Partida Rol por web

Y dale...!que no soy rara!

Tenía que admitir, que al menos era rápido en las réplicas, y le fastidió un poco que a ella si se le escapara una pequeña sonrisa, pero es que fingir no era, ni mucho menos, el fuerte de la chica.

¿Dag? ¿Con traje? Eso si que es una novedad.

Si contestó al chico bueno, no a todos, a Dag señaló al trajeado muchacho un poco más, al resto de la última fiesta del parque ¿ves? Voy a las fiestas como la gente normal... lo pensó, pero no quiso decirlo en voz alta voy a saludarlo... dijo un poco a modo de desafío, como si quisiera demostrarle al desconocido que se relacionaba con gente, que no era un bicho raro... ¿por qué demonios te preocupa tanto que piense eso? Le jodió no tener una respuesta clara y concreta para la pregunta que acababa de hacerse...

Se detuvo apenas comenzó a andar, ella iba con una pinta un poco cutre en comparación, pero no fue eso lo que la detuvo, sino el hecho de que... bueno, era una estupidez, y tal vez Dag no tuviera la culpa, pero, joder, podía haberla llamado para invitarla a lo que sea que estuvieran celebrando, creía haber mostrado simpática el día de la fiesta.

Nah dijo regresando con el rarito no quiero que se pongan celosas las otras chicas añadió con despreocupación no sea que tenga que hablarles primero a ellas y todo ese rollo que me has soltado antes ahora no tenía muchas ganas de sonreír. 

Te acercaste para irte mientras lo veías a el levantandose para hablar con un chico de ojos rasgados que le decía algo que parecía interesante...o por su pose, un verdadero aburrimiento. No tenías ni idea. Esa ceja alzada...esos labios apretados...igual era un coñazo o alguna mala noticia, o al menos, algo que lo contrariase. 

Suspiró y pasó la mirada por el lugar, hasta que se encontró contigo. Un segundo de confusión y una sonrisa con la mano alzada, para que te dieras cuenta de que estaba allí. Más te diste la vuelta, o podías hacerlo, podías volver aun que no era seguro el hecho de que tu lo hubieses visto. 

Te giraste tras saludar a Dag como quien no quería la cosa y volviste con el chico del observatorio. El mismo que te miraba con el rostro ladeado mientras te escuchaba, levantando la vista hacia el nutrido grupo y fijando esta en algunos.

Dag...¿es el rubio que se está acercando con cara de querer partirme las piernas?- Una sonrisa maquiavelicamente divertida- ¿Huimos antes de que llegue y se ponga más celoso? ¿Le digo que soy tu hermano? Aunque igual no cuela.- Te ofreció el brazo girándose hacia la cafetería- Amigos y no te invita...eso no se hace. Vamos. 

¿Qué?

No pudo evitar girarse cuando el chico mencionó la supuesta actitud de Dag, fue algo instintivo, ni siquiera lo pensó, y sus ojos se abrieron un poco, sorprendidos por la expresión del rubio ¿en serio? ¿a qué viene eso?

Miró entonces el brazo que el desconocido le ofrecía, y la sorpresa que se instaló en su rostro fue aún mayor... estaba claro que quería fastidiar a Dag de alguna manera, o vete a saber joder me tiro meses sin que me mire un tío y ahora que voy con el rarito parece que soy mucho más interesante, o quizás haya sido el jodido baño de chocolate, parece que de repente estoy más buena o algo bufó por lo bajo, muy poco acostumbrada a este tipo de situaciones, nunca había pensado mucho en ellas, por lo que nunca imaginó que se encontraría tan incómoda.

Tenía razón en una cosa, podía haberla invitado o algo, o al menos llamarla.

Se quedó parada como una estúpida, alternando la mirada entre el brazo del chico y el rostro del rubio.

Momento de irse a casa Hilv...

El caso es que, fuera por lo que fuera, no quería molestar a ninguno de los dos, es decir, a veces estallaba y resultaba maleducada e insoportable, pero de normal, intentaba quedar bien con la gente, pero ahora tenía la impresión de que hiciera lo que hiciera, la cosa no iba a acabar como a ella le gustaría... claro que tampoco tenía claro como le gustaría que acabara.  

