Partida Rol por web

Kull llevo la iniciativa en los primeros momentos del pulso, pero las fuerzas de los dos contrincantes parecían igualadas.

Pocos instantes después, Vârkim fue ganando algo de terreno hasta casi que el dorso de la mano del bárbaro tocase la superficie de madera. Sin embargo, Kull no pensaba darse por vencido tan pronto, tensó los músculos y realizo un gran esfuerzo para cambiar las tornas.

El bárbaro no pudo acabar de ganar el pulso ya que no le quedaban casi fuerzas, y ese momento lo utilizó Vârkim para volver a la posición en el que la demostración de fuerza había comenzado.

Los dos contrincantes pudieron observar como se empezaba a levantar revuelo en torno a su mesa. Antes de que se pudieran dar cuenta, todos los clientes(hobbits) del bar estaban alrededor de esta e incluso algunos querían ver como terminaba el pulso aunque lo tuvieran que hacer subidos a una silla o mesa.

Tras haber viajado por la Comarca, hasta Ranales, el grupo llegó a La Perca Dorada, calados hasta los huesos por el frío que no dejaba que se secará lo poco que se habían mojado sus ropajes y bastante cansados de tanto caminar. Era una posada amplia y acogedora, un poco baja para su gusto.

Nada más entrar escucharon los gritos de ánimo de los parroquianos, medianos procedentes de las más distinguidas casas: Brandigamo, Tuk, Casadura, Cavada, Redondo, Corneta, Ciñatiesa y Ganapie. Todos estos se encontraban cerca de una mesa al lado de la chimenea haciendo un corro a dos niveles, los de pie en el suelo y los de pie en mesas y sillas que no permitían al grupo observar que sucedía en aquel lugar.

Dimrod sintió curiosidad de que ocurría en ese rincón por lo que dijó a Eoden.- Mira a ver que pasa ahí.-

-Deacuerdo.- respondió obedientemente el joven, y de la misma manera fue a investigar lo que sucedía dentro del corillo.

-Los demás buscar una mesa libre alejada de todo ese tumulto y relajaros, yo mientrás me ocuparé de pedir las habitaciones y algo de beber.- dijó Dimrod de forma seca y sin expresión alguna en su cara, aunque por los últimos días pasados con él la mayoría  ya sabía que no lo decía de mala manera.- Melyanna ven conmigo, por favor.-

A Kull ya le corría una gota de sudor por la frente, cuando observó el tumulto que se había montado a su alrededor, recobrando así fuerzas aunque sólo fueran mentales.

Con soberbia dijó al enano.- !Que bien que esten todos aquí!, así podrán ver como eres derrotado.-

- Pierdes la fuerza por la boca, bárbaro - dice Vârkim apretando los dientes

El pulso continuo en un empate entre los dos contrincantes.

Al no mover ni un apice la mano del enano al bárbaro se le quito la sonrisa fanfarrona de la cara.

Un gesto de dolor cruza el rostro de Vârkim

Kull tomo la iniciativa en estos lances del pulso, pero la victoria no estaba aun decidida.

Kull intento reunir todas sus fuerzas para este momento.

Reuniendo todas sus fuerzas y con una sonrisa burlona en la cara....