta a reventar al primer hijo de puta de ojos rasgados que se le cruzara en el camino.

    - Apex, vuelvo hacia mi vehículo.- Susurró por el comunicador- Necesitaré que me cubras la retirada.-

Cuenta con ello- le dije a Francisco, listo para volar la cabeza del primer chino que se asomase para intentar detenerle -Ten cuidado con los matorrales, hay al menos dos o tres tras ellos…- le avisé.

Vamos, va… asomaos… solo un poco…- pensé, con el dedo en el gatillo listo para acabar con el primero que se pusiese a tiro.

El niño traduce al padre, que traga saliva y acompaña a Francisco, sin tenerlas todas consigo.

El As da unos pocos pasos, y cuando va a salir al Hall, se detiene. Dos chinos han entrado ya, y otros tres vigilan a cubierto desde las puertas y una ventana. El contacto le dice al niño algo, y el crío se queda pegado a la pared, a cubierto.

Han visto a Francisco, y se disponen a ponerse a cubierto y empezar a disparar.

Otro chino se mueve entre los arbustos, con mucha cautela.

En el micro se oye al chino decirle algo al niño.