Ei Hilv- se acercó con media sonrisa, reparando enseguida en su gesto serio y...bueno pues serio suponía. Miró de reojo al chico con el que ibas, clavando la mirada en él y sin comerlo ni beberlo se puso de por medio. Entre el chico y tu. 

¿Qué tal la noche? Tenemos una reunión los del trabajo pero si quieres puedo preguntar si puedes unirte- los señaló con media sonrisa. No apartaba la mirada de la tuya- ¿Te hace?- Había tensión, y algo de fondo que no entendías. 

El chico del observatorio solo suspiró mientras miraba alrededor esperando a que aquello acabase. No parecía gustarle demasiado la situación, como a ti. Se encogió de hombros ante la intrusión pero acabó apartándose ligeramente, solo un paso. 

¿Qué está haciendo?

No podía creerse que se hubiese puesto en medio, así, de esa manera.

¿A qué está jugando?

Estaba intentando entender un poco la situación, lo que hizo que de nuevo se quedara callara más de lo necesario.

Hola Dag respondió finalmente los del trabajo...no es que conociera a Dag demasiado bien, pero, no le había parecido el tipo de persona que se comportara como lo estaba haciendo oh, no, tranquilo reunión de trabajo no sonaba divertido vais todos muy elegantes y eso no le pasó desapercibida la reacción del chico, que en estos momentos le resultó mucho más educado que el rubio y yo vengo del spa señaló su ropa de estilo cómodo y deportivo sólo iba al El Hada Azul a por un batido y luego a casa sinceramente eso era justo lo que pensaba hacer pero gracias por la invitación le sonrió un poco forzada. Dag tampoco se le había quedado mirando nunca de esa manera.

¿Va todo bien?

Tampoco pudo callarse, notaba una tensión totalmente fuera de lugar y empezaba a preocuparse un poco, intuyendo que esto iba más allá de ella.  

Pareció dubitativo según ibas hablando y no pudo evitar mirar de reojo con quien ibas. Apretó la mandíbula hasta que la tensión fue bastante visible. Parecía un chulillo ahora mismo, aunque creías que la cosa no iba contigo- va venga, no pasa nada, te puedo acompañar a casa para que te cambies y..

El chico del observatorio se adelantó cansado de su insistencia- Quiere descansar, si se preocupa porque llegue a casa, yo mismo si ella me deja le acompañaré, por si acaso se pierde o le ataca algún pobre demonio. Aunque dudo mucho que necesite ella...protección.- No había roto tu espacio vital, ni el de Dag. 

Dag lo miró y luego a ti, como si fuese una súplica de algún tipo que no terminabas de entender.

¿Qué me acompaña a casa? ¿Qué dice?

¿Ya hemos dicho que Hilv estaba flipando?

Todo esto era raro de la leche, es decir, Dag había pasado de ella desde la fiesta de una manera bastante notable, no es que estuviera molesta por ello un poco si, pero sólo un poco y además, era una de esas cosas que le molestaban pero sin que tuviera ningún sentido que lo hiciera, pero no se podía evitar.

No necesito que nadie me proteja... ¿para ir a casa? La chica estaba empezando a enfadarse, todavía la extrañeza de la situación mandaba sobre este, pero al paso que iba, no duraría mucho ¿estás hablando en serio? Interrogó a Dag, como si esas palabras fueran a aportar algo más de comprensión a lo que estaba pasando.

No obtuvo en sus ojos sino más confusión.

¿Dos tíos peleándose por ti? No, no, eso es imposible, así que pasemos a una situación que tenga más lógica que esa gilipollez. Se cruzó de brazos y apoyó el peso de su cuerpo en la pierna izquierda, alternando la mirada entre ambos... descartamos ese punto, lo que nos lleva a que estos se conocen de antes y tienen alguna rencilla pendiente... a ver, ¿que está pasando aquí? Frunció el ceño ¿os conocéis de antes o que? Interrogó a mi no me metáis en rollos raros o rencillas que no tienen nada que ver conmigo y un bonito y tranquilo día en el que te habías ilusionado de terminar relajada que se va a tomar por culo...

Si, nos conocemos, y como has podido comprobar no le caigo especialmente bien a tu amigo...-Dijo encogiéndose de hombros- pero tío ¿Te crees que no es mayorcita para hacer lo que quiera? No esperaba que quedases como un gilipollas aquí y ahora. 

Dag apretó los labios mirándole, notabas la tensión y como le faltaba poco para ¿saltar? ¿Dag saltando?- Lo siento Hilv- Te volvió a mirar, con gesto arrepentido.- No es eso lo que pretendo decir, no creo que necesites...ayuda- se acababa de perder, porque lo que le había dicho el chico era cierto. Había quedado mal, como un capullo, y no veía la forma de salvar la situación. 

Bueno- Dejó caer el chico del observatorio- yo me voy a por el batido...¿vienes o te quedas?- La pregunta iba hacia ti, aunque no requería una respuesta ya si veías la intención del chico en irse hacia el local. 

Joder...

A hilv no le hacia ni puñetera gracia la situación, los dos se habían comportado de primeras como sino se conocieran de nada, y eso le tocó la moral bastante.

Los tíos son gilipollas, de verdad...y yo más.

Dag ya conocía la expresión de Hilv cuando se enfadaba, así que pudo verla venir sin ningún problema, aunque a favor de la chica, había que decir que se había vuelto algo más comedida en estos asuntos.

Bien, porque no la necesito contestó a Dag con tono borde, a pesar del gesto de arrepentimiento, no había mediado disculpa ninguna y si desvió la mirada hacia el otro chico soy mayorcita para hacer lo que quiera y las ganas de tomarse un jodido batido de chocolate con alguien que la trataba como una idiota se le habían pasado de golpe.

Ni siquiera merece la pena pedir explicaciones, total, para que me cuenten otra bola paso.

Me largo a casa

Dijo a ambos con el ceño fruncido, el día ya se había jodido, por supuesto que si, y aunque seguía teniendo curiosidad por el muchacho, el hecho de que se hubiera comportado como lo hizo le jodió bastante, ella había sido sincera, ¿tan difícil era decir que se conocían antes de hacer el idiota?

Pasadlo bien.

Sin ningún otro gesto de despedida, comenzó a desandar el camino que la llevaría de vuelta al ascensor.  

Los dejaste allí, con la cara plantada. Dag parecía querer disculparse pero por alguna razón no lo iba a hacer delante del otro. Por contra el chico del observatorio solo se despidió con un gesto de mano, parecía la mar de tranquilo- Pasa buena noche.

A los quince minutos recibiste un mensaje de Dag, por supuesto, que saltó en tu buzón y del que solo viste el inicio 

Lo siento pero...

Abriste el mensaje para ver que narices quería el subnormal de turno.

Lo siento pero tenía que hacer algo. Ese chaval, perteneció en su momento a nuestra brigada, se le fue la pinza en una de las misiones, y está en fase de prueba tras un largo tratamiento. Simplemente me había entrado el miedo irracional de que te comiese la cabeza o te hiciera algo. Soy un cazurro, mis formas no han sido las adecuadas, y no pienso que seas una persona que necesite que la cuiden pero no sabes hasta que punto puede llegar. 

Se había tirado en el sillón nada más llegar, una de las cosas buenas de Titán es que llegabas a casi todos sitios bastante rápido, pero vamos, que ni le dio tiempo a quitarse las zapatillas cuando le llegó el mensaje al móvil...

Lo leyó y se dejó caer ya de manera totalmente vertical, con el móvil en su estómago, y se quitó la zapatilla ayudándose con la puntera de la otra, para hacer lo mismo con la que le quedaba. Ambas volaron un poco hasta caer sobre la alfombra desperdigadas. Cogió el teléfono y comenzó a teclear, y es que el fondo Hilv no era todo rencorosa, a veces para su propio disgusto.

Si, eres un cazurro.

Le envió ese mensaje primero y dejó que transcurriera un poco de tiempo.

No iba a hacerme nada, es bastante raro, de eso me he dado cuenta, y no me molesta que te preocuparas.

Otro mensaje enviado.

Hasta que punto puede llegar?

Enviar.

Oye, crees que soy rara?

Le preguntó sin pensar demasiado. 

En alguna parte de ese complejo, los encargados de seguridad se estarían riendo o no a base de bien con aquellas conversaciones. Sobretodo si eran los mismos que vigilaban las cámaras y sabían a donde apuntar. 

Dag empezó a escribir, pero para cuando había terminado tu ya le habías mandado los cuatro mensajes. 

No puedo decirlo, son cosas de misión pero mal, acabó mal. ¿Rara? Pues si, aunque más que rara diría que eres especial. 

No tardó ni dos segundos en enviar otro

como todo el mundo 

Y otro

a su manera

empezó a escribir algo más pero al poco lo que fuese lo borraría porque no te salió que estuviese escribiendo. 

Cosas de la misión...cosas de la misión.

La vocecilla de su cabeza tenía ese tono de niña chica y quejica...

Ya

Enviado.

No soy rara, todos los de aquí sois raros

Otro envío más

En serio

Por qué soy rara?

Y encima Dag era un puto desastre, le soltaba que era rara... o, espera, especial...

Especial?

En serio?

No pudo evitar que entre el cabreo se le colara una sonrisa, habría que ver la cara de Dag en mitad de aquella fiesta.

Qué era lo último que me ibas a decir y que has borrado?

Vale, si, se aburría un poco en casa.  

¿Habrá algún sitio de batidos a domicilio?

Una y otra vez parecía escribir pero se acababa borrando. Claro que a la velocidad que respondías igual es que lo quería poner todo en un mensaje largo. O simplemente que lo habías puesto nervioso. 

Y yo que se! esas cosas se saben, aquí no hay nadie normal, eso tenlo por seguro, todos somos especiales. Te iba a decir que bueno, te- el mensaje se cortó.

Viste como al parecer grababa un audio que nunca envió, para escribir de nuevo.

Mira, lo siento. No se me da bien hablar con la gente, me cuelo, no estoy acostumbrado en exceso. Soy un poco pardillo, como ya has visto y gilipollas de vez en cuando.

Quería volverme a disculpar. 

Solo eso. 

Dag

Enviar

No pasa nada, deja de disculparte

Enviar

No eres gilipollas

Enviar

No más que el resto :)

Hilv era de las que se cabreaba con facilidad, pero al menos las cosas también se le pasaban rápido.

Tienes tus momentos de pardillo

No podía evitar chincharlo un poco

Como yo

Asumirlo era una buena manera de superarlo.

Dag

Enviar

En serio

Enviar. Los dedos de la chica tecleaban con una facilidad pasmosa.

No te calles las cosas, ve de frente, es más fácil.

Se refería a ella, no soportaba la mentira, era mucho más sencillo tratar con ella siendo directo.

¿Sabes si hay alguien sitio que traiga batidos a domicilio?

No le apetecía en absoluto volver a moverse de aquel sofá. El tratamiento estaba haciendo su efecto.  

Gracias por llamarme gilipollas :,( Tu también eres muy maja. 

Espero a que terminases de escribir, o eso suponías para responderte al tema de batidos. 

No como el sitio al que ibas...¿de que lo quieres? Te lo llevaré a casa en una hora si quieres. No es una molestia, aquí todo está bastante cerca. 

Te lo has llamado tú solo.

Envió.

Lo sé, probablemente estoy entre las tres chicas más majas de Titán.

El día estaba teniendo un final totalmente absurdo.

Pensó mientras enviaba.

Vale, guay, que no sea de chocolate, ya he tenido bastante por hoy.

Le pasó su dirección.

Si ves que no contesto insiste, es posible que me quedé dormida :) Te veo ahora.

La verdad es que tenía el antojo, pero cuando terminó la conversación tenía un poco la sensación de haberse aprovechado de Dag, aunque en realidad esa no había sido su intención en ningún momento.